AUl DE LOS INDUSTRIALES. Colección de dibujos geométricos y en persiieetira de objetos de fiecoracion y ornato, en los diferentes ramos de ALBAfíILERlA, JARDINERIA, CARPINTERIA, CERRAJERIA, FCNDICION, ORNAMENTACION MURAL, EBANISTERIA, PLATERIA, BORDADOS, CERÁMICA, JOYERIA, TAPICERIA, MARQUETERIA, etc. Con una série de adornos de todas las épocas del arte, aplicables á las carias secciones anteriores, para la correspondiente aclaración y estudio de las mismas POR L. RIGALT. Ta acomiiafiado de testo deseriptivo y «'spiicativoo BARCELONA L1T0GR\FI/V DE L.\ UNION, DE DON FRANCISCO CAMPAÑA Ramilla do Santa Mónica, número 10. 1857 Los Editores se reservan todas las facultades que les atribuyen las leyes vigentes sobre propiedad de obras artísticas y literarias. Imprenta de JoséGaspnr Cervantes 3. ALBUM ENGICLOPÉDIGO-PINTORESGO BE I li,: fm COLECCION DE DIBUJOS GEOMÉTRICOS Y EN PERSPECTIVA DE OBJETOS DE DECORACION Y ORNATO, EN LOS DIFERENTES RAMOS DE AIBAÑIIERIA, JARDINERIA, CARPINTERIA, CERRAJERIA, FÜNDICION, ORNAMENTACION MÜRAl, EBANISTERIA, PLATERIA, JOYERIA, TAPICERIA, BORDADOS, CERAMICA, MARQUETERIA ETC. INTRODUCCION. I. cindirse de ciertas cosas, pero en el estado actual ningún esfuerzo está demás, los in- ventos se suceden porque Grande rápidamente, y nuestros vecinos los con empresa hemos acometido esplotan harto pretendiendo á la educación sensible. cooperar artística de los Sin ventaja industriales embargo, seguir es una españoles. Precisamente postergados La nación estamos en un difícil mengua. período de transición las llena española, bermo- en sa, de grande, recursos sociedades, que sugetas propios, con idónea aun á formas caducas, tienden población el para todo, bajo impulso de y que durante mucho nuevas aspiraciones, llevó la bandera de los tiempo hácia un porvenir adelantos, no no lejano ha de puede mirar que mejorar impasible tal descrédito. su aspecto. Contra mal notorio fácil es España, hallar remedio. mas que otros paises, por causas que no debemos aquí deshndar, anda inse- Las artes y la con el gura por ese camino, á la industria, junto comercio de al de zaga de los mas adelantados, buscando remedio esportacion, abrigo la de su por instinto, paz y una sintiendo protección saludable, be aqui los y su necesidad dura grandes elementos de la por esperiencia. pública la riqueza, be lo Ya basta que constituye vida de las aqui no boy lo be lo ha que ayer satisfacía: naciones, dado la las ideas han aquí que á cambiado; la ilustración primacía Francia á cunde; Inglaterra, y lo y la civilización hermana á los que España necesita nivelarse con pueblos. Hanse para ellas, tal vez acortado las distancias; ha sus crecido y la reconquistar fue- ros cion, y al través de pobla- perdidos. ese gran movimiento, se han aumentado las necesidades al han disminuido los paso que Constantemente la historia nos ofrece el mismo recursos. resultado: do el quiera florecieron las artes Es y comercio, la indispensable bienandanza, el pues algo, poder y la ser gloria marcharon á una con con vida independiente estos nivel y propia, de para poder al fecundísimos avanzar los demás gérmenes. Por esto á desarrollarlos mas y no sufrir mas se una lamentable y del dirigen los esfuerzos de todos postergación. Ay los pueblo, del bom- hombres bre ay pensadores y de sábios esto que los permanezca apático ó economistas; rutinario por ilustrados cuando los ofrecen restantes ceden al gobiernos cada movimiento dia ma- de tal al empuje ! yores premios ingenio, abriendo al mundo inmensos palenques, donde rivalizan entre sí las mas Ya estraordinarias cuestión invenciones. no es de mas ó menos conveniencia, sino de vida. En otra época podia pres- Es verdad que la producción y el cambio deben estribar en ciertas bases. No basta, la 4 sabor son rej)ortar el debido lauro: preciso es la obra elaborada sea buena iiitrínse- de las disposiciones necesarias para alcanzar la noble belleza y el delicado que j)a- actividad para que la desee la el comercio de trimonio de las almas puras, y que aun en épocas de gran corrupción constituyen el alicien- camente, paraque todo el mundo y reciba, y particularmente eiï materias, esta condición es esencialísima. te mas simpático' y una de las m£«\^ores garantías de éxito? Lo hermoso gusta á todos, lo segundas sin me- Porqué en las plazas unos géneros tienen mas salida lo y que otros? porqué igualdad de bueno satisface en todo tiempo; solo estravagante' pasa dejar huellas, proscrito en circunstancias se prefieren los artículos de determinada procedencia? Sabéis cual es la cau- nospreciado. Una ley inmutable, hija del sentimiento natural délo bello: la ley del buen gusto. Fijemos nuestra mirada en cualquiera de los grandes ciclos del arte, y siempre veremos sa? vida á los pueblos. hermanarse el ingenio con la instrucción y con la razón. El simbolismo del vida á la industria, vida al comercio, gusto egipcio, ef El buen gusto da él hacen opulentos los modernos em- materialismo del griego y romano, la maravillosidad lá hizo la antigua Grecia; se ogival, voluptuosidad arabesca, la Por él se poderosa por fria razón del renacimiento, sucesivamente se desarrollan al impulso de una filosofía y de porios. una Despues de cubiertas las primeras atenciones de la vida, entra la conveniencia. El hom- inspiración determinadas, primorosas en sus concepciones, sábias en sus detalles, me- consecuentes. bre no tanto es un sér material, como espiritual é intelectual. Su alma vuela sin cesar en ditadas, profundas, bien deslindadas y de tantos pos de una belleza típica, que le arrebata cual al suprema aspiración de su existencia, belle- Qué concurso de trabajos y voluntades no presuponen esas obras, que traves serle intuitiva, muchas la esplica, de y que siglos son aun el asombro del mundo, y un manantial inagotable fecundísima za que siempre comprende por aunque veces no se inspiración! un á buscar todos los objetos. Mediante la observación y la com- Parecerá cosa fácil inventar un adorno, ó idear por ejemplo, jarro que tenga origina- el buen sentido le enseña en paracion, va conociendo lo que entre lo común es mas útil, lo que entre lo útil es mas cómo- lidad; pero si se considera que el tal objeto ha de reunir un valor cosmopólita, considérese lo cómodo dificultades no ofrecerá cúmulo de lo entre preparaciones no do, y que es mas bello, y de aquí refinando el gusto, llega á fijarse en aque- cuántas semejante perfección, y qué líos objetos que, ásus mejores calidades esenciales, reúnen el mayor aliciente para el espíritu. exijirá el conseguirla! el aliciente esterior, es la Atenas hacia un prodigioso comercio en Europa y en Asia de los vasos llamados tericléos; El subjetivo de esta observación y comparación, guiadas por de las artes. En la naturaleza busca el arte sus modelos, y pero los ródios movidos por una noble emulación, inventan unos jarrones de forma elegantí- naturaleza, maestra especial obra Asi, los artefac- sima, que al punto cautivan la admiración general, y he aqui como por este simple esfuerzo por ella el artista aprende á regular la perfección de la que produce. acercán- de buen gusto derrotan á sus rivales, y atraen á las propias arcas la cuantiosa ganancia que tos mas apetecibles y de mas probable espendicion en el mercado, son aquellos que muchos años de la ideal perfección, siguen mas de cerca á la naturaleza, reuniendo la aquellos por reportaron con su monopolio (1). dose mas al tipo fenómeno se reproduce en todas épocas. De uno á otro confín del globo, los pueblos mayor propiedad á la mayor conveniencia, la mayor naturalidad á la mayor hermosura. Igual el buen asequible á todos, no está repartido por igual, industriosos se arrebatan alternativamente la importancia mercantil, disputándose á puro Desgraciadamente gusto, aunque el halla el predominio en los mercados. Triunfan mientras sus productos se recomiendan por y se expuesto á falsearse. No todos los hombres tienen la elevación de sentimiento y ingenio el buen gusto, sucumben cuando este decae, ó cuando un grado mayor de belleza los refinamiento que se necesitan para abarcar el tipo bello por escelencia. Ademas hay modas, y despo- estilos de distintos tiempos lugares; hay toda una ciencia; hay toda una see de su primada. No de otra suerte ganaron renombre y prez Tiro y Alejandría, Damasco caprichos, muy y sino las manifestaciones su- y Constantinopla, Milan y Florencia, Gante y Bruselas, Còrdova y Sevilla. historia: hay no solo un modelo eterno é invariable que seguir, En los modernos, nuevos y brillantes testimonios se ofrecen de la misma verdad. cesivas del mismo, y las formas de espresion sancionadas por el discurso de los tiempos, y tiempos el se tiene en allí las artes la industria que hacen en gran parte la ley á todas las artes de imitación. Allí donde ingenio estima, y adquieren preponderan- Ahora bien: cálculo, observación y ciencia, suponen estudio. Verdaderamente cia; el culto de lo bello ilustra á los industriales, y reflejándose en sus obras, les granjea examen, la el ingenio no debe tener vallas, pero necesita reglas. Un salvage confecciona instinto victoriosa superioridad en concurrencia por mercantil. tomahawks; Giotto pastor, copiaba espontáneamente sus ovejas; pero el artista civiliza- Para este progreso influyen mucho á la verdad, la situación política y civil, la legislación, sus do debe tener una razón para obrar: elevándose hasta los adelantos de su época, desde allí y la iniciativa de los gobiernos. Italia, país artístico por instinto y por tradición, de resultas é ha de tender el vuelo, á fin de igualar, y si es posible, superar á los mejores. Solo así verá de su estado político se ha separado de sus buenas tradiciones; al paso qu. Francia Ingla- colmados esfuerzos; solo así alcanzará aquella perfección progresiva, que en el dominio terra, sin otros paises menos estensos y de mucho no tan artísticos, gracias al reposo sus las bellas artes la única verdadera, como lógica y de fecundos resultados. que disfrutan y á una de es protección bien entendida, han logrado descollar en varios ramos de la Y cuenta que ese saber del artista, tanto debe cimentarse en la instrucción, como en esfera industrial. de las del si carece lib. una sólida educación. Qué importa se halle bien penetrado reglas arte, (1) Alhenco, 2, cap. V. También contribuyen á ello ía actividad, y cierta disposicion-natural de los productores- la Torqué el pueblo francés lia la llegado cierto modo pestilente en á dictar la carga, y á repartes ley Europa, de suerte que ya nada se estima si alegre entre tus no es suyo, y á él, como á manantial fecundo, acuden todos los hijos!... artistas (2) as- pirantes, todos los tratantes II. y especuladores en el ramo de artefactos? Sin embargo la Fran- Hemos dicho cia la contra mal no es hija conocido predilecta de Minerva; escuela que fácil es hallar remedio. El su cuenta mal siglo de no apenas sennas un existencia; pero evidente: puede veamos como en cambio el francés remediarse. es novelero, puede ingenioso y muy diligente, y esto ha bastado paraque me- Artistas de drára años hasta hace la envidiable profesión, estamos posición en que le miramos, convencidos de que solo á favor del buen la industria gusto, de las bellas España puede hacer mucho: artes tiene dependiente un un glorioso rumbo pasado, debe puede seguir y prometerse un provechoso y gran porve- Mas, cómo entronizar aventajado. el nir; la buen pero revolución que ha sufrido, tanto gusto? difundiéndolo; educando á los mas prolongada cuanto mas laboriosa, contribu- natural- industriales; cada cual mente ha con debido nuestras fuerzas á retrasar la sazón de los yendo buenos los gérmenes que encierra. perfeccionar Bajo trabajos, este escogitar modelos, analizar concepto las obras mas su postración actual, nosotros, aplaudidas, libando de unos de á manera de para otras, es mas facticia que verdadera. Pocos y el ri- pueblos despues de abejas laboriosas, CO habrá de sufrir lo jugo que servir una que ella, nueva siendo juguete de para confección. propios y estraños, y presentarian esquisita aun tantos recursos para Inútil creemos demostrar el unos y tanto cebo atraso actual para otros: casi de la todos la han industria esplotado; casi todos Lo han es pagado con ingratitud española. á los urgente guiar industriales el debido la sus favores; los por inculcándoles campos españoles han sido la camino, los la arena de trascendencia, agenas desidencias; la muerte el in- requisitos y y de cendio han cebado oportunidad su educación. se en nuestras ciudades. España sin embargo, como nuevo fénix, cada vez Toda constituida en renace lozana de cenizas. persona sus sociedad, está obligada á conspirar al bien común en proper- cion de la Mas la madre correspondencia que él mismo desea. un aunque patria tiene sobra de fuerza Hay trueque mútuo de beneficios y de sa- recursos, sus hijos, es confesarlo, adole- de orificios, por el que la acción de uno se utiliza cemos un gran defecto. de la de Sea á su influencia vez á la del clima ó consecuencia todos, de inveterados y hábitos, ello contribuye general utilidad. Quien falta á su esfera de es que aqui no se despliega la actividad acción, indigno es de ser en otros paises. Una apatia funesta verdade- correspondido, y no que podrá que- pero jarse si resulta víctima de lo néciamente llamamos ra, que somos los primeros adversidad ó en criticar, desconcierta que no es si- nuestros mejores planes. Y cómo medrar infortunio, y que no el resultado cuando de nuestro ni colectiva mal Para ni el individualmente hombre no mala estrella: conspiramos á un determinado proceder. probo, todo el fin? Mientras el español hay sestea indolente, el problema está en comprender sus estrangero justamente corre el mundo y no deja piedra obligaciones. por mover: se enriquece cuan- El defecto do ser ó ó nosotros puede malicia, La nos empobrecemos; por es se ingénia mientras por nos dejamos ignorancia. esquilmar; se distingue primera siempre criminal, y po- no merece niendo la los no medios, escusa; mientras segunda, menos debe al aqui nos abatimos sin inescusable, ó de ella es víc- razón, nos entregamos á imputarse una petulancia que si la no ridicula. tima, pues aprendió, es porque no mas quiso; porque la entrada del saber está franca á todo el cada cual á Digámoslo mundo, y medida de de su una vez: el patrimonio del mundo inteligencia, tiene una aptitud una mi- es para el ingenio, hoy mas y que nunca; sien llenar. Examínese patentízalo la que de cerca el de toda lógica de los fortuna se guarismos, verá (1) convéncelo casi diariamente la origen siem- evidencia legal, y que con nuevos datos. Y pre procede de la honradez de la entretanto, y aplicación. Examínese asi mismo el origen de muchisi- mos infortunios, y no podrá menos de mal á zarpa de preñada hallarse, que nuestro orgullo pese, en el de- oro la nao gaditana, ó las aporta sarreglo, en las bases negativas de una educación mal dirigida. Fácil es pedir y á orillas quejarse, gálicas, y vuelve pero costoso cumplir y retribuir. Por esto la sociedad anda tan llena descaminada. de objetos fútiles y vanos Y tú, mísera Algunos pecados sin embargo, llevan en sí mismos' la España, tú la penitencia, y asi es de las in- esperas sobre la playa, afan dustrias y con que, dependiendo mas ó menos de las recoges bellas artes, están sujetas al imperio del buen gusto. Qu'é sucede con el artefacto UO de mal Un breve recibo? no se resumen estadístico hará que vende, y el artífice ver paga pequeñas nuestra inferioridad que también respecto de otras naciones principales, sin contarlas muchas nos En la das atendida aventajan. primer su población, lugar ninguna de la de viniendo á ser categoría como una la nuestra estrae menos de lo que recibe, to- pena, y máquina inútil, ó un capital improductivo. Creeis que las trancia hasta espqrtan respectivamente mucho cuatro pico, mas, y Bélgica Inglaterra hasta nueve veces tanto, los Estados Unidos hasta cinco, obras llolanda artísticas y hasta tres y media, sino etc etc. Calcúlele el siguiente cuadio: pasarán por tales, reúnen las precisas condiciones de Naciones. por propiedad'y de be- Población. Esportacion. Importación. lleza? España. , . . 16 millones. Inglaterra. oOl millones. .693 millones. Si pues en tésis general, todo obrero está por su interés obligado á . esmerarse . 23 en » la Fiancia. 3 ü,16() » i 4,T-20 » . . . » del el artista lo está - Bélgica Holanda. 2,^40 » 1,930 o perfección trabajo, industrial mas y que otros por las condiciones mismas Estados Unidos. 466 82 » . 2,600 » 2,133 » - (2.) Jovcllanos. G de su industria. La perfección de su obra, si es liombre oscuro, le bace sobresalir, y si es mig'a del trabajo, que desconociendo su misión echó por falsas sendas, pretendiendo usur- conocido, le da celebridad. par á la sociedad un beneficio que no puede ni quiere retribuir? la misma sociedad es víctima de Cuando los El que no sienta, el que no calcule, el estudie práctica teóricamente, buscan- Por ahí se ve que semejante desarreglo. que no y á los vicios do siempre belleza y corrección, será un mal artista ó un mero rutinario, quedará relega- ciudadanos son buenos, las naciones son felices; por el contrario, privados siguen calamidades. Años hace Euro- do al olvido, no hallará trabajo aunque lo desee, y sumido en la indigencia, no tardará en paso á paso la corrupción de costumbres y las públicas que está pasando por crisis terribles; descended á la conducta de los sucumbir al desaliento particulares., y hallareis y á la desesperación. pa honra moraliza, trabajo distinguido, de un va- la solución de este enigma. De malos elementos cómo puede sacarse buen resultado? Cuan- El trabajo siempre y pero mas aun un la se mala. lor especulativo, presupone ciertos conocimientos, cual lo es el del industrial-artista. do los miembros se corrompen, cabeza que pone su medrar á costa ó elevarse entre el desór- Un operario aplicado, no puede ser vicioso: la aplicación le aficiona al estudio, el cual des- Algunos, alhagando apatía, piensan poca peja su inteligencia; y el hombre á la vez aplicado é inteligente, comprende pronto su den; falaz ilusión! Si pudiéramos hacernos hombres sin trabajar, nadie trabajaria, jwrque dignidad, que es base de la honradez. la inercia prevalece á la voluntad; hay un estigma terrible escrito en la frente del hom- pero En efecto, hay satisfacción verse útil á sí mismo á los demás. Todos bre por el dedo de Dios, y este estigma debe no mayor que y cumplirse. Pensais acaso seríais mas dichosos abandonados á la inacción? Qué seria de los los impulsos del corazón nos inducen á compartir goces y penas con nuestros semejantes, que todas nuestras facultades: sobre de modo que aun el egoista mas refinado tiene un círculo de allegados con quienes se hombres sin el acicate del trabajo? A él están acomodadas la civiliza- complace. Amor, riqueza, poder, qué valdrían sin comunicación? quién suportaria los que- él estriban las sociedades; por él el ingenio se aguza, la nave surca los mares, y brantos de la vida si no hallase en su camino una alma amiga que le prestára sus simpa- cion se estiende de polo á polo. una fortu- patias? Quién no desea ser estimado por su mérito? Qué es la fuerza sino protege, el talen- Diráse que algunos prevalidos de las circunstancias, han logrado improvisar correrá un to sino ilustra, la fortuna sino socorre, el corazón sirio ama, sirve, honra ó al Y dirige á los de- na; pero cuántos mas se habrán estrellado intentarlo? francamente, quién mas? albur donde las probabilidades desfavorables están en mayoría? vías al término deseado. Podrá ser re- Trabaja y aprende el hombre, y el mundo se entero se abre ante él. Nacido cual todos, des- Iluso el que figure llegar por indirectas que sobre esto mu- nudo y pobre, por los conocimientos que adquiere y por la aplicación que de ellos hace, uti- porte ventajas transitorias, y que triunfe por algun tiempo, pero que requiere liza sus varias facultades para producir un trabajo que es dignamente premiado. Hijo de sus chísima habilidad, algun dia verá todo lo falso de su posición, ó porque siendo improvisa- obras, ellas le alimentan, formando caudal los abismos de la ambición, un inag'otable, poniéndole aptitud de ser á do no sabrá sostenerla, ó porque cegándole el triunfo caerá en en las veces buen esposo, buen padre buen ciudadano. Ocupado todo el dia, no puede dis- ó en fin porque habiendo atropellado á otros, sus víctimas se atravesarán en su camino; y de sus sobre acaso el grito acusador de su con- traerse. Sabiendo lo que cuesta ganar honradamente la subsistencia, es leal con los demás. sin contar los estragos pasiones escitadas, y Sacando digna recompensa de sus afanes, bendice la vida y al supremo Autor de lo criado. ciencia. el La solo aplicación oportuna de sus conocimientos le interesa por el trabajo, y consagrándose á Desengañémonos: sin sembrar nadie recoge. Esto quiere decir que aplicándose él con gusto y provecho, halla en el mismo nuevos alientos, y el caudal de aquellas ilusiones hombre desde jóven á los buenos principios, á aquellos que deben hacerle probo, inteligen- su bien material mo- que forman el embeleso de la vida, haciendo tan dulce el descanso en los brazos de una esposa te y laborioso, logrará venido el caso, cosechar ópimos frutos para y ó en el seno de la familia. ral, único resultado que puede contentar á un sér criado á imágen de Dios. Solo el perezoso es infeliz: la Conocida la de la vemos cual debe ser la de los industriales-ar- pereza es madre de todos los vicios. Ese que se lamenta de importancia educación, no encontrar trabajo porque es inepto, esotro que deplora los golpes de la fortuna porque tistas; pero ante todo fijemos el sentido de esta palabra. de masas de es incauto, el de mas allá que achaca su mala suerte á la malicia de los hombres porque La INDUSTRIA puede dividirse en dos categorías: una mecánica, grandes y quizás el de como es la de los fabri- es peor todos; dónde deben buscar el origen de sus desgracias sino en la pe- elaboraciones vulgares, primarias ó de preparación, maquinistas, ob- reza ó en la inaplicación que les estraviaron desde la infancia, hasta que llegados á la edad cantes, destajistas etc., y otra mas ó menos delicada, comprensiva de todos aquellos de ser algo viéronse inútiles lo consentia aptitud? Si acaso trabajan, lo hacen mal, jetos de utilidad ó recreo en que la ornamentación, el trazado y la belleza^ fig-uran como para que su y por consiguiente sin gusto ni premio; el desaliento se apodera de su ánimo, y corriendo á parte principal. Puede aun admitirse una categoria intermedia, ni puramente mecánica ni están á formas ..embriagarse con falsos placeres, contraen perversos hábitos y acaban por faltar á los de mas del todo artística, cuyas elaboraciones, susceptibles pulimento, sujetas industrias de sagrados deberes. Dónde las se cosecha el crimen sino entre esa multitud corrompida, ene convencionales ó de circunstancias, como son todas las artes de vestir, - y quincalleros, baratijeros, alfareros, lozeros, liojalateros-vidrieros, libreros-encuadernadores, ausihares serian equipadores, muy útiles un curso de bellas cartoneros, etc. completo artes, armeros, etc. ensayes prácticos, matemáti- cas, idiomas, liistoria etc. etc. La categoria primera general no es de nuestra incumbencia; solamente la segunda, é inciden- Fuerza es ya convencerse de cuán talmente la inútilmente en el tercera dia se nos ocuparán el decurso una de industria en esta obra, bien emprende cual- que nuestras observa- quiera sin la oportuna ilustración. cienes generales, Quién no se duele viendo son hacerse tantos y pueden ostensivas á todos los operarios. quiera saben aprendices que ni si- leer ni contar, tal vez metidos Arte en el oficio es la representación sensible de las para ahorrarse esta concepciones del génio, el eterno mode- ciendo de toda molestia, care - según instrucción lo de la civil, en naturaleza, la creación política y moral, falsa creencia ya en ínependiente, de ya con aplicación á determinados que para objetos. solo se necesitan brazos, si el trabajar como saber no Cuánto fuera la mas independiente elevada la primera base de su y sea creación, bienestar futuro tanto de mas noble y liberal será el y ar- todo ulterior aprovechamiento! Ya el va te, y de consiguiente tanto mas análogo á las que gobierno la llamadas generalizando artes bellas, enseñanza, no que son el término del secundamos sus talento artístico. esfuerzos, haciendo porqué que desaparezca de entre nosotros esa hila de puericia vergonzosa una po- holgazana, verdadera En su sentido mancha general, la esencia del arte dar para la sociedad que la á los consiente? es objetos un carácter que hala- Hasta al fin aqui, material y por muchos las espíritu; industrias gue su la siglos, utilidad, artes se y su tendencia consideraron moral como elevar el unos corazón y la ima- medio ejercicios meros rutinarios, fáciles de tras un ginacion por de las impresiones de lo adquirir determinado bello. de los conocidos período grados de práctica, pasando oficial por Contraído á la maestro. industria, solo aprendiz, Verdad debemos y es considerarle que oficio en su segundo sentido de ningún aplicación, cerse sin prévio exámen, la podia ejer- mas y en este concepto, sin desdeñar las altas parte especulativa, la verdadera ciencia especulaciones le entraba que son propias, su esencia quedando reducida á por fórmulas poco, cial espe- meras á veces es perfeccionar é inventar, secretos y su fin dar y á los bastantes objetos un mérito empíricos, en que naturalmente no tie- épocas de quiza general aquellas atraso, ineficaces desde nen, bajo el triple aspecto de belleza, utilidad. pero los riqueza han y Cuanto que de pueblos alcance adquirido mayor incremen- mas cerca estos to, teniendo resultados, de tanto mayor será que acuerdo ó en su importancia, ponerse también concurrencia para utilizar sus como el aprecio recursos que lidades obtenga y las uti- Y con todo, bajo cierto especiales. que reporte. aspecto, los actuales procedimientos son todavía midas las corporaciones los peores. Supri- Con semejantes el precedentes, trazado y gremios, industrial á queda el su camino el que el industrial vaga único debe capricho, de su recorrer; novedad: tales pericie es el y juez perfección las público condiciones que le Todo y son de emplea. particular puede abrir un su trabajo. Y cómo lograrlas? establecimiento, sin mas Perfección requisito novedad, que pagar su cuota de nadie le y son en general el subsidio; el menor punto objetivo de las humanas exige estudio: si es operaciones, lo si hábil, él se pero gana, ignorante, él la industria se lo en artística, lo hemos dicho pierde, y concluyóse la esenciales. comisión. ya, son En vano buscará el los Esta buenos resultados operario de libertad, trabajo debe ventajosa que su quiza en un sino vincula pais prometerse, sí adelantado, en tan imprescindibles suponiendo estimule el nio, entre nosotros la que inge— elementos: consideramos perfección en la mano de obra, el todo los perjuicial, por cuanto careciendo en y en detalles; novedad de en el plan, la verdadera cion el instruc- en operario, reducido á sí aplicación la mismo y aun en esplotacion hace de los lo tipos la naturaleza que modelos ofrecen puede ó lo que otros que quiere, y como no y de el consuno. público es competente juez, canonízanse siempre dislates que léjos de propagar el buen le La perfección la invención pervierten, alterándose los gusto verdaderos tan íntimas principios del y arte son en la detrimento compañeras, del que una queda manca sin la productor del comercio. artefacto, de su otra, y si bien en rigor y pueden separarse, nunca la industria alcanzará sus altos fines sino En la necesidad de conserva entre ambas el debido nivel empezar por algo, colócase un y equilibrio. jóven de aprendiz en casa de cual- para obtenerlas, quier maestro; pero como entre él y este no basta no práctica vínculos una rutinaria, sino necesita hay estables, ni el que se un estudio muchacho ni el adelan- ta, maestro se y variado, desde los prolijo esmera, de suerte primeros rudimentos que sus del relaciones hasta vienen á arte, familiarizarse el buen quedar reducidas á con de las amo desde las el mas sencillas gusto, y y doméstico, y industrial de futuro leyes la convertido en mecánica, hasta las operaciones peon asalariado. mas respectiva industria complicadas de la ú oficio. Suponiendo que nuestro jóven tenga aptitud y buen deseo, cómo progresará con seme- No sistema? á Si es nosotros, sino á los jante á profesores ingenioso, y á las pnro academias trabajar incumbe adquiere alguna la clase práctica; concedamos de á ser mas, estudios cada especializar llega diestro oficial: industrial pero la razón que debe del seguir sección trabajo, sus sus sus en su respectiva; sin le^^es, embargo como indis- reglas, aplicaciones, sus tendencias, su pensables generalmente, señalaremos trabazón, su desarrollo, su la geometría, el porvenir, quién se lo enseña? de dibujo lineal, de dónde ornato de saca la teoria é historia y figura, la grande instrucción de las teórica bellas artes, los estudios y especulativa que indefectiblemente del natural necesita complexos para ser en el modelado, y detall, incluso dia artesano útil á sí el plastaje etc. propio á algun su etc. y país? y por fin la teoría peculiar de cada ramo. Como estudios Nó; esta enseñanza no debe esperarse del maestro, el cual generalmente no se halla en 8 El será bueno entrar camino, escelente practicar, «El artista, dice un autorizado escritor (1), en sus referentes á la indus- situación de darla. maestro para en para composiciones el jóven desee provechoso, necesita mas. tria, va mas léjos aun que la naturaleza. Cuando ha considerado, en sus for- pero que ser profundizado el principiante manejar cepillo sierra; mas, colores movimientos todos los séres vivientes é inanimados, hasta abarcar el secre- Pong-amos por ejemplo un carpintero. Ensáyase en y y aprieta tornillos, ajusta tablas, bruñe maderas; un caudal de mas adelante empieza á cortar piezas sobre to de la armonía de su conjunto, reúne en su memoria tipos variado, y por medidas dadas, á labrar embutidos según los moldes, á abrir calados siguiendo un dibu- nuevas combinaciones, sin separarse de los principios trillados, crea cosas que la naturale- jo. Esto le lleva algunos años de aprendiz y de oficial, hasta que adquirida destreza, puede za nunca puede producir en tan alto grado de purificación. ganar diez ó doce reales diarios. « Pero, cuánta elevación y propiedad de miras, cuánta doctrina, talento, gusto y filoso- Creyendo ya ha completado su carrera, ó cansado de saltear colocaciones y mudar fía requieren para dar belleza de formas á tanta multitud de objetos como las artes que no se de amos, llega á establecerse por su cuenta. Este jóven hará fortuna? No es probable: redu- ofrecen á nuestra conveniencia ó á nuestro capricho, y cuyo tipo material no parece exis- cido á su práctica, si se le ocurre ensayar alguna novedad, tropezará en mil inconvenientes. tir parte alguna? Cómo acomodarse á todos los gustos, contentar todos los deseos, con- en Poco fuerte en geometría, veráse apurado para labrar ciertas piezas en múltiples hechuras, ciliar lo que la vida apetece, con- lo que la mano necesita y lo que el espíritu demanda? y á pesar de su destreza de manos, cometerá reiterados desaciertos. Sin mas guia que sus Qué tan vasto de investigación y de análisis! qué precision para observar la natu- campo moldes, el dia que haya de realizar un pensamiento dado, no sabrá á que atenerse, y en raleza! qué habilidad para imitarla y conseguir esta especie de corrección superem inen- vano apurará el ingenio para adivinar los secretos de la teoría. No está todo aquí: el nue- te! Y el simple operario podrá reunir y repartir bien entre todos estos objetos de formas casi vo industrial carece de demandas; ha de formarse una clientela, atrayéndose el favor del arbitrarias, á un tiempo la propiedad, la nobleza, la riqueza y la sencillez? público por el único medio posible, el mérito de sus obras. Lo logrará, si ni aun sabe en que «Muchos principios son eternos, pero su conocimiento solo es dado al artista filósofo. Ca- consiste el mérito? bastará con que los cajones de una cómoda abran y cierren con suavidad, da cuerpo puede tener su belleza: queréis modelar un coselete, una patera, un simple sello que el mueble sea sólido, ó que la tabla aparezca perfectamente pulimentada? de cobre? escuchad á Sócrates demostrando la teoría de lo bello por medio de estos mismos El mérito lo comprende el que es hábil: la habilidad se adquiere con la instrucción: el instrumentos, que el vulgo considera prosáicos. Pero si estan debidamente arreglados á su saber artístico estriba en la estética, que es la ciencia del sentimiento de lo bello: de este senti- destino, sugetos á la ley del número y medida, en completa armonía consigo mismos y con la miento nace el buen gusto, el cual en mayor ó menor grado puede desarrollarse en todos armonía de los demás séres, en una palabra, si la idea que ofrecen al espíritu es des- los hombres. He aquí pues según varias veces hemos repetido, como el buen gusto y sus tacada y precisa, tan fácil de concebir como de retener, al paso que severo, grande y ar- aplicaciones, son el último término y el objeto primordial de las especulaciones del obrero monioso su conjunto, estos objetos tendrán una belleza positiva. artista. «No es arrojo ni tampoco habilidad lo que falta á muchos artistas é industriales, sino es- Quien de veras apetezca esta instrucción, acuda á las escuelas y demás establecimientos peculacion teórica. Como no la han aprendido de sus maestros, la desconocen. Un artista análogos: allí aprenderá á formarse el gusto y á dirigir su sentimiento, insig'uiendo ladoc- veinte años buscando los principios de la belleza, y acaso no logrará su objeto; pues trina de los jDreceptores y el tipo de los buenos modelos. El dibujo á la vez adiestrará pasará su qué ha de hacer el industrial menos ilustrado, el cual si se inclina á lo bueno es al azar, mano y despejará su inteligencia; familiarizaráse con los diseños elegantes y graciosos; irá lo conociendo lo es digno, lo es propio, lo noble; sentirá la belleza porque generalmente adopta lo malo como de moda, y á menudo desprecia hoy que ayer , que que que es por sus pro- La el bien concebidas, ó el de la apetecía? ignorancia y capricho nos gobiernan todavía, si bien la observación de an- piedades por contraste fealdad, y de g'rado en grado, de impresión tiguos modelos los trabajos de algunos buenos artistas pueden habernos dado á conocer la en impresión, llegará á adquirir el recto sentido artístico. y verdadera belleza. Una vez adquirido, lleva ya andado • mucho camino: entóneos es cuando empieza á to- « De todo lo dicho infiérese si se dar impulso á las artes de utilidad material, mar por sí su conveniente dirección. Sobre los principios generales de la estética, va ha- que quiere en las escu elas los estudios estéticos, buscando la belleza no solo en ciendo aplicaciones parciales á los fines que se propone, y emprende los estudios detallados. es preciso generalizar en los Como le todos los séres animales, plantas, guia una norma segura, adelanta de continuo con menos riesgo de desviarse. Do el cuerpo humano, sino en físicos, perspectivas, en cada una de sus Re- quiera encuentra .modelos: la todo eii su partes. en naturaleza, en las obras de los maestros, en los diferen- edificios, muebles, jarros, utensilios, conjunto y tes estilos creados; hácese sí misma...» un caudal de reglas y observaciones que serán vendrá en todo tiemj)o las conocidos los principios, la aplicación por flores hombres no son su mejores de Los su corona, y venido el caso de las aplicaciones, su saber rebosará Cálculo y análisis: he aquí el secreto de la ciencia. máquinas; en sus obras, las cuales serán aplaudidas, granjeándole fortuna y crédito. (1.) E. David, Influencia del dibujo sobre la riqueza de ¡os naciones. inteligencia vuela por los espacios. La misión del artista es indefinida. El mundo perte- trasarse ó estralimitarse, dictando en caso necesario reglas ó instrucciones, buenos consejos nece al talento. Aplicáos pues, y dejad de ser autómatas ; meditad bien lo que sois, lo que ú oportunos correctivos. pretendéis, á do os dirigís; cuales son las condiciones de vuestro trabajo, en qué estriba, Ahora, el industrial no sabe á que atenerse. El aislamiento ha creado el antagonismo, y de dónde procede, qué busca, qué espera. Cerniéndoos desde ese elevado punto, por las subli- los de un mismo oficio, léjos de prestarse ayuda, se miran con la prevención de la rivalidad. mes regiones de la inspiración, sereis maestros hábiles; cada obra vuestra tendrá su indo- Si alguno por acaso descubre nuevos procedimientos, guárdalos uraño, ó tal vez se prevale le propia y el sello de su destino; ni lo sacro se mezclará con lo profano, ni lo motivado con lo de ellos para suplantar á sus compañeros. Cuando yerra, nadie le corrige, y si álguien lo 9 chocante, ni lo selecto con lo vulgar: en las imitaciones sereis verdaderos, en la historia hace, desprecia su consejo creyéndose superior á él, en fuerza de un orgullo mal entendido, fieles, en las creaciones originales, con propiedad é inteligencia, sin inverosimilitud ni exa- por desgracia bastante común. A la crítica desapasionada y justa, corresponde con injurias §eración. y ojerizas, origen del común descrédito, y una de las concausas de la decadencia de las Estudiad la naturaleza, maestra grande y eterna del arte: ella os enseñará la corree- artes. cion de líneas, á la par que la gracia del contorno, el vigor de los contrastes, los efectos El gobierno, ála verdad, puede con su iniciativa dar nuevo giro á este órden de cosas. del claro-oscuro, la profusion y variedad de accidentes, la originalidad en todos conceptos, Puesto que la industria debe emanciparse, ábranse vias para su espansion, désele vida tan espléndida como inagotable. Los simples festones de un ramaje darán mas luz á vues- protegiendo el comercio y beneficiando á los productores, otórguense primas y patentes, fo— tra imaginación, que la mas sábia de las lecciones ó la práctica de muchos años, y el ál- méntese la enseñanza, promuévanse concursos, organízense museos, bibliotecas ¡artísticas hum de apuntes que os hubiéreis formado, será una galeria tan rica como fecunda para etc., en suma, sea la nación celosa de su industria, que es áno dudarlo^uno de los ramos vuestras sucesivas aplicaciones. Por de contado, todo esto según hemos dicho, requiere prepa- principales de la pública riqueza. raciones prévias, y hallarse en situación de saber apreciar, aplicar y esplotar tan preciosos ele- Ya que no sea fácil volver al antiguo sistema de las agremiaciones, á lo menos apó- mentes. yese á esa notable y numerosa clase, para con su ayuda elevar la España á la altura que Esto nos arguye otra verdad, y es que el artista necesita estudiar sin tregua. Siendo demanda bajo el aspecto económico. Los industriales mismos, en nombre de su interés bien la perfección indefinida, el estudio debe serlo igualmente; por eso vemos que el mas aplica- entendido, deben hacer cuanto les quepa á fin de salir de su equívoca posición, y contri- do hace cada dia mayores adelantos. huir á esta especie de regeneración nacional, esmerándose en ser de una vez lo que su nom- Qué observaciones podriamos aqui aducir acerca la utilidad de la asociación sobre las re- bre promete. Sobre todo convénzanse de cuan perjudicial y ridículo es su aislamiento, pre- laciones de los industriales entre sí, y aun sobre el influjo que el gobierno puede ejercer cisamente en una época en que todo tiende á la asociación. Aislados, gastarán inútilmente en el fomento de la industria! sus fuerzas, sin reportar ninguna de las ventajas que su presuntuoso egoísmo les brinda. La corporación dirije, corrijo, protejo. Cuando habia gremios, las artes, sino pro- Compactos! de frente! he aquí como deben marchar, á guisa de falanje decidida, para con- gresaban con rapidez, se mantenian con entereza, y á su vez los asociados disfrutaban re- quistar el alto puesto que la providencia tiene señalado á los mas dignos. Afuera rancias cíproca tutela y consideración. Desde el aprendiz hasta el maestro, todos miraban en el gre- preocupaciones, miras mezquinas, pueriles rencillas, vanas jactancias, ilusiones falaces,ódios, mió un tribunal recto, un senado piadoso, un consejo prudente, cuyos acuerdos formando pandillajes y espíritu de partido! El industrial no ha de ser mas que industrial, esto es ciu- ley, se acataban religiosamente. De puertas á dentro venia á ser una familia grande y dadano laborioso, comprometido en una gran misión social, de cuyos esfuerzos penden quizá bien avenida; de puertas á fuera un cuerpo tanto mas respetable y respetado, cuanto mayor la riqueza y el poder de la nación, y cuyas tareas están en contacto con las mas nobles, era la disciplina, la armenia y la morig'eracion entre sus varios miembros. y elevadas aspiraciones del ingenio humano. En el concepto facultativo teñian no pocas ventajas los gremios. Todos poseian secretos Concluyamos: «laindustria es la vida délos pueblos; sus productos se derraman el é iniciaciones por para sus respectivos individuos, secretos que guardados con esmero y fielmente mundo cuando son verdaderamente bellos, y son bellos cuando los productores se hallan bien trasmitidos de siglo en siglo, esplican esa perfección que en ciertos artefactos vincularon es- educados en el concepto artístico, de tal modo que ninguno de sus concurrentes puede traba- elusivamente determinadas localidades. A mas de las pruebas y exámenes, habia veedores, jar mejor ni mas barato. Y dónde buscar esta educación? En las artes del dibujo. » (1) contrastes, fieles, peritos, y en último término los prohombres, cu}^ vigilancia impedia re 1 E. üaTÍ (l, obra citada. ■ ■; ■ ;■ - "-^^ , -^'-^r-^-~= ^3®7 -'i.'-- «Î ■fTM a ¿; . ;:;%|^if;. ^ __ '- ' -- ^-xí^ % Vï--'-- - '--íié^ '; - -"-■ .•■-; ^ m çr-, '^- -í -r- ^ • r Skm. ■ í?' ' V .. . 'ííii" #: V'i^- ?- . Ligeras consideraciones sobre la economia del trabajo industrial-artístico. Para que el trabajo ó la producción sea bueno, es preciso que reúna ciertas condiciones. 1. A chindad, inteligencia , destreza ; tal es el timbre de la perfección, y lo que hace á los obreros hábiles y ricos. La economia, ciencia enteramente moderna, y generalmente ignorada, aunque útilísima También hace á los pueblos pujantes y adelantados. La riqueza y la civilización marchan á todas las clases sociales, es indispensable á la industrial, ya por la especialidad de las teorías al par de los progresos del trabajo. que ia conciernen, ya por enlazarse con cuestiones muy debatidas en el terreno de la prác- Estos progresos descansan en la perfección del procedimiento. Semejante perfección se apo- tica, vitales para la industria. ya en la dimsion oportuna del trabajo, y en el uso de buenos iilensilios. Partiendo de esta idea, inauguraremos las presentes instrucciones, sentando algunos de Es imposible hacer bien muchas cosas á un tiempo, y siempre se hacen mas pronto y me- los axiomas económicos aplicables al trabajo industrial-artístico, cuya verdad lia sido sancio-j or elaboradas en detalle, con instrumentos á propósito. En algunos casos la division del tra- nada por la ciencia y la esperiencia. bajo equivale y suple á las máquinas. La economia, en su acepción mas lata, es la ciencia de la producción, consumo y aplicación La máquina es un instrumento inventado para facilitar y acelerar la producción. Su apli- oportuna de la riqueza. cacion ha dado resultados pasmosos, y cada dia es mayor y mas beneficioso su desarrollo. Riqueza-, modo de crearla ;modo de aplicarla: he aqui el grande objeto de la economia, el Pero el uso de las máquinas, como costoso, requiere fondos y capital. Este es hijo de la móvil de todas las acciones y empresas humanas, el término á que se dirigen todos los esfuer- economia, y la economia hija de los buenos hábitos. zos y talentos. He aqui lo que hace á los particulares dichosos ó infortunados, y á las naciones Súplese también el capital por medio de la asociación. Ala asociación se deben esas gran- poderosas ó decadentes. des esplotaciones industriales llamadas fábricas, verdaderas colonias de amos-empresarios y Porque la riqueza es la sangre del cuerpo social, asi como es la vida civil de los particu- de obreros-dependientes, que conspirando á un mismo fin se prestan mútuamente el ausilío de lares. No basta ser grande y titulado; no basta ser sábio é ingenioso: solo el rico ofrece garan- sus caudales ó de sus trabajos. tias de estabilidad y de bienestar. Amo y dependiente son una verdadera sociedad, tan indispensables entre sí, que el uno su- Pero la riqueza ha de ser legitima, de otro modo la condenan todas las leyes divinas y hu- pie lo que falta al otro, y ambos se sirven y ayudan para el logro de su objeto. manas. Eegularmente el operario es el primer grado de una misma profesión, y el amo el según- El único modo de producir la riqueza legitima, es el trabajo, ó sus frutos, rentas, capi- do. Cuando el operario llega á reunir un capital, se hace amo á su vez. tales etc. Sus intereses no estan ni pueden nunca estar en pugna: cuanto mas gane el amo, mas El trahajo, destino de la humanidad y condición precisa de su existencia, caracteriza á los recompensado será el trabajador. Lo único posible es que haya abuso de una ú otra parte, como hombres civilizados, y constituye entre ellos la mas preferente de las gerarquias. puede haberlo en todas las cosas del mundo, si bien temible en este caso por sus graves tras- Hija del trabajo, la producción mas perfecta, como mas conforme á las prescripciones de cendencias. La corrección de este abuso corresponde á las autoridades. la ciencia, es aquella que reúne toda la economia posible á la mas acertada prevision. Si es Cuanto mas vastas son las asociaciones, mayores son sus medios de acción, y de consi- barata, y buena, y acomodada á su objeto, todos la desean y todos la pag'an. guiente mejor llenan las condiciones del trabajo. Por otra parte, cuanto mayor es la ostensión todo descansa en los mismos principios que el comercio : necesidad, conveniencia y lujo. de sus empresas, mas priug-ües son los resultados rpie "consiguen. Trbajando como á dos, se ga- Seg'un el objeto le guia ó las necesidades que lo crean, fúndase 'en un cálculo: el de á dos. que na como las preciso el mercado. De nada servirá produ- cumplir exactamente lo que se propone; en un procedimiento: el de llenar este propósito del Para asegurarse ganancias, es aseg-urarse La industria sostiene el comercio. modo mas fácil y conveniente. cir si no hay quien compre. se por es á la vez teórico idea y hecho, opera- Comercio es el trueque de las sobras de El en tésis abstracta, y práctico, unos por las sobras de otros; especies por especies, trabajo pues, valores valores, trabajos cion mental por por dinero. y ejercicio corporal. El comercio funda la necesidad, la conveniencia ó el lujo. Por necesidad un pais Estas funciones sin en en en embargo, discrepan desde la abstracción mas elevada, hasta la fun- se vie- ó particular toma de otro lo le falta, trocándolo con sus escedentes; por conveniencia cion mas grosera y mecánica. El del filósofo es casi todo ideal, al paso que el del cavador un que cubiertas automática. lo que le acomoda despues de las primeras necesidades, y por lujo lo que solo le sirve ne á reducirse á una operación Toda vez empero que el sér moral en el comodidad escesiva. hombre, no puede separarse del sér físico, tam- de g'ala ó de humanos. No Comercio ó cambio es el ausiliar de la industria, por cuanto da salida á los productos y poco estas dos condiciones pueden abstraerse de los actos hay trabajo alguno el cual la acción corpórea no vaya acompañada de un acto de la inteli- al por rudo que sea, en recompensa trabajo. Mas como de país á país la situación no siempre es igual, hallándose unos en mejores gencia. condiciones que otros, la acción de los gobiernos suele inmiscuirse en el comercio industrial, Por eso el trabajo es tan honroso, y la prerogativa mas escelente de un sér que fué cons- regulándolo ó dirigiéndolo por medio de sus disposiciones. tituido rey de la creación. mano de Dios nos dotó con la destello de sí Favorécese la industria con una protección mercantil bien entendida. Cuando es débil y Por eso precisamente la benéfica inteligencia, de paises mismo. La inteligencia ilustra y dirije nuestros actos : ella endereza nuestras derecho á las producciones operaciones naciente, necesita de tutela: regmlarmente se impone un adelanto industrial podrían espenderse mas barato en hácia las conquistas mas gloriosas : sin ella no seriamos mejores que las fieras de las selvas. estrangeres, que por razón de su mayor el es una de la del pais. Por eso también trabajo necesidad, la primera de las necesidades ; un derecho, detrimento producción aventajada, perjudica, antes g-ana en po- el mas privilegiado de los derechos. Al contrario, cuando la industria es muy no se rivales. De qué servirían nuestras facultades sino debiéramos aplicarlas ? El Hacedor supremo, nerse en concurrencia con sus á los animales, proveyóles en cambio del instinto para atender En el cambio de dos productos similares, el de mejor calidad será preferido, y en igual- que no concedió inteligencia mérito el barato. abundantemente á sus necesidades; pero al hombre, condenado á una peregrinación mortal, dad de mas diciéndole: comerás el pan con el sudor de tu rostro. Todos estos precedentes nos conducen á una misma conclusion: bondad y baratura: he aquí lanzóle desnudo del Paraíso, el sér caldo, á la vez estímulo fecundísimo para su rehabili- las condiciones salvadoras del trabajo, el objeto de la economía en su triple relación con el Terrible anatema y para pero La del es la condición mas eficaz de nuestra existencia en la tierra: por productor, con el producto y con el comercio. Especializemos el estudio bajo cada uno de estos tacion! ley trabajo lo posible al trabajo industrial-artístico, que es el que parfcicu- ella vivimos, y nos hacemos grandes y felices; por ella tenemos artes é industria, comercio y respetos, contrayéndonos en interesa. familia, sociedad y civilización. lamiente nos No es verdaderamente admirable el resultado obtenido mediante algunas operaciones, II. por las que se convierte en objeto tangible el fluido volátil, se hace un producto de simples Venus de un mármol bruto, ó un agente de la electricidad? gases, una trabajo'^ La utilización del talento, de las fuerzas ó de la indus- y es que la naturaleza encierra secretos estupendos, tesoros inagotables y prodigiosos, En primer lug-ar: qué es hombre. depositados por la Providencia á fin de estimular al ingenio humano, y ofrecer campo y pa- tria del á la del hom- Esta definición comprende tres divisiones principales en intelectual, mecánico y misto bulo á las operaciones del entendimiento. Cuántas conquistas se deben aplicación sus su bre ! cuántos particulares sacan de ella su fortuna ! cuántas naciones su poder y gloria! de uno y otro. Para Puede ademas clasificarse bajo diferentes puntos de vista, en necesario ó voluntario, de- A proporción es mas intelectual el trabajo, mas rápido es su progreso. asegu- que libertad. pendiente ó independiente, solo ó en concurrencia, mas ó menos artístico, sencillo ó com- rar este progreso, requiere diferentes garantías: propiedad, igualdad, en su al mundo; todos tenian pilcado, grosero ó primoroso, uno ó múltiplo, homogéneo ó subdividido etc. etc. Propiedad. Los hombres vienen ó vinieron origen iguales lo un mismo derecho: la necesidad les á aprovecharse de ciertas cosas, y como que Todo trabajo tiene un objeto: crear ó modificar algo para el uso propio ó el ageno; y obligó uno usa no puede servir á otro, fué necesario que recíprocamente se g'arantizáran y respetá- En esto estriba el secreto de la ciencia de la riqueza: trabajar ó producir bien, para espender ran sus adquisiciones para asegurarse su disfrute. Ahora bien: toda adquisición supone un ó servir con seg-uridad de retribución; tal es el fin de los humanos esfuerzos, y la basa primor- trabajo: cazar, cosechar, producir, cambiar, etc. He aqui la base y origen de la propiedad y dial de las relaciones sociales. Asi el trabajo, condición de nuestra existencia, y objeto de nues- déla renta, estímulo de la actividad humana, y su mas legítima recompensa. (1) tras facultades, es á la vez el vínculo de la sociedad humana y el principio de toda distinción. Igualdad. Es justo que todos los hombres sean nivelados ante el derecho, y que sus es- De lo dicho infiérese que el trabajo será tanto mas aceptable, cuanto mas bueno. Para ser fuerzos, á proporción del trabajo, sean igualmente respetados, protegidos ó fomentados por bueno, ha de reunir varias circunstancias: mérito, oportunidad, utilidad , comodidad. 13 medios convencionales de estímulo ó de protección. Privilegiar à unos con postergación El mérito consiste principalmente en sus cualidades estéticas: belleza y vistosidad; deli- de otros en identidad de circunstancias, es establecer un odioso desnivel, es la opresión del cadeza y primor; interés bajo todos aspectos; conformidad con las leyes del gusto, general ó despotismo, ó la sinrazón de la barbàrie. de circunstancias, con el común sentido, con las reglas y principios autorizados, naturales ó Libertad, Libertad en el productor, libertad en el producto; be aqui la mas racional de las tradicionales. leyes económicas, la mas sábia y de resultados mas fecundos. Este principio oportunamente Oportunidad en sus causales, en su destino, en su intención, en su disposición, en su es- observado, dió en todos tiempos imponderables creces á la industria y al comercio, asegu- presión, en sus accidentes, en el tiempo, en el concepto, en la forma, en el modo, en el fin. rándoles un imperio estable. (2) Utilidad según las circunstancias y las exigencias; objetiva y subjetivamente; abstracta Qué podemos exigir de otro en rigor de justicia? Nada gratuitamente. Ocupado cada ó concretamente; atendido lo cierto ó lo probable, lo racional ó lo caprichoso, lo indispensa- cual en su propia necesidad, ni debe servir, ni ser servido, sacrificar, ni sacrificarse: si lo hace, ble ó lo supérfluo. es por algun impulso de afecto ó de interés. En cambio, al que voluntariamente sirve ó se Comodidad en sí mismo, en su uso, en la esplotacion, en la distribución; ora sea principal, sacrifica, naturalmente se le corresponde con alguna gratificación. ora ausiliar; público ó privado; grande ó pequeño; rico ó modesto; complicado ó sencillo. El interés pues, prescindiendo del afecto, es el imán de las voluntades, el móvil de las bu- Acomodándose el trabajo á estos requisitos, podrá llenar su gloriosa misión; mas para manas acciones, el que establece el sistema de los sacrificios y de los premios, en una pala- acomodarse á ellos, importa que el operario reúna todo el ingenio que semejantes anteceden- bra, el acicate del trabajo. tes presuponen. Necesitando para utilizarle, la correspondencia de los demás, es preciso escitar esta cor- El operario por tanto, á su vez hade ser diestro é inteligente, reuniendo incentioa é respondencia y merecerla, estimulándola con hábiles servicios, fomentando ó satisfaciendo instrucción, emulación y diligencia, observación j cálculo, habilidad y tacto, economia y recursos. las necesidades ó caprichos ágenos, y tentando diestramente, no ya para engañar, sino para De las cualidades facultativas del productor hablaremos en sección aparte; las económi- granjearse favor. (3) cas son las que por el presente deben ocuparnos. Esto solo se consigme poniendo á contribución ingenio é industria. Aplícase el talen- Emulación y diligencia. Una ambición justa, es el resorte del ingenio. Todo el que produ- to, observa, imita, crea; reúne en sus producciones el atractivo á la utilidad, y dadas á ce algo por arte, tiene noble orgullo por el resultado de su trabajo, lo ama como porción de sí cambio ó presentadas en el mercado, gustan y se atraen general correspondencia. Entónces mismo, y naturalmente desearla verlo aplaudido y preferido. Este afan instintivo es el que es cuando el ingenio por su solo esfuerzo, obtiene de los demás, voluntarios sacrificios y re- hace fecundo al industrial, impeliéndole sin cesar bácia el pináculo del saber, al objeto de dar compensas. á sus obras el sello de la mayor perfección, y asegurarles el triunfo en la concurrencia de sus El artista-industrial, con su habilidad saca una obra de arte de un pedazo de piedra ó antagonistas. Los esfuerzos de estos incitan los SLiyos; á medida que ellos avanzan, hace lo madera. La materia informe, hábilmente modificada, conviértese en sus manos en cómodo propio: su interés no le permite rezagarse, ni su vanidad darse por vencido; basta que, obe- mueble, en eleg'ante utensilio, en objeto de rica gala ó en prenda ventajosa para cualquie^ deciendo al empuje de la emulación, llega á conquistar el lauro y á reportar el premio. Pobre uso, y como se recomienda por su mérito y utilidad, todos se apresuran á aceptarla, retribu- del que dudando de sí mismo se rinda durante el camino! Toda subida cuesta tropiezos; toda yendo el trabajo del operario. perfección errados ensayos: es preciso fijar la vista en la cumbre, recreándose con la idea de (\) La propiedad, diceBastiat, es el derecho de aplicarse mismo sus propios esfuerzos, no enagenarlos sino la com- hermosas perspectivas, para tener toda la fuerza de voluntad, toda la uno y con energía, toda la perse- persacion ó cambio de otros esfuerzos análogos, ó de su resultado equivaienle.—La propiedad no estriba en la utilidad de las cosas, siao veranda hacen salir airoso de árduos alcanzar en su valor. que empeños y brillantes éxitos. (2) Siendo el trabajo productor de la riqueza, y dependiendo su intensidad del esfuerzo luimano, ó sea do la resolución y vo- El luntad del Observación cálculo. artesano una ó hombre, es notorio que toda ha restricción ó estorbo contra el libre desarrollo de la voluntad, de las fuerzas ó del trabajo, es y que emprende profesión trabajo cualquiera, un óbice contra la producción. Laboulaye, Econ. industr. de considerar varias cosas: sus obras deban reunir mérito, comodidad. Por (3) La sociedad radica en el fenómeno del cambio, oportunidad, qué pues ella no podria existir entro una reunion de seres humanos que nada tuviesen de común entre sí, cual rebaño de animales, privados de las facultades del hombre, y que precisamente hacen á este social medios obtendrá este fin mas mejor ? según Aristóteles, ibid. })ronto y Laboulaye, 14 ver en el Tal ha de ser el objeto de sus cálculos, y observaciones. No basta trabajar por hábito, ó « Nuestra época, dice el disting'uido economista Mr. Blanqui, queriendo solo lo simplemente subsistir: el industrial artista es un obrero mecánico; sus producciones hombre un director para no inteligente, pide á los elementos avasallados, fuego, aire, agua, que há- se rozan con lo inmaterial, la idea estética y el sentimiento de lo bello. La forma es superior ayer se exigia del trabajo manual. De aquí resulta que cada adelanto es un nuevo paso todo cía la ruina del operario, el cual no tiene salvación sino afiliándose entre los ellas á la materia, el arte al mecanismo, el efecto al procedimiento. Ante pues, con- empresarios y en á este término, la asociación el ahorro le trillan naturalmente el viene observar cual es la sanción dominan te de la belleza, y de qué manera, atendidos el capitalistas. Para llegar y tiempo, el lugar y las circunstancias, se la concibe, interpreta y admite. camino, preparando su emancipación ; mas para que esta sea completa, para lograr consti- límite tuirse verdadero de la materia, conviene vencerse á sí mismo, acallando todo brutal Los modos de espresion son infinitamente variables, ó mejor no tienen ; pero su rey dedicarse á la cultura del ; cerrar el oido síntesis homogénea, constituyendo el conjunto lo llamamos gustos ó estilos. Des- apetito ; olvidar las fuerzas del cuerpo, para espíritu es en que con mas libertad á las de el mas colosal monumento hasta el chisme mas diminuto, hay mil pormenores que á las exigencias de ciertas necesidades materiales, para consagrarse » constituyen su perfección relativa: esto pertenece tanto al estudio como á la observación. de la inteligencia en suma, ahogar el amor propio, y dejar la taberna por la escuela. ; Por otra parte, el cálculo ha da enseñar al industrial la manera de producir mejor , no ya por la granjeria del momento, sino por amor al arte, por afición á su industria, y para llegar III. á la originalidad inteligente , que constituye el mérito y establece la fortuna. sin El recursos, es soldado sin municiones. Todo trabajo requiere medios. ope- Habilidad y laclo. Bajo estos nombres comprendemos la maña y la astucia, indispensables Trabajador diestro necesita dos auxiliares imprescindibles ; utensilios cuando no má- , al hombre que quiere medrar en medio del gran cúmulo de rivalidades y de adelantos actua- rario por que sea, les, descartándose de las bastardías, y acertando á llenar sus propósitos. Si en tierra de ciegos quinas, y materiales. de un amo ó regularmente este proporciona un tuerto es rey, en tierra de linces solo el ladino puede llegar á la eminencia; cuenta Mientras se aprende , dependiendo profesor, muy y los medios como no siempre se ha de seguir en la precaria situación de ; el pero que que no descuelle, andará arrastrando siempre la cadena de la miseria. En nuestro país para trabajar de en muchas industrias es ineficaz el apoyo del amo, nunca estas condiciones son tanto mas indispensables, cuanto inmensa es la ventaja que de otras subalterno, prescindiendo que no crearse del partes nos llevan, de modo que para no perecer de mala muerte, el es ya preciso desplegar mu- dependiente se emancipará, si á fuerza de actividad y economia procura modo mas una situación vida. Artesano! desahogada, esto es un caudal para adquirir me— cha poco harás con elevarle sobre tus compatriotas: de allende viene el gusto; seguro y rápido, de allende la concurrencia : apresúrate á conquistar un puesto en los mercados, sino quieres dios. en todo no sea puramente ideológico, y verte desalojar por los productores son estrangeres. Estúdialos sigue Los materiales trabajo que y sus pasos, ya que ellos van indispensables El coste de materiales es ame- delante; mira en qué te aventajan, y procura igualarles sino vencerles. Tú lo has de hacer: sin por consiguiente en los de la industria-artística en general. si se atiende á la buena calidad de ellos constituye la primera garantía hábiles, industriales nada pueden ni el público ni el gobierno. La industria nacional no se real- nudo cuantioso, que zará, hasta que vosotros despleguéis todo el tacto j habilidad que os recomendamos preciso. de la bondad del artefacto. como cada dia aumen- Economia y recursos. Los hábitos económicos son uno de los no menos costosos, grandes medios Los utensilios ó son puesto que para llegar á máquinas precisos y á la de los adelantos del Sonlo tanto á veces, que no bastan- ser de provecho, tan se pero esta cualidad se enlaza con las mas privilegiadas del sér moral. Para y complican par trabajo. un es necesario reunir fuerzas dinero al ob- tener economia, es preciso tener virtudes ; las virtudes requieren principios; los principios se do para ellos los simples ahorros de particular, y fundan en la educación y en las creencias. No medrará el que ame el desórden, el que ganoso jeto de ponerse en aptitud de concurrir á la producción. Capital: asociación: he aquí los dos ejes sobre que jira la fortuna de los industriales. de goces consuma en la disipación las módicas sobras de su trabajo, en vez de acumularlas pa- lentamente Cuando de levantar fortuna delirio antici- Varios son los medios de hacerse con un capital. trata capital. El primero es ingeniarse mucho y bien ra formarse un se una , es de cubiertas las necesidades del consumo ; el segundo es la par los disfrutes : querer gozar antes de ser, es ademas de gozar en falso, privarse de ser algo para obtener sobrantes, despues nunca. Todas las cosas de este mundo tienen un encadenamiento admirable, aunque nuestra economia, al objeto de granjear iguales sobras, reduciendo el consumo á lo indispensable, inconsideración se esfuerzo á menudo á saltar la valla, hasta la si conviniere el tercero es el ahorro , es decir la conservación pero viene la lógica inflexible de los su- llegando privación ; aun cuando se mas por ganar mas, cesos y al fin de la cuenta el acumulación de estos mismos pueda gastar , que se escede es la víctima de su propio estravio. Séd honrados y sobrantes, en beneficio de la Ahorrar, siempre es posible, aun- particulares, y sereis digmos ciudadanos, industriales considerados y felices. Poned los medios renunciando á lo supérfluo especulación. del esceden á los valo- los que aspirais á aventajados fines; procuráos recursos con la buena conducta, y Ijuena los valores con- que sea en pequeñas sumas, porque generalmente trabajo ducta con la virtud. i"^s de los gastos. \ 5 Instintivamente gastamos lo que tenemos , cuando el remanente es módico y no adop- tamos antes un plan rentístico, pero resolvámonos á separar todos los dias una cantidad, IV. fija si puede ser, y sin reducción sensible de nuestros recursos, nos encontrarémos al año con un caudalejo cuya allegacion antes hubiera parecido y sido verdaderamente irrealizable. Presentadas ya las bases de la buena condición del del veamos abo- « Las instituciones producto y las productor, y leyes, dice el recordado Blanqui, pueden contribuir muy mucho á ra cuales el mejor modo de proceder en el los ahorros de los trabajo. trabajadores, y á que de este modo se creen un fondo de reserva contra la El primero es la economia de/imp o. El tiempo es un caudal inestimable, adversidad; por tanto cualquier nación igualdad de fondos preciosísimo que en de partida, favorezca mas la porque no depende de nosotros, del cual disfrutamos en cierto modo acumulación de capitales mediante por pequeños ahorros, privilegio, aventajará luego é las otras en rique- y que una vez perdido ya no se recobra. Su valor solo le conoce teniendo quien llegando á la za, una población activa, morigerada, mejor alimentada perfec- y mejor vestida. El dinero cion, se detiene á considerar lo que le cuesta conseguirla. En efecto, á medida que uno ade- impuesto en las cajas de ahorros y demás establecimientos provisorios, es otro caudal arran- lanta, mayor valor da al cado á las sentinas del tiempo. vicio y del juego. Abramos do quiera unos exutorios tan saludables: En igualdad de tiempo y de destreza, un cada barrio, cada operario diligente industria, puede tenga alcancia trabajar y ganar mas su donde deponer el óbolo del ahorro; para la na- que otro. cion será una prenda de estabilidad, para el obrero un gérmen de independencia, para el em- Esta diligencia empero será inútil, si el no es á la vez exacto presarlo una garantia de buenos servicios. procedimiento Kadie jmto, en efecto y turbará seguro, el órden, cuando se in- Justo, conociendo el el operario lo que hace, motivo, terese aprovechar porqué tiempo y en para fin : perdido que exacto, asonadas; proce- en no habrá quien tenga injustas exi- diendo según intenciones, cálculos y principios establecidos de cuando antemano : gencias todos se hallen cierto modo seguro , en pie de guiándose en igualdad, y los gefes industria- por las buenas de la ciencia de la les, los reglas capitalistas y fabricantes, y práctica. léjos de habérselas con simples jornaleros, tendrán mas bien Hay dos modos de proceder bien, uno subalternos capitalistas propio y otro unos ellos, asociación prestado. en eltra- como Propio: cuya podria algun dia regularidad suscitarles ter- bajo , esto es, division , órden método rible ; competencia. y prestado: uso de buenas » máquinas. El principio de la division del es uno de los mas agociacion conducentes á La su efectivamente, trabajo, á tan poderosa desarrollo, en cualquier coyuntura, origen de la familia de y y la vez el mas veloz, Haciendo una las sola nacionalidades, perfecto, puntual y no se reprodúcese como fecundo especulativo. elemento cosa, de vida las pierde en especulaciones particu- tiempo pasando á otras, tomando y dejando útiles, discurr iendo lares el de los hombres. y ordenando lo que se trabajo ha de y en hacer; de consiguiente el es mas veloz. Es también mas Empresarios cuanto con fabricantes, trabajo el ahinco dependientes perfecto, por con jornaleros, y unos con otros respectiva- y la constancia adiestran en los de una mente, júntanse contribuir al singularmente pormenores elaboración. Es para procomún, poniendo cada cual á contribución puntual, sus recur- porque nada enseña á trabajar con mas justificación como una sos, caudales, giro, esclusiva capacidad ó fuerzas; de semejante práctica y agregación brotan y perseve- esas grandes po- rante. Es á hacer una tencias cada vez fabriles, especulativo, porque se á que tanto puro cosa, el sorprenden por sus operaciones aprende colosales, cuanto por los beneficios mejorar modo, el tiempo y el medio de hacerla. realizan. (1) que La division del fecunda Ved á esencial en los qué apojeo llega la trabajo, no asociación, y es menos particularmente en el grandes talleres, ramo industrial ! Qué impor- por- tante tentos miramos realizarse ella ! Obras para los industriales en menor escala, y aun de ingenio de para los por que y arte; monumentos ejercen públicos, privadamente, su- diques inmensos, puentes gigantescos, puesto que á todos en su colonias, respectiva esfera han de trascender los resultados que no fábricas; ciudades económicos de se- enteras; mecanismos los sistema. mas incomprensibles; creaciones dignas de las Mil mejante y una noches; ia realización del ensueño de Mas lo una mente acalorada: que indudablemente he cumple á unos aqui lo y á otros, es el es la que viene cada dia á sorprendernos, ó mejor lo órden, metodizacion del que no nos sorprende base de su economia en el ya, porque se reproduce con tal trabajo, primaria repetición, los milagros de la industria cuádruple que concepto de la rapidez, perfección, moderna dejan de serlo, buena calidad. Sin órden sin para convertirse y solo en una cosa prevista y ordinaria. progresión y método, cabe confusion y desbarajuste. Capital Sistema en y asociación generalizando los pues las varias de recursos, han permitido dar latitud las operaciones á preparación y complemento; distribución de gran ellas ope- raciones; la abundancia ha si es aumentado el la posible, por secciones y séries, consumo; con ganancia hanse por los importancia y necesidad, por dificultad aguzado y tiempo. Unas talentos, complicado y perfecciouado los procedimientos, y de ahí el hermoso desarrollo ( 1 ) Eslf! que principio es singularmente \entajoso en los establecimientos fabriles. el nes cada de las cuales «Repartiendo el trabajo en distintas trabajo ha consegniido. , una requiere diferentes! grados de fuerza el fabricante á operario- precisa de y destreza, obtener destreza y iuerza in(iisi)ensables á cada llega (on exactitud la cantidad operación , ;d si el total de las obras esie debiera reunir á paso que de la vez bastante de.-;ireza dejiendiese un solo para (jecular las operaciones mas delicadas, y bastante operario, fuerza mas pen sas.» d/. Itolibuíje, lícononi de las manufact. para llevar á cabo las o 1G .una ciertas ocasiones Lis cpie en otras, en tales ó cuales clias, ntilizanclo lias- máquinas empero, no-.dejah fe tener sus inconvenientes, exagerados quizá por FG practicarán mejor en influencias atmosféricas. Los materiales suelen requerir una repetición de actos, y á prevenciónalg:o;effénea. Elprimero es;el-s r máquinas, esto,es constituir un procedimiento ta las Esto hará los varios objetos que se intentan; a veces todo depende inflexible' é preparatorios, iniiitelig'entecuyos.:desperfectos debe suplir una calculada prevision. menudo plazos para exigencias de. lo- siempre la mano y la "mente del' ohrérò sean indispensables para ayudar á la máquina, de circnnstáñcias accidentales, sucesos esteriores, especiales situaciones, que esto es dirigirla, cohtenerlaÒ completar bus: operaciones; y he aquí orillado otro de los prin- cal etc. etc. del Esta ver- contra ella se levantan: ,la:máquina, se dice, ahorrando brazos segreg'a á También en \ü.s máquinas, liemos dicho, estriba la perfección procedimiento. cipales cargos que ahorra coulas no duda máquinas se realizan los trabajadores. En cuanto álá operación que lá misma ejerce, hay que brazos; dad inegable, queda cada dia sancionada por la esperiencia: las desconocidos, aplicación como agentes directos ó intermediarios, pero con qué usura no compensa este aparente daño, abriendo mil canales por preparaciones fenómenos hasta ahora y su á la industria! Con las má- dando á la humana industria el.impulso mas admirable. ( 1 ) ó complementos que requiere, y sobre todo por el impulso que da está á su del hombre una tendencia invencible, secundada en este punto por su quinas se trabaja ahora cien veces mas que antes sin ellas; y cuando las mismas lleguen «Hay en la mente sucesión de los descubrimientos, á sustituir el concurso natural la .y gratuito, al perfección, de seguro se trabajará el doble: la prné.ha es que allí donde las máquinaria es mas interés y ■ . humano oneroso, de suerte que una utilidad dada, no obstante ser idéntica en su perfecta, mejor es la condición del operario. . concurso y también en distinto concepto, resulttidó y en la satisfacción que proporciona, corresponde á un trabajo cada vez mas redu- Otros inconvenientes presentan, aunque compensados tiende á reemplazar la cuales el mucho coste ; ciertas imperfecciones relativas ; los accidentes que su misma cido.» (I) De aquí se deduce que en todo producto, la parte gratuila son, del ó el etc. hace ;■ su valor transitorio, por cnanto se inutilizan al in- dispendiosa; la máquina al esfuerzo humano: porque la máquina es la muleta viejo, complicación, fuerza, repetidos ella cons- nuevos modos de etc.- andador del parvulillo; ella sirve al hombre, ahorrándole fatigas, tiempo y dinero; trodncirse" producción reuniones fabriles, han á otro cargo: la desmoralización de tituye el verdadero trabajo, á un tiempo breve y exacto, perfecto y metodizado, simultáneo, Ocasionando grandes dado..pie las habrán múltiple grandioso y abundante. Qué imponderables ventajas para la economía en la pro- la clise obrera. No nos detendremos en desvanecer semejante error: máquinas , sido ocasión de esto, mas no la causa. Si dan margen á peligrosas reuniones, establézcase un duccion, y la ganancia en la economía ! de es- Reducir el traba,]o, abaratando la obra, he aquí el gran problema que las máquinas re- rég'imen disciplinario acomodado al nuevo órden de cosàs. Y quién asegura la verdad ta inculpación ? por ventura las poblaciones fabriles son siempre y en todos ■ ' lugares las mas suelven. de consiguiente cuántas fortunas han nacido á la sombra de la Cuántas ? .empresas, y corrompidas ( 1- ) máquina ! La simplificación del procedimiento, ha atraído capitales al campo de la industria; Como quiera, muchos de los presentes óbices dejan de existir en la especialidad de la in- el espíritu de g'ranjeria busca siempre arena espaciosa donde establecerse,. y abara- dnstria artística : los jDrocedimientos mecánicos, son en ella mas limitados; la promiscuidad porque rea- reuniones, el tumulto de los talleres, las mas tados- los géneros,- han aumentado el consumo y las ganancias. Esta es la maravilla que casi ninguna, y léjos de ocasionar peligrosas y donde quiera del ó en la secreta oficina liza la industria. Proteo de la época, ^que se desplieg'a, para alimentar al po— veces se ejercen en pequeña escala, cuando no en el retiro estudio, .bre, enriquecer al especulador, hacer, felices á-todos, y. amenudo labrar la dicha y la gfan— del artífice. Lá misma ventaja resulta acerca el capital..«Por dicha, observa el recordado Mr. Blan- deza de los pueblos. , es bello todavía espacioso el campo liet'iios, dice o|)ortunamente Mr. Iilanqiii,,palQnlizan con evidencia las veniajas de, la máquina. Antes de lain- qui, son pocas las industrias que lo requieren crecido, y y (1) j^lgiinos lo tanto sin salario, un felices los vención déla iinpienla, bastaban algunos miles de copistas, la mayor parte religiosos, y por para producir mas mas numerosos, ricos y que Biblias vendian á áóüo o aüOO reales; siendo ellas de consiguiente un monopolio e.sdusivo de algunos se- abierto álos pequeños industriales, modestos, }Yero escaso número de que se a 300 dia ■ ñores y .primados,eclesiásticos. ( a j. A los bis biblias reales, y hoy pocos años del descubrimiento de Gutteinberg, vendiansç afiliados á la industria. » dan 10 ó 12, en 60 ú 80 los ejemplares dé lujo. Si calculásemos las nuevas riquezas creadas por la imiircnta , llegaríamos a g*rande se en y obras del mas de en una cifra prodigiosa. Basle presentar un solo hecho : las. gran novelista \V. Scoll, se pagaron a 24.000,000 de manuscrito, habiéndose tal vez distribuido una suma décuplaentre los fabricantes papel, impresores, libreros, etc. Las de Voltaire V. han puesto en giro cantidades ,no luepores, y,dado, vida a niiies dq famdias durante una larga serie de años, y Dumas en FiMiyia, las varias industrias VEn Paris de 40.000 y en Londres mas de 60.000 , se sostienen de pertenecientes á la ju- (tb mas personas, 20.000 Igual revolución .se debo.al grabado y ála lilografa: iinprimensc ahora ejemplares con u..a la Partiendo del enunciado en el párrafo anterior, seremos también parcos al tratar lisdiccitm de prensa. ha el núme- concepto plancha que antes daba apenas 1000. y cuesta dos dufós'lo que valiadiez.:. 'Sé-vende cien veces más, y decuplicado la cslo salida de los ygrabadores. LuísXlV durante su minofia,.sorprendido ,en. S. German tuvo, que dormir sobre ,. paja porque de las cuestiones relativas á la tercera sección de la ciencia económica, es, pro^ JO de los dibujantes tenia en todos la fabiicacion de siendo caro el mueblaje , no compuesto este palacio;-* y ahóra, simptilicaday abaratada conceplos los de entonces. debe considerarse como un gran beneficio la obtención por medio muebles, no hay particular que no tenga una casa mejor puesta que reyes (11 Léjos de desacreditar á las maquinas cu csle sentido , Baslial. de los niños, de trabaja que aument.i el salario del padre de familia; trabajo que tiene al primero aplicado, reprimiendo los vi- (t) ■ JIr. considerablemente. Supongamos que el un á la madre á su vez, de cuidados, contribuirá ( a ) El los libre agena .copista pudo resentirse de la innovación, pero la masa de trabajadores ganó cios inherentes á la holgazanería, y que al mismo tiempo deja para poder un esce- público gaslaba, 100 pagarel trabajo de 400 copistas ; si lOj iiuprescres pueden por 100 dar igual satisfacción, queda la en los industriales, es una de las comiuistas mas gloriosas de nuestra para deseos sieiu[jj'e á Jas satisfacciones, esla cantidad será indadableinents invcrlida a) propio objeto, la ganancia común La participación de miiger trabajos todas las victorias causa alguna víctima, vale mas eso que el estado de ilotlsiaao al que añejas preocujiaciones rele- denle de 000, y como los superan ' si cual sin esto lo Icmlrian.»/flánu/nyc. ('poca, y I deia población. Entonces las mngeres no tenían otro recurso coatra ta miseria Blanqui, Economis proporcionando trabajo á 00 operarios no .. mitad que prostituirse que . ( b ) Y qué (liréinos de un solo libro el , Quijute, entre nosolros"? gabanla ' f; ¿netos. Aunque el g'obierno puede contribuir inuclio á facilitarla, la mas segura es la que Prescindiendo de lo odioso que, por abusivo, es el sistema de aduanas, la inutilidad de la procede del propio mérito. protección siguiendo este medio, aparece de un lieclio sigmificativo : cada industria suele Por regda general, siempre que el artefacto es bueno, de bondad absoluta y relativa, pue- invocar la libertad de las demás con esclusion de la suya. (1) Si á cada una favorece en par- de asegurarse su aceptación con ventajosas condiciones. Su aceptación la indica la facilidad en ticular la libertad de las otras, dedúcese por confesión de la industria misma, que su prospe- el cambio. El cambió constituye el mefcado. ridad depende de la libertad absoluta y general. Cada cosa tiene un ])recio real, un 'calor verdadero para el que la produce ó el que la con- El contrabando es la introducción clandestina de géneros prohibidos. Cuando estos, por sume, la pena ó el trabajo ocasionados por su consecución. razón de mayor adelanto en la producción, ó mejor proporción de primeras materias, pueden « Comprar con mercaderías, ó con su símbolo el dinero, es lo mismo qua comprar con nues- darse mas buenos y baratos que en los mercados privilegiados, el especulador halla un cebo tros sudores, por cuanto esas mercaderías ó ese dinero, contienen la remuneración de cierta su- incesante que le impele á hollar la ley prohibitiva. El arma entóneos se vuelve contra el ma de trabajo que trocamos c(mi lo que suponemos contener la remuneración de una suma mismo que la esgrime, porque sintiendo todos los inconvenientes de la concurrencia, no puede equivalente. » (1) aprovecharse de sus ventajas. La base, pues, del cambio, es la justa proporción de valores entre los dos servicios cambia-^ Pobre industria la que necesita marchar al arrimo de la protección! Porque debe saberse dos; y la base de los valores, la justa proporción entre el producto y las dificultades de su pro- que esta origina aun nuevos inconvenientes: aumentando el coste del producto, disminuye duccion. su despacho; encareciendo la mano de obra, dificulta la introducción de primeras materias; Esta justicia estriba, prescindiendo de la apreciación del productor que es siempre reía- el fabricante sé enerva descansando en una prestada tutela, y carece del estímulo primero de tiva y no absoluta, en la libertad de transacción. todo adelanto que es la rivahdad, si acaso él mismo no bastardea la producción, hasta hacer- Transacción es la oferta y el pedido de la mercancía. De este lieclio mercantil, indepen- se cómplice de adulteraciones lucrativas, sin trabajo alguno. diente de la cosa, resulta que, cuantas mas sean las ofertas y cuanto menores las demandas, Otra rémora de la protección es conceder primas ó privativas á determinados fabricantes. el cambio será perjudicial al oferente, y vice-versa. Sin embargo, en las condiciones gene- « Dar prima á un producto, dice Blanqui resumiendo en una frase los perjuicios de tal proce- rales de una sociedad dedicada á la producción, realizándose los cambios con plena libertad dimiento, es hacer pagar á los nacionales el favor de vender más barato á los estrang-eros. » y seguridad, lo verosímil es que el valor se aproxime al medio, el cual podrá servir de En Francia estuvo también vigente el sistema prohibitivo, hasta que desplegándose tipo en términos generales. la industria exigió una salida. Vióse entónces la imposibilidad de concurrir en baratura con Para adquirir lo que necesitamos, solo tenemos dos recursos : ó crearlo, ó cambiar algo los estrangeros, y los fabricantes se arruinaron. por ello. Si lo que deseo cuesta un dia de trabajo, y lo que ofrezco odio, no baré el cambio sin A pesar de todo, cuando la industria naciente es leal, y llena una verdadera necesidad, una compensación equivalente al mayor tiempo empleado en lo segundo. Obtenida la equi- y tiene grandes intereses comprometidos, y presenta un porvenir estable, la acción del go- valencia en la apreciación, está logrado el precio corriente, ó sea el justo medio del valor. bierno es no solo útil, sino necesaria, y bien aplicada, puede labrar la suerte de la industria El mercado, punto de realización del cambio, divídese en interior y esterior. y de los industriales. El interior será tanto mas seguro, cuanto la producción llene mejor las efectivas necesi- El libre cambio solo es ventajoso entre productores de iguales fuerzas; por poco desnivel •dades del pais. que haya, el mayor devorará al menor. El esterior requiere grandes adelantos, á causa de la emulación y concurrencia de los pro- El libre cambio sin embargo, es el estado natural del comercio, y el que mas fomenta la ductores estrados. producción. Poned frente á frente dos poderes iguales: se retraerán en la embestida ? nó En el interior, la protección puede ejercerse con mas eficacia. Cuando la industria es dé- por cierto; cada cual desplegará su pujanza y destreza; la lucha les dará nuevos brios, el bil ó imperfecta, la tutela del gobierno es saludable: facilitando el mercado á los industria- combate será heróico, y su resultado ventajoso para ambos contendientes. les propios, lo cierra ó dificulta á los estrangeros, imponiendo á sus g'éneros un dereclio de De todos modos, la industria no puede contar con mercado seg-uro; y no puede, porque entrada, mas ó menos crecido. depende 1.° déla concurrencia, 2.° de la moda. Este medio, sin embargo, es peligroso, porque suele traer dos grandes rémoras: la corrup- Contra la concurrencia, no hay mas remedio que luchar ó vencer. Queda dicho ya, y don aduanera, y la polilla del contrabando. á esto se dirigen todas nuestras observaciones: únicamente el mérito garantiza el consumo; (1 ) A. Smilh. (^1) Blaiiqui, Econ. in(lii?t. 3 18 • mas para dar mérito á los artefactos, es preciso estudiar y saber, basta nivelarse con ios ta- de semejante capricho sobre los objetos de su industria, los cuales se dirig-en á satisfacer lentos ¡privilegiados, hasta familiarizarse con el verdadero gmsto, hasta poder entrar en liza no ya la necesidad meramente industrial, sino la ostentación ó g-ala esterior; razón por la poderosos antagonistas, á quienes importa superar en el glorioso campo de la inteli- cual deben contarse entre las producciones de las artes suntuarias. con gencia, del arte, de la especulación y de la perfección. Semejante capricho, empero, no está reñido con el verdadero mérito. Aunque hay modas Contra la segunda, forzoso desplegar mucha atención y prevision; atención para estar estrafalarias y absurdas, á pesar de ellas y al través de es ellas, deslizase el ingenio para es- á la mira de las transformaciones sucesivas del gusto público, y hacerle la ley en lo posible; plotar hábilmente sus propios delirios, atrayéndolos á la jurisdicción del buen g-usto, discipli- premsion suplir distintas vias las depreciaciones resultantes del capricho, ó de otras nándolos á los ojos de sus mismos adoradores, y sacando reglas aun del para por desórden, rehabilita causas de la voluntad del productor. á la razón en medio de tan deshecho cáos. agenas El inconveniente principal de la moda es no ser racional en sus causas, lógica en su mar- Nuevo y precioso triunfo del talento bien dirigido! He aquí el mismo mal g-usto aconse- cha, ni fácil de prever en sus metamórfosis. Como quiera, hay industrias á las que hiere de jándole apurar sus especulaciones en el recto sentido del arte. muerte; confecciones que una vez fuera de sus leyes, quedan para siempre releg-adas al ol- Sí, artista-obrero ! hazte familiares los buenos modelos, en la teoria, en la naturaleza vido. He aqui esplicada la necesidad de que todo industrial redoble su constancia, para tener y en la historia, y no dudes que tus obras, lógicas y racionales aun bajo la interpretación necesario fondos de reserva que le compensen los quebrantos nacidos de este ca- ilógica de la moda, serán en caso cualquier caso estimadas y solicitadas; y el en capricho y la mo- pricho transitorio llamado moda, que es tan omnímodo como inesplicable. da misma reconocerán la superioridad del génio, el cual sale siempre triunfante cuando es Y el industrial-artista tiene de ello tanta mas necesidad, cuanto mayor es el predominio verdaderamente ilustrado. Ri'flexiftiit's estéticas. I. Utilidad, y helleza : tal es el doble ser de las producciones artístico-industriales. Refiérese la primera no solo á las propiedades'de la materia constituyente, sino á las al- Cíñéndose el testo del presente Album á simples generalidades sobre las materias de quiridas mediante la fabricación. La segunda contráese á la forma, dibujo, coloryderná estudio que consideramos interesantes para la clase artístico-industrial, no presumimos dog- cuahdades ópticas. matizar, sino solamente dar la razón y ayudar á la inteligencia de los dibujos que forman el La industria artística debe satisfacer, ademas de las necesidades materiales, los caprich'. cuerpo de la obra. Hecba esta salvedad, vamos á esponer algunas reflexiones sobre la estética y la vanidad del hombre. Cuanto mas adelantan los pueblos, mayores son las exigencias de aplicada, para que mas y mas resalte la importancia de las nociones artísticas relativamente lujo. á la Industria en su estado actual, y atendidas las necesidades que ella crea ó que de ella Pero la necesidad ó conveniencia, ha precedido á la gala ú ostentación, que es hija suya dependen. que radica en ella, y que viene á ser como una exajeracion de la misma. Hemos considerado ya el Arte no solo en su acepción general, sino relacionado con la De ahila consecuencia lógica de que las producciones del arte decorativo, reconozcan pi Industria. Desde la especulación mas elevada hasta el proceder mas grosero, le hemos visto base la utilidad , no perdiéndola nunca de vista, antes acercándose á ella cuanto mas posibf campear en espacio vastísimo, abarcando casi toda la série de las humanas operaciones. Ba- fuere, so pena de falsear su primera condición de ecsistencia, y constituir un adefesic jo el nombre de tradajo , ha venido formando tres divisiones, correlativas de sus tres grados; De esta condición han de sacarse los temas para la decoración, así como con ella ha de na- liberal ó intelectual y también bello , grosero- ó mecánico, y misto ó intermedio. cer la de la belleza ; pues una y otra se hallan de tal modo concilladas en los objetos ó pro Como en todas las obras que salen de la mano del hombre puede hacerse aplicación de los ducciones del arte-industrial, que difícilmente puede darse belleza sin utilidad. principios mas ó menos elevados del arte, según la naturaleza de la obra ; de aquí el que en Donde la utilidad puede subsistir sin la belleza, no hay arte : por ejemplo, en una herra- el decurso de nuestro trabajo las consideremos como pertenecientes á un círculo artístico mienta, en una máquina. que llamaremos. Artes de decoración ' y suntuarias. En suma, la condición de utihdad en las obras de que tratamos, es tan g-enuina y esenci " Todas las industrias se proponen un fin común, pues la intención del productor no se que, creemos decirlo sin paradoja, constituye una de-sus primeras condiciones estéticas, - : limita á crear un objeto, antes se dirige á hacerlo bueno, útil, ventajoso para sí y para los biendo ofrecerse en ella de un modo caracterizado, aunque no sea mas que en apariencia. demás. Del mérito de las obras dependen los beneficios y ventajas de la producción. Importa que una silla no parezca un cofre , ni un reclinatorio un tocador. Hemos "\d.- Este esfuerzo del productor, acción de su talento, es lo que constituye la parte liberal de sobretodos de platería, cuyo destino es imposible definir, ni ' aun con un letrero. En acc- la profesión, su idea y su teoria. ríos arquitectónicos, en muebles etc.,es lo mas frecuente observar agregaciones monstru El génio debe tomar la iniciativa en las producciones industriales, para convertirlas en que sobre deformar el cuerpo principal, carecen de todo objeto, de sentido y de propiedad. verdaderos objetos de arte. La utihdad de cada objeto, se ha de marcar de suerte que á primera vista resalte ; Hay en el trabajo industrial dos términos que combinar : la id,ea y la forma respecto de la siUa para sentarse y el rechnatorio para orar. la parte artística, y el 'material y el mecanismo respecto de la industrial. y qué diremos si esos muebles , falsos en la apariencia, no obstante una ornamentació Respondiendo mas á los intereses físicos que las hberales , las artes de la industria no se prolija, lo son en el fondo, ya por mala calidad de materia ó de fabricación, ya por defec contentan con espresar motivos bellos, sino que tienden á satisfacer necesidades materiales, de capacidad, solidez, conveniencia etc., ó bien por absurdos y mal aplicados? siendo su principal destino la utilidad. Hablando de las buenas condiciones del trabajo, las reasumimos en cuatro palabras; mé- 20 ' rito, oportunidad, utilidad comodidad. Aquellas observaciones tienen aquí cumplida adop- naturaleza, según dice Bacon, es profundizar sus leyes. La facultad analítica, atributo mar-' y todas abarcarse el concepto g-eneral de utilidad. No obstante, una obra de cadodel génio, descubre en las cosas detalles inapercibidos, abre mil caminos, facilita el cion y pueden en , mérito, oportuna cómoda, suele ser mas útil ; y es que estas condiciones constituyen estudio, siendo el mas firme de la inventiva y de la vis artística, asi en caractères y que apoyo otros tantos superlativos de la utilidad. determinados, como en sus grandiosas manifestaciones. mismo. en No se confunda la utilidad con la bondad, pues aquella forma parte de esta. Un artefac- La observación, aunque se roza mucho con el análisis, no es lo Este, penetra - to puede intrinsecamente bueno sin ser material é inmediatamente útil, al paso que nun- las cosas, mientras la primera suele detenerse en la superficie. La observación es indispensa- ser será útil si bueno. ble al ca no es artista, le es peculiar, y por si sola inspira gmsto y sentido artístico aun á los profanos. El que no observe no podrá sentir, y el que no sienta no podrá espresar. Artista sin obser- vacien, ó no existe ó indudablemente ha de ser falso. La observación se cifra en la natura- II. , leza, que es la gran maestra del arte. Artista que no observa, es como estudiante inaplicado libro. A la par de lo útil marcha lo bello. que cierra su estéticas estriban primordialmente la capacidad del artista Al gusto pueden aplicarse muchas de estas últimas consideraciones: veremos luego Las buenas condiciones en ya , ó productor. cuanta es su importancia en las obras de arte. de son eso mismo La cajnicülad artística comprende imaginación sensibilidad, razón análisis observa- 1^2.^ , , , facultades imitativas y demás características predestinación, por inútil es á las demás. Podrá haber cion, g-usto, facultades imitativas etc. etc. las de mayor cuenta, de suerte que faltando ellas, apelar remóntase el génio á las esferas ideales, concibe sus creaciones. Sin gusto, imaginación, observación: todo ello hará un conocedor, un hábil critico, pero no un Por la imaginación y conducida la inteligencia, la cual da vida á la artista. Y es que el artista, como el poeta, nascitu,r, nonfit\ esas facultades se traen ya de imaginación no hay arte : la mano es por la á del obra. Obra sin vida, jamas escitará aquella simpatia que es el triunfo de la inspiración. cuna, veces como una herencia vinculada en el organismo. Dádiva suprema Hace- nacidos esclusivamen- Para espresar bien, conviene sentir, y sentir bien. No basta que el corazón se inflame, dor , ellas vienen á ser el patrimonio natural de ciertos hombres, que los vuelos del entusiasmo. Semejantes impulsos han de ser te el arte, apesar de los vaivenes y tropiezos de la vida, obedecen exaltada la mente sig*a para ciegamente su vocación. y que reflexiones admitirse nobles y fecundos ; el sentimiento verdadero, y la sensibilidad esquisita. Los artistas cuyas Respecto del artista-industrial, algunas de las precedentes pueden de sentimentalismo ó producciones se recomiendan por una cualidad especial, tuvieron esta cualidad en su carác- con menos rigor, como quiera que en ese ramo artístico, la parte los mecánicos. ter, y manifestaron en la vida los mismos sentimientos que vertían en sus obras. Cuán santo idealidad suele cejar ante imperiosas circunstancias, ahogada por procederes de un lo la industriase sino una seria Angélico de Fiésole, cuán delicado Leonardo, cuán tierno Rafael, cuán enamorado Ti- Ya no es la simple interpretación pensamiento que propone, ziano! ( 1 ) El que quiere espresar lo que no siente , á semejanza de un grotesco de sainete, producción ante todo aplicable á una necesidad, y de utilidad reconocida. Qué trabas no al ! deg'enera en caricatura, y léjos de interesar se hace ridiculo. han de imponer génio semejantes cortapisas La razón como parte de la aptitud artística, es uno de los requisitos mas esenciales y El industrial-artista se ve obligado á ejercer mediante condiciones dadas, que coartan su , de ca- generalmente menos cultivados. Cuántas producciones vemos ingeniosísimas las cuales libertad de acción, condiciones á la vez de materia, de forma, de lugar, de en destino, , Las artes decorativas suntuarias no pricho, de moda, de tiempo, de medios. Una buena composición se realiza fácilmente en el la parte racional queda lastimosamente postergada? y , darla solidez las á este defecto, un abuso de aplicación. Razón, ^es lógica y ver- papel ó sobre una tabla, pero cuando hay que acomodarla á la práctica, y cuerpo, son menos espuestas por medidas tal vez á del dad: racional, paga, según el viento ser es ser consecuente conocer lo que se hace, seg'uir una dirección certera y sujetarla á , precisas y condiciones, placer que lanzado fuera de obrar por seguro impulso. La razón involucra reflexion, meditación, discurso, toda la parte que sopla, y lidiando con todo género de inconvenientes, el industrial queda sólida del talento; fuera de ella no cabe sino paradoja, falácia y contrasentido. su elemento; y entónces ni la imaginación, ni el cálculo, ni sus observaciones, bastarán á El anàlisis aunque parte de la razón y de la reflexion, debe especializarse en el artista, suplir esa falta capital de un espacio donde ejercitarse. , la cuanto dedicado á producir efectos, necesita desentrañar las causas. Su arte consiste sin- Esto hace que el talento del industrial-artista requiera cierta especialidad. Sujeto á por en el gularmente traducir estéticamente los objetos reales y el único medio de dominar á la ruda prueba de una laboriosa manifestación, necesita gran dósis de ingenio, sentido en , propio de esta palabra. (1) «Cniia uno de los pintoi'cs de l;i íintigüedad, dice el célebre Poussin en cierlo lugnr, posee en nito grado una virtud que le Ingenio, según el diccionario de la Academia, es una íacnltad ó potencia en el hombre la distingue; Protógenes, la diligencia y la curiosidad; Pamtilo y Meianilio, la razón; Anlifilo, la facilidad: Theon de Sames, imagi- nación, y por iin Apeles la naturalifíad y gracia que le hicieron tan famoso.... Igual circunstancia se observa en los que lian adquirí- con sutilmente discurre ó inveita trazas, modos, máquinas y artificios. Bajo la acep- do celcbr.dad de trescientos cincuenta anos á esta parte; y quien mire de cerca mis obras, creo podrá decir de miotrotanto.v que don industrial-artística, podríamos llamarle: un refinamiento en producir, superando es- escultura, arquitectura, música y poesia, y obra directamente no solo sobre las facultades torbos, ciertas novedades ó procederes de un mérito especial. morales, imaginación, razón, gusto, afectos etc. etc., sino también sobre les sentidos cor- Salve, sombras augustas de Benvenuto, Arphe y Palissy ! salve ignorados inventores porales contemplativos, cuales son la vista y el oido. de las maravillas etruscas, g-óticas, granadinas y venecianas ! Una auréola espléndente des- El Arte lo definimos en la introducción. Por él, lo que es interior en el artista se re- tella de vuestras frentes, tras la niebla de los siglos: la gloria os prodiga sus coronas, y la vela al estertor, cuando traduce su idea inspirada en formas, colores, sonidos, etc. etc. d& posteridad os aclama estasiada, contemplando las producciones de vuestro génio inmortal! una manera sensible, sujeta á apreciación. He aqui porque el arte consta á la vez de idea Las dificultades prácticas nada fueron para vosotros; antes bien la misma resistencia os impe- de forma. 2\ y lia liácia el triunfo: las materias mas viles granjeaban en vuestras manos un valor preciosísi- Ora se tome en sentido abstracto, ora en sentido concreto, su fin siempre es escitar afee- mo: vosotros dabais vida y alma á la piedra y al hierro; vosotros rodeabais al hombre de tos que conmuevan, satisfaciendo las nobles aspiraciones del espíritu, ó contentando las be- encantos y comodidades. Muchísimas artes se alimentan todavía de vuestras tradiciones, lias inclinaciones de nuestro ser. sin que el génio moderno haya logrado superaros; y las preciosidades que nos legasteis, El arte no es una simple imitación de la naturaleza: bajo la apariencia de la forma ha de re- son aun el mayor tesoro del sábio y del curioso! velar aquella belleza ideal que solo el espíritu alcanza. «Esta verdad se estiende á todos los ' A todo eso alcanza el ingenio; tales son los hermosos timbres por él conquistados. No es objetos visibles, desde la flor inclinada sobre el agua, hasta el hombre que eleva al cielo su pues corta su importancia, y no en vano la preconizamos. erguida cabeza. En cada cosa que vemos, mézclase algo del yo, y la impresión física que á El ingenio, sin estribar precisamente en el talento, propende asaz al mecanismo, con- nuestros sentidos causa, trasfórmase y suscita interiormente una cierta imágen ideal que es- fundiéndose á menudo con la paciencia, destreza y habilidad de manos. Tan ingeniosa es tá en armenia con nuestro ser y con nuestros sentimientos y facultades. » (1) una obra en ocasiones por la novedad de la invención, como por el mérito de su ejecución. El arte pues, ha de ser atractivo en sus producciones, para que estas puedan interesar, lie- Esta ejecución empero, ha de ser inteligente é ilustrada, pues en el arte hay reglas gene- nando las condiciones estéticas. rales que no cabe hollar impunemente. Un trabajo por minucioso que sea, si carece de Aunque se cree definir lo bello, haciéndolo depender de los gustos é inclinaciones, los verdadero mérito, resultará estéril, siendo á lo sumo una bonita inutilidad, nueva adición al cuales variai! á lo infinito, hay un punto de partida tan demarcado, qae negarlo fuera catálogo bastante crecido de las grandes pequeñeces en que muchos hombres-arañas invir- negar la luz que nos alumbra. tieron horas dignas de mejor empleo. El g%8to, en las artes bellas, es como la perspicacia en las artes mecánicas, y puede defi- El ingenio presupone originalidad, perspicacia, ahinco, gran fuerza de voluntad, co- nirse en sentido abstracto: el sentimiento de la belleza, ó aquella facultad del espíritu por la nocimientos y práctica consumada. El que pretenda crear novedades, ha de descollar sobre que formamos de las obras artísticas una apreciación rápida y exacta. el vulgo, conocer cuanto existe, y desplegar suma sutileza de especulación ó de manos, á El hombre se halla mas ó menos dispuesto á poseer este sentimiento ó esta factultad, que vueltas del secreto que busca y que no fácilmente se deja penetrar. Las verdaderas con- puede relajarse en él por ag*enas circunstancias. El mal concepto sobre la originalidad, po- quistas del ingenio hacen época en el arte industrial; por eso son tan inapreciables como drá conducirle por un camino torcido; y acostumbrado mas adelante á ciertas aberra- raras, por eso es tan inmenso el interés que escitan, y el que realmente tienen para la nu- ciones, llegará acaso á tener por bellezas lo que solo sean abortos del sentimiento en- merosa clase que nos ocupa. fermo. Sucede con el gusto respecto del sentimiento, lo que respecto de la sensibilidad: acos- tumbráos á un manjar picante, y todo lo que no tenga tal sabor os parecerá insípido. Ningm- III. no de los que fuman puede decir que le haya sabido bien un dgarrillo, la primera vez que lo chupó; sin embargo mas adelante no solo lleg*a á sentirse gratamente halagado por la sen- Hecha ya una reseña de la especialidad del talento artístico, tracemos con grandes sacien del fumar, sino que hasta se forma un discernimiento especial, y atribuye cualidades rasgos las condiciones estéticas de la producción. de distinto género al tabaco y á sus combinaciones. Estética es la filosofía del arte, es decir, la ciencia del sentimiento y de las causas Ahora bien, qué es lo bello? que viene á ser esa cualidad á la cual todos tributamos rendi- por las cuales las obras artísticas ejercen una impresión agradable en nosotros. do homenage? Siendo ciencia, requiere estudio; siendo sentimiento, una alma de buen temple, y una Mucho se ha dicho y divagado sobre el particular. Bello seg-un unos, es el conjunto y ór- aptitud especial, asi en el artista para crear, como en el espectador para conocer. Reside propiamente en las producciones del _arte en general, que comprende pintura, (1) Idea de u..a filosofía, po'. .• don de las partes, en consonancia perfecta de estas con el todo. Según otros es la idea abs- I repartidas; cada cosa de por junto y en sus partes, ofrece al espíritu alicientes siempre nue- tracta que nos formamos de las cosas, dotadas de ciertas cualidades, con arreglo al sentimien- I vos, los mas simpáticos y conformes, asi á las aspiraciones de nuestro ser, como á las dotes de te innato de la perfección. Mengs, artista tan hábil en sentir como en espresar, dice ser la nuestra organización. Una peña amenazadora ó una caverna profunda, inspiran al hombre belleza el resultado de la analogda de la materia con nuestra percepción; procediendo las ideas ideas terroríficas que le hacen involuntariamente estremecer, recordando la , grandeza de liumanasde la nocion que tenemos del destino de las cosas; esta nocion. de la esperiencia y Dios á la par que su propia pequeñez. Un cielo tormentoso ó un mar agitado, le conmueven exámen de los efectos g-enerales; estos efectos, del destino que á cada cosa señaló el Criador; profundamente, obligándole á proclamar la majestad de aquel Sér tremendo que fulmina el este destino, del gradual repartimien2to2de perfecciones en la naturaleza, cuya causa primaria rayo. Y si fija la vista en la pradera, mirándola cubierta de y verdura, surcada de arroyos, en- es la sabiduría infinita de Dios. trecortada de colinas, que en líneas sucesivas se pierden vagamente en el horizonte entre En mas breves términos creemos poder definir la belleza, llamándola la perfecta conformi- reflejos de tintas prismáticas, un baño de suavísima dulzura inunda su espíritu, y aspirando dad y acuerdo déla idea-verdad con la forma sensible. la vida á bor botones, bendice al criador de ella que tantos tesoros en la naturaleza ha predi- La belleza en efecto, reúne caractères generales é invariables, susceptibles de análisis, y gado. Dios! su perfección, su amor! hé aquí lo que lee escrito en todas partes: hé aquí el nom- superiores á la preocupación, al mal g-usto y á cualesquiera accidentes de persona ó bre que le murmuran las auras, el nombre que todas las criaturas decantan, el augusto nom- tiempo. bre que en eco santo repite la creación! La razón metafísica de esto, se concibe fácilmente. Nuestras facultades reconocen un común Ante un cuadro tan esquisito, imposible será desconocer la belleza, por poco que se sepa orlg'on y un común término, el mismo principio y las mismas causas, porque todos salimos amar y sentir. de un solo Criador, tipo central y originario, de quien brotan irradiaciones liácia los estremos, Agreguemos empero á este sentimiento los preceptos de escuela, las reglas que la cien- al cual converg-e todo cuanto existe, reflejo suyo. Este Criador, origen del ser de las cosas, cia ha trazado, los ejemplos legados por tantos artistas que presintieron lo bello con y superior lo es también de su perfección, vinculando en sí la belleza por escelencia, belleza única, in- perspicacia, hasta idealizar los mismos modelos de la naturaleza; y entonces, reunidas á esa definida, fija, verdadera é inmutable, reproducida en las mas mínimas emanaciones de su comparación y á ese estudio la reflexion que analiza, podremos tomar á la belleza su verda- sér fecundísimo, hasta nosotros mismos, en él nos miramos de él procedemos dera medida, y adquirir gusto para sentirla, acreditándolo á nuestra vez en en que buenas que , y senti- á él volvemos. das producciones. «Raya el buen gusto á su mayor perfección, dice el autor y citado, cuando Las falsas ideas sobre la belleza, solo son resultado del gusto corrompido. sabe escog-er de la naturaleza lo mas útil y mejor, descartando lo ocioso ó supérfluo, y con- Luego el giisto es susceptible de adulteración. servando solo lo esencial de cada ^objeto. De este modo resultan producciones verdaderas y Luego si puede corromperse, también puede cultivarse. de buen gusto, por cuanto se hace mas bella á la naturaleza, sin desfigurarla ni alterarla. » Efectivamente, el gmsto se forma ó consolida por la reflexion, el estudio y las compara- Para guiar al gusto en su elección, es preciso conocer los principios de la verdadera be- clones. La reflexion descubre las afinidades y Q\2'>eso y la medida de las cosas, permitiendo lleza. Según una máxima del gran Rafael, «el artista ha de hacer las cosas, nó como la apreciarlas con exactitud ; el estudio hilo conductor de la iiiesperiencia , orilla las causas y naturaleza las hace, sino como debiera hacerlas. » La encarnación del bello ideal en la ma- , los efectos, despeja verdades revela secretos ; las comparaciones ayudan á la razón, siendo terialidad de la , representación; tal es en efecto el gran secreto del arte , y lo que constituye un modelo práctico tan constante como fecundo, de autoridad indeclinable , que se acomoda su escelencia en la parte mas sublime. á todos los puntos de vista. Aunque cada clase de producción artística tiene sus reglas, hay unas capitales que las Désenos un objeto cualquiera en el cual campee el mal gusto; la reflexion dirá que aque- predominan todas, á saber : la regularidad , el órden, la unidad, la proporción y la armonía lio no es lo que debe ser, segmn su destino y la idea á que corresponde; el estudio marcará entre las varias partes que componen el conjunto. los yerros de que adolezca, y la comparación hará ver su incong'ruencia y sus contradicciones Conforme la idea innata de la belleza estriba en un principio único que es Dios, de quien con las leyes g-enerales de otros objetos similares. á la par derivan todas las imaginables perfecciones, asi la idea de órden, unidad y armonía Apuradamente tenemos para formar el gusto, un ejemplo siempre perenne. El gran cua- preside en las distintas manifestaciones de la belleza, que es directa emanación del cielo. dro de la naturaleza, espejo del Sér típico que la anima, rebosa en delicadas armonías, en Ofreciendo las obras dé Dios completa armonía entre sí, la armonía es igualmente el carác- mil déliciosos encantos que arrebatan nuestra fantasía, colmándonos de entusiásmo y bea- ter predominante de la belleza artística, armonía correlativa é inalterable, sin la cual toda titud. La tierra y sus productos , el cielo y sus vapores, la luz y sus reflejos, la sombra y sus belleza (j[uedaria falseada. Introdú/icanse en una obra cualquiera el desórdeii, la despropor- contrastes, las criaturas todas, tan proporcionadas, tan ricamente organizadas, tan felizmente clon, la incongruencia é impropiedad, y al momento dejará de ser bella, desapareciendo la unidad, rompiéndose la armonia, segreg'ándose el todo de las partes, y resultando tan re- cuales reunidos pre.?ontan un gnlpe de vista agradable; la alternación ó agriipamiento de pugnante el objeto, como ciertas monstruosidades que aveces la naturaleza produce. objetos discrepantes en volúinen, dibujo, colorido, etc; \?í degradación, superposición, ó « Lo bello, diremos con Mengs, es la perfección de la materia, conforme la presentimos; y por juxtaposicion ó amosaicado, y demás combinaciones polícromas etc. siendo Dios fuente de toda perfección, por esto la belleza es un atributo de la divinidad. Cuan- La buena impresión que el órden ejerce, es innegable: el simple conjunto ordenado de al- to mas hermoso es un objeto, mayor inteligencia presupone, toda vez que la belleza vie- gimas personas, una procesión, un cuerpo de tropas, divierte la vista y llama la a,tención del ne á ser el alma de la materia; y asi como en el hombre el alma es la causa de su existencia, espectador. En edificios, jardines, estancias, ha.staen los objetos mas usuales, el órden ofrece 23 asimismo la belleza es el alma de las formas. Una cosa fea la tenemos por muerta. El atrae- siempre raro embeleso,^ escitando ideas placenteras de tranquilidad y bienestar. El órden tivo de la belleza fascina siempre, y siendo ella espiritual, arrebata el espíritu, dándole nue- acusa un juicio certero, una voluntad curiosa, una inteligencia despejada y un corazón sin vos brios, hasta hacerle olvidar que está encerrado en un mísero cuerpecillo. Apenas la vista vicio. descubre un objeto bello, vibran las cuerdas del alma, sintiéndose purificada, y he aqui por Otra base de la armonia es \o. proporción, que definiremos: capacidad y dimension de unti que el hombre anda siempre anhelando la belleza que le sublima, penetrándole por todos la- parte, relativamente al todo ó conjunto á que pertenece. Depende de ella la simetria, que es dos. He aqui también por que la naturaleza ha producido tanta variedad de objetos bellos, cu- una esjiecie de correlación de las partes en altura, estension ó disposición, para el mejor efec- yo aspecto escita en el ánimo una emoción continua y alternativa. La belleza afecta ig'ual- to total. Vitrubio llama eurytmia á este efecto, diciendo aplicarse no solo á la masa pinto- mente á todos los hombres, porque su potencia es análoga á la de nuestra alma, que la ape- resca de un edificio ó monumento, sino á cada detalle, en su disposición respectiva: asi la co- tece y busca, y no pára hasta encontrarla; porque belleza es luz de la materia, y reñejo de la lumnata del templo g-riego, vista á cierta distancia, simula un adorno grandioso, cual rítmi- divinidad. » (1) ca y cadenciosa série correlativa de otras séries. Vulgarmente pues se llama simetria á la La belleza por escelencia, dice otro grande artista, reside en Dios. Sus fuentes principales, eurytmia, siendo asi que la simetria, según la etimologia de la voz, no es mas que Xo^irropor- con caractères diversos y combinados, son la unidad y \?í sencillez, cuyo tipo es también Dios, don. atendida su perfecta unidad. Esta unidad en ideas y sentimientos, hasta donde el hombre El tipo por escelencia de la proporción, es el cuerpo humano, el cual reúne en sí los puede alcanzarla, es la que nos conduce á lo sublime, ya sea en el terreno de las ideas ya en principios de una cumplida armonia, ya por la buena ordenación de sus varios miembros, sin el de las palabras. » (2) que ninguno predomine en menoscabo de los demás, ya por la relación que respectivamente Por estas palabras queda^demostrado el triple efecto de la belleza, que es conmover el guardan, ya por la singularidad con que los menores ganan en animación y primor lo que corazón y satisfacer á la razón. les falta en tamaño. Los antiguos acostumbraban darle de medida ocho cabezas, pero lo mas Con aludir poco ha á lo que pudiera destruirla, hemos indicado lo que debe constituirla. común es dividirle en diez rostros. Con los brazos y manos abiertos, tiene tanto de ancho co- Efectivamente, orden, proporción, congruencia y propiedad, son las bases principales de la mo de alto. En la inug-er, desde el hueco délas clavículas hasta el estremo de ambos pechos, armonia estética y el fundamento de toda belleza. se puede trazar un triángulo equilátero perfecto. Orden, ó sea regularidad la disposición de las varias partes de un todo, según reglas Cuanto una persona bien proporcionada, interesan las obras de arte que se acomodan á la y principios demarcados, ofreciendo cierta uniformidad. "El órden, aun en su carácter propio, presente regla; pero aun en ella hay infinita variedad, según las ideas y condiciones á que la es susceptible de aparente desorden, por ejemplo, cualquier artefacto de formas generales obra ha de responder. Considérese solamente en arquitectura, qué inmensa variedad domi- dadas, que imite en sus accidentes los caprichos de un objeto natural; un cuadro de com- na según los tiempos y lugares, cuanta discrepancia entre la pagoda india y la pirámide de posición, donde el órden simétrico del arte puramente ornamentario será imposible, pero en Menfis, entre el panteón griego y la basílica ogdval. Sin embargo la proporción es una ley, el que debe guardarse otro órden estético, etc, etc. toda vez que se halla en la naturaleza y cuya observancia complace, mientras su posterga- Vienen comprendidos en el órden, ó mejor en este desórden facticio^ las condiciones si- cion repugna singularmente, quebrantando la armonia. Las buenas proporciones arguyen guientes: el contraste, efecto producido por la oposición de dos cosas diversas, luz y sombra, cultura, fino discernimiento y discreción en el artista. hueco y vacío, curvo y recto etc.; la repetición, que consiste en reproducir calculadamente Congruencia jpropiedad, e?, la correlación, la justa referencia y el ecsacto concurso de ciertos motivos sencillos ó insignificantes de sí, como grecas, calados, puntos, ovas etc., los las varias partes componentes de un todo. Una magnífica vivienda con habitaciones mal dispuestas, será incongruente é impropia; lo serán un cuadro de época dada, presentando (l) Reflexmnes sobre la belleza y el gusto en la pintura. trajes, edificios ó personajes de otra distinta; un mueble del siglo XIII con detalles del XV; (á) Winkolmann, llist. del arte. una fachada que parezca un interior; un entablamento simulando pedestal; símbolos de fies- ta en un sarcófag'o; sobra de detalles aliog-ando el pensamiento capital etc, etc. De estas sim- ees de toda una época; y por ella se han hecho notar famosos artistas, y hasta algunas es- pies indicaciones puede coleg-irse cuan importante sea la regda de cong-ruencia en todas cuelas, bastando citar la flamenca y la veneciana. Puede en efecto ser mas ó menos diestra, las obras de arte. Ella vale tanto como el órden y la proporción porque afecta al buen senti- fácil, pulcra, acabada, etc; un g-olpe de pincel realza acaso toda una pintura, y la última do. Y con todo, hay obras justamente calificadas por maestras, en las cuales la congruencia mano es lo que caracteriza amenudo la producción del artista. y propiedad se echan menos de una manera chocante, según es fácil observar en algunas El estilo, esto es, la manera de ser artística genérica é individual, resulta del conjunto de pinturas de buenos maestros antigm2os4. Pero tamaño defecto, en estos disimulable, gracias á las varias partes que concurren ála propia concepción, composición y ejecución de una obra. otras grandes bellezas, no cabe canonizarse, ni siquiera tolerarse en teoría, so pena de ir á La de arte debe revelar un delicado sabor del espíritu, que descartándose de hipótesis, se- parar luego á un desórden sin restitución. La congruencia estriba en el raciociuio, en un pa allegar sus ideas mejores para acomodarlas á las formas mas distinguidas, las espresiones modo de ver certero, en la meditación y en la sana crítica. mas elevadas, combinándolas lueg-o con hábil destreza, produciendo un conjunto limpio, ar- Prescindiendo de estas reglas generales, de otras varias pende no menos la integridad es- monioso y natural sin convención. tética ó sea la armonía de lo bello. En la creación de una obra de arte suelen concurrir tres El estilo, en su genuino ser, es el acierto en la elección, la verdadera interpretación de elementos: invención, composición y ejecución. bello ideal. Si se exagera, encariñándose por ciertas formas ó recursos sobradamente acentúa- La invención es una de las operaciones mas elevadas del ingeni:), por lo que remontán- dos conviértese en amaneramiento, y se hace vituperable. dose álas regiones de la idealidad, allégala inspiración que ilumina, el sentimiento que con- En él influyen hasta cierto puntólas opiniones, particnlarmente religiosas, la época, el lu- mueve, la poesía que enagena y la originalidad que cautiva. gar, el clima, los acontecimientos, los descubrimientos, el estado de las ciencias, las doctri- Dueño ya el artista de su idea, pasa á formularla, valiéndose de los recursos plásticos que nas de los preceptistas, el juicio de la multitud, y por fin el modo de ver particular. el arte le proporciona, y consultando las reglas qne el mismo le prefija. Divídese el estilo principalmente en severo, ó primitivo, bello ó ideal, y gracioso. Cuando Además de los principios absolutos ya indicados, en toda composición ha de mediar gusto, el arte anda en mantillas, ó por ley de contraste, cuando el profesor llega á un sumo grado de inspiración, plan, un fin realizable y digmo, centro de acción, intención, moralidad, verdad, pericia, suele predominar el primero; el segundo es fruto de la madurez y de una sábia ejecu- naturalidad, economía de efectos y la posible sencillez. cion; el tercero es anuncio del periódo de declinación que á vueltas del rigorismo de los precep- El sentimiento requiere movimiento, vigor, espresion, gracia, figuras animadas, adema- tos, logra imprimir á sus creaciones el efecto hácia el espectador, de una manera no contem- nes propios, emblemas significativos, facciones que retraten fielmente los caracteres de la plativa sino interesada y estimulante. pasión, etc. Para cerrar dignamente las reflexiones que anteceden, pediremos al célebre Leonardo de Si la interpretación es sentida y arrebatadora, y el todo es simpático é interesante; side la Vinci, cuyas obras son la mas elocuente confirmación de sus preceptos, algunos délos que acción y del pensamiento resulta un efecto moral, delicado y digno, entonces la composición se leen en su Tratado de la Pintura. puede llamarsejfoe'A'CíZ, y el arte habrá alcanzado con ella uno de sus fines mas enaltecidos. » El animo del pintor debe estar en continua movilidad, haciendo tantos raciocinios y re- La originalidad,, de la que pende mucha parte del Ínteres y del mérito, refiérese principal- flexiones cuantas veces se le presenten objetos y figuras dignas de alguna atención. Si con- mente al conjunto de la obra, á sus caractères predominantes y á la esposicion : en ella es viene, se detendrá para observarlas mejor y considerarlas con toda calma; formaráse reglas donde campea el genio, el talento y la maestria del autor. La originalidad es novedad, no generales sobre lo que notare, tocante á los efectos de luz, posición de los objetos y demás capricho ; interpretación, no traslado; individualización característica, no personalidad indi- circunstancias accesorias, y fijaráse siempre en lo mas cabal y escelente de cada cosa. Es vidual. bueno, constandome por esperiencia, recapacitar en el silencio de la noche las ideas ó asuntos Originahdad es la verdadera condición del arte, la verdadera fórmula gráfica del ritmo, el dibujados durante el dia, y retocar el contorno de las figuras que requirieren mayor estudio primer aroma de flor desconocida, el primer eco de la armonía celeste recogido por el genio y detención, por cuyo medio se avivan particularmente las imágenes, y se despejan y conso- en su atrevida volutacion. ^idan las impresiones recibidas. » A la ejecución, como medio de comunicación el mas directo é inmediato, atañe esponer de « El pintor necesita estudiar con órden y método. Antes de pasar á la práctica, que es un un modo hábil cuanto se acaba de decir. Abarcando la parte material del arte, tócale espío- resultado de la ciencia , ha de estar bien enterado de la teoria. Entreg-arse á una practica tarsus varios recursos : dibujo correcto, anatomia y escorzos, contrastes y efectos, perspecti- precipitada sin las debidas nociones teóricas, y sin el arte de acabar bien las figuras, es. va, colorido, claro-oscuro, accesorios, recursos prácticos, procederes mecánicos etc., etc. La como lanzarse al mar en un barco sin timón ni brújula, que no podría g\)bernarse. La prác- ejecución es también susceptible de mérito, pues caracteriza el estilo de cada maestro, á ve- ^ica ha de estribar precisamente en una buena teoría. » tv. para guiar á la industria, y por eso sus necesidades han creado la cinemñtica, la mecánica apli* cada, la geometria analítica y los descriptiva etc. etc., el arte en su mas su- Bosquejados principios tampoco generales de la estética, acepción poco faltará añadir tocante á su apli- blime cumplirá á las exigencias industriales, como no sea en el sentido de dar maes- cacion á la industria. Las teorias del arte son invariables, grandes ora se tomen en sentido abstracto, i tros cuyas producciones fijen el modo de sentir y espresar debidamente la belleza, trillando ora se concreten á casos determinados. La belleza nunca prescinde de sus requisitos, ya se el camino para su justa interpretación. ostente en lienzo ó tabla, ya en utensilio ó artefacto, y en todas partes la armonia, el ór- Esto sentado, creemos que toda la teoría de la industria artística la puede reducirse á den, la simetría, proporción etc., ban de caracterizar dos á esta cualidad esencial. palabras: armonia de lo bello y de lo útil; del arte y de la las La belleza tiene necesida- empero tres términos, uno medio conveniencia, dos según y estreñios, que forman como su di- des del uso. Aquella de las artes bellas que mejor se amolde á la minutivo será la mas superlativo, á saber: helio industria, sus- y su gracioso, y sublime. ceptible de utilizarse; asi por ejemplo la Lo de motivos arquitectura es esencialmente lo gracioso será se compone elegantes, que cautivan industrial, y embelesan y sin la precision de tanto mas, cuanto mejor se acomodare á la práctica y á toda de carácter requirido por la belleza propia. aplicación materialidad. Mr. Ch. Laboulaye Ensayo del arte industrial, en tres Lo subliméis secciones los una exuberancia de agrupa ele- espresion, ofreciendo mayores caractères de grandeza y mentes de la industria artística, á saber: enerjia de los que naturalmente podrían esperarse, por lo cual sorprende y escita veliemen- 1,0 Formas geométricas, subdivididas ^nrectiUneas tísimos afectos. Los caractères peculiares de la sublimidad ypoligonales, de ia cuadran peculiares sin arqui- mejor embargo á las tectura, ya sea en sentido horizontal, artes vertical, las espansivas, sobre todo á las ya de literarias; siguiendo leyes estabilidad, su- porque la sublimidad es subjetiva, no puede es- perposicion y demás teriorizarse si bien propias de este caben arte, que admite también en calidad de accesorios producción cu- , y en una plástica mas ó menos caractères de la subli- bos, prismas etc.; cilindricas, curras ó midad, entrarán ella cónicas, nunca en entera susceptibles de variadas aplicaciones, contra- en su y cumplida acepción. yéndose especialmente á los de la La en todo gracia es sencilla, productos cerámica, que se han obtenido con aunque no fácil. Lo sublime tiempo es la suprema elevación del arte. ayuda de la rueda del alfarero; torneadas rectilineas Contrabalanceado en este en la industria y la combinación, esencia utiliaria especialmente por de la bles aplica- misma, es lanzado pro- á la carpintería, ebanisteria, ferretería porcionalmente de etc., á otro confín de la y uno esféricas, resultantes de la fabricación del belleza, declinando á la gracia cuanto mas se aleja vidrio, cuyos productos conservan la siempre por base de sublimid,ad. esta configuración mas ó menos alterada. La industria, subordinada á procederes mecánicos, á términos dados y á resultados gene- La regularidad de semejantes formas salta á la vista rales, presenta si un y se campo mucbo mas circunscrito complace que el vastísimo siempre, emjilea franqueado al genio en su con mesura. Ellas se prestan á todas las voluntaria combinaciones el espansion. Un cuadro creación que gusto es una pueda completa; idear, el pintor especial- dispone de recursos ina- mente en el superficies curvas. los abovedados son gotables; pero mueble, el la Esceptoen estofa, que esféricos, vaso, son objetos de cilindricos, de configuración muchas ogi- veces precisa, va ó en aristas, el de estas de formas en la aplicación generalmente inmediata, ademas empleo estan contraidos decoración, salvo ciertos y á las leyes inapeables de la jie- elaboración. queños elementos Cuándo complicados, como rosáceas, ovas una alfombra ó bordado, etc., cíñese á simples enlaces de un re- por primorosos poco que sean, alcanzarán el prestigio de lleve, análogos á las combinaciones ornamentarias una pintura al óleo? Qué llamadas recursos de conjunto, el arabescos, re- en sentido de lo cuyo sublime, ofrece agrupado, la mesa con petición ó alternación, no tarda á remedar pies, el sillon de las algun la sus formas naturaleza. con requeridas objeto para su uso? La misma escultura, una de las 2." Imitaciones deformas naturales.\.<ò^ artes elementos de esta clase son que mejor conservan su independencia tan la esfera variados como en industrial, cuántas veces no debe renunciar inagotables. Por regla general el arte se á ella, dejando de principal dirige á acercarlos á las formas ser para convertirse geométricas, en accesoria, haciendo para un desairado papel hacer aplicaciones ála debe tanto industria, el mas cuanto inferiores que siempre ausilio de son naturalmente ampliar medios los aquel. El arte sus á de la pintura? escelencia por mas acomodado á Esto no el reproducir los obrero-artista objetos naturales, es la escultura: presupone el que estudio pueda hacer de caso omiso délas leyes estéticas; al plantas, flores, animales, contrario, á medida de la dificultad figura humana, niños etc., le de aplicación, sugiere mil asiintos su debe que el gusto del mas esmerarse en superarla, con- artista combina luego, y su imitación cautiva tando que también será tanto el por llenar perfectamente el sentido premio del dis- mayor vencimiento. Encaminadas moral, nuestras re- portando ideas de gracia. Como cada flexiones estilo á tiende á dirigirle, fuerza variar el modo de es señalemos los agruparlos ó tradu- que principales caractères estéticos de las artes cirios, predominan según la época unos de sobre especialidad. otros, ó tal ó cual su manera de esposicion, si bien todos La teoría riel industrial generalmente vienen á ser la base debe fundamental de las formas apreciarse bajo el mismo graciosas armónicas punto de vista y que el arte del pro- que dan desarrollo al arte ""rnuonfo, el prolífico decorativo. esto.'i Señalaremos rj en concepto de su aplicación. Asi por consiguiente como asuntos como la ciencia pura no es suficiente jDreferentes de imitación en esta clase, 1.° plantas, hojas, * capullos, flores, f. guirnaldas, fes- 26 ramilletes etc.; 2.° animales ó bichos de todo linage, aves, insectos, cuadrúpedos, la física, la mecánica etc., porque nos llevarían harto léjos, sobre que no caben en el plan tones, bustos, figuras etc. que nos hemos trazado. Baste recordar la necesidad de ellos por lo que tenemos manifestado réptiles; 3.° genios, niños, mugeres, como el 3." Dibujo colorido. Si bien la decoración de superficies, ya sea por medio de diseños, ya: tan interesante es para el progreso de la industria la difusión de las ciencias, y de talento tienen los fabricantes y los ya con plenitud de color, es incumbencia necesidad especial de la pintura, nunca las líneas ni los colores estudio de las bellas artes: tanta y gusto intereses la industria igualarán al arte. Como quiera que aqui no se trate de la pintu- operarios, como los artistas. Aquellas naciones que comprenden sus verdaderos empleados por observarémos á este arte famoso á las obras de profesores consumados se deben mercantiles é industriales, procuran difundir la ilustración científica entre sus obreros, y es- , ra, que y de de dibujo colorido los el fabricante ha de guiarse; prescindiendo de tos la aceptan con esmero y gratitud, todos en la persuasion de que una masa trabajado- los principios y por que ciertos modelos suministrados á la industria por artistas industriales, merecen ocupar res intelijentes, produce bien, progresa siempre, y no puede ser vencida. Inglaterra, apenas que el resultado de las últimas la inferioridad artística relativa de un puesto honroso entre las producciones de las artes bellas. echó de ver por esposiciones de de un Las dos divisiones anteriormente indicadas, pueden igualmente establecerse como sub- sus obreros, apresuróse á fundar los museos Sydenham y Marlborough-house, y número de escuelas de en toda la estension del reino unido. divisiones de esta tercera: 1.^ dibujo, ó simple trazado de líneas, ya geométricas, ya de ca- gran dibujo la son las ¡Dricho, sin imitación determinada, aunque recordando tal vez la armenia lineal de ciertos No cesaremos de repetirlo: cuanto mas adelanta civilización, mayores exigen- viniendo esta sección, como cias artísticas, porque el gusto se refina, el público se torna delicado, el lujo crece, y pagán- objetos que de sí tienen una gracia particular; comprendida en color, la policromia ó variedad de tintas iguales, interpoladas con mas ó menos contraste; 2.® dose los artefactos mas- caros, naturalmente se desean mejores. Apliquémonos pues, aguze- racional: solo asi á la imitacioa del natural, dibujo, reproduciendo objetos graciosos, y en colorido, imitándolas mos el ingenio sobre una base calculada, científica y llegaremos per- en reales. feccion que es la que granjea clientela solo así obtendremos un buen lugar entre gradaciones y tonos de los cuerpos ú objetos y crédito, al del No entrar en la apreciación de otra clase de estudios concernientes á la indus- los pueblos productores, lugar que de derecho nos compete, y entónces, compas aplau- queremos las estimula, conseg'uiremos el justo premio de tan honrosa emulación. tria, entre ellos so que y en cierto modo acomodables á la artística, y principalmente matemáticas. Estilos.-■ Historia. I. cuadro de su civilización. Esas historias y civilizaciones por otra parte, vincúlanse y corres- pándense unas con otras, influyendo mútuamente de tal modo, que su relación forma el mas El arte, como producto del ingenio, tiene una relación inmediata con el grado de civi- admirable encadenamiento, desarrollo de aquel gran problema á cuya solución tienden los lizacion y con las ideas dominantes en cada pais y en cada época: entre los pueblos salva- esfuerzos de todas las generaciones. ges es rudo y grosero; entre las sociedades adelantadas pulcro y calculado; frió en el norte, De oriente á occidente, del norte al mediodía, la humanidad ha avanzado sin tregua. voluptuoso en el mediodía, material cuando prevalecen las doctrinas escépticas , misterioso Cuna de las primeras razas, el Asia vivió, brilló y trasmitió su civilización al Africa, la que bajo la enervante presión del despotismo ó de la teocracia, espansivo si le mece el aura pura despues de enaltecerse, aventajando á su predecesora, pasó su noble herencia á la Europa, de la libertad, santo cuando al impulso de la fe puede el espíritu lanzarse en busca de aque- la cual ha recibido el legado de la antigüedad educándose á su vez y perfeccionándose hasta lia perfección por escelencia que brilla sobre las esferas con eterna esplendidez. la brillante situación en que hoy la miramos. Calcúlese en medio de tan diversas situaciones si serán variadas las manifestaciones Fíjese únicamente la consideración en los adelantos materiales: quién reconocerá en el artísticas, esto es las formas de representación adoptadas sucesivamente por el ingenio, pro- moderno europeo, al descendiente directo del bárbaro celta, del fiero africano, del salvage cediendo de tan desiguales y opuestas influencias. Pues bien: esas manifestaciones es nece- trashumante del Rhin ó del sanguinario bandolero de la Escandinavia? Compárense con una sario analizarlas; conviene observar el desenvolvimiento de semejante idea en las proporcio- Inglaterra, con una Alemania, los ponderados imperios del Catay ó del gran Khan; Menfis nes de su elaboración, para conocer de qué manera, siguiendo la marcha de la humanidad, y Babilonia con Paris y Londres; el coloso de Rhodas con el cable trasatlántico; las pirámi- el espíritu ha sentido é interpretado lo lello, móvil constante del arte, como causa principal des de Egipto con el improvisado palacio de Cristal ó el túnel que atravesará el canal de la de sus esfuerzos y objeto de todas sus aspiraciones. Mancha; y alternativamente advertiremos el contraste de la rudeza con la cultura, de la Otra cosa empero, mas que una curiosidad liviana, debe incitarnos al estudio histórico imperfección con la primorosidad. Cuándo la masa popular disfrutó tantos recursos como del arte. Lo bello, según queda espuesto en su lugar, no puede definirse ; sus caractères? el presente siglo pone á su alcance? la probidad y la inteligencia hallan camino seguro para deslindados apenas en tésis general, no estan sujetos á teorías determinadas que permitan granjear merecida recompensa (hablamos en términos generales); han desaparecido las di- fijarlo por decirlo asi matemáticamente, con la precision de las ciencias exactas; y es que su visiones de castas, las desigualdades nativas, las servidumbres vergonzosas; respétase á la apreciación cosmopólita y objetiva, discrepa á cada momento según el punto de vista que se mug-er y á la familia; hónrase á la autoridad; la parte confortativa de la existencia es lleva- toma, á medida de los sentimientos que prevalecen, ó de los alcances de cada particular. da á un término incalculable en viviendas, alimentación, trages, relaciones públicas, trato Si á todos gusta y á todos hace impresión la belleza, en pocos encuentra dignos intér- doméstico, administración, instrucción, instituciones, inventos, diversiones, policia, locoino- pretes, porque sus condiciones, reflejo de la altísima perfección del divino Hacedor, son inac- cion etc. etc., rayando todo á un estremo que jamas alcanzaron en conjunto los imperios mar. cesibles á las almas vulgares, que rastrean sobre la tierra, y que no pueden elevarse á las re- prepotentes. giones de la inspiración en alas de la creencia ó de una ilustración bien entendida. Iguales fenómenos presenta el arte en su línea. Originariamente bárbaro Cada y menguado época tiene su carácter; cada siglo presenta una série de rasgos en el terreno de como los hombres que lo engendraron, apenas un símbolo servia de traducción estética á las los hechos ó de las teorías, (uic constituyen su sér propio, formando su historia política y el vagas ideas de aquellas tribus sin org-anizacion. Desde el arg-onauta fabuloso hasta el celta y cl g'alo, desde los confines de ALisiiiia hasta la cordillera de los Andes, todos los monu- II. montos de las generaciones primitivas ofrecen el mismo carácter de informe tosquedad; una piedra colocada ó cortada de cierto modo, un tronco de árbol, un simple monten de tierra, he Según antiguos escritores, la cuna de casi todas las bellas artes es el Egipto. Por un con- mas aquí á lo reduce todo el primor monumental, todo el arte de los llamados monólitos, curso de admirables circunstancias, la industria de sus moradores presenta el desarrollo que se antas, témenos, pehvens, menhirs etc. de los antiguos pueblos de Europa. acabado, y un observador inteligente sin dificultad echará de ver en sus monumentos, el gér- A medida empero que las nac2ion8alidades se deslindan, la China y la India, la Fenicia men de aquel arte que mas adelante brilló con esplendidez bajo el poético cielo de la Grecia. y el Egipto, Atenas y Roma imprimen á sus monumentos el sello conveniente; la idea artís- Quién, debajo de la maciza colúna egipcia, no reconoce en embrión la arquitectura esen- tica toma por grados formas mas ó menos felices; cada grupo adquiere un carácter, y es cu- cialmente simétrica que brotó y creció lozana en los campos de Jonia y de toda el Asia me- rioso espectáculo ver como de uno y de otro una civilización aventa- surgen rasgos decididos, que redondeándose lie- nor? En sus proporciones colosales, los monumentos egipcios revelan gan á producir verdaderas especialidades. Tales son las creaciones de los pueblos antiguos, jadísima, y bien al reves del arte griego que tanto pidió á la caprichosidad de la naturaleza, que la posteridad ha recogido y clasificado bajo el nombre de significando con esta presentan aquel sello de fijeza y permanencia que como dogma prescribía la omnipotente teo- palabra el conjunto de elementos y tipos empleados en cada localidad, durante el período de cracia de sus sacerdotes. su civilización, insiguiendo la naturaleza y las inspiraciones respectivas. Conquistada Grecia por los romanos, pasó á estos la gloria artística del pueblo vencido, Interesantísimo un el por cierto es el estudio de los varios estilos conocidos, no solo por las aunque siendo esencialmente guerreros, léjos de crearse gusto propio, prohijaron grie- deducciones á florecido en si bien con menos que se presta en el sentido filosófico, histórico, arqueológico etc., sino también go que siguió floreciendo en Roma como había Atenas, per- por las aplicaciones á que da márgen en el artístico; ofreciendo sucesivas séries de procedí- feccion. No obstante es preciso confesar que las obras llevadas á cabo por los conquistadores; mientes, ó mejor cursos detallados, y otras tantas teorías y revelaciones sobre las diversas tienen una magnificencia de que el arte griego careció, ofreciendo cierta analogía con la maneras de interpretar el arte. Ademas, la sucesión histórica de ellos, según el autor del En- importancia granjeada por el pueblo rey. en manos de su sayo del arte industrial, presenta un sin fin de armonias descubiertas antes de nosotros, que « Roma, soberana del mundo conocido, vió reconcentrarse poderosa son poderoso agente para desarrollar el gusto á favor de comparaciones y estudios opor- aristocràcia las riquezas de los pueblos conquistados. Las manifestaciones mas estupendas tunos, los cuales mediante la percepción de las ingeniosísimas invenciones de g'randes talen- del ingenio y del arte, la elocuencia, la poesia, avocáronse en su seno con las artes bellas, tos en todas épocas, enseñan á producir nuevas y preciosas armonias. Y como los aludidos cultivadas á menudo mas por el esclavo griego que por el ciudadano romano; hasta que ha- conocimientos entran en la esfera de las ciencias morales, el estudio histórico, despues hiendo brillado con una esplendidez que hará época en los anales de la humanidad, empeza- de llamar nuestra atención hácia aquellas producciones que suelen apreciarse con el senti- ron á decaer bajo los emperadores, á impulsos del esceso mismo de una civilización refinada miento dicho de lo bello, da necesariamente resultados no menos precisos que los que que se desmoronaba por su propio peso. buscamos, por ejemplo, en la filosofia ó la historia, con el sentimiento de lo verdadero ó de lo « La traslación á Bizancio de la capital del imperio, es la señal primera de la decaden- justo. cía de las artes. Altérase el gusto á medida que el lujo de las decoraciones brillantes, pecu- Asi, los monumentos y las obras maestras de varias épocas, vienen á constituir la verda- liar de oriente, prevalece. Al ceñir Constantino la diadema y vestirse el lujoso ropon de los dera escuela de lo bello, cuyo estudio es el único capaz de orillar aquel sentimiento de la her- reyes asiáticos, el elemento oriental, por decirlo así, triunfa definitivamente del romano. En- mesura divina que no se formula en estériles frases ni se deslinda á favor de hilaciones mas tónces, combinada con esta la influencia del cristianismo, causa de la revolución moral mas ó menos lógicas. asombrosa que los sigíos vieron, empieza á desarrollarse en oriente el estilo bizantino, mien- La nocion intelig-ente de tales obras, y el análisis razonado de cada grupo, he aquí lo tras con el elemento latino en occidente se desplieg'an los llamados sajón, lombardo, normando, que cumple para el fin propuesto, y el método necesario para reportar de él resultados ven- asturiano, suevo etc. según los países, cuyos tipos bastante análogos entre sí, revelan el ge- tajosos. nio propio de las naciones católicas, las cuales por medio de ellos y al amparo de la Iglesia, Conociendo la importancia de esta materia, de buena gana nos detendríamos en ella no tardan en marcar su tendencia á emanciparse de la barbàrie. atendida la índole de la presente obra, pero los límites previamente fijados nos obligan á ce- «Las mismas naciones, cumplidas grandes empresas, acaban al fin por descartarse de las ñirnos á breves generalidades sobre los estilos mas característicos, que procuraremos espo- tradiciones de la antigüedad. Surgen de la tierra como por ensalmo esas grandes catedrales, ner con debida exactitud, siquiera para mayor inteligencia de los objetos ó tipos gráficos que esos líeos monasterios y soberbias fábricas de la edad media, para cuya decoración las artes se representan en las láminas. - parecen cobrar nueva vida, y la inspiración religiosa y el ardor increíble que caracteriza aquella época de entusiásta fe, eng*endi*an un arte nuevo, el cual apenas nacido acomete, lo- aviesas ojerizas, todavia sabemos acreditar que las nobles voces de ilustración y progre- grando no pocas veces superarlas, las mayores dificultades, bajo el tipo constitutivo del ar- so hallan eco en el hidalgo pecho español. La actividad de otras naciones mas afortunadas co de punta llamado ogwa. Qué no liarian semejantes naciones, animadas de una misma se propag-a rápidamente desde el Pirineo al Tajo; también suena en nuestras ciudades el ale- creencia, reconociendo una sola autoridad espiritual, al despertar á su vida política con los gre rumor de los talleres; mil pintados gallardetes tremolan en la bahia Gaditana; el Ebro y exuberantes elementos de su fecundísima organización? el Guadalquivir rinden al tráfico el servicio de sus indómitas corrientes, y el vapor en nubes «Cuando en el siglo XV los pueblos cristianos, y notablemente las repúblicas de Italia, azuladas roza fugitivo las playas del Mediterráneo, ó las tendidas vegas de Castilla y Anda- llegadas á un eminente grado de riqueza, trataron de fomentar las artes, volvieron á añu- lucia. 29 dar el roto liilo de la antigua tradición. Ya los cruzados al precipitarse sobre el oriente, aca- Un nuevo órden de cosas, las gloriosas conquistas de la libertad, el aumento de pro- bando con los últimos restos del imperio g-riego, importaron de allá el gmsto de las artes que pietarios en pequeña escala, la difusión de luces, la mejora de las clases proletarias, en suma en dicho pais se habia mantenido. mil ideas y necesidades recien creadas, de fijo traerán tipos hasta aqui no conocidos, para « Por otro lado, aquellos terribles barones normandos que crearon el reino de Sicilia, des- coronar dignamente el gran desarrollo industrial que caracteriza el presente reinado, secun- pues de arrebatar á la misma Grecia su industria sedera, lleváronse los operarios , instalán- dando á la vez la pujanza de los ináuditos agentes que sabemos emplear sobre la materia, y dolos por fuerza en sus colonias; y seguidamente los venecianos, dueños de una buena parte satisfaciendo las exigencias de millares de familias que poco ha lograban apenas atender á sus del Archipiélago, acabaron la obra apropiándose lo que quedaba de las manufacturas grie- necesidades mas perentorias. gas. Ved aqui el elemento de la nación mas artística que ha existido, prestar otra vez á la El deslinde de semejantes tipos es un resultado precioso, que el estudio de los ya conoci- Italia los medios necesarios para la restauración que se preparaba. dos ayudará mucho á conseguir. « Con la vulgarización de los procedimientos griegos, quedó echada la semilla de iiue- Estos tipos ó estilos pueden distribuirse en cinco grupos principales, á saber: arte antig-uo, vas escuelas. En medio de esto, un gran suceso, la toma de Constantinopla por Mahometo que reasumiremos en el de los griegos y romanos; arte bizantino y de transición; arte ogival en el año 1453, vino á dar mayor impulso á las artes renacientes, obligando á espatriarse á los ó gótico; arte del renacimiento, y arte moderno. últimos artistas bizantinos. « A favor de estos medios y del enriquecimiento de la moderna sociedad, propagóse rápida- III. mente á las naciones europeas el movimiento incohado en Venecia, Florencia, —la Atenas de la nueva época,—Génova y otras ciudades de Italia, favorecidas con los altos timbres de una Arte antiguo. Los griegos fueron los maestros de todas las demás naciones en mate- opulencia hasta entónces desconocida, y de una libertad indispensable paraque el artista se ria de artes, y sus monumentos plásticos son tan célebres como sus obras literarias. consagre á sus obras con fe. Los materiales que desde la mayor antigüedad empleaban para edificar, eran la made- « La noble tutela de los Médicis, Maximilianos, Isabelas, Cárlos y Felipes, soberanos dig- ra, abundante en su pais, y el adobe ó adoquín. En tiempo de Péricles, los atenienses hacían nos de su época, acreedores por su buen gusto al protectorado de las artes, no tardó en pro- uso del mármol pentélico, del del monte Hymeta para edificios, y del de Paros para las está- ducir los Masaccio, Buonarotti, Rafael, Tiziano, Benvenuto, Juanes, Murillo, Ribera etc. tuas. En sus últimos tiempos ejecutaban también obras de bronce. Sabido es como á la iniciativa de nuestros reyes debióse la importación de las artes italianas El carácter de la arquitectura griega es la grandiosidad y elegante sencillez, la el suelo aprecia- en patrio, á cuyo influjo desarrollándose una nueva escuela, mientras las armas de clon ecsacta de la armenia de las grandes líneas, pureza de detalles, gusto el mas esquisito, España resonaban por Europa y avasallaban los mares, sus artes eran el asombro del mun- hijo de un delicado y perfecto sentimiento de la belleza física en todos sus aspectos, por natu- do en las galerías de Madrid y de Sevilla, en los incomparables monumentos de Burgos y raleza, por inclinación, por religion y por estudio, y una ornamentación Salamanca, los oportunísima, cuya en palacios suntuosos del Escorial y del Retiro, en las ricas manufacturas de relación entre partes y todo forma el embeleso de sus Granada de Toledo. mayor producciones asi artísticas co- y mo literarias. Creador y fecundo, el la señalarse desde un La historia génio del llamado que inspiró supo principio renacimiento en nuestro pais, escrita queda á vista de todos en por su marcha franca y desembarazada: el las siglo de Péricles fábricas y de Alcibiades es el g-randiosas período de su que son testimonio perdurable de nuestra gloria. El celo ilustrado apojeo: sus mejores creaciones, asi eu como en escultura, se hallan en sub- de un bernando arquitectura 6.° y un Cárlos parte 3." se encargó de continuar hasta nosotros la propaganda sistentes, ó conservados sus detalles en los museos de del lució el principales Europa. arte; siglo XIX, y si bien causas agenas, do todos sabidas, han atajado desdo su El gusto griego creó tres estilos, á los que se ha querido dar el dictado de Órdenes en comienzo lospristinos avances, no por esto quedamos i)ostergadoS; y al traves de guerras v arquitectura. Órden es el arreglo sistemático de las partes principales de un edificio, to- mando por tipo la colúiia, su entablamento y su pedestal, comprendidos los demás acceso- gamasa; bajo la república prefirió el ladrillo, y solo en los últimos tiemjLOS empleó el mar- rios con dependencia recíproca y tan absoluta, que no cabe alterar uno sin destruir al punto mol, que sacaba de Grecia y de las comarcas asiáticas. toda armonía. Los miembros típicos de cada órden construyéronse originariamente con pro- El órden que se atribuye á los etruscos, llamado despues toscano, poco interés ofrece porciones ideales, que despues se redujeron á una medida consagrada por la esperiencia, como no sea su sencillez, orlándose apenas de simples molduras la colúna, y careciendo el según dicen los arquitectos del siglo próximo pasado, calculando las proporciones de la co- friso de todo ornamento. El mayor timbre del arte etrusco es haber g-eneralizado la bóve- lúna las fracciones de su diám3et0ro, midiendo sobre la misma base las demás partes da el arco, producen airoso efecto, facilitando los espacios interiores. El arco, la bó- por y y que basta el total del edificio. Sin embargo, la ciencia arqueológica mas adelantada en nuestros veda, son en efecto el marcado distintivo de la arquitectura romana: desde la cloaca má- dias, ha demostrado cuan supuesta sea la existencia de un dogma simétrico en la arquitec- xima, atribuida á los toscanos, hasta los arcos de triunfo de la última época imperial, am- tura griega . bos elementos aparecen en casi todas sus construcciones, dando origen y gran variedad a Aunque la colúna constituye el miembro mas noble y hermoso de un edificio, no siem- muchas que los griegos no usaron , como son anfiteatros, puentes arcos triunfales , acue- , pre se emplea en él, cuando conviene dejar libre la circulación etc., en cuyo caso se le sus- ductos, subterráneos etc. tituye la pilastra, que es también gracioso motivo de decoración por sus líneas agradables á El arte g'riego cuando los romanos lo aprendieron estaba bastante decaido ; realzóse , , la vista y de gran armenia en el conjunto. empero en el reinado de Augusto, adquiriendo el fausto y la ostentación que disting'ue aquel Los tres CvStilos ú órdenes empleados por los griegos, son: el el jónico y el periodo, quizá en detrimento de la verdadera eleg'ancia y de la noble severidad. Entonces corintio. seguramente, hecha una amalg'ama de los mejores estilos griegos , fue cuando surgió el El dórico, órden de la sencillez y severidad, parece el mas antiguo y g-eneralizado, dis- llamado compuesto ó romano, cuya colúna reúne á las hojas de acanto corintias, las elegantes tingmiéndose por la sobriedad de adornos, la solidez de su colima, generalmente estriada, volutas jónicas. Como quiera, á vueltas de su riqueza, esta innovación es un verdadero in- sobre el tipo de 16 módulos de altura, sin base, y con un breve capitel compuesto de abaco dicio de decadencia, aquel primer síntoma mortal de todo pueblo que habiendo llegado al y equino. La parte mas característica del estilo dórico es la presencia de triglifos en el fri- apojeo de su virilidad busca adornos postizos para disimular la carencia de ideas fecundas , so del cornisamento. Los antiguos le habían consagrado al heroísmo, y solían decorar con y de las nobles inspiraciones que caracterizan á una sociedad todavia vigorosa. él los templos de sus semidioses y los palacios de sus magnates. De lo dicho se desprende que los romanos no tuvieron en rigor arte propio: un remedo YX jónico tomó origen del célebre templo de Diana, en Efeso (Jonia). Es.el estilo de la ma- mas ó menos feliz del g'rieg'o, y hartas veces una reproducción por mano de los g'rieg'os gestad, mas esbelto y flexible que el anterior, hermosamente proporcionado y elegante en sus mismos, he aquí lo que constituye el mérito de sus obras. Cuando quisieron separarse de las detalles. La colúna tiene base ó espira, y capitel adornado de volutas; en el friso aparecen imitaciones , aspirando á ser originales , desgraciaron sus tipos sin mejorarlos, y el rebusca- con frecuencia esculturas, bajo-relieves y motivos continuos de ornamentación, poco usa- miento apresuró su decadencia. Por esto algmnos, no sin impropiedad, llaman al arte romano dos en el órden anterior. el barroquismo del puro y delicadísimo de la Grecia. Prescindiendo de los buenos monumentos El corintio, inventado segmn se dice por Calimaco, escultor ateniense, es el de la riqueza que subsisten en España (en Murviedro, Seg'ovia, Tarragona etc.), los mas célebres de la y magmificencia: su colúna se prolonga hasta 20 módulos ó 10 diámetros, según los clási- época romana son el panteón de Aga'ipa, el templo de la Paz, la casa de Nerón, el anfiteatro- eos; el capitel, mas alto también que en el órden jónico, de planta curvilínea y no cuadrada, ó Coliseo, la colúna Trajana, los arcos de Tito, Constantino y Severo, y el sepulcro de Adria- ábrese en forma de canastillo, entre g-raciosas curvas de caprichos, volutas y hojas de acanto no, hoy castillo de Santáng-elo, en Roma. en doble fila. El conjunto de su ornamentación es mas prolijo, y suelen adornar el friso plan- La perfección del arte antiguo no se limita á la sola destreza de edificar ; también en las tas y follajes arrollados con eleg'ancia. artes accesorias ó decorativas y suntuarias, resplandece tanto y mas que en los edificios , la FLiera de estos tres estilos, admiten los preceptistas otros dos de procedencia romana, pulcra economia de los griegos la arrogante esplendidez de los romanos. Sus , estátuas, pin- llamados toscano y compuesto. Roma como es notorio, sobresalió mas en las armas que en las turas muebles y utensilios adornos, mosáicos, joyeles etc., por fortuna conservados en , , artes: la primera nocion de estas, la recibió de los etruscos, colonia griega ó pelásgica, cuyLi varios museos , constituyen el mayor tesoro de ellos, y el modelo obligado en todas las acadc- manera de construir estuvo en bog-a en Italia hasta los tiempos de Sila. Inspirado por el gus- mias. to ga'iego, el etrusco aun en los numerosos vestigios que dejó de si en Pompejni y en Her- Esto 110 debe admirar, si se considera el alto grado de civilización alcanzado por los fe- culano, rebosa gracia, pureza, severidad y corrección. lices contemporáneos de Licurgo y do Pompeyo, ¡¡rescindiendo de la naturaleza eiitusiásta La Roma de Tarquiiio edificaba con grandes piedras ó toba.- del pais, ajustadas sin ar y viva imaginación de aquellos hombres, como también de las poéticas influencias de su Suelo y clima, y do los seniimieiitos que sus propias opiniones les ins¡)iral)an. lü culto do la IV. forma era entonces escesivo: por las teogonias griega y romana sancionábase la divinización de la materia; esta en sus mejores caractères, belleza, fuerza, g-racia, magostad, se personi- Arte bizantino . Sucesor y en cierto modo heredero del romano, (;1 arte do Bizancio ficaba bajo los nombres de Venus, Hércules, Apolo, Hermes, Júpiter: qué muclio pues, rin- avasalló sin rival la Europa por espacio de mas de ochocientos años. Do quiera su tipo es el dieran adoración á la forma, cuando ella en sus varios aspectos constituia otras tantas divi- mismo ; sus caractères y accidentes discrepan en algunos casos; solo en denominaciones pre- nidades? sen ta gran variedad : en Inglaterra nómbrase en Francia roman^ cao'loDmgio', en el 31 A la verdad, la parte física no era el todo de los dioses olímpicos;-cada religion tiene su Languedoc normando-, lombardo en Italia; en el occidente de España asturiano g gallego etc. metafísica pero grande debió ser su papel bajo el impulso de una creencia que acomodaba Atajado en Roma el progreso de las artes desde Adriano y los Antoninos, convirtióse à sus deidades los afectos y pasioiies de los hombres. Asi es que en todas las obras dichas, el en decadencia bajo Diocleciano en el siglo m , y bajo Constantino en el iv. El espíritu de la sentimiento de la forma es llevado á una pulcritud incalculable, como hijo de la esencia ma- nueva religion, que el imperio había abrazado, trascendió á la arquitectura : las primeras terial, moral é intelectual de tan privilegiadas naturalezas, de su delicadísima percepción, iglesias de Italia se posesionaron de las antiguas basílicas , grandiosos edificios destinados á de sus admiraciones y meditaciones de cada dia, de sus gmstos y pasiones, tradiciones y lonjas para mercaderes y á audiencias para magistrados, que estaban repartidos longitu- creencias, hábitos y costumbres. El que se halle familiarizado con el estudio de la figura hu- dinalmente por hileras de colúnas, teniendo á un estremo la entrada principal, y al otro re- mana , comprenderá la inmensa trascendencia que en todos los ramos del arte debió acarrear matando en un recinto semicircular llamado ápside, donde el tribunal juzgaba, y que semejante vulgarización del sentimiento de su belleza ; asi es que en los menores artefactos luego se destinó para la celebración de los ritos y sagrados misterios del cristianismo. del gusto ático, aparecen la buena proporción, la sobriedad del proceder inteligente, la send- Por una parte la degeneración del arte antigmo y la modificación de sus principales edi- Hez de la gracia, la elegancia de las líneas armoniosas etc. etc. fíelos, por otra la influencia simultánea de dos elementos contrarios, esto es el oriental, cuan- Esbeltez, delicadeza, aquel primor sencillo que solo á un arte maestro le es dado alean- de la traslación de la córte á Constantinopla, y el romano, sin contar las ideas emanadas d(í zar, he aquí el mérito descollante de los artefactos etruscos y atenienses. En los muebles, la nueva creencia, produjeron un arte hybrido, á la vez occidental y oriental, cristiano y utensilios y demás donde hallan cabida, prevalecen las formas rectilíneas, cruzadas, parale- bárbaro ; romano por los resabios que de este gusto ofrece ; oriental por sus pormenores y de- las etc., siendo el tipo de su sistema ornamentario, la repetición, generalmente de ovas, pal- talles característicos; cristiano por sus tendencias y su simbolismo bien marcado, y bárbaro mas, hojas de acanto y acuáticas, meandros, zodarias y fítarias, imitación de objetos naturales, por la rústica índole de los varios elementos , miembros y combinaciones de su construcción. cabezas y esfínges con remates de capricho etc. Los etruscos, según manifiestan las ricas Al paso que la portada afecta á veces la traza del fronton greco-romano, el capitel con- vasijas de su tiempo, sobresalian en una clase de ornato de delicados perfiles, combinados con serva sus hojas de acanto , el friso sus triglifos y la cornisa sus canecillos ; una profusion de escenas fíg-uradas, y representaciones en negro sobre fondo de color, ó vice-versa. La orna- adornos caprichosos se derrama al rededor., remedando el gusto de las antiguas construcció- mentación romana de la mejor época, al igual que su arquitectura, tiende á la esplendidez, nes asiáticas, tan pródigas en delicadísimos pormenores. El arco y el fuste de la colúna se ar- mediante grandes foliages y autencos , génios, mascarillas de sátiros, y otros caprichos en rollan formando cables, torzales, escarolados etc. ; mascarillas y mónstruos , g*recas y otros parte simbólicos. adornos angulosos ó ajedrezados, dientes de sierra y jiuntas de diamante, estrellas y signos Los productos de la cerámica, como son ánforas, pateras, vasos ; los candelabros y de- cabalísticos , revisten á trechos las paredes ó las bóvedas, y cuando no basta el cincel, suelen mas artículos de metal ; los relativos á joyeria y sigdlaria, y en general todos los monotípicos suplir su oficio la pintura, el dorado y el mosáico. Tal es la decoración de Sta. Sofía de Cons- que tan bien se amoldan á una representación esclusiva , deslindada y completa, fueron la tantinopla, S. Vital de Rávena y S. Márcos de Venecia, prototipos del estilo bizantino. labor preescelente de aquellos insignes industriales, á quienes en vano se ha intentado supe- Su elemento radical es el arco de medio punto, que se repite sin variación en puertas, rar, ni siquiera igualar, y cuya maestria se acusa vigorosamente en sus trabajos admirables. ventanas, arcadas, abovedados y hasta en los pormenores decorativos. Esta forma, Y sin imág'en embarg'o los que han llegado á nosotros, apenas son una muestra de los que tanto eré- de las misteriosas catacumbas y de las criptas primitivas, parece ser la favorita del arte cris- dito dieron á los Fidias y Policletos ; solo de nombre conocemos aquellas pinturas que se con- tiano desde su origen, como inspirada por el santo recogimiento de sus prácticas, y á fundían la gmisa con realidad, produciendo la ilusión mas completa ; solo en idea podemos fig'urar- de contraste con el culto esterior del jiaganisrao. El círculo espresa concentración: aquel som- nos aquel famoso escudo de Aquiles cuya descripción por Homero nos deja embebecidos, has- brío arco de los templos bizantinos, parece atraer á los fíeles, brindándoles la santa de su ta dudar que la mano del hombre paz osase siquiera acometer tal maravilla ! recinto; sus ang-ostas ventanas semejan ojos abiertos para mirar al cielo, ó conductos para mejor exhalar los perfumes dé la oración ; la bóveda v la cúpula allegan en una todas las pie- g-arias, recogen en nn punto las nubes del incienso, forman la corona del santuario, el d-osel siendo ademas curiosísima por sus colúnas de fragmentos desparejados , casi romanos , su del tabernáculo y á semejanza de la bóveda celeste , cobijan igualmente todas las cabezas. , cripta bien conservada, y su ápside , á no dudarlo de la primitiva época del monumento: el Tosquísimo en su comienzo, el nuevo arte se desarrolló basta constituir un estilo del todo mazacote de que se com|)one, ya no estaba en uso aquende el Pirineo miicbo antes del siglo x. perfecto y acabado. Siguiendo esta marclia, divídese en tres épocas principales ; primordial, Si bien de aplicación general, la bóveda en la propia época recomiéndase poco por su osadia, que abraza siete siglos, desde el 4." al 10.°; secundario, desde fines del siglo 10, basta prin- y muchas veces la armazón del techo queda descubierta en los templos de grande nave. cipios del 12; y terciario ó de trans3ic2ión, que desde el primer tercio del siglo 12 se prolonga Las colúnÉ|,s son gruesos pilares con modillones , y las puertas se apoyan sobre simples jam- según los paises basta últimos del mismo y mediados del siguiente. Alli donde prevaleció el bas ; en la parte decorativa empiezan á introducirse caprichos raros, mascarones que ges- rito griego, como en el norte de Europa, por efecto de una inamovilidad sistemática, cons- tean, réptiles que rastrean, hojas que festonean. Desde el siglo vii la introducción de las cam- trúyense aun edificios religiosos según las tradiciones de aquel añejo estilo. panas imprime nuevo carácter á los edificios religiosos, haciendo precisas las espadañas No es probable que las iglesias primitivas ofreciesen un carácter determinado, pues bos~ que gallardamente se alzan sobre el fronton, y las torres que se elevan á uno ó á entrambos tigada la religion basta que Constantino se convirtió, poco lugar babria para levantar mo- lados del cuerpo principal. numentos cuanto menos para crear estilos. Que las babia antes de este , gran suceso, es in- La preocupación de que el mundo iba á fenecer en el año mil, atajó todo adelanto, negable, atendidas varias autoridades históricas : la iglesia de Neocesarea fué erigida por S. basta que rayó sin percance el siglo por escelencia del arte que nos ocupa, siglo que reavivan- Gregorio Taumaturg-o en el año 245 ; de la época de Adriano bay memoria de unos conven- do á la sociedad desalentada , marcó una era de nuevos y fecundos progresos. A esta según- ticulos que se llamaban adrianeos. No bien empero pudo libremente ejercerse el culto, las ba- da época atañen las bellas y numerosas fábricas bizantinas deque está cuajada la Europa, silicas ya construidas, y otras que se construyeron ásu semejanza, fueron según queda dicbo producto de una inspiración espontánea y fecundísima, ricas, originales, caprichosas, te- las iglesias de aquellos tiempos ; pero como el arte romano tocaba entóneos á su agonia, las soro de primores basta aquí mal sentidos , manantial inagitable de estudios basta ahora mal buenas tradiciones yacian olvidadas, y el buen gusto, como las costumbres, como la sociedad, apreciados testimonio perenne de lo que puede el humano , ingenio, cuando campea libre- se babia relajado de la manera mas vergonzosa. mente en la plenitud de su fuerza y de su fe. Quizá elprocedimiento revele en algunos casos Consumada la ruina del imperio en el siglo v, de las reliquias de templos abrasados la inseguridad inevitable de su marcha precoz, mas qué significa esto aUado delyensamiento, y destruidos, sacó el arquitecto abundantes materiales para sus nuevos ensayos de edifica- de la vitalidad latente bajo aquellas Cándidas manifestaciones, que debia acabar por desarro- cion. Fustes truncados, capiteles desparejados, un arco pesadísimo inmediatamente sobrepues- liarse con la portentosa virilidad de los siglos xiii y xiv ? to sin arquitrabe ni cornisa nuevo vestido formado de , viejos retazos, cuerpo incóngruo de La tercera época, apellidada de transición, á causa de ofrecer combinado con las riquezas mutilados miembros; tales son en general los edificios del gusto dicbo bizantino entre nosotros, bizantinas el embrión de la ogiva, gérmen prócsimo de otro estilo no menos espléndido, es al incoar su primer período. Como quiera, la convención artística no tarda en establecerse: asimismo de sumo Ínteres para nosotros en particular, atendidos los importantes monumen- los artífices griegos se diseminan por Europa, á lo cual contribuye poderosamente la perse- tos que nos legó , entre los que bastará citar las catedrales de Tarragona y Lérida, la admi- cucion de los iconoclastas, y generalizándose sus teorias, á la vuelta de algunos años el rabie de esta capital, la colegiata de santa Ana, el monasterio de san Cucufate del Vallés influjo oriental se deja sentir promiscuamente y en todas partes. Carlomagno en Francia, etc. etc. los Alfonsos en Asturias, y nuestros condes en Cataluña, procuran alentar las artes eri- Siguiendo las huellas déla arquitectura , matriz de cada g'énero, la escultura, la pin- giendo con una mano iglesias y palacios, mientras con la otra pelean sin tregua conquistan- tura y sus demás hermanas, amóldanse al gusto bizantino, reproduciendo en cuanto cabe do reinos y provincias. He aqui el período de florescencia del estilo bizantino primordial, al análogas formas y detalles. Verdad es que perdidos los buenos modelos, y opuestas radical- que pertenecen Covadonga, S. Martin de Tiobre, Sta. Eulalia de Abamia, S. Pablo de Tar- mente las miras cristianas á las del paganismo, la estatuaria y el dibujo de figura retrocedió- del en ron al estado si bien una sombra del asomar durante ragona, S. Miguel de Olèrdola, varias capillas notables Rosellon y del Ampurdan, rudimental, y gusto antiguo parece parte conservadas, S. Martin de Angers y S. Juan de Poitiers en el vecino imperio etc. los primeros siglos, bien pronto este esfuerzo se embota, y vanamente buscaremos bellas for- Al traves de tan largo período, difícil es señalar ni siquiera por siglos, las formas mas en las composiciones plásticas desde la centuria sesta á la undécima. «En el sigdo xi, dice y detalles peculiares de las construcciones que á él corresponden. Generalmente preva- un moderno escritor , la estatuaria aparece bajo dos aspectos muy diversos : uno de for- lecia la planta oblonga ó de crucero, con ápside al este, siendo rara la circular ó polig-onaí. mas cortas y redondas , sin nobleza ni gracia, tosco recuerdo del arte degenerado ; y otro, S. Miguel de Tarrasa, que á nuestro ver guarda fielmente su trazado originario, puede con procedente de Constantinopla, cuyos caractères son: prolongación desmedida de las fi- ' siderarse una escepcion notable de la regla, pues á un tiempo es poligonal y cuadrada. guras, paralelismo en los paños, ausencia de perspectiva en pies y rodillas, cejas arqueadas. ojos salientes, rasgados y algo oblicuos liácia la punta. Ambas formas corren al par basta siglo próximo pasado, forma, según veremos, una de las secciones mas bien .sentidas del ar- el siglo XIII, que marcó en las artes un verdadero renacimiento.» te de edificar. La ógiva ó arco apuntado de que toma el nombre por ser su elemento cons- La pintura esterior de los edificios redúcese á la policromia; y si en el interrior, y par- titutivo, hállase ya indicada, conforme hemos dicho, en los monumentos bizantinos de la ticularmente en retablos, vidrieras, mosáicos y en los manuscritos, ensaya alguna compo- época de transición. Sobre su origen é importaciones sucesivas se ha discutido mucho, como sicion; es vaga y convencional, participando de los mismos defectos y de la doble índole de si todo un sistema dependiera de un hallazgo, ó si el fervoroso sentimiento que produjo las la estatuaria. Nótase empero un misticismo dulce en la espresion ; las combinaciones de fábricas admirables de la edad media necesitara para aesplegarse el milagro de la invención color tienen una fuerza y viveza que cautivan; además ofrecen la ventaja de casar perfecta- de la ojiva, ora la trajesen los cruzados, ora la importasen los árabes, ó la adivinase el ar- mente con el género de ornamentación á que se bailan adoptadas. Esta particularidad dé- tífice por medio de combinaciones geométricas. Estas maneras de discurrir .son, cuando iné- jase aun percibir mejor en los esmaltes, tan apropiados á los trabajos de platería y joyería nos, pueriles, por cuanto ni la ogiva es una cosa tan estraordinaria que naturalmente no pue- que son el dechado de la industria del género bizantino. Alignai que los muebles, estas da ofrecerse al trazar un dibujo, ni fué tampoco un tipo desconocido de los antiguos, como se producciones suelen presentar una ornamentación minuciosa-, recargada de afiligranadas ha pretendido, toda vez que aparece en construcciones egipcias de los primeros Faraones, labores, engastes de pedrerías, relieves y cinceladuras, no pocas veces simulando en su dis- en obras pelásgicas del Lacio, en el acueducto de Tusculum, y aun en los monumentos me- posición general las combinaciones arquitectónicas. jicanns. Uno de los mayores timbres del arte bizantino, es baber dado orig-en al arabesco, que Nosotros, apreciando la cuestión bajo el punto de vista que nos parece mas racional, tanta valia adquirió bajo los muzlimes de Córdoba y Granada. La brillante imaginación de dirémos con Mr. Bourassé, que la forma del arco de punta, si bien es de un carácter de los orientales, siguiendo la imitación de los artistas griegos, supo bien pronto desarrollar y gran valia, solamente debe ser considerada como parte de un todo inmenso. Constituye el sacar un partido ventajoso de las mil complicaciones geométricas á que dicbo estilo se amol- estilo ojival un complexo cuyas secciones se armonizan con estrechísimo enlace; un cuer- daba; y conservando puros los elementos que los occidentales abandonaron, mediante una exa- po de miembros intrínsecamente unidos, que estriban unos sobre otros, estando en la mas geracion original de las diferencias que separaban el bizantino del romano, supo crearse un recíproca dependencia. No solamente el arco apuntado, sino los hacecillos de colunas forman- genero propio, castizo, casi vaporoso por su esbeltez, casi fantástico por su esquisita ciegan- do pilares, los nervios redondeados que sostienen las bóvedas, los rasgados ventanales con «cía, por la sorprendente osadía de sus partes, sus artesonados de azul y oro , sus pavimentos sus colunitas y rosetones, las afiligranadas y agudísimas flechas, las portadas con sus de- .de azulejos, sus arcos cairelados y sus techumbres de estaláctitas. La célebre mezquita que seletes cobijando imágenes, los pináculos que cual avisados centinelas levantan su cabeza Abderraman comenzó en Córdoba fué terminada por su hijo hacia el año 800 de nuestra por todos los ángulos de la g-ótica catedral, en suma mil pormenores y detalles tan capri- era, de suerte que ya en el siglo VIII el arte bizantino-árabe florecia en España con notable choses como originales, he aquí lo que constituye el sistema vasto y magnífico del estilo que •perfección, cuando entre los cristianos andaba todavia en mantillas, reducido á toscos ensa- nos ocupa. ¿Y aun se irá á buscar el origen de todo esto en causas puramente materiales? yos; ¡para que se vea cuan poderosa influencia ejercen los progresos de la civilización so- Preguntad al artista cristiano de donde sacó sus inspiraciones, y os responderá, que de la bre las espansiones de las artes bellas! fé católica. Si por cierto: la fé religiosa es la que engendró aquellas fábricas estupéndas, El tipo de la-.-arquitectnra árabe es el arco de herradura, aguzado mas adelante en pun- justa admiración de las edades, por mas qre en tiempos de materialismo ó de prevención se ta de almendra: sus colunas son esbeltas y sin base; los capiteles ligerísimos, romboidales haya querido desconocer el íntimo sentimiento que las eleva hasta la sublimidad. y festoneados de hojas; su ornaipentacion compónese especialmente de alicatados y arabes- En la época en que el estilo ogival se desplegó con tanta gloría, las creencias habian cos combinados de mil maneras, y desarrollados hasta lo infinito con una g-racia y precision echado profundas raices en los corazones, y traducíanse al esterior con muestras dignas que es imposible superar. de su elevación y celeste origen. Al entusiasmo de las Cruzadas, sucede el santo ardor de las Vedando la ley musulmana, la representación de objetos animados, toda la actividad y construcciones religiosas; mantiénese aun entre los cristianos del occidente una energia ve-^ poderosa facundia de aquel pueblo, se consagró á las otras clases de adorno, produciendo, no Ii6iiicnt6 S6 coiibO/^ ci gIgvo-f ci lo. divinidocl tGmplos nobles y suntuosos cuoles nunco solo en arquitectura, sino en artefactos de diversos géneros, bellezas de primer órden, siem- se hubiesen ideado; y todavia se levantan cruzadas, no ya para ir á guerrear en oriente, sino pre originales, basadas sobre el mismo tipo peculiar y esclusivo del arte arabs-español. para cooperar humildes á la obra de Dios, de María santísima y de los Santos. Acaso el monumento entero no revela las pías intenciones del V. arquitecto? no se descubren símbolos y emblemas en sus varias partes, en el plan que simula la cruz, en las capillas que á fuer de Arte ogival .—La arquitectura impropiamente llamada g-ótica por los esclusivistas del corona misteriosa de Cristo, irradian en torno de ábside en todas las fracciones y detalles, colanas y ventanales significativamente agrupados, alternados ó repetidos? Finalmente la cía, Sevilla y Barcelona cuando nuestro comercio y marina jerevalecian sobre las renombra- elevación de las colunas, el vuelo de las bóvedas y la linea vertical que domina en la obra das Genova y Venecia. ¿Que prestigio no adquirían entonces á nuestra vista esos monumen- entera y en sus varios miembros, no revelan una fé exaltada y una esperanza fervorosa, que tos aun vivos, aunp)reciosos por su disposición y sus formas, apesar de hallarse en medio tienden constantemente liácia lo alto, arrebatando consigo el corazón y la fantasia del espec- de nosotros como fuera de su elemento, por corresponder á épocas y costumbres que ya no tador? son las nuestras? Y sin embargo, que artista de corazón al divisar de paso tal cual ogiva, Es preciso liaber perdido todo afec3to4cristiano para no comprender el mudo y sublime suave flor de aquel pensil, ahogada entre la monótonia de los modernos ediflcios,no siente la- lenguage de las cátedrales de la edad media. Su masa pintoresca perfilándose en erguidas tir su pecho á la dulcísima emanación de un arte que todo lo poetizaba, infiltrando do quiera cúpulas y vistosas espadañas sobre gampos de edificios vulgares, da una idea del pastor entre ya fuese palacio de reyes ó choza de aldeanos, su espíritu ardiente fecundo y vivificador? su grey, es verdaderamente la silla del pontífice, ó mejor,un soberbio escabel al pié del trono Nacionalizada y estendida por la Phiropa cristiana la arquitectura de que hablamos, en del Hacedor, Si Sixlvando sus umbrales penetramos en su recinto; cuánta magostad, cuanto toda su haz dejó memorias insignes que la harán siempre imperecedera. Inglaterra, Alema- misterio, reflejo de los misterios de Dios, veremos allí reunirse en el juego de las colunas nia, Francia, cuantas joyas no deben á ese estilo encantador? quien no admira como verdade- severamente alineadas, en las inmensas bóvedas perdiéndose entre vagas angulosidades, en ras maravillas las catedrales de Friburgo, Paris, Ratisbona, Orleans, Worcester, Amiens? Y las multiplicadas arcadas que se suceden con dirección al presbiterio, centro común á do to- acaso España no puede gloriarse con sus templos celebérrimos de Toledo y Sevilla, de Oviedo do confluye, como para rendir bomenage á la víctima sin mancha que continuamente se y Salamanca, con un alcázar de Segovia, y un monasterio de Poblet? ofrece sobre el ara consagrada ó permanece en reserva dentro del tabernáculo! Desarrollo,en nuestro concepto, del gusto bizantino, el ogival se subdivide igualmente en Y si á las imponentes masas unimos el poderoso efecto de los accesorics, la luz que pe- tres épocas; durante el siglo XIII, secundario en el XIV y terciario desde el netra por entre pilarcillos, el mosáico de las vidrieras que se refleja en ópalos y esmeraldas, 2." tercio del XV hasta bien entrado el XVI. Al mediar el XII, diferentes innovaciones pre^. la lámpara que oscila en el fondo de oscura capilla, el aparato del culto, los dorados altares nuncian el estilo que va á establecerse; en los templos la oprimida nave se.fracciona, ensan- envueltos en nubes de incienso ál resplandor de infinitas luces, las voces del coro alternando cha y prolonga hasta rodear el ápside donde hay tres capillas, una de ellas consagrada á la con el órgano crepitante ó con los cantares ingenuos de una muchedumbre devota; todo rebo- Virgen inmaculada; los pilares se adelgazan en columnas; los arcos se aguzan; los humildes sando armonías nadando en vapores, al través de accidentes desperfilados, de recortadas eres- tragaluces bizantinos conviértense en grandes rosones, y generalmente todos los miembros y terias, de orlas de follajes, de imágenes y angelitos; ¿como no inspirarse de aquella poesia y no pormenores, inclusas las macizas torres del edificio, dejan la forma cuadrada ó rebajada, por participar de aquella vida, resistiendo al poderoso arrebato que sobre el espíritu ejerce tanta otra mas airosa y piramidal. En el esterior se construyen graciosos botareles para neutrali- magestad unida á tanto arte, tanta magnificencia hija de tan oportuna combinación? zar el peso de las bóvedas. En otra clase de edificios, no se presenta menos interesante si no mas propia, la arquitec- En el siglo XIII es tal la gallardia y arrojo del goticismo, que apuradamente á causa de la tura ogival ¡Que es ver el arrogeante castillo de antigeuos señores, destacándose ya en la cum- estrema acuminacion de sus formas, se le da á la arquitectura el nombre de lancetada. El ab- bre de lejana colina, ya en el fondo deremoroso valle, recortado en piñones y almenas, lan- side adquiere aun ma3'or profundidad, y saliendo fuera de su recinto, las capillas se estienden zando al aire su orgulloso homenaje, ó abriendo sobre el foso sus arabescos ajimeces, donde por ambos lados de la iglesia. Accesorios de todo linaje, estatuas, esculturas, pináculos y cupurr á vueltas del ballestero ceñudo asomó tal vez furtiva belleza para escuchar las trobas de sus lillas se derráman con profusion hasta rebosar al esterior, agrupándose singularmente y con amadores! Pero si buscando esta arquitectura en las ciudades , queremos apreciar su efecto much a gracia en las portadas. Figuras de profetas y apóstoles alineanse graves sobre sus re- durante una fiesta palaciana ó una solemme junta de patricios, ora en la proclamación pisas, alternando con filoncillcs que oportunamente rebajan la arcada, disimulando su espesor de nuestros monarcas, ora en los g-randes acontecimientos historíeos, ó simplemente en encajonado el todo en un fronton triangular lleno de calados; y por debajo, en el tímpano, el de la vida, lleg-uemonos al alcazar de Toledo durante las sangrientas campean prolijos relieves, representando escenas simbólicas ó pasages déla uso común SagradaE.scritura, discordias entre D. Pedro y las Comunidades, á la aljaferia de Zaragoza cuando el del imn~ Los ventanales adquieren proporciones muy elegantes, efecto de una regla adoptada por la que yalet rasga con su arma los privilegios de la Union, ó cuando D. Martin es solemnemente se hace arrancar de las impostas los arcos del circulo, coincidiendo con los ángulos de un coronado en compañía de su esposa; acerquémonos al tinel de Sta. Clara en el acto en que el triangulo equilátero cuyo punto de intersección se fija en la cúspide de la ogiva. Particularizan catolice Fernando oye cual simple juez las quejas de sus vasallos; asistamos á las agitadas se- este siglo las ventanas de lancetas pareadas comprendidas dentro de una ogiva mayor con ro^ sienes de nuestro municipio celebradas en el celebre salon de los Ciento durante las revueltas son en el intersticio. de 1462 á 1645, ó bien parémonos á contemplar el tráfico mercantil de las lonjas de Valen- El gótico secundario denominado radiante conserva intimamente el mismo carácter del siglo anterior, salvo que es mas esplendido y exagerado, los arcos todavía mas osados, y lá minuciosa labor, ventanales y puertas partidas, introducción exótica de motivos ornamen- ornamentación en general mas delicada y profusa. Donosas galerias rodean las partes alta y tales, cifras, cintas, frutas, g^enios, figurones, etc. y como regla primordial, unas tenden- media de las naves; calados antepechos orlan el edificio por dentro y por fuera; las aberturas cias arcaistas, eco de la reforma que en todos los demás ramos se operaba. ,Tal es el carác- se despliegan con toda holgura formando delicadísimos encajes de piedra, sustentados por muy ter propio del gusto ogival en su decadencia. delgadas coluna^, al traves de las cuales derraman las vidrieras sus esplendidos rayos de luz. Nopasarémos al estilo inmediato, sin indicar en dos palabras toda la profundidad del que Por prurito de idealizar, exagerando el paralelismo de formas, los ya ligeros pilares se convier- nos ocupa contra la falsa opinion que por mucho tiempo quiso negarle el carácter de verdadero ten en manojos de junquillos 35 que se prolong'an como nervios á lo largo de las bóvedas y vie- sistema y su valor científico. Sin tomar en cuenta el simbolismo que es el alma de las cate- nen á confluir en la clave central. Esta misma exageración hace de los contrafuertes, en su drales católicas y el elemento mas fecundo del arte ogival, en él concurren dos princi- origen introducidos por necesidad, un accesorio decorativo del que el artífice saca gran parti- pios científicos que alimentándose mutuamente, engendraron esas bellas construcciones de la do en construcciones de todo genero. edad media tan dignas por cierto de admiración, como de meditación. En el concepto artístico, el siglo XIV es el de mayor lozanía del estilo ogival, y á él A poco que en ellas nos fijemos, veremos desde luego combinada con las reglas mas deben contraerse sus maravillas principales, la arrogante catedral de Colonia, no bien aca- puntuales de la geometría, una imitación perfecta de los tipos físicos mas adecuados al ca- bada en nuestros dias, la de Estrasburgo con su asombrosa aguja, alta de 142 metros, 10 mas rácter de la bbra en su propio y genuino ser, resultando de la acción recíproca de ambos que la ponderada cúpula de san Pedro de Roma, y solo 4 menos que la gran pirámide de principios un sistema asombroso, en cuya virtud las reglas g-eométricas mas complicadas se Cheops etc. etc. (En Barcelona tenemos de este siglo los bellos templos deSta Maria del Mar adaptan á las formas naturales mas simples, al paso que las mas sencillas reglas se her- y del Pino, la capilla real de Sta. Agueda,la fachada antigua de la casa consistorial etc.) manan con las imitaciones del mayor capricho. Por este medio el gusto ogival, acomodán- En el XV comienzan á indicarse algunos síntomas de decadencia. La exajeracion siem- dose mas que otro cualquiera, á una variedad infinita de proporciones y accidentes, abre al pre creciente abre la éra del gótico terciario llamado jlamigero á causa de sus adornos pa— artífice un campo dilatadísimo, que permite á su imaginación, volando libremente, concebir recidos á llamas, leugmas, corazones ú hojas de plantas. Las formas prismáticas van prefi— creaciones las mas estupendas, casi maravillosas de puro fantásticas, y por decirlo asi, exa- riéndose á las redondas; los arcos se abren desmesuradamente, quedándolas colimas transfor_ geradas de sublimidad. madas en exiguos baquetillos. Al triángulo equilátero del siglo XIII en las ventanas, reem- El reino vegetal es de los que mas recursos suministraron al arte en cuestión. Exa- plaza otro reducido á la mitad de su elevación; las ojivas suelen formar una prolongación minando con cuidado las flores y plantas, observamos en su contestura tal proporción, ór- compuesta de los nervios que la dibujan, partiendo de las impostas, las cuales se reducen á den y armonía, que pudiéramos llamarla una geometría viviente, la cual solo necesita un una lacinia ó moldura de hojarasca. Prevalece notablemente la parte decorativa, consiguien- ligero desarrollo para producir los lindos rosones, florones, tréboles, y calados que adornan do profuso desarrollo, y por regda g'eneral,los cairelados rosones etc., en lugar de las com- nuestras catedrales. binaciones redondeadas, van afectando las flamígeras características de este período, anun- Las secciones del tallo de ciertas plantas ofrecen, unas el círculo, otras el triángulo ciando en su caprichosa disposición el cercano fin del arte gótico. rectilíneo ó curvilíneo, el cuadrado mas ó menos perfecto, pentágonos y polígonos de toda La misma propension declárase mejor á fines del sig'lo, en una proligddad rebuscada que especie, recordando el plano de fascículos de las colunas góticas, como sucede por en llega á bastardear ejemplo el arte, sacrificándolas leyes inconcusas de unidad, proporción, armonía el corte de algunos cactus, en el arándano, que forma un cuadrado flanqueado de semicír- y á veces hasta de solidez, á un desmedido afan de lucir ó á un lujo de accesorios inoportú- culos, y en la salvia que tiene además semicírculos en los ángulos del cuadrado. Análoga namente aplicados. Decae la severidad del estilo, olvidadas las buenas tradiciones y la pre- disposición presentan las cápsulas de diferentes vegetales, cuyas semillas en su colocación vision geométrica del gaisto ogival; y bajo la presión de nuevas y asaz mundanales ideas, recuerdan las divisiones simétricas del círculo. Donde mas resalta la analogía es en tallos vulgarizase la y arquitectura perdiendo su carácter, su propiedad y su ritmo. Ya no se lanzan hojas, con su variedad infinita de trifolias, cuadrifolias, treboladas, verticiladas, cimalifor- atrevidas las bóvedas, ni la ogiva impera sin rival, antes prestándose liviana á todo capricho mes, dentelladas, anchas, agudas etc. En las flores merece especial exámen la á disposición de manera de arco flexib e, ora deprimida, ya concentrada recordando la herradura arabesca, sus pétalos, y estambres, que á 1 as fracciones regulares del círculo reúnen sobreposiciones ya apiñonada, acuminada, trebolada, entrecortada ó fraccionada en múltiples secciones y com- simétricas en sentido diagonal, órbitas lanceoladas etc. etc. Algunas rosáceas como el dul- partimientos. Las puertas se achatan, las techumbres se rebajan, los frontones se ensanchan camara ó solano y el acónito, presentan aquellas hojas ondeadas que tanta aplicación tu- y espacian. Por deíuera cresterías y pináculos, doseletes y sobreposiciones; por dentro enla- vieron en la ornamentación gótica. Los escultores del siglo XV sacaron no escaso de ees de blasones partido y emblemas, grandes colgadizos y cruzados en las bóvedas, artesonados de plantas al parecer las mas vulgares, como berzas, escarolas, cardos y vides. Las sarmentó- 3G suelen asirse al tronco de los árboles ó al encañado de los jardines, pue- na esQ,u<à\?í2ilcUeresca, sin contar una Sta. Cruz de Toledo, un monasterio del Parral, un sas y parásitas que den ser tipo originario de las colunas de junquillos, retorcidas ó espirales, tan bellamente S. Gerónimo i.lel Retiro? (en Barcelona teníamos la casa de Aytona, por Forment, que por las construcciones de la última época. desgracia ha sido demolida en nuestros dias. ) También los empleadas en estrangeros pueden enva- ¡Qué copia de recursos Gaillon para un arte tan ingenioso en esplotarlos! Seria cosa de nunca necerse con sus ca.stillos de Anet, y Bourgtheroulde, Wertsminster con su cate- acabar la numeración de los variadísimos tipos pródiga naturaleza suministró á la in- dral. Pisa con su campo santo, Venecia y Florencia con sus Villas y palacios etc. etc. No que (lustria aquel tiempo, convertir en otras tantas joyas, no solo los edificios y menu- cabe ciertamente mas espléndido conjunto, ni mas en para coquetismo á un tiempo; el gusto de los mentos, sino los menores objetos del dominio artístico susceptibles de elaboración ó decora- artistas campea muy libremente; el ingenio hierve á borbotones, multiplicándose y prodigán- clon, muebles, telas, libros, el utensilio mas insignificante de uso doméstico y dose, casi falto de espacio, como si los medios materiales de ropas, vasos, ejecución fueran escasos paralas dijes, juguetes, pinturas, mosáicos, vidrieras, etc. En todo bulle y reboza espansiones de la imaginación sobrescitada. ¡Feliz hervor si hubiese sabido mantenerse en común, armas, un capricho incomparable: variedad de líneas, g-racia de adornos, limpieza de pormenores, justos limites! pero la humana especulación no sabe estar á raya; por eso al acierto sigue riqueza de accesorios, golpe de contrastes, animación de tintas, verdad en la imitación, ori- de cerca la exagerricion, y cuando alcanzamos un estado cualquiera de perfección, lejos de ginalidad en la invención, oportunidad en las aplicaciones, armonía y buen gusto do quie- aprovechar hábilmente las conquistas obtenidas, preferimos ir adelante, para pisar acaso el ra. Tales son las recomendables circunstancias de ese estilo virginal, rebosante de vida y fé, borde de un precipicio. logró desplegarse á un tiempo, inspirado por las creencias, escitado por el sentimiento, «Digna es de nota, observa un escritor otras veces citado, la confianza con que los artis- que cobijado la religion dirigido regdas acertadas. tas en las obras del renacimiento se abandonaban á su imaginación para combinar deta- por y por Una inagotable distingue semejantes producciones. La escultura, hermana lies sin sujeción á un carril trazado, é igualmente el ingenio, la gracia, el claro sentimiento proligidad la suministra á los industriales desde el comienzo de las proporciones mas armoniosas, y el ámplio uso de la escultura decorativa con sa- de la arquitectura, es que mas recursos que (le nuestra era^ y aun se conservan de aquellas centurias remotísimas dípticos y otras enta- bian llenar las condiciones de elegancia que caracterizan los trabajos de aquella época tan lladuras de marfil metal, igualmente apreciables por su composición y su ejecución. ¿Y señalada para las artes.» y contemplando la prolífica facundia del cincel de la edad media, ora en El renacimiento presenta dos caractères asaz diversos: uno de quién transición, formado délas no se enagena desde mediados del si- la radiante aurénla ciñendo abraza las citadas una pudorosa Virgen, ora en el airoso dosel que cobija la cabe- tradiciones góticas modificadas, que producciones, za del potentado, ya recamando dedcadamente el tabernáculo sacrosanto, ya rampante ó en- glo XV hasta mas ó menos entrado el XVI: }'■ otro ceñido á los preceptos clásicos, según las crestada la sobrehaz de la feudal morada? Riquísimo siempre el gusto ogival, aquí reglas de Viti'ubio nuevamente recogidas, y los trabajos de Alberti, Bramante, Brunelleschi en pule, atilda y redondea; allí aguza, muerde y recorta; forma rasgos, estrellas, chispas, y otros campeones de la reforma. En el primero, la rigidéz clásica, se mezcla con las fan- sar- dientes; á un tiempo prodiga santas imágenes y quimeras monstruosas; en templos y tásticas invenciones propias de la edad media; el arco romano alterna con.la ójiva, y unidos tas, atriles bufetes, pebeteros, igualmente derrama galas, es- á los caprichos del goticismo flamíg-ero, aparecen, desarrollándolos en cierto otros no on palacios, en y en en copas y en modo, flores, riela pedrería. Es el buen gusto con toda su veleidad, el ingenio con toda su lo- menos bellos y originales, tan oportunamente sentidos como ingeniosamente aplicados. parce zanía, la imaginación con toda su riqueím, el arte con todos sus recursos. Las producciones del segundo carácter, no ofrecen 3m resabios de goticismo, las formas se han redondeado, el horizontalismo ha batido al verticalismo; la ornamentación se compo- VI. ne de nuevos motivos. Sin embargo, á vueltas de la pretension de remedar un arto exótico, en mengua por cierto del verdadero nacional, nótase una profusion y un movimiento nunca .ÚRTE DEL RENvcDiiBNTO.—El uuevo ostilo producído poi' el vuelo de las ideas y el movi- conocido (le los antiguos, que so]o cabe atribuir al provechoso influjo de las recibidas tradi- miento intelectual de fines del siglo XV, puede considerarse filiación del goticismo cuyas be- ciones. A este segundo periodo pertenecen entre nosotros al palacio del Pardo, 3' señalada- reino los no me- lias tradiciones en su primer período supo encarnar en sí, casi hasta perfeccionarlas, modi- mente el monasterio del Escorial calificado de octava maravilla; en el vecino el ficando sus principios sobrado esclufivos, con las buenas reglas del antiguo arte de la Gre- nos importantes del Louvre y de Fontainebleau, 3^ en Italia la basilica de S. Pedro, palacio cia. Admirables son en verdad aquellas fábricas que los Reyes católicos dejaron en nuestro de los Médicis etc. c^tc. el El suelo, mas adelante Emperador y Felipe 2.", obras de ambos como los Cárlos y los Enriques en Eran- En breves rasgos trazaremos los carácteres comunes á las períodos. plan mismos fundadores la cia,, los Tudors en Inglaterra, yen Italia los pontífices y, los Médicis, ¿Salamanca, Palen- de las iglesias deja de ser canónico; mil circunstancias, el antojo de los la de el crucero está unas ve cía, Sevilla, Burgos, Seg'ovia, Guadalajara, cuantos monumento.s no poseen de esa bue- alteran en su di·^posicion; y si bien suele prevalecer forma cruz, ces en el centro á usanza griega, otras en el testero según la costumbre latina. Las colúnas, po enaltecerlas con sefinado acabamiento; y los industriales, elevándose á la categ'oria de ar- perdiendo aquella exageración de la época anterior, adquieren proporciones mas caba- tistas, premiados y alentados por la gente rica, rebosaron en inventiva y elaboraron con una les, y una regularidad mesurada, advirtiéndose cierta relación entre su base, fuste, capitel y precision que si despues se ha procurado imitar, nunca se ha j logrado superar. Nadie reprodujo entablamento. Corresponde á este tiempo el gusto de sobreponer alternadamente colúnas á con mas verdad los varios motivos que caben en la jurisdicción del arte, ni los agrupó con mas colunas y pilares á pilares, algo raquíticos en ocasiones, pero de buen efecto total por el juego inteligencia, ni los aplicó con mas travesura. No son ya ciertas plantas y ciertos animales que producen 37 sus recortes, angulosidades y esbatimientos; los capiteles, á una imitación délos como en el estilo gótico, los que sirven de tipos, sino todo sér animado é inanimado, toda la estilos jónico y corintio, agregan caprichos de rara novedad; y los entablamentos vuelven á naturaleza viva y muepta, y fuera de ella, cuanto pertenece al domimio de los sentidos. distribuirse en arquitrave, friso y cornisa. Donde mas trasciende la innovación, es en los ar- Nunca el talento fué mas observador, nunca el cincel y el escoplo trazaron lineas mas finas eos, que de apuntados, pasan á ser de medio punto ó fluctúan entre ambos tipos, mezclán- y delicadas; fué lá novedad con la variedad, la profusion con la perfección. dolos y modificándolos con una movilidad vistosísima. Regularmente las puertas son en No olvidemos tributar á la pintura el justo lauro que en semejante restauración le cabe. arco, con mayor ó menor depresión, y las ventanas rasgadas, geminadas ú oblongas, De los buenos maestros que entonces habia en Europa y singularmente en Italia, procede la disimulando los ángulos. Las bóvedas mayores durante el primer tiempo, se labran aun en iniciativa: ellos establecieron las antiguas formas; ellos al parecer adivinaron el movimiento; punta, pero ochavadas y achatadas, presentando florones pinjantes y dentelladuras, resabio y su gusto y sus teorias predispusieron los ánimos para el nuevo órden de cosas que se iba es- del gótico flamígero; al paso que las de menor proporción suelen ser de medio cañón, con tableciendo. Como la imprenta en las letras, la pintura en las artes abre la senda al renaci- adornos de casetas y arabescos. miento: honor eterno á Rafael! He aqui la gigante figura que descuella sobre esa pléyada de Por regla general, los monumentos religiosos de la primera mitad del siglo XVI reúnen talentos, verdadera aristocracia artistica del siglo XVI en la cual figuran les nunca bien pon- aun grandes bellezas: último y glorioso reflejo del arte mas inspirado, llevan el sello-del gé- dorados Miguel Angel, Bramante, Robbia, Bellini, Finiguerra, Fontana, Buonarotti, Palis- nio cristiano, que tantas maravillas acertó á crear. En las construcciones civiles no sonme^ sy, Lescot, Delorme, y en España,, Rincón, Arphe, Andino, Gil de Siloe, Becerril, Cobarru- nores los timbres del renacimiento; edificios públicos y particulares allegan la severidad de bias, Berruguete,. Cespedes y otros muchos. lineas, una simetría halagüeña y la mas graciosa ornamentación. Quizá las masas no VIL ofrezcan toda la grandiosidad apetecible, pero en cambio son riquísimos los pormenores. Tal Arte restaurado, decadente, reformado y moderno. Al traves del gran barullo del vez el gusto no sea de lo mas severo ni las proporciones de lo mas exacto, pero ha}^ aportu- renacimiento ¿que se ha hecho el fecundo espíritu de la edad media? que mano se emplea ya nidad en la distribución, y grandes preciosidades de detalle, cualesquiera que sean sus miem- en la creación de aquellas estupendas catedrales,? L1 orgullo alcanza al arte como á todo lo bros, jambages, entrepaños, repisas ó cororiaduras. Quien hubiera de decir que las teorías demás; la duda sustituye à la fe; en lugar de templos se construyen palacios, y el lujo de los de Palladio pudiesen concillarse con los supuestos delirios del g'oticismo? y sin embarg'O, fa- claustros se traslada á las aulas cortesanas. miliares aquellos artificios con el sistema ogival, del perfecto maridage de ambos elementos El. renacimiento,, depurado de cierta hinchazón, hubiera podido constituir un arte tipo, al parecer tan reñidos, sacaron un estilo nuevo, interesante y que dejó obras de grandísima si no fuese ley de nuestra especie, la movilidad. Lo hemos dicho ya: el punto mas colmado de valia. la perfección, es el mas cercano al de la decadencia; y como quiera que la arquitectura ogi- Iguales prendas encarecen los demás ramos de la producción artística en dicha época. val no bien alcanza su. mayor periodo se desvirtua, al renacimiento le sucede lo propio. Por Cuantas bellezas no se deben á la escultura del renacimiento, cuantas riquezas á su ebanis- afan de singularizarse se adulteran las leyes esenciales de lo bello, y el arte va perdiendo lo teria, cuantas bellezas ásu platería, á su cerámica! La emancipación religiosa, si bien acar- que constituye su mérito principal: grandeza delineas, pureza de formas, justa y proporcio- reó el germen primero de decadencia, desalojando los espíritus de las sublimes esferas, abrió- nada armonia entre sus miembros respectivos. les en cambio nuevos caminos por donde log'raron desplegarse en infinitas direcciones. Alba- Brillan aun muchas construcciones hasta mediar el siglo XVII. efectuándose otra especie g'ado el sensualismo, rehabilitóse la belleza física, restableciéronse los estudios plásticos, y la de transición cuando ya totalmente olvidados los resabios góticos, y naturalizando el estran- estatuaria renació ron una lozanía que dá á las creaciones de aquella época un mérito ver- gerismo, cada artista procura levantar escuela y crear de su cosecha sobre-prestados elemen- daderamente clásico. tos. No seguirémos paso ápaso las desviaciones del gmsto, porque no pretendemos hacer una El renacimiento, dice otro artista poeta, reunió el resultado de muchos siglos de estudios historia; y á la verdad, dificil es la de las bellas artes en Europá durante las revueltas épocas y de repetidas esperiencias; en todas sils fases patmtiza de que manera el arte, en épocas de del Parlamento, de la Liga, y délas gmerras de sucesión. En cuatro series podria agruparse terminadas, puede realzar ventajosamente la industria. Redundante en sus composiciones, su desde el renacimiento hasta nuestros di as: 1." una pretendida restauración, que se enlaza con el 2.° periodo de la época anterior, y acaba por la consag-racion absoluta de los preceptos ji nos y Valdiviesos que corrompieron y desfiguraron la poesia y la elocuencia, hubo también clasicos, según el sentir de las academias que entonces se fundaron, sobre la base de una eru- Alfares, Donosos y Atanasios que alcanzaron y corrompieron la pintura. Lo mismo sucedió dicion sólida, aunque desvirtuada por el mal gusto; y esta serie ó sección abraza el brillante con la escultura: Cano, Montañés, Hernandez y Pereira la hablan cultivado con esplendor periodo de las escuelas pictóricas,y los reinados no menos brillantes de los Felipes 3." y 4." en en Granada, Sevilla, Valladolid y Madrid, pero por su muerte apenas quedó alguno capaz España, y déla reg^enciay Luis 14 en Francia: 2.° la declinación de este falso gusto hasta de reemplazarlos, si ya no damos esta gloria á Mena y á Roldana. los ridiculos contrasentidos del bar3ro8quismo, entre nosotros bajo Carlos 2b y Felipe 5.® y en Hablando Cean Bermúdez de la iglesia del Espíritu Santo, que se construía en Sevilla Francia bajo Luis 15." abarcando él ultimo tercio del siglo XVII y el primero del XVIII. 3.'' por los años de 1655, confiesa que su arquitectura, aunque arreglada en g*eneral á las pro- la reforma filosófica, que produjo la revolución francesa, dirigida en las artes por Vinkel- porciones del orden Dórico, deja ver algunas licencias propias de aquel tiempo, en que jos mann, y adivinada en nuestro pais por el talento del gran Carlos 3."; y finalmente el pe- arquitectos ya no seguían á Vitrubio, Paladio ni otros autores clásicos, y en que tenían á riodo verdaderamente de actualidad, que comprende lo que va de nuestro siglo. menos el no seg-uir su capricho, creyéndose bastante autorizados para prescindir de los tipos Desde 1590 á 1630, el arte de edificar, si bien pierde su carácter de popularidad, ad- ¡ que los grieg-os y los romanos dieron hace mas de 18 siglos. «Tambian Jovellanos, en su Elo- quiere otro mas util que no deja de ofrecer Interes, según las aplicaciones que de él se hi- gio cíelas Bellas artes, reconoce que la ruina de la arquitectura precediera algmn tanto á la cieron. Por regla general, al gusto italiano predominante en el siglo XVI, sucedió el fia- de las artes sus compañeras,perdiendo primero la regularidad y el decoro de que hablan dado meneo, que importaron Rubens y otros profesores atraidos por el fausto de la corte castellana. tanbuenos ejemplos» Toledo, Herrera, el Greco, y los mismos Cano y Hernandez empezando Madrid, Toledo, Valencia, guardan de aquel jjeriodo fabricas verdaderamente suntuosas, te- despues á producir los edificios fanfarrones, donde la riqueza del ornato escondía la falta de uiendo nosotros en Barcelona la fachada de la Diputación ideada por Pedro Blay. urden y sistema, y deslumhraba al ignorante espectador; añadiendo que Herrera, Barnuevo, «El duque de Lerma dice Jovellanos, atraía á la corte ingenios propios y estrafios, los re- Riel y Donoso, pueden contarse entre los que pusieron en boga el gusto mezquino y embro- compensaba, y cuidaba á un mismo tiempo de la gloria del monarca y de la fortuna de los liado, y abrieron el camino á los estravagancias de Churriguera. » artistas. Entonces se llenó también Valladolid de obras estimables, y donde quiera que fijaba Bastardeadas la5 bellas artes, redujese á la nada la industria, efecto de la intima corre- el rey su residencia, dejaba durables monumentos de su grandeza y de su buen gusto. lacion que entre ambas media; asi que la ornamentación de entonces }'■ los articules suntua- «Pero la época mas señalada en la historia délas antiguas artes españolas, fué sin duda rios del pais, ya no fueron sino copia, cuando no directa importación flamenca, francesa ó el reinado de Felipe 4.° principe que conversaba con las musas, que entendía y se ejercitaba italiana. Efectivamente, el g'usto decorativo del sigdo XVII en galas, atavies, muebles y en las artes, y se gloriaba de proteger á las poetas y á los artistas.» Grande fué verdadera- utensilios, es el que prevaleció en Francia durante el reinado del fastuoso Luis XIV. La aris- mente en el reinado de este monarca el esplendor de las artes bellas; las insignes obras de tocracia española hubo de despojarse de las preciosidades artísticas que había acumulado du- Ribera, Murillo, Zurbarán, Velazquez, llenan todavía de justa admiración á la Europa: ¿por rante una ó dos centurias de verdadera grandeza, para pagarse de estrañas producciones; qué raro fenómeno, á tamaña brillantez debia seguir una decadencia tan rápida é ignomi- abdicación funesta de la propia dignidad, quí acabó por la ruina financiera y política de es- niosa? ta nación, cuyas consecuencias deploramos todavía. Vanamente el gran Felipe y su favorito el principe del arte nacional, se esfuerzan en le- Opulento es sin embargo el estilo francés del siglo 17, y sus producciones rebosan un va- vantar este arte ala altura conveniente: alejado con repetición del buen camino, sin embargo 1er que las releva muy mucho. La afectada riqueza de la época no podia menos de trascen- de sus Ínfulas magistrales, oculta en el seno un principio corruptor, el germen del barro- der á las artes decorativas; asi es que edificios públicos y casas particulares interior y este- quismo, iniciado tal vez por los italianos desde Buonarotti cu}^ germen no puede menos de riormente, aparecen hermoseadas con molduras, pinturas y sobrepuestos de gran fantasia. dar su fruto. «A la muerte de Velazquez, según dicho Jovellanos, los demás artistas, entre- Llenan los salones ricos estrados y galanos bufetes, aquellos cubiertos de vistosa tapicería, gados á su sola imaginación, buscaban caminos nuevos para sobresalir entre la muchedum- estos tachonados de incrustaciones características en cobre y marfil, con una franqueza de bre, asi como hacían con afrenta de las musas, los postas de aquel tiempo. Cual buscaba la dibujo que constituye en su linea verdadera especialidad. Generalmente la ornamentación de sublimidad y hallaba la hinchazón; cual queri.i ser correcto }'• se hacia amanerado; unos hu- semejante estilo, aunque algo teatral y afectada, lleva el sello de la grandiosidad en sus vo- yendo de la vulgaridad calan en la afectación; otros siguiendo demasiado la inclinación del lutas palmas y rocallas, yn, solas promiscuadas con modelos de orden arquitectónico, como vulgo, se hadan triviales y groseros. Finalmente algunos discípulos de Juan del Castillo en trofeos, emblemas, medallones, estípites etc. Los anchurosos muebles, compensan la pesadez Andalucía, de March en Valencia y de Cuevas en Madrid, empezaron á alterar las buenas má- que á veces los afea por riqueza en adornos y en materia, combinada esta con aquellos del xima?; y desde entonceí-, como hubo Góngoras y Silveira?, Vegas y Montalvanes, Parovici- , molo mas curioso. Relevando las lineas generales sin desfigurarlas, brillan sobre la concha. 39 el ébano, el palo rosa y otros ele aguas, mosAicos de marquetería, embutidos en madre perla, permitieron ocuparse nuevamente de las artes. Muchas academias, y varios escritores entre arabescos de marfil, cobre ó plata, campeando sobre el todo delicados relieves y primorosas ellos Mengs, Palomino, etc.,esforzarónse en vulgarizar principios y teorias que si no entalladuras. Boule y Riesner, franceses, produ- son los artífices mas celebrados en esta especialidad. jerontodoel resultado apetecible, fué por ser demasiado mezquinas y esclusivas: sin embar- Y que diremos de aquellos objetos en que la decoración ó el capricho hacen el princi- go no puede negárseles la honra de haber desterrado el mal gusto anterior. En Francia la pal papel? Ya el siglo XVI habla creado infinitas novedades en joyería, vasijas y copas de reacción filosófica,y aquende el Pirineo el genio y el zelo de uno de nuestros monarcas mas sardónica, jaspe, lapiz-lázuli, embutidas esmaltadas ó cinceladas ya de fig'uras tan movedi- egregios, produjeron en las artes una reforma concienzuda y racional. « Cuanta aten- zas, ya de camafeos tan espresivos, ó de accesorios à la par tan entretenidos y delicados, que cion le mereciesen al augusto Carlos 3." despues de su venida i hace difícil atribuirlos sola destreza España, lo A la humana. Y sin publica una mul- se embargo, en artículos de lujo, el titud de grandes y bellos monumentos erigidos en la estension de sus XVII dominios, donde bri- siglo si no mas primoroso, no es menos abundante. En escultura fíorecén renombrados lian igualmente la magnificencia y el buen gusto; lo publican los celebres estudios de Ma- artistas, cuya facundia se evidencia 6n las muchísimas estatuas, g-rupos, retablos, jarrones, drid, Barcelona, Valencia, Sevilla y otras ciudades, fomentados por su generosa arquillas, etc. que nos dejaron; en fundición de bronce protección, y otros metales, los hermanos Keller y las artes,fugitivas de las provincias,restituidas á su seno; lo modelos la publican en fin las mismas ar- produjeron incomparables; platería y joyería nunca b» filaron con mas esplendor tes, levantadas bajo su glorioso gobierno á un punto de prosperidad donde no fie- ni contaron con mas pudieron recursos, gracias al arte de tallar piedras, entonces recien introducido; gar en las edades precedentes.» los productos cerámicos en barro, loza ó porcelana siguieron progresando despues de levan- ■ Desgraciadamente el nuevo siglo tados al las hábiles trajo consigo nuevas apojeo de Bernardo perturbaciones, durante las por manos Palyssi, humilde artista que en alas cuales, según dice con oportunidad el editor de una obra varias veces del no génio citada, se puso ál nivel de las mayores celebridades; finalmente, la ornamentación dejaron en g*e- bastante calma á los espíritus para poder traducir las tendencias de la neral, medio de mediante por esmaltes, mosáicos, estuco, pavonado, nielado época, y grabado; recamados gran- des creaciones arquitectónicas. De otra estofas parte, una admiración del arte y bordadoras, y tapicerías; la ferretería, la cristalería exagerada vidriería, al generalizarse la antiguo, y condujo á los arquitectos á copiar servilmente los edificios de la moda de los espejos; la misma jardinería, de tanta aplicación en los sitios antigüedad, produciendo y parques reales, obras casi siempre defectuosas, porque debiendo reducirse á menor obtuvieron durante el mencionado escala, su sigdo un desarrollo inmenso, consiguiente al desaparecía grande em- congruencia. Asi es que aquel período carece de puje varios de originalidad; salvas que en países Europa tomó y entonces la industria algunas todos escepciones en sus ramos. cortas é insuficientes para crear estilo, no merece entre los El estilo de lugar que imprimen nueva di- churrigueresco España acaso tiene en su principio aun mas elegancia y reccion al arte. La revolución francesa echa 'brillantez abajo toda tradición; harto que el anterior, gracias á su predilección por las formas contorneadas ocupada empero pa- que predo- ra entretenerse en escogitar fórmulas estéticas, debe ceder asi en aninan varias obras gustos como de la en política, á en competencia artístico-industrial, y gracias también á la rique- sus preocupaciones de antigüedad de materias elaboración republicana.Retrocediendo á las formas clásicas de los .za que en su y decoración se emplean. Como toda idea córrela- grie- se gos y romanos, productos de una civilización bien cierto de la ,clona con otras similares, el afectado lejana por arcadíismo de la nuestra, un literatura, se propag-a á las produce artes, cu- compromiso burlesco sin grandeza ni carácter, tardan y en de vemos solo ■yas producciones no en remedar lugar el estilo, idilio, vistiendo arreos pastoriles, tejiendo guir- plágios he- terógeneos, contra los cuales reclama el buen El nada .naldas, evocando al la gusto. ofrece de rústica amorcillos Imperio de ori- y compas zampona, mofletudos y sátiros desver- tampoco ginal; el César moderno toma la toga del César en gonzados. Al presente gusto débense antiguo; otros dos temas ornamentarlos trages, niuebles, afécta- que se esplotaron lujo, con se una ridicula paròdia de las costumbres romanas; á su vez la profusion hasta acabar por darle nombre, esto conchas ó mariscos, restauración, de in- es, rocallas, coralinas, incapaz ventar, apaña los desechos de las épocas constituyendo el anteriores, rococo de los y procurando reanudar Boucher la los Vanloó. tradición Sin del y ocuparnos de la arquitectura, la siglo XVIII, la amalgama con los del .cual olvidada primeros de confundiendo su gravedad descendió ensayos actual, hasta en la el estraña escarnecer carton y la tela, en las de- mescolanza las escenas pastoriles con los bronces etruscos las mas artes suntuarias de la y época campeó notable travesura á vasijas griegas. y veces no escaso primor, se- Por fortuna, desde 1830 acá el análisis ecléctico de los ñalándose el varios estilos mueblage en por su gracia comodidad. La afeminación de las conocidos,y es- y costumbres duran- pecial la apreciación del reinado gótico, los del saber de la ste aquel de. tocador progresos los se refleja por do y quiera; líneas, colores, riqueza, contornos, todo mór- trabajos es bles de buenos aprecia- artistas, reservando el debido á bido; la vida desliza el puesto XVII Vinkelmann, que en su se con siglo á de historia gmisa prolongado del ar- ensueño: dulce embria- te, recorrió exactamente todas sus faces entre los han dado guez de una sociedad gastada, antigmo.s, los placeres, la lugar á una critica me- que procura anegar en gangrena de su co- nos escepcional y mas fundada, y un laudable empuje á la revolución tan razón. que fecundos ve- neros está señalando á las artes modernas. Gracias á estos esfuerzos Las paces generales al comenzar la. centuria aunados, á que de.s- xviii tranquilizaron á la asolada empieza Europa, lindarse el arte del siglo XIX cuyos elementos se destacan cada dia unas, siguiendo las huellas del renacimiento; la escultura decorativa en particular, obtiene una aplicación se- podrá negarse que hasta hace poco tiempo no ha merecido la atención de los gobernan- inejante á la que entonces alcanzó, hasta llegar en su delicadeza á confundirse con la estatua- tes para regularizarla y prestarla el apoyo y los medios que pueden darle importancia y ria.En otro concepto los adelantos del arte de edificar suministran recursos para los mas feli- aprecio. No hace mucho tiempo veíamos asistir á las escuelas artísticas multitud de mucha- ees ensayos; asi por ejemplo: el uso del hierro colado en la construcción, permite acometer ches sin mas objeto que pasar el tiempo en lo que se tomaba solo como un recreo. Como era proyecciones horizontales que antes hubieran parecido una quimera; y en edificios ya céle- fácil el acceso á las escuelas, como ningún sacrificio pecuniario ni intelectual era preciso bres, cuales la estación del ferro-ca4rri0l de Estrasburgo, y los palacios de Cristal, Sydenham, hacer, se miraba cou indiferencia cuanto átales estudios se referia. Tan cierto es que para la Campos Elíseos etc. se evidencíala incalculable utilidad quede semejanteausiliar puede re- generalidad, que solo ve las cosas por la superficie, lo que nada cuesta, nada vale! portarse. Tampoco hemos querido decir, que en las generaciones que nos han precedido no haya También en nuestros dias hay vacilación y se cometen algunos desaciertos; pero gene- habido hombres que con la misma fé que los jóvenes de nuestros tiempos, hayan empren- raímente va depurándose el gusto, y la vulgarización de buenos modelos por medio de la li- dido estas carreras industriales tan necesarias para el adelanto de los ramos de la produc- tografia, el grabado en madera y la fotog-rafia, ha hecho progresar notablemente á los ac- cion y riqueza públicas. Tales hombres fueron una escepcion; y los de esta clase no necesitan tuales artistas industriales y fabricantes. Si todavía se echa menos una originalidad marca- aguijón que los mueva, ni estimulo que los impulse: se bastan á si mismos. Pero la gene- da, practícanse combinaciones bien entendidas de buenos tipos, no podiendo desconocer los ralidad no hallaba recursos; y sin bastante perspicacia para conocer lo que podia convenirle, ventajosos oficios que para la restauración del buen gusto presentan á un tiempo la inteli- creia que solo la carrera de las letras podia encumbrar al hombre en categoria, importancia gente laboriosidad de nuestros adornistas,la admirable destreza de muchos oficiales ausiliados y riquezas. Como si estas tres circunstancias pudiesen adquirirse fácilmente en tal carrera, de los poderosos agentes mecánicos y de los recursos que cada dia en mayor numero ponen á y como si solo en tal carrera pudiesen adquirirse! su disposición las conquistas del saber. Solo el talento y el genio hacen brillar en cualquiera de los ramos en que el hom- bre puede ocuparse durante su vida; solo la instrucción dirigirá á uno y á otro por la senda que puede conducir á la cima de la prosperidad, y procurar nombradla. La instrucción pues será la (que procurará á los industriales estos dos manantiales de felicidad: la ins- He aquí un resumen de la historia del arte. Y hemos procurado presentarla con la- ma tracción industrial, para conocerla parte técnica de la producción: la artística para dar á esta yor concision y claridad, á fin de que los industriales pudiesen conocer las ideas que en las producción el aliciente necesario. distintas épocas han reynado respecto de la belleza, y del carácter conque estas ideas se han En los renglones que hemos escrito hasta aqui hemos procurado, si no dar todos los co- exteriorizado. nocimientos constitutivos de la instrucción artística que necesita el industrial, al menos Bien hubiéramos deseado poder entrar en mayores detalles á fin de dar mejor á conocer presentar los rasgos principales para iniciarla; creemos con ello poder dispertar en los aquellas ideas y este carácter; pero creemos que en el estado en que se - halla en nuestros industriales el gusto por aquella instrucción; y no hemos tenido otra mira, que ser á un mis- dias la instrucción artística, hubiera sido confundir el entendimiento de los jóvenes que en- mo tiempo útiles á la industria y á las bellas artes. tran en la carrera industrial con la misma fe con que algunos años atrás, cuando no exis- ¡Ojalá podamos decir un dia con toda la efusión de nuestra almas: se han verificado nues^ tian escuelas de este ramo, entraban por recurso en las carreras literarias. tros proyectos, se han realizado nuestras esperanzas! No queremos decir con esto que la instrucción artística se halle en mantillas; pero no ALBUM ENGIGLOPÉOIGO-PINTORESGO DE COLECCION DE DIBUJOS GEOMÉTRICOS Y EN PERSPECTIVA DE OBJETOS DE DECORACION Y ORNATO, EN LOS DIFERENTES RAMOS DE ALBAÑIIERIA, JARDINERIA, CARPINTERIA, CERRAJERIA, FRARICION, ORNAMENTACION MÜRAl, EBANISTERIA, PLATERIA, JOYERIA, TAPICERIA, BORDADOS, CERAMICA, MAROÜETERIA ETC. Con una serie de adornos de todas las épocas del arte, aplicables á varias secciones anteriores para la correspondiente aclaración y estudio de las mismas. Sección «le DECOE,ACION PARA JARDINES. ADVERTENCIA INTERESANTE. Cuando nos hemos decidido á presentar esta colección de Proyectos de decoración j^ara Pero como el propietario para proponer tales condiciones de modo que el constructor pue- jardines, no hemos tenido la presunción de ofrecer modelos á los arquitectos-artistas, sino da sugetarse á ellas, necesita atender á ciertas circunstancias; por esto creemos conve- poner al alcance de toda persona medianamente instruida ciertas ideas dignas de ser cono- niente hacer algunas observaciones, unas que conducirán fácilmente á tener en debida consi - cidas por los propietarios de edificios rústicos ó urbanos, que para deleitar la vista deseen deracion tales circunstancias, y otras para dar razón de lo que hemos hecho y de lo que he- embellecer sus fincas con objetos de poco coste, y puedan con buen criterio proponer las con- mos tenido por conveniente omitir por innecesario, para no entrar en detalles que están diciones de decoración á aquellos facultativos á quienes encarguen las construcciones de es- sujetos á una variedad imposible de ser prevenida. ta naturaleza, Al propio tiempo hemos querido dar á estos encargados una pauta con que En primer lugar hemos omitido proyectos de distribución de los edificios cuyas facha- poder conocer fácilmente el gusto de los que acuden á ellos, ahorrándoles de este modo el das presentamos, porque no es posible adaptarlos á las distintas exigencias á que es necesario trabajo que se han de tomar, muchas veces en vano y sin provecho, de trazar varios pro- responder. El estado, la profesión, lo mas ó menos numeroso de la familia, son circunstancias yectos de estilos distintos para someterlos á la aprobación del comitente. que hacen variar las condiciones déla distribución, hasta el punto de ser incómodo para unos El exámen de varios modelos hecho por este á sus solas y sin prevención de ninguna lo que es una necesidad por otros. Es inútil buscar ejemplos en comprobación de esta verdad, clase, halagará mas su amor propio; hará decidir mas firmemente la voluntad del que de- pues cualquiera echará fácilmente de ver, que la distribución de una casa para el recreo de see emplear el dinero para su solaz; y uno y otro propondrán las condiciones al constructor una familia debe ser distinta de la que debe tener una habitación para el que pretenda de— con mas satisfacción, aunque por mas no sea, que por haber podido tomar la iniciativa. dicarse al estudio lejos de las atenciones de ella. Por consiguiente el objeto de la habita- atendido preferencia, poder el comitente exigir las condiciones de los que vienen de la parte de las poblaciones; siempre es agradable un comedor con un pun- cioii debe ser con para responder á ellas. to de vista comodidad, poder el constructor pintoresco. y para de la distribución de las liabitaciones manifes- A hacer mas ó menos conveniente la orientación en el sentido lato en que hemos querido No creemos fuera del caso, al tratarse , conveniente la construcción de alcobas, porque fijan el destino de las liabi- tomar la voz, contribuye mucho la elección del punto en que deba levantarse el edificio, (ha- tar cuan poco es blamos taciones; muchas el aumento de la familia, la necesidad de mayor espacio para siempre con referencia á edificios no sugetos á la alineación de calles.) Una altura se- y veces hasta el mismo capricho de variar de temperamento, puede rá en muchos casos mas conveniente, que una hondonada; al paso que algunas veces la parte un bufete, estudio, etc. etc. y exijir cambio. Una habitación que puede ser escelente para el verano por mirar al nor- plana de un terreno podrá ser mas propia del objeto á que el edificio se destine, que una loma. un del incomoda el invierno; lo que en buena salud puede ser indiferente, puede Un punto hay mas importante sobre el cual debemos llamar la atención. Hablamos te, puede ser para construcción elevada en terreno vecino pue- revoque. La moda se ha introducido en esta materia, y la moda es una mala norma del cri- ser perjudicial en caso de enfermedad; y una circunstancias de la habitación mejor iluminada y de mejor visua- terio artístico. Cuando estuvo de moda el esgrafiado, las fachadas de los edificios fueron un de hacer cambiar las lienzo donde se espació el grafio de los malos dibujantes con alegorías y maliciosas represen- lidad. decoraciones á cualquiera distribución que se pro- taciones de género. Cuando el lujo exigió la pintura al fresco, la propiedad y conveniencia Y no se opondrán las que presentamos si bien nos alcanza que no es la planta de un edificio la que debe sugetarse á arquitectónicas se vieron muchas veces sometidas á la decoración. Cuando se ha generaliza- yecte, pues se ha mas mentir no han existido jamás, dando á las fachadas, sino que estas deben acusar la distribución, asi dar idea del destino del do el estuco, no se hecho como que materiales que de tal estencion la disposi- los esteriores la apariencia de mayor riqueza que á los interiores. ¿Porqué fingir piedras de edificio; sin embargo, ni bs proyectos que presentamos son que sillería donde ¿Y donde hay piedra de sillería ha de haber estuco? cion de luces é ingresos pueda fácilmente contradecir una distribución cualquiera, ni hemos hay mamposteria? porqué Por otra parte las fachadas de ¿á que viene suponer resaltos en un lienzo de pared como en una decoración teatral? ¿á que contado con plantas de forma irregular, sino rectangulares. marmol lo no es mas un revoque? edificios que ofrecemos en las adjuntas láminas pueden considerarse como lado mayor ó me- pretender que parezca que que puede aumentar ó disminuir el número de cuerpos del Razonada la decoración, y teniendo en cuenta los materiales de que puede disponerse, guár- nor de las plantas, en cuyo caso se dese armonía entre estos y aquella; y los revoques, esgrafiados y frescos, no sean mas que edificio según el tipo adoptado. no mentir. á un edificio un Inutil es advertir que tales fachadas pueden aplicarse lo mismo á edificios situados en adornos para enriquecer y caracterizar, protestos para Aplicar es res- el los situados dentro de las poblaciones, salvas las condiciones que para estos adorno innecesario, dar á este edificio un carácter distinto del que su objeto requiere , campo que en municipalidades; lo un particular podrá ponder á una idea irrazonada, es satisfacer á un mero capricho, es buscar una originali- últimos tengan señaladas las respectivas pues que dad no honra ni al la , ni al la hacer en el centro del terreno de su propiedad, quizá no pueda admitirse en la acera de una que que exige que aconseja. Hé calle, ó junto á las cunetas de una avenida pública. aquí cuanto creemos necesario hacer observar respecto de los proyectos que presenta- re- mos en esta sección. Lo demás añadir seria referirnos á proyectos de una im- La orientación es uno de los requisitos que deben ser muy atendidos en las casas de que podríamos del meridiano del pais, co- portancia mayor y que debemos suponer encomendados á artistas de reconocido niérito. Toda tanto creo; y queremos aquí estender el sentido de la voz, respecto dar á deben de estár sufi- de los aires dominantes en él, como respecto de vistosidad. Siempre las ha— advertencia que hiciéramos sobre ellos seria su mayor querer reglas quienes mo en debe el su confianza. La bitaciones de verano estarán mejor situadasml norte que al mediodía, asi como las de invier- cientemente al corriente de ellas, y quienes propietario depositar aquel punto. vSiempre los aires del monte artista. son mas estarán mejor en este que en puros que dificultad en este no estará mas que en saber elegir el no ESPLIC4CI0N DE LAS LAMMS. S.ámiiia Numero 1." Como puede verse, dominan en su decoración las hojas llamadas de agua, Puertas de Jardin. litamina 8, Números 1, 2, 3 y 4. Numero 2. Pedestal para estatuas, jarros, etc. Pared de cerca, Pueden utihzarseen su construcción así el mármol, como la piedra común, liámina Número 1 y 2. láámina 9, Números de 1 á 12 inclusive. •i» Fachadas de puerta de jardín con paso gentes de á pie Perfiles de para asientos ó y para car- canapes. ruajes. Números de 13 á 16 inclusives. ' . Números 3 y 4. Barandas ó antepechos balaustrados y reforzados con pilares. Fuentes-cascadas. Número 17. L·àiiiiiia 3. Números 1, 2, 3 4. Asiento adosado á la y pared de una terraza. Fuentes cascadas adosadas á la pared. Número 18. Puede utilizarse en su construcción la piedra toba ó pómez ó tosca. Barandilla ó antepecho calado. Iiámtna4, Números 1,2, 3 y 4. Tanto el proyecto núm. 17 como el de núm. 18 pueden considerarse ane- á la Casitas xos rusticas fuente se descanso, en la para depósito de utiles de labranza lámina. ó jardine- que proyecta ria, ó para jaulas de animales. Itáinliia lO, Números , 1, 2 y 5. liámiua 5, Números, 1 2. Casitas y para guardianes, descanso, baño, etc. Pueden Fuentes-cascadas, adosadas construirse de á una pared. mamposteria ó .sillería. Número ' Números 3 y 4. 3. Portal, rústicos, Casitas cerca y antepecho para iguales objetos, en construcción de madera, liamiua liámiiaa«, ti, Números 1 2. Números , 4, 2, 3, 4 y t y 5 Fuentes-surtidores. Puertas de un muro de cerca. Pueden utilizarse su construcción la Pueden piedra la construirse de toba sillería ó en ó tosca, mamposteria ó ladrillo común, y agramilado. el barro. Números 3 y 4. liániíiBu "Sí, Números 1 y 2. Faclfadas de casa con cubierta á dos vertientes ó de azotea. Fuentes-surtidores. Estilo griego. Pueden utilizarse en su construcción el barro, la piedra común y el már- Número 5. mol. Fuente adosada á un muro. liamiiia SI. Estilo griego. Fachada de una casa de recreo. liámiiia ±2 Números 1 y 2. , , Estilo churrigueresco. Fachadas de baños de recreo, ó para piezas de descanso. El número 2 pertenece al estilo arabe. L·àmina SS, Número 1. casa en solo Pueden construirse de silleria ó mamposteria. Fachada de piso bajo. Estilo romano: Ijámina 13. Número 2. Fachadas de casa de campo. Fachada de una casa con azotea. Estilo griego. La pared de cerca su entrada que en esta lámina y en las de los núme- y L·amiua S5. ros siguientes basta el 17 inclusive se figuran en la misma linea de las Pajarera, jaula. fachadas, deben considerarse como pertenecientes al muro de circun- Construcción de mamposteria en el cuerpo inferior, de madera en el su- valacion de la quinta, jardin, parque, etc. perior. Puede utilizarse el primero para criadero de animales acuátiles. liámina 141. Fachada de de Se supone situada en medio de un casa campo. estanque. Estilo romano. Iiámina S4l, Número 1. Fachada de una casita para descanso, baño de recreo, conservación de úti- liamina 15. Fachadas de casa de campo. les para la labranza ó jardines, ó para albergue del guardian. Estilo bizantino. Construcción de madera. liámiiia 16. Numero 2. de Fachada de casita descanso, baño de recreo, conservación de úti- Fachada de casa campo. una para Estilo gótico ú ojival. les para la labranza ó jardineria, ó para albergue del guardian. Iiámina 11. Iiámina 95. Fachada de casa de campo. Fuente-surtidor, Estilo plateresco, ó del renacimiento. Estilo árabe. Ijáinina 18, Números de 1 á 9 inclusive. Eiamina 96, Números 1 y 3. Plantas ó distribuciones de jardines al nivel de suelo y en terreno hori Fuentes-cascadas adosadas á un muro. zontal. Número 2. Iiámina 19, Números de 1 al 4 inclusive. Fuente monumental. Plantas ó distribuciones de jardines al nivel del suelo y en terreno hori Propia para colocarse en el estremo de una grande avenida de árboles ó zontal. en el centro de una gran plaza rodeada de vegetación, decorada con es- etc. Número 5. tátuas, jarrones, etc., Plantas ó distribuciones de jardines al nivel del suelo en terreno acciden Iiámina 91, Numero 1. tado con parque. Fachada de una casita en solo piso bajo. Estilo Iiámina SO, Numero 1. gótico. Combinaciones y plantas de ui? parque en terreno accidentado. Número 2. Fachada de una casita en solo piso bajo. Números 2 y 3. Combinaciones y plantas de un parqueen terreno horizontal. Estilo griego. \ ? ^f^ í Metros. I ^ 1 S 4 1 ^_4 f ? f L .R. Inv fPdmcs Catalanes Lit ds la UNION RamWa S.MoiucaNllO Barcelona. "F.'CAMPAÑAEdÜor. J. Giraud DECORACION PARA JARDINES. N! 2 '{^>if'V^S^ .ffli I Metros 'Palmos Catalanes Lü ÜNION , Ramila S^ Momea, N° ID, Barcelona. J. F. Campaña G iraud F' Edüor. DECORACION PARA JARDINES. N° 3 DECORACION PARA JARDINES. Si Metros Palmos Catalanes Lü; UNION Rambla S''^_MQiiica N°ID Barcelona J. T. CAMPAÑA Giraud F ' Eiik Metros ®P, ¿ra irjljf .'■'[ r^|^r?¡ÜSÍg|¿n1L^i| ■■•1 J' •. ...i'í :ÍBAT!lmJ4TijilÍÍÍt.L4ll^!a<^ilfan UNION Rambla. S""" Momea N^IO Barcelona. J.GiraudT^ ■ ?. CAMPAÑA Editor. PROYECTOS DE DECORACION PARA VARIAS ARTES. > L.R.lrn'. F. GAMPAÎNIÂ, YiL·tor. E. Bioco. lo iiltiililílli IMil F CAMPANA Ed' ito r. PROYECTOS PE EECÜMCION PARA VARIAS ARTES Lit. UMON RamLld Monic a, 10 , Bar c elona. J.Tigol lit. F. CAMPANA Editor. PROYECTOS DE DECORACION PARA VARIAS ARTES. Tí T-ni- Li! UNION B.amlila S'^ Momea N° iO. Barcelona. i ' " - F CAMPANA P,iüor J. s erra lit. PROYEGTOS DE DECORACION PARA VARIAS ARTES, N" 21. 1 2 ; 3 4 L YR. Inv. Lit: UNION Ramtla. .S'T Móiuca. N? 10 en Barcelona ' j T- CAMPANA EdiloT PROYECTOS DE DECORACION PARA VARIAS ARTES. N°22. 10 lÉlP8^lieP"11"1 in lli lli aB MM m 1P1 1íIí1®/Sf31 i ï í1ikPi| PW iHíH 7. CAMPAÑA Editor 1 S |SIHl JjJ 1 P1I mTÍSz lililí11 ¡RÜ^^(ÍPaÍÍI Ic^III^^ 11 12 ■ Ë€€iÉPÉ#à il' liMf li®" wMÍ iImÍIÍi T "D T Lil. UNION Ramilla S t.^ Momea N°10 , Barcelona. J Giraud F I .. • Lli-UNION Rambla S." Ménica WMO BARCELONA. J.&iraudP' L R Inv ' F.CAMPAÑA Editor. . PROYECTOS DE DECORACION PARA AARIAS ARTES CAMPAN PROYECTO?! IE DECORACION PARA VARIAS APvTES Lp .ÏÏRIOÎI Himblci Momea, 10,Sarcelona J. SemLil. Î. CMPANÁ Eiilor. PROYECTOS BE DECORACION PARA VARIAS ARTES Lit Umop.Ríipila S^.^Mómc6L Num" 10, BiTcelona. P. CAMPAM, Eaiior. AA'AAA'Á hi ÜIION^RamUa. MomcaUnOJARCELOM, J. Serra Lil. F. CAIPAM, Editor. PROYECTOS DE DECORACION PARA VARIAS ARTES ■IXWX^ Lii.UNIO\".Rsml)la Monica. K° TD Barcelona J". Serra Li h F. CAIiffAÍÍÁ EaPór. PROYECTOS RE REGORACIOH PARA VARIAS ARTES, 1" 33, r. CAMPAM, EditoT. liT, UNIO¥ Ramtla. Mònica BaTTia., J. Seira lit" rROŒOTOS DE DEICORACION PAM VARIAS ARTES 'N" 34 ALBUM ENGIGLOPÉDICO-PINTORESGO. Dlí COLECCION DE DIBUJOS GEOMÉTRICOS Y EN PERSPECTIVA DE OBJETOS DE DECORACION Y ORNATO EN LOS DIFERENTES RAMOS DE AlBAÑILERÚ, JARDINERÍA, CARPINTERIA, CERRAJERÍA, PCNDICION, ORNAMENTACION Ml'RAl. EBANISTERÍA, PLATERIA, JOYERIA, MARQUETERÍA TAPICERÍA, CERAMICA, ETC. Con una serie de adornos de todas las épocas dolarte, aplicables á varias secciones anteriores parala correspondiente aclaración y estudio de las mismas. 3-G-Q-0-e SECCION DE ORNAMENTOS VARIOS. OBSERVACIONES INTERESANTES. Esta sección aunque lleve un título que á primera vista parezca de aplicación indeter- sin esfuerzo, con naturalidad sin minada, magestúoso tanto de respecto del material y pretensión El corte como de las formas, ninguna afe- sin embargo tiene especie. su especialidad minado y mecánica de los el adorno y se refiere á ropajes, con ramos particulares de la industria incongruente á los cuales y aplicado la el arte tiene aplicación muy in- impropiedad, riqueza faustosa enfática desdicen del uso á mediata. la La y vestidura especialidad de sacerdotal esta sección está consiste que en las destinada, re- ropas de uso de la Iglesia católica, y y bajan el carácter del ministerio ue el debe vestirla. en las vestiduras sacerdotales: los q ejerce que ramos^de industria á que se refiere deben por consiguien- Este mismo carácter simbólico hace te ser el del tejedor de tisúes, brocados que el arte halle en tales vestiduras una y otras estofas; el del casullero, bordador aplicación y pasamane- mas inmediata á las industrias referentes al ro y basta material el del formas de sastre,si industria y los esta no ha de ceñirse al mecánico corte de los ropajes, trajes moder- aplicación apesar de la que avidez buen deseo con se ha nos, sino á y nunca ha conocer la naturaleza y calidad de que toda clase de pretendido hacer, sido á lo tejidos y cortes saber hecha, para dispo- menos entre con éxito ni con ner artísticamente nosotros, feliz, todas las toda clase condiciones de estéticas las han de necesarias. ropas, ya que servir para cubrir el cuerpo del Pero no se crea que al ceñirnos á las hombre, las vestiduras han de sacerdotales ya que adornar y cubrir el interior demás de los edificios. necesarios Es fuerza y advertir paños para el culto, consideremos las observaciones sobre aqui que en este sentido que ellas estos dos que no tienen usos de las ropas constituyen vulgarmente dos distintas hagamos in- aplica- clon al traje en general, y aun â toda clase de dustrias, la del ropajes; antes al sastre la del tapicero. Con la del contrario, estamos sastre entenderse intima- y podría también la del mente persuadidos de siendo los tapicero-, en la del que los tapicero podría ir paños y ropajes sagrados mas comprendida también la del inmediatamente casullero. Sin que embargo la pueden admitir la costumbre ha creido aplicación del arte conveniente por las razones hemos de mas crear especialidades en la que industria indicado, del ningunos sastre, y ha de- que de ellos mejor podran deducirse jado denominación principios mas sólidos ni hallarse esta solo para el mas constructor de reglas inconcusas ropas de uso común llamando casullero la para ai aplicación del arte al traje en general. que construye las ropas y trajes para el culto divino, asi como se llama tapicero al que dis- No creemos que se tome lo pone las por acabamos de colgaduras paradoxa que y cortinajes para el adorno de los edificios. decir, porque nadie podrá ne- gar que en el traje con que el hombre cubre su Por cuerpo, lo mismo en los edificios poco que se fije la atencion_ en lo que deben ser las se vestiduras que sacerdotales, que- se construyen para ponerse á cubierto de la en hallará defensa de que en ellas domina intemperie simbolismo y especial cualquiera ene- un y un fin mas grande súblime el agresión y que miga, hay una progresión de importancia artística, una escala desde las que puede altas reconocerse en los trajes de uso común, deben estar exentas de lo regiones de la y que que en es- belleza á las mas materiales y positivas esferas de la utilidad: tos preside, esto de la volubilidad de la moda del y del mismo modo es, y capricho entre y halago del sentimiento de los que edificios, el templo ha sido el símbolo mas fiel de las debiendo creencias de vanidad, no buscar los un efecto vistoso deslumbrador sino razonado pueblos, como la vi- y y significativo viendaha sido la espresion mas clara de su bienestar material; en la esfera del traje, la ves- / tidura sacerdotal, analogia incontestable, responde al culto que aquellas creencias La fabricación de estofas incapaces de admitir el menor plegado, la aplicación de borda- por una la vida animal las tareas á duras puedan obedecer al caido del mayor de los pliegues, ha sido la causa de la mu- exijen, como el vestido usual pone á la vista las necesidades de y que no subvenir á ellas. tilacion de muchas de las partes de que se compone la vestidura sacerdotal, ha dejado sin que el cuerpo está condenado y para Por otra parte pareceríamos probablemente demasiado vulgares si de la g-eneralidad á significado una infinidad de ceremonias que el ritual handmitido, tales como el levantamien- sencillas observaciones debemos circunscribirnos, pasásemos á detalles que solo de las vestiduras del celebrante por los asistentes en ciertos movimientos de genuflexion y que en unas tratado sistematizado estenso de aplicación del arte á toda forma, podrían parecer de alzamiento de las en un y especies consagradas. En una palabra puede decirse que el barroquismo, razonados. Los casulleros, tapiceros y sastres, los tejedores bordadores y pasamane- no contento con mutilar fraccionar y desnaturalizar las formas y partes decorativas del edi- lógicos y podrán sacar de nuestras observaciones ideas que en el ejercicio de su profesión, podrán ficio ros religioso, quiere hacer otro tanto con las formas y decoración délas vestiduras que el serles de utilidad no caer en las estravagancias que por lo regular salen de algunos ta- culto para exige. el ha de dar á la es- lleres relativamente á las vestiduras sacerdotales, á las de aquellos funcionarios públicos en Si la naturaleza del traje debe ser la flexibilidad ¿por qué tejedor la gravedad del cargo no permite la admisión de todas las formas que la moda se ce a tofa que aquella tupida entereza que impide toda clase de movimientos? ¿porque el bordador ha introducir, á la combinación de colgaduras, y á la aplicación de adornos de naturaleza de dar á sus adornos en aquel envaramiento que impide al tejido la ondulación y el plegado, pre- bordados etc. sentando á la persona que viste aquel traje mas bien como un maniquí sin movimiento que análoga como son franjas, flecos, de la mas de las ceremonias? Es se ha confundido En esta atención veamos aunque rápidamente, los principios que en nuestro concepto como un ministro encargado augustas que deben reinar la aplicación del arte á las industrias que se refieren al material y á la forma la vestidura con el tapiz, y se han aplicado los en principios que han servido de guia para la fa- délos ciñéndonos á las vestiduras sacerdotales y tapices que el culto divino exige. bricacion ó bordadura de un frontal paños, por ejemplo, á la fabricación de una casulla ó de una capa del material lo primero debe examinarse: en seguida el objeto á de coro. Las rúbricas de la Iglesia siempre se refieren á vestiduras La naturaleza es que holgadas y rozagantes, la obra está destinada: por último que decoración admite. Del conocimiento de estas cir- y es anticanónico todo material que no corresponda á esta prescripción, y toda forma desna- que custancias podrá deducirse indudablemente la armenia entre el objeto de la obra, la forma turalizada de la que se adoptó en la época de la Iglesia primitiva. le conviene el material de que debe construirse. Sin embargo, ni vemos que los que fabrican las estofas, ni los que cortan los vestidos, que y antes de una El rubor obligó á los primeros padres á cubrir la desnudez de su cuerpo: la intemperie fue ni los que los adornan se tomen la molestia, emprender tarea, de preguntar á per- ni vemos mas exijente que el rubor: el prestigio todavia pasó mas allá é liizo uso de un simbolismo mas sonas intelig-entes y celosas del lustre de la religion que profesan; que, generalmen- les mas te les hagan corregir los desaciertos en que incurren. Es que las teo- ó menos acertado pero necesario: y la vanidad y el orgullo añadieron cuanto pareció hablando, haya quienes son miradas con desden los debieran ser mas de su ob- faustoso para producir efectos sorprendentes. El rubor, la intemperie y el prestigio, son tres rías del arte por que apasionados materia de ropajes, marcan este mismo orden con que los hemos nombrado, servancia en favor del mas por grande principio de la civilización; es que no se conoce todavía la palabras que en de nacimiento, adelanto perfección: el orgullo marca indefectiblemente el de de- importancia de las Bellas artes en la marcha de la civilización; es que hay sobrado amor pro- ps períodos y de duda los trajes se usan han sido hijos de este amor al faus- pió para creer que hay mucho que saber mas allá del saber del mas sabio: es fin cadencia. Sin género alguno que y por que del mismo modo esta misma circunstancia es la que ha adulterado muchas vestiduras el afan de lucrar to, que impide á la mayor parte de los jóvenes operarios estudiar, si no para desar- origen respondieron completa y dignamente al objeto á que estuvieron destinadas- rollar su genio, para adquirir el criterio suficiente á fin de saber lo que se ha de hacer y lo queen su Pero cualquiera que sea la circunstancia que haya presidido en la adopción de una ves- que se ha de evitar. tidura, cualquiera que haya sido el sentimiento que haya movido á adornarla y enriquecerla, Esta ignorancia hace que el tejedor aunque muestre su habilidad en la mas dificil com- puede que se haya querido impedir al hombre los movimientos naturales binacion de una suponerse labor;, q)resente estofas de aplicación indiferente y solo para llenar una ne- nunca para el ejercicio del ministerio á que haya tenido que dedicarse, sobre todo si en él hay actos cesidad del traje usual; que el casullero escoja indistintamente una tela que fué fabricada solemnes los cuales, como es sabido, cualquiera contratiempo puede hacer decaer, por in- para un trag-e de baile, y le corte y le aforre para una capa de coro ó una dalmática; que el en significante que sea, lo augusto y digno del ceremonial, los de una como porque de otro modo la vestidura ca- bordador llene de recamos de gran realce compartimentos casulla, dejándola recería de las circunstancias necesarias para responder al objeto á que se la hubiese destinado. acartonada; y que el pasamanero sin interpretar el significado de una franja ó de un fleco, De aqui deben precisamente deducirse los principios que en k construcción de vestiduras sa- cargue de un peso desmedido de bellotas de madera un cortinage, quitándole el bello caido cerdotales deben reinar, y cuya inobservancia ha producido formas adulteradas y el uso de de sus pliegues. adornos incongruentes é impropios. Es verdad que se hace uso de símbolos en el bordado de las vestiduras sagradas; pero entre la multitud de objetos simbólicos que representan, se hallan no pocos que tienen un ori- este material haciendo no en los forros de dalmáticas gen hasta anticristiano poco papel casullas, de coro. y que solo la rutina ha y capas podido introducir, copiándose de las épocas en Si está admitido dicho material una clase de las detalles ó que ideas para accesorios bien admitir- paganas, destruyendo los verdaderos pudiera principios del cristianismo, quisieron to- se para otra, en gracia del mismo simbolismo. mar un carácter que no les era propio, y servir al arte del mismo modo que le sirvieron en Un artista inglés ha escrito otro concienzudamente tiempo cuando sobre dominaron contemporáneo,Pugin, que la res- en el mundo otras creencias. tauracion del arte cristiano, tomando la divisa: Entre los y Domine, dilexi, decorem, domus errores tuce, ha que respecto del material merecen ser censurados, no es el de menor atacado las ridiculeces que bajo este se dice las albas importancia el de pretesto tejidos permiten algunos, uso que pueden que por su naturaleza tienen un mérito demasiado mundano, embellecerse con ricos sobre todo en las fiestas desdiciendo adornos, del carácter inmediatamen- que deben solemnes, tener las vestiduras aplicándoles sacerdotales. El uso de encajes, por te sobre la orla del faldamento en la anterior sobre las ejemplo, en las muñecas albas ha parte sobre el se introducido y de posterior, tal y modo, que muchas pe- de estas vestiduras se com- cho unas piezas de rica estofa, de oro de forma ponen de lo dicho material tejidas y rojo y cuadrada; que simboliza las en sus dos terceras partes, de manera que apenas conservan del ma- cinco terial llagas del Señor sobre su Quizá esto sea de reminiscencia de que canónicamente cuerpo deben puro. ser hechas, la aquellas piezas parte mas visible que es el faldamento- bordadas que se ven sobre la orla de los mantos La trasparencia del bizantinos, y que fueron encaje hace se- perder á probablemente aquella vestidura la tersura que tan bien con- ñal de autoridad. No nos en cuerda con el simbolismo halla empeñaremos asegurarlo; pero es se nos que se en el mismo tampoco posible nombre que que lleva; al paso que tiene un ca- la cuando es sabido las formas de las rácter afeminado ataque conjetura vestiduras sacerdotales estan que cuadra que to- muy mal con la gravedad del ministerio y la solemnidad de lo=! madas de los de mas gala de la corte bizantina. actos de su ejercicio. Una alba lisa, de hilo puro, cayendo holgada y naturalmente hasta bs Pero dejemos estas cuestiones nos demasiado del á en pies estas ob- en pliegues ligeros,es que apartan objeto que mas conforme á las tradiciones de la Iglesia, y á su simbolismo es- servaciones debemos limitarnos. pedal de la pureza de conciencia que se requiere para celebrar tan augusta ceremonia Lo propio que decimos de las vestiduras sacerdotales decimos délos vestidos se y de lo mucho padeció Jesucristo Podas que po- que en su pasión. la llamaron los griegos á esta nen á las imágenes, sobre todo á los de la Virgen Santísima. El lujo del siglo XVI vestidura fué el porque llegaba hasta cubrir los pies: Tunica linea que la llaman muchos al alba: De adulteró la modestia y la santa sencillez de las vestiduras alba sagradas, y en sus delirios vistió me domine, et manda cor memi, nt in sanjuine agni dealbatas, gaudiis prefaar sim- á las imágenes con los trajes de las damas de la corte, en sus piternis, dice el sacerdote al revestirse el alba empaquetadas briales, para ir á celebrar bajando el sacrificio de la misa. en redon lo hasta los pies, mientras dió una forma mecánica á las capas de coro á las Algunos y ual- quizá por alusión á estas espresiones, han dicho que el alba puede estar orlada en su maticas, mientras mutiló las casullas, dió á las estolas inferior y manípulos mayores dimensiones parte con dibujos de color rojo bordados con lino; pero esta materia y textil tal vez no formas angulosas y prolongó las mitras de los ol^ispos hasta una altura conserva por mucho ulti- tiempo este color chocante; toda por en su entonación, y esto podria inducir á usar mas mo ya he dicho hizo con las vestiduras lo habia hecho convenientemente que la lana sagradas tal que con la para bordadora. arquitectura cristiana, las desnaturalizó; si no les dió formas les dió Hubiéramos y todo el dicho paganas, carácter mundano que también podria echarse mano del algodón, si la tradición favo- que fue reciese la posible. idea; pero nos arredra la cuestión que existe acerca de la identidad de este material Una vestidura del bisus holgada de y rozagante un habla plegado natural de indicar todos y que se en los escritos de la y susceptible Iglesia primitiva. Parece que en aquella épo- los movimientos de la persona que le viste ¿cuanto ennoblece á esta ca se dió también al alba el nombre de biso ó bisas persona, cuanto contribu- por razón del material de que estuvo cons- ye ádar solemnidad á todo acto? Cuanto menos formas mecánicas se truida, echen de ver como le han llamado en las ves- también tunica linea porque era de lino; y se ha querido decir tiduras sacerdotales mas el bisas dignos sino parecerán. Las el cogullas de ciertas ordenes monásticas que no era algodón, otros que era la seda y otros las'^^arbas de (pres- cierto maris- cindiendo de la adulteración en nuestra cria las que época haber tienen una CO que se en aguas de levante. tenido) No resolveremos pueden la cuestión, mages- porque seria lar- tad imposible de ser aventajada por el tarea, de traje mas recamado del XVI. El ga y agena este lugar. Si debió ser de lino siglo pudo sayal no ser de algodón, al y capilla propio del capuchino ¿cuan venerable no hacia al le llevaba? El manteo de nuestro clero tiempo que se sabe que hubo albas que de seda; y de todos modos nunca podremos admitir ¿cuanta que mayor nobleza no tiene que la sotana del clero francés? Y si las la pesca del marisco duce el material á actualmente exageradas dimensiones que pr que se da el combre de bisus, que en el siglo procsimo pasado se dieron al sombrero de teja no le hubiesen pudiese proporcionar suficiente ridiculizado, el cantidad de estas fibras textiles para las albas de los sacerdo- traje usual del clero e.spañol seria el mas tes de solo propio obispado. Sin para una clase como esta, de la mas no- un embarg-o encargada no hallamos razón suficiente para excluir el algodón ble de las misiones que el hombre puede proponerse en esta de vida, la accesorio del de moralizar alba,cuando ci- un vemos que en las vestiduras sacerdotales se usan estofas y que vilizar escudándose en la fé á la conciencia. En llevan y algodón, si dirigiéndose un folleto reciente- iio en .su trama, en su urdimbre, si ni ni hemos publicado y en una en otra, visto á mente en esta ciudad, hablando de este traje hemos leido una idea que nos place repetir. Dice que es grave por lo talar, y simboliza la protección de la Iglesia y el amparo de la reli- J Sin embargo nosotros,eii la necesidad de acomodarnos á las ideas dominantes en nuestro gion en lo holgado del manteo. \Guan Men se réconcilia, añade, una alma contrita à los j pais, no nos hemos atrevido á separarnos de lo comunmente admitido, á fin de que no se nos en favor de esta res- jñes (leí confesor cuan significativo es que el confesor acoja alpenitente en su regazo y le en- trate de innovadores, cuando no somos mas que celosos artistas cristianos vuelva sumanto\ tauracion. Por esto nos hemos espresado con el lápiz con los lineamentos con que actualmente co- Mucho pudiera decirse sobre una materia tan poco trillada como esta, y no poco puede nocen los industriales á quienes nos dirigimos en estas observaciones; y en la convicción de deducirse de lo hemos indicado estas observaciones; ni nos es permitido entrar en que estos lineamientos y estas formas se alejan de las condiciones del arte no siendo lo que en pero que exámen extenso de todas las cuestiones podríamos someter al escalpelo de la discusión, conviene ni al lustre de la religion ni al decoro y exteriorizacion de la iglesia militante, he- un que estu- ni creemos á nuestros lectores tan ignorantes de las teorías del arte que no puedan deducir las mos ester.dido estas observaciones como voz de alerta para que otros mas detenidamente legítimas consecuencias y remontarse á los verdaderos principios. Y si alguno de ellos carece dien las cuestiones,las mediten, las ventilen, y mas autorizados que nosotros, procuren refor- lo solo de tales conocimientos, • tenga al menos la aplicación y paciencia suficientes para meditar so mar lo que el abuso ha adulterado; con lo que impedirán que de abuso en abuso que bre lo hacemos indicar en estas observaciones; y si tiene talento, no mas que se concreta ahora á lo exterior, no invada el santuario de las conciencias que no mas que y corrompa los co- mediano, se penetrará de nuestras ideas y abrirá los ojos á una luz mas clara y mas fija que la razones mas puros y despreocupados. que hasta el presente deberá haberle iluminado; y no obrará ya por puro capricho, ni por so- lo obrar, sino que partiendo de unos principios .filosóficos, y levantando su pensamiento sobre bases sólidas, hallará razones convincentes que le defenderán contra la censura mas severa. Por lo que á nosotros hace no cesarémos de aconsejar á los industriales á quienes nos dirigimos en esta sección, el estudio de los monumentos de la antigüedad tales como las vi- fletas de los misales, las vidrieras pintadas,les fragmentos de vestiduras sagradas que se han conservado en algunas, aunque pocas iglesias,y las imágenes antiguas que se conservan en las mas recónditos santuarios donde no ha alcanzado el prurito de innovar que en las pobla- clones de grande animación se ha introducido, ó á lo menos si no se ha innovado habrá sido i bien por amor á la tradición bien por falla de medios. Pero al aconsejar este estudio no aconsejamos la copia exacta,porque seria negar al espí- ritu humano su tendencia hacia los adelantamientos, aconsejamos sí que se procure restaurar, ! á estas observaciones debemos decir acerca de los tejidos á' punto no las formas sino el carácter; y en tales modelos se hallará un manantial mas inagotable Como que 1 apéndice algo cuales modelos de distin- en todas las muestras de las fábricas modernas nacionales En ellos al realce al de y estrangeras. se hallarán | de malla,bordados y punto tapiz parales presentamos observadas la del tos estilos en la lámina 10 de esta sección. por analogia el simbolismo y prácticas del blason que prohibe aplicación j Unos y otros forman uno de los accesorios mas importantes del traje de las mujeres. metal sobre metal, y del color sobre color,regla que aunque parezca convencional,no es sino de ¡ estrictamente observadas las rú- No nos ocuparemos del mecanismo de los distintos géneros porque no nos incumbe; so- armonía,y cuyo efecto nadie puede disputar. En ellos vemos artístico cada uno de escos de ellos bricas de la iglesia sobre los cinco colores canónicos los cuales tanto domina el simbolis- lo podemos detenernos en el efecto que producen g'éneros,y en hacer la á esta clase de mo místico; hallando en el Manco la pureza, en el rq/'o la ú-verde la podran sacarse los principios necesarios para aplicación trabajo, ya caridad, en esperanza de los bienes celestiales, en el morado la tribulación y la aflicción, y en el negro el llanto, la del telar, ya de la hábil mano de la costurera ó bordadora. El dibujo geométrico y las formas de los mortificación. vegetales llevadas al mas elevado punto de tristeza y la á las formas geométricas es lo que conviene ála randa y al bordado en cual- Esto han hecho algunos aunque pocos industriales belg'as,montando telares para la fabri- aproximación distinción debe cacion de brocados, brocateles, tisúes otras estofas de uso especial de las iglesias, según los quiera de sus generes; si bien no podemos menos de hacer alguna que y Veamos estas distintas clases. modelos canónicos, dándoles un sello de magostad religiosa que en vano podrán disputarse deducirse de la clase de labor que se ejecute. pues hechos á la mano ó otras fábricas mas acreditadas de Europa por sus trabajos para ropas de salon. Y han Hay el punto de malla ó randa sobre el cual no se figuran dibujos opacos sobre los cuales se realzan los hay tejidos cuadriculares detenido en la cualidad, y adorno del material sino que han marcado el corte de todas las ves- tejidos; hay tejidos opacos dibujos: sirven de á una costura de punto de ta})iz. Las labores que se refieren á lapri- tiduras á fin de no dejarlo al arbitrio del casullero. que esqueleto % mera clase solo admiten con propiedad dibujos monocromos, sin mas contraste que lo mas ó piz como un objeto de decoración de las ú otro menos tupido ó lo ó paredes mien- mas menos calado de los cualquier accesorios: paramento vertical, las que se refieren á la lo seg'unda so- tras la alfombra tiene un carácter admiten propiedad pavimental, si se nos esta con dibujos que en la variedad permite espresion, de que puede planos, den mas ó menos idea del mo- también á la delado aplicarse de de los mueble. En esta misma consideración tam- objetos: Las plataforma que se refieren la cualquier á tercera dan idea de una simple combinación de poco admitir en la alfombra la colores,si bien podriamos representación de objetos que real ó alg·unas veces se han combinado las labores aparentemente con de la seg'unda clase y lian ofreciesen una accidentacion á sentado pre- objetos coloridos que perjudicase la idea de sustentación deben tener. Asi en relieve terciopelado. Las que primeras labores tienen analogia con los por ejemplo: el tapete de una mesa dibujos llamados comunmente que las representase un paisaje no seria etruscos: segundas tienen propio, por que analogia con los bajos relieves: tendria la las jiaturaleza del no sino al de terceras tapiz y responderia objeto la alfombra. pueden llegar á constituir una verdadera pintura, si el abuso de los medios de Por último no podremos menos de al trazar los pueden los disponer olvido aconsejar que dibujos labores de que y un del destino de la obra no desnaturalizan para la aplicación que el arte primera puede y segunda clase, se tenga muy en cuenta el objeto á que la tela ha tener. de servir, á fin de responder á todas las condiciones de este Decimos objeto. Cuando la tela deba sufrir esto todas las mo- respecto del tercer género de labores,porque suele confundirse el tapiz con dificaciones de un el la alfombra. caido, Mientras el plegado dibujo tapiz debe considerarse puede quedar confundido si nose acomcda á este como una pintura por juxtaposicion de ma- sus dimensiones su teriales, la alfombra plegado, ya por ya por combinación: cuando la tela haya de sim- no puede ser quedar mas que una combinación armónica de colores en espacios plemente estendida, la minuciosidad dominar en los ó detalles. mas menos geométricos. Todo alarde puede de relieve ya aparente ya real que se haga en la al- De la misma manera nunca un bordado en realce fombra, la sus desnaturalizará; todo relieve aconsejarémos que por grandes que se presente en un tapiz quitará á la representa- ó su á la cion espacios por tupidez pueda de la pictórica todo lo tela, de otro mo" querrá darse á la perjudicar plicabilidad escultórica, sin porque que se dé por esto al elemento esculto do se tendrían demasiado á la vista las rico del toda la llamar la aten- grandiosidad que se habra pretensiones bordado, pretendido darle. Sabido queriendo es cuanto pueden neutralizar- cion como lo no se los á efectos mas al efecto de relieve principal que podria aspirar de un accesorio ó de un un con el color, del mismo que modelo que por medio de una buena com- adorno. binacion de colores simple pueden ayudarse los efectos de las formas puramente geométricas pero no Estendernos mas sobre esta materia seria escedernos de los límites en las orgánicas. Sin nos hemos embargo el talento im- y la practica en esta clase que de combinaciones pue- puesto. Creemos suficiente lo que hemos den dicho desmentir para llamar la atención acerca de la nuestras ideas, otra parte sentamos propiedad que por no como principios sino como pre- en los dibujos para labores de toda clase en todo de sentimientos, genero estofas; los hombres porque consideramos de muy dificil consecución la dejando para perfecta armenia en esta clase especiales en el ramo el desarrollar estas ideas, su corrección de y aumento á trabajo. fin de que ni el di- de bordados de obrar con No ni podrán sin bujante tejidos y deje conciencia, el ni tildarse la bordadora embargo de hallen inoportunidad tejedor nuestras observaciones desde el mo- obstáculos que vencer en la ejecución de los se inento en que demos le la fin razón que nos ha en esta movido dibujos á hacerlas. que ofrezcan; En efecto y haya por consideramos el ta clase de trabajos, novedad sin faltar á los derechos del arte. ëspligàgion de làs lMxs correspondientes k LA SECCION DE ORNAMENTOS VARIOS. liániBua t. Aunque estén cubiertas con material tejido, sin embargo la necesidad de Números 1 2. tenerla consistencia y entereza necesaria para impedir que los corporales é bi" y Casullas. Parte posterior. juela se ajen ador- y tomen distintos dobleces hace que en su construcción y no Se puedan observarse distintas reglas que para las vestiduras. Asi el borda" presentan por mitad. en ellas combinacione® El fondo se supone de raso ó terciopelo de uno de los 5 colores canónicos do puede tener mas relieve y pueden representarse mas análogas á la indole de un bajo relieve. que hemos indicado en las observaciones. El proyecto de núm. 1 se supone bordado: el de núm. 2 puede ser galoneado; de modo que en cuanto á la Números 8 y 9. forma nos referimos á la industria del casullero, en cuanto al adorno, ya á la Hijuelas. del fino bordador, ya á la del pasamanero ó galonero. Deben ser, lo mismo que los corporales, de lino blanco y muy tupido. Números 3 4. Las dimensiones de los corporales no pasan de media vara en cuadro: lo ne- y cesarlo cubrir el ara. Casullas: parte anterior. para El bordado que llevan no debe tener relieve, á fin de que la los patena pueda Ademas de cuanto bemos dicbo en la esplicacion de núms. anteriores, las bemos dado las observaciones recoger todas las partículas que puedan desprenderse de la hostia. deben tenerse en cuenta razones que en pre- las formas inconvenientes ban da- La hijuela debe ser la novena del corporal. liminares de esta sección parte acerca de que se do á estas vestiduras sacerdotales, con el objeto de responder á una comodi- Números 10,11,12,13,14,15. 16 y 17. dad mal entendida que les ba quitado toda la magostad que es necesaria. Pre- Dibujos para galones. sentamos pues esta forma no como tipo, sino como caracteristica de nuestra L·àmiíia época. Todas las observaciones hechas respecto de todos los objetos contenidos en la Número 5. lámina anterior deben tenerse presentes en las que forman la que ahora es Manipulo. pilcamos. S in embargo el galoneado no puede tener aplicación alguna á estas En este proyecto puede verse la forma caprichosa que suele dársele. Se mu- casullas. tilan unas vestiduras por comodidad, y vemos que se aumentan las formas de Número 1. otras de una manera que no está conforme con la tradición, ni con esta mis- Casulla: parte anterior. ma comodidad. Esta forma potenzada no puede tenerla un objeto hecho de 2. un material tejido, pues el uso puede bien pronto rollar sobre si mismos los Número ángulos salientes que el objeto presenta. Manípulo. Números 6 7. Número 3. y Bolsas de los corporales. Bolsa de los corporales. Número 4. Número 2, Hijuela. Casulla Parte anterior. Número 5. Número 3. Casulla; parte posterior. Bolsa de los corporales. Número 6. Número 4. Bolsa de corporales. Casulla: parte posterior. Número 7. Números 5 y 6. Hijuela. Hijuelas. Números 8, 9, 10,11,12, 13, 14 y 15. Números 7, 8, 9,10,11,12, 13 y 14. Dit)ujos para galones. Dibujos para galones. JLámina 3. l<ániina d* Números 1 y 2. Tenganse aqui presentes las observaciones hechas Dalmáticas. segunda. Suelen presentarse las mangas de las dalmáticas sin cerrar Numero i. por la parte in- ferior, quedando como simples hombreras, lo que ofrece un Casulla: parte anterior. espectáculo bien poco digno, viéndose una parte de la vestidura sin destino ni significado, col- Número 2. gando como un girón. La dalmática debe ser entera, esto es, en forma de tú- Manípulo. nica con una abertura á cada lado para no causar impedimento al andar, y con Número 3. mangas anchas hasta la mitad del antebrazo. La de numero 1 tiene Bolsa de los corporales. dibujos de la época del renacimiento: la de numero 2 los tiene de estilo gótico. Numero 4. Número 3, 4, 5 y 6. Hijuela. Dibujos angulares con distintas Numero 5. aplicaciones. Los de numero 3 y 5 son de estilo del renacimiento. Casulla: parte posterior. Los de números 4 y 6 son de estilo gótico. Número 6. Numeres 7 y 8. Bolsa de los corporales. Cuellecitos para las dalmáticas. Número 7. liámiiia O. Hijuela. Capas pluviales y de coro. Números 8, 9,10, 11,12,13,14,15 y 16. Se presentan por mitad. Dibujos para galones. El proyecto de número 1 tiene dibujos de estilo gótico: el de numero 2 de tilo es- bizantino: el de numero 3 liámina del 4. renacimiento: y el de numero 4 de estilo churrigueresco. Las mismas observaciones que en la lámina 2. liámina 9. Número 1. Numero 1. Manípulo. Parte de una capa pluvial. Número 2. Números 2 y 3. Mitra con uno de sus ridimículos. Mitras y sus redimículos. Es de la clase de las llamadasóadornadas con piedras preciosas. Pertenecen á la clase de las frigiatas. Vease n." 2 lám. 7. Debe procurarse que el fondo de las mitras sea blanco, símbolo de la pureza; Numeres 5 y 6. Numero 3.. Frontal. Gremial. Los adornos que lleva el de num. 6 son de estilo bizantino: los que lleva el liáiiiina 8. de núm. 5 son de estilo plateresco, Números 1 y 4. liámiiia 9. Pendones de cofradía. Números. 1, 3, y 4. En el dia se han desnaturalizado, viniendo á ser, como puede verse en estos Doseleras de palio. dos modelos, un cuadro pendiente de una asta. En esta consideración pueden La de numero 1 lleva adornos de estilo gótico: la de mimero 3 y 4 los lleva admitirse perfectamente los bordados de toda clase, toda vez que la entereza del de estilo churrigueresco. paño es en cierta manera una condición necesaria. Pero si el pendón conser- Números 2 y 5. vase su primitivo estado, consistiendo su paño en una tela mas ó menos rica, Paños de palio. terminando por la parte inferior ya en dos puntos ya en forma curvilínea, en- Se presentan solo en una 4.' parte.. tonces seria preciso evitar todo recama ó adorno que pudiese impedir la íluc- El de numero 2 lleva adornos que pueden calificarse de estilo gótico, el de tuabilidad. numero 5 los lleva de estilo churrigueresco. No entraremos de lleno en la cuestión acerca de la mayor propiedad del pen- Números 6 7. don en forma de cuadro, cual le y presentamos nosotros, ó en la forma primitiva; solo dirémos; que el significado del pendón Frontales. es en la iglesia la convocación y alistamiento debajo de él para un fin religioso; que el poder ondear libremente JLáitftina 10. al ayre parece que indica mayor espiritualidad, mayor fuerza de atracción, Dibujos varios para tejidos y bordados, encajes etc. mayor espontaneidad; mientras que la fijeza de un cuadro y su entereza solo Los de números 1, 4 y 7, son de estilo gótico: los de numero 2, 5 y 8 de puede ser un emblema titular de un cuerpo. estilo plateresco: los de números 3, 6 y 9 de estilo churrigueresco. ORNAMENTOS VARIOS. N° 4, L.RIuv. Lil; UNION Ramtla Momea no. BARCELONA. E.CAMPAÑA Edilor. J Giraud F' ^/'J'AN " fS AMV/ IjíM H ni 'JM ' M /Jj AA' i\l\h -v\/v\,\ AAA. ANiW W W AM 'VA/'W '.A ' ' Ay^v/>' AA/>J\ /y>/- /an ^■· So Cent Palmos Catalanes Lit; UNION Rainl·la Sl? Monica N°10 Barcelona J. GiraudjTÍ' F.CAMPAÑÁ Editor. - ? » A % • ñ: a ií^'yí-ií- ■■ -^. •»-„ it: ■'■ii'i'fr if"' : ;v *' i'^ :n- : i .-rSju: m ' - ■■- - :.v:'vv^·:■. 4^>. ' 'W'k '■ 'i¥'- • ..pi-i: ■' ' s :-^ r>, . if 5^4,. Yin Propias especialmente del estilo churrigueresco. Propios especialmente del estilo churrigueresco. Utiles en particular á los alarifes, alfareros, tallistas, estracistas, fundido- Utiles en particular á los alfareros, tallistas, estracistas, fundidores, mar- res, marmolistas, canteros, vaciadores-yeseros etc. molistas, canteros, plateros, vaciadores-yeseros, y cinceladores. liámina 30. Números del 13, al 15. Números 4, 5, y 6. Balaustres. I/Iiu Fitarias. g UI/IÜU • Propios especialmente del estilo churrigueresco. Utiles en Propias especialmente del estilo churrigueresco. particular á los alarifes, alfareros, Utiles particular á los alfareros, cinceladores, Números 3 4. en tallistas, estracistas, fundidores, y mar- carpinteros, Utiles en particular á los alfareros, tallistas, estracistas, estracistas, fundidores, mar- estucadores, fundidores, marmolistas, canteros ó molistas, canteros, plateros, vaciadores-yeseros, torneros etc. ros , plateros, rejeros, tallistas, picapedre- Ojos de molistas, canteros, plateros, vaciadores-yeseros, bordadores y cincela- vaciadores-yeseros, buey. etc. dores, etc. Ijáinina» 31 y 33. Propios del estilo Números del 18 al 20 inclusives. gótico. Utiles en Sohre dinteles. Combinaciones particular á los lobuladas y treboladas. alarifes, alfareros, res, tallistas, Numero 5. estracistas, fundido- Propios especialmente del estilo churrigueresco. Propias del estilo marmolistas, gótico. canteros, plateros, vaciadores-yeseros, etc. Sobre dintel. Utiles en particular á los alarifes, alfareros, tallistas, estracistas, fundi- Utiles en particular á los Número 8. dores, marmolistas, canteros, carpinteros, Propios vaciadores-yeseros, torne- especialmente del estilo churrigueresco. albañiles, alfareros , estracistas, cinceladores estucadores, , fundidores, carpinteros, Utiles en particular á los alarifes, alfareros, tallistas, estracistas, fundido- plateros, marmolistas, canteros ó Ojiva CQuopial calada, de arcos ros, rejeros, picapedre- gemelos, ros etc. marmohstas, tallistas, vaciadores-yeseros, etc. Propias y del hojas estilo zarpadas en la res, canteros, carpinteros, vaciadores-yeseros etc. gótico. arquivolta. Util en liámiiia 3â. Números de 1 à 3 inclusives. liámina 33 « Números 1, 4, 5 6. particular álos y alarifes, alfareros, tas, tallistas, canteros fundidores, marmolis- Escudetes , y marcos. Ojivas caladas, etc. vaciadores-yeseros, etc. Números 11,14 y 15. Ojiva conopial calada, de arcos gemelos. ■ • Propia del estilo gótico. Util en particular à los alarifes, alfareros, tallistas, res, marmolistas, estracistas, fundido- canteros, vaciadores-yeseros, etc- Números 9 y 10. Ojiva conopial calada, de arcos gemelos Propia del y enjutas caladas. estilo gótico. Util en particular _á los alarifes, alfareros, tallistas, res, marmolistas, estracistas, fundido- canteros, vaciadores-yeseros, etc. Números 7, 12, 13 y 16. Hojas encrestadas. Utiles en particular á los tallistas, estracistas, canteros, cinceladores, fundidores, marmolistas, vaciadores-yeseros, etc. S.ámina 3¿». Números de 1 al 8 inclusive. Calados para rosetones- Propios del estilo gótico. Utiles en particular á los alfareros, molistas, tallistas, estracistas, canteros, fundidores, mar- cinceladores, vaciadores-yeseros ete. Números de 9 á 12 inclusives. Marquesinas ó doseletes.