AYUNTAMIENTO DE BARCELONA GABINETE TECNICO DE PROGRAMACION PLAN GENERAL DE ACCION MUNICIPAL INTRODUCCION 14 Ajuntament de Barcelona -BG '" li' " " '" li""" li' 1000014701 .m. Ajuntament+ de Barcelona . Biblioteca General PLAN.GENERAL DE ACCION MUNICIPAL INTRODUCCION AYUNTAMIENTO DE BARCELONA Gabinete Técnico de Programación 1968 INDICE Págs. 1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES • . . 5 I , 1. Planificaci6n de la actividad rnuní c Ipa l 5 1,2. Planificaci6n a largo plazo 6 1,3. Proceso e interrelaciones de la planificaci6n 10 1,4. La planificaci6n, instrume nt o de política municipal. 1 Ó 2. ANTECEDENTES .. 18 2,1. Planificaci6n econ6mico-financiera 18 2,2. Planes sectoriales 19 2, l.primera programaci6n total 21 3. FORMACION DEL I PLAN 23 3, 1. Características .. 23 3, 11. Universalidad y unidad 23 3, 12. Naturaleza de las previsiones 23 3, 13. Equilibrio de medios y fines • • t • 24 3, 14. Flexibilidad 25 3,15. Perfectibilidad 25 3, 16. Otras características '. 26 3,2.Ambito 27 3,21. Ambito temporal ... 27 3,22. Ambito funcional 28 3,23. Ambito territorial . . . 29 3,3. Condicionamientos 31 3,31. Ac ept a c iób de la planifícaci6n 31 3,32. Coo r d ina c íón con los Planes nacionales • 33 3,4. Estructura 38 INTRODUCCION 1. CONSIDERACIONES PRELIMINARES l, 1. Planificaci6n de la actividad municipal La Ley de Régimen Especial para el lona Municipio de(texto articulado Barc!:,aprobado por el Decreto núm. 1. 166/1960, de 23 de mayo) introdujo, por primera vez en la vida municipal espa - ñola, la exigencia de una total planificación de las actividades del Ayuntamiento. La medida fue extendida más tarde al Ayuntamiento­ 'de Madrid, en virtud también de su Ley de Régimen Especial bada (apro­por el Decreto núm.!. 674/1963, de 11 de julio). Se trata de - los dos únicos Municipios españoles que por imperativo legal deben­ planificar su actuaci6n. Por lo que atañe concretamente a Barcelona, la norma - tiva de referencia está contenida en los a r tfculo s 31 al 33 de dicha - Ley de Régimen Especial y en los 61 al 63 de su Reglamento de Or - ganí aac íón y Administración (aprobado por el Decreto 4.026/1964, - de 3 de diciembre). El examen de estos preceptos permite observar la existencia de tre s e s c a Io ne s- en la planificaci6n, diferenciados por la duraci6n y concreci6n de su contenido, el 'cual, a su vez, es­ tá en función de la naturaleza y alcance de los objetivos de cada es - ca Ión, Son: el Plan general de Acci6n municipal, el Programa de - Actuaci6n y la revisión anual de éste. Los fines del Plan general consisten, en términos de la Ley, en asegurar la unidad de orientaci6n y ordenado desenvolvi miento de la actividad municipal y de sus 6rganos, la gradual y eq\È librada atenci6n de las diversas funciones municipales y su coordi - naci6n en armonfa con los valores culturales, sociales y econ6mi - cos de la comunidad; a sf como en informar sistemáticamente a 108 ciudadanos de la situaci6n presente y trayectoria futura del Munici - pio y de sus problemas, necesidades y aspiraciones. Debe destacarse el carácter omnicomprensivo del Plan general, que tiene que abarcar todos los sectores de la Administra­ ci6n y los objet ivos, los medios y los resultados de su actuaci6n en el curso del tiempo con una previsi6n de veinte años. E n el esquema planificador que propone la Ley, el Plan general de Acci6n municipal ha de formar un sistema unitario, coh� rente y total, en el que se señalen los objetivos de cada sector de actuaci6n, los niveles que han de alcanzar peri6dicamente los servi. cios municipales y el estudio e identificaci6n de los principales fac­ tores que influyen en el coste de los servicios, a s f como una previ- -5- si6n, con su evaluaci6n cuantitativa aproximada, de las obras y ser vicios que, para alcanzar aquellos objetivos, sea menester organi: zar, realizar, establecer, ampliar o renovar , Ef.-cont.errído del­ Plan se completa con un estudio de Iínanc íac íén, en el doble aspec - to de gastos que deberán afrontarse para cubrir los objetivos sefia­ lados y de recursos econ6micos que sean necesarios, por vía de in­ gresos ordinarios, fondos de reserva o empréstitos. El Ayuntamiento de Bar c elona , al dar cumplimiento a los preceptos de la Ley e introducir, en el desarrollo de su actua - ci6n, las nuevas técnicas de la planificaci6n, ha procedido partien­ do de lo más concreto a lo más general, porque la realizaci6n de­ . ios estudios previos requería una preparaci6n, tanto en medios pe..!' sonales corno materiales, que en un pr-írne r momento no estaban a su alcance. Como se expondrá en otro apartado posterior, la Cor­ poraci6n ha llevado adelante, sin pausa ni descanso, sin precipita - ciones innecesarias, e improcedentes, pero tampoco sin descuidar­ la aspiraci6n al logro de un continuo perfeccionamiento, los difer� tes escalones de la planificaci6n. Una primera programaci6n por vía de ensayo, de s6lo dos años de duraci6n ( i963-l964), seguida de otra más completa, con un pe r ïodo de cuatro ( 1965-1968), que juntas formaban el cielo de s eí s dispuesto por la Ley, las corres - pondientes revisiones anuales y la plena estruc;turaci6n del Gabine­ è te técnico de P'r og rarnac ión, han determinado l acopio de un volu - men ,de experiencias y de conocimientos que permiten dar el paso decisivo para acometer la formulaci6n del I Plan general de Acci6n municipal. La madurez lograda aconseja, y a la vez fací.líta, e sta-" blecer con ví si ón de conjunto los objetivos de la polil:ica municipal y las medidas necesarias para alcanzarlos. 1,2. Planificaci6n a 1 argo plazo. La Ley dispone que el Plan general abarque un pe rfodo de veinte años, -pero a la hora de estructurar el documento planifi cador conviene advertir que la programaci6n formulada y desarr� Ilada hasta el momentp presente por el Ayuntamiento de Barcelona ha puesto de manifiesto que una planificaci6n municipal a largo pla­ zo es muy di.ffc í.I de establece!', porque el dinamismo de la vida m_E derna determina que la realidad supere, si no en todos los ca soa.. s I, por lo menos, cop frecuencia, las previsiones que alcanzan un dilatado lapso temporal. A las dificultades inherentes a una planifi caci6n tan larga debe añadirse: -6- a) Las derivadas de la renovaci6n trienal de la mitad de los miembros de la Corporaci6n -que son quienes, constitu­ yendo el Consejo Pleno, deciden sobre la aprobaci6n del Plan y Programa-, lo que, junto al mandato de seis años del titular de la Alcaldía, det e rrnína y comporta un fraccionamiento temporal de los objetivos que sin duda alguna habrá de perjudicar la coheren­ cia interior del Plan. b) La necesidad de que el Plan general de Acci6n mu nicipal se coordine con los Planes nacionales determina tambié;;: una falta de adecuaci6n imposible de superar, ya que éstos, en la realidad espafiola, ti.enen una duraci6n de cuatro año s. No es aventurado suponer que un cambio de objetivos de un Plan nacio­ nal al siguiente, según los requerimientos de la polft ica econ6m..! ca, repercuta sustancialmente en las previsiones municipales, - máxime cuando se trata de una ciudad como Barcelona, de tanta importancia en todos los 6rdenes de la vida del país. c) Finalmente, la casi absoluta Impoaíb il.ídad de que, a horizonte veinte años , pueda establecerse una correcta adecug ci6n de medios a fines, porque las necesidades de financiaci6n • previstas y fijadas inicialmente, pueden queda.r desbordadas, no s6lo por exceso, debido a las fluctuaciones en· el nivel de precios y del signo monetario, sino también por defeèt�, cuando las re - formas legislativas o los naturales cambios de la política credi� cia o del mercado de capitales arbitren nuevos recursos que per mitan conseguir mayores realizaciones que al principio no pudi� ron se r tenidas en cuenta. Todo ello da lugar a que el Plan general de Acci6n - municipal de veinte afios, previsto por la Ley de Régimen Espe­ cial' no pueda concebirse actualmente como una concreta previ­ si6n de objetivos y medios, rígidamente establecidos y condicio­ nante de sucesivos programas de seis año s que serían uu simple desarrollo detallado de aquél. La proyecci6n hacia el futuro de la actuaci6n municipal tiene un límite, porque las rnodrfí cac íonee que el transcurso de tiempo impdmirá forzosamente en el pro - ceso de elaboraci6n de decisiones se dejarán sentir en la imagen que la comunidad urbana, a través de su representaci6n política, se hará de su propio futuro. Además, existe una insalvable in - certidumbre que domina el pánorama del conocimiento de la rea­ lidad urbana dentro de veinte año s, en 10 que se refiere no s6lo a los objetivos y medios que en aquel momento podrán ser desea - b le s y posibles, sino incluso en cuanto a la entidad y magnitud - de los fenómenos espontáneos que constituyen la base y el marco de la actuac íón municipal. En otros términos, en el momento de redactar el Plan se ignoran forzosamente en gran medida no ya -7- los criterios para satisfacer las necesidades futuras -a veinte _ años vista-, sino también la entidad y magnitud de esas necesida­ des. Esta dificultad conceptual y de principio no puede ser 6bice para que, dentro de lo posible, se investiguen las necesida­ des y se aspire a fijar determinados niveles. En la f ormulaci6n de programas a medio plazo es preciso despejar algunas incogni­ tas relativas a la dirección y al senti do que, con proyecci6n más alejada del presente, seguirá la evolución económico- social en el área barcelonesa, a sf como a las circunstancias en que se desen­ volverá la inserción público-local en la misma. Dicho de otro modo, al tomar decisiones que han de surtir efecto en un plazo de seis años se -ponen l irrrit e s y configuran las decisiones que debe rán tomarse en un pe r Iodo posterior. De ello surge la necesidad de un análisis que exprese las implicaciones que, más allá de un concreto Programa de Actuación de seis años, y por virtud del - mismo, se están creando en el ámbito de las decisiones futuras. Los criterios que se utilicen en la selección de inversiones a me­ dio y corto plazo deben ser revisados a la luz de sus consecuen - cias e!l un período más largo, pues en otro caso se correría el - riesgo de optimizar la satisfa�ción de las necesidades ciudadanas en el plazo ficticio establecido por el Programa, a costa de im - poner sacrificios importantes a la cobertura futura de esas mis - mas necesidades. El criterio fundamental de decisión, basado en la igualación absoluta y relativa del nivel de satisfacción de los - objetivos propuestos en los diversos sectores de actuación muni()II NACION,""'A:!.L_---�V neMeA I "NAll.<;IS 0[1. ARE A ko.. .oc",,"l� y_.�tdIo ....... ,..,¡,OC"'"_ I OOJ��,""E""" ...,..,.¡ y' ••"" II;:;,;� I 5:7:.=: I ��_':':'.?':�S §��=- 'I ouI..o:ocuoS ..:D"""oc.tMl;,',.,.lkEI.,."·'f,o�t"lCoo<_)r'oluwroIO.Oo'.''IÓ''II "fl'",nlode� PlAN GENERAL DE ACCION MUNICIPAL AIu<,,;>t,I�..oo ,,_ '" ""._ • """'� • ..., .... 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Hospolaln J.>""",",boIjniQoa @ ...-...""..,,,,.,«_ .,,_ .Lilbo se hada en una forma muy detenida, con especificaci6n concre­ ta de sus diversas fuentes y un amplio estudio y consideraci6n - de los recursos de toda clase con que hacer frente a los gastos - objeto de la programación, y se ponía de manifiesto la adecua ó c i n de medios a fines que debe informar todo Programa. Con el desarrollo del Programa 1965-1968,su revi - s i o n anual. y la estructuración casi definitiva del Gabinete técn,L co a principios de 1965, la actividad del Ayuntamiento se desen­ vuelve ya plenamente de acuerdo con las directrices señaladas por la Ley de Régimen Especial, lo que permite que la labor pla­ nificadora alcance su plena madurez. -22- 3. FORMACION DEL I PLAN 3, 1. Caracter rs ti cas 3,11. Universalidad y unidad La planificación, en el conjunto de su sistema ( Plan y Programa), abarca. todas las actividades del Ayuntamiento y responde, por tanto, al básico principio de unive rsalidad. Sin una visión de conjunto es imposible valorar debidamente la ac tuación en cada uno de los sectores, e n cuanto a su justificación y prioridad. La gestión más específica ha de derivar su validez y efectividad de la actuación general, por la relación existente - de cada parte con el todo. El postulado de la universalidad viene ligado con el de la unidad. Es esencial que todas las partes del Plan y del Programa, especialmente las correspondientes a su diversifica­ ción en sectores, aparezcan unificadas en ef conjunto, no como una mera suma sino como el resultado de una so la directriz. No basta con sumar los programas parciales, porque por más ade­ cuados que sean el conocimiento y la orientación, de cada sector, no puede lograrse la significación del todo si no hay medios de coordinación en el centro. Las propuestas de los distintos sec - tares de la actuación municipal se hacen necesariamente dentro de las limitaciones de la especialización que a cada uno le co rresponde y adquieren nuevas significaciones cuando se exami - nan con referencia a los otros sectores en un esfuerzo por arm_g nizar el conjunto total. 3,12. Naturaleza de las previsiones La planificación tiene naturaleza permanente. Por e so representa un sistema total integrado por planes a largo pl� zo , a plazo medio y anuales. Los primeros determinan las principales direcciones de la actuación, los objetivos y las ta reas más globales. Los planes a medio plazo son de carácter - más detallado y concreto. La revisión anual de estos últimos supondrá una reformulación de las hipótesis y relaciones bási cas respecto al Programa de seis años, la fijación del Progra - ma anual de Proyectos y un esbozo del del año siguiente a fin de que las decisiones más importantes puedan preverse o adoptarse de antemano. -23- Las previsiones del Plan general de Acci6n municipal responden a las caeacte r fetfca e que definen las de los Planes a - largo plazo o programas de fines, en cuanto éstos no están concre tados, o no lo están suficientemente, en las leyes que regulan la competencia municipal o en los Planes nacionales con los que aquél ha de coordinarse. Respecto al Programa de Actuaci6n municipal, como el grado de posibilidad de cumplimiento disminuye a medida que' se extiende su tiempo de vigencia, salvo las previsiones referi - das al primer afio de actuación y al inmediato siguiente, que con,.! tituyen un Plan operativo o Programa de proyectos y tienen un contenido completo, las de los a ño s restantes van disminuyendo progresivamente su intensidad í y son me r a rnent e índ cat íva e , ex - cepto las correspondientes a etapas de planes anteriormente ini - ciados, que se consignan con detalle. Las revisiones anuales exi gidas por la Carta permiten concretar en el futuro, en los Prog� mas de proyectos e spe cfñ cos , las genéricas previsiones inicia - les. Desde otro punto de vista, en el futuro la acción pla - nificadora municipal no se limitará a la d i str ibuci6n de la invet - si6n por sectores de actuación y a su proyección a través de pla­ nes a largo, medio y corto plazo. sino que estos a spectc s , funci,s nal y temporal, se complementarán con una dimensi6n espacial, consistente en la distribución territorial de la inversi6n en las nuevas unidades ( distritos y barrios) que se fije'n al revisar la actual división del término municipal. 3,13. Equilibrio de medios y fines. El análisis de la situaci6n presente y de las necesida­ des de cada sector de la actuación municipal s e ña.Ia una meta a al - canzar, si bien la obligada limitación que supone ei necesario equilibrio de medios y fines. hace imposible atender todas las n!, cesidades que la investigacÍ(�n ha descubierto. La planificaci6n y la programaci6n no se limitan a establecer las inversiones posi­ bles según un criterio restrictivo, ni tampoco se abren hacia la satisfacci6n completa de las necesidades de acuerdo con un pen - samiento utópico. sino que buscan un equilibrio a través de una - jerarquizaci6n y atribuci6n de prioridades, Sobre todo en el Pr2_ grama, documento más concreto que ei Plan, se parte de lo pre - visiblemente realizable con los medios que se consideran disp0rU bl e a , y se establece luego, en adecuado orden de prelaci6n, tocio cuanto podrá ser ejecutable. A través del Programa queda, ade­ más, contabilizado el déficit subsistente 'en los servicios, que se estima no podrá absorberse en el pe r ïodo programado. -24- 3, 14. Flexibilidad. Al programar la actividad muni�ipal no se pretende - sujetarla fuertemente a previsiones invariables. El Plan y el Programa han de s'er, por naturaleza, instrumentos flexibles. Sus normas de ejecución tienden a darles la elasticidad necesa­ ria que permita encoger o dilatar sus pre�isiones enLa me,dida _ que las circunstancias del momento aconsejen, si bien las varia ciones han de efectuarse en todo caso s.ig ui e nd o las directrices-­ generales del Plan, por cuanto sin esta limitación no cabría con siderar existente una actividad programada. Es verdad que la actividad planificadora debe ser flexible, para hacer posible la adecuación de sus objetivos a "la realidad, pero no es menos cier to que si esos objetivos se hallan sujetos a conti�ua modificació-;;' la actividad de planificar acaba por perder toda su significación. En consecuencia, la aprobación del Plan comporta la aceptación de su esquema ganeral, el empeño de ejecutar su primer Progr� ma de desarrollo y la atribución de una cierta flexibilidad para - las sucesivas etapas de actuación. Con acierto se ha dicho que "la programación ha de ser flexible, porque el futuro depara -y los depara con s eg ur idad ciertamente previsible- una serie de fac to.r e s imprevisibles que exigen una tarea incesante de r-e adap­ tad6n y reajuste". 3, ,15. Perfe ctibilidad De acuerdo con las disposiciones que regulan la ma­ teria el Programa que desarrollará el Plan pertenecerá a la cl� se de los que la técnica italiana denomina de "s co r r irne nto ". po..! que a través de su revisión anual deberá ser perfeccionado y ex­ tendido a un afio más, de modo que re sulte más flexible y que constantemente ofrezca una perspectiva temporal de seis años para la actividad del Ayuntamiento. No otra cosa quiere decir - el párr. 4 del art. 62 del Reglamento de Organización y Adrn in ip tración cuando dispone que la revisión anual del Programa ha de tener por objeto concretar el desarrollo de las obras, servicios y hacienda municipal en el ejercicio inmediatamente siguiente,rj? visar las bases de actuación señaladas y adicionar las previaio - nes para otro año, de modo que el Programa abarque siempre un pe rIodo de seis. Sin embargo, lo que acabamos de exponer no quiere significar que con este trabajo se ha acabado la tarea de formar Programas nuevos. Más adelante, cuando las circunstancias lo aconsejen, habrá de acometerse la formación "ex novo" de otro Programa de actuación, posiblemente muy distinto del primero y por ello impo sibl e de encajarse en el marco de una mera revi­ sión por muy amplia que ésta sea. Cambios en la economía ur - -25- bana, determinados o no por la aprobación de nuevos Planes na _ cionales de Desarrollo, variaciones en la estructura corporativa o mutaciones sustanciales -que hay que esperar que sean favora­ bles- de la competencia municipal pueden muy bien ser esas cir cunstancias determinantes de una nueva planificación, incluso a escala de Plan general de Acción municipal y sin haberse agotado el plazo de veinte años de su normal duración. 3,16. Otras características. Con la sucesión de Planes y Ptogramas se alcanza - una necesaria "continuidad" en la tarea planificadora, que tiene í carácter "pe r i ód c o ". En el proceso de "análisis", característico de uno de los capítulos del Plan, se individualizan las necesidades a sa­ tisfacer en los diferentes sectores de actuación, en función de los objetivos ( deseables y no reales) a alcanzar, y luego, en otros capítulos, se establece una "s Inte s ia" del resultado 'del aná - lisis para así operar más Iác i lrne nte en la p r oy e c c ió n . Sobre todo en el escalón del Programa d� Actuación las previsiones se adecúan a los recursos reales o de segura uti Li aa c ió n , sin perjuicio, claro está, de cuanto dejarrios dicho al explicar la caracterí stica flexibilidad de la planificaci6n. -26- 3, 2. Ambito. Desde distintos puntos de vista ser considerado el ámbito puededel Plan. Esta distinta consideraci6n lleva a al ámbito distinguir,menos, un temporal, un ámb ito funcional y un ámbito _ , espacial o territorial. 3,21. Ambito temporal. El Plan general de Acción municipal tiene por ma n _ dato legal una duración de veinte afias: se inicia en 1969 y está prevista su terminación en 1988. En este a s pe ct o , ademá s de � cuanto ha quedado reflejado en las consideraciones prelimínares, es conveniente formular algunas ac la r a c io ne s , En primer lugar, debe indicarse que, pese ar tapso _ temporal que abarca el Plan, no tendría sentido una c onaide r a c ión de los problemas desde el punto de vista tracdcJlladú de las anualidades; antes bien se impone una visión amplia y de conjun­ to. Ello ha induc ido a que el estudio de los problemas arranque en la mayoría de los casos de más atrás, porque se ha querido � recoger una tendencia anterior válida para alcanzar un ma yor acierto en la proyecci6n de la trayectoria futura. De otro lado, el punto final del análisis temporal de los pro blema s no s íernp re .ha terminado en 1988 con una rigidez impropia de un Plan de las 'características del que se formula. Cuando se trata de planes sectoriales, comprendidos en este Plan general principalmente a los efectos de su inserción en un instrumento total, armónico y coordinador, se ha respeta­ do Ia proyecci6n tempo r a l del documento ya dam rado. El Plan será sometido durante su vigencia a cuantas revisiones fueren necesarias, con la conciencia de que estas re­ visiones constituyen un fenómeno normal en una buena planifica - c ión, Es previsible que el p r o c e.s o dinámico en que la program� c ión consiste pueda llevar, incluso, a anticipar la formación de un 11 Plan antes de ha be r transcurrido los veinte años de dura í c ón del primero. El Plan será desarrollado a través de sucesivos Pro gramas de Actuación de seis años de duración, de los cuales el primeru comprenderá inicialmente las anualidades de 1969 a 1974. A través de su revisión anual y mediante el empleo de la técnica que en Italia se denomina de é "scorrimento", t amb i n llamada de "planes móviles", se irá extendiendo de año en año. -27- Llegado un determinado momento. posiblemente antes de finalizar la vigencia del I Plan general. resultará quizá conve­ niente prescindir de la expresada técnica para formar un Progra­ ma de duración intermedia totalmente nuevo. Fruto de la revisión anual es la existencia de un Pro - grama de Proyectos. de un afio de duración. coincidente con el Presupuesto. pero diferenciado de éste en que las previ a io ne s se establecen con la ante Iac ión necesaria para que los proyectos de obras puedan redactarse antes de la vigencia del Programa. Pre­ visiblemente este Programa operativo o de proyectos espec(!ícos se incorporará al Presupuesto. conforme a los ro nceptos más m.,S? dernos del Presupuesto-programa. concebido fundamentalmente - como un plan de trabajo en el que se especifican ,los objetivos COll cretos que la Administraci�n ha de alcanzar durante el ejercicio . económico. 3.22. Ambito '"lOcional En consideración a las funciones muní ctpate s , el plan abarca toda la actividad ne c e sa r ía para la co nae cu c ión de los fi - nes a que ha de dirigirse según el art(culo 101 de la Ley de Régi­ me n Local , tanto respecto a los servicios obligatorios como a los vo lunta r io s , As( resulta, de lo dispuesto por el a r t fc ulo 61. párr!, fo 1 del Reglamento de Qrçanizad6n y Administración municipal. Todos los seJctores de la actuación municipal están comprendidos en la planificaci6n. La intensidad del tratamiento­ de los problemas planteados viene. no obstante. graduada en rel� c ió n con la intervenci6n más o menos directa y exel u a iva de la A.!J ministración murric ipa l , tanto en la promoción como en la conse - cuci6n de los objetivos propuestos. Los elementos externos a la acción municipal son considerados. sobre todo. en tanto en cuan­ to influyen en una consideración global de los p r o blema e ; pero su tratamiento no puede considerarse más que mera.mente indicativo o tentatorio, porque la fuerza vinculante de la planificaci6n forzo­ samente se va debilitando, hasta llegar a perderse, a medida que se van aHojando los lazos que ligan a la Administración municipal con los medios adecuados para alcanzar determinados fines. Se­ r(a verdaderamente ilusorio que el Ayuntamiento pretendiera re - guIar conductas aje na s ; sin embargo. no puede renunciar á totalme:!l te a influir sobre esas conduct s , cuando las mismas coadvuvan ª la consecución de fines de la competencia municipal. Es este el c!, so de lo que en este Plan y en el Programa que lo desarrolla. lii­ guiendo una terminolog(a ya utilizada en los anteriores. se deno - mina inversi6n paralela, La promoción de esta inversión y la - creación de los e at írnulo a adecuados para su fomento, es misi6n­ que el Ayuntamiento no puede abandonar. Si por causas ajenas a la voluntad municipal la finalidad no se cumple. la intenci6n, bue .: na intenci6n de la Corporaci6n. habrá quedado formalmente plasm.,! da. -28- No son el P1an y los Programas documentos todo referidosa s los problemas de la. Ciudad, sino a los específicamente comprendidos dentro de la competencia rnuni.c ipa l , Mas es evi dente que las obras y servicios • municipales objeto de c ió n influirán planificadirectamente en la mejora del nivel de vida de la blación poque constituye su vecindario y crearán las condiciones fa-=­ vorables para el desarrollo de actividades, productivas o no, nas la aje­a c.ompetencia municipal. En este sentido es si probal:i e que,no el Plan directamente, algunos de sus efectos alcancen indi _ rectamente a toda la Ciudad. A la hora de analizar los resultados de la ó planifica c i n ha brá que tener en cuenta, sin embargo, que como es i o _ s i.bl rnpe programar por cuenta de otros, a menos que exista la bfl idad de posi­ejercer cierta influencia, medible incluso en términos cuantitativos, sob.re las acciones de éstos, no podrá contabilizar­ se como resultado propio el que depende de otras voluntades. 3,23. Ambito territorial La planificación y programación no pueden, en las grandes ciudades que actúan como núcleos de absorCión, quedar _ encerradas dentro de los límites del término municipal. En el actual estadio del desarrollo económico de los países occidentales, y prácticamente en todos los demás ámbitos, la ciudad está dejando de ser una zona de producción material pa­ 'ra convertirse en zona terciaria y residencial. La zona de pro - ducción y transformación se extiende a un área más amplia, en la cual la ciudad-capital actúa corno elemento fundamental, más 0- menos diferenciado, pero siempre dependiente de esa unidad esp!!. cial más amplia a la que a su vez determina e influye en muchos aspectos. En estas condiciones, el análisis económico de la rea lidad no puede abstraer la Ciudad del conjunto de que forma par -:: te, especialmente si se pretende una visión del lado dinámico de los fenómenos estudiados. La región - área parece ser el punto de convergencia del análisis económico-espacial. La planifica ó c i n urbana debe forzosamente superar unos límites que las pro­ pias va r iabl e s en juego han dejado de respetar. La elección de unos límites al espacio analizado debe tener en cuenta el sentido de esa tendencia general del análisis económico y la inexistencia de esquemas analíticos válidos para trazar zonas más limitadas. La reflexión es especialmente necesaria en el caso de Barcelona, donde los fenómenos que denotan interdependencia de actividades entre los dos lados del perímetro municipal son de tal magnitud - que los mismos datos estadísticos pierden relevancia si se utili - za n por separado para el Municipio. -29- Los fundamentos del Plan general de Acción municipal se basan, por tanto, en un análisis territorial más amplio, que a la hora de establecer previsiones e s pe c íf i c a s , principalmente a - través de los Programas de actuación, se reconduce necesaria mente al área exclusivamente municipal. La consideración del ámbito territorial obliga a hacer una referencia al problema de la distribución espacial de las in versiones. Sin embargo, la introducción de la dimensión espacio no puede efectuarse sin establecer previamente una. división terri­ torial de la Ciudad, que revise y actualice la actual distribución - en distritos y barrios, que no resulta apta para dicha finalidad, al haberse roto el equilibrio poblacional que pr e t e ndIa alcanzar, y - persistir otros desequilibrios muy marcados. Cuando esta nueva división territorial se haya efectuado, la p l.a nif ica d ón sectorial - deberá ir completada a escala de Programa de Actuaci6n con una distribuci6n racional de la inversión entre unidades de territorio ( fundamentalmente distritos y para ciertos sectores quizá incluso barrios). -30- 3,3. Condicionamientos Diversos son los elementos que ha sido de precisor a r a la hora de emprender la consiardua tarea de elaborar el Plan general de Acción municipal y su primer Programa de Los más básicos Actuación.y fundamentales, que zón constituyen a la vez su ra de ser y su contenido ( volumen de -inve r s io ne s necesarias ra satisfacer las panecesidades -previstas y medios económico-fi nanc ie r o s disponibles), son objeto de especial comentario en otros lugares de dichos documentos. Aquí importa sólo destacar ot r osdo s factores, de naturaleza dispar y dè tangeQ,tes a la esencia la actividad programada, pero cuya confluencia ha grandemente inspirado _ la confección del Plan. 3,31. Aceptación de la planificación. El primer factor que interesa poner de relieve con s i s te en la superación del viejo signo bajo el que ha venido desen volviéndose la Administración municipal: organizàción deficien-: te, técnicas inadecuadas, falta de coordinación y de la debida blicidad, pu­y ausencia de una indeclinable rendición de cuentas. Por ello, pese a todas sus inevitables deficiencias, lógicas en una labor i n i c i a k es posible augurar éxito a la programación si se acompaña de una "atmósfera social" -de ideas vorables yactitudes-fa­.a la asimilación serena y convencida de sus exigencias e implicaciones. Hubiera resultado difícil que la previsión de la actividad de nuestro Municipio adelantara a la de toda la econo mía nacional plasmada en el Plan de Desarrollo económico eial y so­ para 1964-1967, entre otras razones, por la necesidad de despejar una serie de incóg nitas económicas de alcance Si general.se atiende al ejemplo contemplado por el Plan nacional, la ni Ii cac ió pl�n francesa, resulta claro que el proceso de ción programade inversiones de los entes locales -planes de de equipamientoMunicipios y Departamentos- fue una simple secuela de la n if i pl.,èc a c ió n económica na c i o ua l . í Es ndi s cut Ibl o , por tanto, que el Plan nacional de Desarrullo ha supuesto un considerable progreso en la mentali­ dad económica del país para aceptar la necesidad de prever y coordinar el desenvolvimiento de la función administrativa. Sa­ tisface a todos -yen primera línea a quienes tenemos la honrosa responsabilidad de la gestión pública- que la opinión ciudadana _ esté hoy mucho más l'reparada que cuando se ofreció el primer _ Programa p r ov i s i o na l , para asimilar el fundamentu ó y el propósi­ to de la programac i n municipal. Es altamente revelador de es- - 31 - te espíritu de comprensión el interés que en las diversas fases - de la labor preparatoria han demostrado las Juntas de Distrito, manifestado en su intensa y eficaz colaboración. Conviene resaltar que la planificación supone, ante - todo, para los miembros de la Corporación y sus funcionarios, y además para la Ciudad, una visión distinta y, desde luego, más correcta de las necesidades de la misma y de la forma. de resol­ ver los problemas que plantean, que implica: a) Facilitar, en cada sector de actuación, el conoci - miento del mismo, especialmente por quienes, desde su pue sto político o funcional, están llamados a servirlo y desarrollarlo. b) Prever las necesidades para un período que reba­ sa el meramente presupuestario, siempre fragmentario y de ca.! ta duración. c) Enfocar globalmente las cuestiones, en forma que la actuación limitada y específica de cada sector quede encuadra da dentro del sistema general de prioridades del Plan, para de;: cartar cualquier tendencia al compartimiento estanco y al excl!:!, sivismo dentro de la actuación municipal, y conseguir así la de - bida coordinación de proyectos y realizaciones.' d) Referir toda la actividad municipal a las exigen cías generales de la economía ,nacional o local; y e) Tener informado al ciudadano -al que la Co r.por a > ción sirve y se debe- de cómo se puede y se piensa atender las aspiraciones de la comunidad. Los indicados efectos se han producido ya en buena - parte e rnïor mado las tareas encarnadas en esta segunda etapa - planificadora. Puede afirmarse que todos cuantos laboran por - la Administración municipal en puestos responsables han adquí rj, do el pleno convencimiento de la necesidad y de las innegables ventajas de la planificación y programación. Con la planificación y su inherente publicidad la Ciu­ dad se habituará a cònsiderar los problemas de Barcelona en su unidad, para establecer entre ellos, con supresión de visiones - parciales o interesadas, la debida prioridad de atenciones. Se f2, cilitará así la formación de la tan necesaria conciencia ciudada­ na, sin la cual resulta difícil toda actuación pública. -32- 3,32. Coordinación con los Planes nacionales Por imperativo legal (art. 31-3 de la Ley Barcelona) el Plan especial de general de Acción debe con los municipal coordinarsePlanes nacionales, La expresión "Plan na c i'oria I!' ha de referirse in­ dudablemente, al Plan de hoy,Desarrollo Económico y Social. Sin em­ bargo, no puede olvidarse, de una parte, la existencia de Pfa ne s sectoriales de ámbito nacional, como el de la Vivienda 1961-1976, y, de otra, la aprobación de Planes relativos, espec(ficamente al Municipio de Barcelona, como los de Enlac e s ferroviarios, Acce­ sos y red arterial y Red de Metros, que sonemai{ado nacionales en cuantohan de la Administración del Estado y no de la _ c íóri barcelonesa. CorporaPor -ra z ona s sistemáticas, la consideración de estos Planes de distinta naturaleza se hace en los tes estudios correspondien­sectoriales. Si bien las Corporaciones locales han de coordinar su actividad con la del conjunto de la vida nacional, ello ha de ser sin perjuicio de la auto nornfa necesaria para .e l fines. cumplimiento de sus As f lo r e c o no c Ia el I Plan nacional. No conviene olvidar que todo ente' local, y aún más el Municipio de Barcelona, por sus caracter(sticas e en todos importancialos órdenes de la vida nacional, actúa dentro del marco ins­ titucional general y del sistema de objetivos establecidos la e conornfa parade la Nación. Bajo este prisma, a la hora de formular la planificación municipal, surge una te or Ia de cuestiones lución cuyay efectos sQ escapan evidentemente de la esfera de cia del competen­Municipio. Baste a este respecto citar, entre las más destacables, las que ofrece la estructura del sistema tributario _ municipal, las limitaciones de la apelación al crédito y los fines de la planificación económica nacional. El Ayuntamiento no actúa, pues, libremente, al solo­ impulso de Sil voluntad o de su buen deseo. sino limitado por si tu a c i o n a s j u rId i c a s o econórnicas que escapan a su competencia y que, en tanto no se renueven, debe aceptar. y ello conviene que sea conocido por la Ciudad, pues solamente su decidido empeño _ en superarlas puede facilitar la adaptación de las exigencias de la Urbe a las posibilidades económicas de la Na í óc n , La coordinaci6n del Plan general de Acci6n el Plan municipalcon nacional de Desarrollo debe entenderse fundamental _ mente en relaci6n a-Lo s aspectos de este último que afectan direc­ tamente a la actividad municipal, como son las decisiones taciones yrelativas oriena Transportes, Sanidad, Vivienda Corn í y Urbanismo.e r c o Interior (Mercados Centrales), Enseñanza donde y Turismo, _ se establece un techo para la inversi6n pública local agreg!!, -33- da. En el primer Plan nacional el núcleo de previsiones de desa - rrollo atinentes a las Entidades municipales se encontraba en el - subsector de "Obras y Servicios de las Corporaciones Locales", - que con palabras del mismo Comisario del Plan, constituía un "ba - lance o estado de situaci6n en cuanto concierne a la Administra ci6n local -en verdad, no muy ha.Iag üe ñov , realizado en forma co,!! cisa pero suficientemente detallada". En el II Plan esa considera­ ci6n del ámbito municipal, con especial a ce nto en las grandes ag12 meraciones urbanas, está,incluída en el sector de "Estructuras y Servicios urbanos". Interesa señalar dos puntos importantes con respecto­ a la coordinaci6n de los planes municipales con los nacionales: el . primero se refiere al planteamiento general de las diversas' funci2 nes que han de desempeñar. determinadas zonas y áreas-del territo rio nacional o estrategia de desarrollo que ha -de definirse en los ::­ planes nacionales; el segundo se centra en la coherencia financie - ra, en la selecci6n de recursos, en la decisi6n de inversiones pú­ blicas localizadas. En la estrategia de desarrollo urbano y metropolitano!" que el 11 Plan de Desarrollo Econ6mico y Soçial configura a esca - la nacional, debe confluir el esfuerzo coordinador del I Plan gen!, ral de Acci6n municipal en relaci6n a la Ciudad, la Comarca y el Area metropolitana. La plan,Hicaci6n e conórní ca nacional está eJ:U pezando a definir las líneas básicas de' una, estrategia territorial - a cuya elaboraci6n Eje invita pr e cí sarnente a la Adminis.traci6n lo - cal. En el' I Plan esa estrategia derivaba de una idea fundamental: los Polos de desarrollo. La doctrina econ6mica predominante en aquel momento estimaba que el desequilibrio regional frena el de­ sarrorlo e eonórni c o global y que las grandes ciudades se han de descongestionar mediante acciones emprendidas fuera de su sona¡ localizando en otras regiones y áreas buena parte de las nuevas - inversiones. Al tiempo de elaborar el 11 Plan la experiencia de - los años anteriores ha producido matizaciones significativas. En esos años, en efecto: - Las cotas de inmigraci6n previstas, que siguen las­ direcciones tradicionales, se ven netamente-aupeea­ das. - La inver si6n pública local prevista no puede sino in­ tentar que no aumenten los niveles de déficit de in - fraestructura existentes. - Las economías externas de' las grandes aglomeraci2 nes urbanaa implican que la desconge·sti6n de las mi.,! mas se¡ haya producido sobre todo a su alrededor" - A nivel científico, los estudios empíricos de 1011 es­ pecialistas definen una "estructura del sistema de - ciudades" ligada a cada nivel de desarrollo • .,.34- La doctrina econ6mica que ahora prevalece reconoce _ que el resultado de una adecuada inversi6n en infraestructura en _ las grandes aglomeraciones urbanas (beneficio social menos cos _ to social) puede ser mayor que el resultado de la descongesti6n en otras zonas. En el II Plan se sigue afirmando, igual que en el pri _ mero, que es "deseable contener el ritmo de expansi6n de las grandes urbes"; pero, al Iado de la óa c ci n en los Polos, se insis _ te en la definici6n y planteamiento de las necesidades de las áreas metropolitanas. Se indica que las diferencias regionales de renta "constituyen un freno al desarrollo general"; pero se las subraya queactuaciones territoriales han de "hacerse compatibles con el _ ritmo de crecimiento econ6mico global" y ser resultado de un "análisis de rentabilidad econ6mico-social de' las inversiones". í La poHt ca de desarrollo regionai "consiste en paliar las excesi - vas desigualdades de renta por habitante entre las distintas regio­ nes y fomentar la utilizaci6n de sus recursos potenciales", y deja de ser por tanto el mejor mecanismo de descongesti6n. La acci6n regional incluye con énfasis "la actuaci6n sobre las grandes con _ centraciones industri ales y las zonas congestionadas". El Plan general de Acci6n municipal de Barcelona no­ ha olvidado, en lo que puede afectar al Municipio, la tarea que ha emprendido la Adrn ini s tr a c i ón de definir eLrrtapa í.ndu s t r ia.Ij de E.!!, pa ña ante su apertura al Mercado Común. Se trata de una definic­ ci6n que depende de muchas variables y que habrá de irse ajusta,!! do en la medida que se desarrollen los sucesivos planes de inver­ siones públicas y programas de inversi6n rnunic ipale s, Ei otro punto que convenía destacar es la inserci6n de la actividad inversora municipal en el programa de inversiones del sector público. La coordinaci6n en e sta mater ia ha de afian - zarse cada vez más, y el mismo II Plan de Desarrollo insiste en­ que "se pretende fotre ntar la intervenci6n, cada vez más directa, de las Corporac íone s Provinciales y Locales y de las Comisiones Provinciales de Servicios Técnicos en la promoci6n del Desarro­ llo regional y en la ejecuci6n de las inversiones programadas", y que "a los municipios cuyo volumen de poblaci6n lo acoÍi'seje, se­ les concederán las adecuadas facultades de ordenaci6n y gesti6n - urbanística". Se establece además con toda precisi6n que la coo!, dinaci6n de planes locales y nacionales de inversiones constituye­ uno de los objetivos del Plan: "Se establecerá una estrecha coor­ dinaci6n entre las diversas esferas de la Administraci6n, basada­ en criterios de unidad de preparaci6n y de diversidad en la ejecu­ í c ón!", o, en otras palabras '�una e atr e cha coordinaci6n entre las­ diversas esferas de la Administraci6n en las fases de planeamien- to y programaci6n". El Plan "financiero de este Plan general de Acci6n m!;! nicipal presenta el planteamiento de esa coordinación a travéfil del límite de recursos disponibles; el Plan de Obje tivos y el Plan de Obras y Servicios reconocen la "lógica de la e s ca ae a" y que -35- las aspiraciones de la comunidad barcelonesa en orden a la satis­ facci6n de sus necesidades deben armonizarse con los requeri mientos de la política econ6mica nacional. El desarrollo del Plan habrá de irse ajustando, en los momentos oportunos, a las dispo­ siciones estatales que se dicten en ejecuci6n de aspectos de la in­ versi6n pública que s610 están indicados. En este contexto, en el apartado 1,2 se ha hecho ya - una breve alusi6n a las dificultade s que plantea a la planificaci6n­ municipal, desde él punto (le vi.sta de su adecuaci6n a la nacional. la falta de correlaci6n temporal de amba s : una concepci6n de de - sarrollo adoptada en un Plan de cuatro años (nacional) tiene que - afectat' forzosamente. no s ól o las proyecciones de un Plan rnuni ci pal de veinte años, sino también la ejecuci6n de los sucesivos Pr2. gramas de seis anualidades . . Sin embargo. como el Plan general se desarrolla me - diante Programas de·Actuaci6n de seis años y Programas anuales de obras. la técnica de "plan m6vil" utilizada permite adaptar constantemente las líneas generales de aquél a los perfiles. de la - planificaci6n nacional. Adquieren entonces un especial relieve los problemas de co or dí na c ión financiera. puesto que en los Pro - gramas de Desarrollo deben ya indicarse concretamente los me - dios de Hnanc iac i ón, aunque s610 se concreten a dos años. Un ponderado estudio de las posibilidades de La' Gorporaci6n en este -. campo hará posible formular La adecuaci6n de medios a fines. bá­ sica para una correcta programaci6n. Cabe recordar aquí. aun - que en el estudio del Plan financiero tendrá cabida una más deta - llada consideraci6n, que en el II Plan se alude expresamente al - prop6sito de racionalizar los criterios de distribuci6n del crédito entre las Corporaciones Locales en base a un plan. conectado con el de Desarrollo y, por tanto; también de cuatro años. Ello re - forzaría sensiblemente la seguridad de las previsiones financie - ras municipales y, desde un punto de vista técnico. conatítuí r ía un valioso instrumento de coordinaci6n: Debe señalarse también que el sistema de asistencia­ financiera del Estado y el análisis de la inversi6n pública parale - la a la municipal son los instrumentos más flexibles que en la práctica pueden realizar la coordinaci6n. En el Programa de Ac­ tuaci6n 1969-1974 se recoge la valoraci0n concreta de los niveles de satisfacci6n a alcanzar por la Ciudad ,�egún el Programa de Iu versiones Públicas 1968-1971. Por último, cabe referirse a que la ordenaci6n del territorio es una de Ia s .tar ea s en que la J}.dministraci6n pública - y la iniciativa privada se interpenetran con mayor intesidad; la - primera, como creadora de las infraestructuras que definen cada . vez más el territorio, y la segunda, en la medida en que muestra una pr e ocupa c i 6n creciente no s610 por el cuándo y el cuánto de - la inv e r s i óri, sino también por el lugar en que habrá de localizar" se. El Plan de Actuaci6n municipal parte de una estructura de - crite rios locacionales definidos no s610 en el Plan nacional global. -36- sino también en los estudios regionales y de áreas metropolitanas, así como de localizaci6n industrial, cuyas orientaciones recoge. La planificaci6n, tal comol resulta de este esquema, - constituye para la Administraci6n locai la única 6ptica para revi sar con realismo toda la historia de la crisis municipalísta y para­ ofrecerse como aparato administrativo eficaz y representativo a - nivel local. .;37- 3, 4. Estructura El Plan general de Acción municipal consta de una In­ troducción y de dos partes, de las cuales la primera incluye el es­ tudio analítico de la Ciudad y de los Servicios municipales, y la s� g unda , o Plan propiamente dicho, abarca las tres secciones que marca la Ley, es decir, Plan de objetivos, Plan de Obras y Servi­ cios y Plan financiero. Además, se inserta una consideración fi - nal. Introducción. Contiene, como se ha visto, unas consi­ deraciones preliminares sobre el significado y alcance de la plani­ ficación, tanto en términos generales como en su aplicación con - creta en el Municipio de Barcelona; una exposición de anteceden - tes relativos a los trabajos de carácter planificador y programa - dor ya acometidos en .e sta Corporación, y las circunstancias que concurren en el proceso de formación de este I Plan, relativas a las caracteri'sticas de los documentos de esta clase, a su ámbito - de aplicación, en sus tres vertientes temporal, funcional y territ2- rial, ya los condicionamientos que deben tenerse en cuenta en su formulación. Se cierra la Introducción con esta somera reseña acerca de la estructura adoptada para la presentación del Plan. La primera parte .incluye, como se ha dicho: Estudio anali'tico de la Ciudad. E'stá destinado a ofre - cer una vision general de Barcelona, pero sin ceñirse a los probl� mas municipales, sino con una perspectiva más amplia. Como la planificación de la Ciudad, económicamente hablando, no se diíerencia esencialmente de la planificación a es - cala naciona.Í, este capftu lo va destinado a considerar a Barcelona desde la perspectiva económica y social como una unidad, con sus propios r ecue so s humanos y materiales y dentro de un sistema completo de reladones con el exterior. Se ofrece asimismo una informaci6n de los principales factores del crecimiento y de la estructura económica de la Ciudad., proyectando hacia el futuro las tendencias halladas, con las corres ciones que la experiencia o las circunstancias aconsejen en esta - previsión. El "medio Hs íco-" y, .sobre todo, la 'población" son e!, tudiados con cierta profundidad, ap.rovechando la rica documenta - ción de que se dispone sobre estas materias. Por el contrario,los aspectos económicos meramente se bosquejan, aunque en las ma� rias en que se ha dispuesto de los trabajos básicos, destinados a - suministrar los datos necesarios. el estudio se desarrolla con el debido rigor cienti'fico La visión general de la Ciudad se cierra con una consi deración de los factores sociales -canalizados a través de la inmi -38- gración, la cultura, la sanidad y la vivienda- y urbani'sticos -de - tanta trascendencia en la hora presente y de cara al futuro-. Estudio de los Servicios municipales. Tiene to por obje­analizar, uno por uno, los Servicios municipales, de a cue rde - con la sectorización previamente establecida, y poner de manifies to la aptitud y potencialidad de los mismos para acometer el desa': l'rollo de la labor de planificación y programación. Con la mayor uniformidad -salvo escasas desviaciones, impuestas en algunos sectores por la peculiar naturaleza de su con tenido-, se hace una exposición de la evolución del Servicio, des :­ de su creación o asunción por el Ayuntamiento de la función, hasta la formación del Plan; se describe, luego, la, situación actual del Servicio, con expresión concreta de su capacidad en unidades frsi­ cas y se relacionan las disposiciones reguladoras de la materia. La segunda parte del Plan, como se ha indicado, abar- ca: Plan ne objetivos. Fija los. objetivos generales del crecimiento urbano, analiza la función de la .Ci udad en su zona de influencia y hace una referencia al futuro ur banfs t ico de' Barçelona. Ofrece una visión cuantitativa de la actuación municipal, tanto 'en la vertiente histórica de niveles alcanzados corno en la de determi nación de nuevos estándares en la prestación de los servicios, y:­ concluye con una previsión de las ne c e s ida.de a sectoriales, media.,!l te la proyección de las variables de base, tanto en los sectores de nominados de "inversión discontinua" (Urbanismo, Transportes-: subterráneos y Abastecimiento de Agua ), como en los de "Inve r - sión continua"( todos los demás ). Plan de Obras y servicios. Se inicia con el estudio del déficit existente en obras y servicios municipales; formula una previsión .de los problemas urbanos, con proyección,cuando es po s ib le hacerlo, hasta 1990, y estudia los factores que influyen en el coste de los servicios, para deducir de todo ello las perspecti - vas de la Ciudad a lo largo del perrada del Plan. Plan financiero. Describe el marco ero nómico-finan­ ciero dentro del cual se ha de desenvolver la actividad municipal. Tras una breve reseña histórica de la Hacienda municipal, en la que se destacan únicamente ciertos aspectos relevantes, y unas consideraciones sobre el régimen tributario peculiar de Barcelona y la incidencia en el mismo de leyes posteriores, se determinan - los objetivos de la acción financiera de la' Corporación en el ámbi­ to del Plan y se analiza el equilibrio de medios y fines, que define la posibilidad de la planificación. Consideración final. Constituye una recapitulación de '­ los puntos más significativos del análisis efectuado y establece las conclusiones que han de servir de base para la formación de los s_E cesivos Programas de desarrollo del Plan general de Acción muni­ cipal. -39-