- •i'Ki W: 'ÍÍ-ÍÍÍ: 4'^'> s-í ífe; 1='"-^«¿¿'.'¡'"¿^-l: • * i·rÀ·i· í^K: CERÁMICA VALENCIANA MARCAS ALFARERAS DE PATERNA POR F. àlmarche Vázquez m VALENCIA.-1918 IMPRENTA DE ANTONIO LÓPEZ Y C.' Calle Isabel la Católica, niím. 5 í CERÁMICA VALENCIANA MARCAS ALFARERAS DE PATERNA POR F. Almarche Vázquez \ --■-o' -í ' u - VALENCIA. - 1916 IMPRENTA DE ANTONIO LÓPEZ Y C.» Calle Isabel la Católica, núm. 5 Tirada de 100 ejemplares N.° 7 Oí ^. ¡[¡A./CÍAJ'^ 'é{í4^ Jí¿y Irw. JLl·XAuyi^ MARCAS ALFARERAS DE PATERNA Entre la multitud de objetos que se han descubierto en las profundas y ordenadas excavaciones practicadas desde 1908 en los ahora de nuevo renombrados íesíars de la vecina villa de Paterna, hemos recogido una serie bastante numerosa de marcas o sellos de alfareros y en cuya posesión estamos, debido a la galantería del anticuario D. José Almenar, afortunado y primer excavador de dicho testar. Muchas sorpresas ha de proporcionar el estudio de la ya rediviva cerámica verde de Paterna. La fina eje- cución y laboreo del barro, la A brillantez y fijeza de su vi- o®o driado, la singularidad de sus recargados dibujos, la delica- deza de sus estilizaciones, el incomparable arte en la com- posición, la armónica combina- ción de sus variados elemen- tos, hacen de esta singular cerámica un género aparte en la inagotable e inexhausta his- toria de la cerámica valencia- na, cuando estos frágiles y alados productos eran trans- portados por el comercio mun- dial a todos los países ade- o lantados y su obra de tierra >c L esmaltaba los bazares y finells O de los Papas, Reyes y mag- nates, con las brillanteces de oro y la cromática coloración de los verdes, azules y amari- líos. La soberbia colección del Sr. Almenar y la del Sr, Gó- 4 mez Novella, cuando sean co- nocidas darán motivo a largos estudios entre los eruditos, y Marcas a punzón en los cilindros este nuevo resurgimiento de modelos abandonados será fuente de inagotables veneros de arte simplicísimo, popular, en el que la imagi- nación creadora de los artistas valencianos de los siglos medios forjaron un mundo fantástico de quimeras y endriagos, de flora exótica e irreal, dentro de los estrechos límites de frágil y quebradiza vajilla. Marcas o sellos de fabricación no se han encontrado ni uno solo en los objetos vidriados que en tanta abundancia se han desenterrado en Paterna. Ni en los platos completos, ni en el inmenso número de fragmentos se puede adi- vinar una sola marca. Tampoco se puede afirmar su existencia en la obra de Manises anterior al siglo XVI. En algún objeto posterior a esta fecha hemos 4 FRANCISCO ALMARCHE visto alguna rúbrica aislada en el revés de las piezas; no han perdido toda- vía interés los eruditos artículos de D. Alvaro Campaner y Fuertes d) sobre marcas en la cerámica de Manises, en su controver- ¡¡»^i lili j·iiii·iS·gMir·' sia con el Barón J. C. Davillier. Sin embargo, algunos azulejos de Manises aparecen firmados, y entre ellos poseemos uno de los comienzos del siglo XVI, en cuya parte posterior se ve la firma de Acmet Allami, ILJiT^'^í ^ medio barnizada. J Las numerosas leyendas, siempre cortas, que tienen 1 algunos platos y escudillas de los siglos XIV y XV " ^ , J r no son más que leyendas coránicas escritas unas - veces en caracteres cúficos y otras muy abundantes „ ... . de la fórmula ritual del Cruz en árabe en un cilindro nesji.rAparte alafia, , r, se encuentran otras en nuestra colección que se refie- ren al uso del objeto o también coses molfes De esta obra se ocu- paba el Cronista Viciana, en el siglo Estrena en un cilindro XVI, al referir el señorío de D. Alonso de Aragón sobre Paterna, donde se labran muchos y muy buenos vasos de tierra y tinajas grandes Las marcas, que a nuestro parecer son las más antiguas entre las selladas, están grabadas en unos ^ objetos auxiliares para el ""j ■" ^ 1 en forn e de las piezas, y re- ^ cibían el nombre de ma- los más primitivos carecían j de sello. Son unos cilin- poco más de medio I metro de altos por cuatro ' ^9||^ î' ''" ' í ,ç cinco j o centímetros de diá- ' - - metro, siendo más gruesos f ' conforme son de época . f ,Cv ,.... 'y.-^ 1 más cercana, y terminando en punta poco pronuncia- Variedad de iiave, a punzón da. Su dcStinO era el de sostener las pilas (carrelis) de platos o escudillas, que, a partir del piso del horno, se colocaban, vertica- les, entre los huecos que dejaban las pilas, sosteniendo el peso de los rodelís (1) «Dudas y conjeturas acerca de ia antigua fabricación maiiorquina de ia ioza con reflejos metáiicos». Museo Bajear de Historia y Literatura, Ciencias y Artes. Raima, 1875. «Más sobre iozas con reflejos metálicos». Raima, 1876. «Todavía iozas con reflejos metálicos». Reus, 1885. í (2) Regiment de ia cosa publica... ordenat per io reuercnt mestre Francesch Eximcnis, Valencia. Xristofoi Cofinan, 1499. En io carta dirigida a ios Jurados de Valencia de 1585 que sirve de Rroiogo. (5) «Segunda Rarte de ia Coronica de Valencia», compuesta por Martín de Viciana. Rubiícaia nuevamente ia Socie- dad Valenciana de Bibiiófiios. Valencia, 1881, pág. 76. MARCAS ALFARERAS DE PATERNA 5 que formaban la capa superior; cada uno de estos diferentes pisos estaban sepa- rados por piezas planas de barro sobre las que descansaban los cilindros y piezas de las emplanilladas superiores, con lo cual se conseguía que el peso gravitara sobre el suelo del horno y no sobre las piezas que se habían de cocer. Todo este aparato estaba unido por los colomíns o cintas de barro que tapaban las desigualdades. Unas piezas estaban separadas de otras en los carrells por trébedes o ferrets de barro de los que se encuentran millares en los testa- res de Paterna y Manises. El señal de los ferrets se conoce en todas las piezas de ce- Variedad de llave, a punzón rámica, incluso las más perfeccionadas, por tres puntos en su superficie interior o exte- rior, impresos en la cubierta o barniz. El uso de los cilindros desapareció en Manises por los últimos años del siglo XVIII, cuando el emplanillado se arregló por medio de cajas redondas en cuyo interior se colocan las piezas, quizás debido a la influencia de los nuevos métodos ceramistas de Alcora. Consérvase actualmente en las olle- rías de Teruel, donde se emplea el fuego libre. El detenido estudio de las diversas capas de restos cerámicos, Í según apa- J recían en los testares de Paterna, nos « indican muy a las claras que la pri- mera fabricación desaparecida fué la Hoja hecha a punzón de la obra fina o vajilla verde y por último la azul, quedando únicamente sus grandes hornos para la cocción de la obra aspra o comuna, que es a la que se refieren los historiadores y documentos de los siglos XVI y XVII. Estos cilindros o marreUs debieron ser empleados para la cocción de estas piezas primitivas cuando la fabricación alcanzó una extensión considerable; algunos de estos utensilios conservan manchas de vidriado de estos colores que „ — ^ nos indican su coeta- neidad, creyendo, como ^ hemos insinuado ante- ^ í ^ riormente, que los pri- zos como pavimentos. Hola de aiquena Colocándolos en pOSÍ- ción vertical, ha sido causa de haberse encontrado una gran variedad de marcas en fragmentos de ma- rreiis. Esta misma abundancia dificulta en gran manera su clasificación, y para facilitar su conocimiento podemos dividirlas en marcas hechas a punzón o palillo, señaladas en el barro tierno, y no son más que signos sencillos cuyo destino pudo servir para indicar la propiedad de tales enseres como pertenecientes a iin fabricante o a alguno de los hornos o alfahares. 6 FRANCISCO ALMARCHE Estos trazos son de una gran diversidad: rayas paralelas, atravesadas por otras inclinadas o perpendiculares; curvas retorcidas, que parecen caracte- res árabes, con puntos y sin ellos; triángulos irregula- res unidos por los vértices con varias paralelas a las bases; círculos varios; la cruz aspada suelta y circuns- crita en otras a diversas figuras; cruces dobles y de múltiples brazos en forma de escalerilla; la simplifica- ción de la llave, etc. Tal variedad vemos en estos signos, que solamente encontramos medio de compara- ción recordando la infinita variedad de signos lapidarios que marcan - las piedras en los edificios me- dievales, pero que en éstos siempre Mitad de un signo usado en recuerdan el modo de hacer la la cerámica, hecho a punzón técnica del dibujo árabe con el pre- dominio de línea curval. La corta superficie cilindrica de estos utensilios no se presta fácilmente al dibujo, ni eran objetos de valía para su ornamentación; así que solamente hemos encontrado in- cisos muy pocos que tuvieran complicación, y entre ellos la representación de la entonces apreciada hoja de alquena o alheña, planta abundantísima en aquella época y en la actual conocida en Valencia por tintorera ó), de cuyos tron- cos y raíces se extraía un líquido rojo grana que servía Cruz inserta en un círculo para teñir los cabellos y uñas de las moriscas y de cuyo ^ empleo habla el satírico valenciano Jaime Roig en su notabilísimo libro del «Spill o Libre de les dones». Cap alquenat front estirat. La tan vulgarizada piña que ornamenta los platos y escudelles, la encontra- mos también incisa en estos rodillos, lo que corrobora la contemporaneidad de ambos productos. Una sencilla silueta con puntos interiores caracteriza este fruto tan abundante en los alrededores del Testar y término de Paterna, lleno en aquella época de es- pesos pinares; sin embargo, la estilización de sus imbrica- ciones y la manera particularísima de su dibujo indican el marcado gusto oriental en su interpretación. Otra manera que tenían de señalar o marcar estas pie- zas consistía en pintar unos trazos en su superficie, sirviéndose de la pintura negra o de cobalto, con lo que se decoraba la Estrella en relieve obra aspra. Los dibujos son casi los mismos; pero como el pincel permitía mayor libertad, en algunos imitaban las combinaciones de la vajilla. Desde los simples trazos o rayas de pincel hasta la pintura de objetos obscenos, sirvió para distinguir la propie- dad de estos utensilios o aínes. La misma variedad de dibujos que vemos en las marcas Cruz incisa hechas con palillo, aparece también en los propiamente sellos, hechos al cuño de barro o hierro, imprimiendo en el rodillo su dibujo. Los que podemos considerar como más antiguos son de gran sencillez. Las estrellas (1) De la alquena se ocupa también el fuero 128 y 230 de Jaime 1, mandando se pague el diezmo de su cosecha. Sobre su venta y manipulaciones pueden verse los Privilegios de Pedro I de Valencia, de 1284, contenidos en el Aureum opus RegaUum Privilegiorum Regni Valeníie, prohibiendo la mezcla y falsificación de este ciado el producto apre- entonces y hasta siglo XVlll para el tinte. Todavía se conserva como planta de adorno en nuestros jardí- nes por la belleza de sus hojas, desconociéndose su uso como producto industrial. MAWCAS ALFARERAS DE PATERNA 7 formadas por palos enfrccruzados que encontramos también en los fondos de platos de ornamentación sencilla, sacados en dichas excavaciones; la escalerilla redondeada y prolongada; la cruz sencilla con puntos en los ángulos, y la rueda con aditamentos dentados, prodigada también en la cerámica y marfiles. Presentamos aquí también un pequeño sello en re- lleve, en figura de busto de un personaje, con un ^ cetro o representación semejante, y corona, al parecer. 1 No es cosa fácil adivinar lo representado, porque la . adherencia del barro al molde borra los pequeños de- ' talles del dibujo. A nuestro parecer, bien pudiera repre- sentar una de las figuras de reinas o damas con el brazo levantado, cuyo delicioso dibujo presta tanto in- Variedad^dee^s^caieniia ferés à estas piezas de Cerámica verde. Muy interesante nos parece el sello en que se figura una jarra o terrassei, como en los documentos se le llama. La palabra terrasset ha caído en desuso sustituida " por el de jarret, y que es diferente al picher o pixer, que es el jarro para el agua. La misma delgadez y finura de sus líneas le hicieron fragilísimo; así que es muy difícil obtener ejemplares medianamente completos en las excavaciones de Paterna y Manises. Estos de- licados vasos tenían dos y cuatro asas, habiendo también sin ellas y de una sola, como el que la figura representa. ~ ^ La boca es en figura de oenochoe y sus labios figuraban pintados Enrejado, en relieve ^ unos ojos. Su uso era para tener flores, y especialmente lirios, y de este uso recuerda la institución de la Orden real de la Gerreila, o de la Jarra y el Griu, de la jarra y Estola, y también de la Jarra y los Lirios, que con todos estos nombres se la conocía y nombraba. La palabra terraçet es la que corresponde al de jarrita, pues lo confirma el antes citado Jaume Roig en Busto su inagotable léxico de su «Spill»; Sa stola duch del Rey empresa ais pits be stessa blanch ab gerreta ó terraçeta ab flor de llir. Y más adelante añade, hablando de las costumbres que adoptó su nueva esposa (verso 4690): Volta la proa ais Santuaris, donáis sua ris, Terraçet o jarrita grans presentalles, terraçes, lliris, imatges, ciris d argent e cera Muy interesante, y préstase a muchas conjeturas, un pequeño sello puesto (1) En el núm. 225 de la «Sigillograffa catalana», de F. Segarra, liay un sello de Alfonso V con la los Consúltese jarra también Q. J. de y grifos. Osma: «Las divisas del Rey en los pavimentos de obra de Manises en el Castillo de Nápolcs». Madrid, 1909; pág. 63. 8 FRANCISCO ALMARCHE en une de estos rodillos figurando un escudo en bandas. La forma parece la corriente en el siglo XIV, siendo difícil de averiguar si se compone de una o de dos bandas, según como se tome la hendidura del molde. Es quizás este escudo una de las primeras manifestaciones heráldicas ' S '3 cerámica de Paterna, escasísima en estas represen- taciones. La torre y castillo, los escudos en bandas, las - lunas con escaques y las barras valencianas son las únicas ^ manifestaciones heráldicas entre las más primitivas piezas ' W Paterna, anteriores al siglo XV. En el célebre azulejo S Fortuny, propiedad del Excmo. Sr. D. Guillermo de c Osma, figuran tres escudos iguales, sin los tragantes que eran el distintivo de la de la Banda, instituida Orde^n por ^ ¿l' un besante, contenida dentro de un óvalo 1 ' Escudo de banda en figura de escudo; la llave con diver- ! sos dibujos y modelos. Esta figura la .! vemos acompañando a la representación de la llamada mano i de Fatma o de Mahoma, en algunos azulejos de los llamados -■ persas. En estas marcas poseemos diferentes modelos de lia- ves, sueltas o acompañadas, formando grupo. Lo borroso de w, Und cotí DCSotirc , a * t a 1*1 algunos ejemplares han impedido su reproducción, habiendo conseguido obtener limpio éste que presentamos, hecho a cuño. Suelto y sin ningún aditamento de adorno aparece en uno de estos sellos la llamada mano de Fatma. Tanto en la '' cerámica de Paterna verde y azul, como 1 -rl•""" -wen la de Manises, y especialmente en los r azulejos de principios del siglo XV, se ve ^ constantemente esta figura peculiar de los í- árabes y sostenida continuamente por los nioriscos por todo el siglo XV y principios zación es tan va- i •' % digna de un dete- 1 ' 7 "ido estudio por r, dix- «E sus múltiples ador- nos, conservando Medí, luna con .streii. siempre el tipo de la mano abierta. Suele verse acompañado de las llaves en los ejemplares más antiguos y llamados persas, constituyendo enton- ees un verdadero símbolo. En otros ejemplares de ta- maño pequeñísimo se le ve con un pequeño orificio en la palma de la mano, indicando ya que pudo servir como amuleto. Consúltense las eruditísimas notas del dentada Excmo. Sr. D. Guillermo de Osma, sobre la significación dogmática y supersticiosa de la jamsa o mano de Fatma, corriente entre los musulmanes españoles en los siglos XIV y XV Colocábanse estos signos en los edificios públicos, y como amuletos llevábanlos bordados en los trajes de los niños y en los arreos de las caballerías. Quizás alguno de los mil raros dibujos (1) G. J. de Osma: «Las divisas del Rey en ios pavimentos de obra de Manises del Castillo de Nápoles». Ma- drid, 1909; pég. 40 y siguientes. (2) «Catálogo de azabaches composteianos, precedido de apuntes sobre amuletos contra el aojo». Madrid, 1916. MARCAS ALFARERAS DE PATERNA 9 que íradicionalmente adornan los peínales y cabezadas de las pomposas mon- turas valencianas sean supervivencias de aquellas figuras, que perdieron su significación al desaparecer el pueblo que las sostenía y que formaban parte del acervo de sus tradiciones. Continuamente cita el nombrado médico de Doña María de Castilla, jaume Roig, las supersticiones, fetille- ^ j- ríes, geumencia. Ies met- * ^ ' '' gesses mores, madrínes y otras muy raras costum- ''' - bres que usaban las mo- r ■ jr ' riscas, y entre ellas la de los amuletos, usando nó- nos y leyendas, como pre- 8®*-= ^ - - servativo de la sugestión La mano de Falma Y malquerencia. Sello con la llave Casi toda la literatura morisca que actualmente dan los hallazgos de papeles moriscos, viene a redu- cirse a estos breus llenos de fórmulas supersticiosas. Es también corriente en las filigranas del papel del siglo XIV, fabricado en játiva y Valencia, la represen- tación de la mano abierta, acompañada de las estrellas que también abunda en la primitiva cerámica de Paterna. Los inmensos detritus que se han desenterrado en los alfahares del Testar de Paterna son testimonio de la importancia de estas oficinas; los hornos des- cubiertos por los Sres. Almenar y G. Novella no pasan de algunas decenas, pero como son continuamente rehechos no pueden servir de testimonio de la importancia extraor- dinaria de estos talleres. En otros sitios del término y po- blación de Paterna se descubren restos de hornos y es- combros de fábrica; todavía están por estudiar las diferentes ollerías que en dicha población existieron y que consta su funcionamiento en documentos del siglo XV. Hasta ahora los documentos que nos hablan de la fabricación en Pa- terna se producen a los comienzos del siglo XIV. Curiosos e importantes son los contratos publicados por el Sr. Osma Escudo árabe sobre la «obra de terra de Paterna» y que llevan la remota fecha de 1517, época de escasez de testimonios escritos para la historia de la cerámica valenciana del siglo XIll. Las fórmulas em- pleadas por los notarios Claramunt y Sappart, que son los que autorizan estas ventas de 1517, indican una tradición de formulario en los contratos de «obra de terra»: la continuidad de esta tradición no es más que un acoplamiento de los formularios de los escribanos árabes anteriores a la reconquista del reino valenciano en la primera mitad del siglo XIII. La casi identidad de procedimientos y fórmulas nos la demuestran los importantísimos documentos que encierra el manuscrito de la Junta de Ampliación de Estudios y que contiene curiosos modelos de actas notariales, reunidos por Mohamed ben Abdelquábid, moro de la villa de Alpuente, en nuestro reino de Valencia, y cuyas actas son anteriores al año 1069 La cerámica de Paterna, cuyos productos están sellados y marcados, pertene- (1) La traducción de estas actas hecha por los señores D. Julián Ribera y D. M. Asins, ha sido publicada tani- bién por el Excmo. Sr. D. G. de Osma. Adiciones... niím. II, pág. 7. Estos contratos o modelos están redactados conforme a la costumbre de Andalucía y a la que debían sujetarse los alfareros árabes valencianos para la exportación de sus productos, acomodándose a la moda y exigencias de los compradores para constituir los depósitos de loza para la venta. Téngase presente que allí ya se habla de loza de colores distintos: «escudillas vidriadas embadurna- das la dorada. por dentro de cristal, roja o blanca o verde o amarilla*, mencionando taxativamente la obra persa y 10 FRANCISCO ALMARCHE cen a tipos de vasijas ordinarias, de formas y dimensiones variadas; la mayor parte de ellas se encuentran en los utensilios citados antes por Eximenis, y además en los llamados moldes para la cristalización y desecación del azúcar de caña. ^ ^ primitiva debió ser la fabricación en Paterna S de las tinajas y cántaros en sus múltiples formas, pues en documentos de comienzos del siglo XIV aparecen ii. ,fM¡, \ contratos y testimonios de maestros de obra de terra ' i vendían garras, ydrías, canters y alfabias. El uso I , I a que se destinaban las tinajas era múltiple: unas " servían para guardar trigo (gerres bladeres) otras J olieres para transportar el aceite, y otras para el \ >'%? vino que este uso es el que le destinan los con- I tratos e inventarios. J Otro de los utensilios fabricados en Paterna es el lebrillo o libre!! para distintos usos caseros, y de los Sello de Paterna con la Torre también se encuentran innumerables restos. e Inscripción Todos estos objetos que habemos enunciado consti- tuyen la obra aspra, gruesa y ordinaria que se fabricó en el Testar de Paterna, y sobre ella imprimieron los sellos que a conti- nuación vamos a presentar. Todos son circulares, excepto los que se- fialaremos luego como del siglo XVI. El diámetro de ellos de 5 a 4 cen- íímetros, y aunque poseemos varios ejemplares no todos ellos han podido reproducirse por la dificultad que pre- senta su irregular superficie. Como tipo más abundante pre- sentamos aquí el de la Torre: unos con dos estrellas en el campo del Sellos diferentes, con la Torre sello, otros la torre solamente y otros con unas letras difíciles de relacionar, pues la movilidad y blandura del barro al imprimirlo ha variado la forma de las letras, como se ve en los dos ejemplares. Respecto a la significación de este sello quizás se pudiera ver alguna relación entre este emblema y La Torre y las estrellas Ja esbelta y redonda y aislada torre árabe que ac- tualmente se conserva en pie en la parte más alta y antigua de la población, dominando toda la huerta de Valencia. Muy usual ha sido también la pintura de las estrellas en platos verdes de Paterna, en los campos de escudos muchas veces imaginarios. (1) Inventari dels bens de Guillermona, uxor quandam Mathci Barrcll agricultoris commorantis in suburbio civitatis Valentie, videlicet in ilincre beati Juliani. 19 Septiembre 1388. Item dos gerres grans bladeres plenes de forment. Item altra gerra gran bladera plena de forment. Notai de Francisco Çaidia, 1338. Archivo del Reino de Valencia. • (2) 1418. Joannes de Torrent magister operis terre de Paterna... centum gerras olieres, sinceras bonas... Protocol, de Vicente Çaera. Archivo del Reino de Valencia. Guillermo J. de Osma: cLos Maestros Alfareros de Manises, Paterna y Valencia», n. II. Docum. 24, pág. 112. (3) Inventario de Guillemona. id. id. Item una gerra viñadera en que ha vinagre. MARCAS ALFARERAS DE PATERNA 11 Variadas son las figuras de esíos sellos, los cuales pertenecen a época pos- terlor a los Impresos en los marrells, pues éstos tienen todo el carácter ojival, como obra de encargo a los herreros de la ca- olvidadizos de la tradición árabe que «y en los pueblos se conservaba. Ninguna alusión ^ personaje ni fabricación vemos en un sello re- presentando una ballesta con tres piedras a su feJ figura en uno de los sellos; el haz de dardos figura en otros no vemos ^o rayos^^^^ L 'i,^1101-98, como las de Ballesta con las piedras quitar la borra a los paños. Abunda tanto en Manises como en Paterna, y de este pueblo poseemos varios sellos y pintura en platillos con una b, en cuyo trazo mayor se Inserta una cruz aspada. Forma parte de esta serle, debido a la ga- Haz de rayos lantería del Sr. G. Novella, el hermoso sello con el escudo de la ciudad de Valencia, conforme solía representarse en los sellos MU lililí lili íin T municipio, y en los ladrillos hechos por en- ii cargo de la Metrópoli para sus edificios desde la segunda mitad del siglo XV. La ciudad de Va- lencla, en la época de su nunca más alcanzada prosperidad, fama y poderío, ejerció la jurisdicción correspondiente al señorío sobre gran número de pueblos del reino, cuyos derechos adquiría por compra, y entre tan importantes como Cullera, fe.: 1 Tous, Altura, La Pobla, Benaguacll y I ^smblén adquirió por compra el señorío de ^ Paterna, que mantuvo desde 1458 hasta el siglo Digna de estudio es BUBy.- x¿3 una marca que aparece /i ^ Figura de lazo CU este sello, formada por tres palos como pie para terminar en una cruz doble. También este signo, con sus múltiples variantes, aparece en una gran losa de piedra que se encontraba en el lindar de una yfM casa de Paterna y en multitud de objetos fabricados Fjf>É en esta villa y en Manises, cuyas manifestaciones y variantes serán objeto de estudio especial. Aunque de tamaño Igual al del escudo de Va- lencla (5 centímetros), mayor que todos los anterlo- res, poseemos un hermoso sello que, aunque algo La cruz con lab borroso, contiene en el centro el emblema del cordero, y a su alrededor, en letras góticas del siglo XV, la leyenda «Ecce agnus Del». Muy semejante a éste, en la figura, poseemos una escudilla en blanco y azul de Manises, en relieve como éstos; pero no formando sello, pues constituye el 12 FRANCISCO ÀLMARCHE adorno del fondo del vaso y su decoración, al paso que aquí se encuentra en la cara exterior de un ancho cocio o lebrillo. Para el envase de la obra pequeña servían ' r—'-"- y' ;/ .4 también los llamados codos o coç/s ó). Creemos ^ ' ^ V % que esta palabra se usó entre los alfareros para • "1'^ expresar una medida prudencial conforme a un tipo tradicional admitido por todos ellos y que 5¡en pudiera ser que estas vasijas grandes sir- vieran para amontonar, guardar y clasificar las piezas pequeñas conforme iban saliendo del horno y limpias de las im- purezas adheridas del barro y residuos del enforne. Cuéntase tam- bién entre los ob- jetos fabricados en el mismo Testar, los Escudo de la ciudad de Valencia llamados moldes o formas para el re- fino y cristalización del azúcar. Los documentos publicados por el Sr. Osma nos dan idea del gran número de vasijas de esta clase que en todo el siglo XV se despacharían en los hornos de estas alfarerías cuando esta industria alcanzó notabilísi- Variedad de la forma de cruz con pie mo desarrollo, especialmente en la Conca de Safor o huerta de Gandía. Una de las ocupado- Pjgg qug gj eximio poeta valenciano Ansias ' y T March tenía en sus dominios y en los del fef • j antiguo Duque de Gandía fué el establecí- fe miento de trapiches para la elaboración del \ azúcar. Los Duques Borjas implantaron en S escala este cultivo, y los ingenios de - ' esta huerta producían gran cantidad de este finísimo producto, que según Escolano «El azúcar que délias se saca entre todas las dichas provincias (Granada y Valencia) es aventajado en sabor y blancura al que se hace en las islas Canarias y Madera, y mucho más que el de estas dos tierras, el de Gandía y Oliva, de nuestro reino». El cronista Viciana, que nos dejó una pintoresca y minuciosa relación del cultivo y aprovechamiento de la caña y de su ela- Sello del cordero boración en los comienzos del siglo XVI, testigo presencial que fué, como servidor (1) Item tanta cocía Ierre de compte quanta sufílclant ad preclumit quantitatem quindeclm librarum computando ad forum et ratlonem trium solldorum pro quolibet codo. Protocolo de Vicente Çaera. 1435. Id. id. (2) 1415. Bernardus Sanz o AlcudorI, mille terre ... mille quinientas formas pro operando ios sucres cum canterellis bone et bene operatas. Documentos n. II, pág. 108, doc. 18. 1417. Thahir Abdurrazah magister operis terre de Paterna moties sive formas pro faciendo zucaro et tantos porro- nos pro dicto zucaro. id. pág. 110, doc. 21. 1423. B. Aicudori et Sanxius Aicudori dus filius magistri operis terre vicini loci de Paterna ... mille formas forme maioris cum mille porronis operis terre. Id. pág. 115, doc. 29. 1431. Sanxius Bernardi Aicudori fiiius Bernardi Aicudori ... mille formas sortes maioris... pro ponendo zucaro. Idem pág. 119, doc. 33. 1454. Pascasiiis Aicudori, ... quinquajenta formas operis terre pro ponendo zucaro unius cuyte. Id. id. pág. 126, doc. 44. 1434. Pascasius Aicudori ... mille formas mediocras dum suis porronis pro ponendo zucaro et aucentos porronos pro çucaris candi. Id. id. pág. 130, doc. 50. (3) Escolano: «Décadas de la Historia de Valencia», t. I, cap. V. MARCAS ALFARERAS DE PATERNA 13 de los Duques de Gandía, nos proporciona una descripción exacta de estas va- sijas, cuyos restos abundan en las excavaciones. Al describir las distintas ma- dice; «... de tierra que e^formas Hnipulaciondasejaricas, porque tienen los vasos un agujero que desbía,pagar el azúcar que pudiera trans- Sello del Agnus Dei portafse por el Reino en un privilegio del año 1243 d). y en la lezda que debían pagar los que pasaran por Alcira impone a la carga de azúcar doce dineros Muy diferente elaboración presentan los fragmentos en que aparecen los sellos de moldes de azúcar. Como destinados a la evaporación del agua se distinguen por su porosidad y su poco peso. La mayor parte de ellos aparecen con un débil relieve que se imprimió con una matriz del mismo barro cocido y com- prendía toda la superficie del objeto en los moldes planos que no eran más que unas cajas redondas como las actua- les que sirven para cocer las piezas rr—~'•> en los hornos de Manises. En los có- f nicos, que son los que aún hemos co- nocido en los últimos ingenios de Denia y Gandía, los sellos estaban en la superficie de sus lados y per- tenecen a los sellos anteriores. Lás cajas tenían las marcas en el fondo y en el exterior, desarrollando los mis- mos motivos que los anteriormente descritos, pero en mayor superficie; '^ ^J'• ^1 algunos de estos ejemplares ocupan i ~ todo el fondo, y por los restos que se /""if .. tÍav i! // ^ han encontrado llegarían a más de ♦ . f/ / dos palmos de diámetro. | Y aquí ' pre- i r sentamos estos ejemplares en varios cuyos asuntos ya están repetidos con Marca de molde de azilc.r anterioridad. En las excavaciones practicadas por el Sr. Novella en la parcela del Testar más inmediata a la población donde han sido desenterrados hornos de grandes dimensiones, se han recogido dos sellos sobre trozos de gruesa tinaja y en (1) Item carga piperis ct sucre unum morabatinum. Auscum opus regalium privilegiorum Regni Valentie. Valencia Diego Gumiei 1515. Privileg. XVI. Jacobi I. De quibus et quanta lerda solvatur. fol. VI. v. (2) Id. id. fol. XI. Privileg. XXXI. De lerda que debet recipi a transeuntibus per algeziram. Item carga sucre. .XII deilários. FRANCISCO ALMARCHE forma de escudo muy propio de los últimos años del siglo XV y principios deí siglo XVI. Uno de ellos apareció roto y solamente se adivina en uno de sus cuarteles un águila y en el cuarto inferior una luna menguante con seis besan- tes colocados en forma de rosa. El otro ejemplar que hemos recogido completo» dividido en aspa como el anterior, lleva las armas de Aragón y Sicilia y en la parte inferior la luna abarcando una flor. Mu- chas eran las armas con que blasonaba sus escudos el egregio y excelente Don Enrique de Aragón, Duque de Segorbe y Conde de Ampurias, Señor de las Baronías de Benaguacil y Paterna, lugarteniente y Ca- pitan General del Reino de Valencia, que murió en Se- Ballesta de mano. Marca en relieve de molde de azúcar gorbe en 22 de Octubre de 1522 y a esta época debe referirse la fecha de este sello, pues con la misma e idéntica matriz fueron sella- dos los grandes azulejos llamados socarrats que cubren la andana de una casa de Paterna, entre los cuales había uno también sellado con el mismo cuño y Escudo del señorío de Paterna (fragmento) Escudo del señorío de Paterna con una inscripción de letra corriente en que nos dice que aquel porche fué construido en 16 de Octubre de 1515. Tenemos, pues, para esta marca una fecha determinada de la época de mayor fabricación de la obra gruesa de Pa- terna, cuando ya había finalizado por completo la loza fina estando toda la importación de los hornos en los alfahares de Manises, protegidos por los Boils. MARCAS ALFARERAS DE PATERNA 15 El Sr. Novella ha tenido la delicadeza, que en extremo agradecemos, de faci- litarnos uno de los cuños o matrices empleados para marcar y sellar las piezas de Paterna, encontrado al excavar uno de los hornos de cocer las tinajas. Su importancia sube de punto al notar que no era propiamente una marca como las que anteriormente hemos descrito, sino una verdadera firma con el nombre de uno de los fabricantes. Las letras iniciales y finales han desaparecido por los golpes en los extremos, y sólo deja leerse el último trazo de la m, y quedan sólo artin; pero como sobra espacio a una y parte, dejase adivinar el apellido com- X/ pleto de Martínez, familia conocida, aunque '■ no abundante en los documentos, pues en .> Paterna se cita un Bononaío Martínez en 1564; carácter de la letra es de mitad del i ■jd.-J siglo XV o. _ Algunas otras marcas y sellos han salido ' I ít Testar de Paterna, que aunque no los publicamos, no por eso alteran las series que presentamos. No tiene otra importancia esta presentación sino tan solamente la no- vedad y el haber sido desconocidas marcas de alfareros en la ^ cerámica " ' valenciana, y siendo además algunos de estos dibujos, par- ticularmente los impresos en los marrelis, coetáneos a cierta clase de loza desenterrada en los testares, pueden servir como auxiliar para su estudio. La historia de la cerámica valenciana está todavía en embrión. Resulta casi imposible clasificarla en ninguno de los grupos hasta ahora estudiados en la Penín- sula Ibérica mientras no se nuevos Matriz de sello de barro busquen ¿gtos. Esta dificultad auuieuta cada día, con- forme las nuevas excavaciones van íando presen- nuevos modelos, técnica distinta, arte original y característico. Los de Van de trabajos Put, Riano, Osma, Wallis, Font y Gumá y otros, han servido fijar definitivamente para los ejemplares de fabricación valenciana, aunque las excava- ciones, como hemos dicho, preparan cada día nuevas sorpresas. El desarrollo de esta manifestación origen y tan genuina del arte valenciano está todavía completamente ignorado. (1) Del año 1443 presenta unos caracteres exactamente la tomados de las iguales lápidas Arquigrafía valenciana, manuscrita contemporáneas. que poseemos, ^fevc; v^. -•T^-·'.-··. •'•ji.·fl·feS·liV-.vy :,„! V : ..''Sví -i 1 , . r-^J·^fW/í ^í,/v -.f,.;, !■ lt#gï f f,:í^ié^^ -■ . --mA 'i?^ ■•■ '"í- • • ' ' %t"^ ^ i? ·íï.?v íïÍí',-. - /f 'í^íï·^W'·'ví·.·í!"^ v«¿síSS'i^3 ,-1- -Siv. - -»«,« 'Y ' > t. •wí>C; .í'^" ; "■ '.,-t *>-- Ï X î p S" s^^^œÉÉ&îis^Plsi^Éiiss^^^^ ^5% V:"^! ¿iií Í;Í52^=^ ?ife FRANCISCO ALMARCHE MARCAS ALFARERAS DE PATERNA visto alguna rúbrica aislada en el revés de las piezas; no han perdido toda- que formaban la capa superior; cada uno de estos diferentes pisos estaban sepa- vía interés los eruditos artículos de D. Alvaro Campaner y Fuertes ó) sobre rados por piezas planas de barro sobre las que descansaban los cilindros y marcas en la cerámica de Manises, en su controver- piezas de las emplanilladas superiores, con lo sia con el Barón j. C. Davillier. Sin embargo, algunos cual se conseguía que el peso gravitara sobre azulejos de Manises aparecen firmados, y entre ellos el suelo del horno y no sobre las piezas poseemos uno de los comienzos del siglo XVI, en que se habían de cocer. Todo este aparato cuya parte posterior se ve la firma de Acmét Allami, estaba unido por los cotomíns o cintas de barro que tapaban las desigualdades. Unas Las numerosas leyendas, siempre cortas, que tienen piezas estaban separadas de otras en los algunos platos y escudillas de los siglos XIV y XV carrells por trébedes o 1 ferrets de barro de ■ ^ - , j no son más que leyendas coránicas escritas unas los que se encuentran millares en - los testa- ^ ^ .. veces en caracteres cúficos y otras muy abundantes res de Paterna y Manises. El señal de los en árabe nesji. Aparte de la fórmula ritual del alafia, ferrets se conoce en todas las Cruz cilindro piezas de ce- en un se encuentran otras en nuestra colección que se refie- Variedad de llave, a punzón rámica, incluso las más perfeccionadas, por ren al uso del objeto o también fres puntos en su superficie interior o exte- deseando bienes o salud al poseedor. rior, impresos en la cubierta o barniz. Las marcas o sellos que aquí pre- El -USO de los cilindros desapareció en Manises por los últimos años del sentamos no aparecen en lo que se M siglo XVIII, cuando el emplanillado se llama obra fina, sino en la más hu- arregló por medio de cajas redondas milde y ordinaria; solamente en aquella en cuyo interior se colocan las piezas, que Eximenis, en la mitad del siglo quizás debido a la influencia de los XIV, llamaba obra comuna de Ierra nuevos métodos ceramistas de Alcora. qu es fa a Paterna e a Cargre axí Consérvase actualmente en las olle- com jarres, cantes, oUes, terragos, rías de Teruel, donde se emplea el scudelles, librells, teules e semblants fuego libre. coses mottes De esta obra se ocu- El detenido estudio de las diversas paba el Cronista Viciana, en e XVI, al referir el señorío de D. de Aragón sobre Paterna, don tierra y tinajas grandes Hoja hecha a punzón Las marcas, que a nuestro SUS grandes hornos para la cocción de la se refieren los hisíoriadores y documentos idros o marrells debieron ser empleados litivas cuando la fabricación alcanzó una )s utensilios conservan manchas de vidriado de estos colores que nos indican su coeta- neidad, creyendo, como hemos insinuado ante- riormente, que los pri- mitivos marrells no po- seían marca alguna. La misma dureza de estas piezas, y el ha- Variedad de llave, al ber ingeniado el apro- vechamiento de los tro- de platos o escudillas, que, a zos como pavimentos, les, entre los huecos que dejal colocándolos en posi- ción vertical, ha sido variedad de marcas en fragmentos de ma- (1) «Dudas y conjeturas acerca de la antigua de Ita en Historia Literatura, Ciencias Artes. gran manera su y y clasificación, y para «Más sobre lozas con reflejos metálicos». en marcas hechas a o «Todavía lozas reflejos metálicos». Reí [dirías punzón palillo, con (2) Regiment de la cosa publica... ordenat 5on más que signos sencillos cuyo destino 1499. En lo carta dirigida a los Jurados de de tales enseres como (3) «Segunda Parte de la Coronica de Vall pertenecientes a dad Valenciana de Bibliófilos. Valencia, 1881, f mos o alfahares.