Año XII ENERO DE 1911 Núm. 1 1911 Un ciclo mievo que empieza en la carrera orbital de la tierra por los espacios siderales, una vuelta más sobre la inmensa elipse que nuestro globo describe alrededor del sol. ¿Al fin de ella habremos avanzado también algo en el terreno de nuestra liberación y nuestro progreso? ¿Qué nue- vas verdades, qué nuevas leyes habrá descubierto la ciencia? ¿Algunos de esos inmensos fantasmas que nos rodean y aprisionan, habrá logrado el escalpelo del análisis racional y experimental, definirlo, determinarlo, apoderarse de él y someterlo á las reacciones químicas que lo hagan utilizable para la vida práctica? Sin duda; algo, aunque sea una cantidad infinitesimal del infinitamente pequeño (aun inmensamente grande) que se manifiesta como diferencia entre la total realidad y la realidad conocida por la ciencia, será indudablemente incor- porado á la categoría de verdad demostrada, de certeza. Pero esos enigmas conocidos con los nombres de materia, fuerza, energía, movimiento, vibración y espíritu, esencia, existencia y vida ¿llegaremos alguna vez á determinarlos? La insaciable curiosidad humana, el incentivo deseo del saber ¿se verán alguna vez satisfechos?... Y al final del ciclo que empieza ¿seremos más ó menos felices que al principio?^.. ¿La materia es algo distinto de la energía? ¿La energía es algo distinto de la materia? Pero la materia y la energía ¿qué son sino modalidades del movimiento? Y el movimiento á Su vez ¿no es una serie de vibraciones? ¿Y qué es la vibración? ¿Y qué es?... ¿Y qué es?... ¿La luz solar que pasa por el prisma es algo distinta del color? 2 LUZ Y UNIÓN ¿Y el color es algo distinto de la luz? ¿Pero el color y la luz no son vibraciones? ¿Vibraciones de qué energía, de qué materia, de qué substancia, de qué..., de qué...? El eterno enigma. ¿La idea es algo distinta de la sensación percibida? ¿La sensación que llega al alma es algo distinta de la idea? ¿Pero la idea y la sensación, la razón y la experiencia, la especulación y la experimentación son otra cosa que pensamiento? ¿Y el pensamiento no es un movimiento, una energía, una fuerza? ¿Pero la energía y el movimiento no son vibraciones? ¿Y qué es la vibración? ¿Y qué es?... ¿Y qué es?... Otra vez el eterno enigma. Y en esta danza inacabable de frases: materia, vida, alma, espíritu, fuerza, energía, movimiento, vibración, esencia, substancia, causa, principio, razón, condición, ley, motivo, etc., etc..., sólo sabemos que reina en nuestra cien- cia un desorden de conceptos verdaderamente calamitoso. Se impone el orden como medio para regular nuestros co- nocimientos; y se hace indispensable el método para poder llegar al deslinde de frases y al deslinde de conceptos. Al final de la actual espira que acaba de empezar nues- tra Tierra por el Universo ¿habremos hecho siquiera el an- terior deslinde? Es lo menos que podemos esperar para orientarnos en medio del maremàgnum y confusión que hoy reinan en el mundo científico. Sin embargo, progresamos. La ley eterna del progreso indefinido no detiene ni un solo momento su curso inaca- bable en la eternidad, y el espíritu humano uniendo á los pies de plomo de su cuerpo, las raudas alas de su fantasía, va arrancando del fondo oculto y misterioso del Cosmos nuevas verdades, que son gérmene_s y semilleros de nuevas leyes; y el fantasma de lo oculto se va desvaneciendo ante la luz de la inteligencia. revista espiritista kardeciana 3 Los espiritistas estamos de enhorabuena. Y estamos de enhorabuena porque todo ese progreso he- mos sido nosotros los primeros en iniciarlo y somos también los primeros en continuarlo. Las hipótesis, las inducciones espiritistas se ven hoy traducidas en leyes, en realidades. ¿Qué más podemos, pues, desear? Hemos, pues, triunfa- do, como dice el doctor Huelbes, pero es necesario que no nos durmamos en los laureles, pues queda aun mucho cami- no que recorrer en el inacabable é infinito de nuestro pro- greso-indefinido. Que éste sea completo, en unión de la gran ley kármica que todo lo satura, os desea á todos los seres en esta nueva espira cíclica que la Tierra empieza á recorrer sobre su inmensa órbita por los espacios de lo desconocido, vuestro hermano, César Bordoy. De Víctor Hugo Hace medio siglo que escribo mi pensamiento en prosa y en verso: historia, filosofía, drama, romance, leyenda, sátira, oda, canción, etc., todo lo he intentado; pero siento que no he dicho la milésima parte de lo que está en mí. Cuando me acueste en la tumba, no diré, como tantos otros, he concluido mi jornada, no, «pues mi jornada vol- verá á empezar el día siguiente por la mañana». La tumba no es un callejón sin salida, es una avenida; ¡se cierra al crepúsculo y se vuelve abrir á la aurora! Si no pierdo una hora, es porque amo á este mundo como una patria, porque la verdad me atormenta como atormentó á Voltaire. Mi obra no es sino uii comienzo; mi movimiento ha sa- lido apenas; quisiera verlo subir, subir todavía, ¡subir siem- pre! ¡La sed del infinito prueba el infinito! 4 LUZ Y UNIÓN Síntesis filosófica Escepticismo El escepticismo se impone: el hombre no puede tener el criterio de certeza de lo existente, pues éste, según Condorcet opinan y La Place, no es más que una suma de proba- bilidades, de fracciones ó grados, por medio de los cuales la mente se allega á la verdad (¡!). No estoy conforme con el jesuíta italiano Luigi Domi- netri que, en su tratado de Lógica, concede al ente humano capacidad suficiente para albergar la certeza objetiva', sino que opino que de los estados por los cuales pasa la mente para llegar á la verdad (¡!), que son ignorancia, duda y opinión, se puede tangibiíizar una certeza subjetiva ó una serie de razones que determinan el asenso á la verdad (¡!). Como á mi juicio no le es dable al entendimiento elevarse al conocimiento cierto de la causa (¡!), y, por tanto, crear la certeza filosófica ó científica objetiva, de ahí el escepti- cismo vulgar de Arcesilas, restaurador de la escuela de Pla- tón, de Pirrón, Bayle y Hume, ó el transcendental de la escuela alemana fundada por Kant y seguido por Fitche, Scheling, Hegel y otros, y hasta el mío propio. Para Kant la razón pura sólo da al hombre á conocer los fenómenos, pero no la realidad de las cosas, ya que no se puede admitir la objetividad del concepto de causa y, por tanto, nuestros conocimientos sólo tienen valor feno- ménico. Spencer demuestra que es imposible conocer el en sí de las cosas, Taine cree en las ilusiones psicológicas; por- que para él no hay más que grupos de movimientos actua- les ó posibles y grupos de pensamientos presentes ó posibles. Comte y con él los positivistas, niegan que podamos conocer la causa. Hume afirma que no es dado elevarnos al concepto de causa, porque los sentidos, al igual que la conciencia, sólo nos refieren hechos entre los cuales media la relación de sucesión. Para la escuela nominalista fundada en el siglo xii por REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 5 Eoscelim y modificada en el xiv por Ockam, los conceptos universales son voces ó palabras vacías de sentido, es decir, no percibimos las cosas, pero sí sus fenómenos. El conceptualismo fundado en la Edad Media por Abe- lardo y seguido por algunos idealistas alemanes, reduce los conceptos universales á meras formas del entendimiento (Kant). Joiiffroy dice que el principio de certeza, y estoy con él, es un acto de fe ciega en la veracidad de nuestras facul- tades. , Luego fácilmente se deduce de lo dicho por Jouffroy que el criterio supremo de certeza es sólo una ilusión más ó menos aproximada á la idea de causa. Reid, el fundador de la escuela escocesa, al refutar á Locke y á Hume, cree en una facultad de inspiración y sugestión que da asenso á la verdad (¡!); Jacobi negó á la razón valor específico para crear el supremo criterio de certeza, y Huet nos habla de la revelación sobrenatural, como norma firme para llegar á la verdad. El idealista Manetolli, fundado en la duda metódica de Descartes, que dió origen al principio «yo pienso, luego soy», que según él no es un entimema, sino la expresión de un hecho de la conciencia, niega la objetividad de los cuer- pos, y cree sólo en la existencia de los espíritus, y para ex- plicar las representaciones del mundo extenio, dice que son producidas por Dios (¡!) según leyes periódicas y regu- lares. Para Malebranche los cuerpos no se conocen por eviden cía, sino por revelación. Ducelle cree que el ente-inteligente es un mero fenó- meno cósmico, engendrado por leyes desconocidas que rigen lo que nuestra fantasía llama Universo, que no es más que una fosforescencia. Para Ducelle, el criterio de certeza no existe, pues según él, la vida es una hipérbole conocida por formas distintas. Resulta, pues, que el criterio de certeza no existe, más que de un modo subjetivo, siendo el entendimiento humano, según afirma Protágoras, el sendero de la verdad (¡ !); pero no como dice santo Tomás y los escolásticos, que la verdad la conoce el Sér, ya que en un intelecto limitado no puede cobijarse lo Uno no condicionado. Claro está que el criterio de certeza que tenemos de la 6 luz y unión realidad manifestada por formas mudables es conforme sostienen relativa, Lamennais y la escuela ecléctica con Cousin; pero aun en la subjetividad que la reconozco, creo Cn suma de probabilidades de Condorcet La tienden y á Place, darle valor que específico, pues el de certeza se halla el concepto en sujeto que conoce y no en el La objeto. mayoría de los panteístas, ontólogos y el hegelianos poseen privilegio especial de la intuición por medio de transcendental, la cual conocen todas las esencias. La certeza con relación á la esencia de la cosa no tiene cabida en el raciocinio humano más que por incompletos, silogismos originando formas subjetivas en el entendí- miento ó una serie de sumandos también probables que dan probable. opinión Y es que ninguna puede ser demostrada en su ver- dad (¡!), individuación neutra, á pesar de constituir exis- tencia en el orden ideal; podemos creernos tener certeza de una cosa, pero jamás formarnos objetividades, á no ser condicionales, ya que donde hay certeza objetiva habría razones que determinan el asenso á la verdad la (¡!), ésta no concibe y el hombre más que por representación indirecta. El escepticismo, pues, ó mera afección del ente se im- pone; siendo escépticos negamos la existencia de la certeza para crearnos otras formas ideales, que nos llevan hacia el conocimiento en contra de los filósofos dogmáticos que la admiten como evidencia, cuando la evidencia es el Misterio. Febo de Limosin. Suscripción para el banquete que se dará á los pobres, de Tarrasa, en Mayo próximo, en honor de Alian Kardec y Miguel Vives. Pesetas Suma anterior 27 Antonio Gil, de Lorca. . . . Luis Espinet y Sol, de Barcelona ro5 José Oros, de Zaragoza . . • Pedro Cataiá, de Palamós . . 1'50 Total. SPSS (Sigue abierta la suscripción). REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 7 Ternezas simbólicas Al visitar su tumba, solitaria la hallé, desnuda y triste, sin coronas ni flores; sin ninguna de las leyendas que consagra puras el hondo afecto que al dolor se rinde. ¡Ironías!, me dije; ayer tan bella, tan gentil y graciosa, que de las flores la aclamaban reina; de esas flores que, ingratos, hoy le niegan y está su tumba abandonada y lóbrega. La soledad, la tarde, el sentimiento del fúnebre contraste, conmovieron mi sér; y sobre el yermo temblorosas dos lágrimas cayeron como mis ojos no vertieron antes... Poco tiempo después al cementerio volví, para exornar la tumba sola de humildes pensamientos; y dedicada con sentidos versos le llevaba á la reina su corona. Pero quizá de una simiente oculta mis lágrimas, cual gotas de rocío, hicieron germinar la savia infusa, ¡porque, lleno de aromas, de la tumba brotaba un no-me-olvides florecido! Aizpuru Aizpuru, 8 LUZ Y UNIÓN Quién era y quién soy Era ciego y veo: sordo y oigo. Mi incredulidad me tuvo ciego y sordo durante treinta años; treinta años de pruebas ó, mejor dicho, de sufri- mientos. Morían mis seres queridos y de mí se apoderaba la angustia, sufriendo horriblemente porque creía haber perdido á aquéllos para siempre, y sólo sentía algún consuelo cuando me revestía de valor para ir á orar sobre sus tumbas, donde creía que lo único que me quedaba de las personas que ha- bía amado, eran aquellos restos sagrados. Era materialista y tenía momentos de desesperación en que me sentía ateo, aunque prontamente volvía la lucidez á mi cerebro y decía: «No, yo no puedo negar la existencia del G.'. A.". D.'. U.'., quien todo lo ve, todo lo oye y se compenetra del más mínimo destello de nuestros pensamien- tos»; pero si bien es verdad que siempre volvía mi corazón á Dios y evo- caba su nombre, negaba rotundamente la existencia del alma y que des- pués de la muerte se pudieran comunicar, en este mundo, los seres que habían rendido su tributo á la naturaleza. ¡Ay qué desgracia es ser materialista! i Qué desgraciado fui durante treinta años! Pero me llegó el día como tiene que llegarle á toda humana criatura, me llegó el día de perder para siempre (según mis ideas materia- listas) al sér á quien tanto amé, al sér que me hizo feliz en este mundo, al sér á quien consagré todo mi cariño y todo mi homenaje, porque si la vida de los santos la pintan como buena, ella para mí era una santa á quien amé con toda la pureza de mi corazón y á quien respetaba y quería al nivel de mi querida madre, no por egoísmo sino por sus bondades, por sus virtudes y por ser un modelo de esposa que el Sér Supremo destinó para hacerme . feliz en la tierra durante veintiún años. -Llegó el día de cumplir con la misión á que vino destinada á este mun- do; se desprendió de su envoltura material, y aquel espíritu puro como la inocente paloma que impulsada por su natural instinto alza el Vuelo por pri- mera vez del nido en que nació para remontarse con toda libertad á otro ambiente más puro en busca de su desarrollo físico, voló para el espacio en busca de otros mundos más adelantados, donde encontró su completa felicidad, dejándome materializado y lleno de angustias; pero todo en este mundo tiene que reaccionar. Si aquel sér de bondad en su vida material no me pudo convertir, era necesario que pasara á la Vida espiritual para venir de allí con su purísimo REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 9 fluido á alimentarme el alma y sacarme de las tinieblas de la ignorancia en que estaba sumido. En esta horrible situación transcurrieron trece meses. ¡Cuántas veces me encontraba hablando solo por los caminos y con las mejillas surcadas de lágrimas! ¡Cuántas veces me creía estar enajenado de mis facultades mentales! Pero volvía en mí la calma y decía: «No, yo estoy bien, yo pienso en mis hijos y trabajo para ellos». Este pensamiento bastábame para consolarme un momento. Me hablaban mis amigos sobre Espiritismo y me molestaban, y decía en mi fuero interno: «Estos hombres están chiflados, locos ó monomaniá- ticos, creyendo hablar con los muertos». No tan sólo me reía con sarcasmo de los espíritus encarnados más indoctos, sino también de aquellos de cuya inteligencia no podía dudar; pero en medio de esta incredulidad, rogaba á Dios que me convenciera y decía: «¡Qué felices son esos espiritistas y qué desgraciado soy yo!» Como no me agradaba que me hablaran de Espiritismo, ni mucho menos concurría á ningún Centro, nada más justo, como he dicho antes, que me hallara ciego y sordo; pero, ciego y sordo, buscaba la verdad, evocando al más verdadero entre los verdaderos para llegar al convencimiento, aunque ese Sér Omnipotente fué sordo á mis súplicas, trece meses después del fallecimiento de mi querida esposa; y si me dirigía á Él, era porque sabía intuitivamente que no me podía engañar, así como desconfiaba por comple- to de los espíritus encarnados, creyéndoles magnetizadores ó prestidigi- tadores. Como con tanto fervor buscaba la verdad, la verdad encontré. ¿Cómo la encontré? Solo en mi hogar, en compañía de mis inocentes niños, que nada conocían de Espiritismo y que hubieran seguido por mi mismo sende- ro á no ser por un rayo de luz resplandeciente que cruzó por mi cerebro, que me hizo ver y oir, y me dijo: «De hoy en adelante- encontrarás en tu sér un cambio rápido que te maravillará; no sufrirás más ni harás sufrir al sér que has creído haber perdido, porque ella es partícipe de todos tus su- frimientos». Hoy os puedo decir, queridos hermanos en creencias, que la única ver- dad santa y divina para mí es el Espiritismo, aunque la he conocido tarde; pero nunca es tarde cuando la dicha es buena, y agradecido de esta dicha, elevo la siguiente plegaria: «Aquí me tenéis. Dios Todopoderoso, sumiso y arrepentido de todos mis defectos, habiendo tenido, como me lo habéis dado, mi libre albedrío; pero ese libre albedrío tenía que permanecer en mí hasta el día que mi ángel guardián con tu facultad me guió por el camino de la salvación; y he ahí mi libre albedrío desechando las tinieblas de un profundo subterráneo en que me veía arrojado, para elevarse á la cúspide 10 LUZ Y UNIÓN donde los resplandecientes rayos de ese hermoso Sol, obra sublime tuya, me den la luz que necesito para salvar los obstáculos que se presentan al desgraciado que como yo vagaba por el mundo con la tupida venda que me desviaba del camino recto que trazaste al establecer tu divina ley, y me sumergía en insondables abismos». Si yo no creía en el Espiritismo, creo firmemente que mi libre albedrío era perturbado por algún espíritu perverso que me conducía á las tinieblas y era necesario que permaneciera en ellas como castigo á mis imperfecció- nes en mis precedentes existencias y aun en la actual. Así me lo explico; pero como los sufrimientos no pueden ser eternos ni en la vida material ni en la espiritual, llegó para mí el día de gozar de una felicidad que, aunque no completa en la tierra, podrá serlo en el transcurso del tiempo en el espacio, en uno de esos mundos adelantados donde todo es amor, donde no se conocen esos enemigos que manchan el alma, como son: el egoísmo, el orgullo, la envidia y los celos. Hoy con el alma henchí- da de amor hacia el Sér Supremo, puedo decir: que el Espiritismo da con- suelo al afligido, fe al que se cree desamparado, porque Dios no desampa- ra á sus criaturas; esperanza al cautivo, porque el cautiverio no puede ser eterno; y, sobre todo, despierta en el hombre el ejercicio de la caridad bien entendida, virtud sublime que si puramente nace de nuestros corazones, basta para conducirnos á la salvación de nuestras almas. Que estas palabras vertidas con el más sincero amor á mis semejantes. Vayan á repercutir en lo más recóndito del corazón de los incrédulos, es mi deseo. Gumersindo Lluch Hernández. Suscripción para recaudar fondos al objeto de erigir un Mausoleo en donde guardar los restos mortales de la insigne escritora espiritista D." Amalia Domingo Soler. Ptas. Suma anterior 2701 '78 Santos Ribas, de Campechuela (C.) . . 2 Francisco Fonseca, de id. id 2 Serafín González, de id. id 1'50 Un creyente, de id. id 1'50 Manuel Torres, de Santa Fe 2 Severino Collada, de Verdelpino de Huete 1'90 Total. 2712'68 (Sigue abierta la suscripción). REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 11 Sobre la comunicación de los muertos ¿Por qué nos hablan los muertos, en sus comunicaciones, de triviaiida- des, de cosas insignificantes de su Vida ordinaria, y no de su vida espiritual que llevan, ni nos explican cómo es esa Vida y en qué se ocupan? Nos dicen que no les podemos comprender, ni ellos pueden explicar- nos la diferencia entre una y otra vida. Ellos comparan la vida espiritual con la vida material, como nosotros podemos comparar nuestra vtda con la de un ciego de nacimiento. Para estos desgraciados es imposible compren- der ó imaginarse siquiera lo que es la luz, lo que son los colores, lo que es el sol, el firmamento sembrado de estrellas, las nubes, la belleza de un paisaje, un bosque, la inmensidad del océano, cosas todas que nosotros, los que vemos, comprendemos perfectamente, pero no encontramos el modo de poderlas explicar á un ciego de nacimiento; jamás llegará á com- prender él, por nuestro lenguaje, el sentido verdadero -de aquellas sensa- clones que experimentamos los que tenemos la dicha de ver con nuestros ojos corporales, órganos mu_y incompletos comparados con los sentidos que poseen los seres ya libres de la pesada y oscura materialidad. El espíritu que se comunica con nosotros por el organismo de un me- dium, para probarnos su identidad, para que á nosotros no nos quede duda, necesita hablarnos de cosas de nuestra vida ordinaria, relacionadas con él cuando vivía como nosotros, es decir, la vida corporal terrestre; lo mismo que una persona que nos habla por el teléfono, para probarnos su identi- dad, necesita hablarnos de cosas íntimas relacionadas con ella, en caso de que, por la voz, no se distingue que sea realmente la persona que se comu- nica con nosotros. Además, hay muchas personas á quienes no se les comprende lo que dicen hablando por el teléfono, y otras que encuentran mucha dificultad para comprender lo que se les habla por él, mientras que otras se comunican con la mayor facilidad. No quiere decir esto que el aparato sea malo, que no existe la corriente eléctrica ó la comunicación telefónica, sino que el organismo de tal ó cual persona no se presta para la comunicación tan pronto como el de otras personas que se comunican perfectamente por él. De la misma manera existen muchas personas que jamás en su vida han observado un fenómeno psíquico, cuya constitución no se presta á ello, mientras que otras se comunican con facilidad con el mundo espiritual, con los llamados muertos. No sabemos en qué consiste la diferencia entre uno y otro, ni porqué; pero sí sabemos hoy que existen como hechos tales comunicaciones. LUZ Y UNIÓN Muchas de éstas nos parecen absurdas, llenas de mentiras, y otras que parecen indicar que los muertos pierden la memoria de los sucesos terres- tres. En lugar de ver y comprender" mejor las cosas, se encuentran en un estado menos lúcido, parecen ser más ignorantes que cuando vivían su Vida terrestre. ¿Cómo explicarnos estas observaciones tan frecuentes que nos hacen los escépticos? En primer lugar, la misma diferencia de adelanto, de inteligencia, de moralidad que existe entre los hombres encarnados, existe entre los seres desencarnados. Después de la muerte no nos hacemos de repente.iguales; el progreso en todo es lento y gradual. Notamos muchas veces, al desper- tamos, que sigue por largo rato la ilusión del ensueño; es un estado en que no estamos ni completamente despiertos, ni tampoco estamos dormidos. Probablemente, cuando desencarnamos, al separarnos de nuestro cuerpo físico, entramos en un estado de somnolencia, de alucinación, hasta que poco á poco recobramos la lucidez y empezamos á darnos cuenta de nues- tra nueva vida. Quizás este estado dura según el grado de inteligencia y moralidad de cada uno; el hombre muy apegado á las cosas terrestres no se desprende con facilidad de esa ilusión que sigue después de la muerte, ilusión en que predomina aún todo lo material que en realidad ha dejado; pero no se da cuenta de ello. Podemos comparar este estado con aquel en que se encuentra un niño al nacer en la Tierra. Un recién nacido es un sér humano, pero no se da cuenta de sus he- . chos; ignora, puede decirse, su vida; vive como en un sueño, hasta que poco á poco se despiertan en él las aptitudes, las vocaciones, la razón ó la conciencia propiamente dicha, y empieza á darse cuenta de todos los actos de su vida. ¿No será que antes de recobrar completamente nuestras facultades mentales, adormecidas por el acto de la separación del cuerpo, pasamos por un estado análogo al del niño recién nacido, después de nacer en el mundo espiritual, olvidando muchas cosas de nuestra vida oscura corporal, como aquél olvida su vida anterior y sólo lentamente progresa? Los muertos nos dicen que nosotros vivimos en un mundo oscuro, que la luz de nuestra inteligencia esta aprisionada en la materia densa; estos mismos órganos nos dificultan nuestro progreso, nuestra comunicación con el mundo espiritual. Si esto es así, comprendemos con cuántas dificultades tienen ellos que luchar para comunicarse con nosotros. Cuando un espíritu se hace visible y tangible, toma del cuerpo material del medium lo necesario para formar por un tiempo dado su cuerpo mate- rial, mientras que el medium permanece generalmente durante ese tiempo en estado cataléptico, éxtasis ó trance, sin darse cuenta de lo que pasa. También puede explicarse de la misma manera racional y hasta científica- mente los tan frecuentes hechos de aparición á distancia grande de mori- REVISTA ESPIRITISTA . KARÜECIANA 13 bundos, llamados casos de telepatía, fantasmas de los vivos ó aparición de dobles, tratándose de personas en estado normal de salud. En estos casos, el sér mental ó alma, independiente del cuerpo físico, pero ligado á él con lazos fluídicos invisibles, toma de este cuerpo molecular lo necesario para condensar y hacer visible el cuerpo astral ó doble. En los casos de sonam- bulismo provocado, se traslada el alma del sonámbulo á grandes distan- cias, observa, ve lo que pasa y por medio del mismo fluido ó lazo fluídico, que une el alma al cuerpo físico, transmite á éste sus impresiones, que se manifiestan por su boca ó mano corporal, como nosotros transmitimos por el teléfono nuestra voz á distancias que no pueden ser alcanzadas por las ondas del sonido. Los espíritus dicen que ellos viven en su luz propia, están fuera de la materia densa, la cual les parece oscura. Mientras más material sea nues- tro organismo, con más trabajo se introducen y toman posesión de él para comunicarse. Todo esto nos parece absurdo; pero podemos formarnos de ello una vaga idea considerándonos acostumbrados á la luz del día ó á una luz clara de una sala y entrando de repente en un cuarto oscuro. No pode- mos orientarnos, tropezamos con los objetos existentes allí, y sólo á tien- tas, con mucha dificultad, nos podemos orientar y encontrar lo que busca- mos. Así les pasará á los espíritus que se introducen en el mundo material. De la misma manera, estando nosotros acostumbrados á vivir en una oscuridad, como en un sótano, en un calabozo ó en una mina subterránea, nuestra vista se acostumbra á la oscuridad que nos rodea; y si de repente salimos á la claridad, por largo rato no Vemos, quedamos como ciegos al recibir nuestro nervio óptico los rayos deslumbrantes de una luz intensa. Probablemente, al abandonar nosotros nuestro pesado cuerpo físico, en el cual estuvimos tanto tiempo aprisionados, la luz de nuestra inteligencia sufre una alteración y no vemos, no recordamos con lucidez los acontecí- mientos de nuestra vida corporal terrestre, hasta que después de cierto tiempo se despiertan nuevamente todas nuestras facultades y recordamos con más exactitud todos los hechos de la vida terrestre que habíamos abandonado. Todos los fenómenos medianímicos son de un orden material, produ- cidos por fuerzas físicas emanadas del organismo del medium, de los asis- tentes ó evocadores y de la atmósfera en la cual se efectúan. No tienen nada de sobrenatural, porque todas estas fuerzas existen en la naturaleza del Universo. Nuestros conocimientos, en el tiempo actual, son insuficien- tes para poderlos explicar satisfactoriamente. Estas fuerzas se manifiestan de diferente manera, ya como materialización objetiva, ya como imágenes 14 LUZ Y UNIÓN subjetivas, como movimientos de objetos sin contacto del organismo hu- mano, como escritura mecánica ó directa, como auditiva salida del cuerpo del medium, como luces ó sonidos en la atmósfera que envuelve á los asis- tentes. Todas estas fuerzas son combinadas según la diferencia de la ma- nifestación y según leyes naturales, existentes en el Universo, pero diri- gidas por inteligencias muchas veces muy superiores á la inteligencia del medium, de los investigadores, inteligencias que casi siempre pueden atri- buirse á seres libres de la oscura envoltura corporal. Para toda máquina se necesitan tres elementos para que pueda produ- cirse el movimiento deseado. Es necesaria la fuerza que impulsa, que pone en movimiento las diferentes piezas de ella, bien sea el aire, el agua, el Vapor ó la electricidad. Es necesaria la materia que compone el cuerpo, las diferentes piezas que van á funcionar, el organismo de ella. Pero aunque existan estos dos elementos unidos, ninguna máquina se pondrá en movi- miento si le falta lo principal, el tercer elemento, que es la inteligencia directriz que vigila, abre ó cierra las válvulas, aumenta ó disminuye el mo- Vimiento, da la dirección de la marcha ó para que produzca tal ó cual efecto. Sin la inteligencia que dirige el movimiento, ó sea á la fuerza, la máquina se hará pedazos, terminará su existencia ó dejará de funcionar. Estos tres elementos los vemos siempre unidos, ligados íntimamente, y por esta razón atribuimos inteligencia al átomo cuando busca adherirse á otro para formar moléculas y éstas unirse á formar cuerpos. En todo se descu- bre la inteligencia, tanto en el mundo atómico ó molecular, como en nos- otros, en todos los seres que pueblan el globo terrestre, como también en el espacio infinito, en el cual todos los cuerpos celestes, planetas, soles, sistemas planetarios enteros, nebulosas, se mueven todos con rapidez asombrosa, pero dirigidos todos por una inteligencia manifiesta, ya que desde el átomo hasta el Universo visible entero están sujetos á leyes inva- riables, armónicas y eternas, que deben tener por causa una inteligencia suprema. En todo se descubre la inteligencia que dirige, tanto á la fuerza como á la materia, en sus diferentes transformaciones. No es indispensable que todas las manifestaciones ó comunicaciones sean producidas por los llamados muertos; sabemos hoy que el alma humana puede momentáneamente abandonar el cuerpo físico, trasladarse á otra parte, hacerse visible y sensible á grandes distancias, como sucede en el sonambulismo, en el desdoblamiento, en los casos de telepatía, como ha sido comprobado científicamente por los experimentos de A. de Rochas y otros investigadores; pero siempre son dirigidas por inteligencias más libres que la materia en los momentos de la manifestación, aunque produ- cidas inconscientemente por el sér productor. Es una prueba evidente y lógica de la existencia de nuestra alma inde- pendiente de nuestro cuerpo físico y. de su supervivencia después de la REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 15 disolución del cuerpo material, ya que la inteligencia no es producto de la materia á la cual dirige, sino la manifestación de nuestro sér pensador independiente de ella, y que en todas las edades, en todas las razas y naciones se han observado manifestaciones de muertos. Si existe en mu- chas ocasiones duda respecto á su procedencia, es porque la muerte, el aniquilamiento no existe, sino que nuestra alma es siempre la misma, encontrándonos en estado de vigilia ó de sueño, estando ella encarnada ó desencarnada. La única diferencia que existe es el grado de materialidad densa, opaca ó fluídica, sutil, que la acompaña durante la manifestación^ de los fenómenos. Mientras más avance la humanidad en su evolución, menos material será, y con más facilidad se podrá descubrir si una manifestación ó comu- nicación proviene de una persona viva ó de un llamado muerto. Es innegable que el alma durante la vigilia se manifiesta de una manera distinta que cuando se halla durante el sueño natural ó en el sonambulismo. En el sueño no hacemos uso de nuestros órganos corporales; nos encon- tramos en un mundo extracorporal. Lo mismo sucede en el sueño sonam- búlico, en el cual nuestra alma puede transportarse á inmensas distancias, observar lo que pasa en otros lugares muy distantes, dar cuenta de sucesos pasados, de los cuales nosotros, en estado normal, no conservamos nin- guna memoria; prevemos sucesos que luego se efectúan, podemos adivinar hechos que luego con toda exactitud se realizan. El alma puede hacerse visible, tangible; hechos todos comprobables miles de veces. Los psicólogos, para diferenciar los distintos estados en que puede encontrarse el alma, le han dado diferentes nombres. Cuando nos encon- tramos en estado normal, le han dado el nombre de conciencia; cuando vive en el mundo de lo pasado, recordando hechos anteriores al presente, la denominan nuestra subconciencia; y cuando predice sucesos venideros, cuando comprende con más claridad las causas y los efectos que éstas deben producir, la llaman nuestra supraconciencia. Otros llaman al alma, en estado normal, nuestro ego, y cuando se manifiesta en otro estado, dicen que es el ego subliminal; quiere decir que está acompañada de me- nos materialidad. Otros, en fin, clasifican los diferentes estados como diferentes personalidades que representan, según y como se manifiestan las aptitudes, facultades ó carácter que le son propios al alma. Todas estas facultades, todo los conocimientos que adquirimos durante nuestra vida terrestre, y que sin embargo olvidamos muchas veces durante ella, nos acompañarán con plena lucidez al abandonar nuestro cuerpo físico, porque ya no estarán entorpecidos, ocultados por la materia de él. Como el alma tiene las mismas facultades durante la vida que des- pués de la muerte, los positivistas que dudan de la inmortalidad de ella ven en las manifestaciones medianímicas, aunque vengan de personas 16 luz y unión muertas, únicamente las facultades del alma del medium y atribuyen todas las comunicaciones y apariciones á la segunda personalidad, á la subcon- ciencia ó ego subliminal de éste; otros, á fuerzas, físicas ó elementales que dicen existen en el Universo. Hay espiritistas qué atribuyen á los muertos todas las comunicaciones que reciben, y no tienen en cuenta que existen la ilusión, la sugestión mental y la autosugestión. Ni los primeros tienen derecho á negar hechos comprobados, como comunicaciones ó manifesta- ciones de muertos, ni los últimos deben aprobar como tales todos los hechos medianímicos. Todas son manifestaciones del alma, prueba de la existencia de nuestro espíritu; pero pueden emanar tanto de personas vivas como del medium ó de los asistentes por la autosugestión ó por la sugestión mental, como también de personas muertas. Para poder distin- guir una procedencia de otra, preciso es estudiarlas sin prejuicio y dudar mientras no se obtengan datos y pruebas que no admitan duda. Negar es fácil, creer ,es cómodo, pero saber la verdad sólo se adquiere por un atento estudio y sin prejuicio de ningún género. Alex Blunck. Caracas, Venezuela. La crisis religiosa en Francia La historia desenvolvió su trama y sucesos importantísimos se llevaron á cabo en nuestro país (1). El Concordato fué denunciado. El Estado rom- pió los lazos que lo unían-á la Iglesia romana. Excepción hecha de ciertas poblaciones, el público acogió con bastante indiferencia las medidas de rigor tomadas por el poder civil contra las instituciones católicas. ¿De dónde proviene ese estado de espíritu, ese despego, no solamente local, sino casi general, de los franceses para con la Iglesia? Del hecho de no haber ésta realizado ninguna de las esperanzas que hiciera concebir: la Iglesia no supo ni comprender ni llenar su cometido y sus deberes de conductora de almas. Hace un siglo que la Iglesia católica atraviesa una de las crisis más peligrosas de su historia. En Francia, la separación Vino á acentuar ese estado de cosas, á hacerlo aún más agudo. Renegada por la sociedad moderna, abandonada por la élite intelectual del mundo; en conflicto perpetuo con el derecho nuevo, que nunca aceptó, y, por lo tanto, en contradicción sobre casi todos los puntos esenciales. (1) Francia. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 17 con las leyes civiles de todos los países, no reconocida por el pueblo y por éste odiada, sobre todo por el mundo obrero, no le queda más que un puñado de adeptos compuesto de mujeres, de niños y de ancianos. El por- venir ya no le pertenece, porque la educación de la juventud le acaba de ser arrebatada, no sin cierta rudeza, por las leyes recientes de la República Francesa. He aquí la situación actual de la Iglesia romana en los albores del siglo XX. Yo querría, en un estudio imparcial y aun respetuoso, buscar las cau- sas profundas de ese eclipse de la potencia eclesiástica, eclipse todavía parcial, pero que amenaza hacerse total y definitivo en un futuro no muy lejano. La Iglesia es hoy impopular. Ahora, en la época en que vivimos, la 'popularidad, esa consagración de los tiempos nuevos, es indispensable para la duración de las instituciones. Aquello que no lleve el sello de la popularidad, no tardará en desaparecer en la soledad y en el olvido. ¿Cómo llegó la Iglesia católica á ese estado? Porque despreció, por demás, la causa del pueblo. La Iglesia no fué verdaderamente democrática y popular sino en sus orígenes, cuando el espíritu de Jesús vivía en ella durante las edades apostólicas, período de persecución y de martirio, y esto es lo que explicaba entonces su fuerza de proSelitismo, la rapidez de sus conquistas, su poder de persuasión y de desarrollo. Desde el día que fué reconocida oficialmente por el Imperio, á partir de la conversión de Constantino, se hizo la amiga de los Césares, la asociada y, algunas veces, cómplice de los poderosos y los fuertes. Entró en la estéril senda de las sutilezas teológicas, de las cuestiones bizantinas, y á partir de ese momento tomó siempre, ó casi siempre, el partido del más fuerte. Feudal en la Edad Media y esencialmente aristocrática bajo Luis XIV, no hizo, con motivo de la Revolución, sino concesiones forzadas y tardías. Todas las emancipaciones intelectuales y sociales fueron hechas contra su oposi- ción. Era lógico, fatal, que tales emancipaciones se volvieran contra ella: es lo que ocurre en la hora actual. Por largo'tiempo adherida al Concordato, Francia vivió continuamente en lucha sorda y sistemática contra el Estado. Esa unión que duraba un siglo, debía necesariamente terminar por el divorcio. La ley de separación acaba de producirlo. El primer uso que la Iglesia hizo de su libertad, apa- rentemente recuperada, fué lanzarse en brazos de los partidos reacciona- rios, probando con esa actitud que durante un siglo nada aprendió y nada olvidó. Haciéndose solidaria con los partidos retrógrados, la Iglesia católica, la de Francia principalmente, se condenó, por ese mismo hecho, á morir en el mismo día y de la misma muerte que ellos: la muerte por la impopu- 18 LUZ Y UNIÓN laridad. Un papa de genio, León Xlll, procuró por un momento librarse de todo compromiso, directo ó indirecto, con el elemento reaccionario; pero no fué ni oído ni obedecido. El nuevo papa. Pío X, volviendo á la tradición de Pío IX, su antepre- decesor, no encontró nada mejor que hacer, que aplicar las doctrinas del «Syllabus» y de la infalibilidad. Bajo el Vago nombre de modernismo, acaba de anatematizar á la sociedad moderna y de condenar toda tentativa de reconciliación ó de conciliación con ella. El prestigio de grandeza que León XIII había restituido á la Iglesia, á fuerza de genio de diplomático, desapareció en algunos años. El catolicismo, rechazado hacia el dominio de la conciencia individual y privada, nunca más volverá á gozar de la vida oficial y pública. Una vez más: ¿cuál es la causa de ese debilitamiento de la más pode- rosa institución del Universo? En mi opinión, sólo existe una causa profunda que pueda explicar ese fenómeno. Los políticos, los filósofos, los sabios creyeron encontrarla en circunstancias exteriores, en razones de orden sociológico. Yo iré á bus- caria en el propio corazón de la Iglesia. Fenece ésta por un mal orgánico; en ella el foco de la vida se ha extinguido. La Vida de la Iglesia era el espíritu de Jesús que vivía en ella. El soplo del Cristo, ese soplo divino de fe, de caridad, de fraternidad universal, era el motor de ese Vasto organismo, la pieza matriz de su funcionamiento vital. Ahora bien: hace mucho tiempo que el espíritu de jesús parece haber abandonado á la Iglesia. Ya no es el fuego de Pentecostés el que brilla en ella y alrededor de ella; esa generosa llama se apagó y no se encuentra Cristo alguno que pueda reavivarla. Mientras tanto, la Iglesia de Francia fué antes grande y bella, á la vez que bienhechora. Fué el asilo de los más altos espíritus, de las más nobles inteligencias. En las edades de barbarie era, al mismo tiempo, la ciencia y la filosofía, el arte y la belleza. Los grandes monasterios, ias célebres abadías se convertían en refugios del pensamiento. Allí se conservaron los tesoros intelectuales, los restos del genio antiguo. En el siglo décimoter- cero, la Iglesia inspiró buena parte de lo más brillante que produjo el espí- ritu humano. Contenía á aquellos hombres rudos, á aquellos bárbaros apenas llegados á los límites de la civilización; con un solo gesto los doble- gaba en actitud de orar. Y ahora no vive y no brilla sino con el reflejo de su pasada grandeza. ¿Dónde están hoy en la Iglesia ios pensadores y los artistas, los verdade- ros sacerdotes y los santos? Los investigadores de las divinas verdades, los grandes místicos adoradores de lo bello, los soñadores de lo infinito cedieron su puesto á los políticos batalladores y á los mercaderes. La casa del Señor fué transformada en tribuna y en mercado. La Iglesia tiene un ï REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 19 reino que es de este mundo y sólo de este mundo. No es ya el soplo divino- el que la guía, sino las ambiciones terrestres, una altanera pretensión de dominarlo y dirigirlo todo. Las encíclicas y los cánones substituyeron al Sermón de la Montaña, y los hijos del pueblo, las generaciones que se han sucedido, no tienen por guía sino un catecismo extraño, repleto de nociones incomprensibles, donde se habla de apostasías, de transubstanciación; un catecismo que no puede ser un gran socorro en las horas difíciles de la existencia. De ahí proviene la religión del mayor número. El culto de una Virgen determinada produjo hasta dos millones por año; pero no existe una sola edición popular del Evangelio en manos de los católicos. Todas las tentativas para hacer penetrar en la Iglesia un poco de aire y de luz y como un soplo de los tiempos nuevos, fueron desechadas, aleja- das. Lamennais, H. Logson, Didon, viéronse obligados á retractarse ó á abandonar el gremio romano. El padre Loisy fué expulsado de su pulpito. Doblegada secularmente bajo el yugo de Roma, la Iglesia perdió toda iniciativa, toda fuerza viril, toda independencia. La organización del Cato- licismo es tal, que ninguna decisión puede ser tomada, ningún acto puede llevarse á cabo sin el consentimiento ó la señal del^oder romano. Y Roma está petrificada en una actitud hieràtica, como la estatua del pasado. El cardenal Meignan, hablando del Sagrado Colegio, decía un día á uno de sus amigos: «Ahí están setenta ancianos encorvados, no bajó el peso de los años sino bajo el de las responsabilidades, vigilando que ni en un ápice sea disminuido ni tampoco acrecentado el sagrado depósito». En tales condiciones la Iglesia católica no existe ya moralmente; ya no es un cuerpo en que circula la vida; es una tumba, un sepulcro en el cual está como enterrado el pensamiento humáno. Hace muchos siglos que la iglesia no pasaba de ser una potencia poli- tica, admirablemente jerarquizada y organizada; llenaba la historia con el ruido de sus luchas constantes contra reyes y emperadores, con los cuales compartía la hegemonía del mundo. Había concebido un plan grandioso: la cristiandad, esto es, el conjunto de los pueblos católicos, reunidos, agio- merados como un formidable ejército alrededor del papa romano, soberano señor y punto culminante del feudalismo. El proyecto era grande, pero era puramente humano. Al Imperio Romano, minado por los bárbaros, la Iglesia substituyó el Imperio de Occidente, vasta y poderosa institución en torno de la cual gra- Vita toda la Edad Media. Todo desaparecía en esa confederación política y i 20 LUZ Y UNIÓN religiosa, de donde emergían únicamente dos cabezas: el papa y el empe- rador, «esas dos mitades de Dios». Jesús no fundó la religión del Calvario para dominar á los pueblos y á los reyes, sino para arrancar á las almas del yugo de la materia y predicar •con la palabra y con el ejemplo el único dogma redentor: el amor. Dejemos á un lado los despotismos solidarios de la Iglesia y de los reyes; olvidemos la Inquisición y sus víctimas, y volvamos á los tiempos actuales. Uno de los mayores errores de la Iglesia romana en el siglo xix, fué la proclamación del dogma de la infalibilidad personal del pontífice romano. Semejante dogma, impuesto como artículo de fe, fué un reto lanzado á la sociedad moderna y al espíritu humano. Proclamar en el siglo xix, á la faz de una humanidad febril, atormen- tada por el mal del infinito, ante hombres y pueblos que persiguen la ver- dad sin poder alcanzarla; que buscan la justicia, la libertad, como el ciervo cansado busca y desea el agua del manantial y el nacimiento de la corriente; proclamar—decía—en tal mundo, en pleno trabajo de gestación, que un solo hombre en la tierra posee toda la verdad, toda la luz, toda la ciencia, ¿no es—repito—lanzar un reto á la humanidad entera, á esa humanidad condenada sobre la Tierra á la sed de Tántalo, á las dilaceraciones de Pro- meteo? La Iglesia católica difícilmente se levantará de esa caída. El día en que divinizó á un hombre, mereció el estigma de idólatra que le lanzó al rostro Montalembert cuando al áaber en su lecho de muerte la proclamación de la infalibilidad pontifical, exclamó: «jNunca adoraré el ídolo ,del Vaticano!» ¿La palabra ídolo es exagerada? Como los Césares romanos á los cua- les se ofrecía un culto, el papa pretende se le llame pontífice y rey. ¿Qué es él sino el sucesor de los emperadores de Roma y de Bizancio? Su propio traje, sus gestos, su actitud, su etiqueta absoluta y el fausto de su curia, todo recuerda las pompas cesarianas de los peores días. Y ¿no fué el elo- cuente orador español, el religioso Emilio Castelar, quien exclamó un día, Viendo á Pío IX en su «ser/e» y yendo procesionalmente á San Pedro: «Este no es el pescador de Galilea; es un sátrapa del Oriente?» La causa profunda de la decadencia y de la impopularidad de la Iglesia romana, reside en esto: en que nos colocó al papa en el lugar de Dios. ¡El espíritu del Cristo se retiró de ella! Habiendo perdido la virtud de lo alto que la sustentaba, cayó en poder de la política humana. No es ya una insti- tución de orden divino; el pensamiento de Jesús ya no la inspira, y los dones maravillosos que el espíritu de Pentecostés le comunicara, se extin- guieron. Mucho más aún. Atacada de ceguera, como los sacerdotes de la Sina- goga antes de la Venida de Jesús, olvidó el profundo sentido de su liturgia REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 21 y de sus misterios. Sus sacerdotes ya no conocen el sentido oculto de las cosas; perdieron el secreto de la iniciación. Sus gestos han llegado á ser estériles; sus bendiciones ya no bendicen; ya no maldicen sus anatemas. Descendieron de nuevo al nivel común, y el pueblo, comprendiendo que su poder es vano, que su ministerio es ilusorio, volvióse hacia otros poderes é incensó á otros dioses. En la Iglesia, la teología mató al Evangelio, como en la vieja Sinagoga el Talmud había desnaturalizado la ley. Y son los partidarios de la letra los que hoy la dirigen. Una colectividad de fanáticos mezquinos y violentos acabará por arrebatarle los últimos restos de su grandeza y por consumar su impopularidad. Asistiremos probablemente á la ruina progresiva de esa institución que fué, durante Veinte siglos, la educadora del mundo, pero que parece haber faltado á su Verdadera Vocación. ¿Se deducirá de esto que el futuro religioso de la humanidad esté irre- vocablemente perdido, qué el mundo entero deba zozobrar en el materia- lismo como en un mar de cieno? Lejos de eso. El reino de la letra muere; el del espíritu comienza. El fuego de Pentecostés que abandona el cande- labro de oro de la Iglesia, acaba de encender otras antorchas. La verda- dera revelación se inaugura en el mundo por la virtud de lo Invisible.. Cuando el fuego sagrado se apaga en un punto, es para surgir en otro. Nunca la noche total cubre al mundo de tinieblas. En el firmamento brilla siempre alguna estrella. El alma humana, por sus raíces profundas, penetra en lo infinito. El hombre no es un átomo aislado en el gran torbellino vital. Su espíritu se encuentra siempre de algún modo en comunión con la Causa Eterna; su destino forma parte integrante de las armonías divinas-y de la vida universal. Por la fuerza de las cosas, el hombre se aproximará á Dios. La muerte de las Iglesias, el descenso de las religiones formalistas no son síntomas de un crepúsculo; son, al contrario, la aurora inicial de un astro que se levanta. En este momento de perturbación en que nos encontramos, entáblase un gran combate entre la luz y las sombras, como cuando la tempestad se forma sobre los valles; pero las altas cumbres^ del pensamiento continúan sumergidas en el azul y en la serenidad. ¡Sursum Corda! ¡Es verdaderamente la vida eterna que, radiante, ilimi- tada, se abre ante nosotros! De la misma manera que, en el infinito, millares de mundos son arrebatados por sus soles en dirección de lo inconmensu- rabie, en una carrera armoniosa, ritmada como una danza antigua y de moda que ningún astro, ningún orbe vuelve á pasar por el mismo punto, así las. almas, arrastradas por la atracción magnética de su centro invisible, pro- siguen su evolución en el espacio, atraídas continuamente por un Dios al cual se aproximan siempre, sin alcanzarlo nunca. Reconozcamos que esa doctrina tiene una amplitud incomparablemente 22 luz y unión mayor que la de los dogmas exclusivos de las Iglesias moribundas, y que si el porvenir pertenece á alguna cosa, ó á alguien, es verdaderamente al esplritualismo universal, á ese evangelio de lo infinito y de la eternidad. León Denis. La Verdad se aclara Y decía Jesús á los judíos que creían en él: «si vosotros permanecéis en mis palabras, seréis verdaderamente discípulos míos y conoceréis la verdad; y la verdad os hará libres». (Juan, capí- tulo VIII, vers. 51 y 52). El asunto que Vamos á tratar no deja de ser algo delicado y algo árduo también, máxime para un pigmeo como el que esto escribe; pero sea como fuere, vamos al caso. Pues bien, ¿no ha caído aun en cuenta el pueblo cuál es la causa del cúmulo de contrariedades que se nota por todas partes? ¿No se ha pene- trado aun el pueblo del por qué del contraste de las religiones las unas con las otras, y el por qué también de la guerra que la católica romana tiene declarada al verdadero Cristianismo á pesar de llamarse esa religión la úni- ca poseedora de la verdad divina? ¿No ha caído aun en cuenta el pueblo por qué esa lucha internacional del error contra la verdad? Pues Vamos á ver si con esta desaliñada narración podemos dar al tras- te para demostrar algo de este-tema. A ver si podemos siquiera hacer un bosquejo de una verdad que creemos de sumo interés aclararla, para que cada uno que toque en parte sepa á que atenerse. Escucha, pues, lector querido, escucha pueblo las humildes frases de un hermano que quiere hacer partícipes de la verdad á sus congéneres, á sus hermanos en la humanidad. Pues bien, hermanos míos, una avalancha de espíritus de contradicción pulula entre nuestra humanidad; estos espíritus, apercibidos de la consola- dora luz que al aparecer la nueva revelación se iba á difundir, pidieron al padre celestial la gracia de venir á aprovechar la difusión de esa luz divina. El Padre les concedió esa gracia y ellos se creyeron ser salvados. Pero ¡ay! la misericordia de Dios es infinita, pero su justicia es infinita también y ésta no dejó de mostrarles sus efectos; es decir, de advertirles las con- secuencias que por sus infracciones á la ley tendrían que sufrir. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 23 Esta advertencia se la hizo á esos desdichados antes de concederles la gracia ya citada, pero ellos creyéndose con fuerzas suficientes para dar cumplimiento á todos sus deberes, al hallarse encarnados, no atendieron á esa advertencia y sin más reparo Vinieron á la vida de la carne. Pero ¡oh decepción fatal! como el espíritu encarnado olvida el pasado, corno olvida lo que fué y olvida también las reconvenciones que le hicieron al hacer el propósito de encarnar, como, en fin, se le borra de la memoria todo eso y como la primera intención que al encarnado le sugiere es la de sus tenden- cias pasadas, si éstas fueron rebeldes, como es natural á los impulsos de esa obedece y vuelve á las mismas andadas de sus existencias anteriores, convirtiéndose en juguete de las pasiones mundanas. Y como esta humani- dad está aun plagada de perversidades, como aun impera la maldad, como lo más que abunda son tinieblas y esos espíritus aludidos son más afectos á las tinieblas que á la luz, aunque su propósito fué venir á aprovechar la difusión de la luz, al verse frente á ella, como no la pueden resistir, en vez de aceptarla la rechazan y huyen de ella como las aves nocturnas que vi- ven más cómodamente en la obscuridad de la noche que á la clara luz del día; y de aquí el torrente de contrariedades que por todas partes reina en nuestra desdichada humanidad. Y como la doctrina espiritista es la que difunde la luz de la verdad, porque es la misma que predicó el humilde Jesús de Nazareth, el gran pro- feta dé la judea, el reformador de la ley sacrosanta que ha de redimir á la humanidad de la esclavitud de la reacción y el obscurantismo, es muy na- tural que esta doctrina sea contrariada por esa avalancha de espíritus reza- gados que se glorian en poner cortapisas á la evolución progresiva que se opera en la humanidad del planeta Tierra. Pero ¡ay de ellos! que al sonar la hora de la justicia, al verse otra vez desnüdos de la envoltura material y caer en cuenta de sus desaciertos, tra- tarán de evadirse de los efectos de la justicia según se les había advertido; pero desdichados de ellos, que por mucho que traten de huir, no hallarán tierra donde pararse, como se suele decir, y donde quiera que se hallen se verán perseguidos por la justicia divina, la inexorable ley de la verdad los llamará á su cumplimiento; y como cuando hagan el propósito de volver á encarnar ya será tarde para efectuarlo en este planeta, tendrán que efec- tuarlo irremisiblemente en otro que les servirá de lugar de destierro, y allí serán sus llantos, sus remordimientos y crugir de dientes. Pues no podrá el Padre en aquellos tiempos permitir que espíritus re- trógrados encarnen entre los ya regenerados por el crisol de la depuración de la moral y el cumplimiento del deber. No podrá permitir el Padre que espíritus de contradicción vengan á ser- Vir de estorbo á los ya regenerados por la lucha de las ideas, á los ya des- pojados de todas las imperfecciones humanas é' investidos de la librea de 24 LUZ Y UNIÓN la verdad y de la moral, cuya misión sagrada es conducir á la humanidad á su verdadera redención. No hay que extrañar, pues, que nuestra doctrina sea contrariada; pues que sus fervorosos y fieles defensores constituyen la avanzada de las hues- tes de la, verdad y del progreso, cuyo propósito es seguir adelante sin que le detengan los obstáculos del obscurantismo, sin que le arredren los sar- casmos y las acechanzas de los enemigos de la luz y detractores de la verdad. Así, pues, hermanos míos, si hasta aquí hemos luchado contra un cú- mulo de inconvenientes, si hemos tratado de disipar las tinieblas y difundir la luz, en lo sucesivo debemos luchar aun con más entereza, debemos tra- bajar con más fervor, debemos emplear todas las fuerzas de nuestro cora- zón y de nuestro espíritu para salvar todos los obstáculos por terribles que sean, hasta'dejar bien expedito el camino que la humanidad ha de salir á verdadero y seguro puerto de salvación. En Vano, pues, los enemigos del progreso se opondrán á la difusión de la luz, en vano se opondrán al paso de la verdad, porque ésta seguirá su curso, tomando incremento de más en más hasta triunfar en todos los ám- bitos de la tierra, hasta alcanzar el lauro de la victoria, avanzando sin cesar hasta llegar á la meta de su sacrosanto pedestal. El torrente de luz de la verdad que viene sobre esta humanidad, viene con soberano ímpetu y con gran eficacia, y barrerá todas las patrañas, ano- nadará todás las imposiciones, pulverizará todos los ídolos, soterrará las falsas deidades y expulsará del planeta tierra las religiones dogmáticas perniciosas. El error será sustituido por la verdad, y esas instituciones falaces que han tenido y aun tienen engañada á la pobre humanidad, desaparecerán para siempre y serán sustituidas por la nítida doctrina de la verdad y de la moral, la que no tiene ídolos, cuyos ministros no se distinguen con ropas diferentes á las de los demás hombres. La que no tiene lugares privilegia- dos para propagar sus máximas consoladoras, cuyo templo es el Universo, cuyo altar el corazón de sus fieles defensores; la mejor hostia que estos consumen es la palabra de redención, la mejor forma para emitir sus ideas el libro y la prensa, y el mejor pulpito para sus pláticas cualquier lugar donde el público puede escuchar y penetrarse de las verdades que predican los fieles ministros de la palabra de redención. Mas no creáis por eso que estamos tocando ya al fin de la lucha de las ideas, ¡ah! ese fin llegará, eso sí, pero aun según va tomando auge la pro- paganda de la verdad espirita. Va también aumentando el número de espiri- tus rezagados con el fin ya indicado, ó sea para disfrutar de la luz que se difunde y regenerarse por la verdad que se propaga. Pero ¡ay! todos los que encarnan para aprovecharse de la luz y, en vez de este fin tan lauda- revista espiritista kardeciana 25 ble, tergiversan su propósito y siguen obstinados en sus perversidades, que esto es estar sumergidos en las tinieblas del error, todos esos al desencar- nar irán siendo expulsados de la Tierra, ó sea del radio de acción de la at- mósfera terrestre, á fin de que no puedan volver á esta humanidad, y suce- sivamente irá disminuyendo esa falange de espíritus de tinieblas y de con- tradicción hasta que será extinguida de la humanidad terrestre. Así es como irremisiblemente llegará el fin de la lucha de las ideas, y de toda contienda y antagonismos, como calmará el vendabal del obscuran- tismo y de las pasiones mundanas, como se restablecerá la paz, como se alcanzará el triunfo de la verdad y como, en fin, la humanidad terrestre, después de tanta algazara, después de una vida larga de decepciones, de desdichas, de fatigas y congojas, alcanzará una vida feliz de reposo, de fraternidad y de bienandanza. Porque entonces estará ya establecida y re- girá como verdadera ley en la Tierra la verdadera moral cristiana. Faustino Isona. Cayey (Puerto Rico) Amor No hay dicha comparable á la que proporciona el amor. ¡Qué felices son los seres que aman! ¡Qué buenos son! La felicidad de amar es más grande que la satisfacción de ser amado. Los que se aman son hermanos: viven bajo el mismo ideal. El amor tiene tal poder de expansión que inunda los espíritus, se des- borda en el infinito y llega hasta Dios. El amor no es un simple buen deseo, una sana intención, un mero sen- timiento: es la actiyidad constante de la voluntad encaminada á hacer el bien. ¡Qué profunda tristeza embarga al sér que no ama! El egoísta no ama; el envidioso no ama; el malévolo no ama; el injusto no ama. La injusticia es falta de caridad. La alegría no mora en el espíritu que carece de amor; allí reina el has- tío, la eterna melancolía. El cielo se entolda; las estrellas, esas misteriosas compañeras del alma, se despiden llorando, y se ocultan dejándonos la congoja y la soledad. La esperanza, amiga fiel, esconde sus promesas y se torna esquiva. Las perlas de las lágrimas no se desgranan en las mejillas del sér que no ha aprendido á amar. 26 LUZ Y UNIÓN Todo se soporta; la falta de paz; pero no la indigencia del amor. El amor es Vida, vida intensa, palpitante, ardiente como el astro del día y apacible, dulce y tranquila como la pálida viajera de la noche. Amad á nuestros hermanos con el fin de hacerlos buenos, felices y útiles. Amad á todos; á los humildes para enaltecerlos, á los soberbios para hacerlos accesibles, á los pequeños para hacerlos grandes, á los buenos para imitarlos y á los que lloran para enjugar sus lágrimas. Amad á los que viven bajo la sombra de la ignorancia, para que levan- ten sus frentes bañadas con los fulgores de la verdad, como la enhiesta cumbre se yergue majestuosa al ser bañada por los primeros resplandores del sol. Amad á los que ocultan la vergüenza de sus desnudeces entre el vicio y la miseria; á los que disfrutan de las suaves comodidades que brinda la fortuna, y finalmente á los miserables que roídos por la culpa, gimen bajo la honda pena de la desesperación. Sin amor ¿cómo apreciar las inconmensurables grandezas del infinito, las armonías de la naturaleza, las bellezas del arte, las infinitas dichas del espíritu y los encantos de la vida? i Cómo se transfigura, cómo se engrandece un sér que ama de verdad! La dicha le baña de intenso resplandor y le presenta como una estrella en la inmensa melancolía de la noche. El que ama es fuerte, es inexpugnable como una fortaleza. Lleva en alto la bandera del triunfo y pasa invencible por entre las tempestades de la vida. Las murallas del odio se desploman á su paso; la violenta ira, aver- gonzada, oculta el rostro entre sus manos é implora perdón; la envidia se sosiega; la mano crispada por la cólera se desarma y se tiende suave y ca- riñosa en señal de buena voluntad; los escollos de la intriga no nos hacen naufragar. La calumnia huye despavorida dejando en los semblantes las huellas del arrepentimiento. La indiferencia se vuelve amorosa.y tierna; á la anti- patía nadie la reconoce. Las pasiones deponen su adusto semblante y caen rendidas á los pies del amor, cual dóciles esclavas. La maledicencia no aparece y la naturaleza sonríe. El amor es invulnerable; rindámosle culto. Lleva por eterna compañera á la felicidad; ¿y quién no ambiciona vivir al amparo de la felicidad? Con el amor se llega á Dios y al corazón de los hombres. El que ama á los demás se prefiere á sí mismo. El que sabe conquistar las voluntades de nuestros semejantes, ha con- quistado de antemano su propia voluntad. El que busque la felicidad en el oro, va extraviado; no la hallará. El que cree encontrarla en el placer, pierde el tiempo. Al que sin buscarla se REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 27 entrega al estudio y hace bien, se le aparece de improviso. El que ama ya la posee: la lleva en el fondo del alma y la prodiga á los demás. El amor todo lo santifica. Si todos nuestros actos están inspirados en el amor, también lo están en la justicia. Los recién llegados, los niños, traen el amor Virgen como el oro en la veta. Si acercamos á dos niños, comen del mismo pan y se tratan como si fueran viejos enmaradas. Dos hombres, al hallarse reunidos, se examinan y desconfían uno de otro. Vivimos bajo la bóveda azul del mismo cielo, alumbrados por los mis- mos astros; nos servimos del pensamiento, de la palabra, de la acción y de todas las fuerzas que la naturaleza ha puesto en nuestras manos; moramos en la superficie del mismo planeta, envueltos en la misma atmósfera; nos guían los mismos ideales; constituímos un todo indivisible. Nuestro hermano el potentado y nuestro hermano el miserable son igua- les ante Dios. ¿Por qué, pues, no reconocerlo desde antes? Tenemos el mismo origen y el mismo fin. No nos detengamos ante engañosas aparien- cias; penetremos resueltos en el fondo de la verdad. La verdad está en Dios. Profundicemos los misterios de la naturaleza con los poderes de nuestro espíritu. Ensanchemos los vastos horizontes del conocimiento para saber amar útilmente: amar es ayudar. El más útil es el que m.ejor ama. No eco- nomicemos el amor; es inagotable, tiene por fronteras el infinito. Amémonos y la conquista del bien será un hecho. El mal no existe; la envidia es una palabra huera en el reino del amor. La tolerancia, la ayuda, el respeto mutuo, el perdón, la responsabilidad, el éxito, la honradez, el trabajo y el cumplimiento del deber, son simples aspectos del amor. Porque el amor hunde sus raíces en el fondo del espí- ritu y florece en presencia de Dios. Amemos y trabajemos. Cumplamos con nuestros deberes de hermanos, esposos, padres, hijos y amigos. Amémonos todos para ser buenos, sabios y felices. Dios es amor. Juan León. Todos nosotros, quienes quiera que seamos, tenemos nuestros seres respirables. Si nos faltan, nos falta el aire, nos ahogamos. Entonces morimos. Morir por falta de amor es horrible. Es la asfixia.—Víctor Hugo. 28 LUZ Y UNIÓN A Huelbes ïemprado SONETO Es un hombre ejemplar Huelbes Tempraclo. Es gran consolador de corazones y es poeta de vastas concepciones, y de la paz, el más enamorado. La ciencia de curar le ba subyugado, y sin mirar las viejas tradiciones, al arte dió otro rumbo, y sus creaciones, al triunfo más completo le ban llevado. Escritor fecundísimo, boy convida al mundo espiritista que le aclama con un libro inmortal: con LUZ Y VIDA. No lo leí; y al ver como se llama, pienso en su alma hermosa, siempre henchida de vida y luz que pródiga derrama. Keainfort de Nínive. .Suscriy)ción abierta d favor de D^ Francisca González Ortiz, de Madrid. Suma anterior 180'55 pesetas Domingo Cano, de Barcelona 1 » Aizpuru Aizpuru, de Santander 2 » Santos Ribas, de Campechuela (Cuba) .... 3 » Francisco Fonseca, de id. id. . 5 » Serafin González, de id. id 2 » Un creyente 1*20 » Francisco Moreno Fabra, de Algeciras .... 1 » Total 195'75 pesetas (Sigue abierta la suscripción). REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 29' Extraordinarios casos de premonición y visión El señor Christian Knudtzon Trampa, distinguido ingeniero de naciona- lidad noruega, que hace años reside entre nosotros, ha estado ocasional- mente en nuestra oficina de redacción, y nos ha relatado los siguientes casos de sueño premonitorio y de visión ocurridos en su casa paterna, en Thrundjam, pequeño pueblo de Noruega, donde vivía por entonces con su señora madre. Ésta, nos dice el señor Knudtzon, soñó una noche que un sacerdote amigo de la familia atravesaba frente el jardín de la casa, y que, al verlo, la señora se dirigió á su encuentro, y antes que pronunciase una sola pala- bra, le dijo: «Ya sé que usted me trae una mala noticia: Viene usted á comunicarme la muerte de mi hija». Y, en efecto, era este el motivo de la visita de dicho sacerdote, en el sueño de la señora Knudtzon. La hija con quien soñara, casada hacía poco, vivía con su marido en Alden, población que se encuentra á ocho días de viaje por mar del pueblo de Thrundjam, ya citado. Noticias recibidas del hogar de la ausente, hicieron saber luego que la joven se encontraba en cinta, pero en perfecto estado de salud, lo que tranquilizó completamente á la señora Knudtzon, que se había alarmado con su sueño. Meses después, llegó un telegrama anunciando el nacimiento de un niño, y luego otro en que se decía que la joven madre no seguía bien; había temores por su estado. Al día siguiente, un nuevo telegrama anun- ciaba que la paciente seguía mucho mejor y que el doctor que la atendía la consideraba fuera de peligro. En la misma noche de este último día, despertó bruscamente la señora Knudtzon y vió á su lado en la cama á su hija y oyó que ésta le decía que venía á darle el último adiós. Habían transcurrido cinco meses, más ó menos, desde que aquélla soñó con la visita del sacerdote amigo de la casa, en las circunstancias ya mencionadas; y lo extraordinario de este caso es que, al día siguiente de la visión de la joven consorte, vió la señora Knudtzon, tal como en su sueño—pero esta vez en realidad — atravesar por frente el jardín de la casa á dicho sacerdote, á cuyo encuentro salió ella, también como en su sueño, y el cual venía á anunciarle, en efecto, la muerte de su hija, noticia que para hacerle menos dolorosa, se había encargado de transmitir á la familia. 30 LUZ Y UNIÓN Este caso extraordinario de premonición no fué el único que ocurrió en casa de la familia de la joven fallecida. Meses después de su muerte, encontrándose una mañana el señor Knudtzon sentado á su mesa de tra- bajo, y teniendo á su izquierda, sobre la pared, una pizarra en que, como estudiante de ingeniería, se ocupaba de la solución de problemas matemá- ticos, vió de repente á su hermana, tal como era en su Vida normal, y emo- clonado ante su aparición, pero dominándose, se dirigió á ella y le pre- guntó: «Hermana mía, ¿cuándo nos juntaremos?» Ella, sin hablar palabra, tomó la tiza y escribió en la pizarra: «El 26 de Febrero...» En ese momento, tocó su madre la puerta, y entrando, todo desapa- redó. El señor Trampe está convencido de que en la fecha indicada por la aparición de su hermana, dejará este mundo, y todos los años espera tran- quilo dicha fecha; y al autorizarnos á publicar en nuestra Revista su inte- resante relación, nos ha manifestado que está dispuesto á ratificarla, bajo juramento, ante quienes fuere necesario. (De la Revista de Estudios Psíquicos). Ecos y noticias A continuación damos los nombres de los niños y niñas duran- te corto tiempo han nacido espiritistas que y se han registrado civilmente en el Cruz de pueblo de Santa Moya: Dionisio Moleón Muñoz, Florentino López Antón, Inocencio Cabañas Enrique Sánchez Moliner, Manuela Pérez, Lázaro Rodríguez y Estébana Antón. Moleón Hemos recibido adhesiones al distintivo propuesto por el hermano los de señores D. Martín Font, de Boleas, Sabadell; D. Juan M. Pérez, de Lorca, D. Ni- colás López Reyes, de Garrucha. y •I*'' ^ Ha llegado á nuestras manos un curioso folleto intitulado ■de Nazareth, donde Filosofía de el autor Jesús oculta su nombre bajo el de Zenón Kíntcé, y da algunas ideas sobre pseudónimo la religión natural, basada en la la razón y la ciencia. moral, Los que deseen folletos pueden pedirlos áO. Jaime cío 0'25 Peiró, Manso, al de ptas. el 76, pre- ejemplar. íf: Trátase de fundar en París un «Hogar Espiritista», en el sólo tendrán ac- ceso los que que se imponen en las doctrinas de Kardec y nada más que de Kardec. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 31 La novena Asamblea de la Federación de los espiritistas de Puerto Rico, se celebrará en la importante ciudad de Utuado. Sigue-en auge la suscripción abierta para construir el edificio de la «Federa- çao Espirita Brasilera». En 15 de Agosto ascendia á pesos 28.337'900. Cuenta el coloso de la prensa norteamericana, The New York Herald, que Miss Ana Cristie Miller es una simpática joven de 16 años, dotada de facultades psíquicas verdaderamente extraordinarias; en el colegio es una discipula muy in- teligente y obtiene las mejores notas de la clase. Miss Ana puede describir, con los ojos vendados, los objetos acerca de los cuales se le interroga y contar las monedas encerradas en el puño; hace circular las mesas á voluntad en todas direcciones, que se sostengan en un solo pie y que marchen con un hombre sentado encima; basta que ella toque con sus manos un mueble, para que éste se ponga en movimiento. Un caso notable de telepatía.—\]n telegrama de Chicago al New York He- raid, relata un notable hecho telepático: M. Jacob Bolotini, un judio ruso, ciego de nacimiento, que habla estudiado algo en una escuela de medicina y cirugía, cuenta que por medio de un sexto sen- tido que no puede explicar, era capaz de leer en el espíritu de sus amigos y com- pañeros de colegio, y adquiria asi los conocimientos que ellos hablan obtenido por un estudio perseverante. M. Bolotini declara que cuando uno de sus amigos Intimos llamado M. Wolck lela mentalmente, él acababa al mismo tiempo de comprender todo lo que su ami- go leía. Con objeto de cerciorarse de ese estado, el representante del New York Monde pide á M. Wolck leer un artículo en un diario. Cuando M. Wolck termina de leer, M. Bolotini dice: «Usted tiene algunas noticias concernientes á los na- vios griegos y los sediciosos», y da detalles exactos contenidos en un telegrama de Atenas. íjí ❖ Hemos recibido la siguiente circular: «Bogotá 30 Octubre 1910. «Manuel J. López L. saluda á usted muy atentamente y se complace en ha- cerle saber que acaba de dar su despedida al Catolicismo, uniéndose en matri- monio con la señorita Mercedes Angulo, quien identificada en ideas, sentimien- tos y aspiraciones, ha tenido á bien honrarlo haciéndose su compañera de viaje planetario, durante el cual pondrán al servicio de sus ideales religiosos el caudal de sus convicciones y energías». Por nuestra parte mandamos un cariñoso saludo al nuevo matrimonio y le deseamos muchas felicidades. En atenta circular, el secretario del Centro Espiritista «Benevolencia y Ca- ridad», de Santa Clara (Cuba), nos participa los nombres de los señores de la junta Directiva que han sido elegidos para el año 1911, y son los siguientes: D. Valerio Corcho, Secretario del exterior; D. Diego Fernández, Secretario del interior; D.^ Matilde Pérez de López, Tesorera; D. Marcelino Pentón, don 32 LUZ Y UNIÓN Jehová Ordóñez, D. Miguel A. Ramos, D. Rafael Martínez, D. Ismael Censué- gra, D. Joaquín V. Aguila, Vocales. Felicitamos calurosamente á todos los anteriores señores por sus honrosos cargos, y confiamos que pronto pondrán en práctica sus energias en pro del Es- piritismo. La Sociedad «Saenz Cortés», de Pehuajó (R. A.), inauguró el 12 del corrien- te con una velada en su local social, una serie de conferencias de enseñanza y propaganda doctrinal que en la misma se darán periódicamente. El ensanche del salón de sesiones, que ya está terminado, permitirá que en él se congregue un auditorio numeroso. ¡Así se progresa! Los MUERTOS QUE HABLAN.—Cortamos de El Heraldo, de Valparaíso; «Los diarios norteamericanos, con fecha 25 de Agosto, publicaron la maravi- llosa descripción de un caso extraordinario ocurrido en Filadèlfia. Un conocido ingeniero de aquella ciudad habló exactamente, durante veinti- siete minutos, á sus parientes, que se hallaban arrodillados al rededor suyo, des- pués de haber sido declarado cadáver por los médicos. El ingeniero Teodoro Baley, de que se trata, tenía 47 años, y á raíz de una operación de apendicitis mal efectuada, fué víctima de un síncope. La mujer y la hija le dieron el beso postrero. A las 11*45 parecía muerto; sus ojos ya se habían apagado; el corazón había dejado de latir; el cuerpo estaba frío. Los tres médicos presentes declararon que habla fallecido, y se retiraron. De pronto el muerto empezó á mover los dedos de una mano y á murmurar algo. Durante veintisiete minutos habló así, impartiendo varias disposiciones para la administración de sus bienes y la educación de su hija, y luego enmudeció, ha- hiendo pronunciado además muchas frases afectuosas para consolar á su esposa, diciéndole que no llorase. Mientras hablaba, sus ojos permanecieron cerrados. A las 12*12 le faltó la palabra. Entonces hizo seña para que le diesen recado de escribir, y escribió la palabra «Parálisis», indicando la garganta. Pero tanto él como su mujer conocían el lenguaje de los sordomudos, y así continuó el hombre haciendo señas, que la señora comprendía claramente. Su hija Laura le besó en una mejilla, y entonces él movió un dedo y le hizo una seña que la hija comprendió. —Bésame en la boca—había dicho el muerto. La hija le besó, y casi inmediatamente los dedos del muerto no se movieron más. Esta vez había fallecido de veras. Naturalmente, los médicos rehusaron creer cuanto afirmó la familia, y dijeron que se trataba de una alucinación; pero el hecho despertó inmenso interés. Y al hablar los diarios extensamente del caso, se iniciaron polémicas intermi- nables sobre estos dos argumentos: 1.° ¿Es posible qiie un muerto hable? 2.° ¿Los médicos son infalibles ó no?» * ííí ❖ Nos comunican de Alcoy que el día 17 de Noviembre próximo pasado des- encarnó el espíritu del que en vida se llamaba José Cantó Romá, convencido es- piritista y dotado además de una facultad medianímica de sonambulismo natural. Al entierro, celebrado el día 18, á las diez de la mañana, que fué puramente civil y precedido de una banda de música, asistió en acompañamiento todo el elemen- to avanzado y muchas personas afines en número de más de 2000. OBRAS que se hallan de venta en esta Administfaeión ' I ^ ® a'S a o a • • © t/) o S o C5 ^ 05 tn . a O *2 í^rt3 4-9 'M C8 GO 3 © <3 w ® a 2 ° ^ o a a ** j cd ® tn 2 03 ta s a 03 1"^ .a ® ^ c3 « a a a o o 3 u 83, S © -w» a _a © 3 a U 13 P a a o a íg P O a a, U 2 -3 cS c3 O ^ 2^ 05 © s < a S ' P 05 cc o o O o ^ u o • ^ h- s 13 O "«3 s® § V cr" •3 ^ 05 a z 0) t/5 o "" ^ QQ •| S -H -03 ©' &2 'S .a2. a a ü QQ hu - s a "2 N. O UJ 3 0) a 2 03 "2 cr"® ° o £ a W o P lí CO CO « a 03 2 ^ S •£ «-a a ©Sé" ft'- a 03 . o 2 2 ^ o O T? o ^ J3 o © CM © d s ^ ^ tt, O ÍM 3 09 a =,.S,§ o 3 o 0 3 ts © > Si, f § -W TT «S'g rQ © -^ u © QQ ® 'P D ■O a< «p -r 02 © *3; T3 ® 05 £ © P CO s c¿ ? N 05 3 73 a "3 P tí § a'° »a a © ^5 © c 5 3 a ü Í^S .- © © a © Z o s, ® O o a t/5 c» ^ Eh 3 P2 aP d tí cr 00 - ·^ íü Q © _ CO c "s""-^ (ü D. -« o .2 g © o .2 O C -a CL 03 O © ffl — ^ a cd O 03 o >5 na 00 .2 "S S ® a 'n ^ CO © © :-« « © O o ® 03" g •ç.» Q o Q Ç Q <30 o ©g (h ® ® 80 -4J a.;P ^h CO u a 3 O o3 © "S S iSf £ o =3 ®;3T5 a «i 13 .2 ® § to 4o a ,»© ^ « < z g s © © ^-3 a ® a o SH « © 05 o ^ N Í2̂ © © Sh ® qj O© '© © e j .2 § '2 ® s ® " .2 è ® a-"® 0-" g _ ft'3 o a 05 CQ .© d 05 « ® -H a be a cc O laja © ^"O ^ bc (Ü O) S 2== O 09 o CQ O 13 Q a o'S ® a a «sil -^ ^ O a o -_a -a >1 It =s ® ft CL §" o Ma 1ÇJ O 3 •a a 'g £ © o >1 J a ©I " g 's £ a cs i >1 09 2 "S . 05 CO C fiS3 CQ a è ^ ® o• a -O be O p k Impresiones de un loco l Un elegante tomo en 8.® prolongado, impreso en riquísimo papel verjerado. 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' o . . •. • • • • • • • • 0'50 » f CPAGO ADELANTADO) Los Sres. suscriptores al efectuar el pago.de su abono se les rue> ga añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certiñcado de la obra de regalq, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la á'd- raiiiistración, y los que la deseen encuadernada deberán remitir una peseta más. liiSTRÜCCiOiiES Los Sres. suscriptores de España pueden efectuar sus abonos en se- líos de correos, sobres mónederos ó billetes de Banco, siempre en carta x-ertiflcada. ' Los del Extranjero en letras de fácil cobro, billetes de Banco de sus respectivos países" cuyo valor les será abonado al cambio que obtengan el día de su recibo. En los paises en que tenemos corresponsales administrativos pueden efectuarse los pagos directamente á ellos dando conocimiento á esta Ad- ministración. Los giros á nombre del Administrador. La correspondencia á la REDACCIÓN Y ADMINÍSTRACIÓN Calle Cañón, 9, 2.°—Barcelona (Gracia) Dirífase toda la correspondencia Ü la Rambla de Cataluña, 118 OBRA DE REGALtO PARA Bli PRÓXICDO AISÍO LUZ Y VIDA (Manual del creyente) debida á la pluma del 'veterano espiritista D. Joaquín Huelbes Temprado, con un prólogo de D. Cesar Bordoy» Un tomo de Unas 250 páginas en 4.°, tipos claros, buen papel y esmerada impresión. Imt). de -LUZ V UNION, Rambla de Cataluña, 118.—Barcelona SUMARIO.—Mi Testamento, por León Tolstoi.—En el abismo, por Bernardo Rai- da.—La Alquimia, por Francisco de B. Echeverría.—Evolución y Progreso, por B. Rodríguez.—Una carta.—El hijo del náufrago, por Krainfort de Nínive.—Listas de suscripción.—Síntesis filosófica, por Febo de Limosin. —Lista de suscripción.—Casti- líos sobre granito, por Miguel Mayol.—Los fenómenos del sonambulismo y la teoría de la posesión, por Alex Blunck.—Dos cartas.—Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos Méjico.—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Puerto-Kico.—Ovidio Maldonado, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 al- tos, PONCE. Cnba.—Adolfo García, Real, lo, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana baja, 26 SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Infiesta, calle Cuba, 34, HABANA—Faustino Serio, Calle de Cuba, 27, HOLGUÍN.—Luis G. Domínguez, Calle Tacón, 91, CIENFUEGOS.—Arman- do J. Raggi, Apartado 17, CAIBARIEN.—D.^ Rosalía Cabrera de Pérez, (Gibara), BANES.—D. Manuel Mateo, S. Fernando, 40, CAMAGUEY. , Filipinas. —José León, apartado 130, MANILA.' Kepública —Santiago de los O. S. G.—Id. L. A.—Madrid A. V.—Santander J. R.—S. Quintin O. V.—Valencia P. M.—Navalmoral de la R. M.—Blanes Pte. de la F.—San Juan Mota P. C.—Barcelona R. J —Villacañas B. T.—Enguera A. L.—Valencia E. P.—Marmolejo J. J. T.—Sta. C. de Farnés D. D.—Río Tinto M. G.—Id. Alcanza al 15 de Febrero de 1911). La Administración. Año XII ABRIL DE 1911 Núm. 4 A la memoria de Alian Kardec en el XLIL° aniversario de su desencarnación Discurso leído el 26 de Marzo último, ante la tumba del Maes- tro, por un miembro del Grupo «-Esperance^, de París, en representación de nuestro colega La Voz de la Verdad y de esta Revista. Queridos hermanos: Es esta la tercera vez que, deseosos de rendir un tributo de admiración y de inmenso amor hacia el que en vida se llamó León Hipólito Denizard Rivail, y que la posteridad conocerá bajo el nombre de Alian Kardec, nombre que por sí solo evoca el recuerdo de civilizaciones pasadas, á las que parece dar nueva vida adaptándolas á la época presente, venimos los espiritistas españoles á juntarnos con vosotros y, ante la tumba del querido maestro, renovar nuestro jura- mento de fidelidad á sus doctrinas, de constancia en la pro- paganda de las mismas. En momentos como los actuales, de tan grande agitación en todos los órdenes de la vida, en que sobre las ruinas de la sociedad actual la humanidad trata de levantar otra más en armonía con sus necesidades, sus deseos y sus aspiració- nes, es cuando por un imperioso deber de conciencia, hasta por egoísmo, no podemos, los que creemos tener en nuestras manos el maná salvador que puede impedir á la humanidad de perecer, falta de alimento moral, durante la travesía de la vida terrena, permanecer inactivos; es necesario que, siguiendo los ejemplos que nos han dejado en el pasado y que nos dan en el presente, tantos y tantos apóstoles de doctrinas más ó menos erróneas, pero que ellos han creído buenas; tantos y tantos hombres de ciencia esforzándose en arrancar sus secretos á la naturaleza para beneficiar á la humanidad; tantos y tantos intrépidos navegantes, viajeros y exploradores, que ora descubriendo nuevos mundos, como 98 LUZ Y UNIÓN Colón; ya arrebatando á las para nosotros desconocidas soledades de los mares sus secretos, como Laperoussey Cook; ora atravesando las salvajes regiones del Africa, como Le- vingstonne; ora llegando, á través de los hielos y en medio de las mayores tempestades, hasta el Polo Norte, como Peary, nos han demostrado lo que puede la fe en una idea; es necesario que no vacilemos en hacer los mayores sacrifi- cios para la propaganda y expansión de la nuestra, ya que estamos convencidos de que ella y solamente ella puede sal- var á la humanidad, apartándola del borde del abismo sin fondo del materialismo, en el cual, caería segu-ramente. Muy diversas y muy graves son las crisis por las cuales ha pasado la humanidad desde el comienzo de la llamada Era Cristiana; pero nunca, ni ninguna de ellas, ha revestido tanta gravedad que haya necesitado una cura tan radical como ahora. A efectuar esta cura ha venido el Espiritismo; para pre- pararla, Kardec realizó esta gran obra de formar un cuerpo de doctrina, con lo que en su época sólo eran hechos aislados. Y observad, queridos hermanos, y en ello se ve claramen- te la mano de la Divina Providencia, que el Espiritismo, de sí ya tan antiguo como la humanidad, aunque para adap- tarse á las diversas épocas de su historia haya revestido diferentes formas, vió la luz, en su forma actual, á prin- cipios de la última mitad del siglo xix, es decir, con el tiempo suficiente para que al principio del actual, en que ya se ha demostrado claramente el desequilibrio existente entre el estado intelectual y el estado moral de la sociedad, tuvie- se la autoridad necesaria para apartar á la humanidad del tortuoso camino á que la ha lanzado este desequilibrio y guiarla por el camino de la perfección intelectual y moral. Visto es y de todos observado el fracaso de las religiones positivas, que en vez de ser un elemento de paz y de pro- greso como debieran, encarnan todos los errores y horrores de las épocas medioevales; fracaso que ha ido acompañado de un desquiciamiento de los fundamentos de la sociedad, originado por él y por el materialismo triunfante, que va apoderándose del sitio que ocupaban estas religiones, sin que, con este cambio, hayan mejorado los hombres su si- tuación. De este fracaso, cuyo solo origen es el haber olvidado las enseñanzas de Jesús aquellos que su misión inducía á REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 99 ser los guardadores de las mismas, transformándolas á su antojo, se valen los materialistas para pregonar por todas partes el fracaso del cristianismo, como si estas religiones, que del misino sólo tienen el apellido, fuesen cristianas. A desvanecer este error, á disipar esta leyenda de retro- ceso, de infamias y de horrores con los cuales han envuelto al más sublime código de moral que ha conocido la huma- nidad, debemos dedicar todos nuestros esfuerzos. Haciéndo- lo, además de cumplir una obra de verdadera justicia, arre- bataremos al materialismo la más preciosa de sus armas. Es necesario demostrar á los hombres que todos los ma- les que sufren son causados por no observar los métodos de vida preconizados por el Mesías. Esta es nuestra misión; misión grande, sublime; misión que seguramente nos acarreará disgustos y perjuicios ma- teriales; misión que hará de nosotros la risa de cierta gente que, en su inferioridad moral, no comprenden cómo hay quien se sacrifica por doctrinas que no reportan ningún beneficio á la bolsa de sus adeptos, pero que, en cambio, nos guían por senderos rectos y seguros hacia el ideal de per- fección intelectual, moral y material que Kardec nos señala como fin supremo de la vida. Antes determinar, permitidnos, queridos hermanos, que, siguiendo los deseos de nuestros corazones, os saludemos afectuosamente expresando nuestros votos para que estas aspiraciones de progreso se vean realizadas, y para ello te suplicamos, ¡oh espíritu de Kardec!, que seguramente en estos momentos estás entre nosotros, nos inundes con los efluvios de tu amor y nos prestes tu inspiración para el mayor provecho de la humanidad, para la cual tanto has trabajado. Un recuerdo á Kardec Quisiera poseer, siquiera fuese por un momento, la elevada inspiración de nuestra llorada hermana Amalia Domingo, para dedicar un amoroso re- cuerdo al maestro Kardec; al que descorriendo el tupido velo que envolvía el pavoroso misterio del más allá de la tumba, nos demostró con hechos 100 LUZ Y UNIÓN reales y tangibles que no existe la muerte; que allí donde empieza el sepul- ero, comienza una nueva vida; al que nos enseñó á comunicarnos con los desencarnados, proporcionándonos con ello guías seguros para la tortuosa travesía de esta existencia, y consuelo grande, inmenso para los momentos de sufrimiento y de infortunio; quisiera, en fin, cantar con sentidas estrofas un himno de gloria al gran recopilador de las verdaderas doctrinas de Jesús, al sabio que nos dejó sus obras para que, como la estrella polar á los na- vegantes, nos sirvan de norte y guía en el borrascoso mar de las pasiones humanas; pero mi torpe pluma se resiste á ello, se ve incapaz de trasladar al papel las múltiples ideas que bullen en mi cerebro, y sólo deja escapar una plegaria. jKardec, no nos abandones! Protégenos con tus elevados consejos y danos alientos para proseguir por el camino que nos hemos trazado, á fin de poder difundir por todo el orbe la sublime doctrina que nos enseñaste. VESTCARPIO. Ha fallecido, en Manzanillo (Cuba), el consecuente y vete- rano espiritista D. Adolfo Garda Escribano, corresponscd, desde hacía muchos años, de nuestro querido colega La Voz de la Verdad y de esta Revista. Era el hermano García uno de aquellos hombres que, con- vencidos de las ideas que profesan, ponen todo su celo y cons- tanda en difimdirlas; así lo hizo con el Espiritismo, que tuvo en él á uno de sus más decididos defensores en la isla de Cuba. Deseamos que tenga feliz despertar en el mundo de la rea- lidad, para que pueda continuar, desde cdli, trabajando en pro de nuestra cara doctrina. El Espiritismo y su estado en España Una carta de Sabadell anunciando la fusión de los dife- rentes Centros y Grupos espiritistas de aquella localidad, á fin de poder trabajar con mayor éxito del hasta ahora ob- tenido por la difusión de nuestros ideales, me ha inducido á examinar el estado de decadencia en que se halla la idea REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 101 espirita en España; y, como «por el hilo se saca el ovillo», de ello ha venido el buscar las causas de este estado y, una vez indagadas éstas, el medio de volver á levantarla hasta la altura en que, en época no muy lejana, había llegado, para que pueda cumplir con lo que en sus programas se ha trazado siempre. Para mayor comprensión de las ideas que emita en este artículo, necesario es, y á esto voy ante todo, que exponga lo que á mi entender ha sido causa primordial del triste es- tado en que se halla aquel cuerpo, tan robusto antes. Pocas palabras emplearé para ello. Fracasó aquel espléndido movimiento de expansión que tuvo su encarnación en la «Federación del Vallés», «Fede- ración Catalana», «Federación Española» y, más tarde, como último destello, en «La Liga Espiritista Española», porque en momentos como los actuales en que la humani- dad lucha y se agita para contrarrestar la nefasta influencia de religiones y partidos reaccionarios y conservadores, que quisieran atarla para entronizar otro régimen feudal; en que las cuestiones sociales y políticas adquieren un grado de agudeza como pocas veces se ha visto, no supo, repito, adaptarse á las circunstancias, y, encerrándose los espiri- tistas en sus Centros, sólo se preocuparon de ellos mismos buscando en las comunicaciones un lenitivo á sus males y la necesaria conformación para soportarlos. Con egoísmo sin par se olvidaron de la gran masa humana que á voces pide pan y libertad, no dirigiéndose á ella para decirle: «Sufres porque has hecho sufrir, pero mira, dentro los ho- rrores de tu suerte hay este medio y este otro para mejorar tu situación», sino que en su absoluto desconocimiento de las necesidades de esta época de rudo batallar en todos los órdenes de la vida, sólo supieron decirle como consuelo á sus males: «Sufres porque has hecho sufrir, confórmate, pues». Y ésto será todo lo que se quiera, pero es muy poco cristiano, porque si bien sabemos que todo padecimiento actual tiene su causa en pasadas encarnaciones, de cristià- nos es el ver de mejorar la situación de los que hoy sufren, víctimas de su mala conducta de ayer. He aquí expuestas las principales causas, á mi pare- cer, del actual estado del Espiritismo español, y dicho está que para cambiarlo, lo primero y principal, es cambiar completamente de orientación, enderezando el rumbo de 102 LUZ Y UNIÓN nuestra nave hacia otros puertos de los que hasta ahora han servido de punto término de la línea que seguía. Es necesario, para ello, una nueva organización de las sociedades espiritistas, en todo aquello que no ataña á la vida interior de las mismas; buscando la manera de man- comunar los esfuerzos de todos los espiritistas españoles, formando, después del debido estudio, un programa común que debería dividirse en dos partes. La una que trataría de la organización j medios de propaganda del Espiritismo en las cuestiones sociales y políticas; y, la otra, que versaría sobre el Espiritismo filosófico y científico. Con ésta se descu- briría al pueblo lo que forma nuestro cuerpo de doctrina, mostrándole las causas de los sufrimientos que boy le ago- bian y dándole ánimos con la perspectiva de días mejores, para sobrellevarlos. Con la anterior presentaría, el Espiri- tismo, solución inmediata á problemas que tanto interesan boy, atrayéndose con ella la simpatía de todos los que boy le miran con prevención por creer es una nueva religión que, como las ya existentes, sólo busca explotar los bolsi- líos y oprimir las inteligencias. Grandes y positivos serían los resultados que este nuevo estado de cosas produciría, y no de los menores sería el po-, der combatir cara á cara y con toda clase de argumentos al materialismo, preparando de este modo el terreno para que cuando llegue el día, seguramente no muy lejano, en que admitidos los fenómenos espiritas como cosa cierta é indu- bitable por los hombres de ciencia, se pueda emprender, sin temores y con mayor eficacia, la propaganda directa de la doctrina Kardecista. Este es el cariz que creo debería tomar el Espiritismo para ganar lo que ha perdido, pues si bien el progreso es ineludible y, por lo tanto, el triunfo de nuestros ideales también, no debemos olvidar aquellas palabras del Mártir del Gólgota: «Ayúdate y te ayudarán». Grande es la responsabilidad que sobre nosotros pesa, tan grande que si no nos mostramos á la altura debida, sino miramos de enmendar pasados errores, sacrificando nues- tras miras personales ante el altar sacrosanto del amor Universal, el peso de la misma nos abogará y durante largo tiempo nos hará sentir nuestra conciencia el terrible roedor de los remordimientos. Preciso es, pues, levantarnos, sacudir el letargo en que revista espiritista kardeciana 103 yacemos, hacernos cargo de cuál es. nuestro deber y cum- plirlo sin vacilaciones, con firmeza y energía, mirando á lo alto, puesto nuestro pensamiento en Dios y henchido el co- razón de amor hacia nuestros hermanos. Nada debe escapar á nuestra actividad, en todas partes debemos presentarnos, á todos los problemas es necesario sepamos buscar solución. De este modo demostrando que el Espiritismo no es una religión con sus dogmas y farsas, ni un utópico ensueño de ilusionados, sino que vive la vida de esta sociedad, conoce sus necesidades y se preocupa de re- mediarlas, lograremos ver colmados nuestros anhelos y, en días no muy lejanos sin duda, nuestro ideal, hoy descono- cido y mal comprendido por los pocos que le conocen, ocu- pará el lugar que le corresponda y nosotros con nuestra conciencia tranquila y nuestro corazón satisfecho podremos descansar de nuestras pasadas fatigas. Liberto. Poesía del Porvenir Señor director de El Popular. Querido amigo: Cumplo su encargo. He leído Lira galan- te; Miguel Pelayo es un poeta. Es un temperamento y uñar- tista. Rara vez se permite violencias de concepto y expresión. Es harmónico, sereno y ponderado. Su estilo, elegantísimo. Culto sin manifestarlo, sabe que el exceso de cultura sofoca la eclosión del genio, y que Bizancio no es Atenas. Es mo- derno sin modernismo. No tiene lo pedestre de la métrica francesa, y escribe el hermoso verso castellano que envi- diaba Víctor Hugo, ese millonario de hermosísimas estrofas. Su gusto delicado le prohibe la desagradable mezcla de lo prosaico con lo poético, de lo trivial con lo elevado, de lo vulgar con lo sublime. Está en la primavera de la edad, y canta la primavera de la Natura, esa juventud del año, según frase del poeta. Canta el amor. Canta las flores, las mariposas, las libélulas; esas joyas de oro que flotan en los aires, cubiertas de rubíes ó esmeraldas; canta todo lo que 104 LUZ Y UNIÓN tiene perfume, color y resplandores; todo lo que extiende trémulas alasen el valle. Viéndole tan equilibrado, tan rico en imágenes, en símbolos, en rimas nuevas, suntuosas y des- lumbradoras, me siento poseído de admiración y exclamo conmovido: no es posible hacer más para el Ensueño: espe- remos que algún día realizará otro tanto para el Pensa- miento. Nuestra Poesía actual es bella, pero no sincera; culta y refinada, no sencilla y natural. Se forma de recuerdos, de reminiscencias; no brota espontánea de nuestras horas, de nuestras luchas, de nuestras angustias, de nuestras convul- siones; no nace palpitante de la entraña viva de la sociedad, como debiera. Por eso ilusiona, deslumhra, rompe en ful- gurantes temblores, fuegos de artificio que se extinguen pronto; pero no conmueve, no apasiona, no interesa, no es verdaderamente artística según Guyau, cuyo magnífico li- bro El arte desde el punto de vista sociológico todo el mundo debiera conocer. Bueno es hacer poesía páralos poetas, pero mejor es hacer poesía para la Humanidad. Así la hicieron todos los maestros desde Homero hasta Goethe, pasando por Virgilio, Dante, Shakespeare, Moliere y Miguel de Cervan- tes Saavedra. No todos somos genios, pero todos podemos seguir sus resplandores. La orientación es lo natural, lo verdadero; no lo que pasa en la fantasía individual, sino lo que sucede en la vida y en el mundo: eso es lo eterno. Seamos sinceros: no mintamos diciendo que vestimos púrpura, birrete plumeado, escarcela y daga florentina. Que queremos morir disfrazados de Paolos, atravesados por la espada de Lanciotto, declamando en italiano que un buen morir toda una vida honora. No mintamos diciendo que so- mos amigos de bandidos y rameras y que esperamos por la noche en una esquina el paso de los siete Pecados Capitales, mientras bebemos el ajenjo visionario desprendido de los cuernos de la luna. Todo eso será verdad en el mundo de la mentira, pero es mentira en el mundo de la verdad, y hay que hacer poesía que sea verdad en todos los mundos. Cuando saquéis ¡oh poetas! la Edad Media ó el Renaci- miento italiano, sacadlos para decir algo que interese á nuestra sociedad, pues tenemos prisa. En cuanto á las hi- dras y quimeras fabulosas, no salgan de vuestra fantasía, sino de vuestro corazón: de esa caverna salían las de Heine. Eran los monstruos de su atormentado espíritu. No inven- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 105 téis princesas encantadas: cuando Ruben Darío suspiraba su Princesa triste, yo gemía mi sobrina muerta, y mi sollozo despertaba los demás sollozos. ¿Para qué princesas imagi- narias, si en nuestro hogar tenemos reinas de carne y hueso que están tristes ó contentas, que ríen y que cantan, que suspiran, que padecen... y que mueren? No rompáis moldes; aumentadlos. Si los rompéis sin ne- cesidad, tendréis que componerlos sin remisión. El verso de once sílabas ha servido para La Divina Comedia y para «¡Quién supiera escribir!» La misma medida tiene el terrible Lasciate ogni speranza voi ch'éntrate, que el festivo Escri- hidme una carta, señor cura. Y en ese mismo metro han ver- tido su diferente inspiración múltiples poetas. Por igual cauce han derramado su oro fundido en el transcurso de seiscientos años, desde Dorante hasta Campoamor, pasando por Petrarca, Ariosto, Tasso, Carnoens, Ercilla, Valbuena, Garcilaso, Lope, Quintana y Espronceda. Cada uno de estos vates ha comunicado al mismo ende- casílabo su distinto ritmo, su latido, su corazón, su sér ente- ro, diferente, inconfundible y soberano. Cada uno de estos genios ha hecho una revolución donde se hacen las revolu- clones, en el fondo. Si queréis realizarlas en la superficie, realizadlas. Modificad la forma, el verso; cambiad el ins- truniento que acompañe vuestro canto; pero no perdáis de vista que la lira sólo tiene por progreso la mayor sonoridad. De sorpresas vive el arte; mas procurad que esas sorpresas vengan del espíritu, no de la expresión. No espiemos con tanto afán la aparición de expresiones nuevas para reproducirlas en seguida. No nos copiemos unos á otros. No pretendamos vivir la vida de los demás, pensar con el cerebro ajeno, sentir con el ajeno corazón. Pasaron los bohemios de Mürger, los bebedores de Baude- laire, los blasfemos de Richepin, los visionarios de Verlai- ne, desde cuya lluvia ha llovido ya bastante. Pasaron las extravagancias de Mallarmé, y no digo que han pasado las excentricidades de Marinetti porque no han llegado toda- vía, porque no llegarán jamás, porque no pueden llegar al general consenso los ensueños y delirios de un soberbio dementado. Ni el violin de Pierrot es lira, ni es Parnaso el Barrio Latino, ni es Olimpo el brillante pero frivolo París de nues- tros días. Jamás la paradoja francesa entrará en la senten- 106 LUZ Y UNIÓN cia castellana. Y es inútil que se empeñen los Carreres y Machados. Versalles ha muerto para la Historia y el Eey Sol para la Política. Mueran también para la Poesía. No pretendamos vivir de muertos; no alimentemos de fantas- mas nuestra inspiración, cuando hay á nuestro rededor tantas cosas vivas, tantas cosas palpitantes que nos solici- tan y reclaman. No suspiremos madrigales cuando podemos y debemos levantar odas. No las odas de Quintana y de Tassara, sino las de Leopardi, Manzoni, Carducci, Mon- roy, Curros Enríquez y Junqueiro. Y también tenemos que hacer epopeyas. Cada siglo trae un problema y tiene un hombre: hoy el siglo se llama Revo- lución social. Hoy se presenta en acción el taller, la fábri- ca, la mina. El obrero es el Aquiles de la nueva Iliada: En él se concentra todo el interés dramático de nuestro tiempo. El rugido proletario nace de un gran dolor: esa indignación es desespero. Hay que escuchar al trueno; hay que cantar la tempestad. ¡Quien no sienta la belleza trágica del rayo, que renuncie á ser poeta! Todavía los poetas, como en los tiem- pos de Anfión, pueden elevar ciudades; pueden erigir las Tebas del derecho y la justicia; ¡pueden levantar las pie- dras al compás de sus laúdes! Añadid á vuestra lira estas dos cuerdas: el Consuelo y la Esperanza. En el coro de las nueve Hermanas dad entrada á estas dos musas: la Ciencia y la Filosofía. Cantad á Edis- son y sus inventos. Poético es este mágico prodigioso, más que el de Calderón: él condensa la electricidad dispersa en lo infinito, y hace que esta diosa alumbre, cante, vuele: él hace que esta reina sirva como esclava en nuestro hogar. Ensalzad al sabio Cajal y sus descubrimientos. Poético es este genio milagroso revelando los secretos del cerebro hu- mano: él está próximo á exclamar ¡eureka! sorprendiendo la presencia del espíritu en el fondo material. Consultad con William Crookes: él os dirá que en el espacio viven inteligencias libres, capaces de comunicarse con nuestras inteligencias cautivas, haciendo posibles la Espirita de Gauthier y sus eternos avatares. Hablad á An- drés Pezzani, que os demostrará su pluralidad de existen- cias del alma; y Camilo Flammarion, que os demostrará su pluralidad de mundos habitados. Sacad más partido de las estrellas, que sirven para algo más que para compararlas con las pupilas bellas y adoradas. Escuchad al viejo Cha- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 107 teaubriand: nuestro mezquino planeta boga en un océano de soles, materia bruta de luz, metal en fusión de mundos, de donde van saliendo las creaciones. Esas creaciones las cuenta, las mide, las pesa, las bautiza el hombre, este átomo inmenso á que llamamos sér humano. Este insecto microscópico, perdido en un pliegue del manto de los cielos, sabe cuándo el rostro délos astros debe ser cubierto por las sombras. Esos astros no le pueden ocul- tar un solo paso por la altura; y él, que vive la vida de un relámpago, sabe por qué vuelven los cometas después de miles de años. El, por el instinto de su inmortalidad, ha en- viado su mente al firmamento, y ha reconocido á cada avan- ce nuevos milagros de un poder omnipotente. Los soles interpuestos delante de los soles se hacen som- bra, y su número no cabe en lo infinito. La distancia de algunos es tan grande, que desaparecen ellos, y su luz que corre tanto, tarda miles de años en llegar hasta nosotros. Se asemejan á los genios: hace tres mil años murió Homero, y ahora alumbra la frente de Mistral. En el centro. Dios ve desfilar á su alrededor esas procesiones, esas teorías, que son pruebas añadidas á las pruebas de su Sér. La Naturaleza, que trabaja mecánicamente, tiene conciencia de sí misma, y esa conciencia es la Divinidad. Dios es la Infinita poten- cia del Infinito. Ese Dios, tan negado hoy, mañana será reconocido como la harmonía suprema; después como la suprema justicia; más tarde como el supremo amor: que ésta será la evolución del pensamiento en lo futuro. Cantad el progreso verdadero: el de los sentimientos. Cantad el autonióvil despojado de brutalidad; el aparato volador despojado de proyectos de conquista, sin intenció- nes de destrucción. Del cielo no ha de bajar más que la paz y no la guerra; del cielo no ha de descender más que el cielo y no el infierno. ¡Ay del hombre que se eleva para hacer el mal! Cuando el sér humano merezca subir, subirá hasta Sirio. Después del aparato volador, ensalzad el telégrafo sin hilos. Anunciad como lejana profecía la hora en que las vibraciones marconianas—ú otras más potentes—lleguen hasta Marte y le digan que la Tierra ha despertado: y que Marte lo diga á los demás planetas. Los átomos se comunican con los átomos, los mundos con los mundos, los soles con los soles: ¡las humanidades se comunicarán con las humanidades! En la Creación es 108 luz y unión solidario todo, j todo palpita bajo el mismo velo de oro, preso en la misma red divina. Todo lo creado vive, se renueva, se transfigura, se glorifica; y en la vida universal y eterna, nada puede morir y nada fia muerto más que la Muerte. Desde la cumbre de mis años, descubro allá bajo un resplandor: es una aurora. ¡Ob, poetas jóvenes, vosotros veréis el nuevo sol! Descienden efluvios celestiales, celestia- les armonías, cantos de pájaros perdidos en lejanos paraísos. Nada bello, nada grande está fuera de la lira: la estrofa debe ser un círculo que se ensanche sin cesar. Los horizon- tes se iluminan, se dilatan... Y pues el Universo se engran- dece ¡engrandézcase también el arpa excelsa que lo cante! Salvador Sellés. P. D.—Sr. D. Miguel Pelayo: quería hacer una nota, y ha resultado una oda. Siento un temblor de alas, no sé si en el espíritu ó en el corazón; creo que es en el corazón: vaya un abrazo. 1." Marzo 1911. (De M Popular, de Alicante). Reflexiones ¡Guán desgraciada es la humanidad! ¡cuán desgraciados son los pue- blos que no saben sacudir el yugo de sus tiranos y de sus opresores! iQué infeliz es aún la sociedad presente que no comprende que la causa de su malestar es la consecuencia de su ignorancia que no le deja ver que sus males proceden sólo de su corazón y que él sólo puede y debe remediarlos! Cuando considero lo fácil y lo sencillo que le es al hombre ser bueno y ser feliz y no lo es, me parece que la humanidad terrena está condenada para siempre á sufrir y padecer; me parece, también, que el hombre jamás dejará de esclavizar al hombre, ni un pueblo dejará de oprimir á otro pue- blo, y qué nunca habrá días Venturosos para todos los Estados ni para sus habitantes. Me figuro que siempre habrá conquistadores y conquistados, opresores y oprimidos, señores y plebeyos, explotadores y explotados. Me parece, en fin, que la Tierra podrá quizá cambiar de opresores, pero no se verá REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 109 libré de la opresión. Cuando así pienso, la melancolía se apodera de mi espíritu, porque cuanto más quiero estudiar al hombre que trata de ele- varse sobre los demás y se cree con derecho y capacidad para proclamarse jefe, veo en él la perversidad, á la par que en los de abajo, con raras excepciones, el envilecimiento, y que unos y otros hacen enojosa su propia existencia. No me extraña, considerando todo esto, que haya hombres que siendo dignos y honrados, al verse víctimas de la opresión, quieran desaparecer de la escena de la vida para reunir sus cenizas con las de aquellos que sólo les enseñaron á ser sencillos y laboriosos. Pero ¿acaso consiste la Virtud en morir? ¿Es que con la muerte cree el hombre que ha dejado de sufrir? ¿Puede el hombre creer acaso que matán- dose, huyendo de la lucha de la vida, de los sinsabores y sufrimientos que ésta trae consigo, ha de reunirse allá con los seres queridos? Esta es la lógica consecuencia de la ignorancia de aquellos seres que un fausto suceso les llena de ánimo y un revés cualquiera les abate. Cuando nos entregamos á las sensaciones del momento, no juzgamos de las cosas por su naturaleza, sino por la vehemencia de la pasión ó del agrado. Cuando recapacitamos sobre todas estas cosas, nos parece que siem- pre habrá hombres perversos dedicados á perpetrar el crimen y que los humildes, los laboriosos y los justos han de separarse de la lucha al pri- mer obstáculo que hallen á su paso para hacer una buena obra. Pero, embebecidos en estas reflexiones, otro pensamiento toma cuerpo allá en lo más profundo de nuestro sér, como queriendo distraernos por un momento, para que nos fijemos más y veamos las cosas bajo otro aspecto distinto. Pasan unos cuantos segundos, y durante este intervalo parece que alguien, dentro de nosotros mismos, que no vemos, no oimos, ni tocamos, nos hace reaccionar en sentido opuesto, como queriendo llevarnos de un pesimismo ciego á un optimismo lleno de luz y de esperanza en el porve- nir de la humanidad terrena. Una vez apoderado de nosotros este Alguien desconocido, y dueño ya de la situación, empieza á interrogarnos, argumentando de la siguiente manera; jOh, tú, y todos los que así discurrís! ¿Sobre qué hechos, sobre qué cálculos profundos fundáis vuestros desalientos? ¿Habéis investigado profundamente la organización del sér sensible, para poder determinar con exactitud si los móviles que le conducen á la felicidad son esencialmente más débiles que los que le alejan de ella? ¿Os habéis asegurado bien de que es imposible que progrese y sacuda el yugo que hoy le oprime y rompa las cadenas que le aprisionan? ¿No habéis estudiado la historia de la espe- de humana? Y si la estudiasteis, ¿no sabéis juzgar lo futuro por lo pre- sente y éste por lo pasado? Responded: ¿No han dado las sociedades nin- gún paso hacia el progreso, desde su comienzo? ¿Se hallan todavía los 110 LUZ Y UNIÓN hombres en los bosques faltos de todo, ignorantes, estupidos y feroces? ¿Se encuentran los Estados en aquellos tiempos en que no veían sobre la Tierra más que bandidos degradados, imbéciles y esclavos? Si en determi- nadas naciones y en diferentes épocas han mejorado en sus manifestació- nes y sentimientos los individuos, ¿por qué la totalidad no ha de poder mejorarse? Si algunos de ellos se han perfeccionado, ¿por qué la. sociedad en general no se ha de perfeccionar también? Lo que ocurre es que el hombre, descontento con lo presente, atribuye al pasado una perfección falsa, que no es sino la máscara de su tristeza actual; elogia á sus antepasados, porque odia á sus contemporáneos, y golpea á los que son, con los huesos de los que fueron. Oiga de una vez la humanidad entera y escuche la Voz de aquellas almas que dejando la forma material con que se distinguieron en la Tierra, cruzan los espacios interastrales, y desde largas distancias y de lejanas esferas vienen á demostrarnos, con pruebas inconcusas, que la muerte no existe y que la perfección por medio de la evolución y del cambio con- tinuo, las humanidades y los mundos progresan, y que al progresar se mejoran, y al mejorarse se perfeccionan. Efectivamente; así lo Va comprendiendo ya el hombre cuando se entrega á los estudios abstractos, porque por ellos conoce mejor el destino qUe le indica la Naturaleza y sus relaciones en la. sociedad; discute los principios, conoce mejor sus fines, esparce más la luz, instruye mejor á los indivi- duos hace más sociables las costumbres para que el vivir sea menos y penoso y más soportable la lucha que se ve obligado á sostener en defensa de sí mismo. La humanidad tiene que mejorar, porque progresa y progresa, porqúe han desaparecido aquellos obstáculos más grandes que antes la hicieran ir tan lenta y tan despacio como eran las dificultades de transmitir y comu- nicar rápidamente las ideas que llevan en sí el adelanto y la civilización de unos á otros pueblos y de unos á otros continentes á través de los mares y de los desiertos, cruzando el mundo de un polo al otro polo. Los antiguos pueblos estaban separados y aislados por la diferencia de idioma, y por esto resultaba un caos favorable pará la ignorancia y el pillaje. No había comunicación de ideas, ni de inventos, ni armonía de intere- ses y voluntades, ni unidad de acción y de conducta; los medios únicos de transmitir las ideas se reducían sólo á la palabra fugitiva y limitada. Hoy ban- ya los pueblos se unen, las sociedades se agrupan bajo una dera de fraternidad con un programa más ó menos amplio, y trabajan para que se realicen sus aspiraciones, que son las de mejorar su situación, y todos sienten el mismo deseo, porque es un efecto también de las leyes de la Naturaleza que obedecen á la sensibilidad, y el hombre tiende, sin darse revista espiritista kardeciana lil cuenta, á ser dichoso, como el fuego á subir, la piedra á bajar y el agua á nivelarse. El obstáculo mayor que se opone al perfeccionamiento y al progreso de la humanidad es, ya lo hemos dicho y lo repetimos, siempre, la igno- rancia, porque le extravía en los medios y le engaña en los efectos y en las causas; pero á fuerza de experiencias se irá instruyendo y á fuerza de errores se corregirá, se hará prudente y á la vez se hará buena, porque tiene interés y quiere ser dichosa. Hoy las ideas se comunican de unas clases á otras con más facilidad; la instrucción es más regular, más general y más vulgar la ciencia; ya casi todos los hombres conocen ó presienten cuáles son los principios de la felicidad pública, sus derechos y sus deberes en el orden social; ya Van aprendiendo á librarse del yugo y del despotismo; ya saben que la ambi- ción desmedida trae consigo fatales consecuencias; ya saben que la moral es una ciencia física, compuesta de elementos complicados en su aeción y sencillos é invariables en su naturaleza, porque son los mismos de la orga- nización del hombre; van comprendiendo también, que deben ser mode- rados y justos, porque ya vislumbran que en esto estriba la seguridad de todos y de cadá uno; el que goza á expensas de otro, desconoce el dere- cho que cada uno tiene, y de aquí las represalias, los odios y las ven- ganzas. Es nesesario, por tanto, que los individuos todos conozcan que su propia dicha debe estar ligada á la felicidad de sus semejantes; los débiles, lejos de separar sus intereses, debieran unirlos, porque la igualdad es la que constituye su residencia; los ricos no deben separarse de los pobres ni entregarse al disfrute de los placeres, porque su naturaleza está, como la de los pobres, limitada á la constitución del organismo, y cuando ésté se deteriora por el abuso, degenera y sufre las consecuencias inevitables. Unos y otros deben comprender que en la tranquilidad del alma y la paz del corazón estriba la felicidad y la dicha en la Vida presente y sucesivas. B. Rodríguez. (Continuará). Ceuta, 7 de Marzo 1911. Sr. D. A. A. Distinguido hermano: Tengo á la Vista la extensa carta que ha dirigido usted á D. Joaquín Huelbes Temprado, ilustre vate del Espiritismo, expo- niéndole sus dolencias y pidiéndole consejos para curar su mal. Independientemente del plan que este maestro pueda ponerle, yo me atrevo á exponerle algunas consideraciones de orden filosófico é higiénico 112 LUZ Y UNIÓN por si usted, en su sano criterio, las considera aceptables y quiere seguir- las, en la inteligencia que de hacerlo así, curará radicalmente de sus do- léñelas; y si el mal estuviera tan adelantado que fuera imposible su curación completa, el procedimiento que le razonaré tiene la eficacia, por lo menos, de aliviarle considerablemente. Empezaré manifestándole que á pesar de estar el hombre compuesto de uno ó varios principios (7 según la doctrina teosòfica, 2 según el cristianis- mo-espiritualista, y 3 según el Espiritismo), todos ellos pueden reducirse á uno que llamaremos Principio Espiritual ó Dinámico del sér. Todos los de- más, de existir, son diversas condensaciones de este único elemento diná- mico del sér. Las propiedades esenciales de este único principio de la vida humana son tres: Inteligencia, Sensibilidad y Voluntad; y todos los actos de la vida humana, y todos los fenómenos de la misma, desde el más gro- sero y material hasta el más elevado y puro, tienen como antecedente y causa, como razón y fundamento una de esas tres direcciones, ó emanació- nes del Principio Dinámico ó Espíritu del sér. Es decir, que es el espíritu causa eficiente, causa determinante y razón fundamental de todos los actos y operaciones que se verifican en el individuo; tanto si son pertenecientes á la vida intelectiva, como si se refieren á la sensitiva, como si á la volun- taria, como, en fin (y fíjese bien) si tienen por objeto los actos de la Vida vegetativa, orgánica, fisiológica ó material. Es, pues, el espíritu causa determinante de las enfermedades que ago- bian al cuerpo; pues toda enfermedad de éste tiene como antecedente in- mediato una enfermedad de aquél. En esta razón se funda el ilustre Emerson y con él otros notables mé- dicos y filósofos para decir: Todo enfermo, mayor de edad, es un mal- vado ó un ignorante. Este radicalismo tiene un gran fondo de verdad, si se observa que toda enfermedad proviene de haber hecho algunas cosas opuestas á leyes establecidas por Dios en el Universo; de suerte que si ta- les cosas se han hecho sabiendo que estaban mal hechas, el autor de ellas es un malvado; y si las ha hecho ignorándolo, es un ignorante. La enfermedad es, pues, una consecuencia de haber Violado consciente ó inconscientemente las leyes naturales. ¿De qué modo, pues, curarse? Volviendo á cumplir aquellas leyes naturales. ¿Y cuál ha de ser el instru- mento para su curación? Pues el mismo espíritu que las Violó. ¿De qué modo? De la siguiente manera: Es un procedimiento higiénico que abraza dos aspectos: uno físico y otro espiritual. Aunque el procedimiento físico tiene extraordinaria importancia, aun la tiene mayor el mental. Consiste éste en lo llamado concentración mental y está basado en la gran verdad de que todo pensamiento desarrolla una energía homogénea con él y proporcional á su intensidad, capaz de produ- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 113 cir sobre el objeto á que se dirija, efectos en consonancia con la naturaleza del mismo. Es difícil concentrarse; si usted no lo sabe hacer, puede con- sultar las obras tituladas: Formas del Pensamiento, de Annie Besant y Leadbeater; El poder del pensamiento, de Annie Besant; Nuestras Fuer- zas Mentales, de Prentice Mulford, y la Revista de orientalismo y ocultis- mo Sophia {kiocha, 127 duplicado, 3.°—Madrid), en cuyo número 2 del corriente año y páginas 138 y siguientes, encontrará usted sanos consejos para la práctica de la concentración mental, meditación, reflexión y contem- plación. Dicha concentración mental consiste para usted en conservar, pri- mero durante cinco minutos, un estado monoideico de salud, de bien, de fuerza, de energía físicas. Cuando su pensamiento ya no se distraiga, es decir, cuando la idea sea fija y usted la pueda dominar y dirigir, envíela usted hacia la parte enferma de su organismo poniéndose encima la mano derecha si dicha parte está en el lado izquierdo, y la izquierda si la enfer- medad reside en el derecho, y mande con tesón, con energía, con Voluntad, con fuerza mental poderosa y sin distraerse con ningún otro pensamiento, la corriente de su espíritu hacia ese sitio mandándole curar, sanar, regene- rarse, reconstituirse, volver de nuevo á la vida normal y fisiológica, y per- manezca usted en este estado una hora diaria por lo menos. No desmaye usted nunca; siga usted siempre adelante con fe en Dios, con perseverancia grande, y tenga usted la evidencia de que ha de sentir en poco tiempo una gran mejoría. Además, es necesario de toda necesidad, que purifique usted su espíritu, que sanee usted su alma enferma. Para ello le aconsejo que en todos los momentos de su Vida tenga la idea del bien, de la caridad y de la salud para todos los seres que constituyen la Vida del Universo y son nuestros hermanos. Nunca abrigue usted el más mínimo rencor para nadie; aleje de su pensamiento el odio y el mal y dirija corrientes de amor, de felicidad y de dicha hacia aquellos mismos que le han producido á usted algún daño. De este modo su pensamiento será puro, su sentimiento será noble y su voluntad será justa y compasiva; en una palabra: su espíritu será bueno y estará sano, y consiguientemente su cuerpo estará bueno y no podrán ger- minar en él enfermedades ningunas, y si algunas hubiera, desaparecerán por no tener en él cabida. Y Vamos ahora al procedimiento de higiene física: Hay una ley en el mundo biológico que cumplen fatalmente todos los seres de la escala zoológica; esta ley se expresa así: Todo sér debe vivir ocho veces su desarrollo. Así se verifica en aquellos que siguen con toda su pureza los preceptos naturistas y se hallan en constante comercio con los agentes naturales: sol, aire, luz y agua, que con tanta profusión se ha- Han diseminados sobre la tierra y de que tan mal se aprovecha el hombre. Ya se halla aquella ley un tanto aminorada en los animales domésticos, y 114 LUZ Y UNIÓN extraordinariamente dismiminuída en el hombre que falta abiertamente á aquellas leyes que la Mente Divina impuso en el Universo. Consecuencia de esta falta es que la vida humana, debiendo tener por término 175 años, apenas si llegg á los 80, y que el hombre debiendo estar sano, enferma con inusitada frecuencia. Hemos nacido desnudos porque así le plugo á aquella Mente hacerlo, y empiezan los padres del recién nacido por envolverlo en telas antihigiéni- cas que producen al infante horrible martirio; hurtamos su cuerpo al rayo vivificante del sol, cuando si el sol nos faltara todos pereceríamos. El aire que oxigena y vivifica la sangre, nunca azota con su caricia maternal el cuerpo del niño, cuando si el aire nos faltara, nos faltaría la existencia. Consecuencia de todo esto es el crecido número de niños que mueren y el no menos crecido de enfermedades de la infancia. Pero crece el niño, y en medio de estas sugestiones tremendas llega á hombre y continúa viciando su humana naturaleza con los más deprimentes y asquerosos Vicios. El al- cohol y toda clase de vinos y de licores, incluso el café, producen una exacerbación fisiológica que concluye con envenenamiento del cuerpo y por ende del alma. El tabaco deprime la actividad funcional del pulmón, enve- nena la sangre y es germen seguro, para los débiles, de la bronquitis y de la tuberculosis. La carne muerta, con sus ptomaínas y leucomainas, gérme- nes morbosos consecutivos á la descomposición orgánica que sigue á la muerte, producen todas las enfermedades del estómago y del hígado, la arterioesclerosis, el cáncer y el reuma. El hombre no es carnívoro, el hom- bre es frugívoro como dice Cuvier y repite con razones contundentes nues- tro ilustre Tolosa Latour. En resumen, no sabemos respirar ni sabemos comer, y el organismo humano se purifica: 1.° por el aparato respiratorio y 2.° por el aparato di- gestivo. Yo le recomiendo, pues, eficazmente que aprenda á respirar. El oxígeno- san- penetra en el pulmón, llegà á la sangre, la enriquece, la purifica; esta gre, así purificada, recorre todo el organismo, lo sanea, lo vivifica, recoge todas sus impurezas y vuelve á echarlas al exterior de nuevo por el aparato respiratorio. Es, pues, esta función por excelencia vitalizadora; pero des- graciadamente la humanidad no sabe respirar. Lo enseña cumplidamente el libro titulado La saludpor la respiración, del doctor Arnulphy, traducido D. José Roda, que Vale 2 pesetas y puede usted adquirirlo en la Libre- por ría Académica, calle del Prado, n.° 11, Madrid, Yo le aseguro á usted que siguiendo los consejos de esta obrita no hay enfermedad que resista. Lo sé por experiencia. Más complejidad requiere aún el funcionamiento del aparato digestivo. Aquí cada cual debe observar su estómago y conocer qué clase de ali- mentos son los que mejor le sientan. Sin embargo, puede sentarse coma revista espiritista kardeciana 115 regla general que el hombre es más bien vegetariano y aun mejor frugívora que otra cosa cualquiera, En su consecuencia, la abstención de carnes, de tabaco, de alcohol y de café han de ser las bases de una alimentación ra- cional. Adquiera usted también el librito titulado La salud por la alimen- tación racional, del doctor Pascault, traducido también por D.José Roda, y entre ambas obras tendrá usted base suficiente para seguir físicamente un régimen higiénico que le curará con toda seguridad. No olvide usted que el Sol es el padre de la vida y que la Tierra es la madre; tome usted mucho sol, mucho oxígeno del aire y mucha luz. No fume usted; no beba más que agua pura eligiendo aquella cuyo grado hidro- trimétrico le siente mejor á su estómago; suprima usted por completo el café; no se acueste usted después de las 9 de la noche, ni se levante des- pués de las 7 de la mañana, y si hace usted cuanto le indico, se reirá usted antes de un año de las enfermedades y de los enfermos. Por último, debo recordarle que el Primer Mandamiento de la Madre higiene dispone: amar sobre todas las cosas el Sol, el Aire, la Luz y el Agua pura. Querer es Poder. La ciencia médica ha demostrado que el torbellino vital tiene tal velocidad, que en el transcurso de 90 días ha cambiado hasta el último átomo del individuo. No hay pues razón para que la enfermedad subsista; pues si Querer es Poder, la voluntad hará que la adaptación celu- lar nueva se haga fisiológicamente y no patológicamente. i A querer pues, amigo A.! Y dispense á quien únicamente el deseo de ser útil ha movido á coger la pluma y escribir estos mal pergeñados renglones y peor aliñadas ideas. Su hermano de corazón, César Bordoy. Suscripción para el banquete que se dará á los pobres, de Tarrasa, en Mayo próximo, en honor de Alian Kardec y ' Miguel Vives. Pesetas Suma anterior 62'70 Ricardo Boleas, de Tharsis 1'75 Salvador Qoñi, «Fe y Unión», de Saladillo . . . . . 46'30 Julia Bendránas, de Barcelona .......... 1 Cándida Gómez, de Línea de la Concepción .... 3 Total 114'75 (Sigue abierta la suscripción). 116 LUZ Y UNIÓN Cumpliendo un deber Sr. Director de la Revista Luz y Unión. Apreciado amigo y hermano: Con el buen fin de laborar por el pro- greso del Espiritismo, el Centro «Altruista Espiritista», de Badalona, se ha reunido y ha tomado los siguientes acuerdos: Declarar que considera de mucha eficacia y transcendencia el sistema de unión mental, pues basta hojear un poco el libro de Prentice Mulford, titulado: Nuestras Fuerzas Mentales, para convencerse de que este pode- roso factor puede prestar su benéfica influencia siempre y en casos apura- dos á la humanidad. También ha sido objeto de detenido estudio la proposición del distin- tivo, y cree este Centro que es de suma utilidad el uso prudente de dicha insignia; decimos uso prudente porque consideramos que el distintivo y Viene á ser como un arma de dos filos, que si no es bien usada puede herir á sus propios dueños. Sucede que son muchos los llamados y pocos los escogidos; muchos que entran en los Centros espiritistas; pero debido al atraso é ignorancia en se vive, pocos son los que continúan siendo ó haciendo esfuerzos que para ser verdaderos espiritistas. De esta enseñanza, deducida de los hechos, resulta: que si no hallamos la manera de repartir bien dicho distintivo, como éste representa la moral, la honradez y el altruismo, van á aprovecharse de él los que más faltados de las ya mencionadas cualidades se encuentren. Pasamos por alto, en estos momentos, la forma y tamaño, así como los demás requisitos que deben acompañar á dicho distintivo, por considerar que resoluciones de tanta transcendencia son objeto ó incumbe á una asamblea. Sin más por hoy, y estando á la espectativa y aguardando órdenes, se despide de usted, mandando un abrazo fraternal á todos los hermanos. La Junta. Badalona 15 de Marzo de 1911. De todo libro que se envíe á esta Redacción un ejemplar, se dará cuenta de su aparición, y si dos, se hará juicio crítico sobre el misiiio . " REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 117 Hemos recibido la siguiente carta, que gustosos publicamos: Sabadell 28 Marzo de 1911. Sr. Director de la Revista Luz y Unión. Barcelona. Muy señor mío y hermano en creencias: Tengo el gusto de participarle que, conforme estaba anunciado, tuvo lugar, el 25 de los corrientes, la velada litera- ria musical con que los Centros «Fraternidad» y «Aurora», de ésta, celebraron su fusión. Dicha velada se celebró en el nuevo loca! de la Sociedad, sito en la calle de la Industria, n.° 8, 1.°, que se llenó por completo, á pesar de ser capaz para más de 700 personas. Concurrieron á dicha fiesta, representantes de los Centros «Fraternidad Hu- mana», de Tarrasa; «Esperanza Cristiana», de San Martín de Provensals, y «Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos», de Barcelona. De Tarrasa, ade- más de los oradores, vino una numerosa Comisión. El acto empezó á las nueve de la noche; la Banda Municipal tocó tres escogí- das piezas de su vasto repertorio, y acto seguido usaron de la palabra los her- manos siguientes; Sres. Roca y López, del «Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos»; Sres. Puig, Puigdoller y Srta. Jover, del Centro «Esperanza Cristiana» (de este Centro vino también el venerable hermano Oliveras); Sr. Berengueras y señoras Qüell, Roig, Más, Anter y Riera, del Centro «Fraternidad Humana», y señores Vives, Serra, Font y Farràs, de ésta. Este último, presidente que es del nuevo Centro, resumió. Antes de terminar se leyeron unas cartas en las que el Centro de Badalona y los periódicos Luz v Unión, La Voz de la Verdad y La Evolución, de Barce- lona, se adherían al acto que se estaba celebrando. Ha sido éste, sin duda, el acto celebrado por los espiritistas de ésta que máa resonancia ha tenido en la población. Sin otro particular, se despide de usted su afectísimo seguro servidor y her- mano en creencias, Martín Pont. Celebramos infinito la fusión de estos dos antiguos Centros y deseamos que su efectuada unión les proporcione nuevos bríos para luchar, con éxito, en pro de nuestra querida doctrina. Algeciras, 15 de Marzo de 1911. Sr. Director de Luz v Unión. Muy estimado hermano en creencias: Habiendo hoy medios para que la luz no permanezca oculta bajo el celemín, cual es la voz repercusora de la prensa. 118 LUZ Y UNIÓN considero criminal ocultar hechos que pueden llevar una vez más el convenci- miento de la supervivencia de nuestra alma á seres que necesitan los hechos pal- pables para creer. Por lo que me atrevo á suplicaros que si creéis que es de utilidad pública el siguiente relato, lo publiquéis en vuestra ilustrada Revista, por lo que os vivirá agradecido quien piensa en el bien general de la humanidad y es vuestro humilde hermano. Manuel Pérez Muñiz. En la noche del 11 de Marzo del presente año, reunidas .76 personas de am- bos sexos en el domicilio de D. Manuel Castro, enclavado en la calle Alta, número 50, de esta ciudad, y abierta la sesión á las 8 y media de la noche, bajo la presidencia del hermano Verdegué, el medium vidente Antonio Román anunció que el Qufa estaba presente y el Presidente apagó la luz del quinqué que nos alumbraba. Pasados cinco minutos de estar en la oscuridad, todos observamos que del dicho medium que había hablado se desprendía un globito candescente como del tamaño de una almendra, cuyo globito se elevó como á dos metros y se desvaneció; á los diez minutos volvió á aparecer otro globo mayor, el cual, ele- vándose de la cabeza del medium á la altura de dos metros, formó como un arco de 45 grados y desapareció. Pasados cinco minutos, comunicó el espíritu que producía la luz, y nos dijo que eleváramos nuestro pensamiento á Dios, que con su ayuda y las facultades que le prestaba el médium haría mayores manifesta- ciones. Efectivamente; pasados breves momentos se hizo visible la luz, qué partiendo úel medium recorrió casi toda la habitación, arrancando á todos los hermanos exclamaciones de júbilo y admiración al ver tan patente hecho físico. El Presidente, espiritista de más de 25 años de pruebas y experimentos, con- fesó que no había tenido jamás satisfacción más cumplida y sorprendente que la que acababa de tener. Todos los hermanos, llenos del mayor gozo, hicieron ma- nifestaciones de su gran contento al tener prueba tan maravillosa. Se levantó la sesión á las 11 de la noche. Pérez. Suscripción para recaudar fondos al objeto de erigir un Mausoleo en donde guardar los restos mortales de la insigne escritora espiritista D." Amalia Domingo Soler. Pías. Suma anterior. . ... 2781'15 C. de Sechi, de Santa Fe 3 Adolfo García, de Manzanillo 10 Total. 2794'13 (Sigue abierta la suscripción). REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 119 AVISO Siendo varios los Centros y particulares que nos han manifestado sus deseos de contribuir á la propaganda de nuestros queridos ideales, repartiendo hojas ó folletos, he- mos decidido ponernos de acuerdo con la casa editora, á fin de facilitar á nuestros hermanos la realización de sus aspiraciones. Con tal fin ofrecemos á nuestros lectores los siguientes folletos á menos del precio de coste. Ejemplares Pesetas « Ventajas del Espiritismo» 50 1'25 « La Misericordia es la justicia» 25 1'25 ¡Los muertos viven, no los lloréis!» ... 50, 1'25 « ¿Son eternas las penas del Infierno?» . . . 10 1 La guerra es el Infierno» 10 1 ¡Abajo la pena de muerte!» 8 1 « De la idea de Dios» ......... 10 1 La inmortalidad del hombre» 5 1 « Instrucciones para celebrar actos civiles» . 15 1 Postales con los retratos de Jesús, Kardec, Fernández, Amalia Domingo y León Denis. 50 1'25 «El nuevo Mesías» 10 1'25 « Recordatorios del entierro de Amalia Do- mingo Soler». . . . • . • • • . 10 1 . Estos precios son libres de franqueo para la península; los que deseen recibir los paquetes certificados, se servirán añadir 50 céntimos al valor de su pedido. Para el extranjero, dichos precios aumentarán un 35 por 100 además de los 50 céntimos de los certificados. Confiamos que todos los que de veras amen la propa- ganda de nuestros caros ideales, aprovecharán esta ocasión para enviar á sus amigos y conocidos algunos de estos inte- resantes folletos, cuya lectura siempre les será provechosa. Los pedidos deben venir acompañados de su importe y dirigidos al Administrador de este Revista. 120 LUZ Y UNIÓN Comunicaciones La existencia del alma es idea que germina en la razón del hombre; Dios en su infinita misericordia ha deseado siempre el bien de sus criaturas colocando al alcance del hombre los medios de la comunicación directa, ó sea instrumentos intermediarios para saber los unos de los otros. Toda idea grande, todo pensamiento elevado, tiene que luchar de frente con el vulgo ignorante. Desde el punto de vista espiritual se ve perfectamente como invade la luz del Espiritismo por todos los ámbitos de la tierra. La doctrina de Kardec, es sol esplendoroso que jamás será eclipsado por las tenebrosas nubes de la ignorancia. Sol que da vida á las almas como el astro del día á las plantas. El deber de todo espíritu, es hacer la propaganda, llevando en su mano el baluar- te y la antorcha de la fe. Felices los convencidos, los que apartando tinieblas Van difundiendo luz; seguid, hermanos míos; retroceder, jamás, porque sería insu- ficiencia de las facultades y libre acción que Dios nos ha concedido. Misioneros de la fe, con abnegación demostraréis siempre que la única aspi- ración es alcanzar el progreso, aun á costa de los mayores sacrificios. Si á la memoria llega el nombre mío, que el recuerdo de mi fe les inspire el valor y la decisión completa. Adelante, hermanos; Jesús subió al calvario cargado con el infamante leño que sobre sus hombros colocó la impiedad de los demás hombres; así como Jesús cumplió lo prometido, nosotros, en aras de la cruz subiremos gra- dualmente las escalas del progreso. Hermanos, los que congregados en nombre de Jesús celebran sesiones de ilustración para el espíritu, yo les aconsejo que para unirse y pedir la asistencia de nosotros, no es necesario formar templos, el lugar más humilde será el que mayores encantos nos presenta. Yo les prometo asistir á esas sesiones; buscad los medios mejores para que en paz, y presididos por Jesús y en su representación una cruz, nos una el estre- cho abrazo de hermanos con hermanos. Que se desarrolle en la inteligencia la firme creencia de la existencia del es- píritu, en la razón de vosotros germina como la creencia de un Dios todopoderoso. Protectora soy desde este día. A. D. S. No es inverosímil que con vertiginoso vuelo hienda el espacio y llegue á estos lugares, prisión de pruebas. No es imposible que esto suceda, porque existiendo el alma existen los medios de relacionarnos con la gran familia Universal, que es la creada por Dios. En el pequeño círculo de la tierra, los hombres hacen porque haya fácil co- municación y tránsito de un lugar á otro, y no pueden ser los pobres mortales superiores á un sér infinitamente sabio y previsor. Su poder es sobre todos los poderes. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 121 A este lugar, grano de arena perdido en el espacio, me llaman ustedes. Ven- go, porque dejar el puesto que ocupo en un planeta de gloria no es para mí sa- crificio alguno, tratándose de consolar al triste, y muchísimo menos á los autores de mis días materiales. Ultimos fueron y serán aquellos que me dieron calor en el hogar, que para bien, ocupé en él un puesto de predilección. Ya no volverá á encarnar en ese lugar, considerado desde aquí, como entre ustedes se conside- ran las fortalezas y prisiones donde tiene que conducir la justicia de los hombres á los penitenciados. Nosotros los espíritus, cuando estamos en estado imperfecto, tenemos la ne- cesidad de progresar sin que nos conduzcan. A voluntad elegimos los medios mejores para alcanzar el triunfo. Aquí es donde más acción tienen las facultades. Elegimos la prueba necesaria, á la depuración del espíritu. Nuestro deber es ser fuerte, hacer porque las faltas vayan desapareciendo, y para ello son necesarias las dolorosas pruebas, vencibles todas, si con firme re- solución buscamos fuerzas para vencerlas. Présteme atención con fervorosa fe, que no se olviden mis provechosas lee- clones, que de ellas depende la tranquilidad que anhelo para mi hogar paterno. Aquí estoy, soy Estrella. Dios no permite que después de mis sacrificios pa- sados y de las pruebas que depuraron un espíritu, vuelva á ese valle de lágrimas, donde mi timidez tuvieron lugar de apreciar. Allí todo me aterrorizaba. Lo más insignificante me hacía temblar como una azogada. Ahora se lo explico para que comprendan ustedes que las malas influencias hacen mucho daño al espíritu sen- sible. Y ahora que saben de que procedía mi cobardía pueden explicarse, como siendo mis hermanos criados en el mismo regazo y educados con iguales costum- bres, se diferenciaban de mí, como de la noche al día. Estas líneas que dejo impresas no son digresiones vanas, y esto que sólo hago un pequeño bosquejo de mi yo y de lo que llevé innato en mi modo de ser. Repito que no volveré á la tierra porque no se le imponen pruebas á quien ya las cumplió, y al decirlo no es vanagloriarme por ello; sólo lo hago con la inten- ción de darles este placer á ustedes. Sé que gozarán al saber el estado de mi desarrollo moral; y estos méritos no son por privilegios y si sólo adquiridos por los esfuerzos que he venido haciendo para alcanzar el triunfo apetecido; y al vol- ver aquí ha sido con dos objetos: el de gozar por recompensa á mis pruebas y para prestarle valor á ustedes. Reciban estas lecciones con religiosa fe, elévense conmigo en pensamientos elevados, tengan conformidad y progresen como yo progresé. Que no haya tra- bas, porque todas desaparecen con una buena discreción en todos los actos de la vida. Deber es éste de todo espíritu progresivo que tiene conciencia de que exis- te un más allá, y que su propia razón le dice que no muere su yo y que encentra- rá mañana lo que sembró; si bueno, en premio felicidad; si malo, humillación y pruebas, en vez de rosas, espinas. No hay qne hacer más que un pequeño esfuer- zo. Una vez entrado en la senda del bien, el resto del camino es fácil siguiendo de triunfo en triunfo, de victoria en victoria, hasta llegar á un perfeccionamiento completo. No duden de la veracidad de estas líneas dictadas desde ultratumba, que la 122 LUZ Y UNIÓN venda material hace que el espíritu no vea claro lo que le presentamos, para que una vez advertidos les sea más fácil la ascensión gloriosa. Destlerren del cerebro la duda tenaz que tanto mortifica. El que ya entró, debe seguir por la senda de la perfección. Progreso, padres queridos, desarrollo de todas las facultades mo- rales á Intelectuales, y que por debilidad no den acceso al espíritu del mal. Que sea firme la voluntad en vencer, y depúrense en el crisol del dolor. Reconozcan que poco vale el que lleno de Imperfecciones está, y que para poder llegar á ser número entre los mensajeros de Dios, es preciso ser limpios y puros de corazón. Que desaparezcan las pasiones, que se consideren todos como hermanos, que se acaben las predilecciones y rencillas para que sean nombrados hijos de Dios. Padre mío: no tienes una Idea de lo agradable que me es poderte decir que, á pesar de todas las dudas que puedan surgir de estas líneas, tenga yo facilidad para dejarte este recuerdo. No olvides que tienes que vencer, y que si sufres, razón de ser tienen esos sufrimientos; y que las penas que te provoquen tus sa- grados deberes son las más que te regeneran. Todas ellas serán vencidas, porque para Dios no hay Imposibles, y menos lo que entra en el orden del progreso mo- ral. No hay cadena al cuello que ahogue. Dios nos permite auxiliar al afligido y venimos á aflojar la cadena. No temas aunque se encuentre oprimida. MI mayor deseo es ver que en progreso busquen la felicidad y la unión. Hagan por soportar todas las pruebas por duras que éstas sean. Piensen que la vida material dura un momento nada más, y que en la eternidad se encuentra lo Imperecedero. Fíjense en ese algo desconocido que convida á pensar y á esperar. Todos esperan, aun los más ateos. ¡Eternidad! Pensamiento que ocupa el cerebro y hace gozar. Destlerren pasiones que á nada bueno conducen. No miren por encima del hombro de los demás seres, que en el alma todos tenemos Igual estatura, y tú, mi padre, apreciarás esta comparación oportuna que completa las Ideas que me animan. MI objeto es difundir la luz, apartar las tinieblas por medio de reflexió- nes que hagan pensar los seres que tan queridos me son, y no puedo alejarme, si antes no me prometes una resolución en ayudarme. Ten firme voluntad en la ardua tarea. Una vez empezada la obra hay que ter- minarla. Esos hermanos míos, piden mucho, y de la dirección y buen acierto de usté- des para educarlos, resultará su felicidad futura. Esto no lo olviden ni por un se- gundo. Háganlos ser sensibles á todo lo bueno, y que jamás el egoísmo triunfe. Que los sentimientos sean puros de amor, desinterés y bondad. En el sér más humilde en riquezas materiales, se encuentran tesoros esplrl- tuales, tesoros que no se acaban y que permiten gozar de felicidad eterna. Ficticias son las riquezas que disfrutan los encarnados que por su categoría en puestos y en honores, se separan de sus semejantes, y viven rodeados de todo lo necesario al cuerpo y superfluo al espíritu; no sólo superfino, si que también perjudicial y destructor del noble sentimiento de compasión; manes que conducen Inconscientemente á la pendiente del abismo donde caen los seres dominados por las pasiones humanas. ¡Pobres encarnados faltos de energía! Son débiles y sucumben. No hacen re- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 123 sistencia al mal y se arrastran por el lodo. ¡Qué tarde saldrán de esos precipi- dos! ¡Cómo luchan para levantarse y cuánta compasión nos inspiran! Gracias debemos dar á Dios cuando por medio de sacrificios y dolorosas pruebas, nos elevamos en ascensión gloriosa; y así como en esa bóveda celeste brillan para ustedes las estrellas, nosotros hacemos luz á la vista del que nos quiere ver. Yo soy espíritu de luz, y por medio de ella me regeneré. Sufrí dolorosas existencias y con energía vencí. Así como ustedes hoy se creen sin fuerzas para hacerlo, yo también en ciertos momentos desaliento y la fe en Dios reacciona mi espíritu. Así tengo la convicción de que ustedes pueden hacer lo que yo hice, vencer como yo vencí, y con mucha más razón teniendo la facilidad de oir las voces espiritua- lees, que al hacer efecto en ustedes deja las mejores impresiones, dando lugar á reponerse de las fatigas de la vida. Que el alma esté despierta y tan despierta que pueda estudiar siempre las páginas de su conciencia, y de ellas hacer examen minucioso para que puedan tener siempre la seguridad de lo que deben y lo que les resta. Tengan sentimientos humanitarios y háganlos extensibles á mis herma- nos, á los seres que les rodean. Padres queridos: piedad pido para mí, que sufro no porque ustedes sufran. Desdichada soy, si en mi elevación veo que ustedes desmayan, retardando con ello nuestra misión aquí donde les espero. Luz presentaré, no habrá tinieblas. Amor haré sentir en los corazones de mis inocentes hermanos. Quiera Dios que la semilla del bien que riego, dé el apete- cido fruto. Preparen el terreno para encontrarlo fértil, que se consiga el objeta que nos proponemos. Avancemos, adelantemos, que Dios nos llama. No lloraré si los veo sufrir, pero sí gemiré si los veo apartarse de la senda del bien infringien- do los preceptos de Dios. Tengan confianza que yo aflojaré la cadena porque por orden de Dios vengo. Bendigan á esta hija que todavía tiene los ojos grandes para mirar á sus pa- dres y no olvida ninguno de sus sufrimientos. Para mi hogar pido paz y abnega- ción en unos y otros; que mi entrada en él sea franca como la gracia de Dios. Mi yo que es el todo, voló. Con vertiginoso vuelo puedo venir y estar simultánea- mente en distintos lugares. Aquí me tienen. Bendigan á Estrella. Medium: Srta. R. A. Bibliografías El valop soeial del Evangelio. —Este es el título de una de las últimas publicaciones de la Casa Calleja, de Madrid. En ella pretende demostrar su au- tor que frente á las doctrinas socialistas-materialistas pueden levantar los cató- lieos otra católico-socialista, presentando para los problemas económicos una. solución basada en los Evangelios. 124 LUZ Y UNIÓN La obra está bien escrita y bastante bien razonada, aunque nos parece sobra- •do atrevimiento el de pretender los católicos arreglar las cuestiones sociales por medio del Evangelio, después de haberse olvidado siempre de poner en práctica «US enseñanzas. A pesar de esto, la recomendamos á nuestros lectores, pues hay en ella co- «as dignas de aprecio. ^ íf: L»a Sesfalogie ou l'Oracle des Sesíes, por Sircies de Manilie.—No pode- mos decir verdaderamente nada de esta obra. Para los aficionados á la càbala, .podrá tener valor; para nosotros es uno de tantos libros como se publican sobre magia, y que rara vez contienen algo aprovechable. Hí íii Breves nofoes do Espiritismo e dos seus principios e desinos.— La Revista Á Luz da Verdade ha prestado un buen servicio á los espiritistas por- tugueses y brasileños con la publicación de este libro. En forma sencilla y agra- •dable, presenta el Espiritismo, estando muy acertado en las definiciones que de •él hace. ❖ ¡Ultra Tambal, por Emilio Soler Monés.—Su autor nos ha obsequiado •con dos ejemplares de dicha obra y después de haberla leído nos encontramos satisfechos. Hay en ella por su poca extensión mucho de bueno, y esto sólo basta para que la recomendemos á los aficionados al estudio, hoy que tanto se escribe sin presentar algo aceptable. Por otra parte sienta su autor algunas teorías qui- zás un poco atrevidas pero bien razonadas, que aún para el que no está mny bien predispuesto hacia ellas valen la pena de ser estudiadas pues su misma novedad las hace simpáticas. Escrita la obra en estilo sobrio, sin pretensiones y presentada con sencillez, no exenta de elegancia, se recomienda por sí misma; y, por su contenido, es dig- na de formar parte de la biblioteca de todo amante del estudio. Forma un volumen en 4.° menor, de 120 páginas, y se vende al precio de 3 pesetas ejemplar, en rústica. Ecos y noticias Según noticias fidedignas que tenemos de Puerto Rico, es tal el desarrollo que, desde la fundación de la «Federación de los Espiritistas de Puerto Rico», ha ido adquiriendo el Espiritismo en dicha isla, que, según confiesa la revista católica Borinquen, órgano del obispado de Puerto Rico, es hoy el número de adeptos con que cuenta tan grande, que casi asciende á un 40 por ciento de la población total de la isla, que es de 1,300.000 habitantes. REVISTA ESPIRITISTA KAHDECIANA 125 Débese este brillante resultado, en primer lugar, á la fructífera labor de to- dos los que componen dicha federación, la cual, siguiendo las huellas de su pre- sidente Sr. Negrón Flórez, no ceja un momento en su empeño de extender por todas partes la buena nueva. Felicitamos sinceramente á nuestros hermanos portorriqueños por su brillan- te gestión, deseando con toda el alma que su ejemplo cunda para mayor adelantO' de la humanidad. ❖ Hudson Tuttle, á quien los espiritistas americanos consideran como el más grande profeta de sus creencias, después de Andrew Jackson Davis, murió, el día 14 de Diciembre último, en su propiedad de Berlin Heights, estado de Ohio, en donde nació y pasó la mayor parte de su vida. Hijo de un pobre colono, muy religioso, pero que no leía nada más que su Biblia, recibió Hudson Tuttle una instrucción tan escasa, que sólo le permitía leer mal y escribir con mucha dificultad. Nacido en 1836, tenía 15 años cuando América empezó á interesarse por el Espiritismo, debido á las famosas manifes- taciones que se produjeron en la familia Fox. Todo el mundo, hasta la gente del campo, quiso ensayar las mesas vivientes, la escritura automática y demás fe- nómenos. El mismo Tuttle explica, á manera de prefacio, en la última edición de su gran libro The Arcana of Nature, cómo asistió, por pura casualidad, á algunas sesiones; primero en una hacienda contigua á la de su padre, y después en esta misma; en seguida se manifestaron en él varias formas de «mediumnidad», délas cuales la mejor desarrollada fué la escritura automática; las personalidades de algunos difuntos, parientes de los asistentes, se presentaron con tantas pruebas, según dice en su libro, que todos los experimentadores, el padre del medium eu primer lugar, quedaron convencidos. Desde entonces, Tuttle empezó á escribir obras, que él consideraba inspira- das por los espíritus y que asombraban á todos los que conocían á aquel mucha- cho inculto, que nunca se había ocupado de cuestiones intelectuales. Además de The Arcana of Nature, ixeíài\!iC\d,o alemán, Tuttle escribió: Evolución de ta idea del Dios y del Cristo; Estudios sobre tas Eronteras de ta Ciencia Psiqui- ca; Mediumnidad y sus Leyes, y otras. En 1857 casó con miss Emma D. Rood, de la cual ha tenido dos hijos. Es un» mujer de inteligencia elevada y autora de varias obras literarias y espiritualistas. Paz y progresó deseamos al espíritu liberto. ífí El hipnotismo v el crimen .—La sugestión con malos propósitos, equiva- lente científico del «magnetismo animal malicioso», es una doctrina muy discuti- da. Algunas autoridades, como Luye, sostienen que puede hacerse todo lo que se quiera con un sujeto hipnotizado. Un hombre puede ser envenenado, mutilado, puede hacérsele firmar testamentos y pagarés, en estado hipnótico, sin que luega recuerde lo más mínimo- Otras autoridades, en cambio, afirman que es más vivo· el sentido moral de los sujetos durante el período hipnótico que en estado nor- mal, y que invariablemente resisten á las malas sugestiones. 126 LUZ Y UNIÓN Liébault, miembro del Colegio de Investigaciones de Nancy, sólo ha obser- vado en un 4 ó 5 por ciento de sus sujetos la susceptibilidad de recibir sugestio- nes criminales. Muchas jóvenes hipnotizadas se negaron á seguir sugestiones descorteses ó poco delicadas, llegando á demostrar su disgusto moral impropio de su carácter hallándose despiertas. Un médico hipnotizó á una joven que padecía una afección pulmonar, y se quedó sorprendido al ver que se negaba á permitirle que le exami- nase el pecho. Al recordarle que otras veces la había sometido á igual reconocí- miento, respondió: «Pero nunca me ha reconocido usted estando dormida». Cuando despertó, no recordaba nada del incidente. Bernheim tenía como sujeto á una joven que parecía hallarse completamente bajo el dominio del operador, y á pesar de ello, no logró obligarla nunca á que vertiese un tintero en uno de sus mejores vestidos. Otro sujeto obedecía cuando el operador le mandaba que le degollase con un cuchillo de cartulina; pero cuando le entregó un cuchillo de verdad, la hipnotizada titubeó y sufrió un ataque de histerismo. * El 29 de Enero pasado celebró la Junta Permanente del Segundo Congreso Espirita, de México, una velada dedicada á la memoria de D. Francisco García Conde, vocal primero que fué de dicha corporación. A dicha fiesta concurrieron muchos espiritistas, pues el hermano García Con- de era muy conocido por sus virtudes. Hemos recibido el primer número de El Espiritismo en Filipinas, nueva pu- blicación mensual escrita en castellano y tagalog. La bienvenida á tan apreciable colega, al que deseamos larga vida para cum- plir bien la misión que se ha impuesto. ❖ ❖ Ha dejado de formar parte de esta redacción nuestro estimado compañero Febo de Limosin, á quien la lucha por la vida ha obligado á buscar, lejos de su patria, un mayor bienestar del que aquí gozaba. Deseamos de todo corazón que en Panamá, á donde se ha trasladado tan que- rido compañero, vea realizadas sus esperanzas, para que pronto podamos tenerlo otra vez á nuestro lado. Don F. Graus, de Nápoles, conocía á una señora de Capistrello (provincia de Aquila), que es medium enteramente involuntario y cuya facultad como tal, es la clarividencia y la clariaudiencia. El 25 de Noviembre de 1906 estaba dicha señora completamente despierta y leyendo, sentada en la farmacia de su marido, cuando tuvo la visión de una dama joven, vestida de negro, quien le dijo: «¿Quieres hacer algo para la mejoría de la salud de tu amigo, que está lejos de ti?» Se trataba del hermano del señor Graus, entonces gravemente enfermo en Nápoles. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 127 El espíritu obligó entonces á la medium recalcitante á escribir bajo su direc- ción tres recetas que convenían á la enfermedad del citado enfermo, del cual ella no sabía nada y á quien sólo conocía de nombre. La descripción que dió el espí- ritu hizo que el señor Graus reconociera en él á su cuñada, muerta á los treinta años de edad, en 1879. Espiritismo y jurisprudencia .—El diario La Patrie, de París, de Diciem- bre último, inserta lo siguiente: «Mme. Lob, fallecida en 1908, había instituido heredera universal á su hija natural Mme. Turche, con la condición para ésta de entregar á Mile. Trinchant, medium que había conocido en el curso de varias sesiones espiritistas, un legado de 25.000 francos. Mme. Turche negóse á entregar dicha suma, y ante el tribunal civil sostenía, por medio de su apoderado M. de Saint-Auban, que para esa donación había ha- bido mala fe. Como representantes de Mile. Trinchant, los señores Chauveron y Poffeux —espirita este último,—respondieron que el Espiritismo es una doctrina seria testimoniada por las obras de numerosos sabios y que no era posible hubiera en el asunto engaño. El tribunal ha admitido la tesis y declarado que el testamento debía ser eje- cutado conforme á su tenor y forma. Mme. Turche está, pues, condenada á pagar á Mlle. Trinchant los 25.000 francos». Un pequeño prodigio . —El doctor Qultard observó el hecho siguiente en un niño que aún no tenía siete años de edad: Por referencia de un amigo, tuvo conocimiento de que el pequeño Ludovico era un portento; descifraba instantáneamente todo cálculo aritmético, y adivina- ba sin jamás equivocarse, en los juegos de sociedad, todas las cartas de un juego, y sabía decir sin ninguna dificultad cuál era el objeto escondido en un cofre ó caja, guardado sin que él nada supiese. Si le preguntaban cuántas monedas había en tal ó cual cartera, sabía decir hasta la fecha de su acuñación. Un día le plantearon el siguiente problema: El radio de la tierra es igual á 6556 kilómetros: ¿cuál es la distancia del sol á la tierra, sabiendo que ésta es 24.000 radios?—Diga esta distancia en leguas. El niño, con su voceclta infantil, contestó en el.acto: 58,196.000 leguas. Leemos en el Eclaireur de l'Est: «En el pueblo de Koeroesbanya,.condado de Arard (Hungría), hay una joven llamada Catalina Valeano, sirvienta del juez de dicho pueblo, que posee la facul- tad de atraer hacia sí objetos de pequeñas dimensiones, como piedras, pedazos de madera ó de carbón, exactamente, dice un testigo, como el imán atrae al ace- 128 LUZ Y UNIÓN ro. El juez con SU escribiente y la intitutriz laica, observó á dicha joven en el momento de entrar en la cocina. Así que abrió la puerta, dice el juez, empezaron á caer en torno suyo peda- zos de madera, y entre ellos uno que el juez, con intención, había puesto en un sitio determinado. Dicho magistrado pudo observar que los objetos atraídos por la joven se le- vantaban del suelo formando un ángulo de unos 45 grados, lo cual prueba que aquellos objetos no podían, de ninguna manera, ser tirados desde fuera. Es fácil que dentro de poco conduzcan á esta nueva medium á Budapest para someterla á un examen médico, pues los popes, creyendo que estaba poseída por el drakon ó demonio, la han exorcizado varias veces, y no han logrado hacer desaparecer la causa del fenómeno. Los vecinos de dicho pueblo creen y aseguran que es un castigo que Dios le ha enviado, porque su madre hizo un falso juramento en un proceso». Un cuadro notable .—En la Exposición Internacional de Florencia, en 1908, llamó grandemente la atención del público un cuadro hecho por un renombrado pintor italiano, M. Italo Sabatini. Este cuadro se intitulaba No morimos, y fué uno de los que tuvieron más admiradores, no solamente por la habilidad del ar- tista, sino por la naturaleza insólita del asunto. En la actualidad, se halla este cuadro en la Mendoza Gallerf, de Londres, y ha de ser expuesto después en Munich y en Dresde. El asunto de esta pintura representa una sesión medianímica; mejor dicho, una «materialización». Una forma femenina, el fantasma, aparta las cortinas del gabi- nete oscuro, dejando ver al medium dormido en su silla, á la cual está atado. Uno de los asistentes dirige los rayos de una lámpara eléctrica sobre el fan- tasma, mientras todos los experimentadores miran atentamente la aparición. Cada experimentador es el retrato de un espiritista ó de un psiquista italiano, y entre ellos figuran los profesores Caccia, Hall, Santori, Mazzoni, Vespasiant y Frittelli. Debemos manifestar que el asunto no es extraído de ninguna sesión real; M. Sabatini declara que, á pesar de que ha asistido á bastantes sesiones en que hubo materializaciones varias, nunca ha visto ningún fantasma tan claramente como él lo representa en el cuadro; pero que su intención fué solamente repro- ducir sobre la tela lo que cree que se alcanzará, teniendo en cuenta lo que él mismo ha presenciado ya, y lo que han visto otros observadores. Ha desencarnado la niña Providencia Martínez, cuyo sostenimiento, durante los primeros meses de su corta existencia, debióse á los buenos sentimientos de los que contribuyeron con su óbolo á la suscripción que se abrió en esta Revista y en el periódico La Voz de la Verdad. Al dar esta noticia á nuestros suscriptores, les rogamos dediquen un pensa- miento de amor á este sér. Obras qoe se hallan de venta en la Administración de esta Revista Ptas. Ptas. Nuestras fuersas mentales, por Pren- Diálogo entre un Espíritu y su Guia. tice Mulford. Consta de 4 tomos . . 40 Un tomito en 8." de 48 páginas . . 0'50 Arte de ser felis, por W. J. Colville. Un La misericordia es la justicia en su tomo en 4.° rústica 3 más elevado concepto. Un folleto de Encuadernado en tela y oro . . . 4'50 32 páginas 0'25 Los fenómenos de Villa Carmen. Un iSon eternas tas penas del Infternof Fo- tomo en 4.° rústica 3 lleto en 4." mayor 0'25 En tela 4'50 Ramos de violetas, por Amalia Domin- La Inmortalidad det Hombre, por el go Soler. Se han publicado 4 tomos Dr. J. M. Peebles 0'50 en 8 ° mayor. Los 4 tomos, en rústi- Album de fotografías de espíritus. Ri- ca, con el retrato de la autora en la quísimamente encuadernado cubierta 4 ... 3 En tela .... 8 De la Idea de Dios, por León Denis . 0'50 y tapas especiales Los 4 tomos, formando dos volume- La Vos de la India, por Luis Jacolliot. nes, en tela y plancha 7 Un tomo en 3." en rústica .... 1 Tomos sueltos: cada uno, en rústica. 1 En tela 2 Encuadernado en tela .2 El Colectivismo integral revoluciona- Memorias de un Espíritu. ¡Teperdono! rio, por Eduardo Boulard. Dos tomos Consta de 8 ts. en 8.° m. En rústica. 8 en 4.° en rústica 3 Encuadernados en tela y oro ... 16 En tela, en un solo tomo 4'50 Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, ¡Abajo la pena de muerte! Folleto por en tela y oro 14 D. Salvador Pons, presbítero 1 . . . 0'50 Tomos sueltos: cada uno, en rústica . Texto de enseñansa dominical y de Leo- Encuadernado en tela 2 tura para las Escuelas espiritistas, Marietta. Vín tomo en 8°, de 464 pá- por D. Felipe Senillosa. Un tomo en ginas. En rústica 2'50 4.° mayor en rústica En tela y oro 3'50 En tela y oro 3-50 Ventajas del Espiritismo. Folleto de La Psicología de las Religiones, por 8 páginas en 8.° 0'05 D. Joaquín J. Fernández. Un ele- La Tragedia Divina. Un elegante gante tomo 8." mayor rústica . . . tomo, escrito en catalán, en 4." me- Encuadernado en tela y oro . . . nor. Edición bibliófilo 3 Colección de Oraciones. Nuevo devo- Edición corriente 1 clonarlo espiritista. Un voluminoso Elementos de una nueva ciencia, por tomo en 8.° mayor, tipos claros, en Mariano Ruth Sinuó. Un tomo en rústica 1 4,°, en rústica 3'50 Encuadernado en cartoné .... 1'50 En tela y plancha 5 En tela y oro. 2 Cartas de ultratumba, por Onofre Vi- Guía práctica del Espiritista, por don ladot. Un tomo en 4.°, en rústica. . 2 Miguel Vives. Un tomo en 8.° ma- Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 yor en rústica 1 Moderno. Un Encuadernado en tela, á la inglesa 1'50 Katie-King. Espiritismo . t. en 8.°, elegante cubierta, rústica. 2 Tesoro de consuelos y modo de vivir Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 cristianamente. Un elegante tomo en sobre la enseñansa filosófica del 8." prolongado, en rústica .... 3 Ensayo por el Barón du Potet. Encuadernado en tela plancha. 4'50 Magnetismo, y . Un t. 8.°, de 280 páginas, en rústica. 3 La Ciencia de la vida ó la caridad en En tela y colores 4'50 acción. Vn tomo en 4." mayor rústica. 2 Alfieri el Marino. Un t. en 8.°, rústica 2 En tela y plancha ....... 3'50 Encuadernado en tela y plancha. . 3*50 La Guerra es el Infierno. Un tomito de de un loco, por César Bas- 48 páginas 0'50 Impresiones sols. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 Misterios del alma, por Virgilio. Un En tela y oro. 3'50 tomo en 8 ° prolongado, en rústica . 1 La Verdad á del Error. En tela y rótulo 2 frente frente Un t. de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 Fatalismo de la Expiación. Folleto En tela y plancha 4'50 en 4.° 0'50 Lus y Vida (Manual del Creyente). Un ¡Los muertos viven! ¡No los lloréis! tomo de 272 páginas en 4.°, rústica. 3 Consolador folleto de 16 páginas . . O'10 En tela y oro 4'50 PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN España, nn año 7 pesetas — Extranjero, un año 12 pesetas CPAGOADELANTADO} Los Sres. suscriptores ai efectuar el pago de su abono, se les ruega añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración, y los que la deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instpaeeiones pat>a el abono de las susepipéiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos ó billetes de Banco. . EXTRANQERO. —En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del día en que se.reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. La correspondencia á la Rambla de Cataluña, 118. Redacción y Administración: Calle Cañón, 9, 2.°, Barcelona (Gracia) Colecciones de LUZ Y UNION, con su correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909 y 1910, á T50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los qne deseen la colección de la llevista encuadernada, aumentará USO pesetas. Todó pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obras publieadas por est:a Revista Año 1907: La Religión Futura. —Año 1908: Elementos de una nueva Ciencia. —Año 1909: La Verdad frente á frente del Error. —Año 1910: La Ciencia de la Vida. Obra de regalo para el presente año: LUZ Y VIDA (Manual del Creyente) por HUELBES TEMPRADO con prólogo de CESAR BORDOY Imr. de LUZ Y UNION, Rambla de Cataluña, 118.—Barcelona SUMARIO.—El Alma, por Salvador Sellés. —Contestando al Llamamiento: Romper el hielo, por Krainfort de Nínive; Al llamamiento, por Arturo Jarque; Una carta, por Constantino Closas; Mi opinión, por Iván Ifdakof; Una carta, por Martin Font; Mi opinión, por José Llorens Mira; A vuela pluma, por.B. Rodríguez; Otra idea, por Ma- riano Light; Mi parecer, por N. L.—Sobre el distintivo, por Miguel Procilio.—Listas de suscripción.—El Hipnotismo Prodigioso, por J. B. C.—Acción de gracias, por Franciscà González Ortiz.—Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos Méjico.—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Puerto-Rico.—Ovidio Maldonado, CAYEY.—Francisco 1. Arjona, Bértoly, 4 al- tos, PONCE. Cnba.—Adolfo García, Real, lo, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana baja, 26 SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Infiesta, calle Cuba, 54, HABANA—Faustino Serio, Calle de Cuba, 27, HOLGUÍN.—Luís G. Domínguez, Calle Tacón, 91, CIENFUEGOS.—Arman- do J. Raggi, Apartado 17, CAIBARIEN.—D.® Rosalía Cabrera de Pérez, (Gibara), BANES.—D. Manuel Mateo, S. Fernando, 40, CAMAGUEY. Filipinas.—José León, apartado 130, MANILA. República de Colombia.—Petronila Hoyos, MEDELLÍN —Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés, 9, BOGOTA. República del Salvador (C. A.)—Luciano Cenedella, Dtor. de «La Nueva Luz», SANTA ANA. República Argentina.—B. Ballesteros, Sociedad Espiritista «Saenz Cortés», PEHUAJO. —Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraola, NF- COCHEA.—Manuel Torres, SANTA FE.—D. Nicolás Salinas, «Centro Armonía», Calle Thompson, 468, BAHIA BLANCA.—Francisco Mogollón, «Centro La Paz», Calle Misiones, 126, BAHIA BLANCA. República de Costa Rica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSÉ DE COSTA RICA. Rrasil.—Agrippino Gómez Veado, Rua Municipal, n.° 3, CIDADE DO MURIAHE (E.stado de Minas-Geraes).—Joao Diego Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA CONQUISTA (Estado de Bahía).—A. O. Rodríguez, Rua Senador Feijó, 19, SAN PAULO. República Rominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. República de üicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA República del Kcnador.—R. Eduardo Proafio, Carrera «Chile», 4, QUITO. República de Rondaras.—E. Streber, AMAPALA. Gibraltar.—D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Tánger (Marrnecos).—Bernardo Raida, Banco del Estado Marroquí. CORRESPONDENCIA 8res. Suscriptores que han satisfecho la suscripción de i910 B. M,—Fuentes (C.) D. F.—Sta. Cruz de T. V. F.—Cartagena 8res. 8ascriptores que han satisfecho la suscripción de 1911 A, F.—Calatayud F. M, -Gerona I. L.—Manzanillo J. M.^ P.—Paredes J. M. El Pastera! R. A.—Granada A. A.—Pontevedra S. C.-—Verdelpino S. B.—Caibarien J. V.—Tremp (Lérida) B. B. —Valencia S. V.—Id. E. L. — Santa Cruz de M. P. L.—Madrid F. B.—Valencia Moya A. R. P.—Cañete la Real J. M. F.—Barcelona F. V.—Amer J. Y. S.—Cindadela J. P.—Id. P. G.—Gerona L. V. —El Madroño J. P.—Id. J. H.—Id. C.. F. R.—Necochea P. C.—Id. N. M.—Id. D. A. —Aguilas P. D.—Id. J. B. R.—La Saliera J. K.-—Tarrasa M. M. G.—Almería (.Alcanza al 22 de Mayo de 1911). La Administración. Año XII JUNIO DE 1911 Núm. 6 El Alma Acerca de «Luz y Vida» (Conclusión) Si no existe el sér espiritual ¿en qué parte del sér corporal se sienten el pe- sar ó la alegría, el remordimiento ó la satisfacción por las obras malas ó los actos buenos? ¿En dónde se hacen esas tinieblas ó esa luz, esa noche ó esa auro- ra del espacio inmaterial? Una madre salva á su hijo y sale herida; siente al mismo tiempo el dolor de la lesión y el placer del salvamento: ¿en qué parte sien- te ese placer que le enagena? Si no existe ese dualismo en nuestro sér, ¿cómo se explica ese dualismo en el sentir? ¿ese dualismo en el querer? ¿esa doble voluntad? Cuando el organismo se renueva, cuando por la asimilación y desasimilación de moléculas atómicas, en el espacio de noventa días dejamos de ser físicamente lo que fuimos ¿quién conserva nuestra unidad esencial con su memoria, con su voluntad, con sus afectos y pasiones y aptitudes y potencias? Si no existe más que la materia; si la inteligencia es fósforo y substancia gris en el cerebro, ¿por qué concibe el «Quijote» un cerebro viejo y desnutrido y no lo concibe un cere- bro de jayán alimentado? ¿Y por qué no son sabios los más sanos? ¿Y por qué no son genios los más fuertes? ¿Y en qué consiste que la ley de herencia no res- ponde por completo? ¿Por qué del mismo padre nacen el sabio y el imbécil? ¿Por qué del mismo nido vuelan el águila y el buho? ¿Por qué del malo nace el bueno y del bueno nace el malo? ¿Y por qué de Marco Aurelio viene Cómmodo? ¿Por qué, en fin, en la misma cuna se despiertan el santo que ha de subir á los altares y el infame que ha de bajar á los presidios? ¿Por qué del mismo seno se levantan el alma que ha de ser ángel de sombras, y una extiende plumas de oro hacia la altura y otra demoníacas membranas hacia el fondo del abismo. Si la cuestión es de capacidad craneana, ¿por qué de un cráneo estrecho sur- gen Los amantes de Teruel y de otro cráneo estrecho El conlralo social, que flamea como el penacho de un volcán y hace la Revolución? Si la cuestión es de creces y desgastes naturales en la vida con el tiempo, ¿cómo se explica esa po- tencia luminosa de algunos ancianos, y esas vivas llamaradas de algunos mori- bundos? ¿Cómo en el trance de morir dicta Mozart sus más sublimes notas y Klópstock sus más sublimes versos? ¿Cómo Lord Byron y Wolfang exclaman «¡Luz!» anegados en fulgor de gloria? ¡Ah! creed en esa mágica vidente, en esa Armida divina que se llama el alma humana. Ella es anterior y posterior y supe- rior á toda combinación física, química y biológica; ella es la que ha sido hecha para la eternidad y el infinito; ¡ella la que ha sido creada para conocer á Dios, si es que Dios es conocible! ¡Oh médicos materialistas! desead que estemos en lo cierto. Si existe el alma y es inmortal, ningún sér muere del todo; ningún sér se extingue por completo. Cuando se muere un enfermo, no se muere, nace; no va á la tumba, va al espa- 162 LUZ Y UNIÓN cío; no á la tierra, va á los cielos; no á la prisión eterna, va á la eterna libertad; no á las tiniebas, va á las claridades, á la vida sin muerte, á la salud sin dolen- cias, á la juventud sin senectudes, al edén que soñaba Víctor Hugo, cuando decía que el espíritu deja en el sepulcro sus cadenas y recobra sus etéreas y perdidas alas. No os conturbéis, no os aflijáis, no os entreguéis en la penunbra al roedor remordimiento cuando se os muera algún enfermo que no debió morir según la Ciencia, porque este enfermo habrá dejado de existir según la Ley; según la Ley suprema que desciende de la suprema altura; según la Ley divina que el humano desconoce, porque para conocerla debería empezar por saber la historia de cada sér en su pasado, en su presente y en su porvenir, en el infinito y en la eternidad. En presencia de algún lecho, renovad vuestros estudios, renovad vuestros cuida- dos, renovad afanes, y dejad que se cumplan los destinos; á vosotros solamente se os exige que cumpláis la ley de amor, y ¡ay de vosotros si faltáis á tan divino cumplimiento! La Voluntad que rige el movimiento de los astros, rige también el movimiento de las almas; y si la pérdida de una existencia no tuviera reparación, no permitiría Dios que esa existencia quedara á merced de la impericia ó el des- cuido. Morimos cuando debemos morir. Por eso dice el vulgo cuando muere un hombre, «que le ha llegado su hora», aunque ese vulgo desconoce toda la verdad de su sentencia. Y añadamos nosotros que se muere para renacer, volver á morir y progresar eternamente, siendo más felices cada vez. Todas las losas sepiliera- les se levantan como la de Cristo, y en todas las grutas mortuorias hay un ángel que nos dice que «el amado no está allí». Estudiad el plasma, la mónera, la célula primera, caos férvido de vida. Inqui- rid sus desarrollos, sus modificaciones, su completo desenvolvimiento, su huma- nal transformación. Aplicadle la teoría de Quatrefages, el sistema de Agassiz, el transformismo de Lamarck, la selección natural de DariVin, continuada por Wa- Hace; el principio de la lucha por la vida del gran Malthus, principio de pura observación en escalas interiores, tan brutalmente aplicado á las humanas socie- dades por estultos ó egoístas; por tiranos y por déspotas que explotan y que es- trujan á los débiles hermanos, á los cuales debieran levantar en sus miserias y abandono. Con auxilio de los grandes hombres de la Ciencia, construid vosotros el hu- mano cuerpo; ese vaso de arcilla, esa ánfora de kaolin, ese cáliz de oro cincelado por Cellini. Con auxilio de los grandes hombres déla Filosofía; con ayuda de Fi- tágoras, de Sócrates, de Platón, de Servet, de Luis Vives, de Spinoza, de Krau- se, de Kardec y de León Denis, construiremos nosotros el humano espíritu. Y pondremos en el cuerpo inerte el alma viva; en el organismo material, el organis- mo etéreo. En ese vaso de barro, que tiende á convertirse en cieno, que se con- vierte al fin en polvo, verteremos nosotros ese perfume celestial, ese bálsamo divino, esa turbia llama del espíritu que tiende á convertirse en luz, y que al cabo se convierte en sol. Y como dicen Topinard y Rátzel, vosotros habréis hecho el hombre físico, y nosotros habremos hecho el hombre moral; el de las ideas de justicia, de honor, de virtud, de derecho, de libertad, de abnegación, de amor y sacrificio, sin cuyos elevados sentimientos no es posible la vida en sociedad. Y entre todos habremos REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 163 esculpido el super-hombre de Nietzche y de Carlyle; ese super-hombre que so- ñamos todos y que ya descubre el Ocultismo. Y nuestro fecundísimo trabajo, realizado con amor, tendrá que ser bendito por el cielo. Todo hombre, desde el más vulgar al más sublime, tiene una hora suprema, una hora solemne en su existencia: esa hora de su vida, es la hora de su muerte. En esa hora tremenda, Triboulet es bueno, Falstaf es noble, Yorich es patético. Entonces cae la carátula del histrión y aparece la faz pálida del mártir. Entonces, como dijo un genio moribundo, viene la Muerte y arranca el antifaz del hombre y descorre el velo de Dios, el inmenso velo del Incógnito. En esa hora formida- ble, apartaréis con mano helada, ¡oh médicos materialistas! vuestros libros de la negación, vuestros libros de la pugna, henchidos de un fragor de vanidades, y buscaréis con avidez y angustia nuestros libros de la afirmación, del entusiasmo y de la fe. Entonces ansiaréis seguir viviendo más allá de la vida, y erigir, como santa y suprema Poesía, la ciudad ideal de vuestros sueños, como Fausto. En- tonces apartaréis de vosotros el Espíritu de la duda, el Mefisto de las ironías, que se acerca, que viene por vosotros para arrastraros al abismo de la nada. En- tonces abriréis los grandes evangelios sobre el pecho palpitante; caeréis de es- paldas extendidos en la forma de la cruz, y exclamaréis como el viejo doctor— compañero vuestro—al exhalar el último suspiro: «¡Venga á mí la Eternidad!» Y entonces finalmente, por un rompimiento de la Gloria, bajará como rocío sobre el cuerpo fallecido, esa lluvia de flores luminosas, de rosas encarnadas, de capullos verdes, de estrellas diamantinas, de tempestades de querubes de oro que describe Goethe en su poema; y al fragor de los truenos, de las trompas, de las liras, de las arpas celestiales, cantarán las angélicas falanges en la cumbre de la altura: «Se ha salvado». Y el espíritu inmortal entrará serenamente en la excelsa Eternidad. Salvador Selles. 18 Abril 1911. Contestando al Llamamiento Romper el hielo Tiene razón Liberto cuando se queja del atraso que en España se nota en cuanto á Espiritismo se refiere. Digna de loa es la conducta de nuestros hermanos de la isla de Puerto Rico, de aquellos valientes poseedores de la victoria que han vencido, pero no porque allí el enemigo es débil, sino porque allí ha reinado la paz y el amor entre los hermanos; allí, como en España, el fantasma de las religiones 164 LUZ Y UNIÓN positivas se aprestó ferozmente á la pelea y puso de su parte el mayor empeño para que no triunfase nuestro ideal; pero allí había un ejército de animosos espiritistas dispuestos á llegar al final, y por eso cuentan las vic- torias por batallas. El Espiritismo vive plagado de absurdos en España; en Puerto Rico pa- saba igual; pero allí se han discutido. Aun no hace muchos días leí en un periódico avanzado que en Gavá, pequeño pueblo del distrito de San Feliu de Llobregat, existe un Centro espiritista que pone monumento el jueves santo, y practica otros actos re- ñidos con el ideal y el sentido común. ¿Es verdad todo eso? ¿Quién se en- carga de redimir ese Centro y resucitar, ese Lázaro? ¿No es verdadera la noticia? ¿Quién se encarga de defender á aquellos buenos hermanos? Esto —me dirán—son pequeñeces. Lo comprendo; pero no es buena la dirección de una batalla si no se atiende más que á los puntos de mayor importancia, porque hay que apreciar todos los peligros y remediarlos. Napoleón fué vencido en Waterlóo por no saber apreciar el Valor de un camino viejo, un camino que cruzaba el campo de batalla como un foso- abierto por las furias del espacio para que se estrellara el poder de aquel atleta, de aquel coloso de la destrucción. Aquel Viejo camino fué una inmensa sepultura que hubo de llenarse de seres vivos para que los últimos escuadrones del general Ney cayesen sobre los cuadros enemigos. Es mi parecer el de Liberto. Sabido es que para toda empresa hace falta dinero, mucho dinero; sabido es que dentro del ideal espirita hay mucha gente rica, mucha; sabido es que con el dinero de unos y el trabajo de otros se podría hacer mucho, quizás se pudiera hacer todo. Este es un dato que no tiene desperdicio. Yo declaro (y perdonen la inmodestia) que me siento con bríos para tra- bajar con mi Voz ■ y mi pluma en la obra de sacar adelante el Espiritismo español. Yo, sino como jefe de batallón, sirvo á falta de mejores, para mandar una compañía. Hablo así, por la sencilla razón de creer qué el tiempo es oro y que se debe hablar claro para no dejar unos por otros la casa por barrer. Yo, que como he dicho, puedo trabajar en el grado expuesto; yo que tengo mi gran caudal de buena voluntad, qué soy rico de esperanzas, no dispongo del otro medio que se necesita para triunfar; no soy rico de dinero. Vengan al concurso los abnegados, los que disponen de esos medios que yo no puedo aportar; acudan al llamamiento todos los que se encuentren en mi caso, todos los que quieran trabajar; pero acudan los otros, los que sir- Van para disponer, para organizar, para el trabajo de dirección y responsa- ■ bilidad. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 165 Es preciso contarnos, entendernos, marcar un fin, orientarnos, tomar un rumbo, trabajar con idea, en suma. Discutamos un pian de campaña. Hablen los veteranos, los generales, los sabios, los capaces, los Huelbes, los Sellés, los Rodríguez, los Roso de Luna y cien más que no cito porque está en vuestra mente la lista de todos sus nombres; pero que todos son talentos meritísimos y saben levan- tar planos y tomar fortalezas. Yo soy uno de los cadetes que se incorpora al gran ejército espiritista y reclamo un sitio de peligro para luchar; pero venga el plan de batalla, •estudiemos... Hermanos, vosotros tenéis la palabra. A la orden. Krainfort de Nínive. Al llamamiento El número pasado tiene una brillante entrada; tiene un llamamiento enér- gico á los espiritistas, que parece una invocación profètica á nuestras almas ó un toque de alarma á nuestra indiferencia. «A todos me dirijo, jóvenes y Viejos, al que crea ser sabio y al que re- ■conozca su ignorancia». Así reza esta invocación que nos abarca á todos y que nos obliga á romper el encanto de nuestro mutismo pára contestar al que así clama. Es verdad. Hora es de comenzar otra labor más activa en pro de nuestros ideales y no quedarnos á la zaga los españoles en el progreso que efectúan los demás países. La filosofía espirita escala, invade y llena todo. Empezó á preocupar al mundo científico con sus sorprendentes manifestaciones, y parece que luego nos dormimos sobre nuestros humildes laureles. ¿Por qué esa indiferencia? Estamos seguros de las inmejorables condiciones que reúne la doctrina para su difusión, lucha y triunfo definitivo. ¿No contamos con que es nues- tra filosofía la más amplia escuela que registran los anales de la sabiduría? El Espiritismo es preciso difundirlo por todos los ámbitos sin temor; pues vendrá en lo futuro á ocupar la esfera que ya ocupaba. Alcemos los ojos al cielo de la historia humana y le veremos, en remo- tos tiempos, guiando al hombre en las comarcas del Asia—donde se con- servan de él tradicionales vestigios,—consagrando en sus religiones y en ;sus ciencias las verdades que estudiamos en nuestra filosofía. Después lo vemos en las ciencias gnósticas de Egipto fomentadas por Trismegisto y Hermes. Más tarde se inicia en Grecia la era filosófica que 166 LUZ Y UNIÓN todos conocemos, revelada á la luz del Espiritismo por Pitágoras, que aprendió en Oriente y enseñó á los griegos, creando la célebre escuela Itálica, en donde se enseñaban misteriosamente las ciencias que todos iden- tificamos con las doctrinas espiritas y que comprendían todas las demás ramificaciones del saber humano trascendiendo allí hasta la sociología in- elusive, lo cual tuvo importante influencia en los destinos de Grecia. Só- crates y Platón profesan también después nuestra filosofía y ¿para qué enumerar más? Consignamos aquí estos apuntes para demostrar que el ambiente de las antiguas civilizaciones era espiritista, por ser esta filosofía la más científica, la más progresista y la más eminentemente elevada, amplia y espléndida en concepto de religión, propia para elevarla de nuevo á las normas del destino humano y para conducir á los pueblos al ideal de la só- ñada felicidad. En el pasado siglo—después de una larga corrupción filosófico-religiosa, —comienza á batir de nuevo el Espiritismo sus alas á impulsos del inolvi- dable Kardec, y se yergue y llama á las puertas de la civilización... Ha luchado y lucha en todos los pueblos contra el común enemigo, es- cudado sólo en sus esplendorosas verdades. A los gritos de los exigentes que pedían hechos, muestra lo maravilloso de su psicología experimental. La duda, por fin, asalta al denegador. El detractor, camino de Damasco, es vencido por el raudal de luz de nuestra filosofía, como lo fué aquella faz inalterable y ruda del apóstol Pablo. Quisiera tener aquella voz robusta de Estentor que nos cuenta Homero,, para lanzar esta invocación que sonara junto á la otra: ¡Espiritistas, la humanidad está ya en el camino de Damasco; hagamos, pues, surgir la luz!... Estamos en el siglo xx, y á pesar de no haber malversado el tiempo, la. obra del Espiritismo reclama mayor actividad. Y es así, queridos hermanos; nosotros, en nuestra modesta esfera de acción en España, podemos hacer una labor que trascienda más en pro de nuestros amados ideales. Dice el que nos invoca que «cada cual exponga su plan de organización» para la labor de nuestro engrandecimiento. Al efecto proponemos: que se estudie la creación de una «Representa- ción, Junta ó Comité Nacional Espiritista» que tenga por objeto promover y dirigir el progreso del ideal en las formas que se estudien, organizando concursos para editar folletos, libros y demás modos de publicación sobre asuntos determinados de la filosofía ó compendios sucintos de la doctrina, etc., que sirvan de introducción y estímulo al estudiante en sus comienzos,. revista espiritista kardeciana 167 haciendo después extensivo el estudio de otra clase de manifestaciones de propaganda, lo cual por ahora debe quedar en proyecto hasta deliberar la forma de organización. Sometido á la razón de nuestros hermanos, ya comprenderán que esto no es más que un proyecto. Consignamos esto porque todo bosquejo de idea que nace, á veces produce desaliento por parecer irrealizable, lo cual negamos porque ninguna empresa fracasó si la alimentó el calor del entu- siasmo. ...Investigando en alas de la imaginación por las inmensidades del espí- ritu, para aportar un rayo de luz á la antorcha de la ciencia, hallamos esta idea... Si fuera acogida con interés y tuvieran para ello gratitud nuestros her- manos, pudiera algún día convertirse en luminosa. En nombre de varios espiritistas, Arturo Jarque. Sr. Director de Luz y Unión. Espero de su reconocida amabilidad y de su no menos manifiesto interés en bien de nuestros acertados ideales, que insertará en su Revista lo que á continuación me tomo la libertad de escribirle. Lo que me propongo ahora es, ni más ni menos, lo que me he propuesto desde que he creído tener uso de razón, esto es, hacer por nuestra doctrina espirita todo lo que humanamente puedan dar de sí mis escasas facultades, creyendo de esta manera cumplir con un deber quizás muy seriamente impuesto en situación nada fácil de recordar. Así, no parecerá extraño que cuando leo algo en donde se ve interés para colocar á nuestra ciencia en el puesto en que ya debiera estar, me satisfaga; y sintiendo como si se reani- maran mis esperanzas digo, como mi hermano Liberto en el número pasa- do de esta Revista: «¿Es que debemos permanecer inactivos cuando los demás trabajan? ¿Es que en el resurgimiento que se está efectuando en España, sólo los espiri- tistas debemos quedar atrás? jNo y mil veces no, si queremos que al llegar la hora de la desencarnación podamos afrontrarla tranquilos por haber cum- plido con nuestro deber!» Muy bien, querido hermano Liberto; usted es de los que muy acertada- mente piensan en la responsabilidad moral de sus actos presentes en el porvenir; sin embargo hay muchos entre los que militan en los ideales es- piritistas que los olvidan, prefiriendo dar cumplida satisfacción á sus egoísmos personales. Allá ellos; hay que compadecerles; son espíritus co- bardes en el desempeño estricto de su misión planetaria; son, comparada- 168 luz y unión mente, discípulos pretenciosos con título inmerecido de académico. Triste despertar será el suyo si por miras egoístas entorpecen el progreso natural de lo que tanto respeto merece. Es indispensable orientarnos y encaminar nuestra labor á un terreno más fructífero, más abonado y m.ás sólido para basar en él el suntuoso pedestal de todas las ciencias conglomeradas: el Espiritismo. Para llegar á una posible regeneración en tal sentido, se hace preciso no perder tiempo, antes bien, aprovecharlo de verdad, á fin de dejar una orientación razonada á la generación que nos siga. Me permitirá el digno Director de esta Revista y la noble y esforzada redacción del mismo, les indique, y esto sin ninguna pretensión de mi parte, un camino que quizás nos conduciría al punto que tanto deseamos. Muy sencillo: Se anuncia, por medio de Luz y Unión , un con- curso de proyectos que tiendan á cambiar radicalísimamente el sistema y forma en el que evoluciona actualmente el ideal espirita. Los que se vayan recibiendo, junto con los que ya se hayan insertado, se exponen á la con- sideración del mundo espiritista, y éste será el juez que ha de fallar, votan- do. Al finir el plazo que la Dirección habrá considerado necesario para emitir cada espiritista su voto á favor de tal ó cual idea, se notificará, por medio de esta Revista, el resultado de dicha votación, y la idea que contase con mayor número de votos es la que se debe patrocinar é irremisiblemente llevar á la práctica; de otra manera nunca haremos nada, ¡es completamente imposible! Aquellos que por sus condiciones intelectuales y situación social asumen el serio deber de prohijar la parte buena de todo trabajo en el sentido ya in- dicado, y con los brazos cruzados esperan tranquilamente nuevas concepcio- nes de hermanos de mucha voluntad y predisposición para llevar á cabo un cambio redentor á nuestra marcha evolutiva, se darán cuenta algún día de su mal comportamiento y censurable labor, no pudiendo eludir de su res- ponsabilidad ni un átomo de culpa siquiera. No parece sino que no se ha querido Ver en alguno de los proyectos presentados otra cosa que un negocio, un medro, quizás un medio de ex- plotar miserablemente la buena fe de los creyentes. Seamos sinceros con- fesando que nos igualamos á la natural desconfianza de los demás que en nada creen, demostrando con nuestra conducta que somos incapaces de llevar á cabo lo que otros organismos verifican con suma facilidad. ¿Es que no hay cerebros lo suficiente sustancializados, entre los que quieren ser espiritistas, para encargarse de llevar adelante una obra de tal naturaleza? Yo creo que sí, y muchos. Pues si los hay, adelante con lo di- cho, que ya dará buen resultado. Por algo se debe empezar. Soy de V., señor Director, su más atento y s. s. q. b. s. m., Constantino Glosas. 1 REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 169 Mi Opinión Profeso igual cariño á la Teosofía que al Espiritismo; para mí ambas ciencias son llaves que abren el Vasto santuario de la verdad. Estoy conforme con la mayor parte de las teorías teosóficas; me llenan de gozo los convincentes experimentos de los Crookes, de los Rochas, de los Ochorowitz ó de los DurVille. Pero en medio de estas dos escuelas, soy ecléctico, porque me han disgustado siempre los apelativos dogmáticos. Cuando suelen preguntarme qué soy, contesto generalmente: Un estudiante del gran libro Naturaleza; y así puedo propagar ideas que me son propias, como otras que me son prestadas; lo hago así sin temor de que me atajen con el Valladar de un sectarismo cualesquiera. Si fuera á dogmatizarme en una escuela determinada, sería teósofo, es- piritista, cristiano, budhista, vegetariano, darwinista, kabalista y qué sé yo cuántos calificativos de escuelas que me han ayudado á formar mis ideales. —¿Y cuáles son tus ideales?—preguntaréis. El primero y principal, el principio del bien y de fraternidad; después, todo lo que eleva y trasciende hacia lo Infinito. Y Va mi opinión, aunque sé demasiado que será rechazada como absur- da. Después de todo sentiré el fracaso del Esplritualismo en España, como espiritualista que soy—prefiero los términos generales á los exclusivismos; —pero no por ello dejaré de luchar por estos sublimes ideales, que con- ceptúo los más á propósito para llegar al hombre superior. La apatía espiritista contrasta con la labor incansable de los teósofos españoles que no descansan, y hacen muy bien, por llevar á las conciencias incipientes la luz inefable de la verdad. Deberíamos fundar una gran agrupación, parecida á las que funcionan en la América del Sur, como el «Círculo Esotérico» por ejemplo. En esta Asociación, á la que pudiera aplicarse un nombre semejante al de «Asocia- ción de espiritualistas modernos», podrían ingresar, sin distinción de es- cuelas, cuantos creyeran en la existencia y preexistencia del espíritu y de- searan su triunfo sobre el materialismo aplastante. Del programa y bases de ingreso en dicha Asociación nos encargaríamos todos, después de escuchar las opiniones autorizadas de cuantos hermanos quisieran. Qí oí t-\írv oCiío odt'íot-noo rAíno ol -fít-i t-iiiooffoo 170 LUZ Y UNIÓN unión fraternal, sería primero requerido y más tarde eliminado si reincidiese. El decoro jamás me ha impedido confesar lo que pienso; así diré sin veladuras ni eufemismos, que ei Espiritismo ha sido demasiado explotado por torpes faranduleros para que hoy este nombre no haga sonreír á los más graves, ni mueva á risa á los más necios. ¡Son tantos los que creen y no se atreven á confesarlo! Hoy la mayoría de las gentes creen aún que todo son mesas parlantes y chicoleos, sin tener en cuenta lo trascendental de la obra del coronel Al- berto de Rochas, La Exteriorización de la motilidad—demostración evi- dente de la existencia del cuerpo astral;—sin tener noticia de que Aksakoff escribiera su admirable Animismo y Espiritismo, ó que ese apóstol incan- sable que se llama William Crookes, compusiera su inmortal libro Investí- paciones sobre ta fuerza psíquica. Algo sobre ésta dijo ya el compañero Aguarod en su notable revista; deberíamos atraernos á todos, católicos, protestantes, cismáticos ó judíos; pero sobre todo á la intelectualidad. El esplritualismo tiene en la república de las letras defensores como Miguel de Unamuno, Pompeyo Gener, Ricardo León, Eduardo Zamacois, los hermanos Andrés y Edmundo González Blanco, Amado NerVo, Blanco Belmonte, Salvador Rueda, Rubén Darío, etc., etc. Estos son los que de- heríamos atraernos; pero ellos rehuyen lo que pueda convertirles en solda- dos de una causa; no quieren descender del pedestal con que la fama los consagró. Con el nombre de espiritualistas quizá lográsemos su apoyo. Nuestra aspiración material debe ser la de derrotar al materialismo, cada vez más numeroso,- y el cual comienza ya á enseñorearse lo mismo de la novela que del teatro, de las aulas como del hogar. Si no soy escuchado, si mi voz se pierde en la profunda obscuridad de las conciencias retrógradas, indolentes ó dogmáticas, lo lamentaré; pero cúmpleme á lo menos el deber de responder al clamor justificado de mi compañero Liberto. Hermanos de la gran familia espiritualista: ¡Salud y paz os deseo! IvÁN Ifdakof. Sr. Director de Luz y Unión. Con sumo placer nos hemos enterado, los que formamos la Junta inte- riña de la nueva sociedad «Centro de Estudios Psicológicos», del artículo Llamamiento que apareció en esta Revista del mes de Mayo pasado. Este escrito prueba que después del largo letargo en que nos hallába- mos, ha llegado ya la hora del despertar, y que hasta este lapso de tiempo REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 171 en apariencia infructífero, no ha sido tal, sino más bien un período necesa- rio de incubación para el perfecto desarrollo de la semilla sembrada. ¿Acaso es lógico aguardar que el ideal espirita produzca su regenera- dora acción en el seno de la sociedad moderna, sin que los que estamos convencidos de su gran valor, le preparemos el terreno para vencer los mu- chos inconvenientes que á su paso se presentan, velando para que no caiga en el profundo abismo de la ignorancia y sus falsas y torcidas interpreta- ciones? Abandonar la acción de su desenvolvimiento á su natural manifestación, sería igual que abandonar á sus propias fuerzas á un recién nacido. Toda idea, aun después de ser creada en las regiones superiores del ideal por los maestros de la humanidad, sea cual fuere su importancia y gran utilidad para que pueda encarnar en el seno de los pueblos y desarrollar su ■gran acción redentora, ha tenido que valerse primero de los entendimientos •elevados para que revistiera la forma que corresponde á fin de desarrollar- se. Y después de haber constituido un cuerpo de doctrina propio para res- ponder á las necesidades de la inteligencia, ha tenido que pasar primero por un período de infancia, ha necesitado la acción indispensable del tiempo y :1a protectora mano de aquellos seres que se pueden considerar superiores, que se consagran á su cultivo después de haberse hecho cargo de su utili- dad y aplicación. Las ideas, como los espíritus, descienden de las elevadas regiones de la verdad- divina, y como ellos, nacen, crecen, se desarrollan, fuchan contra los mil inconvenientes propios del estado de ignorancia hu- mana que siempre Se amontonan á su paso. Más tarde se desarrollan, pro- ducen su acción necesaria al plan primordial, y después declinan otra vez, para desaparecer finalmente, como desaparece ó muere la forma temporal revestida por el espíritu. Toda fuerza en eterna función, se transforma y reviste nuevas formas evolutivas en el tiempo. El Espiritismo es una nueva luz cuya primera chispa brotó de la mente ■de Dios. Los espíritus encargados de extenderla, la conducen hasta que ilumina el alma humana y cumple su gran misión escribiendo una página brillante en la historia de la humanidad porque refleja realmente los carac- teres de la verdad divina. La humanidad necesita luz para resolver los complicados problemas de fa existencia; necesita razones que descansen en una base firme y abran grandes horizontes al pensamiento. La humanidad es un conjunto de indivi- duos, y si el conjunto no puede ser perfecto sin serlo las partes que lo componen, claro está que permaneciendo divididos sin plan preconcebido, es imposible que podamos corresponder al plan superior emanado de los elevados espíritus. ¿Puede este ideal responder á semejante necesidad humana? Creemos que sí. La experiencia nos enseña que no se construye ningún edificio, ni 172 luz y unión se abre ninguna mina, ni se construye ningún canal, ni se crea industria alguna sin que antes se tracen los planes necesarios. ¿Es lógico creer que pueda construirse el edificio por sí solo, sin plan ni dirección alguna? i Cuántos errores, falsedades y mixtificaciones toman forma en los en- tendimientos poco observadores y faltos del más elemental conocimiento de las leyes que rigen el elemento espiritual! Es seguro que gran parte de esos- errores se evitarían si se constituyeran organismos parciales y después se unieran á un plan superior de organización nacional. La experiencia nos enseña que este paso requiere mucha voluntad y amorá la causa, y que para su acertada acción se necesita haber ejercitado las facultades anímicas para tener una percepción justa, un sentido íntimo, que permita entrever la verdad á través de sus diversas formas, interpre- tando así su lenguaje oculto. Hay mucha ignorancia respecto á lo que es y significa el Espiritismo; muchos aguardan el desarrollo de facultades extraordinarias sin poseer ninguna clase de preparación, como si este gran asunto no mereciera los honores de la iniciación. Salvo raras excepciones, la mayor parte esperan en Vano que se realice el milagro y después caen en las garras de oscuras perturbaciones mentales, entregándose ciegamente á merced de fuerzas desconocidas y abdicando por completo de su razón. De aquí el negativo resultado de muchos ensayos impremeditados en el terreno de la medium- nidad. Esto, aunque lógico, es muy sensible. ¿Pero no se podría corregir mediante una activa campaña producida por una organización ordenada y robusta? Por otra parte, ¿faltan hombres en España que reúnan condiciones para eso y mucho más? Creemos que no. La voluntad de muchos unida es una gran fuerza; la inteligencia es luz, y el amor engendra la vida con su poderoso aliento. Por esto la Junta de este Centro, en conformidad con nuestro parecer (y al efecto hemos trabajado por la unión de todos los elementos de esta localidad), une su voto al de los fervientes adalides y amantes de un nuevo^ rumbo ú organización. Por la J. D., Martín Font. Sabadell, 19-5-1911. Mi opinión Antes de entrar en materia ruego á mis lectores y hermanos en creen- cias que tengan la bondad de dispensarme si en algo les ofendo, porque mí intención no es tal, sino muy al contrario, prefiero borrar á fomentar ofensas. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 173 Como nuestro hermano Liberto hace la llamada tanto á los viejos como á los jóvenes, tanto á los sabios como á los que todo lo ignoramos, por eso si el digno Director de Luz y Unión me honra con la inserción de estas mal trazadas líneas, en su ilustrada Revista, tendré el atrevimiento de expo- ner mi opinión aunque pobre y mal expresada; pobreza que debe ser dis- j^ensada, porque yo bien quisiera poseer la erudición de un Castelar, la elocuencia de un Víctor Hugo, de un Sellés y de muchos otros oradores, que con su palabra mágica y elocuente hacían y hacen entrar en vibración la cuerda más endurecida del arpa humana; pero ya que no me ha sido posible adquirir esos valiosos dones, me limitaré, como dado me sea, á lo concernien- te al «Llamamiento», que es lo que más nos incumbe por hoy á mi parecer. «El cuarenta por ciento de los habitantes de la Isla de Puerto Rico son espiritistas. »Esta afirmación hecha por un periódico que no comulga con nuestras ideas, ¡á cuántas reflexiones se presta! »Aquí en España la situación del Espiritismo no es tan sólo estaciona- ria, sino que comparándola con la de algunos años atrás, se observa clara- mente un gran retroceso». ¡Cuánta razón tiene usted, hermano Liberto! ¿Quién no recuerda «La Espiritista Española», de Madrid; el «Centro de Estudios Psicológicos», de Alicante; «La Caridad»; con su Valiente órgano La Revetación; La Luz del Porvenir, y muchos otros periódicos y Centros que tanto han trabajado por la divulgación del Espiritismo? ¿Quién no recuerda los triunfos y victo- rias alcanzados en Zaragoza, Barcelona, Lérida, Sabadell, Tarrasa, Alican- te, Madrid y muchas otras localidades, en tiempos no muy remotos? ¿Quién al recordar aquellos tiempos, examinando los presentes, no se lamenta del quietismo é inmovilidad en que permanecemos los espiritistas? «¿Debemos permanecer inactivos cuando los demás trabajan? No, y cien veces no, si queremos merecer el sagrado nombre de espiritistas; no, y •cien veces no, si queremos cumplir con nuestro deber». Hoy que los pobres obreros (los parias de la actualidad) se unen para hacer reconocer á los despóticos Césares que no tienen derecho á esclavi- zar á sus hermanos, porque todo palpita convulsivamente; hoy que está próximo á estallar el temible volcán de la desesperación obrera, volcán de cuyo cráter, después de candente lava, brotarán espléndidos rayos de luz; hoy, en fin, que estamos en el crítico momento de realizar alguna labor meritoria, hoy nos escondemos en el interior de nuestros hogares, reunió- nes. Grupos ó Centros, á escuchar á los espíritus, á que nos digan cosas que nos han sido dichas una y mil veces sin que los oyentes nos hayamos esforzado en practicarlas. 174 LUZ Y UNIÓN No, hermanos míos, no; nuestra Santa Doctrina reclama algo más gran- de, más noble, más justiciero; el Espiritismo no consiste únicamente en ir á escuchar lo que los espíritus nos digan, sin que nos tomemos el trabajO' de analizar sus afirmaciones. ¿Acaso no tenemos confianza en poder dar curso á los proyectos no- bles? ¿Por ventura creemos que no hay quien dirija y administre? ¿Para qué están los Rodríguez, [os Navarros, los Mayols, los Selles, losMingots, los Nínives, los Durán, los Estevas, los Esperos, los Miguéis, los Ramírez y muchos otros que son capaces de dirigir á una legión de obreros que se propongan trabajar? [Animo, pues, hermanos! [A formar Ligas, Corporaciones y demás or- ganismos indispensables para el triunfo que nos proponemos realizar! Por- mulemos un programa que nos conduzca á la realización de lo que anhela- mos; levantemos nuestro estandarte á la altura que le corresponde para que se cobijen bajo él todos los amantes de la Razón, de la Justicia y de la Libertad. ¡A la tribuna, hermanos! ¡Paz y Progreso! José Llorens Mira. jijona 25 Mayo 1911. Contestando á un llamamiento y á una alusión A vuela pluma Aunque sin títulos bastantes que acrediten mi suficiencia para tomar parte en este «Llamamiento» hecho por uno de los que como yo desea que el Espiritismo en España evolucione y se propague como en Puerto Rico, según el hermano Liberto, véome obligado á decir algo, aunque sólo sea para repetir lo que en otras ocasiones dije sobre otros puntos también inte- resantes, relacionados con la organización y propaganda del Espiritismo que ahora pone sobre el tapete el hermano Liberto. Empiezo, pues, por aplaudir tan laudable iniciativa y adherirme á ella, con todo el buen deseo y el entusiasmo del hermano y de otros que, como él, sienten la necesidad de que el Espiritismo en España pase del cáliz de: la amargura á una resurección gloriosa, para que desde lo alto de un nue- vo Sinai, alumbre con su radiante luz las concavidades oscuras donde mo- ran las almas débiles y enfermas por falta de luz y de calor, que ateridas- de frío y entumecidos los miembros de que se valen para exteriorizarse, vacilan en salir de esas tenebrosidades, temiendo quizá que el rayo de luz. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 175 y de calor con que les brinda la aurora del nuevo día que se acerca, las ciegue y atormente más que la oscuridad en que vivieron tantos siglos. He aquí una de las causas, quizá la más fundamental, de que el Espiri- tismo no se exteriorice y ensanctie todo lo que desea Liberto y como él muchísimos más. El miedo se ha apoderado de todos; las conciencias están asustadas ante el temor de un nuevo cambio en las instituciones politicas, sociales y religiosas, que trastorne las cosas y la manera de ser y estar presentes. Todos asistimos á la terrible lucha que sostienen hoy el capital y el traba- jo; todos Vemos que en los actuales momentos sólo piensan en destruirse, en anonadarse unos á otros; los de arriba á los de abajo, los plutócratas á los menesterosos; lucha por todas partes y por todas el desasosiego, la intranquilidad y el malestar de todas las clases sociales; lucha para soste- ner un estatuqao, un estado abusivo, la conservación de regalías y el pre- dominio escandaloso que dió margen al desequilibrio social y al positivismo reinante, que combate también con desesperado encarnizamiento, para me- jorar la precaria situación porque atraviesa. Y como si todo esto no fuera causa bastante á detener la marcha del Espiritismo, que necesitada calma, la tranquilidad y la paz para pensar y estudiar los fenómenos que por todas partes y aisladamente se presentan, á fin de que los profanos y los hom- bres de ciencia fijen su atención, hay otra causa no menos dañina para el progreso del Espiritismo, y es aquella que lucha denodadamente por todas partes y con armas de dos filos para que la nueva era de libertad y de libre examen no socave los cimientos carcomidos ya por los embates del huracán que amenaza derrumbar todo lo antiguo, que si en épocas remotas tuvo su razón de ser y llenó su cometido en la historia de la humanidad, hoy tiende á desaparecer para dar paso á lo moderno, á lo que ofrece nuevos hori- zontes y nuevos cambios en las instituciones que han de dar á los pueblos la Libertad, la Justicia y la Fraternidad. Todos mis hermanos habrán comprendido que me refiero á las potesta- des eclesiásticas, que de todas partes han sido arrojadas por innecesarias y por perturbadoras de la paz de las conciencias honradas, que desean sa- cudir el yugo tiránico, tantos siglos ejercido por ellas, amenazando con el infierno y las penas eternas al que no se doblegara á sus mandatos y no se prestara de buen grado á satisfacer sus ambiciones desordenadas de mando y de dominio moral y material. ¿Prueba de esto? El mismo Puerto Rico nos la da, según insinúa Liberto, y le sirve de tema para su «Llamamiento». Mientras allí dominaron esas instituciones, autorizadas y protegidas por las monárquicas, los espiritistas de Puerto Rico poco adelantaron á pesar de los trabajos realizados y á pesar de la lucha sostenida con tan formida- ble enemigo. Hablen con sinceridad nuestros hermanos portorriqueños y estoy seguro 176 LUZ Y UNIÓN de que no negarán mis asertos. Sólo cuando huyó de allí el poderío y la protección del Estado español y quedaron á merced de otras instituciones más democráticas, pudieron dar mayor impulso á las ideas que con fe, constancia, trabajo y unión han sabido y podido vencer los obstáculos que antes se oponían con tenacidad á su paso. ¿Quiere decir esto que nosotros ante tan tremendos obstáculos nos crucemos de brazos? No, repito que soy uno de los primeros que desean aspirar el perfume delicioso que exhalan las flores que nacen en el jardín llamado Espiritismo, y que este perfume se esparza por doquiera y purifi- que el ambiente de los miasmas putrefactos que envenenan los cuerpos y adormecen las almas con el narcótico insensibilizador, que, como la som- bra del manzanillo, inmoviliza á cuantos se ponen á su alcance ó se cobijan bajo sus ramas. Unámomos, contémonos, organicémonos, imprimamos un movimiento bien dirigido, y con un plan bien ordenado, trabajemos todos, altos y bajos, sabios é ignorantes, pero humildes y obedientes á las órdenes de una directiva que se nombre por sufragio entre aquellos que tengan ca- pacidad bastante para ser directores, que quieran buenamente, que tengan firme Voluntad é interés en cumplir las bases que se establezcan y aprueben por la mayoría de los espiritistas. Para esto es necesario que alguien tome la iniciativa, ó, dicho de otro modo: que alguien tome nota de todas las opiniones manifestadas en esta Revista, las sintetice y ordene darles luego publicidad para que todos se enteren y vean cuál de ellas es la más aceptable para poder llevarla á cabo con las modificaciones convenientes y necesarias para dar principio á la or- ganización que se crea más factible á fin de conseguir los fines deseados. En mi concepto es éste el primer punto que hay que resolver, porque de lo contrario, estoy seguro que todo esto quedará en el olvido y nada en concreto se hará, como desgraciadamente ha ocurrido en otras ocasiones con otros proyectos, como el de los distintivos, etc., etc. Por mi parte, creo que nadie mejor que la Redacción y Administración de esta Revista puede y debe llevar á cabo este trabajo. Después, nombrada y constituida una Directiva, ésta formulará y pre- sentará unas Bases que, después de aprobadas, sirvan para los sucesivos trabajos que se realicen con objeto de constituir agrupaciones en cuantas poblaciones dispongan de medios y elementos útiles y necesarios para la investigación, régimen y marcha de los trabajos que se quieran llevar á cabo, y, á su vez, esas Agrupaciones ó Sociedades provinciales ó regiona- les podrá considerárselas como centrales de otras, que en la misma región ó provincia se constituyan con independencia ó autonomía en su régimen particular, pero siempre unidas y hermanadas á la provincial para tratar de los asuntos generales y de interés relacionados con la marcha y progreso del Espiritismo científico, norma que debe seguirse si es que el Espiritismo revista espiritista kardeciana 177 ha de salir del calificativo que le dan la mayoría de las gentes ignorantes ó de mala fe. Esta es, en síntesis, mi opinión, cuyo verdadero sentido comprenderán mis hermanos á pesar de las incorrecciones de forma en que pueda haberla vertido. Ahora, respesto á lo demás, ó sea pretender que el Espiritismo marche con la velocidad del automóvil, como quisiéramos todos los entusiastas de esta doctrina, mientras no se destruyan los obstáculos que impiden su mar- cha, no debemos forjarnos ilusiones. Las cosas vienen cuando deben venir, y no sirve muchas veces acelerar su marcha,- porque es contraproducente, porque los resultados pueden ser negativos: la historia de los hechos en la vida de los pueblos nos lo demuestra. La Naturaleza misma nos da el ejem- pío: si la fruta se coge verde del árbol y se come, puede causar un trastor- no grave en nuestro organismo hasta el punto de producir la muerte. Para terminar: los espiritistas hemos de considerarnos obreros construe- tores, y, en este sentido, debemos ir preparando los materiales que han de servirnos para erigir el edificio nuevo que tenemos en proyecto bajo el pla- no trazado por el inolvidable Maestro, con algunas modificaciones para me- jorarlo, si es preciso, mientras otros operarios, obreros también, con otros instrumentos adecuados al uso que se les emplee, se encarguen de derribar el edificio viejo, carcomido y ruinoso, que amenaza de continuo á los que viven bajo su techo. B. Rodríguez. Madrid y Mayo 1911. Otra idea Varios hermanos de buena voluntad han expuesto ya su parecer respecto á la forma de dar impulso al ideal espirita. Deseoso como el que más de que surja algo que pueda verse traducido en hechos, voy también á dar mi humilde opinión, rogando á cuantos se vean con ánimo suficiente para poner en práctica mi idea, la lean con de- tención, y ojalá nazca en algún pecho el noble deseo de ejecutarla, para lo cual no ha de faltarle la cooperación del que suscribe y de otros hermanos. Ante todo, permitidme que os hable sobre un punto importantísimo. Hay en nuestras filas una cosa que nos perjudica á todos de un modo ex- traordinario, y esta cosa es un gran número de llamados espiritistas cuya misión se reduce á presentar nuestra filosofía en forma tal, que los que no la conocen se apartan de ella juzgándola absurda después de haberles oído. E-sos son los que han recibido de algunos el título de espiriteros, y creed 178 LUZ Y UNIÓN que abundan más de lo que parece. No hay en ellos mala fe sino todo lo contrario, pero el resultado es que con sus tonterías dichas con el mayor aplomo, retrasan el avance del Espiritismo. Aunque nos duela, hay que ir contra ellos. Antes, debemos hacer cuanto esté á nuestro alcance para ins- truirles, y si esto no es posible y continúan en sus trece, hay que desauto- rizarlos, pues son un estorbo, y hay que quitar cuantos nos obstruyan el paso, si queremos marchar adelante. Para ser un buen espiritista sólo hace falta amor al prójimo, afición al estudio y fuerza de voluntad. Con estas armas podemos vencer siempre á nuestros detractores. Creo que el mundo resuelve muy lentamente sus problemas por querer apresurarse demasiado, ó hablando en términos vulgares, por querer empe- zar siempre la casa por la Ventana. A los espiritistas nos ocurre lo propio que á los demás, porque ante todo somos hombres y, por lo tanto, estamos sujetos á las flaquezas de tales. Uno de los medios que á mi entender po- dría dar más impulso al Espiritismo, sería la formación de Grupos que constituidos tomando por base el estudio y haciendo gala de una constancia sin límites, podrían crear adeptos en proporción á su mayor ó menor radio de acción. Estos Grupos deberían funcionar completamente autónomos, pero no sin algún contacto, para que sus miembros se conociesen el día que fuese útil la cooperación de todos para un fin cualquiera. El día que hubiera un buen núcleo debidamente organizado y en mar- cha, entonces podría empezar á hablarse de otros planes que, sin duda, obtendrían éxito-, porque se levantaría el edificio sobre una base sólida, cosa que ahora por desgracia no existe. En resumen, mi idea tiende á echar cimientos. Ya sabéis que en ninguna construcción están á la vista, pero nadie ignora su importancia, porque son el sostén del edificio. Vengan personas dispuestas á sacrificarse un poco, trabajando en si- lencio y sin que de momento la masa sospeche siquiera su labor. Cuando llegue el momento oportuno, ya se notarán sus efectos y entonces con un ejército que, aunque reducido, sea completamente consciente, puede cons- truirse no una casa, sino todos los palacios que se quieran, sin temor á que una conmoción del terreno los derribe. Los Centros pueden existir, pero no creo en la eficacia de muchos de ellos. Allí se reúnen unas cuantas docenas de personas que ni saben qué es Espiritismo, ni lo sabrán nunca si no lo aprenden en otra parte. Otra cosa debe tenerse también muy presente. El Espiritismo es el es- tudio de la Vida; es el libro que nos enseña de dónde venimos, dónde esta- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 179 rr\os y á dónde vamos. En sus páginas debemos aprender que todo el Uni- verso infinito, Vibra al son de una palabra: Bondad. Así, pues, nuestros esfuerzos han de encaminarse á practicar el bien; lo demás es cpmpleta- mente secundario. Quiero decir con esto, que cuanto se conoce con el nombre de fenómenos espiritistas, debe ser mirado por nosotros como cosa inferior; nuestro único anhelo debe consistir en hacer el bien á todas horas. Dicho cuanto antecede y para probar que con constancia y amor al es- tudio podemos vencer siempre, voy á explicar, con el menor número de palabras posible, la historia de un Grupo que funciona en Barcelona y del que me honro en formar parte. De lo que sigue deduciréis cómo mi plan es factible y de resultados seguros; lo que hacen unos pueden hacerlo todos, y ya veréis cómo puede trabajarse mucho, teniendo como únicas armas el verdadero amor al prójimo. Ojalá mi idea la pusiesen en práctica algunos, porque de ser así, otro- gallo le cantaría pronto al Espiritismo, que en la actualidad se halla casi sin Voz. íjí :í: -í: Dos curaciones fueron la causa de que funcione el Grupo en cuestión. Ambas hicieron brotar en la mente de los interesados el deseo de estudiar lo que tan digno de atención era; personas á quienes se habían aplicado, para su caso particular, toda clase de medicamentos sin el menor resultado^ Vieron desaparecer lo que tanto las atormentaba, y esto prescindiendo del médico y de la farmacia. Al objeto de formarse un criterio lo más aproximado posible, adquirió- ronse los siete libros del maestro Kardec y se leyeron con avidez, porque había verdadera hambre de conocer todo lo bueno que contienen. Al cabo de poco tiempo de esta lectura, se instituyeron dos días semanales de cura- ción, que continúan puntualmente después de unos dos años de establecido el Grupo, y continuarán mientras queden fuerzas á los que en ello inter- vienen. Se propuso después la celebración de sesiones medianímicas, y el pro- yecto se llevó á cabo, celebrándose desde entonces con toda regularidad cada quince días sin interrupción, desde últimos de Septiembre á fines de Mayo de cada año, fecha en que el calor impide la aglomeración, ya que di- chas sesiones se celebran en un piso que no reúne grandes cualidades en lo que á espacio se refiere, y acostumbran concurrir, como término medio, unas Veinticinco personas. Durante los meses de calor, sólo quedan suspendidas las sesiones, pero no las curaciones que continúan invariablemente lo mismo que en invierno. Nuestro Grupo cuenta con los suficientes mediums para trabajar, y entre éstos los hay parlantes, escribientes, curativos y videntes. Quizás no tie- 180 LUZ Y UNIÓN nen la facultad lo suficiente desarrollada para decir que son superiores con relación al trabajo que hacen; pero esta deficiencia, si así puede llamarse, •queda compensada con la buena voluntad de todos, con la cual se forma un conjunto bastante armónico. En cuanto á los resultados, no pueden ser más halagüeños, ya que se ha dado á conocer por este medio la filosofía espirita á multitud de personas Para quedos organismos que hoy integran el Espiritismo español alean- cen la solidaridad á que están llamados, se necesita que éstos tengan un común sentir y pensar sobre ciertos puntos esenciales, para que dignamente, la representación del pueblo espiritista, pueda subir al estrado social y sentarse en la poltrona que para regir los destinos humanos, le está reser- vada desde el principio de los tiempos. Conocida es de todos la existencia de algunos organismos ó Centros llamados espiritistas que son oprobio del Espiritismo. Para estas agrupa- clones donde impera la superstición, por efecto de ignorarse en ellos el origen de las cosas, dice muy bien Mariano Light: «Vengan personas dis- puestas á sacrificarse un poco trabajando en silencio y sin que de momento 242 LUZ Y UNIÓN la masa sospeche, siquiera su labor». Estas personas, á más de intelec- tuales, han de poseer una temple de alma tal, que nunca se arredren ante la magnitud, dificultades y disgustos que, de suyo, trae aparejada la finalidad redentora que se desea conseguir. La organización para la buena propaganda del Espiritismo, creo que debe hacerse constituyendo un comité de notables que la reglamente, que nombre á los propagandistas según sus aptitudes, y—«no hay que hacerse ilusiones»,^dice B. Rodríguez, recaude los fondos que dicha organización ocasione. Mas en verdad, debo no callar, que nada de más difícil tarea, que recaudar fondos en el pueblo espirita hispano, por la razón de que cada Sociedad, cada Centro, cada Grupo y cada adepto espirita, al diferir en algo de sus congéneres, no se halla propicio, no es fácil reducirlo á entregar su óbolo á un organismo de cuyos elementos constituyentes difiere en poco ó mucho. La intransigencia es aun condición sine qua non de muchos que se titulan espiritistas. Así es la realidad. Urge extinguir el babilonismo, existente, é iniciar y graduar al pueblo espirita en la verdad científica y en la trascendental bajo un pensamiento común, para Ver de conseguir en no lejano plazo, que el Espiritismo ocupe el lugar que por derecho le corresponde. La propaganda del Espiritismo en las grandes urbes y hasta en las me- dianas, con ,tal de que, en éstas impere un ambiente de libertad bien enten- dida, puede hacerse con provecho y sin grande esfuerzo pecuniario. Esta aseveración puedo afirmarla con la autoridad que me prestan siete años de incesante labor en «El Faro de Paz» y de propaganda en algunos pueblos de esta provincia valentina sin otra remuneración quedos disgustillos queá menudo proporcionan los visónos para quienes toda charla medianímica, firmada por personajes históricos, es infalible. Y como los mediums ignaros abundan como las moscas, y las reuniones particulares y familiares presidi- das por personaje ramplón ó una mujer gazmoña, que se titulan protectores de todo el mundo espiritual oscuro, crecen y se desarrollan como la mala hierba entre la buena siembra, he aquí que se hace punto menos que impo- sible, el vivir tranquilos en los Centros públicos donde caen estas eminen- que todo lo saben, según afirman, á pesar de no haber estudiado, ni aún leído, los libros más elementales, porque con su espíritu guia protec- tor, todo lo conocen y pueden. En las pequeñas localidades y en aquellas medianas donde los sacrista- nes imponen al vecindario lo que ha de creer, el alguacil lo que ha de hablar y el caciquillo lo que ha de hacer, varían en mucho los términos de la ecuación. En tales poblaciones hay que autorizar al propagandista para que, en sus sutilezas de ingenio, ponga á un lado del altar la efigie de Confucio y en el otro la de Jesús de Nazaret, para evitar aspavientos. En los grandes centros de población puede operarse con números redondos; en los pequeños han de hacerse las operaciones con fracciones infinitesimales. Para la propaganda en los villorrios y aldeas, se necesitan hombres muy expertos y que tengan la existencia garantida para no necesitar de aquella gente marrullera, por motivos fáciles de colegir (1). No se debe pensar ahora en la catequización de los pueblos de reducido (1) Vea el lector el discurso inserto en la página 79 v siguientes de la 2." edición del Congreso Espiritista ibero-americano é internacional, celebrado en Madrid el año 1892. revista espiritista kardeciana 243 número de vecinos, porque el fruto que tras grandes esfuerzos éstos dieran, sería poco, de calidad muy dudosa y vida efímera. - Conferencias, muchas conferencias donde con facilidad puedan oir las multitudes. Con este procedimiento, á ver si se resuelve el problema de que las revistas espiritistas sean más leídas y no mueran por consunción y que los libros más indispensables no yazcan sepultados bajo el polvo de los estantes del editor. Alístense los buenos, aptos y decididos. Constituyase, cuanto antes, el Comité organizador y no se dé reposo hasta ver funcionar con regularidad el mecanismo que hace tantos años se anhela. Den señales de vida las energías individuales. Yo, por sus individuales iniciativas, rindo culto de admiración en el san- tuario de mi conciencia á los Amigó y Pellicer, García López, Ausó y Monsó, Fernández Colavida, Torres Solanot, Amalia Domingo, Quintín López, Navarro Murillo, Angel Aguarod, Esteva Marata y á tantos otros no menos dignos de mención, cuyos nombres omito, á mi pesar, porque así me lo exige el estrecho marco de este artículo. Estos hombres solos, sin más auxilio que el de su fe, emanada de íntimas convicciones, acometieron sus respectivas empresas periodísticas con la abnegación y perseverancia propias del verdadero apóstol. jj. Las lagunas que accidentan el vuelo del Espiritismo, quedarán á nivel con sólo el esfuerzo de unos cuantos hombres valientes que tengan ojos y vean, oídos y oigan, cabeza bien organizada, voluntad inquebrantable, y que, en la liza, no se duelan de sus huesos. La inmediata solución del problema que se discute, se halla en el esfuer- zo, en el sacrificio voluntario y gratuito délos aptos por la idea. Esto es hoy lo práctico. Mañana, sin duda, será otra cosa, cuando los efectos del sacri- ficio den la faz deseada á las Sociedades espiritistas de una España rege- nerada. Bartolomé Bohorque,s. Valencia, 13-6-11. Es preciso un avance Siempre que algún entusiasta propagador de nuestra filantrópica doctrina toma una iniciativa ó traza un estratégico plan para sacarnos de la enerva- dora inercia en que nos bailamos y para dar mayor relieve al altruismo espirita-científico, demostrando así, una vez más, su prevalecimiento sobre las religiones positivas y sofísticos ideales..., las adhesiones llueven, pero en mi concepto huelgan todas. Triste es decirlo, pero es la realidad. De prueba nos podrá servir la iniciativa que hubo de tomar el entusiasta Boleas, con su acertada idea del distintiyo: después de tantas adhesiones y 244 LUZ Y UNIÓN opiniones como insertaron esta Revista y La Voz de la Verdad... reinó el mutismo. Tai vez muctios no den importancia alguna á esta iniciativa; pero si la analizamos en su buen fondo, incontestablemente comprenderemos que el distintivo es un preludio del importante asunto que nos viene ocupando. ¿Se llevará á cabo? ¿Fracasará también «Liberto» en su genuina y lau- dable tentativa de unión de ios espiritas? El hermano Benito Rodríguez, con su elocuente adhesión, nos promete mucho si sabemos regirnos por sus claras ideas, y rompemos el hielo á que alude el incansable Krainfort de Nínive, poniéndonos á ta orden, y siguiendo luego la estrategia del mencionado Rodríguez. La apática incuria que imperó en nosotros hasta lo presente, es menes- ter que desaparezca; no es lícito que mientras los portorriqueños cuentan sus batallas por victorias, permanezcamos nosotros cruzados de brazos, esperando nuestra unión y fusión como un maná. Es preciso que limpiemos el orín de nuestras armas, y formando una gran hueste, salgamos al campo de batalla decididos á no regresar hasta haber implantado en él nuestro grandioso estandarte con el sublime lema del Espiritismo: Amor, Ciencia y Libertad. Deliberemos, pues, espiritistas; no dejemos olvidado tan importante y transcendental asunto; tengamos en cuenta que abate el ánimo de todo her- mano que deseoso de difundir nuestro hermoso ideal, toma una provechosa iniciativa, contemplar luego la indiferencia con que la abandonamos. Esto frustra todas las propuestas, porque el eco de una voz, por elocuente que ésta sea, se pierde irremediablemente cuando resuena en el desierto. Bernardo Raída. Tánger y Junio 1911. Morón 26 de Junio de 1911 Sr. Director de Luz y Unión. Barcelona. Mi querido amigo: Con gozo intensó veo que los espiritistas españoles ■despiertan de su letargo. La idea de reorganización halla eco en la masa, y son ya muchas las opiniones emitidas en su favor. Como considero un deber emitir mi voto, ya que los ignorantes también han sido llamados á esta especie de plebis- cito, voy á formularlo con toda sinceridad. Suscribo todo cuanto se ha dicho respecto al particular y añado: La idea de Mariano Light es bellísima y tiene todas mis simpatías; ofrece, sin embargo, un inconveniente, y es el de que viviríamos aún mucho tiempo sin contacto, y es patente la necesidad apremiante de la reorganización. ¿Pueden conciliarse ambas cosas? Veamos. Según la opinión del hermano Light, es preferible crear unida- des sanas, conscientes, ilustradas. Esas unidades, en virtud del ejemplo moral que den en la sociedad, crearán una atmósfera de respeto y simpatía REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 24o confederadas, constituirían una agrupación formidable, más que por el nú- mero, por la calidad de los componentes. Admirable idea, que tiene en sí la virtualidad de descubrir un alma grande; esa es la organización racional, científica é infalible. Pero, mientras tanto, ambularán los mediums espiritaros, ignorantes ó- especuladores; seguirán esos Centros monomaniacos, de la evocación ha- ciendo majaderías y ridiculeces, neutralizando la labor seria, y el Espiritismo seguirá en entredicho y siendo objeto de toda clase de burlas; porque no es la labor seria, por desgracia, lo que preocupa á una sociedad tan escép- tica y superficial como la que sufrimos, sino lo cómico ó lo trágico; aun mejor, lo grotesco. Me declaro partidario de la reorganización inmediata, y para que ésta sea eficaz me parece que debiera hacerse algo'transcendental en la Asam- blea que al efecto se convocara;^ por ejemplo: a) Solicitar la estrecha unión que por afinidad de ideas existe ya entre teósofos y espiritistas, y tomar otra denominación. b) Confeccionar un código de doctrina universal que sea aceptable para todo espiritualista progresivo. c) Despojar al Espiritismo de todo matiz sectario. Es vergonzoso, querido hermano, que existan aún ciertas divisiones en confesiones filosóficas de la elevación de las dos apuntadas, y si no hubiera algo y aun algos de egoísmo en ellas, no cabe duda de que el abrazo sería hondamente conmovedor y decididamente beneficioso para la paz humana. Llámese cada uno como quiera, si tal importancia concedemos al nom- bre. Venga, si queréis, la unión conservando cada cual su enseña; pero ábranse los brazos, estréchense los pechos y unidos por amorosos vínculos, caminemos juntos por la vía del progreso. Oímos también con demasiada frecuencia hablar de espiritistas científi- eos y de otras castas que no hay por qué enumerar. ¿Hasta cuándo, hermanos, ha de durar esto? No creo que debamos perder el tiempo en buscar adjetivos diferenciales. ¿No quedamos en que el espiritista debe considerar á todos como hermanos? Pues entonces sólo nos es lícito el amor. Amor sin tasa ni distingos; amor para el cura ó para el fraile; amor para el judío, para el católico y para el protestante; amor para el teósofo y para el materialista. Los mismos á quienes llamamos espiriteros, son acreedores á nuestro fraternal cariño. ¿El que obra mal, no dijimos que obró por ignorancia? ¿Tenemos nosotros- por ventura la evidencia absoluta de obrar bien? ¿Quién de entre los en- carnados se considera acreedor al amor del Padre con preferencia al más malo? jjMalo!! Del lenguaje espiritista habría que borrar toda frase depresiva, y especialmente el calificativo de «malo». . Hay que convenir en que somos todavía ilógicos con nuestras convic- ciones. Si en la nueva organización que se proyecta entramos de Veras por el camino que hacia Dios conduce por el Amor y la Ciencia, del cual nos hemos desviado mucho, ¡manos á la obra!; edifiquemos sobre roca viva alguna vez para que el monumento se eternice. Vengan opiniones á millares y seleccionemos después. Tengo fe en que 246 LUZ Y UNIÓN hay obreros hábiles que trazarán el plan y peones ardorosos que acudirán cada uno con su piedra á levantar el templo del amor. Saluda á V. fraternalmente su buen amigo y hermano, Venancio Terrazas. Curación debida á la intervención de un medium vidente Oímos con frecuencia, en los medios psíquicos y espiritas, decir que los médicos no pueden ser de ninguna utilidad para el movimiento de los estudios que nos son queridos. No opino así; creo, por el contrario, que debemos ganar, para nuestras investigaciones, el mayor número posible de médicos. En el estado actual de las ciencias psíquicas, no son las teorías las que deben prevalecer, sino los hechos. Y pocos hombres habrá que puedan aportarnos más hechos bien observados, mejor que los médicos. Entiéndase bien que hablo del médico que sabe ver otra cosa á más de lo que cae directamente bajo sus sentidos, y que no rechaza á priori las indicaciones psíquicas, es decir, las emociones, los sueños, las alucinado- nes, hasta las formaciones de segunda personalidad. Quiero ir más lejos: pido á ese médico tome en consideración, cada vez que la ocasión se pre- sente, las indicaciones auditivas ó los clichés visuales, descritos por esos seres de sentidos hiperestesiados, á quienes con razón ó sin ella llamamos «médiums». Haber procedido así me ha prestado personalmente grandes servicios en mis tratamientos psicoterápicos; me ha permitido con frecuencia realizar curaciones que, á ignorar la causa, se habrían llamado «milagrosas». Que mis lectores, no obstante, no me hagan decir más de lo que quiero. Lejos de mí está afirmar que las alucinaciones, los relatos de espíritus incorporados á las narraciones de sujetos lúcidos, sean siempre hechos reales y positivos. No son las más veces sino romances de la consciència subliminal ó aún formas de pensamientos, creadas por actos de autosuges- tión. Nada sabemos de ello con exactitud; pero si es presuntuoso sacar conclusiones, más extraño sería aún rechazar los hechos. Por fortuna, no estamos ya en la época en que se ignoraba un fenómeno, por la sola razón de que contradecía lo que se creía ser la verdad; no, hemos progresado, y en nuestros días un hecho rigurosamente observado, debe ser conservado, REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 247 aun cuando debiera destruir teorías consideradas de largo tiempo atrás como verdaderas. En esto pueden ser los médicos de gran utilidad al desarrollo de los estudios psíquicos. Que nos ayuden á acumular hechos; á observarlos sin prejuicio ó clasificarlos con método. Entonces la luz se hará en ciertos dominios que han quedado oscuros y la medicina habrá dado un gran paso; y tendremos menos pobres seres irremediablemente perdidos porque hayan sido declarados por todos como incurables. Dicho esto, he aquí un hecho en el que fui testigo y actor: Una joven, atacada de jaquecas de origen neurasténico, á las cuales se había agregado hacía años una obsesión de suicidio, vino á consultarme. Un atento examen me dió la seguridad de tratarse de un organismo sin ninguna tara física. El lado psíquico, por el contrario, dejaba mucho que desear: emotiva, fantástica, fácilmente sugestionable. La enferma insistía sobre una angustia «enloquecedora», según decía ella, en la nuca, con una sensación de pesadez, á veces intolerable, sobre los hombros; en esos mo- mentos era atacada de un deseo casi irresistible de matarse. En el curso de una larga conversación, la enferma me confió que antes de su matrimonio había sido cortejada por un oficial á quien amaba, pero •con quien, por razones de familia, no pudo unirse. El había muerto luego y poco tiempo después la obsesión del suicidio se había apoderado de ella. Tal era, sin duda, el origen de la idea obsesora, y se imponía un trata- miento psicoterápico. Muchas sesiones en estado de vigilia se efectuaron sin éxito; procedí luego á ensayos de reeducación en la hipnosis magnética, y no obtuvo mejoría alguna; sugestiones imperativas en el sueño hipnótico tampoco dieron resultados apreciables. Decidí, con el consentimiento del esposo, pero sin que lo supiera la enferma, operar por medio de un medium, á quien estudiaba yo hacía algún tiempo y que con frecuencia me asombraba por la claridad de los clichés visuales que su dón de vidente le permitía describirme. Tomé todas las precauciones necesarias en casos semejantes. No dije una palabra de la situación á la medium. No la puse en presencia de la enferma sino des- pués de haberla dormido. Le advertí que no le haría ninguna pregunta y que no tendría que hacer sino describirme lo más sencillamente posible lo que su facultad de Vista psíquica le hiciera percibir. Apenas fué introducida cerca de la paciente, que se hallaba dormida en un sillón, cuando me describió un sér que parecía aferrado sobre la espalda de aquélla. Sin dejarla percibir mi admiración ni el gran interés que pre- sentaba esta comprobación, rogué á la vidente precisara la posición exacta del sér para mí invisible. «Con su mano derecha—dijo—agarra la nuca de la enferma y con la izquierda oculta su propia frente». Luego, sofocada por la emoción, gritó: «El se ha suicidado y quiere que ella le siga». A 248 LUZ Y UNIÓN petición mía mé describió la fisonomía, la expresión, «una mirada bien extraña», dijo, y hasta el carácter del sér á quien pretendía ver; después, arrastrada, sin mucho desagrado por mi parte, por sus convicciones espí- ritas, se puso á conversar con él. La escuchaba yo con interés creciente y, aunque siempre escéptico, seguí su ejemplo y me puse á hablar con aquel sér hipotético, como si hubiera sido yo el más ferviente de los discípulos de Kardec. La medium no apartaba la vista de la enferma; me transmitía las respuestas del sér invisible; su expresión, lleñá de vida, contrastaba extrañamente con la de la enferma, completamente pasiva. Larga y penosa fué aquella extraña conversación; las respuestas deno- taban una naturaleza violenta, apasionada, rebelde; así, á pesar de mi impresión de vivir en tal instante una especie de ensueño; á pesar de fni es- cepticismo, no pude dejar de experimentar un alivio, una satisfacción real al oir del medium, que mis argumentos habían por fin convencido al «di- funto» y que, ya sintiendo éste piedad, prometía abandonar su obra de destrucción y dejar á su víctima en paz. No desperté á la paciente sino hasta dos horas después de haberse ido la medium. No le dije ni una palabra del experimento, que siempre debía ignorar. Al despedirse me dijo: «Me siento muy aliviada». A los dos días vino á verme; estaba transformada. Su expresión, su actitud, su porte y vestido, todo denotaba un cambio en sus pensamientos; su natural, su alegría, su gusto por las artes habían vuelto de un día al otro; su esposo no la reconocía: tan brusco había sido el cambio. A partir de este experimento, tan fecundo en resultados, la joven no ha Vuelto á sentir ni la angustiosa sensación en la nuca, ni la de peso sobre los hombros, ni la obsesión psíquica del suicidio; su salud fué del todo perfecta, y un año más tarde dió á luz dos gemelos muy sanos. . Una investigación discreta y dirigida únicamente por interés científico, me informó de que el oficial no había muerto de fiebre infecciosa, como se creía entre muchos que le conocieron, sino que realmente se había suici- dado de un balazo en la cabeza. No pude saber con precisión de qué lado había sido la herida. La naturaleza del carácter era absolutamente la des- crita por la medium, y su mirada extraña se explicaba por un ligero extra- vismo. Me abstengo de sacar conclusión alguna. Doy el hecho tal como lo he Visto. Consigno, sin embargo, que aquella joven estaba indudablemente destinada al suicidio ó á la locura, y que bastó no cerrar los ojos ante un fenómeno, todavía inexplicado, para que fuera vuelta á la vida. Ahora bien; tales hechos son más numerosos de lo que pudiera creerse; y si son los psicólogos los más competentes para explicarlos, son los médicos los más aptos para reconocerlos y clasificarlos. Debemos, pues, ganar los más médicos que podamos, á nuestra causa;, revista espiritista kardeciána 249 debemos demostrarles todo el interés que tiene para ellos examinar estos fenómenos, en lugar de pasarlos en silencio. Muy recientemente aún, he emprendido la reeducación física y psíquica de una joven de 15 años, cuyo estado general era lamentable y la memoria había totalmente desaparecido á consecuencia de un tratamiento intensivo por los bromuros, tratamiento que había sido indicado para poner fin á fenómenos del mayor interés: movimientos muy frecuentes de objetos á distancia; mesas, sillas, platos, vasos, etc. Al decir de los padres, los dos médicos que la trataban no quisieron oir hablar de eso, ni hacer constar los fenómenos, y dieron orden de no hablar de ello absolutamente á nadie. Así es como, por ignorancia, perdemos casos raros del más alto interés. Acordaos de lo que decía tan cuerdamente el Dr. Pontón en su artículo sobre «Un caso de visión á distancia»: «No podría deciros cuán profun- damente apenado quedé, de no haber observado estos hechos sino en una época en que me era completamente imposible comprenderlos... Asistía como espectador estupefacto, pero ignorante, á una manifestación que habría ofrecido para mí el mayor interés, si se hubiera producido cuando yo hubiese hecho investigaciones y experimentos...» Emilio Magnin. Idea falsa del Espiritismo Una de las teorías más disparatadas del Espiritismo, es la de juzgar sus manifestaciones por el tamiz de los códi- gos, leyes y doctrinas de nuestra vida social. Siéndonos, como es, la vida espiritual completamente desconocida en sus bases esenciales de vitalidad, y no pu- diendo hasta la presente vanagloriarse nadie de haber explotado sus manifestaciones, sería ilógico pretender una relación siquiera de existencia y funcionamiento entre ele- mentos tan heterogéneos como los que integran la vida espirita y la vida humana material. He aquí porque los experimentadores de misión y aun los aficionados á estos estudios, reciben impresiones equí- vocas que los conducen al desaliento, á la denegación de los hechos ó á la indignación de sus sentimientos. Para evitar estas tendencias malsanas, no hay sino que recurrir al saco de las virtudes. 250 LUZ Y UNIÓN Apenas iniciadas las primeras manifestaciones del Espi- ritismo en cualquier lugar ó grupo de los dedicados á estas prácticas, sobrevienen las dudas j con ellas las interpreta- ciones diversas de los fenómenos realizados, al que cada cual otorga su origen, causa ó desarrollo. Y menos mal cuando se trata de personas en las que el estudio de las Artes ó de las Ciencias no hayan conducido á la fama, por- que éstas os ofrecerán un cúmulo de presunciones llenas de erudición y una estupenda colección de teorías capaces de transformar la cabeza á cualquiera. Hasta la presente, ninguno de los sabios filósofos ó ex- perimentadores nos han ofrecido una teoría contundente, precisa, clara y admisible de las evidentes relaciones de la vida espiritual con la humana. Todo lo — que se escribe—dicen los mismos espíritus está preñado de errores. «Sois ignorantes y pretendéis ser sabios—decía un espíritu,—no sólo para arreglar vuestra desastrosa vida mundial, sino también la de los espacios intersolares del infinito campo de la Divinidad». Y una risa sarcàstica y estentórea vibró burlona en el ámbito de la habitación donde celebraban unos cuantos engreídos de la posesión del talismán sagrado de la vida metetérica. «Id á poner cruces á vuestros muertos; acudid presuro- sos á los templos para engañaros después los unos á los otros. Odiaos por vuestras miserias terrenales. Seguid, se- guid despojándoos mutuamente y representando la estúpida comedia de vuestros vicios y ambiciones, que ese es el camino que conduce á la cima del oscurantismo y de las negaciones de una grandeza que apenas se os revela dis- cutís y desmenuzáis, como si fuera materia modelable á vuestros atrofiados órganos de percepción. »Estáis equivocados. La sublime y esplendente existen- cia de la vida espiritual no os será asequible sino hacéis omisión de vuestros apetitos psíquicos». La grandeza, la preponderancia de la vida espiritual es de tal naturaleza que exige una gran reflexión, una gran reserva y un cúmulo de prácticas extraordinarias para obtener no una teoría absoluta, sino una hipótesis razo- nada, admisible dentro, naturalmente, de una filosofía misericordiosa y sobria. Sin ella se hace difícil de todo punto juzgar su existencia. Nuestros grandes ecuatoriales, REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 251 nuestros microscopios y nuestros laboratorios tienen un límite de alcance y de fórmulas; sería completamente pue- ril intentar salirse de la órbita marcada al bombre en su tendencia lenta, evolutiva, hacia la Superioridad. La mis- ma Ciencia, invento humano, demostraría que no reunión- dose una determinada cantidad de elementos, sería impo- sible la realización de producciones sobrenaturales. El Espiritismo necesita, para su comprensión, una gran bondad de facultades, una inocencia innata y una aspira- ción puramente desinteresada. Todas las teorías, todas la» artes empleadas en su explicación de fenómenos, vienen á ser derogadas por la insistencia de las expresiones espiri- tuales en su tendencia de advertirnos que debemos aceptar los hechos no como nosotros nos los imaginamos, sino como se presentan en su fase de descenso, único modo de que sean perceptibles á nuestros órganos sensorios las potentes, las extraordinarias manifestaciones del Espiritismo. No juzguemos, pues, sus obras como si fueran producto humano al alcance de nuestras costumbres. No apreciemos sus manifestaciones por nuestros naturales sentimientos; èn la vida espiritual no anidan las pasiones; sólo el amor puro, ese concepto que nosotros hemos bastardeado gran- demente, es ley universal, y su codicilo no rige, no puede regir en toda su integridad en planos tan inferiores como este de nuestro mundo, siempre encendido en luchas impías. Gozad de sus benéficas dulzuras aquellos que de sus maravillosas fuentes recibís el reflejo de la Divina Gracia. Admitid, como bálsamo á vuestra insignificante existen- cia, aquellos efluvios sobrenaturales que os sean concedidos como dones del cielo y elevaos en acción de agradecimiento hasta el Supremo Hacedor, por habéroslos concedido sin más teorías ni más explicaciones qué las que os sean reve- dadas, porque desde el momento en que tratéis de analizar sus obras seréis ingratos. El comentario á una protección ó un cariño desinteresados, son el baldón más grande que pueda hacerse al amor, que es, en el Espiritismo, la ley de su existencia. J. B. C. Sólo conozco dos potestades en el mundo: el Sable y la Idea... A la larga el Sable siempre es vencido por la Idea... —Napoleón I. 252 LUZ Y UNIÓN Comunicaciones AMAR Y ESTUDIAR Mis queridos hermanos; Que Dios, con su infinita bondad, haga abstracción por un momento de nuestras muchas faltas y nos conceda un rayo de su divina inteligencia, á vosotros para comprender y á mí para poder expresar lo que deseo deciros. Hermanos míos: El Amor es el más fuerte instrumento que el sér inteligente tiene á su disposición para labrar el palacio de su dicha, y no digo eterna, por- que no le cuadra este calificativo en la acepción que esa palabra tiene en vues- tro lenguaje. Pues.bien; ese palacio, por ley divina, tiene que ser obra exclusiva del sér que 16 ha de habitar, y él tiene el encargo de elegir los mejores materia- les, limpiarlos y pulirlos, y así, siendo él el artífice y teniendo los mismos ele- mentos que los demás, á nadie puede ni debe quejarse de que no resulte á su gusto. En eso veréis la Justicia Divina, y en la facilidad que se le concede de poder siempre y en todo tiempo modificar aquello que no sea de su agrado, encontramos la Misericordia Infinita de nuestro amantísimo Padre. Pues bien; dando á cada cosa no un nombre figurado, sino el que tiene propio en vuestro sistema de entenderos, diremos que el alma, principio inteligente, tiene para darle personalidad y campo de acción y relación con cuanto la rodea, un cuerpo fluídico que conocéis con el nombre de periespíritu; este cuerpo, aunque sin dejar de ser fluídico nunca, es en un principio denso y grosero, densidad que va perdiendo á medida que se purifica y se pone en condiciones de elevarse á regio- nes en armonía con su estado. El alma necesita para purificar su periespíritu hacer trabajos, tanto en el estado de espíritu libre cuanto en el de encarnado, y lo mismo que en el espacio ocupa siempre el sitio en que debe estar por sus condiciones; así, al encarnar, lo hace en un mundo á propósito para conseguir el fin que se propone, pues hay ocasiones, y no son raras, en que el espíritu, cobarde, prefiere estar padeciendo para pagar culpas atrasadas, las que, satis- fechas, limpian la mancha, yen estos casos esos seres son impulsados contra su voluntad á seguir la interrumpida marcha. Es el periespíritu el que recibe, retrata y retiene, de una manera difícil de explicar y más de lo que vosotros podáis comprender, todo cuanto el sér hace, piensa y siente, y como á la vez hemos dicho que es el medio por el cual el alma se personaliza y está en relación con el Universo, de aquí que la misión de ésta consiste en mejorar esa envoltura, mejoramiento que consigue haciendo, pen- sando y sintiendo bien, y con ello solo recibe lo bueno, borrando de una manera radical lo malo. Atrevido creo sea el pensamiento que voy á emitir, pero lo hago y lo dejo á vuestra consideración. Creo, però de una manera firme y razonada, que el prin- cipal y casi me atrevo á decir el único enemigo del sér es su ignorancia, porque de ésta, entiendo, resultan los celos, la soberbia, vanidad, orgullo y demás males que estorban la marcha rápida del progreso, la purificación del periespíritu, la dicha del alma. Lo expuesto lo fundo en que dudo, ó mejor dicho, no creo que haya un sér que sabiendo, no creyendo que sabe sino dándose perfecta cuenta de lo bueno y de lo malo y de las consecuencias de lo uno y lo otro, no domine y destierre sus pasiones y siga con intrepidez la marcha del bien; pero lo que ocurre con harta frecuencia es que el hombre cree estar compenetrado de una cosa cuando ni aun superficialmente la conoce, y únicamente tiene conocimiento de su existencia por referencias de otros seres que la entienden con igual ó pare- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA cida profundidad que él; éste y muchos de los que le rodean aseguran que están en posesión de la cosa aludida, y tanto uno como otros se equivocan, y de aquí el creer que haya quien, conociendo de una manera clara y cierta lo que es el bien y el mal, sigan éste y abandonen aquél. Yo, hermanos míos, así lo entiendo, y, partiendo de esta base, sigo; Siendo- la ignorancia el dique del adelanto de los seres, ésta debe ser el punto de mira para los ataques; á ella tenemos que dirigir todos nuestros tiros y esfuerzos para su destrucción; su vida es nuestra muerte, su muerte nuestra vida. Estudie el hombre, compenétrese de la verdad en cuanto su gradación intelectual se lo permita, y no dudéis, amados míos, que obrará con arreglo á las vibraciones de su corazón, que serán las resultantes de su conocimiento de la verdad. Esto, tal vez, os parezca un poco atrevido; pero creo que si así os pareciese obedecería á que tomaríais por punto de partida el estado del hombre en la actualidad, y esto no puede considerarse así, porque el hombre tiene manifestaciones de sen- timientos ó conocimientos, según el objeto de su encarnación, y no hay que atre- verse á suponer que un hombre de buenos sentimientos y poca inteligencia no tenga más conocimientos que los que manifiesta, no; este hombre, ó bien en misión ó en prueba, ha debido venir en esa situación para su mejor desempeño, y deja reservado, en el fondo de su sér, sus anteriores conquistas de la verdad para exteriorizarlas cuando vuelva á su verdadero estado Es el estudio la destrucción de la ignorancia y de todos los males por consi- guíente, y el amor es la práctica hermosa de los sanos sentimientos de un alma pura ó en camino de serlo, y lo será tanto más cuanto más santos sean sus eflu- vios y mayores sus manifestaciones. Por consiguiente, no encuentro consejo más grato, para dároslo en armonía con mi manera de ver las cosas, que el siguiente: Estudiar cuanto os sea posible en todos los órdenes de cosas y en particular en los que se dirigen al conocimiento de la gran obra, y amar mucho, que el verda- dero amor no admite impurezas. Sólo me resta una ligera aclaración: Dije, al principio, que no decía dicha eterna, porque, á mi entender, vuestro lenguaje no le da la acepción propia, y me explicaré: Eterno, según vosotros, es lo que siempre es, y la dicha no es siempre, porque no es la misma; es una sucesión infinita de estados, cada uno- mejor que el anterior, porque la Justicia Divina no puede equivocarse y quitar lo que dió. Dicha, es la felicidad que se siente en un lapso de tiempo y está en armonía con la condición del individuo, y como ésta varía, aquélla sufre altera- ción, así es que para emplear vuestros términos, es más apropiado decir: una serie infinita de dichas. Reconocedme como vuestra cariñosa hermana que mucho os quiere. (Grupo «Paz», de Cartagena). Hermanos, muy poco vengo á deciros: En la Creación hay un tesoro muy preciado; mas no es el tesoro codiciado por esta ignorante humanidad, que cons- lituyen los bienes materiales, y por adquirirlos no tiene un momento de des- canso, dominada por esa vil pasión del egoísmo, la envidia y los celos, arrastrando á su paso todo lo que es virtud, ignorancia, candidez y cuanto bueno puede encerrarse en este globo, que por cierto es bien poco. No es ese el tesoro que el sér humano debe codiciar, porque si bien durante su estancia en este valle de lágrimas puede conducirle á disfrutar los placeres del vicio, viviendo en la ocio- sidad y haciendo escarnio á la virtud, burlando las leyes humanas y más que las humanas las divinas. Tened en cuenta que vive- en un grave error, porque los bienes materiales los tiene el sér humano en usufructo, y cuando pasa los umbra- les de ultratumba, nadie le pregunta por el capital que lleva; sólo se le toma en cuenta el cúmulo de virtudes que aporta en el libro de su haber y el uso que hizo de su capital en la tierra. El tesoro más preciado que el hombre debe codi- 254 LUZ Y UNIÓN ■ciar es el consejo divino que el Padre Celestial le envió por mediación de sus ■espíritus mensajeros. Todo en la Creación es progresivo, menos lo perfecto, que es Dios. El hom- bre es el sér más perfecto de la tierra, tanto en lo físico como en lo intelectual. Pues bien; siendo el más perfecto, seguramente tiene que ser el instrumento consciente designado por Dios para el progreso de la humanidad y cuanto le rodea; pero ¡ay dolor! el hombre está sugestionado ó dominado por sus pasiones egoístas, haciendo caso omiso de sus deberes, desoyendo la voz de su Creador que constantemente le llama la atención por sus divinos emisarios. ¡Oh, hombres, que navegáis por el proceloso mar de esta triste vida! ¡pobres náufragos perdi- dos en la inmensidad de este océano inmundo! dejad de caminar á tontas y á locas á merced de la tempestad que tarde ó temprano os precipitará en el inson- dable abismo del dolor, del que tardaréis mucho tiempo en salir. Tomad por timonel á vuestros guías espirituales, que ellos os guiarán por el buen camino y os sacarán ilesos á puerto de salvación. Sí, dejad el camino de perdición; ya es tiempo que elevéis vuestros ojos al infinito y leáis en ese libro abierto que os enseña la Creación; sí, hermanos, haced causa común con nosotros, los que vivimos acogidos á este País Celestial, en esta nación divina, que no es posible que podáis formaros una idea de la realidad de cuanto os decimos. ¿Queréis con- sejos? Pedidlos. Tenemos la santa obligación de dároslos; pero que sea con la buena intención de dejaros conducir por la vía que conduce á la eterna felicidad. Dios quede con vosotros.—Un Protector. Bibliografías Nuestros hermanos del Grupo «Paz», de Cartagena, han publicado, en un bien impreso libro, una serie de comunicaciones obtenidas en dicho Grupo, que por los buenos consejos y sabias verdades que encierran, merecen ser conocidas de todos los espiritistas. Se titula este libro De lo conocido á lo desconocido, y se vende al módico precio de 1'50 ptas. el ejemplar; su tamaño es 4.° mayor y consta •de 277 páginas de buen papel, impreso en letra clara y grande. En venta en la librería de D. Miguel Barquero, 8. Antonio el Pobre, 10. —Cartagena. Al hacer los pedidos debe añadirse al importe de los libros 0'25 pesetas ■si es que desean recibirlos certificados. El Dr. D. Mario Roso de Luna nos ha obsequiado con un ejemplar de su última obra titulada Conferencias Teosófícas en América del Sur. Contiene esta obra,,como indica su título, las conferencias que el dis- tinguido teósofo dió, en su último viaje por las repúblicas sud-americanas, en los principales centros teosóficos de aquellos jóvenes países. Consta la obra de dos tomos en 4.° menor, de unas 350 hojas, cada uno y se halla de venta en esta Administración al precio de 8 ptas. el ejemplar, en rústica. REVISTA ESPIRITISTA KARÜECIANA 255 Ecos y noticias Víctima de cruel enfermedad, que ha venido minando lentamente su existen- cia, ha fallecido nuestro querido amigo D. José Scullard, que abandona este mundo en la flor de la edad, pues sólo contaba 31 años. El finado, por su afición al estudio y su amor al trabajo, había conseguido llegar á ser un inteligente mecánico y hasta últimamente había desempeñado el cargo de segundo maquinista en el vapor Gibel Dersa, de la Casa Bland. Su muerte ha de ser también muy sentida entre sus numerosos amigos, pues por su carácter bondadoso y las bellas cualidades personales que atesoraba, se hacía acreedor al cariño de cuantos le trataban. ¡Paz al espíritu manumitido y resignación á su desconsolada familia! * El sentimiento de la amistad entre los animales .—Copiamos de un periódico alemán la siguiente noticia: «En la sección zoológica de Luna-Park, había una gran jaula en la que vivían varias familias de monos y unos cuantos zorros. »Una de las monas jóvenes tomó tanta afección á uno de los zorros y se hi- cieron tan amigos, que adquirieron la costumbre de jugar siempre juntos, siendo su juego favorito el montar la mona á caballo del zorro y dar de esta manera va- rias vueltas corriendo por el interior de la jaula. »E1 departamento de los zorros estaba separado del de los monos por una barrera movible que sólo cerraban por la noche. »Una mañana que el guardián se descuidó de levantar esta barrera, los dos animales, cada uno desde su sitio, trataron de romper los hierros que les separa- ban. Al ver la mona que no podía lograrlo, sumergió la cabeza dentro del cubo del agua que tenían para beber, dispuesta á ahogarse. Le pegaron con un látigo ■para hacerla salir, pero no lo lograron hasta que levantaron la barrera. Entonces los dos animales se pusieron á acariciarse y dar saltos de alegría. «Cuando por la noche probaron de separarlos, sólo lo lograron después de haber sido los guardianes mordidos varias veces por la mona, á quien encontraron muerta la mañana siguiente, con la cabeza dentro del agua con la que ya se ha- bía querido ahogar anteriormente. «Cuando enseñaron su cadáver al zorro, éste se puso á lamerlo y después se retiró á un rincón, no queriendo comer ni beber nada durante los dos ó tres días ■que sobrevivió á su querida compañera». * Zeitschrifi ftir Spiritismus, de Leipzig, publica una serie de fenómenos de ■clarividencia y predicción que merecen leerse. Uno de ellos se refiere á la des- aparición de una niña que fué hallada muerta por un sueño revelador que tuvo su abuelo; otro, á una aparición telepática que predijo el día y hasta la hora en que había de desencarnar el que la presenció; un tercero á la predicción que le hizo al pintor Prighlein el sabio escocés Roberto Laing; otro á la predicción de la ca- tástrofe de Galveston (Texas) hecha por Buchanan, etc., etc. También es curiosa la narración de los «dados de la muerte», de Berlín, en la que se refiere que habiéndose cometido un crimen y ofreciendo los dos acusados del asesinato iguales probabilidades de culpabilidad, se le ocurrió al juez acudir al «juicio de Dios» para decidir sobre quién era el matador. Llevada á cabo la •ceremonia con el mayor aparato, Ralph, uno de los presuntos asesinos, tomó los •dados, los echó sobre el tambor, y sacó dos seises. Entonces Alfredo, el otro 256 LUZ Y UNIÓN presunto asesino, cayó de rodillas, y elevando los ojos al cielo, y cruzando las manos exclamó: «¡Dios Todopoderoso, protégeme! Bien sabes que soy inocente». Y levantándose y tomando los dados los arrojó con tal fuerza, que uno de ellos se abrió en dos y de este modo pudo formarse el número 13; seis de un dado, otros seis de un fragmento del otro y uno del segundo fragmento. En vista de ello, Ralph declaró su culpa y sufrió el condigno castigo. John Williams, un minero de Cornovaglia, «vió», con nueve días de anticipa- ción, el asesinato de Mr. Spencer Perceval, á la sazón Canciller del Reino, en el. vestíbulo de la Cámara de los Comunes, de Londres. Refirió su «visión» al inge- niero director de la mina, que es quien narra el hecho, pidiéndole parecer sobre si debía ó no trasladarse á Londres á prevenir á Perceval del peligro que corría. El ingeniero disuadióle de tal intento, alegando que su visión no había sido otra cosa que una horrible pesadilla. Desgraciadamente los hechos confirmaron luego que quien había soñado era el ingeniero. El Grupo familiar de Estudios Psicológicos «El Bien», de Ciego de Ávila, nos comunica haber elegido una nueva Junta Directiva, saliendo nombrados los si- guientes señores, á los que deseamos el mayor éxito posible en su gestión. Presidentes honorarios: M.^. del Carmen Martínez, José Hernández, Juan Rodríguez (M.), Ulpiano Rodríguez, Federico Sariol. Presidente efectivo, Miguel Martínez; Vicepresidente, Luis Morgado; Teso- rero, Angel Bectancourt; Vice, Eladio Peña; Secretario general, Dalmiro M.^ Fernández; Vice, Carmen Morgado; Secretario de beneficencia, Francisco Caro (M.); Vice, Federico Saliol; Vocales: Rafael Ramos, Salomé Flores, Ramón Barco, Ensebio M. Martínez, Leopoldo Morgado, Primitivo Guerrero, Donato Estrada y Caridad Céspedes. Habiéndosenos dirigido algunos hermanos con preguntas acerca el distintivo anunciado por el hermano Salazar, debemos advertir á todos que para ello es necesario se entiendan directamente con él, pues esta Administración no puede cuidarse de su expendición. En Almodóvar del Campo, ha desencarnado nuestro amigo D. José Costi y Mohedano, rico hacendado que al morir sólo ha dejado amigos que le lloran. Era nuestro amigo ferviente espiritista y, como á tal, muy tolerante con to- dos los que no profesaban sus ideas, lo que le granjeó las simpatías de toda aque- lia población. Damos el más sentido pésame á su distinguida familia y particularmente á su hermano, nuestro querido amigo D. Emiliano, á quien deseamos que nuestra con- soladora doctrina le proporcione la resignación que en estos casos se necesita. Que el espíritu del querido hermano goce en el espacio de la paz de los justos. Hemos recibido un ejemplar de Tesoros Espirituales, folleto publicado por el Club «Amor y Ciencia», de Arecibo (Puerto Rico), cuyo contenido son comunica- ciones obtenidas en dicho Club. Con la publicación de estas comunicaciones, que demuestran lo bien asistido que está espiritualmente dicho Centro, ha prestado éste un nuevo servicio á la causa del Espiritismo. Agradecemos á la Directiva de «Amor y Ciencia» la galantería que con nos- otros ha tenido al obsequiarnos con sus Tesoros. Obhs qoe se bailan de Yenta en la AdmíDistración de esta Revista Pias. Ptas. Nuestras facrsas mentales, por Pren- Diálogo entre un Espíritu y su Guia. tice Mullord. Consta de 4 tomos . . 40 Un tomito en 8.° de 48 páginas . . 0'50 Arte de ser felis, por W. J. Colville. Un èSon eternas tas penas del Infíernof Fo- tomo ° en 4 rústica O lleto en 4.° mayor 0'25 Encuadernado en tela y oro . . . 4'50 Ramos de violetas, por Amalia Domin- Los fenómenos de Villa Carmen. Un go Soler. Se han publicado 4 t. en 8.° tomo en 4.° rústica S mayor. Los 4 t., en rústica, con el re- En tela 4'50 trato de la autora en la cubierta . . 4 La Inmortalidad del Hombre, por el En tela y tapas especiales .... 8 Dr. J. M. Peebles . . . . . . . O'oO Los 4 tomos, formando dos volóme- Album de foto'jrafías de espíritus. Ri- nes, en tela y plancha 7 quisimamente encuadernado ... 3 Tomos sueltos; cada uno, en rústica. 1 Do Encuadernado en tela 2 la ..... Idea de Dios, por León Denis . O'óO deun La Memorias Vos de la India, por Luis Jacolliot. Espíritu. ¡Teperdono! Consta de 8 ts. en 8.° m En rústica. 8 Un tomo en a.° en rústica .... I Encuadernados en tela y oro tela ... 16 En 2 l.os 8 tomos, formando 4 volúmenes, lil Colectivismo integral revoluciona- en tela y oro 14 rio, por EduardoBoulard. Dos tomos Tomos sueltos: cada uno, en rústica . 1 en 4.° en rústica 3 Encuadernado en tela 2 En tela, en un solo tomo 4'50 Marietta. Un tomo en 8 de 464 pá- ¡Abajo la pena de muerte! Folleto por En rústica 2'50 D. Salvador ginas. Pons, presbítero . . . ü'50 En tela y oro 3'50 Texto de enscñansa dominical y de lee- Ventajas del Fto. de 8 0'05 tura para las Espiritismo. ps. Escuelas espiritistas, por D. La Felipe Senillosa. Un Tragedia Divina. Un elegante tomo en 4." rústica tomo, escrito en catalán, en 4." me- mayor en 2 En tela nor. Edición bibliófilo. 3 y oro 3*50 Edición corriente 1 La Psicologia de las D. Religiones, por Elementos de una nueva Joaquín J. Fernández. Un ele- ciencia, por Mariano Ruth Sinué. Un tomo en gante tomo 8." mayor rústica ... I Encuadernado en rústica en tela 4.°, 3'50 y oro ... 2 En tela Colección y plancha 5 de Oraciones. Nuevo devo- clonarlo Cartas de Onofre Vi- espiritista. Un voluminoso ultratumba, por t. 8.° ladot. Un tomo en en rústica. . 2 en m., tipos claros, 4.°, en rústica. 1 Encuadernado Encuadernado en tela oro . . . 3'50 en cartoné y .... 1'50 En tela y oro 2 Katie-King. Espiritismo Moderno. Un Guia práctica del t. en Espiritista, 8.°, rústica. 2 por don elegante cubierta, Miguel Vives. Un Encuadernado en tela . tomo y oro . . 3'50 en 8." ma- yor en rústica 1 Ensayo sobre la enscñansa filosóftca del Encuadernado en tela, á la inglesa 1'50 Magnetismo, por el Barón du Potet. . Tesoro de consuelos Un t. de 280 rústica. y modo 8.°, páginas, en 3 de vivir cristianamente. Un En tela colores 4'50 elegante tomo y en 8.° prolongado, en rústica 3 Alfíeri el Marino. Un t. en 8.°, rústica 2 .... Encuadernado en tela y planciia. Encuadernado en tela y . 3'50 . 4'50 plancha. La Ciencia de la vida ó la caridad en Impresiones de un loco, por César Bas- acción. Un tomo en 4." mayor rústica. 2 sols. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 En tela y plancha En tela oro 3'50 ....... 3'50 y La Guerra es el Infierno. Un t. de 48 0'50 La Verdad frente á frente del Error. ps. Misterios del alma, Un t. de 238 en 4.°, rústica . 3 por Virgilio. Un págs., tomo en 8.° tela prolongado, En 4'50 en rústica 1 y plancha . En tela y rótulo 2 Lus y Vida (Manual del Creyente). Un Fatalismo de la tomo de 272 en 3 Expiación. Fto. rústica. en 4.° 4.°, 0'50 páginas En tela oro 4'50 Los ¡muertos viven! y ¡No los lloréis! Consolador folleto de Avantismo. 16 Colección de artículos filo- páginas . . O'10 sóficos, científicos, morales La misericordia y psico- es la justicia en su más elevado lógicos, por Bruno Miguel Mayol. Un concepto. Un folleto de tomo en 8." de 161 32 págs. En rústica. 2 páginas 0'25 En tela y oro 3'50 PRECIOS DE SUSORIPCIÓN España, nn año .7 pesetas — ExtraDjero, un año 12 pesetas CPAGO ADELANTADO) Se ruega á los Sres. suscriptores que al efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración, y los que la deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instpueeiones para el abono de las suseiripeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos ó billetes de Banco. EXTRANGERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. La correspondencia á la Rambla de Cataluña, 118. Redacción y Administración: Calle Cañón, 9, 2.°,, Barcelona (Gracia) ^Colecciones de LUZ Y UNION, con su correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909 y 1910, á 7'50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8"50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12"50 y 13'50 pesetas colección y libro, respéetivamente. Los que deseen la colección de la Revista encuadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obras publíeadas por esta Revista Año 1907: La Beligión Futura. —Año 1908: Elementos he una nueva Ciencia. —Año 1909: La Verdad frente d frente del Error.-—Año 1910: La Ciencia de la Vida. Obrá de regalo para el presente año: LUZ Y VIDA (Manual del Creyente) por HUELBES TEMPRADO con prólogo de CESAR BORDOY Imp. de LUZ Y UNION, Rambla de Cataluña, 118.—Barcelona DIRECTOR REDACTOR,:JEF SEPTIEMBRE DE 1911 SUMARIO.—Contestando al Llamamiento, por Varios.—A mi «Llamamiento», por Lifterío. —Reflexiones, por José Salvador García.—Un Film espiritista.—El Monu- mento en honor y memoria de la insigne poetisa D." Amalia Domingo Soler, por La Comisión.—Caso de antisuicidio por materialización del espíritu de un viviente, por J. Blanco Coris.—Lista de suscripción.—Los exírailes de San Juan de Dios, por B. Rodríguez.—Bibliografías.—Ecos y noticias.—Aviso. Corresponsales Administrativos Méj ico.—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Pnerto-Rico.—Faustino Isona, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 altos, PONCE. daba.—Ignacio Larramendi, calle E. Villuendas, 46, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana baja, 26, SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Infiesta, calle Cuba, 54, HABANA—Faustino Serlo, Calle de Cuba, 27, HOLGUÍN —Luís G. Domínguez, Calle Ta- cón, 91, CIENFUEGOS.—Armando |. Raggí, Apartado 17, CAIBARIEN —D.®^ Rosalía Cabrera de Pérez, (Gibara), B.ANES.—D. Manuel Mateo, S. Fernando, 4ü, CAMAGUEY. Filipina».—José León, apartado 130, MANILA. República de Colombia.—Petronila Hoyos, MEDELLÍN —Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés. 9, BOGOTA. República del Salvador (C. A.)—Luciano Cenedella, Dtor. de «La Nueva Luz», SANTA ANA. República Argentina.—B. Ballesteros, Sociedad Espiritista «Saenz Cortés», PEHUAJO. —Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraola, NF- COCHEA.—Manuel Torres, SANTA FE. —D. Nicolás Salinas, «Centro Armonía», Calle Caseros, 70, BAHIA BLANCA.—Francisco Mogollón, «Centro La Paz», Calle Misiones, 126, BAHIA BLANCA. República de Costa Rica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSÉ DE COSTA RICA. Rrasil.—Agrippino Gómez Veado, Rua Municipal, n.° 3, CIDADE DO MURIAHE (E.stado de Minas-Geraes).—Joao Diogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA CONQUISTA (Estado de Bahía).—A. O. Rodríguez, Rua Senador Feíjó, 19, SAN PAULO. República Uominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. República de Aicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA República del Fcnador.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Chile», 4, QUITO. República de Hondnra».—E. Streber, AMAPALA. Gribraltae. —D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Túnger (Marrnecos).—Bernardo Raída, Banco del Estado Marroquí. CORRESPONDENCIA l^resi. $4n»criptore» qne lian satisfecho la snscripciún de I910 E. C.—Málaga M. J. L 1^. —Bogotá J. P.—Sevilla A. L. de H.—México ISres. iSnsci'iptofes qne han satisfecho la snscripciún de 1911 F. T.—Los Vazquez M. M.—Toa Baja D. R. R.—Santiago de C. M. M."- M.—Granjuela M. F.—Sabadell F. Ch.—Orán (Argelia) C. M.—Buenos Aires F. D.—Sta. M. de ios B. L. C.—Sta. Ana B. R.—Tarrasa T. D.—Juncos M. S.—Cartagena S. S.—Id. E. B.—Orizaba J. Bta. A.—Id. J. V. M.—Cartagena B. R.—Tánger A. C.—Córdoba D. M.—Ciudad Rodrigo D. G. B.—Villarricos P. T.—Gnantánamo V. T.—Morón E. Y.—Santander C. R.—Id. J. G. B.—Carnajuani C. D.—Mula F. M.—Id. J. G. F.—Guantánaino J. O. B.—Mequinenza S. H. L.—Manzanillo f Alcanza al 2 de Septiembre de 1911). L A AbMiNisTaAcióNi Año XII SEPTIEMBRE DE 1911 Núm. 9 Contestando al Llamamiento La Unión en marcha Sabadell 5 Septiembre 1911. Sr. Director de Luz y Unión. Muy distinguido bermano: En nombre del «Comité Or- ganizador de la Federación Espiritista Española», tengo el gusto de remitirle las adjuntas cuartillas, que no dudo nos hará el honor de, publicar en la revista de su digna direc- ción, dándole con tal motivo las más expresivas gracias y ofreciéndome de V. su más atento y afmo. s. s. y hermano, Juan Torras Serra. Convocados por el «Centro de Estudios Psicológicos», de Sabadell, se reunieron* el domingo día 3 del actual, á las 10 de la mañana, en el salón de actos de la expresada so- ciedad, las representaciones de los Centros y Sociedades espiritistas de la provincia de Barcelona, para tratar de la conveniencia de convocar una Asamblea Nacional espiri- tista, de la cual saliera constituida una potente organiza- ción con el nombre de «Federación Espiritista Española». Tomaron parte en el acto, los Sres. D. Eduardo Estapá, D. Alberto Andreu, D. Manuel López y D. Agustín Brunet en representación del «Centro Barcelonés de Estudios Psi- cológicos»; D. Balbino Montalbán y D. Teodoro Sanmartí, del Círculo espiritista «La Buena Nueva», de Gracia (Bar- celona); D. Jaime Puigdollers y D. Francisco Argelaguet, del Centro «La Esperanza Cristiana», de San Martín de Provensals; D. Salvador Recasens, de la Sociedad «El Al- truismo», de Badalona; D. José Rodó y D. Domingo Ar- mengol, de la Sociedad «Fraternidad Humana», dé Tarra- 258 luz y unión sa; D. Juan Gusí, del Centro espiritista de Manresa, y don Armengol Farràs, D. Martín Font y D. Juan Torras Serra, del «Centro de Estudios Psicológicos», de Sabadell. Excusó su asistencia el Director de La Evolución, Me Barcelona, D. Manuel Navarro Murillo, y mandó en atenta carta, su adhesión al acto que se celebraba, al que no pudo asistir por causas imprevistas, D. J. Esteva Marata, Di rector de los periódicos espiritistas La Voz de la Verdad y Luz y Unión , de Barcelona. Abrió la sesión el Presidente del «Centro de Estudios Psicológicos», de Sabadell, D. Armengol Farràs, dirigiendo un cordial saludo á todos los hermanos asistentes por el interés demostrado por las entidades convocadas al acto, pues han contestado todas sin excepción al llamamiento que el Centro de Sabadell ha tenido el honor de hacerles; explicando, además, los móviles altruistas que han impul- sado á esta entidad á efectuarlo, los que no han sido otros que responder al sinnúmero de opiniones vertidas en la re- vista Luz y Unión , de Barcelona, referentes á la unión de los espiritistas de España y á procurar la unificación de la propaganda del Espiritismo, de manera que resulte racio- nal y en concordancia con las leyes inmutables de la Natu- raleza y acabe de una vez con el cúmulo de ridiculeces que bajo el nombre del Espiritismo se han venido cometiendo en infinidad de poblaciones, por falta de una orientación inteligente y de una organización adecuada. A continuación el Secretario del propio Centro D. Juan Torras Serra, dió lectura, en nombre de la Junta Directiva, del siguiente escrito que compendia las aspiraciones de di- cha sociedad al hacer la convocatoria del acto que se estaba celebrando. Hermanos; Un profundo sentimiento de respeto y veneración para la Gran Causa que llena, en cada momento del tiempo, las necesidades siempre crécien- tes del mayor desenvolvimiento de las inteligencias, nos anima al dirigirnos á Vosotros, que os creemos animados del soplo sagrado de la vida y guiados por los resplandores del amor de Dios. Estando destinados á progresar, en virtud de la Gran Ley, creemos que no sería posible dar un paso seguro en la senda del perfeccionamiento si no procurásemos antes desprendernos de todo prejuicio apasionado y de revista espiritista, kardeciana 259 todo deseo mezquino y egoísta que llevara el sello de la personalidad hu- mana, con todas sus limitaciones. Estamos seguros, también, que no podríamos tener el acierto necesario si no estuviéramos unidos al Gran Plan superior, que las inteligencias la- boran constantemente desde las esferas de luz y en posesión de su sabidu- ría, ya que todo se encadena en la Naturaleza por medio de una admirable ley de relación entre todos los diferentes estados de la vida. Si nuestros propósitos y voluntad, por laudables que nos parecieran, no estuvieran en concordancia con los altos planes, no podríamos servir nosotros de fieles intérpretes á la Ley que sirve de medio de manifestación á la Verdad, que rige los destinos de la humanidad y el de todas las cosas. El orgullo humano, basando sus actos en el desconocimiento de las le- yes de la evolución, ha pretendido prescribir y dictar leyes para la marcha de los pueblos, enseñándonos la Historia, con su soberana elocuencia, que el desarrollo de las cosas y el curso de las modificaciones impuestas por la previsora mano del tiempo y el criterio que se habían formado los hombres, han caminado muy distanciados; y de aquí la necesidad de destruir más tarde lo que se hizo antes, á cuya causa obedecen una gran parte de las luchas fratricidas, engendradas y sostenidas en tre los hombres por sus distintas apreciaciones que de las cosas nos habíamos formado. Resultando de esto que no es la Naturaleza la que sigue el camino que los hombres le trazan con su pretendida sabiduría, aun cuando se hayan revestido de las más altas dignidades, sino que es el hombre, por su condi- ción relativa, el que tarde ó temprano debe ajustar su criterio á la marcha, siempre segura, de la Ley, previsora y consciente de sus grandes designios... Por esto, hermanos, descansando nuestra fe y confianza en estos prin- •cipios, no podemos ni podríamos abrigar en nosotros la idea de obrar por nuestro propio y particular impulso, ni mucho menos imprimir el sello de nuestra ínfima personalidad á esta importante empresa. Por consiguiente, nos ponemos en funciones con la más completa espe- ranza de que vosotros, interesados igualmente que nosotros en este noble y elevado resurgimiento del Espiritismo en España, no veréis en nuestra humilde intención otro propósito que el de servir de vehículo, si se quiere, al anhelado proyecto sentido por todos los corazones amantes de emprender la marcha decisiva para formar una gran concentración de fuerzas y dar cumplimiento á una necesidad que la mayoría de los espiritistas españoles han dejado brillantemente puntualizada con multitud de notables escritos y cartas, insertados durante estos últimos meses, en la revista Luz y Unión, de Barcelona, al contestar á un «Llamamiento» hecho por Liberto en las páginas de dicha revista, siendo la forma y el fondo de tan diversos pensa- mientos la garantía más completa y fehaciente del éxito de la nueva empre- -sa, y demostrando todo ello que ha llegado la hora solemne de poner en 260 LUZ Y UNIÓN funciones los poderes ocultos de nuestras almas, encaminando las fuentes, que brotan dispersadas, á una ordenada y segura corriente, que forme un robusto cuerpo del ideal del Espiritismo moderno, empleando para ello los métodos, si posible fuera, más sencillos y prácticos para su natural des- arrollo. No pretendemos, por ahora, fijar ni una sola idea sobre la forma y ma- ñera de encauzar el movimiento; la Verdad, por sí misma, por poco que se le ayude, se abrirá paso. Finalmente, la Junta de este Centro se ha interesado para saber si había en algún otro lugar algún plan ó proyecto encaminado á responder á esta necesidad sentida, y nos hemos podido convencer que no había aún nada preparado en este sentido. Según la expresión de un gran pensador, en el espíritu se encuentran todas las fuerzas y en la Naturaleza se encuentran todos los medios para dar forma y aplicación á la fuerza. Un cordial saludo á todos. Hacia Dios por el Amor y la Ciencia. Sabadell 3 de Septiembre de 1911.—Por el Centro de Estudios Psico- lógicos, El Presidente, Armengol Farràs; El Secretario, Juan Torras Serra. El contenido de dicho documento fué aceptado con muestras de aprobación por los allí reunidos, al finalizar su lectura. En seguida y después de nombrar á los Delegados del «Centro de Estudios Psicológicos», de Sabadell, para for- mar la mesa de discusión, se dió por constituida la Asam- blea con los Delegados presentes; tomándose después y por unanimidad, algunos tras breve discusión, los acuerdos si- guientes: 1.° Que la fíitura «Federación Espiritista» ha de ser nacional. 2." Que podrán formar parte de la misma, todos los Centros, Sociedades, Grupos, periódicos, revistas y perso- nalidades espiritistas de España que lo soliciten oportuna- mente, y asimismo, en calidad de socios adherentes, los na- clónales residentes en el Extranjero, 3.° Que dada la urgencia del caso, se constituya inme- diatamente el «Comité Organizador déla Federación Espi- revista espiritista kardeciana 261 ritista Española» y que lo formen todos los hermanos que han concurrido al acto. 4.° Que el domicilio oficial de dicho «Comité» sea el del «Centro de Estudios Psicológicos», de Sabadell, calle de la Industria, n.° 8, á cuya dirección se ruega remitan toda la correspondencia y adhesiones, los hermanos y enti- dades espiritistas que estéu conformes con el plan. 5.° Que el «Comité Organizador» dirija á la mayor hre- vedad posible, un llamamiento á todas las entidades, cor- poraciones, grupos, revistas, periódicos y personalidades espiritistas de España para que se adhieran á la idea de constituir una Federación Espiritista Española, dando un plazo prudencial, para que después se pueda convocar en la población más adecuada de España una Asamblea Na- clonal espiritista, en donde deberá aprobarse la organiza- ción interna y las bases por las cuales tendrán de regirse entre sí todos sus componentes, tratándose y resolviéndose los Oticos asuntos que se estimen de capital interés para el Espiritismo Español. 6.° Aceptar de momento el ofrecimiento hecho por la prensa espiritista actual, para la publicación de todo cuan- to interese al «Comité Organizador de la Federación Espi- xitista Española», pero que, cuando las necesidades del funcionamiento de la nueva «Federación» lo hagan indis- pensable, deberá crearse un órgano en la prensa periódica que sea el portavoz oficial de todos los elementos federados. 7.° Asimismo, como aspiración futura, entienden los reunidos que la «Federación Espiritista Española» en pro- yecto, ha de trabajar denonadamente para la creación de escuelas espiritistas bisexuales en todos cuantos puntos de España sean factibles; como también, difundir por medio de la propaganda oral, por todos los ámbitos del suelo bis- pánico, los sublimes ideales del Espiritismo. P. A. del "Comité' Organizador". El Secretario, Juan Torras Serra. 262 LUZ Y UNIÓN Nuestra posición Son muchos ya los hermanos decididos y entusiastas que han emitido su sincera opinión en el espinoso asunto de nuestra reorganización que tan fe- lizmente ha vuelto á suscitar el valiente luchador que firma sus escritos con el seudónimo de Liberto. He saboreado con deleite y sumo interés los dis- tintos pareceres que sus bien orientados autores han ido formulando suce- sivamente. Y yo, que me considero tan obligado como el que más á la aportación de mi modesto esfuerzo en pro de la propaganda positiva y ra- cional del Espiritismo, expongo ahora mi criterio para que sirva como un dato más en la difícil labor de pulsar la opinión .espirita de España antes de redactar las bases generales de la vasta Federación que se proyecta. A tal propósito, creo francamente que nos precisa darnos cuenta de la especial posición que en la sociedad contemporánea ocupamos los espiri- tistas, para juzgar con más acierto las distintas opiniones y estudiar los va- riados aspectos de la cuestión desde un punto de vista amplio y general. Como puede notar el más torpe observador, y han expuesto ya nues- tros hermanos en muchas ocasiones, el actual momento histórico de los pueblos que llamamos civilizados es de crisis aguda y profundísirna en to- das las esferas. Con semejantes circunstancias, es algo utópico pretender que nuestros ideales de paz y evolución tranquila se propaguen con la calma y el análisis detenido que requieren para ser interpretados rectamente. En otras épocas de intransigencia, ignorancia y esclavitud completa, aun se comprende quedos espíritus estudiosos y progresivos dedicaran los momentos disponibles á la silenciosa propagación de sus teorías, si bien tuvieran que luchar con los terribles inconvenientes de las continuas perse- cuciones. Ahora, por el contrario, las leyes de casi todos los países cultos garantizan á su modo la libertad de pensamiento y de propaganda; pero, en cambio, la libertad y la ilustración que han llegado á generalizarse, han dado nacimiento á la rebeldía, á la indisciplina, al libertinaje y demás con- secuencias de una libertad mal entendida y practicada, que fueron campo abonado para que por doquier cundiese la general indiferencia y por ende la intromisión de un materialismo brutal y descarado en todos los aspectos "de la vida moderna. Estamos, pues, los espiritistas y todos los espiritualistas afines en una situación crítica ante las luchas de las modernas sociedades, entre dos fue- gos como si dijéramos, representados por los reaccionarios de todos los matices, que no se avienen con la renovación del mundo en que han vivido, y los elementos avanzados que, sin respetar lo bueno que los antepasados REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 263 nos hayan legado con sus errores, acabarían por atropellario todo, si leyes lirovidenciales no evitasen por infinidad de medios el triunfo absoluto de tan ciegos demoledores. Los espiritistas del mundo entero, como elementos de tolerancia y ar- monía, como representantes convencidos de una neutralidad especialísima, nacida del estudio de las leyes históricas y de la prolongada experiencia de tantos siglos de contiendas fratricidas, hemos de abandonar nuestra apatía, combatir desde la brecha, sin descanso, con las armas de amor, de racioci- nio y de experimentación científica, que nos exige nuestro deber; hasta lograr, como siempre ha sucedido, que lo que ahora es todavía sueño de ilusos y aspiración de insignificante minoría, se convierta en lo que el Espi- ritismo habrá de ser en plazo tal vez no muy lejano: La Religión del por- venir, que dijo Castelar. Y si esto hemos de hacer los amantes sinceros de la ciencia espirita en todas partes, con más razón lo tenemos que realizar los espiritistas es- pañoles, ya que nuestra patria atraviesa ahora uno de los períodos más di- fiches de su accidentada y trágica historia. Hemos de luchar denodadamente para que, lo antes posible, sea un hecho la asociación Verdad de todos los grupos espiritistas. Es ésta una obra que no tiene nada de irrealizable. Cuando hasta á los obreros menos ilustrados les vemos asociados en imponentes y estables colectividades, es triste y vergonzoso que los espiritistas no hagamos otro tanto. Váyase des- pació, estúdiese á fondo la cuestión, discutámosla en público con deteni- miento y serenidad, que la idea cuajará por sí misma al calor del entusiasmo y cristalizará en forma más duradera y sólida que otras veces. No en balde pasa el tiempo. Realicemos sin demora esta grandiosa obra de solidaridad espirita; sin otros pactos con los luchadores de ideales afines que los meramente cir- cunstanciales para la conquista del bien común y sin otras relaciones con ellos que las que dictan la tolerancia mutua y la identidad de fines que, por encima de grupos y partidos, nos imponen el deber y la naturaleza. Pero no olvidemos jamás el ambiente que en España nos rodea, la gran incultura en que nos agitamos, el atraso moral, económico y político que aun predomina en nuestra pobre nación, por obra y gracia del fanatismo religioso que ha imperado durante tantos años y cuyas fatales consecuen- das todos sufrimos, dentro de la ley de responsabilidad que alcanza lo mismo á los individuos que á las nacionalidades según la justicia universal. Por lo tanto, no podemos construir en el aire nuestras fortalezas, ni edificar nuestra pretendida Agrupación, sin tener en cuenta dichas circunstancias de lugar y tiempo, único modo de que nuestra obra perdure por tener sus cimientos basados en la realidad histórica en que nos hallamos. Sin que por ahora creamos necesaria todavía la intervención directa y 264 LUZ Y UNIÓN resuelta del Espiritismo en la política militante, por la sencilla razón de que nosotros, á semejanza de los socialistas, apenas si contamos con fuerzas propias y efectivas para sacar triunfante un solo candidato que lleve al Par- lamento nuestra voz y nuestras aspiraciones; sin que hasta el día sea pre-, ciso mentar nuestra condición de espiritistas al tomar parte en el sufragio universal que, incluso las leyes actuales, nos imponen como sacratísimo deber; á pesar de todo ello,, no cabe duda que estamos imperiosamente obligados á dejar de pertenecer á la llamada clase neutra y ocupar un buen puesto en las contiendas político-sociales de nuestros días, como dudada- nos y como hombres conscientes, como librepensadores y progresivos. Cuando lleguen las elecciones de representantes del Municipio ó de la Nación, debemos preferir el candidato liberal al conservador, el república- no al monárquico, el socialista al republicano, y así sucesivamente, pro- curando contribuir en todo caso á combatir con la palabra y con el ejemplo, el clericalismo, la ignorancia, ía miseria, el caciquismo y demás máculas nacionales que nos deshonran como espíritus manumitidos del siglo de las " libertades. ■ Y como este trabajo Va resultando más extenso de lo que yo quisiera y no pienso acabar estos renglones sin concretar mi pensamiento para de- jarme entender por el mayor número, terminaré mi acelerada exposición con las siguientes conclusiones que ofrezco á mis dignos hermanos de Barce- lona y de España, por si pudieran prestar alguna utilidad; 1.° Creo factible y de apremiante necesidad la unión ó federación de todos los espiritistas españoles por medio de un reglamento ampliamente discutido y suficientemente corregido y enmendado por los muchos intelec- tuales que hay en nuestro campo; 2.° Que sea cualquiera la fórmula que adoptemos para nuestra reor- ganización, debemos formar grupo aparte de las de más escuelas que no admiten nuestros principios fundamentales, trabajando en nuestra propia viña mientras circunstancias extraordinarias no nos exijan otra táctica; sin perjuicio de las relaciones continuas de afecto y mutuo apoyo con nues- tros semejantes en general y con los elementos afines en particular; y 3.° Que siñ perjuicio de la labor aislada y serena de propaganda de nuestros pacíficos ideales, la Junta permanente ó directiva de tal Federa- ción nacional, debe reconocer la triste realidad política de nuestra,patria y recomendar constantemente á todos los adeptos la intervención activísima en la política y en todas las contiendas que tengan por objeto combatir no- blemente las causas que se oponen á la regeneración más pronta de nues- tra patria y á la rápida propagación de nuestros ideales. Esperando que mi excelente amigo y veterano espiritista, el inspirado poeta don Salvador Sellés y todos los que, como él, pueden y deben terciar REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 265 en esta hermosa campaña de resurrección espirita, emitirán su autorizado parecer lo antes posible, me despido hasta otra ocasión en que crea opor- tuno exponer mi modesto juicio con la franqueza y la íntima satisfacción que en estos momentos lo efectúo. Spero. Los espiritistas de Bilbao saludan al hermano Liberto Admiramos la obra del hermano Liberto y le enviamos nuestro saludo cariñoso. Que sus trabajos y desvelos en pro de nuestros ideales se vean coronados por el éxito, será nuestra mayor alegría. Espiritistas, secundemos con todas nuestras fuerzas las grandes inicia- tivas para que no caigan en el olvido. No continuemos lamentando el tiem- po que perdemos. Si somos verdaderos espiritistas activemos nuestra unión por todos los medios que se nos sugieran, y que la organización sea pronto un hecho. Adelante, hermano Liberto, no se desanime; el camino está lleno de abrojos; pero á las almas bien templadas les sirven de acicate para conti- nuar avanzando por el camino de redención. Por los hermanos de Bilbao, , Benedicto Salazar. Mi concepto Sr. Director de Luz y Unión. Muy Sr. mío y hermano; Habiéndome enterado por su digna Revista de la iniciativa de nuestro hermano Liberto, encaminada á levantar el Espiri- tismo del estado de postración en que yace sumido en la actualidad, siénteme movido á coadyuvar con mi modesto grano de arena á tan magna obra. Si esta humilde florecilla que atrevido le presento, la considera usted digna de poderla unir á las demás flores que han de formar el precioso ramo que se pretende, ruégele, Sr. Director, la acepte con cariñosa benevolen- cia y la coloque escondida entre las más modestas y diminutas. Contento y satisfecho me consideraré, si el poco perfume que pueda desprender llega á infiltrarse en la inteligencia de algunos de mis hermanos. 266 LUZ Y UNIÓN amodorrados por el cloroformo de la ignorancia y el fanatismo, y despierta su razón. Y ya. con bastante preámbulo, entro en materia y pregunto: ¿Qué concepto nos merecerían hoy los astrónomos, por ejemplo, si se manifestara un eclipse sin haberlo anunciado con anticipación? ¿Verdad que nos llenaría de estrañeza? ¿No es verdad también que si así ocurriera con todos los hechos que se suceden en la bóveda celeste y que á los astrónomos atañe estudiar, de- caería la astronomía perdiendo su admirable brillantez? Pues esto, precisamente, nos pasa á los espiritistas con el Espiri- tismo. Los hechos se suceden quizás con más variación y rapidez hoy que nunca y, sin embargo, los dejamos pasar sin preocuparnos un ápice del análisis y comprobación de los mismos, ¿Y es así cómo debemos conceptuar el Espiritismo progresivo? ¿Es con nuestra indolencia con la que podremos sacar brillo al diamante? ¿Es con nuestra indiferencia como hemos de demostrar á las religiones positivas que el Espiritismo es el fiel espejo del Evangelio de Cristo en su parte esencial? No, y mil veces no. Y así como el organismo mal alimentado se desarrolla raquítico y enfer- mizo, el Espiritismo, mal corriprendido y peor practicado, por la falta de es- tudio y miras egoístas de sus adeptos, en vez de alumbrar como astro de primera magnitud, atrayente y subyugador, lo convertimos en cuerpo oscuro, odioso y repulsivo. Hora es ya de que nos convenzamos del ineludible deber que pesa sobre nuestros espíritus, y apartando el fatal egoísmo que nos corroe, demos paso á la deslumbradora antorcha de la verdad que recibimos de nuestro amado Jesús con nítida pureza, y que nuestra ignorancia y apatía ha encapazado á los ojos de la ciencia y la razón. Si el Espiritismo es la luz y los espiritistas sus reflectores, deber nues- tro es, pues, ponernos en condiciones para que sus potentes rayos rasguen el tupido velo que dicha luz oculta y alumbre las inteligencias de sus ciegos detractores con su diáfana claridad. Todo es preferible á seguir en el estado estacionario en que nos hallamos. Mas yo creo de sumo interés para el progreso del Espiritismo, que en las capitales y pueblos donde su estado lo permita, se formen Centros cuyo único trabajo consista en hacer un detenido estudio de los fluidos que se nos manifiestan por conducto de las mediumnidades, y buscarles aplicación. Con esos Centros de verdadero estudio, se conseguiría armonizar la teoría con la práctica, y quizás los que hoy anatematizan el Espiritismo y hacen burla de él porque no encuentran, según ellos, ningún hecho práctico REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 267 que les llame la atención, veríanse obligados, ante la verdad de estos mismos hechos, á confesar su error y sumarse á nuestra creencia. Al mismo tiempo, debemos tener muy presente que la conciencia, como la inteligencia, son emanaciones del espíritu, y no debemos, bajo ningún concepto, guiarnos por ésta y dejar en completo olvido aquélla, sino que en nuestra marcha progresiva debemos unirlas en armónica igualdad. Despertemos la razón, pero no adormezcamos el sentimiento. Este es. Sr. Director, el concepto que tengo formado del Espiritismo y de sus adeptos, dentro de mi pobre irradiación intelectual. Si usted, como mis lectores, conceptúan que ando equivocado, ruégoles perdonen mi osadía, pues no ha sido otro mi deseo que contribuir con mis escasos me- dios á la resurrección de nuestro sublime ideal por el saneamiento de nues- tras facultades. Y así como yo expongo con sincera franqueza mi humilde opinión, deben también todos los hermanos que sientan amor al estudio espirita, emitir la suya. De esta manera, convertidos todos los pensamientos en odoríficas flores, podremos formar un precioso ramo, cuyos efluvios sean el programa de nuestro futuro estudio. Gracias mil. Sr. Director, por su bondad al dar cabida en su semanario á este pobre pensamiento, y sepa queda á su disposición su reconocido hermano y s. s. Antonio Mingot. Alicante 6 Julio 1911. Sr. Director de Luz y Unión. Barcelona. Muy señor mío y distinguido hermano: En vista de las opiniones que hasta hoy he leído insertas en la Revista de su digna dirección, referentes al llamamiento á todos los que simpatizan con las ideas espiritas para que se despierte del letargo en que se está sumido hace algún tiempo, y siendo á mi modo de ver una idea á la que todos debemos, no sólo dar nuestra opinión, sino procurar que se adhieran á ella, por eso me atrevo á dirigirle estas cuartillas por si mi pobre parecer se tiene en cuenta cuando sea un hecho la federación que se pretende realizar. Para que los resultados sean fructíferos y duraderos, debemos tratar de que el curso explicativo de cada punto filosófico y científico de nuestra doctrina se dé por hombres verdaderamente estudiosos. Los que realicen ese trabajo ímprobo, merecerán un aplauso de todas las personas que im- 268 LUZ Y UNIÓN .- parcialmente se fijen en las producciones que difundan para aportar la luz al campo psicológico. Fórmese, pues, un directorio compuesto por esos individuos, por esas intelectualidades del Espiritismo que por su amor á la idea y al análisis puedan dirigirse á todos los Centros que se adhieran al llamamiento, en la forma siguiente: El Directorio remitirá á cada Centro ó á la persona ó personas que se hayan adherido sin pertenecer á un Centro determinado, un punto filosófico de la doctrina, para que en el espacio de un mes, un trimestre ó un semestre (según la calidad del punto á estudiar), se haga un detenido análisis de él, y puedan, al cabo del tiempo prefijado, mandar á dicho Directorio una me- moria con las conclusiones del estudio. Podrá ocurrir que entre los individuos que hayan realizado el trabajo, surjan criterios distintos en el modo de apreciar é interpretar el asunto de que se trate; y en ese caso, si no llegan á un acuerdo, se detallarán en la memoria las opiniones de cada cual con sus argumentos aclaratorios por cada opinión-. Esta Memoria la estudiará el Directorio y la contestará dando una ex- plicación precisa y circunstanciada para finalizar el punto tratado. Y así continuarán mandándose por el Directorio puntos á éstudfar, y, por los Grupos, memorias del estudio realizado, medio único de poder enseñar, con conocimiento de causa, una idea, como la espiritista, que tantos y grandiosos temas filosóficos, científicos, psico-fisiológicos y morales encierra. Se prohibirá terminantemente que los Grupos se ocupen de sesiones experimentales, hasta que por los trabajos que hayan presentado se vea por el Directorio que pueden hacerlo sin caer en supersticiones, fanatismos y erróneas interpretaciones á que dan lugar esos experimentos sin conoci- mientos necesarios para saber distinguir y apreciar razonadamente los fe- nómenos, y que dan lugar á que esa grandiosa idea esté tan mal apreciada y se la ridiculice hasta el extremo de servir de mofa y chacota en las tertu- lias y reuniones donde por incidencia se trate de Espiritismo. Así, pues, cesen por hoy los fenómenos y consagrémonos al estudio dirigidos por personas competentes que nos guíen á los campos de luz científica que tanto necesitamos. Hágase un llamamiento verdad á todos, para unirnos bajo la dirección de la intelectualidad espirita, y con seguridad, después de adiestrarnos con- venientemente en los conocimientos que nos faltan, podremos desplegar la bandera para que ondee en todas direcciones, dando un mentís á los que hoy nos consideran como monomaniacos, puesto que con el estudio no habrá ignorantes que por defender una idea, que no conocen bien, digan revista espiritista karüeciana 269 verdaderas sandeces, que son las que han dado lugar á que espiritista y chiflado sea la misma cosa. . . Quizás tropecemos con algunas agrupaciones que habiendo llegado al summum del fanatismo no sea posible volverlas á la verdadera senda; y á éstas soy de opinión que se las debe seleccionar y combatir, porque serán las que indudablemente harán más daño á la filosofía racional y justa que tratamos de difundir. ' , Y habiendo creído dar un bosquejo de este mi modo de.apreciar, y no queriendo molestar más su atención, queda suyo afmo. s. s. y h. M. González sileo.' Ronda 30 Junio 1911. Sr. D. Santiago Durán. Muy Sr. mío y distinguido amigo: Desde el llamamiento hecho por el hermano Liberto para el impulso, movimiento y propagación de nuestros ideales, leo con atención cuantas contestaciones se publican referentes al mismo; observando que hay quien preconiza los grupos, casi solamente familiares, como medio de desenvol- Vimiento de la doctrina espiritista, y otros, como el firmante del artículo «Mi cuarto á espadas», publicado en La Voz de la Verdad de 1.°, del pasado julio, ven en la mayoría de esos grupos una rèmora y un perjuicio ' para la causa que nos ocupa. ■ Mi opinión se inclina á la del último indicado, pues se necesita haber visto muy poco, para no haber observado que en la casi totalidad de los grupos aludidos se realizan prácticas inverosímiles y se quiere hacer pasar por verdades absurdos del mayor calibre; con lo cual en vez de propagarse el Espiritismo, cae en el mayor descrédito, produciendo en más de cuatro la indiferencia y el abandono del deseo de enterarse de la filosofía tan ra- clonal, y consoladora que profesamos. . Creo que para extender, desarrollar, propagar ó difundir el Espiritismo, debe dictarse una especie de reglamento ó bases de los principios funda'- mentales de la doctrina, en donde nós basemos todos los adeptos para seguir un criterio fijo, general y unánime, que sirva de método en la expo- sición, explicación y desarrollo de nuestras creencias, á fin de poder reali- zar una obra verdaderamente seria y grave, capaz de interesar ó de llamar la atención hasta á los escépticos; por lo que soy de parecer que, á excep- ción de las sesiones medianímicas, en las demás reuniones de los Centros espiritistas, debe admitirse á todo el mundo, suponiendo, como es consi- guíente, que no ha de haber quien falte á los-elementales deberes de la educación. - . 270 LUZ Y UNIÓN Nótase que en todas las esferas de la vida, la humanidad se agita, lo cual demuestra que no está conforme con su estado actual; que Va bus- cando, aspirando, anhelando mayor bienestar, especialmente en el orden económico y aun en el intelectual; pues tratemos nosotros de que el moral alcance, si es posible, mayor altura que los anteriores, ya que es el regu- lador de todas las acciones humanas y que sin él están tan expuestas á extraviarse por derroteros tan perniciosos como fatales, generadores á veces de las más punibles acciones, y en consecuencia, de las expiado- nes más dolorosas. Observa la humanidad que los que buscando en la Vida terrenal una posición desahogada ó desembarazada en el orden material ó económico logran alcanzarla, al llegar á la meta de sus aspiraciones, creyendo haber obtenido el colmo de la felicidad, notan con muchísima frecuencia que se hallan muy distantes de lo que suponían; pues si la riqueza sirve para satisfacer las necesidades corporales y á veces para despilfarrarla en lo su- perfluo, en cambio es impotente por completo, en el orden físico, para curar ciertas enfermedades no dominadas todavía por la ciencia médica, para transformar en bien formado al contrahecho ó para quitar unos cuantos años al que se encuentra en la ancianidad. Asimismo, en el orden intelec- tual, es incapaz de dar sabiduría al que carece de ella; ni por más tesoros que un individuo adquiera le harán adelantar un paso en ese terreno, pues no se ignora que la sabiduría sólo la obtiene el sér mediante el progresivo desarrollo de su inteligencia; y no hablemos del orden moral, porque los hechos prueban con bastante evidencia que, en muchas ocasiones, los pequeños vicios que se tenían en la escasez ó que se contenían por falta de elementos, al llegar ó pasar á la abundancia, suelen desbordarse de una manera enorme. Así es que las riquezas no resuelven el problema de la dicha en la vida terrestre; por lo tanto, hay necesidad de buscar la placidez de la felicidad en el desenvolvimiento paulatino, gradual y armónico de los tres órdenes mencionados; ó sea, del corporal ó físico, del intelectual ó esfuerzo constante en la conquista de conocimientos, y del moral ú honra- dez en la ejecución de las acciones. Esta es la opinión de su muy affmo. s. s. y hermano en creencias, P. Barrieras, Zaragoza y Agosto de 1911. Sr. Director de la Revista Luz y Unión. Barcelona. Muy señor nuestro y hermano: Completamente aislados de todos los hermanos en créencias por ser nosotros nuevos aún en nuestros comunes REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 271 y redentores ideales, hemos fundado un modesto Grupo titulado «Luz», y á la vez que nos damos á conocer, nos adherimos al «Llamamiento» hecho por un hermano en La Voz de la Verdad para llegar á la unión, bien nece- saria por cierto, de todos los espiritistas. Pocos somos y menos valemos, pero en cambio nos anima el entusias- mo por el triunfo del Espiritismo y el convencimiento firme que tenemos de sus Verdades fundamentales. Sirva, pues, nuestro microscópico grano de arena para contribuir á leVantar el edificio de la Fraternidad Universal, aspiración suprema de los espíritus progresivos y emancipados del dogma- tismo religioso, sea cualquiera su forma. Son de usted y de todos los hermanos los que constituimos el Grupo «Luz». P. A. del G. E. «Luz», de la Coruña, El Secretario, Daniel Casal. Sanjuan de Puerto Rico 19 julio de 1911. " Sr. Director de la Revista Luz y Unión. Barcelona-España. Distinguido cofrade: Dispense el que vaya hasta usted esta carta para dar mi humilde con- sejo á los espiritistas españoles en el asunto de la Federación que se tiene en proyecto constituir ahí; pero es que las ideas grandes encuentran eco en todos los corazones amantes del progreso, y la de la Federación Espi- ritista Española es una gran idea, llamada á producir una revolución moral en la católica y desventurada España. Es preciso sacudir la apatía que muchas veces nos invade y arrostrar la lucha con entereza, con valor, hasta llegar al fin, si con muchas heridas en el cuerpo y en el alma, con la satisfacción, al menos, de haber cum- plido nuestro deber. No Voy á disertar, pues, acerca de la importancia que tendría para el Espiritismo en España la constitución de una sociedad como la que se trata de fundar, porque ello es bien conocido por todos los elementos que se ocupan ahí de estas cosas; solamente haré algunas manifestaciones que pudieran servir quizás de base para echar las raíces de la nueva Federa- ción de los Espiritistas Españoles. Fíelas aquí: 1.° Hacer un llamamiento á todos los espiritistas de España por medio de un manifiesto donde se explique el proyecto que se trata de realizar, manifiesto que deberá firmarse por el Comité iniciador. 2.° Anunciar la celebración de un concurso, dando un plazo pruden- 272 LUZ Y UNIÓN cial, al que deberán presentarse todos los proyectos de reglamento y cons- titución que hagan los espiritistas de reconocida intelectualidad. 3.°' Convocar para una Asamblea, exhortando-á todos los Centros de estudios psicológicos ó familiares que existan en España para que envíen su representación, debiendo discutirse los reglamentos y estatutos que se presenten, premiando al autor ó autores del trabajo que resulte adoptado por la Asamblea, con el título de; «Socio de honor». Paréceme que por medio de las ideas apuntadas se podría simplificar mucho el trabajo preliminar, pudiéndose llegar más rápidamente á conse- guir un resultado satisfactorio. Por separado remito un proyecto de constitución y estatutos por si lo cree de alguna utilidad. De usted fraternalmente, /alio Gálvez Otero. Secretario de la Federación de ios espiritistas de Puerto Rico. A mi "Llamamiento" (Conclusión) ¿Grupos familiares? Ardua tarea es la de escribir un poco sobre esta cuestión, que está hoy á la orden del día y la que voy á tratar poniendo en lo que escriba toda mi atención para no herir susceptibilidades, sin que por esto deje de exponer todo mi parecer y todos los inconvenientes que creo presentan estas reuniones. En primer lugar examinemos á qué se debe el fracaso de los Centros. Hace unos trece años, las sociedades espiritistas llevaban una vida floreciente aún, tal como la tenían desde los primeros días del Espiritismo en España.' Para convencerse de ello basta leer las colecciones de las Revistas antiguas. ¿Por qué, pues, desde estos trece años á esta parte han ido decayendo las agrupaciones espiritistas? Precisamente por lo indicado anteriormente, por haber confundido, ó más bien dicho, por haber cambiado lo principal por lo secundario, por haber mezclado la misión que corresponde al espiri- tista puro, con la que corresponde al hombre de ciencia. Búsquese en las revistas y periódicos del 1898 á esta parte y se verá se Va dibujando en ellas un movimiento de preponderancia del que he llamado REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 273 elemento pseudo-dentífico, formado por hombres de poca ó mucha ilus- tración, que pretenden demostrar la superioridad de la ciencia sobre la moral, y que por tener una instrucción algo más que regular logran atraer á sus ideas á todos aquellos que ya por propensión del espíritu hacia todo lo que sea ciencia ó experimentos científicos, ó por repulsión del mismo hacia las severas reglas de la moral cristiana, se dejan dominar por ellos. De ahí datan todos los disgustos y divisiones habidos en los Centros espiritistas, que pronto se convierten, por obra y arte de este nuevo ele- mento, en el que no se ve casi ningún espiritista antiguo, sino que está compuesto, en su inmensa mayoría, por elementos nuevos, á los que, por lo mismo, no se les debiera conceder autoridad sin conocerlos bien, en un verdadero campo de Agramante. Estos mismos científicos son los que en todas partes y en todas ocasiones promueven discusiones, reclaman juntas generales y hacen continua obstrucción á todo lo que sea -trabajo verdades ramente provechoso, acabando por hacer como el perro del hortelano que ni comía ni dejaba ■ comer. Paralela con esta decadencia de los Centros ha ido el auge de los Grupos familiares que hoy en día son una infinidad y constituyen una ver- daderá plaga y un gran descrédito para el Espiritismo. Cierto es que en esta como en todas las reglas hay excepciones, y yo mismo conozco Gru- pos que no sólo no tienen nada de reprochable, y cuya acción es verdade- ramente beneficiosa; pero al lado de éstos, que son una ínfima minoría, cuántos y cuántos no hay que son verdaderos focos de infección moral y cuyos concurrentes, ó bien han hecho de nuestro querido ideal un modus vivendi, ó han caído en tristes aberraciones. Y es que presentan los Gru- pos familiares para los que los forman, una serie tan grande de peligros que, si no están provistos de un alto sentido moral y son verdaderamente modelo de virtudes, muy fácilmente caen en profundos abismos. Casi todos los Grupos familiares se dedican á curar enfermos, recibir comunicaciones y desarrollar mediums, habiendo a más muchos que se de- dican también á hacer caridad á los espíritus atrasados y en estado de turbación. Al que ha estudiado un poco lo que son los fluidos que despedimos los humanos, las atracciones y repulsiones que entre dos seres pueden ocasio- nar, etc., no se le escapan los peligros que he anunciado. Curar enfermos; ciertamente que cuando se hace con buena intención, amor al prójimo, mucha conciencia y gran desinteresamiento, puede dar esto buen resultado y es hacer obra de caridad; pero deben tenerse en cuenta también los inconvenientes que derivan de esto. En primer lugar, nos encontramos con que si no se hace en la debida forma,, es decir, te- niendo un médico al frente, sé exponen, los que tal hagan, á verse en las garras de un proceso, en el que aun poniéndonos en el mejor punto de 274 LUZ Y UNIÓN Vista, no ganaría nada ni el kardecismo ni los kardecistas. En segundo lu- gar, nos encontramos con hombres que han hecho de ello un negocio y que por lo tanto nos avergüenzan con su proceder. Recibir comunicaciones parece que no entraña peligro alguno, y, sin embargo, cuántas desgracias no ha motivado el abuso de la comunicación. Vemos un Grupo familiar dedicado especialmente á recibir instrucciones de los espíritus, y si no reina entre los que á él asisten una gran armonía moral y no hacen lo dicho por Kardec, de que «más Vale rechazar noventa y nue- ve comunicaciones buenas que no aceptar una de mala», no tardan mucho en ser Víctimas de tristes obsesiones. Personas se han Visto, dignas y honradas, que asistiendo á estos Gru- pos han ido dejando que los espíritus les adulasen y que por último han caído por lo que podríamos llamar su parte flaca; quien por una^gran licen- cia de costumbres; quien quedando imbécil ó medio loco, por habérseles metido en la cabeza que están llamados á hacer grandes cosas, para las que recibirán especial protección de lo alto. Muchas son las personas que acaban mal, y por esto creo yo que en esto, lo mismo que en lo otro, la acción de los Grupos familiares, tal como hoy están formados, es más bien perjudicial que provechosa. Pasemos ahora al desarrollo de mediums y á lo de hacer caridad á los espíritus. Al desarrollo de mediums, aun más que á la cura de enfermos, puede aplicarse lo que he dicho acerca los fluidos. Al desarrollar un medium, el fluido magnético del supuesto medium y el del que lo desarrolla entran en una comunión tan intensa, se mezclan de tal modo, que puede esto hacer- les cometer, cuando se trata de hombre y mujer, actos reprensibles y contrarios á la moral espirita. Dos grandes lumbreras del Espiritismo español, D. José Fernández ColaVida y D. Miguel Vives, cuando trataban esta cuestión, la considera- ban muy propensa á ocasionar disgustos si flaqueaba la virtud de los que en tal caso se hallasen. Y no hablemos de lo de hacer caridad á los espíritus. Bastante tenemos que hacer entre los que habitan este mundo y constituyen nuestra verda- dera esfera de acción, para que debamos mirar de aliviar las penas de es- píritus que no sabemos si nos engañan, amén de que por lo mismo que á nosotros nos es más fácil el consolar á un sér encarnado qué no á un des- encarnado, también deben poder los espíritus consolar debidamente á los que sufren en el otro mundo el resultado de sus faltas de ayer. Después de todo lo expuesto, quizás hay alguien que me diga: Si hay peligro en recibir comunicaciones y desarrollar mediums en los Grupos, igual peligro debe haber en los Centros. No creo yo sea asi. El peligro en las comunicaciones consiste en la REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 275 intimidad en que se reciben, que permite á espíritus no muy elevados y burlones alentar indirectamente y sin llamar la atención ciertos defectos de alguno de los asistentes que encuentran siempre más predispuesto que los otros. En cambio, en los Centros esto es imposible por el carácter general que tienen las comunicaciones, pues no creo que en ningún Centro se su- friese que haciendo el espíritu caso omiso de la casi totalidad de los asis- tentes, se dirigiese á un individuo ó á un grupo de individuos determinado dándoles como quien diría clase aparte. En cuanto al desarrollo de mediums, el principal peligro desaparece con el control moral de los restantes socios del Centro, y aun con eso y todo no es conveniente dedicarse mucho á ello, pues á más de que un Centro con dos ó tres mediums tiene bastante, hay que ir con cuidado á no des- arrollar mediums que no sean de absoluta confianza, evitándose de este modo para el futuro muchos disgustos. Respecto á hacer caridad á los'espiritas, no debe practicarse ni en Centros ni en Grupos, pues es una cosa absolutamente fuera de razón. Grandes son las ventajas de los Grupos familiares; pero son tantos sus defectos y sus peligros que considero imposible que pueda su acción poner á nuestro ideal en el lugar que debe ocupar. ¿Centros? Y Vamos llegando al final, que, seguramente, el que haya tenido pacien- cia para leer toda esta serie de artículos, lo estará deseando, pues si el asunto es interesante, vale muy poco el articulista para que, por culpa suya, no decaiga el interés del lector. Pasemos ahora con este y último artículo á examinar la única que que- da por hacerlo de las tres opiniones en que suponía divididos los espiritis- tas y de la que, en lo fundamental, participo yo. Yo, como muchos de mis hermanos, creo en la virtualidad del Espiritis- mo, y estoy persuadido de que de la crisis que atraviesa puede salir, si nos- otros queremos, más pujante que nunca. La experiencia adquirida nos permitirá sortear las dificultades que se nos presenten. A mi parecer y teniendo en cuenta todo lo que he dicho en mis otros artículos, creo que lo que debe hacerse es procurar reunir á todos los es- piritistas en grandes colectividades, siempre dentro cada población, evi- tando en lo posible que en las grandes capitales, por divisiones ó malque- rencias, en vez de unirse todos los espiritas y formar un Centro fuerte, no se dividan en dos ó tres de débiles y procurando ante todo, hacer propa 276 luz y unión ganda del verdadero Espiritisrno cristiano, teniendo siempre presente que si no se va con mucho cuidado al hacer los reglamentos y en la admisión de socios, pueden muy bien penetrar en ellos elementos perturbadores, y no fiándose nunca de los que propongan, halagando al amor propio, el es- tudio de fenómenos de cuya certidumbre, aunque la comprobemos nos- otros, no se convencerá nadie y para cuya discusión son muy pocos los que están preparados. Para evitar esto no hay como ir con mucho cuidado en aceptar nuevos socios, pues sabido es que hacen más trabajo pocos y bien unidos, que no muchos y divididos. De esta manera y no vacilando en arrancar del seno de nuestras agru- paciones á los que procuren fomentar la cizaña entre los asociados, se po- drá lograr el mayor esplendor del Espiritismo, teniendo siempre en cuenta que nuestro ideal, quizá más que cualquier otro, tiene en la reacción y el clericalismo terribles enemigos que hacen y harán todo lo posible para im- posibilitar su avance, valiéndose más que de cualquier otro medio del de introducir en nuestras agrupaciones individuos cuya misión consiste en chillar, alborotar y dividir cuando se trabaja, y callar cuando se hace vida contemplativa y se deja quietos á aquellos á quienes obedecen. Salvo estos cuidados que podríamos llamar de orden interior, todo el es- fuerzo de la asociación debe dirigirse á la propaganda directa del Espiritismo. Hojas de propaganda, veladas literarias, actos benéficos, controversias en la prensa, conferencias, de todo se puede echar mano. No debe dejarse pasar ni una sola ocasión que sea aprovechable para presentar la batalla á la reacción, ni para protestar de las ridiculeces én que incurran los Gru- pos familiares. Allí donde se celebre un acto que tienda hacia el goce de una mayor libertad y de un mayor progreso, allí debemos presentarnos los espiritis- tas, sin pretensiones ni arrogancias, pero sin claudicaciones tampoco. Procúrase organizar una Asamblea Nacional de Delegados de Centros y periódicos, con completa exclusión de todo lo que no tenga carácter pu- ramente espiritista; búscase en esta Asamblea el aprobar unas bases de carácter general que sirvan de norma para la formación de Centros y So- ciedades; establézcase un Directorio ó lo que sea, formado por personas cuya historia sea garantía de su persona, ayudadas por elemento joven que los Vigorice y que tenga por misión el acabar, de organizar la acción de la Federación y el preparar para el siguiente año una nueva Asamblea, cele- brando Interin todos los actos de propaganda que fuese posible. De esta manera, con mucha abnegación, mucho amor al ideal y un elevado sentimiento de nuestra responsabilidad, es como lograremos nuestro intento. jAnimo, pues! ¡Adelante, á luchar para vencer! Liberto. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 277 Reflexiones Cuando, libre de ocupaciones, quiero consagrar un rato á la literatura, ya que mi cacumen divorciado de las musas no me presta su apoyo, cuento sin embargo con un factor importantísimo; recurro desde hace tiempo á po- nerme en estado de completa abstracción, y con las cuartillas delante espe- ro que se apodere de mí una agitación, una fiebre que hace temblar mi mano y hace bullir ideas en el cerebro. Así escribo desde que un amigo espiritista me dió la fórmula, y confieso que en más de una ocasión he escrito cosas buenas. No puede tachárseme de petulante al hacer esta confesión, puesto que, como he dicho, no pongo en ello más que la parte mecánica, y de consi- guiente, ni deben enorgullecerme los aplausos que arranquen mis escritos, ni deben molestarme tampoco las censuras que merezcan. Cuando escribo bajo la influencia de esta fuerza misteriosa que acude ya á mi mano de manera casi simultánea, contraría mis deseos el ver surgir de la pluma artículos, que aun con diferente argumentación, la tendencia es siempre la misma: hacer bien. Nadie más enamorado que yo de estas tendencias; pero, al decit que veo contrariados mis deseos, lo hago guiado por mi marcada inclinación al arte. Al leer mis escritos, á la vez que íntima satisfacción porque caracteriza mi sentir, noto la falta de un algo que constituiría el complemento de mis aficiones. Hablando sinceramente, no soy tan convencido que crea sin reparos en las existencias de los espíritus; pero sea cual fuere su filiación en el mundo de las ideas, al pedir á este fluido que en estos momentos obliga á mi mano nerviosa á mover la pluma que me sugiera un artículo de arte, he sentido á manera de respuesta una fuerte presión, y sin la menor ayuda de mi esfuerzo meptal parece que las palabras, tomando formas tangibles, resbalan eslabo- nadas de la mano á la pluma como si en su impaciencia se disputasen el privilegio de quedar primero tendidas sobre el papel. ¡Escribir de Arte! El arte se ve representado lo mismo en la mano hábil del que pinta, del que esculpe, que en el corazón noble que sólo se agita á impulso del buen sentir. El edificio más portentoso, la escultura cuyas lí- neas palpiten con más voluptuosidad, el cuadro que con más riqueza de detalles copie la amalgama de colores con que la Naturaleza se engalana, todas las creaciones concebidas en el cerebro de los genios habidos en el mundo, no son ni el más débil reflejo de la aureola fantástica y divina que emana de la palabra Bien. Hacer bien, dicho así escuetamente, si observa- 278 LUZ Y UNIÓN mos esta mágica palabra, la veremos que se agranda majestuosaj llegando en su crecimiento á tomar formas y figuras de tal magnitud, que al fin nos consideramos impotentes para formarnos una idea de lo que por sí representa. ¿Quién es el mejor artista? Puesto que el arte tiene más de divino que de terreno, nos remontare- mos á lo más sublime y diremos que el mejor artista es Dios. Y ¿cuáles son las obras que Dios edifica? Unicamente una: El bien, siempre el bien, puesto que el bien es compendio, es esencia de todo lo grande y hermoso que existe. Supongamos á un hombre que sin cuidarse de imitar á los buenos artis- tas y queriendo fecundizar su vida con obras que lo inmortalicen, trata de trazarse una senda. Yo creo que la más provechosa sería consagrarse por entero á hacer bien. Con esto le basta. La mano que se mueve para enjugar lágrimas, no tiene que envidiar la del pintor que traza en el lienzo una figu- ra ideal. Quien siembra el bien, construye con más solidez: es músico, poeta; lo es todo. La música, más melodiosa la crea quien consigue con sus hechos que todos los que le rodean se pongan al unísono é instintiva- mente entonen un himno de alabanza, j Ay! quien escuche voces que modulen frases de franco agradecimiento, quien consiga verse halagado por el grato murmullo que emana de las bendiciones, puede considerarse el mejor músi- CO, puesto que supo armonizar acordes de tal naturaleza, concertantes so- lemnes, cuyos ecos se elevan al infinito en su carro triunfal hasta llegar á Dios. Quien abrigue un corazón donde no se agite una fibra que no inflame el deseo santo de la bondad, cualquiera de las manifestaciones que produzca serán otros tantos poemas cuyo ritmo anublarán todas las producciones que sirvieron para cimentar la fama de las grandes figuras de la poesía. No es precisamente ser poeta poseer la facilidad de hacer endecasíla- bos: «La poesía está en el alma como el ruiseñor en el ramaje». Para que el almas esparza sus efluvios, no es bastante la creación de algunas figuras retóricas; todo lo que sea sujetarla á reglas, es cortar los Vuelos á la fanta- sía sometiéndola á una obediencia que la disfraza. No hay mejor poema que el que no se escribe. El libro de la vida todos lo recibimos, al nacer, en blanco. Todos tenemos el deber de ir dejando día por día escrito un folio; quien tenga vocación para poeta, ocasión tiene de demostrarlo; procure verter en cada página algunas gotas del néctar que brote" de su alma, y cuando abandone esta vida transitoria, habrá escrito el último renglón. Si convirtió lágrimas en sonrisas; si de los corazones tristes extirpó el desaliento y la desesperación inyectándole dosis de alegría y esperanza; si consiguió, en fin, dulcificar las tristezas del que encontró á su paso, el libro que deje editado sí que será un poema portentoso del que se desbor- dará un manantial inagotable de ternura. revista espiritista kardeciana 279 ¡Ser bueno! La bondad es un surtidor que se desborda, fuente de cuyo cauce rebosan en tropel torrentes de amor y vida, de paz y de consuelo, de luz y de colores. ¿Quién es el mejor artista? Dios, cuya bondad no tiene límites. ¿Cuál será la mejor obra de arte? El mayor número de bondades puestas en práctica y que más se apro- ximen á la obra de Dios. Dios... Amor... Arte... Todo... José Salvador García. Un Film espiritista Se halla ya en venta la película que se sacó de las fiestas de Tarrasa, habiendo resultado, á pesar de la falta de luz de que adolecen todos los interiores, una verdadera obra de arte. Se ha proyectado ya en gran número de cines, en todos los cuales ha obtenido un gran éxito. En varios de ellos, á petición del público, se ha estado proyectando durante más de 15 días, tarde y noche. Tiene unos 150 metros y se vende á pesetas T25 el metro. Para la península se alquila á 0'15 pesetas por día y por metro. Las peticiones á la administración de este periódico, en donde se facili- tarán todos los detalles necesarios. El Monumento en honor y memoria de la insigne poetisa Dy Amalia Domingo y vSoler La Comisión ejecutiva de este Monumento tiene el honor de participar á todos los hermanos que han contribuido con sus donativos á la erección de dicho Monumento, que éste ya está terminado, y, por lo tanto, pasa á rendir cuentas para satisfacción de todos. 280 LUZ Y UNIÓN Pesetas Recibo n.°l: Compra del terreno al Excelentísimo Ayuntamiento. 1540 Recibo n.° 2: Carta de concesión 10 Recibo n.° 3; Albañilería y colocación 600 Recibo n.° 4: Piedra y labra 890 Recibo n.° 5: Mármoles (labrados) 155 Recibo n.° 6: Verja de hierro y metales 175 Recibo n.° 7: Derechos de 10 %, sobre edificación, cobrados por el Ayuntamiento 182 Suman 5552 Total recaudado, según la nota inserta en el n.° 190 de este Semanario publicado en 19 de Agosto próximo pasado 2860'05 Déficit 691'97 Este déficit ha sido cubierto con fondos de la Revista Luz y Uñión y confiamos que nuestros buenos hermanos continuarán ayudándonos hasta cubrirlo por completo. Además, esta Comisión tiene el sentimiento de' poner en conocimiento de sus favorecedores, que por una imprevista negativa por parte de dos de los tres albaceas nombrados por D.^ Amalia Domingo Soler, se ve imposi- bilitada de trasladar los restos al Mausoleo que para este efecto se ha levantado. En vista de esta negativa, reiterada por tres veces consecutivas, dicho Mausoleo no guardará los restos de nuestra querida hermana, pero será siempre un monumento alzado á su memoria por los que á todas horas y en todas ocasiones le han demostrado su cariño y veneración. El Mausoleo quedará, pues, Vacío por dentro; pero en la preciosa lápida que lo cierra constará perennemente el intenso amor que nos inspi- raba la personalidad á cuya memoria se erigió. Y ahora, permítannos nuestros queridos hermanos que les hagamos una pequeña reseña de las alegorías é inscripciones que adornan el Monu- mento. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 281 Todo el frontispicio es de piedra labrada. En la parte alta está adornado con una alegoría representando el cuerpo inánime de la difunta, rodeado dedos mujeres llorando; del cuerpo emerge el alma envuelta en amplio ropaje, elevándose fiada el infinito; dos espíritus, simbolizando el uno la Poesía y el otro la Gratitud, le ofrecen, el primero, una lira, y el segundo, una corona de ramas de roble, que figura acaba de arrancar de un bosque de robles y encinas, emblema de la eternidad, que completa el cuadro en su parte izquierda. En el centro y debajo de estas esculturas aparece el sol naciente, en cuyo nimbo se lee en claros caracteres: «Nacer, morir yrena- cer, tal es la ley». La lápida, que mide 3'00 metros de alto por 0'90 metros de ancho, es de una sola pieza de mármol, y en ella está grabada la siguiente inscrip- ción, obra del insigne poeta Salvador Sellés: Nacer, morir y renacer... Progresar siempre. Es la Ley. » Amalia Domingo Soler 1842.... 1909. Amó. Sufrió. Elevóse. Nos espera. 8ais admiradoreis de füíspafta y América /■ Por esta lira revelóse el Cielo. Cuarenta años vibró con santos sones. Astro fué: fué consuelo. Sobre dos mundos remontó su vuelo. Calmó una inmensidad de corazones. Abrazando la primera leyenda y formando corona hay dos ramos, uno de mirto y otro de laurel, esculpidos en el mármol. Encima del Mausoleo hay un jardincito, que como el que cubre el Mo- numento del ilustre traductor de las obras de Alian Kardec, D. José M. Fernández Colavida, será atendido y cuidado con fondos de la Revista Luz y Unión y La Yoz de la Verdad, cuyo propietario se ha ofrecido á 282 luz y uníòn ello, como desde la desencarnación de D.^ Amalia Viene efectuándolo con el citado de Fernández. El título de propiedad del Mausoleo y la llave que lo abre quedan en poder del Director de Luz y Unión y La Voz de la Verdad, quien no permitirá que se incinere en dicho Mausoleo á nadie, ya que sólo debían ocuparlo los restos de la persona á cuya memoria se ha erigido. Los comprobantes de los gastos efectuados están en poder del Admi- nistrador de esta Revista, quien los pone á la disposición de aquellos que quieran confrontarlos. Hemos terminado, pues, nuestra misión; la hemos realizado con todo el celo y amoroso empeño que la confianza depositada en nosotros nos merecía. Damos las más afectuosas gracias á cuantos nos han secundado en nuestro empeño, y al disolvernos, como tal Comisión, enviamos al espíritu de Amalia un pensamiento de respetuoso cariño, rogándole continúe desde el espacio guiándonos, como nos guió durante su vida planetaria. La Comisión. Caso de antisuicidio por materialización del espíritu de un viviente De la obra Esprits et Mediums. Relato fa~ cilitado al Dr. Flournoy por el doctor en Medicina Emile Thomas, catedrático de la Facultad de Génova. Protagonista. La baronesa de A..., dama de la aristocracia prusiana de treinta y siete años de edad; madre de dos niños de 13 y 15 años; mujer de una cultura excepcional que ha viajado mucho con su esposo, alto fundo- nario de la corte de Berlín y que en la actualidad ha abandonado á su com- pañera por incompatibilidad de carácteres. Señora del gran mundo, la baronesa de A... ha observado una vida agi- tadísima pero sin tacha. Su lengua maternal es el alemán; habla corree- tamente el francés y el italiano, y sus aficiones literarias se han hecho públicas más de una vez en la prensa de su país donde ha colaborado no- tablemente con artículos y poesías de transcendencia filosófica. En 1908 y estando de temporada en Suiza acompañada de su madre, hi- zo conocimiento con el Dr. Thomas, vecino de mesa del hotel donde se hospedaban, cuyos servicios como médico fueron solicitados por las seño- ras de A... para atender á una distensión muscular producida por acciden- • REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 283 te á causa de una caída de la baronesa en una expedición á las montañas. Intelectuales ambos y muy interesados en cuestiones literarias y filosófi- cas, trabaron gran amistad durante la temporada veraniega para separarse después como dos buenos amigos, con la tradicional frase de: ¡Hasta la vista!... Parece ser que encuentro tan efímero había producido en ambos una impresión más honda, puesto que, y después de un largo mes de viaje y de ausencia de la baronesa, ésta, al volver á su casa, lo primero que preguntó fué si había tenido correo de Suiza. En efecto; el Dr. Thomas á su vez é impulsado por una inclinación de la que él asegura no darse cuenta, escribió á la baronesa solicitando noti- cias de su estado y de su regreso al hogar de sus afecciones. Contestóle muy atentamente la baronesa agradeciéndole su interés, y de aquí se originó una correspondencia frecuente y amistosa entre ellos. Poco tiempo después la baronesa que seguía un tratamiento ginecoló- gico, averiguó que la enfermedad que padecía era producida por contagio debido á ligera conducta de su marido. Acudió á un diccionario de Medici- na, se dió perfecta cuenta de su padecimiento y horrorizada de tal descu- brimiento comenzó por aislarse de sus hijos y familia á la que se abstuvo de prodigar sus caricias. Comenzó á preocuparse, á estar siempre de mal humor, á no salir ni hablar con nadie y, por último, á pensar seriamente en el suicidio, como única solución á lo que ella consideraba como una des- honra infamante. Una tarde que forzosamente debía asistir á una fiesta de caridad aristo- crática, después de luchar con todas las escusas imaginables para no acu- dir á ella, vióse á tal punto comprometida que no pudo rehusar su compa- rescencia y en el acto con un estoicismo irónico exclamó para sus adentros: —¡Si iré; pero para no volver!—Vistió sus mejores galas; ordenó enganchar su berlina predilecta y salió. Al descender á la marquesina del hotel, el conserje le entregó una car- ta. La baronesa miró el sobre; era del Dr. Thomas, y sin abrirla la deslizó por el escote de su corpiño de sedas y encajes para ocultarla en su seno. Aquella tarde, la baronesa se mostró con sus antiguas relaciones, ale- gre decidora y mundanal como nunca. Terminó la fiesta y acompañada de un pariente regresó á su hotel, despidióse de aquél en la puerta y libre de testigos cruzó á pie el jardín de su palacio; se internó en un pequeño par- que; subió con paso firme una rampa que conducía á un kiosko situado so- bre un estanque profundo, contempló un momento las tranquilas y platea- das aguas del abismo é iba á lanzarse en brazos de la muerte... cuando una visión extraña le contuvo. La baronesa vió claramente que una forma luminosa se agitaba á flor de agua y en el sitio precisamente en que ella había escogido para lanzarse. Sorprendida grandemente, notó con estupefacción que aquella masa fosfo- rescente se tornaba más densa y que rápidamente tomaba las apariencias de un cuerpo humano que trataba de emerger de las aguas. Esta manifesta- ción fluídica fué materializándose con rasgos característicos hasta tomar la forma de un hombre que la dirigía miradas extrañas y fascinadoras; y cuan- do estuvo completamente fuera de las aguas, dió un salto tremendo, se vol- vió á su lado y asiéndola fuertemente del talle la arrastró con fuerzas sobre- humanas apartándola con violencia de aquellos lugares y conduciéndola 284 luz y unión velozmente al hotel. Le hizo subir las escaleras y una vez llegados á la puerta de su budoir, sintió la mano ardiente del fantasma obligarla á abrir la puerta, á entrar á su habitación y hacerle encender una lámpara. Allí la dejó libre y en tono solemne, y colocándose ante ella,' la dijo: —¡Piensa en tus hijos á quienes vas á inflingir tan gran deshonra y pien- sa en que si tu debes sufrir la enfermedad que padeces, es preferible mil veces á la comisión de un delito contra natura! ¿No te avergüenzas de tu conducta? ¿Eres tú la mujer justa que confía en Dios? No. Te equivocas. Tú no tienes derecho á disponer de una exis- tencia que te fué otorgada en misión divina para arrastrarla y sepultarla en el abismo de la más inmunda de las corbadías. ¡Baronesa de A..., la indignidad no es patriotismo de damas de tu al- cumia... arrodíllate y pide á Dios perdón de tus locuras! No pudiendo soportar por más tiempo aquellas violentas frases y aque- lia escena tan inusitada, la baronesa se rebujo la cabeza en un chai y opri- miéndosela fuertemente con ambas manos cayó inerte sobre los tapices de su cámara presa de mortal angustia. Al poco tiempo despertó, y con gran miedo llamó á su servidumbre que creyéndola indispuesta le prepararon unas tisanas y la acostaron, permane- ciendo á su cuidado toda la noche. Al día siguiente, la bajonesa se dió cuenta de lo sucedido.'Del recuerdo de noche tan terrible una pequeña marca azulada rodeaba su talle y muñe- cas. Eran las señales del fantasma, en el que recordó perfectamente todos los rasgos de su buen amigo el Dr. Thomas, con el mismo traje gris de alpinista que llevaba la primera vez que ella le vió en Suiza. Durante la tremenda escena, declara la baronesa que se humilló antee! fantasma abrazándole las piernas fuertemente en demanda de conmisera- ción, y que notó que su voz era más bronca chocándole mucho> que la tuteara. Después de tres años y medio que tuvo lugar este episodio, la baronesa de A... no ha vuelto á pensar en el suicidio, ha curado perfectamente de su enfermedad y su estado mental y corporal es excelente. Achaca á misteriosa influencia de la carta que del Dr. Thomas llevaba escondida en su seno, la salvación de su alma; y expone á la consideración del Dr. Flournoy el caso, manifestándole que su amigo el Dr. Thomas re- sidía, cuando se le apareció, á 800 kilómetros de distancia de ella. Por la traducción, J. Blanco Coris. Suscripción para recaudar fondos al objeto de erigir un Mausoleo en donde guardar los restos mortales de la insigne eseritora espiritista D." Amalia Domingo Soler. Ptas. Suma anterior 2858'03 José Oliver Betria, de Mequinenza 2 Total 2860'03 {Sigue abierta la suscripción). REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 285 Los exfrailes de San Juan de Dios Con el título que precede leo, en el periódico El País, de esta corte, la siguiente carta, dirigida al Presidente de la Sociedad «El Libre Pensa- miento», que dice así: «Estimado señor: Le damos un millón de gracias, extensivo á la Junta directiva de esta Sociedad, por el acuerdo humanitario del día 5 del co- rriente, por el que nos ofrecen el apoyo moral y material en nuestra pro- paganda, para que, despojados de todo carácter religioso, laicamente, los doscientos treinta hermanos disidentes de la Orden de San Juan de Dios, continuemos practicando nuestros servicios de enfermeros, domiciliar- mente, á particulares, igualmente que en los asilos ó instituciones de bene- ficencia en que nos juzguen útilès, ya que, por ahora, nuestra falta de fon- dos nos impide, desde luego, fundarlas por nosotros mismos. La tendencia de esa Sociedad que usted preside, no puede ser más noble ni más her- mosa: hacer el bien por el bien mismo, sin condicionarlo á las creencias- religiosas; esa tendencia la hemos sentido nosotros al lado de los enfermos asilados por los de nuestra Orden, y, seguramente, la mayoría de los her- manos que siguen sometidos también la sienten, y les repugna esa lucha de querer imponer la fe, en que nos creen, á muchos enfermos, y esa coacción moral, cruelísima, para que reciban los Santos Sacramentos, me- diante la amenaza del Purgatorio y del Infierno, sin respetar la suprema angustia de la agonía y haciendo su muerte más rápida, ó causándola, por pánico, en los espíritus pusilánimes, ostentando á Dios en -forma tal, de tal esencia y potencia, que, si así fuera, sería lo más criminal de todo lo existente y de cuanto existir pudiera. »Por propia experiencia estamos convencidos de que toda la savia del Cristianismo se concentra y aquilota en el altruista mandamiento de «ama- rás á tu prójimo como á tí mismo»; y este hermoso mandato, que si no fué divino lo debió ser por lo sublime, no lo practican los que alardean de más cristianos, en la explotación de industrias misericordiosas, donde la caridad se hecha mucho de menos, reemplazándola por el interés fanático que trueca á los que actúan de agonizantes, en verdugos, que atenazan y tor- turan las conciencias de modo cruelísimo, conducta que siempre nos repug- nó; pues nosotros en cuestiones religiosas, relacionadas con los enfermos, creemos que, si su estado lo permite, sólo deben respetarse sus iniciativas, y, en su servicio, nosotros cumpliremos su voluntad, procurando el auxilio espiritual que invoque, dada la religión que sea, aún que por nuestra expe- riencia hospitalaria, desde luego estamos conformes con los médicos-legis- tas, que informan la invalidez de los actos civiles y religiosos, en que se precisa la perfecta integridad del juicio, verificados por todos los enfermos; y nosotros, conocedores de cómo se muere y estado de inteligencia de los moribundos, creemos que todos los negocios humanos y divinos deben sal- darse en plena salud. Y, para terminar, señor Presidente, hasta ahora no teníamos noticia de la existencia de esa Sociedad «El Libre Pensamiento»; 286 LUZ Y UNIÓN pero ya que la conocemos y en sus Estatutos se interpreta nuestro criterio como indicamos anteriormente, sólo nos resta manifestar públicamente, gratitud por sus muchas atenciones y singularmente, la de facilitarnos la recogida de avisos para asistir enfermos en el domicilio de esa Sociedad, calle del Horno de la Mata, núm. 7. • »Agradecidos á esa Sociedad y á V. personalmente, se ofrecen sus se- guros servidores, Tomás Cerezal, Galo Echevarría. —A 9 de de Agosto 1911». Hasta aquí la carta de los exfrailes de San Juan de Dios que nos com- placemos en copiar del diario El País del 11 del corriente, porque en ella se hacen tales manifestaciones, que de ser sinceras, dicen más que todo cuanto pudiéramos decir los que desde hace muchos años estamos separa- dos de la Iglesia Católica Apostólica Romana, desengañados de la farsa de la y hipocresía que sostienen los que se llaman representantes de Dios en la Tierra y que en su nombre quieren imponer á los demás, ideas que están en contradicción con la bondad, con el amor, con la justicia y la misericor- dia de la Omnipotencia divina. jPobre Catolicismo, como te vas hundiendo en el abismo que tu mismo, has preparado con tus errores, con tus engaños, con tus perfidias, con tu sed insaciable de oro y poderío! Ya no son solamente los de fuera de tu campo los que te acorralan, poniendo de manifiesto tus engaños, sino los de dentro, que cansados ya de tanta hipocresía y conservando aun un ras- go de dignidad moral y un destello de luz en su inteligencia, recobran brio- sámente su libertad de acción, para seguir sus nobles y caritativos impul- sos iniciados por el primer Cristiano Jesús y secundados por los que enarbolaron su bandera hasta el siglo iii en el que empezó á manifestarse nuevamente el Paganismo con sus múltiples Idolos y dioses menores, que necesitaban sacrificios de sangre humana, para poder gozarse allá en las alturas, á costa de la ignorancia de unos, de la mala fe de otros y de la ambición de los más listos y de los más ambiciosos. Mi enhorabuena y mi fraternal saludo á esos hermanos frailes, si como dicen se ponen al lado de la razón y de la verdad, á la que todos los aspiramos amantes del bien común. B. Rodríguez. Bibliografías Lia Vida en Ültpatumba, por José Martín Rull.—La literatura espiritista, que, dicho sea sin modestia, cuenta con una colección de libros de autores nació- nales y extranjeros á cual mejor, acaba de enriquecerse con esta nueva obra, que en forma amena presenta y resuelve infinidad de problemas del psiquismo. Su autor, D. J. Martín Rull, ha procurado hacer un libro cuya lectura eleve el alma y en el que anden en amigable consorcio la forma amena con el fondo instructivo científico-moral; y contra lo que acostumbra suceder en tales casos, lo ha conseguido completamente. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 287 Es una obra que recomendamos eficazmente á nuestros lectores y que cree- mos puede contribuir en mucho á la propaganda de nuestros queridos ideales. Reciba nuestro hermano Sr. Rull la felicitación entusiasta de esta Redacción por su obra. Los que deseen adquirir algún ejemplar deben dirigirse al autor D. J. Martín Rull, Majaderos, 34, Almería. El precio déla obra es de 2 pesetas. * Deudas Pagadas, obra medianímica, recibida en el Centro «Fraternidad de Isabela», Puerto Rico. Es esta obra la emocionante relación de una serie de existencias de un espíritu desde los tiempos de la antigua Grecia hasta los actua- les, en los que demuestra la verdad de la doctrina espirita. Ecos y noticias Hemos tenido el placer de saludar en ésta á nuestro distinguido correligiona- rio, el insigne doctor uruguayano D. Luis Curbelo Baez, en viaje hoy por la tie- rra española. Al apreciado hermano que nos trae el saludo de los que respiran las auras de aquellas hermosas tierras, nos complacemos en abrazarle en nombre de ¡os espí- ritas españoles. ❖ Ha desencarnado, en Santa Ee (Granada), nuestra hermana D.^ Rosa F. de Torres, hija política de nuestro suscriptor don Manuel Torres. Que nuestra doctrina mitigue el dolor que la ausencia de los seres queridos causa siempre á los que se quedan en este mundo, y sirva de guía en su nueva vida al espíritu que acaba de abandonar su cuerpo material. También ha desencarnado, en ésta, el virtuoso joven Domingo Cano Crespo, que demostró en sus últimos momentos una gran lucidez de espíritu y lo firmes que estaban arraigados en él nuestros ideales. En estos momentos que tanto ponen á prueba la convicción espirita de mu- chos, deseamos á sus padres la necesaria conformación para soportar tan dura prueba. Ha desencarnado en Navaleno (Soria), nuestra distinguida hermana D.® María León García, esposa de nuestro supscritor D. Eugenio Mediavilla. Al desear al espíritu de María toda suerte de felicidades en su nueva mo- rada, reiteramos al afligido esposo la cariñosa demostración de nuestro afecto. Comunicamos á nuestros lectores que la revista semanal F/at Lux, que se 288 LUZ Y UNIÓN publicaba en Ponce (Puerto Rico), sé ha fusionado con Iris de Paz, que ve la luz en San Juan, población de la misma isla, continuando ai frente déla nueva revista nuestro querido hermano R. Negrón Flores, ilustrado escritor y notable poeta que por sus méritos se ha hecho acreedor á la presidencia de la «Federación de los Espiritistas de Puerto Rico». Deseamos vivamente que esta fusión sirva para aportar nuevos bríos á los defensores que nuestra querida doctrina tiene en aquella hermosa isla. Nuestro querido hermano, el esforzado adalid del Espiritismo en Bahía Blanca (Argentina), D. Juan Chinchilla, abandonó este planeta el 10 del pasado Agosto. Con él desaparece del escenario terrestre uno de los miembros más presti- giosos del Centro «La Paz» de aquella localidad, cuyo presidente, en sentida carta, nos comunica la desencarnación de tan apreciado hermano. ¡Salve al espíritu liberto! En Ibi (Alicante), se ha fundado un nuevo Centro espiritista denominado «Luz». Al saludar á la novel Agrupación le deseamos que, cumpliendo lo que su nom- bre indica, esparza «Luz» á su al rededor, ya que hoy por desgracia la humani- dad camina entre tinieblas. Híi :i; Un rasgo conmovedor de Víctor Hugo —Pasaba el gran poeta por el Bu- levar de los Italianos y se le acercó un ciego á pedirle limosna. Llevaba el pobre un cartel que decía: «Es ciego». El autor de «Los Miserables» entró en un café y escribió en el Cartel: «Es ciego como Homero y como Belisario. Un pobre niño tiene por único sostén la mano que socorra al triste desvalido. Él no la verá nunca; Dios la verá por él». Inútil es decir que las limosnas caían sin interrupción en el sombrero del ciego. AVI s o Recordamos á nuestros suscriptores que aun están en descubierto con esta Administración, tanto del presente año como del anterior, la obligación contraida, pues de no cumplir cada cual con su deber seria imposible la vida de esta Revista. Les rogamos, pues, se pongan al corriente de su abono los que no lo estén. Los de España pueden aprovechar el Giro postal establecido ya en toda la nación, lo que les ahorrará gastos y molestias; para efectuarlo basta dirigirse al cartero, en los pequeños pueblos, ó á las Adminis- traciones de Correos donde las haya. Obras que se bailan de venta en la Administración de esta Revista Pías. Pta». Nuestras fuerzas mentales, Pren- Diálogo entre un Espíritu y su Guia. por tice MuU'ord. Consta de 4 tomos . 40 Un tomito en 8.° de 48 . páginas . . 0'50 Arte de ser feliz, por W. J. Colville. Un iSon eternas las penas del Infernal Fo- tomo 4 ° rústica 3 lleto en 4.° 0'25 en mayor Encuadernado en tela y oro . . . 4'50 Ramos de violetas, por Amalia Domin- Los fenómenos de Villa Carmen. Un go Soler. Se han publicado 4 t. en 8.° 4." rústica 3 mayor. Los 4 en con el re- tomo en t., rústica, . . En tela 4'50 trato de la autora en la cubierta 4 En tela La Inmortalidad del Hombre, por el y tapas especiales .... 8 Los 4 formando dos volúme- Dr. J. M. Peebles 0'50 tomos, nes, en tela y plancha 7 ■ Album de fotografías de espíritus. Ri- Tomos sueltos; cada uno, en rústica. 1 quísimamente encuadernado ... 3 Encuadernado en tela 2 De la Idea de Dios, por León Denis . 0'50 Memorias de un Espíritu. ¡ Te perdono! La Voz de la India, por Luis Jacolliot. Consta de 8 ts, en 8.° m. En rústica. 8 Un tomo en 8.° en rústica .... 1 Encuadernados en tela y oro ... 16 En tela. 2 Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, El Colectivismo integral revoluciona- en tela y oro 14 rio, Tomos sueltos: cada uno, en rústica . 1 por EduardoBoulard. Dos tomos 4." en rústica .3 Encuadernado en tela 2 en En tela, en un solo tomo. .... 4'50 Marietta. Un tomo en 8 °, de 464 pá- ¡Abajo la pena de muerte! Folleto por ginas. En rústica 2'50 D. Salvador Pons, presbítero . . . ü'50 Entelayoro 3'50 Texto de enseñanza dominical y de Lee- Ventajas del Espiritismo. Fto. de 8 ps. 0'05 tura para las Escuelas espiritistas, La Tragedia Divina. Un elegante por D. Felipe Senillosa. Un tomo en tomo, escrito en catalán, en 4.° me- 4.° mayor en rústica 2 nor. Edición bibliófilo 3 En tela y oro . 3'50 Edición corriente 1 La Psicología de las Religiones, por Elementos de una nueva ciencia, por D. Joaquín J. Fernández. Un ele- Mariano Ruth Sinué. Un tomo en gante tomo 8.° mayor rústica ... 1 4.°, en rústica 3'50 Encuadernado en tela y oro ... 2 En tela y plancha 5 Colección de Oraciones. Nuevo devo- Cartas de ultratumba, por Onofre Vi- clonarlo espiritista. Un voluminoso ladot. Un tomo en ).°, en rústica. . 2 t. en 8." m., tipos claros, en rústica. 1 Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 Encuadernado en cartoné .... 1'50 Moderno. Un En tela 2 Katie-King.. Espiritismo y oro t. en 8.°, elegante cubierta, rústica. 2 Guía práctica del Espiritista, por don Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 Miguel Vives. Un tomo en 8.° ma- sobre la enseñanza filosóflca del yor en rústica 1 Ensayo el Barón du Potet. Encuadernado en tela, á la inglesa . 1'50 Magnetismo, por Un t. 8.", de 280 páginas, en rústica. 3 Tesoro de consuelos y modo de vivir En tela y colores 4'50 cristianamente. Un elegante tomo en Alferi el Marino. Un t. en 8.°, rústica 2 8.° prolongado, en rústica .... 3 Encuadernado en tela y plancha. . 3'50 Encuadernado en tela y plancha. . 4'50 de un loco, por César Bas- La Ciencia de la vida ó La caridad en Impresiones sols. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 acción.Gn tomo en 4.° mayor rústica. 2 En tela oro 3*50 En tela y plancha ....... 3'50 y La Verdad á del Error. La Guerra es el Inferno. Un t. de 48 0'50 frente frente ps. Un t. de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 Misterios del alma, por Virgilio. Un En tela y plancha 4'50 tomo en 8." prolongado, en rústica . t Luz Vida (Manual del Creyente). Un En tela y rótulo 2 y tomo de 272 páginas en 4.°, rústica. 3 Fatalismo de la Expiación. Fto. en 4." 0'50 Entelayoro 4'50 Los ¡muertos viven! ¡No los lloréis! Avantismo. Colección de artículos filo- Consolador folleto de 16 páginas . . O'10 .«óficos, científicos, morales y psico- La-misericordia es la justicia en su lógicos, por Bruno Miguel Mayol. Un más elevado concepto. Un folleto de tomo en 8.° de 164 págs. En rústica. 32 páginas 0'25 En tela y oro. i PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN España, nn año 7 pesetas — Extranjero, nn año 12 pesetas (PAGO ADELANTADO Se ruega á los Sres. suscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración, y los que la deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instpueeiones para el abono de las susefipeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos ó billetes de Banco. EXTRANGERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Babeo que se abona- rán al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. La correspondencia á la Rambla de Cataluña, 118. Redacción y Administración: Calle Cañón, 9, 2A Barcelona (Gracia) Colecciones de LUZ Y UNION, con su correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909 y 1910, á 7^50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que deseen la colección de la Kevista encuadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obras publieadas por esta Revista Año 1907': La Religión Futura.—Año 1908: Elementos de una nueva Ciencia. —Año 1909: La Verdad frente á frente del Error.—Año 1910: La Ciencia de la Vida. Obva de regalo para el presente año: LUZ Y VIDA (Manual del Creyente) por HUELBES TEMPRADO con prólogo de CESAR BORDOY Tmp. de LUZ Y UNION. Rambla de Cataluña, 118.—Barcelona