LA ACTIVIDAD TURÍSTICA MASIVA Y SUS CONSECUENCIAS SON LOS RECLAMOS MÁS DESTACADOS DEL VECINDARIO DEL GÓTICO  En el programa ‘Visita a los barrios de la ciudad de Barcelona’ de la Sindicatura de Greuges de Barcelona, la síndica Vilà ha recogido las demandas de la Associació de Veïns i Veïnes del Gòtic y otras entidades del barrio.  El vecindario defiende que la actividad turística masiva que sufre el barrio tiene efectos perniciosos: actividades ilegales, contaminación acústica, pérdida de población y carencia de comercio de proximidad, entre otras.  La Síndica ha preguntado por los aspectos positivos, entre los cuales el vecindario ha citado: la tarea del SIPHO; la ejecución de procesos participativos; buena interlocución con el Distrito, o la valoración positiva de la limpieza y recogida de la basura, entre otras. Barcelona, 18 de abril de 2019 - La síndica de greuges de Barcelona y miembros de su equipo asesor han visitado el barrio Gòtic en dos ocasiones en los últimos meses: la primera con representantes de la Associació de Veïns i Veïnes del Gòtic, La Negreta, Resistim al Gòtico y Acció Gòtic, y una segunda, con representantes de la Fundació Familia i Benestar Social, del proyecto Aprenems Junts y el Casal de Gent gran, en representación de entidades como la Fundació Esperança y otras. Entre los aspectos a mejorar por parte del Distrito de Ciutat Vella, la Síndica de Barcelona, Maria Assumpció Vilà, destaca los siguientes: la intervención sobre el impacto que el turismo y el modelo económico tienen en el barrio, con la consiguiente pérdida de población y de comercio de proximidad; el estudio del número de bancos y sillas en el espacio público para efectuar las correspondientes mejoras; la regulación y control de los diferentes vehículos rodados que dificultan la movilidad a pie por el barrio, y la escucha a la red de entidades del Gótico a efectos de la posible reducción de la plantilla del CSSG y la consiguiente valoración de la tarea comunitaria realizada. Primera visita con el vecindario El vecindario considera que la actividad turística en el barrio está masificada y este es uno de los problemas más graves que sufren. Entienden que el turismo comporta actividad económica con unos efectos positivos, pero también se generan efectos perniciosos, como actividades ilegales, ruido, ocupación del espacio público y el incivismo, entre otros. Uno de los puntos que consideran más perjudicados del territorio es la calle Escudellers, con tres discotecas (alguna de ellas cierra a las 6 de la mañana). El vecindario también cita la zona ubicada debajo de la calle Ferran y especialmente los entornos de la plaza Reial, que están muy afectados por el ocio nocturno. Creen que “en cualquier otro barrio sería impensable una zona con el mismo nivel de quejas” y manifiestan sentirse abandonados por la Administración, que no resuelve esta situación. Opinan que la Ordenanza de terrazas (en la cual contribuyeron a través de procesos participativos, especialmente por el interés a mejorar espacios, como la plaza Orwell, la plaza Reial o la Boqueria) ha sido aprobada según la voluntad de los propietarios de los locales de pública concurrencia y no la del vecindario. Otro grave problema que afecta el barrio es la pérdida de población. La presión efectuada por el mercado inmobiliario y la dificultad para poder desarrollar una vida cotidiana normal, tanto por el exceso de actividad económica y sus efectos como por la carencia de servicios para el vecindario (no hay centros de día ni centros residenciales públicos para gente mayor, ni equipamientos para jóvenes) y la desaparición de comercios de proximidad, no ayudan a que las personas quieran quedarse a vivir en el barrio. Progresivamente va habiendo menos niños y también menos plazas escolares. Exponen que el adrón no refleja necesariamente, en el caso del Gótico, las personas que viven, dado que muchas siguen empadronadas después de alquilar su piso como HUT (Vivienda de uso turístico), cuando en realidad viven en otros lugares. “Es necesario un plan de choque para conseguir que el barrio no siga perdiendo población”, manifiestan las asociaciones vecinales. Una de las quejas del vecindario es la existencia de los clubes de cannabis, una actividad ante la cual consideran que hay impunidad, y defienden que cuando se abre uno ilegal y se consigue que se cierre, se reabre de nuevo otro en una nueva ubicación del barrio. En materia de seguridad, consideran que los problemas del barrio están especialmente vinculados con la droga y con la presencia de mafias de origen italiano y ruso. Creen que hay que estudiar las vinculaciones de las redes de mafia con la incidencia en el alquiler de locales y viviendas, y la actividad que se desarrolla alrededor de los clubes de cannabis. En cuanto a la recogida de basura, han conseguido mejorar los horarios y que los vecinos bajen la basura justo antes, a pesar de que los turistas no siguen este protocolo. No disponen de recogida neumática ni la quieren. Segunda visita con entidades y servicios La segunda reunión de la Síndica de Greuges de Barcelona fue con representantes de la Fundació Familia i Benestar Social, del proyecto Aprenem Junts y el Casal de Gent gran, en representación de entidades como la Fundació Esperança y otras. Exponen que las entidades, servicios y proyectos a los cuales representan, forman una red de trabajo comunitario que pretende el empoderamiento de las personas y manifiestan su voluntad de defender este modelo de trabajo de años de recorrido en el Gótico, con unos resultados positivos objetivables y con la percepción de un trabajo de calidad por parte de la ciudadanía. En estos resultados, opinan que ha contribuido de forma decisiva el Centro de Servicios Sociales de Gótico (CSSG), que cuenta con el que consideran un buen y estable equipo de trabajo desde hace más de 20 años. Este modelo de trabajo comunitario se podría ver amenazado si se confirma que, para la creación de centros SADEP (Servicio de Atención a la Dependencia), se reduce el número de personal técnico del CSSG. Por este motivo, presentaron una queja a la Sindicatura de Greuges de Barcelona el mes de septiembre de 2018, de la cual se sigue a la espera de la recepción del pertinente informe del IMSS. Relatan que también se han dirigido a la tinenta de Alcaldía de Derechos Sociales, e intervinieron en el Consejo de Barrio para preguntar a la regidora de Ciutat Vella sobre el tema, la cual les respondió que la sede del SADEP en Ciutat Vella está en obras y que el recorte podría ser de un único profesional. Consideran que deben poder abrir una línea de diálogo sobre este tema, para poder garantizar la continuidad del proyecto de barrio, la calidad del trabajo y el futuro de este. Un ejemplo de la buena tarea del trabajo comunitario es la escuela bressol de 24 h, en la cual se trabaja desde la Fundació Esperança, o los tres pisos cedidos por Habitat 3 y arreglados por el Pla de Barris, que serán habitados por personas usuarias de los servicios sociales. Otros ejemplos de la efectividad del trabajo en red que se desarrolla es que la propuesta de “illes socials” o el proyecto “Radars” no se implementan en el Gótico, porque ya se está funcionando con aquellos parámetros desde hace más de 20 años. Como las asociaciones vecinales ya nos habían manifestado, también creen que el barrio Gótico es uno de los que ha perdido más población en los últimos años. Consideran evidente que el barrio está sufriendo un proceso de gentrificación y que actualmente la población que queda es la más excluida. En paralelo, también ha crecido la oferta de viviendas con servicios para gente mayor, hecho que ha generado que mucha gente mayor deje el barrio para ir a vivir en mejores condiciones, aunque esto haya supuesto alejarse de su entorno, dado que no hay viviendas con servicios al Gótico, como tampoco hay plazas residenciales públicas. Les preocupa el casi inexistente comercio de proximidad (que se ha ido sustituyendo por comercios dirigidos al turismo), hecho que supone un problema para la continuidad de la vida vecinal al barrio y de subsistencia para aquellas personas que tienen dificultades de movilidad o afectadas por la brecha digital. A este problema se añade que muchas fincas no disponen de ascensor, cosa que dificulta todavía más el acceso al espacio público y por tanto a los servicios y comercios. Los problemas de movilidad a pie por el barrio para la gente mayor se acentúan ante la carencia de bancos para sentarse y la cantidad de widgets que circulan por sus calles. Otro problema que verbalizan es en el marco de la atención en salud, porque el CAP Gòtic resulta pequeño y obsoleto para las necesidades actuales. El equipo del CAP también comparte recorrido con la red de entidades y equipamientos sociales del barrio, y cuenta también con un equipo muy estable de profesionales. Aspectos positivos destacados De las dos reuniones llevadas a cabo, la Síndica de Greuges de Barcelona también ha preguntado por los aspectos positivos del barrio: la satisfacción con la tarea del SIPHO (Servicio de intervención en situaciones de pérdida de la vivienda y/u ocupaciones); la ejecución de procesos participativos; la buena interlocución con el Distrito de Ciutat Vella; la lucha para evitar la contaminación acústica; las actuaciones para detectar y cerrar HUTs (Viviendas de Uso Turístico); la existencia de la Escuela Bressol Carabassa fruto de las reivindicaciones vecinales; y la buena valoración de la tarea de limpieza y del modelo de recogida de la basura.