SUMARIO.—A nuestras hermanas, por La Redacción. - ¡Hossanna!, por Liberto. El liombre artificial, por J. Blanco Coris.—Pensamiento.—La clarividencia y el es- pació de cuatro dimensiones, por César Bordoy.— Lista de suscripción.—El consuelo do la fe, J. Costa Pomés.—Aclaración, por Liberto. —Vicio y A'irtud, por Manuel por Real.—La actividad en el sueño, por B. Rod^igue^.—Aviso.—Origen del Espiritismo- Su traslación á luglaterra-Los primeros sabios que lo estudiaron-La Sociedad Dia- léctica-Wallace, Varley, Crookes, O.xon-Sus trabajos y conclusiones.—Una historia. —A nuestros suscriptores.—Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos néjic».—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Pnerto-Kico.—Faustino Isoiia, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 altos, PONCE. Cnba.—Ignacio Larramendi, calle E. Villuendas, 46, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana baja, 26, SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Iiificsta, calle Cuba, >4, T. G.—Canillasde Martos N. S.—Bahia Blanca F. H.—Utrillo HABA (Valencia) F. I —Cayey P. M.—NaNvaAlm—oralFdealua stAi.nCo.—SCaelornigoe,(GeCroanall)e de Cuba, 27, HOLGUÍN.—Armando J. Raggi, Apar- L. IL—Villora (Cuenca) Mota R. M.—Sánchez (Repú- V. F. B.—Cortegana tVa. Nd.—oA,lco1ra7(,CaCsteAllónI)BAbRlicaIEDoNmin.i—canaD) ." Rosalía Cabrera de Pérez, (Gibara), BANES.—Don 0'. P.—Palma Soriano J. T. —Castellón de la M. S,—Palamós (Gerona) J. F. T.—Palma de Ma- MPalannauel Mateo,F. SH..—UFleeilarndeal Cnamdpoo , 40, CAMAGUEY. Horca A. I.—Sevilla ÍAlcanza al 10 de Enero de La Filipi1n912)a. s.—José LeónAd,minaisptraaciórnt.ado 130, MANILA. Kepiíblica de Colombia.—Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés, 9, BO- GOTA. República del Salvador (C. A ) - Luciano Cenedella, SANTA ANA. República Argentina.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraola, NFCOCHEA.—Manuel Torres, SANTA FE.—Francisco Mogollón, «Centro La Paz», Calle Misiones, 126, BAHIA BLANCA. Repiiblica de Costa Rica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSÉ DE COSTA RICA. Rrasil.—Joao Diogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA CONQUISTA (Estado de Bahia). República Dominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. República de Aicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA República del Fcnador.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Chile», 4, QUITO. República de Ilon«lnras.—E. Streber, AMAPALA. Olbraltar.—D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Tánger (Marrnecos).—Bernardo Raída, Banco del Estado Marroquí. CORRESPONDENCIA Sres. Snscriptores qne han satisfecho la snscripción de 1911 Año XIII ENERO DE 1912 Núm. 1 A nuestras hermanas Al entrar Luz y Unión en el decimotercio año de su vida periodística, honra esta fecha al dedicaros las primicias de sus mayores beneplácitos, no en cumplimiento de cortesía, sino por deber de conciencia. Delicadas flores del jardín de la vida, vosotras tan vili- pendiadas y escarnecidas por una sociedad tutelar que sin entrañas os hace sus esclavas, sois para nosotros fuente de inspiración, de ternuras y de amores á cuyo calor siempre cobramos fuerzas para continuar el camino emprendido á favor del progreso, de la cultura y de las virtudes cívicas que fueron y serán siempre la norma de nuestros ideales, el lema de nuestros impulsos y el estandarte de nuestra exis- tencia como cruzados del Espiritismo. No sois vosotras el instrumento inconsciente de penetra- ción para la conquista de una causa interesada, porque nuestra nobleza no nos permite abrigar las falarias de nin- gún dogma positivo. No sois tampoco elemento de defensa para hacer broquel de vuestro sexo, porque nuestro minis terio no nos conduce á la lucha fiera de las amenazas ni á la imposición de cultos por la violencia. El Espiritismo es causa que se gana por la persuación, por la convicción y por la posesión de adelantamientos y grados de pureza que están medidos y sujetos á las sapientísimas leyes de la Di- vinidad. Por consiguiente, no nos guía hacia vosotras el móvil del resultado de la asociación, ni el de la explotación, ni el de las conversiones, porque nada podemos ofreceros en puridad por ello. Sí, el propósito de hacer constar la demos- tración más sincera de todas nuestras más entusiastas y rendidas consideraciones por la admirable y heroica labor de la mujer espiritista, en el hogar, como madre, esposa é hija inspirada en las portentosas doctrinas de nuestra causa. La Eedacción. 2 LUZ Y UNIÓN ¡Hossanna! Por tristes días acaba de pasar España; un estremecimiento de horror ha pasado por encima del alma nacional cual ventear pavoroso de enormes alas portadoras de todo cuanto el sér humano puede tener en sí de innoble 3^ cruel. Ya la primera sentencia recaída en el llamado proceso de Cullera, había llenado de tristeza todos los corazones. Seis penas de muerte, amén de las que deberán sufrir los demás condenados, eran el fúnebre balance de tan triste función de la justicia. El alma del pueblo, siempre propensa á la piedad y al perdón, buscó en alas de un incierto optimismo un rayo de esperanza en medio de tanto horror, y su mirada triste y afligida se posó sobre el Consejo Supremo de Guerra y Marina, que debiendo estatuar en último lugar, podía ofrecer una modificación en la sentencia que le quitara este aspecto terrorífico; pero ¡ay! también esta esperanza fué vana. La sentencia salió modificada del Tribunal Supremo, pero no en la forma que era de esperar, sino al con- trario, aumentando aún las penas de muerte, que de seis pasaban á siete. Ya no cabía dudar; la sentencia era firme, y sólo de la real magnanimi- dad podía esperarse la salvación de aquellos siete hombres que iban á pa- gar con sus vidas la ofuscación de una hora, el arrebato de un momento. Pocas veces se ha visto en España un movimiento como el que durante varios días ha mantenido en terrible estado de agitación al pueblo todo. Las peticiones de indulto han llovido á centenares sobre los Ministros de la Corona. Todas las clases sociales, en un común sentir, han implo- rado de los poderes públicos el perdón de esos desgraciados, y á pesar de esto, cediendo á influencias ocultas, el Consejo de Ministros sólo aconsejó al Rey el indulto de seis de aquellos desgraciados, escatimando la piedad que nunca se regatea y afrentando á España toda con el pavoroso patíbulo ai que tantas veces había atacado el mismo Sr. Presidente del Consejo. Al sentimiento de horror unió el pueblo un grito de cólera al ver que podían más que él aquellos que en nombre de la sociedad y titulándose cristianos, no pregonan más que el odio entre hermanos, la intolerancia y el error. No se ha ejecutado la fúnebre sentencia; el Monarca, no queriendo desmentir su nombre de cristiano, y en un gesto de varonil entereza, ha indultado al único que quedaba condenado á muerte de los procesados de Cullera. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIAXA 3 La fiera reaccionaria no ha Visto satisfechos sus deseos de muerte, y el espantoso cadalso que tantas Veces se ha levantado avergonzando á la humanidad, no se empleará esta vez; pues el pueblo ha sabido levantar su cabeza y proclamar ante el mundo entero que para castigar una muerte no se debe cometer otra. Liberto. Cosas de los sabios El hombre artificial Casi todas las teorías espiritistas sobre la génesis de la humanidad, convienen y parten de un mismo punto de vista. El del principio fecundante Luz, sobre el elemento maternal Existencia, cuya resultante es Vida. Fracción infinita de partenogénesis evolutiva que actuando sobre la Naturaleza en todas las manifestaciones de sus estados, produce al hom- bre, tipo modelo de la fauna terrenal, á través de un proceso inexcudriñable en sus períodos de transición zoológica ra- cional. La Ciencia, ya sabemos que respecto á este particular se declara impotente y para salir del paso, manifiesta, que el origen del hombre se pierde allá en la obscuridad de los tiempos primitivos; y cuando no sale á relucir la mónera como principio de biología fundamental, nos hace la seña- lada merced de considerarnos descendientes de los monos, después de haber actuado en la Naturaleza como el más insignificante de los zoófitos. En lo que la Ciencia y nosotros estamos de acuerdo, es en lo de no aceptar la teoría del modelado de Adán ni en la confección de Eva con una sencilla chuleta de aquél. Pero ahora resulta que un sabio alemán, el fisiólogo Jacques Loeb, en su última obra .titulada La Fecundación Quimica, asegura haber obtenido el principio vital de la especie humana; expone su acción é inmediatamente da á conocer los agentes químicos que ha empleado para obtener, mejor dicho fabricar, el germen seminal. Loeb viene, desde 1899, haciendo experiencias decisivas en la fecundación de huevos y gérmenes naturales de ciertos 4 LUZ Y UNIÓN animales inferiores y esto le abona en sus teorías y le alienta para seguir estudiando la acción química de la fermentación que haya de producir la sustancia viviente. Y Loeb pregunta: «¿La fecundación artificial obtenida en algunos animales, no podría hacerse extensiva al hombre? No supongáis por un momento, fuera yo, pequeño gusa- rapo, el llamado, no á resolver, sino á contestar siquiera á punto tan transcendental como este del origen de la especie humana, sin tener por delante el correspondiente mamotreto de obras de consulta. No, nada de eso. Me contento con la satisfacción de hacer públicas tales concepciones y ante el peso abrumador y aplastante de su importancia, cierro los ojos, invoco á mi espíritu protector y que él diga lo que tenga por conveniente sobre dicho punto. ¡Cuánto teorizar una función que no podéis comprender y que si pudierais comprender no os sería dado conocer! ¡Cuánto luchar por penetrar el misterio de nuestro origen que ningún bien, ni ninguna cantidad de sabiduría os ha de reportar! Pena me causan esos insignificantes empeños á que os entregáis y que consideráis como finalidades de vuestro co- metido, cuando en realidad no son sino escarceos infantiles comparados con las montañas de obstáculos que os esperan en otras regiones y con otras envolturas. Cuidado que se han devanado la cabeza esos que llamáis vuestros sabios filósofos y hombres de ciencia. Y sucede en eso como en todo lo que vosotros ingeniáis para esclavizaros. Tenéis las cosas debajo de las narices y os empeñáis siempre en buscarlas lejos, muy lejos, por la senda de los despropósitos; unas veces apoyados en el caduco báculo de la religión, otras armados de instrumentos escudriñadores con los que pretendéis acercaros á otros mundos ó desentra- ñar el cosmos de lo pequeño. Y es natural, no dáis jamás con el objeto de vuestros anhelos. El logaritmo del fiat homo está aun muy lejos de vosotros. Antes habréis de obtener un grado de progresión lógico. Tenéis sobre el tapete una larga lista de problemas á resol- ver: por un lado, la tuberculosis, el cáncer, el cólera, la revista espiritista kardeciana 5 peste, el puerperio y la tifoidea; y por otro, el de la puriñ- cación de la atmósfera que os rodea. ¿Cómo queréis ver el resplandor de las verdades viviendo como vivis entre vicios é inmundicia material? Revelado tenéis el origen del hombre, pero si vuestro fuero es tan grande, al parecer, que no le aceptasteis como bueno, ¿á qué insistir sobre tema tan trivial? ¿Es acaso la primera manifestación que de la Suprema Divinidad llega á vosotros materializada? ¿Creeis que Dios necesita de vuestros elementos materiales para producir, no ya hombres, sino seres superiores á vosotros? ¡Cuán baja idea de la grandeza de Dios! A un impulso de su omnipotencia se pueblan los espacios de mundos encantadores é inverosímiles para vosotros, por- que aunque me esforzara en describíroslos, no podríais com- prenderme. Si desentendiéndoos de la creación del elemento hombre os refugiarais por un momento en otros problemas más ele- vados como los de las periódicas y portentosas creaciones del universo astral, comprenderíais que vuestra fecundación primitiva es una insignificancia sólo comparable á la fer- mentación expontánea de un vivero de microscópicos gu- sanos. Engrandéceos y teiidi*éis la clave. Los altares donde el hombre cree rendir culto á la Divinidad, son verdaderos laberintos en que os perderéis siempre para daros de bruces con vuestra propia imagen reflejada profundamente por la combinación de espejos colocados hábilmente en los muros de vuestra cárcel sombría. Basta por hoy, y decidle á Loeb que en vez de hombres lo que incubará serán bestias híbridas, monstruos despata- rrantes sin alma y sin sexo. J. Blanco Coris. El Espiritismo no es una simple curiosidad psicológica ni tampoco un indicio de alguna lev natural hasta hoy desconocida. Es una ciencia de vasto campo que Iteva en si las consecuencias más grandes, mas importantes )' más morales. Como tal, pues, deberla gozar las simpa- tias de moralistas, filósofos, estadistas y de todos aquellos que cuidan del mejoramiento de la sociedad y de la elevación permanente de la naturaleza humana. —Rouxel Vallace. 6 LUZ Y UNIÓxX La clarividencia y el espacio de cuatro dimensiones Dedicado al litre. General de Artillería, Excelen- tísimo Señor Don Enrique Losada y del Corral 1 L»a Clapivideneia (1) Clarividencia y clarividente, ó clarovidencia y clarovidente como otros dicen, y aun videncia y vidente, son frases con las que se quiere dar á entender la fa- cuitad mental de ver y percibir las cosas, energías y leyes del mundo invisible é impalpable por nuestros sentidos del cuerpo químico y cuerpo físico; de suerte que lo primero que tenemos que estudiar es la probabilidad mayor ó menor, que nos dé la relativa seguridad de la existencia de dicho mundo invisible, y los me- dios ó vehículos de que podemos disponer y manera de educarlos, para llegar, si es posible, á poner en movimiento aquella facultad, á ejercitar aquella función (2). Todo lo existente, todo lo que nos rodea, no es desde luego visible y palpable, pues examinando la escala de William Crookes, que abarca 63 grados, desde dos oscilaciones del péndulo, por segundo, hasta 9.2250522036.854i775.808 en cuya enorme amplitud no están, ni mucho menos, todos los fenómenos del Universo; se observa que desdi; el grado 35 hasta el 45, ó sea desde los treinta y cuatro mil millones de vibraciones por segundo, hasta los treinta y cinco billones, los fenó- menos que ocurren son completamente desconocidos hasta hoy. Análogamente ocurre con las regiones superiores al calor y la luz, ó sea por encima del grado 51. De suerte que en aquellas amplitudes de ondas en donde la física nos acusa vibraciones y movimientos, hay, por lo menos, dos grandes lagunas cuyas vibra- ciones son perfectamente desconocidas para la Ciencia y no digamos, por con- siguiente, si son invisibles é imperceptibles para nuestros sentidos actuales. Por encima de ellas lo absolutamente desconocido y misterioso, las negras tinieblas (1) Artículos de la obra en proyecto Hacia el Ocultismo. Temas filosóficos. (2) De intento no incluimos en esta definición ia propiedad que algunos mediums tienen de ver á distancia, pues estimamos, que aunque parecida, es facultad distinta. No es lo mismo percibir las cosas invisibles é impalpables que nos rodean que percibir las cosas, perfectamente visibles y pal- pables, que se hallan á distancia. Un notable medium de esta clase nos dice que para ver las cosas distantes necesitaba ó trasladarse mentalmente ai lugar donde ellas estaban, ó hacer venir las imá- genes de aquellas cosas á su presencia; y que de ambos procedimientos le era más expedito el primero. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA del espacio en donde no es permitido sondear ai hombre. ¡He ahí, pues, todo el mundo invisible que nos rodea! Concretándonos al mundo físico, á la materia solamente, sabido es que la moderna Ciencia admite no ya los tres ó cuatro estados de la antigua física, sino hasta siete estados distintos. Siguiendo en esto las ideas de Leadbeater y Annie Bessant en sus investiga- ciones sobre química oculta, diremos, que realmente el mundo físico puede divi- dirse en otros dos; mundo denso ó grosero el primero, por ser aquel que cae bajo la acción de nuestros sentidos, y mundo sutil ó etéreo el segundo cuyas vibrado- nes pasan desapercibidas para nosotros. El esquema del mundo físico se repre- senta del siguiente modo: Esquema del mundo físico Eter 1P = Nivel atómico.—Materia atómica. (Atomo último). Eter 2P = Nivel sub-atómico.—Materia hiper-meta-proto-elemental. Eter 3P = Nivel super-etéreo.—Materia meta-proto elemental Eter4P — Nivel etéreo.—Materia proto-elemental. Gaseoso = Materia elemental. (Atomos químicos). Líquido. Sólido. A partir del estado gaseoso de la materia y por encima de él, ya son invisi- bles los fenómenos que ocurren en el mundo etéreo. Resulta, pues, que nos ha- llamos envueltos por lo misterioso, por lo desconocido y por lo invisible; pero aun todo aquello mismo que es perfectamente visible y palpable no apreciamos, no vemos de ello más que lo exterior. Así un fruto, una hoja, una flor, no nos afecta más que en su forma exterior, en su olor, en su color y en su sabor; pero más allá de estas vulgaridades que nos ofrecen las cosas con su presencia, queda toda una inmensidad invisible. La constitución molecular, más allá aún; la atómica, más lejos todavía; las corrien- tes vitales que suben y bajan serpeando por el interior del fruto, de la flor ó sim- plómente de la hoja, son algo así como magos invisibles que se burlan de nosotros. Y si de estos objetos perfectamente visibles que, sin embargo, no vemos sino en el más vulgar de sus aspectos, nos elevamos hacia la consideración de sus for- mas astrales, de sus prototipos, de sus noúmenos en el mundo de lo astral, com- prenderemos perfectamente que somos aun ciegos; es decir, que no vemos de la realidad ni el más grosero é insignificante de sus aspectos (i). Algunas nociones de óptica nos evidenciarán más en lo que decimos; pero basta para ello observar que, como todos sabemos, cuando los rayos de luz pa- san de un medio á otro de diferente densidad se refractan formando un ángulo de incidencia y otro de refracción. Pues bien, bastaría que la relación de los se- (1) Quien dude aún de esta aserción puede leer el articulo titulado «Nuestra Eterna Ilusión de Niños», páginas 231 y siguientes del primer tomo de las conferencias teosóficas en la América del Sur debidas al litre. Maestro Don Mario Roso de Luna. 8 LUZ Y UNIÓN nos de ambos ángulos, llamada índice de refracción, fuese la unidad, para que el segundo cuerpo permaneciera invisible á nuestros ojos. Y esto es precisamente lo que ocurre con el cristal y demás cuerpos transparentes. ¿Cuántas veces, en efecto, al mirar al través de una ventana no hemos sabido distinguir si la luz pe- netraba libremente por ella ó atravesando el límpido é invisible cristal que per- mite el paso, sin apenas refracción, de los rayos luminosos? Demostrada, pues, la existencia del mundo invisible, quédanos por examinar si nosotros tenemos, hemos tenido ó tendremos en lo sucesivo órganos físicos capaces de ver en dicho mundo. Por de pronto observaremos que nuestro aparato visual debe ser doble: Uno el correspondiente á todos los elementos físicos y químicos que nos sirven para ver y percibir los objetos visibles y otro el prototipo de éste en el centro corres- pendiente del cuerpo astral. Que esto es evidente se justifica observando, según demostramos en el capítulo anterior, que uno de los principios constitutivos del hombre es, precisamente, el cuerpo astral que tiene la importantísima misión de mantener la cohesión y la vida del cuerpo químico (cadáver) y que, por lo tanto, á cada órgano (nervio, músculo, célula, etc.) de éste, corresponde necesariamen- te un prototipo en aquel que lo mantiene en forma y cohesión. El aparato visual ha de ser por consiguiente, astro-físico ó por mejor decir astro-químico. Siguiendo las ideas emitidas por el doctor Th. Pascal en los números de Ju- nio y Julio de Sophia, de 1911, diremos que este aparato se compone (figura pri- mera) del globo del ojo o del nervio óptico Py de sus expansiones terminales P. Estas expansiones terminales, y lo llamado cintilla óptica, en su curso por el ce- rebro, llegan á los tálamos ópticos y á los tubérculos cuadrigéminos, asiento del ojo pineal, órgano principal de la clarividencia según después veremos Las céhi- las de este aparato visual son de tres clases; células sensoriales pertenecientes al tipo simpático, células del tipo cerebro-espinal y células vínculos. Las células cerebro-espinales son las representadas por puntos en la figura, y su número es tanto mayor cuanto más adelantado sea en la escala zoológica el animal de que se trate, hasta el extremo de que en los invertebrados apenas se nota la existen- cia de ellas en su aparato visual, mientras que en el hombre civilizado su número es ya considerable. Lo contrario ocurre con las células simpáticas; son numero- sas en los invertebrados y su número decrece gradualmente hasta el hombre ac- tual. Están representadas en la figura por círculos pequeños. Las células vínculos sirven, como indica su nombre, para establecer conexiones y relaciones entre las simpáticas y las cerebro-espinales. Su número aumenta á medida que crece la perfección zoológica á partir del invertebrado y su forma y desarrollo son tam- bién variables, perfeccionándose progresivamente hasta llegar al hombre civili- zado en que afectan la forma de estrellas más ó menos perfectas. Estas células vínculos son las que intensificando las impresiones astrales que llegan al nervio óptico, en caso de clarividencia, permiten que la retina sea afectada de dentro á afuera verificándose la visión astral ó en lo invisible. El aparato visual astral no se ve en la figura, pero puede ser representado por la proyección vertical, sobre el papel, de todo el aparato físico descripto, ó sea por el, fondo blanco. En él han de hallarse los prototipos de cuantos elemen- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 9 tos hemos descripto. Como su objeto es dar cohesión á dichos elementos, ha de estar necesariamente en actividad, procedente dicha actividad y movimiento de las fuerzas cósmicas que rigen todo el fenómeno físico. Este movimiento lo hemos representado en la figura por la rotación de los radios oa, ob, oc, od,oh, og, om y on, que forman una estrella giratoria al rededor del centro o del aparato visual astro-físico. Estos radios constituyen el verdadero sentido astral. Son impercep- tibies apenas en el invertebrado, adquieren mayor importancia en el vertebrado 10 LUZ Y UNIÓN y su desarrollo es notable en el hombre actual, adquiriendo su total evolución en el iniciado ó super-hombre (hombre de la próxima raza). El mecanismo de la visión se verifica de la siguiente manera: Siendo toda im- presión óptica doble, es decir, llevando en sí misma los elementos físicos y á la vez los astrales, debe caminar ó transmitirse dicha impresión á lo largo de las ramificaciones del nervio óptico en donde debe ser amplificada é intensificada por las células visuales y recogida últimamente en el sensorio (tálamos ópticos y ventrículos cuadrigéminos), para ser convertida en percepción (hecho psíquico). Debe, pues, verificarse á la vez la visión astral y la física, y si así no sucede debe depender de que el aparato astral no funciona como es debido. Pero este funcio- namiento del aparato astral visual depende á su vez de que el órgano físico sea normal ó se halle degenerado, enfermo ó deficiente. Y esto es precisamente lo que ocurre en el hombre. Para probarlo leamos págs. 269 á 281 de Antropogé- nesis (tomo 2.° de la Doctrina secreta, de H. P. Blavatsky), y en ella veremos que las razas humanas anteriores á la nuestra estaban provistas del tercer ojo que recibía las impresiones astrales. Mas como quiera que estas impresiones producían tanto en los hombres como en los animales, percepciones de cosas inofensivas que no les servían para nada en aquel estado de su civilización, y en cambio los ojos frontales acusaban Jos peligros y los dolores del. mundo físico, toda su atención se concentró en este mundo físico, y fué descuidada por com- pleto la función visual astral. Función que no se ejerce, dicela Fiscología, órgano que degenera. Así, pues, el órgano visual astral degeneró hundiéndose gradual- mente bajo los huesos del cráneo, y como quiera que este órgano así convertido en rudimentario (y que no puede ser otro dentro del cerebro más que la glándula pineal, glándula que se halla íntimamente relacionada con los centros del sentido fisico-visual), no podrá proporcionar al centro visual-astral (chaera) los elemen- tos necesarios para su perfecto funcionamiento, no se verificará tampoco, de consiguiente la clarividencia en la mayoría de los hombres. César Bordoy. (Continuará). Suscripción para recaudar fondos con que enjugar el déficit que originó la erección del Mausoleo en honor de la insigne escritora espiritista D." Amalia Domingo y Soler. Ptas. Déficit. 685'47 Policarpo Barrieras, de Zaragoza. 0'50' Josefa López Angulo, de Key West 1'50 Total 2'00 2'00 Total déficit. 685'47 (Sigue abierta la suscripción). El consuelo de la fe 11 A mi estimada esposa, con motivo de una operación cruenta que acaba de practicársele I Sobre la cama triste, testigo mudo de dolores y quejas é historias trágicas, sintiendo los temores y las angustias de la prueba terrible que va acercándose, yace la pobre mártir, la dulce enferma víctima de golpes que suerte infausta siguiéndonos la sombra, á nuestro acecho, propina al cuerpo débil que airada alcanza. Las salas del asilo, santo reducto donde los sufrimientos insoportables encuentran el consuelo que gaya ciencia ofrece á la desdicha, aquí constante, la queja y la agonía, ondas impuras conmoviendo el gran piélago de la desgracia. La luz del primer astro pierde su brillo, se adivina la muerte de aquella tarde; los cristales borrando su transparencia, se azulan, se ennegrecen, arde en la sala la luz que el artificio la da misterio; la noche da terrores, es un fantasma dañando las heridas de las enfermas, robándolas el sueño que las restaña. Entre ayes, estertores é insomnios ásperos se espera el nuevo día como un sedante; 12 luz y unión un ángel amoroso, de alas divinas da un beso á cada enferma: es la Esperanza. II Sobre una mesa de mármol yace un cuerpo anastesiado, el cuerpo sólo está allí; el alma intentó fugarse pero no ha podido huir. Las impurezas del cuerpo enemigas, produjeron su cosecha de dolor; hay que arrancarlas de cuajo pues su misión terminó. Y en tanto la Ciencia intrépida gana su pleito á la muerte cumpliendo el mandato fiel que de Dios ha recibido, gana otro pleito la fe. Palpitante, tembloroso, mira el espíritu absorto un cuerpo sangriento abrir, de su abstracción le distrae cierta voz de querubín. Como si unos tiernos brazos le sirvieran de regazo siente un dulce bienestar —Jesús—musita entre aromas de un jardín espiritual. Extasis indescribible siente el espíritu libre. Y el éxtasis perduró hasta adherirse de nuevo al cuerpo y á su dolor. J. Costa Pomés. REVISTA ESPIRITISTA KAHDECIAKA 13 Aclaración Por la Verdad La Revista Redención, de la Habana, cuya gran labor propagandista no Ignoraba, pero de la cual no había tenido el placer de leer ningún nú- mero, ha traído para mí, modesto obrero del taller espirita, una sorpresa que verdaderamente no esperaba. Cuando escribí mi artículo «A mi llamamiento», ya sabía que no sería del agrado de muchos; ya esperaba ser rudamente combatido, pero siempre por lo que yo decía en él, nunca por lo que no decía. Y he aquí que cuando menos me lo pensaba, uno de los hermanos que yo admiraba y admiro por la labor que sé lleva á cabo, me combate usando para ello sus gran- des dotes y conocimientos y con la particularidad de que en algunas de las opiniones que expone como contrarias á las mías, no hace más que corro- borar lo que yo en mí modesto trabajo expresaba. El artículo en cuestión es extenso, lo que quizás me obligará á exten- derme un poco también, si bien procuraré hacerme lo menos pesado posi- ble, pues no quiero molestar mucho á los espiritistas que, llevados de su afán de estudio y propaganda, leen este Semanario. Ante todo, debo manifestar mi extrañeza al ver que sin estar bien al tanto del estado del Espiritismo español, el hermano que firma dicho artícu- lo emita opiniones acerca el mismo, aumentando aun más ésta, el que estas opiniones se emitan en un momento como el actual, en que por la brillantez con que están expresadas pueden Influenciar á los que por falta de conocimientos ó por suponer exactos y bien fundados las de un escritor como el Sr. Guerrero, ó hasta por falta de medios con que basar su parecer, no se hallan en situación de juzgar por sí propios, pero pueden Influir de un modo grande en la orientación que el Espiritismo va á tomar en España. Hecha esta salvedad, debo rectificar el primero de los errores que ad- vierto en el trabajo de referencia. Yo no pretendo orientar la marcha del Espiritismo español; yo, como tantos otros hermanos, he expuesto mi opinión para que llegado el día de la Asamblea que se va á celebrar, pueda mi parecer, junto con todos los demás que se emitan ó hayan emitido, servir de base al nuevo movimiento. Una de las causas del mal entendido que forma la base del artículo del señor Guerrero, es el confundir los Centros con los Grupos y el no haber leído bien mi artículo. Un Centro espiritista es la reunión de un nú- mero de personas para estudiar, practicar y propagar el Ideal kardecista. LUZ Y UNIÓN Dentro de un Centro que puede adoptar toda clase de trabajos de propa- ganda, pueden formarse todos los Grupos de estudio que se deseen y en estos Grupos es donde deben adoptarse todas las precauciones de que habla el hermano Guerrero y que yo reputo tan necesarias como él. Está escrito este artículo en tonos que no dejan de extrañar un poco y que pueden poner á su autor en situación algo peligrosa. Califica de disparate y falta de conocimientos el hablar de magnetismo en el desarrollo de mediums, lo que verdaderamente creo es algo atrevido. ¿Le parece que pecaban por falta de conocimientos en la materia, hom- bres como Fernández Colavida, primer traductor é introductor de las obras de Kardec en España, y al que por sus grandes dotes de verdadero sabio y de propagandista los espiritistas españoles y americanos conoce- mos con el nombre de El Kardec español; el invicto vizconde de Torres Solanot, una de las más grandes lumbreras del Espiritismo; Miguel Vives, que si no escribió libros tenía conocimientos con que enseñar á muchos que pretenden hacerlo hoy, y otros que podría citar, los cuales emplearon to- dos, no diré siempre, pero sí casi siempre, el magnetismo en el desarrollo de los mediums? Yo no diré que éste sea el mejor método, pero sí digo que no debe ser tal disparate cuando hombres como los citados lo han empleado y pre- conizado, como también digo que es el sistema más usado en España. Tampoco, digo yo, que no sea por falta de estudio, el por qué sucede lo que está sucediendo, y si el autor de Por el verdadero Espiritismo hubiese leído bien mi escrito, hubiera visto que amen de confesar que hay Grupos que no tienen absolutamente nada reprochable, añadía al final del aparte que dediqué á las comunicaciones en los Grupos: Por esto creo yo, que la acción de los Grupos familiares, tal como hoy están forma dos, es más\bien.perjudicial que provechosa; con lo cual creo digo clara- mente que yo no rechazo sin ton ni son los Grupos, sino que tal como generalmente están formados, los considero perjudiciales. El párrafo en que habla de moralizar al medium, sobra; pues no es más que una modificación de forma de uno de los míos. Habla también el Sr. Guerrero de los pseudo-científicos que son con- trarios á la moral cristiana, y repite acerca de ellos lo mismo que escribí yo. Por lo visto, el digno director de Redención, cree que toda la misión del espiritista se reduce á moralizarse, instruirse por medio de las sesio- nes, hacer algo de propaganda por medio de veladas, periódicos, confe- rencias y basta. ¿Me quiere indicar el Sr. Güerrero dónde se ha visto el fracaso de las grandes agrupaciones cuando han estado bien organizadas? Conformes en que para sesiones de estudios son contraproducentes las grandes reunió- nes, pero además del estudio hay que hacer muchas otras cosas que sola- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 15 mente los Centros en primer término y en segundo las Federaciones pue- den cumplir, ya que los Grupos no tienen fuerza material para ello. La contradicción en que dice incurro, cuando hablo en favor de las grandes colectividades, sólo la puede ver quien no sepa el castellano ó no haya leído bien lo que yo decía. Entre que se recomiende se cuide bien la admisión de socios ó que se preconice la limitación del número de los mismos, hay una diferencia tan capital que verdaderamente no se concibe que haya quien confunda ambos términos. Y ahora , llega lo que podríamos llartíar la parte grave del asunto. El Sr. Guerrero dice textualmente: «Del ánálisis que acabamos de hacer, resulta: que el hermano Liberto truena contra el Espiritismo cien- tífico, rechaza la comunicación, censura la experimentación, se opone á la caridad, propone cosas contrarias á lo que dice Kardec y cuya certeza está ratificada por la práctica y el estudio». Hermano Guerrero, todo esto no es más que un cúmulo de verdaderos insultos, cuando se escribe acerca de una persona que no se conoce ni se sabe quién es. Niego, en primer lugar, que yo truene contra el Espiritismo científico. Yo trueno contra estas sesiones de fenómenos que apenas se reúnen cua- tro espiritistas pretenden celebrar, y trueno contra ellas porque la falta de cultura y preparación científica en los que las celebran les impide dar ninguna fuerza convincente á sus experimentos, porque aquel que necesite hechos para convencerse le hará más efe.cto, el testimonio de un verda- dero sabio * que en un libro afirma la certeza de los fenómenos espiritas, que no los experimentos de quienes, por falta de experiencia científica pueden haber sido víctimas de un falso medium ó de un espíritu burlón que obligue al medium á hacer fraude. Tampoco es verdad que yo rechace la comunicación. jRechazar la comunicación yo! No puede ser verdad; pero si yo no rechazo la comuni- cación cuando se obtiene racionalmente y con garantías y tratándola con el debido respeto, es decir, no pretendiendo obtener comunicaciones á todo trance como sucede en muchos sitios, en cambio califico de contrapro- ducente la práctica de la mediumnidad en la forma con que se hace en la . mayoría de los Grupos familiares españoles. Censurar la experimentación cuando no se es contrario del Espiritismo científico es cosa imposible. Pero del mismo modo que no es cosa racional que un sabio quiera hacer experimentos psíquicos teniendo en cuenta solamente las leyes físicas del mismo modo no es razonable experimentar sin conocer estas leyes. En cuanto á lo de la caridad, después de haber leído lo que el hermano Guerrero me indica, no encuentro en que funda lo que él dice. Es natural 16 luz y unión que se estudie, es naturaiísimo el afán de instruirse y yo mismo encuentro justificadas en este caso las sesiones de referencia. Pero debe el Sr. Gue- rrero fijarse que yo he hablado'de prácticas generales, no de sesiones de estudio y lo que es natural y lógico para aprender algo de lo mucho que debe aprenderse, se vuelve ridículo y peligroso cuando se toma por eos- tumbre y hábito, que es lo que sucede en los Grupos á que yo he aludido. Y ahora, ruego me dispense él hermano Guerrero si en este escrito encuentra alguna palabra que le ofenda, aunque creo que en él me mués- tro más correcto de lo que él se ha mostrado al tratarme, sin conocerme, como me trata en su artículo. Liberto. \iGio y Virtuci Un estimadísimo amigo, que hacía tiempo quería referirme algo íntimo de su vida, empezó de este modo: «Hubo un tiempo, en mi existencia, que la dorada fortuna me acarició con Vientos de fronda. Llegué á paladear todos los placeres; las mujeres más seductoras venían á ofrecerme sus provocativos encantos, atraídas por el brillo hipnótico de las sortijas y demás vanos adornos con que me ^ engalanaba. No quedaba uri sitio en donde el fausto y el vicio más desen- frenado se ostentase, que yo dejase de asistir. Allí me proclamaban señor y amo, no por mi saber, ni por mis Virtudes, sino por la- gran esplendidez con que derrochaba el dinero. »Un coro de aduladores acogían, con frases de lisonja, mis frases hue- cas de sentido y faltas de elevación moral. »Agitábase mi espíritu en continuas y amargas emociones, como pre- sintiendo que el desorden y el desarreglo más funesto presidían mis actos. »No gozaba de la dul£;e calma con que Dios premia al que después de terminar su diaria labor se entrega satisfecho y tranquilo á las gratas cari- cias del hogar y al reparador y misterioso sueño. «Carecía de casa; allí donde la noche.me sorprendía en la orgía más desordenada, entre el Vaho del alcohol y los olores impuros de las hori- zontales, pasaba la noche. «Faltábame un eslabón para subir al último peldaño del vicio, y éste se presentó. Vagando por populosa ciudad, en busca de nuevas emociones, entré en un lujoso salón. Allí el tapete verde presidía.. Los fajos de abultados billetes de banco y los montones de duros deslumhráronme. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 17 Sentí irresistible deseo de poseer todo aquel dinero, de triunfar allí como en otras partes, hacerme dueño de la suerte y despertar la envidia de los jugadores. jCuán engañado estaba! Como un autómata empecé á depositar dinero y más dinero á la primera carta, á la más próxima á mi Vista. Todo lo perdi; ni un céntimo quedó en mis bolsillos. ^Decepcionado, loco por la derrota, sali de aquella casa con el firme propósito de vengarme, de jugar nuevamente y triunfar; mi orgullo de hombre adinerado no podia tolerar tanta burla. »Estaba malhumorado, furioso; todos mis anhelos eran triunfar en el juego; ya no me preocupaba de otra cosa. »Reduje á metálico todo mi capital y me encaminé al salón maldito del tapete verde. Una mirada triunfal se dirigieron mutuamente todos los juga- dores. Una de desprecio y odio lancé altaneramente á todos. »Dió principio el juego y empecé á perder; parecía que la fatalidad me abría sus negras puertas. »Nada_me quedó; sólo una intensa fiebre de desesperación me domi- naba. En este estado de ánimo Vi á uno de los jugadores que me miraba burlonamente; lo insulté, lo arrastré á la calle, quise darle de bofetadas; pero él, con más dominio de sus actos, me cortó la acción y me dió fuer- tes porrazos en la cabeza, dejándome abandonado en el arroyo. »Seis meses pasé en triste hospital sin darme cuenta de mi situación; parecía que Dios, apiadado de mis infortunios, vedaba á mis sentidos men- tales la verdad de lo ocurrido. »Una mujer, carne de infortunio y desamparo, fué la providencia en mi nueva Vida; ella sirvióme de enfermera en mi convalescència, y fué lenta- mente, con palabras de Virtud y de cariño, dándome á conocer mi triste situación. »Aquella mujer había sufrido mucho; el destino parecía que se com- placía en martirizarla. Sin embargo, ella, siempre resignada como una mártir, no lanzaba quejas; pagaba con cariño y afectos todas sus adver- sidades. »—Yo—me dijo un día—no me quejo de mi suerte, sonrio ante el dolor. Hubo un tiempo que la contrariedad más nimia me molestaba, me hacia sufrir horriblemente; pero en medio de mi continuo sufrir parecía que una voz secreta me decía: «No maldigas el destino; trabaja y lucha y que la vir- tud sea tu norma de conducta». Y esta voz que acudía á mi cerebro, á modo de mensaje mental, en las horas de quietud, cuando el sueño me hacia olvidar tanto infortunio, me alentaba en mis sufrimientos, hacia que sonriese ante el más agudo dolor. Haz tú lo mismo; olvida lo pasado; no está el deber moral del hombre en el vicio, ni en el placer material; hay algo más elevado; hay un mundo desconocido de verdadera felicidad; ven á él; yo te mostraré sus puertas. 18 luz y unión »—¡Un mundo desconocido de verdadera felicidad!—la dije.—No; no puede haberlo para mí; lo olvidé todo: padres, deberes. He sido un mal- Vado; soy un irredento. »Y caí bañado en llanto en los brazos de aquel ángel. »Aquel llanto, que espontáneamente brotó de mis ojos, me produjo un consuelo inefable, algo que no pude explicarme, pero que fué el mensa- jero de mi regeneración. «Aquella criatura angelical quedó mirándome fijamente, con mirar dulce, de una expresión inenarrable, y me dijo: >>—Hay un ideal sublime, sólo accesible á las almas buenas y elevadas; él consuela y alegra los horizontes más negros de la Vida. ¿Sabes cuál es? La virtud, el bien, la caridad, en suma, el amor á todos los seres, sin excluir á ninguno. Vivamos para eso, para amarnos, para amar á todos como hermanos, y ten la seguridad que todos los dolores, todos los sufri- mientos caerán al soplo divino del amor... «Quedó en hondo silencio abstraída, con la vista fija al infinito, como queriendo señalarme la grandeza de la creación. «Había triunfado. «Desde aquel día nuestros pensamientos fueron uno, como uno fué nuestro amor. Vivíamos modestamente, sin egoísmos, resignados con el presente y puesta el alma en un futuro más luminoso... Jamás el dinero y los placeres materiales me habían hecho experimentar el goce intenso que mi nueva Vida me ofrecía. No teníamos riquezas, pero no carecíamos de lo necesario. No podíamos prodigar dinero al desgraciado, pero le dábamos consuelo, le infundíamos aliento en su desventura. «Desde entonces sólo ocupó mi existencia el amor puro de aquella mujer y el excelso ideal que ella me trazara. «La vida inquieta, desordenada, que me producía el vicio, tornóse en dulce, apacible, resignada. ¡Oh, amor sublime, yo te bendigo, porque al nacer ese sentimiento elevado en mi corazón, me marcaste el camino de la virtud y del bien...» Manuel Real. La actividad en el sueño En una noche de aparente calma y silencio en mi rededor, colocados los codos sobre la mesa, la cabeza apoyada en las dos manos para des- cansar un momento de la fatiga causada por el trabajo del día-, y mientras mis familiares se entregaban tranquilos al reposo, esperando al sueño como REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 19 elemento reparador necesario y como intermediario entre el cuerpo pasivo y el espíritu activo; aislado yo del general bullicio de las gentes, que pro- tusamente cruzan las anchas vías de la capital de España, retirándose de los espectáculos nocturnos y centros de recreo y distracción, me entre- gaba de lleno á la meditación, dando rienda suelta á mi alma, para que, dentro del radio de acción y actividad en que pudiera colocarse y de la esfera en que pudiera moverse por su propio impulso ó ayudada por el impulso externo de fuerzas superipres y desconocidas, caminara por el ancho espacio en busca de otras almas gemelas para sentir, querer y pensar con ellas, y así, todas unidas y compenetradas, poder elevar sus pensamientos afines á esferas más superiores, buscando á su vez inspira- ción y auxilio de espíritus más puros, que solícitos y bondadosos . quisieran inspirarlas y fortalecerlas en los crítisos momentos de la penosa situación por que atraviesa la humanidad. Confiadas todas estas almas en aquella máxima sublime del Evangelio: «Pedid y se os dará», si con fe pedís y en justicia os corresponde, muy pronto llegó á ellas una voz inarticulada, pero dulce como una melodía, sonora como el murmullo prolongado de un arro- yuelo, más tierna que el beso purísimo de una madre y más cadenciosa que el trino del suiseñor en el bosque, que dejó sentirse en medio de ellas. Un rayo luminoso, más potente que el sol que da vida, luz y calor á la Tierra y á las demás Tierras de su sistema, y que á todas acaricia como Padre amante y cariñoso, iluminó el espacio. Ellas, perplejas y extasiadas ante tanta maravilla y grandeza tanta, todas á una, cayeron de rodillas y elevaron una humilde y sencilla oración al Autor de tanta grandeza, de tanto amor y de tanta sabiduría. Aun no habían terminado, cuando la Voz misma que al principio dejara sentirse con más suavidad que la pura brisa de la Primavera, llena de aromáticos perfumes arrancados de un inmenso jardín de flores, con diferentes matices, todos á cual más bellos, les dijo: «¡Levantaos, herma- nas mías! y no os ofusque tanta grandeza para vosotros y tan insignifi- cante para el que la produjo. Escuchad: esto que para vosotros pudiera pasar por esa gloria que los sacerdotes de la Tierra pretenden hacer con- cebir á las inteligencias sencillas é ignorantes, es un pequeñísimo destello de un alma que ha sido como vosotros y que, á pesar de ser para vosotros de sorprendente elevación gerárquica, aun me falta un Infinito que reco- rrer para alcanzar las infinitas grandezas que el Universo encierra; pero franco está el paso y libre el camino que á ellas conduce, porque Dios, en su infinito poder y en su amor infinito, tiene abiertas de par en par las puertas, para que todos los seres por igual, mediante el estudio y el tra- bajo realizado en diferentes etapas, puedan todos gozar de la bienaventu- ranza, sin necesidad de intérpretes ni mediadores que intercedan, á cambio de algunas monedas, como lo hacen vuestros sacerdotes altó en la Tierra. 20 LUZ Y UNIÓN »Vosotros mismos, que me creéis un semi-dios, llegaréis á ser, no como yo soy, sino mucho más... Pero leo en vuestro pensamiento y veo que se apodera de vosotros una gran tristeza; veo decaer vuestro ánimo por una idea que os hace exclamar: jPobres almas nuestras; míseros gusa- nillos de insignificante y opaca luz, que, comparada con la tuya, es menor que la ínfima luciérnaga con el foco más potente de un arco voltaico de nuestro mundo! ¿Cuándo llegaremos? ¿cuántos miles de años ó de siglos quizá necesitarán estos pobres gusanos, que han de transformarse en cri- sálidas para ser mariposas de ligeras alas, para poder elevarse á esas inconmensurables alturas? Cuando seáis mejores, y lo seréis cuando dejéis vuestras imperfecciones; cuando dejéis los vicios y seáis virtuosas; cuando dejéis de ser orgullosas y seáis humildes; cuando dejéis de ser avaras y seáis más caritativas; cuando tiréis la venda que os pusieron en los ojos de la inteligencia vuestros sacerdotes y directores y busquéis la luz en la ciencia y en la filosofía, unidas al amor y á la fraternidad entre todos los seres sin distinción de clases ni categorías y sin distinción de razas ni de naciones; sin distinción de blancos, negros, amarillos ó cobri- zos; sin distinción de iglesias ni de cultos; sin distinción de ricos ni de pobres y sin distinción de sabios é ignorantes, porque todos ellos son humanos, hijos de la Gran Causa, de la Inteligencia Absoluta, la que todo lo llena y vivifica por medio del infinito amor. »iPero no temáis, almas de mi alma!, no os desaniméis ante el tiempo, porque el tiempo, en el infinito, no tiene realidad positiva, y de vosotras depende estrechar las distancias que, como á mí y á otras más elevadas que yo, nos separan del Infinito y Absoluto; pero todas adelan- taremos en el camino del Progreso, si todas trabajamos por el bien y para el bien de nuestros hermanos de la Tierra y de todas las Tierras que pueblan la inmensidad del espacio. Volved jbenditas de Dios! á tomar posesión de Vuestros organismos que os sirven temporalmente para realizar el programa que os habéis trazado al bajar al mundo que habitáis; y no los despreciéis, no los aniquiléis, ni los deterioréis haciéndolos inútiles é inservibles, ere- yendo que con eso adelantaréis más; no, no haced tal cosa porque conse- guiríais todo lo contrario, privaros del trabajo que debéis realizar ahora con ellos; al inutilizarlos, os veríais privados de los medios que ellos os pro- porcionan, si los sabéis dirigir, para llenar vuestros deberes y realizar Vuestro programa. Por el contrario, fortificadlos, robustecedlos y prote- gedlos contra los enemigos comunes, que son los vicios y las pasiones insanas, con el.fin de que viváis más y mejor, porque cuantos más años viváis, más podréis trabajar en pro del progreso y adelanto, si este trabajo lo realizáis para beneficiar con él desinteresadamente á vuestros hermanos, amigos y consocios, empezando por los más íntimos y acabando por los más lejanos y desconocidos. Veo también que os aterran las luchas intes- REVISTA ESPIRITISTA KARÜECIAXA 21 tinas entre las sociedades terrenas, tratando de defenderse unas y de ven- cer las otras, sin tener en cuenta la razón y la justicia en que deben apo- yarse unas y otras; pensáis que vuestras sanas intenciones que os ins- piran ahora, para Vencer de todas estas tragedias políticas, sociales y religiosas, que separadamente luchan en contra unas de otras, os harán sucumbir; pero no tengáis pena, no os acongojéis, porque todo lo que véis y mucho más que está oculto aún á vuestras miradas, debe suceder y tiene que pasar, para que se cumpla la ley de evolución y transformación de las sociedades presentes y de las que les sucedan. No os fijéis tampoco en las hecatombes que se ciernen en la cargada atmósfera terrestre por las iniquidades y las injusticias de los hombres, hecatombes necesarias y convenientes para que el reinado de la paz y de la justicia tome asiento en la Tierra, como lo ha tomado en las infinitas Tierras del Espacio, donde reina el amor puro y desinteresado. No temáis, que tras de la tempestad viene la calma, y tras de tanta zozobra é inquietud vendrá la tranquilidad y el bienestar de todas las almas afligidas que sufren persecución por la justicia». Calló la voz. Y así como al principio fuimos inundadas de luz, de ale- gría y éxtasis, nos quedamos en la más completa oscuridad, sin que pudié- ramos vernos, distinguirnos, ni sentirnos unas á otras. Un silencio profundo se cernió á nuestro derredor y sólo el crujir de algunos papeles que de la mesa se habían caído al suelo, me hizo Volver de mi meditación. jMe había dormido impensadamente! B. Rodríguez. AVI s o Recordamos á nuestros suscriptores que aun están en descubierto con esta Admistración, tanto del presente año como del anterior, la obligación contraída, pues de no cumplir cada cual con su deber seria imposible la vida de esta Revista. Les rogamos, pues, se pongan al corriente de su abono los que no lo estén. Los de España pueden aprovechar el Giro postal establecido ya en toda la nación, lo que les ahorrará gastos y molestias; para efectuarlo basta dirigirse al cartero, en los pequeños pueblos, ó á las Adminis- traciones de Correos donde las haya. Al mismo tiempo le rogamos que, al enviar un giro postal, nos es- criban una tarjeta postal indicándonos el empleo que debemos dar á la cantidad enviada. 22 LUZ Y UNIÓN Origen del Espiritismo - Su traslación á Inglaterra Los primeros sabios que lo estudiaron - La So- ciedad Dialéctica - Wallace, Varley, Crookes, Oxon Sus trabajos y conclusiones. Confepeneia dada en la Sociedad Espipi-< tista «Constaneia» por el señor Cosme ODa- riño, el miércoles 23 de Agosto de 1911. (Continuación) Agrega Wallace en su obra citada que entre los testigos oídos por el comité de la Sociedad Dialéctica figuraban el profesor Augusto de Morgan, Presidente de la Sociedad de Matemáticas de Londres y Secretario de la Sociedad Real de Astronomía, y el sabio físico Varley, ingeniero en jefe de las compañías de telegrafía internacional y trasatlántica, inventor del con- densador eléctrico, habiendo sido el que resolvió el problema de la telegrafía sub-marina. Habréis notado, señores, que las citas que hago no son de personas oscuras ó de humildes investigadores en el campo de los conocimientos hu- manos; al contrario, casi todos figuran á la cabeza de las ciencias; son los grandes inventores de fama universal, aquellos que, con su ingenio y perseverante esfuerzo hacen hablar la esfinge, rompiendo su desesperante mutismo. Es conveniente que no ignoren esto nuestros amables visitantes y, sobretodo, los jóvenes estudiosos que ignoran la enorme cantidad de esfuer- zos intelectuales y de pacientes estudios que el espiritismo ha exigido de los que con buena voluntad han descendido de sus prejuicios para hallar las pruebas de un hecho, tan aparentemente insignificante y tan tenazmente tenido por imposible y que, sin embargo, él sólo ha bastado para penetrar en el. dominio de lo invisible, para conocer las leyes y jas fuerzas ocultas y ha- cer un estudio más prolijo y exacto del hombre mismo, por la revelación de poderes que la ciencia ignoraba y ante cuyos poderes, doblaba la cerviz y enmudecía. No es prudente, ni juicioso, ni propio de un hombre modesto y bien educado negar simplemente porque sí; es decir, negar la buena fe, la perse- veranda, el recto criterio, la robustez de juicio de los hombres notables por REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 23 sus talentos y sus virtudes, nada más que porque, ellos, los que nada han estudiado, los que nada han visto ni han querido perder tiempo en la investí- gación de los hechos, creen a priori, que lo que otros han constatado en el terreno de la experimentación es una cosa imposible. Es preciso que los jóvenes estudiosos piensen que en todo tiempo han aparecido hechos, fenómenos sorprendentes, á los que también, una arro- gante petulancia ha tratrado de fulminarlos con esa palabra tan pobre y falta de buen sentido que á cada momento viene á los labios de las personas tri- viales y versátiles: ¡Imposible! Imposible fué también la electricidad. Galvani fué llamado por los sa- bios de su tiempo el maestro del baile de las ranas; los sabios de la Acade- mia Francesa declararon á Napoleón que la invención de Fultón era un im- posible y hasta en estos últimos tiempos un sabio de la Academia, ante una audición de fonógrafo, invénción que consideraba imposible, le dijo, indigna- do, al que le presentó el aparato: ¡Anda, anda, ventrílocuo! Por dignidad propia, pues, y para no tener que hacer un papel ridículo ante los hombres serios y estudiosos teniendo que retractarse de esas imperdonables ligere- zas, no deben emitir ningún juicio acabado sobre los fenómenos espiritistas, no deben tener la pretensión de que todo lo saben y todo lo han conquistado en el terreno de la verdad y del saber, cuando vemos que la ciencia tiene todos los días que modificar sus teorías, derribar conceptos que se tenían por verdades y dar paso á otros que han sido negados durante siglos. Los hombres, pues, que tengo el honor de presentaros en esta conferencia, son hombres ilustres, no son reblandecidos como algunos han dicho, pues se Ies ha Visto que antes y después de abrazar el Espiritismo han seguido demostrando el Vigor de su inteligencia y la fuerza de su invectiva. Morgan escribió un libro titulado From Master of spirit, en el que de- clara lo siguiente: «Estoy perfectamente convencido de todo cuanto he vis- to y oído, de manera que toda duda me es imposible. Los espiritistas están evidentemente sobre el terreno que conduce al adelanto de las ciencias psí- quicas; sus opositores son los representantes de aquellos que ponen trabas al progreso». Varley escribió al célebre positivista Tyndall en 1868, llamándole la atención sobre los fenómenos sorprendentes que él había constatado con el célebre medium Duglas Home; le decía que los hechos eran evidentes, pues él para comprobarlos, había tomado todas las precauciones imaginables para no ser víctima del fraude ó mistificación, y á su pesar y contra sus ideas adquiridas, había llegado á convencerse de la realidad de los hechos espiritistas. Aparte de la comunicación por las mesas parlantes, recurso muy poco empleado por los norte-americanos y los ingleses, se generalizó el fenómeno de la escritura directa, el cual, bien entendido, suministra la más acabada 24 LUZ Y UNIÓN prueba de que existe una inteligencia invisible ó una fuerza psíquica, inde- pendiente de la de los experimentadores, dispuesta en todo momento á en- trar en comunicación con nuestro mundo corpóreo. Se entiende por escritura directa la que aparece entre pizarras, en el papel y también en el aire, sin que para ello intervenga ninguna mano ó fuerza Visible y cuyo modus operandi es desconocido de los observa- dores. La escritura directa, como todos los fenómenos hipnóticos, magnéticos y espiritistas, se ha observado desde la más remota antigüedad. En este sen- tido, la ciencia moderna que la estudia, no puede pretender su descubrimien- to; á ella, únicamente le toca fijar su naturaleza y las leyes que la rigen. Desde las célebres palabras: Mane, Thecel, Phares, queaparecieron de improviso, escritas en las paredes dal palacio de Baltasar, rey de Babilonia, en el festín cuyas proporciones desbordantes, sacrilegas y voluptuosas, han pasado á la posteridad; desde las no menos asombrosas palabras que vió Constantino en el horizonte: in hoc signo vinces, con una cruz dibujada, profecía que también se cumplió con toda exactitud, hasta las experiencias del barón de Guldenstubbe, del naturalista ya nombrado, Russell Wallace, del célebre astrónomo aleman Zoellner, del profesor de la Universidad de Cambridge Mr. Oxon y de muchísimos otros, todos esos innumerables y bien constatados fenómenos de escritura directa han ayudado eficazmente á formar la convicción de que, como hemos dicho, existen en el mundo invisi- ble que nos rodea, fuerzas inteligentes, dispuestas á hacer sentir su presen- cia, siempre que hallen á mano los medios adecuados. Hemos sido testigos de la escritura directa en esta capital, por la me- diumnidad del medium E. Slade, y entonces pudimos convencernos de su veracidad por experiencias propias y rodeadas de circunstancias que favo- recían nuestra observación y la imposibilidad de cualquier fraude. Este mis- mo medium Slade fué el que convirtió al Espiritismo al célebre astrónomo aleman Zoellner ya nombrado y á los profesores de la Universidad de Leipzig, Weber y Fechner, también alemanes. La prensa de esta capital nombró sus representantes y las crónicas que publicó entonces, atestiguan la realidad del fenómeno. No nos detendremos en estos detalles porque teñe- mos que ocuparnos de otros personajes ingleses que hicieron profesión de fe espiritista reconociendo los hechos como reales. Lo que mayor asombro causó entre los ingleses fueron los fenómenos de apariciones, á pesar de que toda la historia humana está salpicada de sus relatos. Estas apariciones ó fantasmas de los muertos según unos y fantasmas de los vivos según otros, se producen presentándose á la vista del observa- dor formas de personas ya fallecidas y aparentemente con el mismo cuerpo que animaron en vida, pero en realidad, con el doble astral ó el doble fluídi- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA CO que es lo que llamamos nosotros periespíritu, ó sea la envoltura ó cuerpo íluídico invariable del espíritu que acompaña á éste, sea en la vida material, sea en la espiritual y le sirve de intermediario ó medio de comunicación con los demás seres. Aquí, en esta misma sala, hemos oído la objeción presenta- da por un joven estudiante de que, muerto el cuerpo material y disgregadas sus moléculas ya no es posible, al alma, en el supuesto que siga existiendo, volver á rehacer y componer su organismo, cuando ya sus moléculas forma- rán parte de otros organismos ó se hallarán diseminadas en la naturaleza, obedeciendo á las leyes de la evolución, y formación de nuevos orga- nismos. Esta objeción tiene su origen en una falsa interpretación de la naturale- za del fenómeno de materialización. El espíritu de un hombre muerto, para hecerse visible afectando la misma forma que tuvo en su pasada existencia ó en otras anteriores, no necesita dedicarse á la tarea de acumular nueva- mente las moléculas de aquellos que ya no existen, le basta condensar su propio cuerpo fluídico ó periespíritu obrando en el gran laboratorio de la naturaleza, de los fluidos y del mismo principio vital del medium ó de los presentes. De esta manera puede condensar su cuerpo espiritual ó doble espiritual, como le llaman los psicólogos modernos que se dedican á la cien- cia del espíritu, y presentarse bajo una forma idéntica á la que animó en su pasada existencia. Puede articular sonidos,, hablar, moverse, aparentar los latidos del corazón y hasta en ciertos casos, como en el de Crookes, dejarse tomar la temperatura, pero todos estos recursos de apariencia momentá- nea, no los saca de su viejo cuerpo material que en la mayoría de los casos se ha hecho polvo, sino del gran laboratorio de la naturaleza que tienen á su disposición y que no se requiere otro requisito, para combinarlos, que el de saber maniobrar en ellos, lo mismo que un químico que tiene á su disposi- sición los elementos indispensables para sus combinaciones, nada más que porque ha aprendido á hacerlos. Asimismo hacen los espíritus. (Concluirá) Una historia (Continuación) Aquel desgraciado niño nacido en el castillo y huérfano de su madre, creció al amparo y bajo los cuidados interesados de los servidores de su padre, que como es natural, no se cuidaron de inculcar en su alma los principios de amor y caridad basados en la moral universal, sino que sólo procuraron halagar sus pasiones, satisfacer sus más fútiles caprichos y llevarlo al convencimiento de 26 LUZ Y UNIÓN que era un sér diferente á los demás hombres, que todos le debían acatamiento y sumisión, y que en el mundo no había otra ley que su voluntad; pero su alma, en la que existía el germen de la angélica de su desgraciada madre, amalgama- da con las perversidades de la del padre, luchaba y se debatía contra lo que sentía en lo íntimo de su sér y las enseñanzas que recibía. De esta lucha entre el bien y el mal, de este titánico esfuerzo ejecutado en las profundida- des de su intimidad, resultó lo que no podía dejar de suceder, un sér melancó- lico y pensativo ensimismado en una idea profunda,, es decir, un misántropo, pero misántropo particular, pues en la edad florida de las ilusiones, cuando todo sonríe al hombre y los horizontes y las perspectivas de la vida están teñidas de un rosáceo color, él, al contrario de la mayoría de los de su edad, buscaba la soledad y el aislamiento ó bien trataba de aturdirse en los torbellinos de las partidas de caza para desterrar su aburrimiento. Su padre poco ó nada se ocupaba de él, y entregado absolutamente á sus propios instintos, podía llegar á ser ó un monstruo de perversidad ó un dechado de benevolencia, según los impulsos de su espíritu se dirigieran ó fueran dirigi- dos en uno ú otro sentido; pero la mezcla de distintos afectos depositada en su naturaleza por los diversos manantiales de su origen, creó un sér mixto de altivez y orgullo con caridad y condescendencia. Al morir su padre y quedar en posesión de aquellos inmensos bienes, tuvo que decidir y determinar su línea de conducta para el porvenir; y su corazón, solicitado más que todo por los afectos maternos, se inclinó y decidió por la bondad y benevolencia, y aquella fortaleza que había sido el espanto de los habitantes de la comarca, se transformó en la casa de misericordia donde todos los desgraciados hallaban consuelo á sus penas, alivio á sus dolores y satis- facción á sus necesidades. El hijo de los campesinos que ya conocemos, pasó de paje al servició de su joven señor, y era tan querido de éste, que salvo las pequeñas diferencias del ropaje, nadie lo hubiera creído un servidor, sino otro igual al que servía. A la vez que estos dos seres, la hija del artífice crecía y se desarrollaba con una belleza casi prodigiosa. Un día hubo necesidad que el gentil paje pasara á la ciudad en comisión de su señor para la construcción de una joya deseada. La casualidad hizo que al verse, sus almas se reconocieran, y de este espontáneo reconocimiento nació uu amor tan intenso y profundo que sin mani- festárselo de palabra, quedaron encadenados el gentil mancebo y la bellísima doncella. Cumplida su misión y vuelto á dar conocimiento del resultado, hubo el paje de manifestar al señor, su amigo, la impresión profunda que traía en el alma, de la graciosa y simpática doncella; y el señor, que como ya se ha dicho, más que señor era amigo verdadero de su paje, le ofreció su ayuda y protección para el logro de sus honestos deseos, á cuyo efecto, bajaron ambos á la ciudad y el caballero por sí y en nombre de su amigo, pidió y obtuvo la mano de la bella hija del famoso artífice. Realizada la unión de estos dos dichosos seres, trasladaron su residencia al castillo y en aquellas lóbregas y desiertas estancias donde sólo habían resonado los pasos de los soldados y los suspiros del castellano, se oyeron risas y cantos y fueron iluminadas con los esplendores luminosos de los fecun- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 27 dos rayos del puro y santo amor de dos almas gemelas que á través del tiempo y del espacio, se volvían á reunir sobre la Tierra. De esta santa fusión, de este amor santo, nació un tierno y delicado infante, y sus gritos y sus llantos, y sus risas y sus alegrías infantiles vinieron á aumentar los esplendores de aquella feliz mansión. Las luchas señaladas al comienzo de esta segunda parte, seguian agitando la sociedad civil que se debatía, impotente, para terminarla. El poder real trataba por todos los medios de anular el poder feudal, y el teocrático de imponer á todos su supremacia. La idea de la conquista de tierra santa, seguía latente en el seno de la sociedad feudal, y la segunda cruzada se preparaba á seguir la senda mortal de la primera. Los habitantes del castillo, cristianos convencidos, trataron varias veces este asunto, y el señor que no hallaba distracción ni consuelo á la soledad de su espíritu en nada de lo que le cercaba, determinó concurrir á la conquista del sagrado sepulcro. Su fiel amigo, el paje, no se atrevió á manifestar la contra- riedad que esto le causaba y al recibir la orden de su señor y comunicarla á su amante esposa, con el alma acongojada por la pena, ésta hubo de conso- larle manifestando á su afligido esposo, que puesto que tantas mujeres concu- rrían con sus deudos al rescate santo, ella sería una de tantas y les serviría en la peregrinación tanto ó más que las armas que llevaban, pues ella y su hijo le habían de dar más valor y fortaleza que todos los aceros y todas las defensas. La segunda cruzada, predicada por San Bernardo y mandada por Luis Vil y Conrado 111, se lanzó sobre el Asia como una inundación, destruyendo á su paso los diques que se le oponían y arrasando cuantos obstáculos encontraba en su camino, pero dejando una estela de muerte y de miseria que jaloneaba su ca- mino. Las áridas llanuras de Siria y Palestina fueron sepulcro de innumerables víctimas, tanto de la guerra como del hambre y la sed. La lucha entablada cruel y desesperada, como lucha de razas y religiones, era despiadada y sin misericordia; los rezagados morían indefectiblemente al filo de las armas musulmanas, y los que por un gigante esfuerzo de su natura- leza continuaban su camino, morían la mayor parte en el más cruel y despiada- do abandono. Los protagonistas de nuestra historia, después de haber atrave- sado Europa y la mayor parte del Asia, formando un grupo compacto y unido en que mutuamente se auxiliaban y protegían, se encontraron en la más san- grienta batalla en que las cruzadas vencidas y derrotadas, hubieron de aban- donar en vergonzosa huida sus muertos, sus heridos y sus impedidos. En este terrible torbellino de espanto, envueltos y apartados del cuerpo principal de los fugitivos, encontráronse solos y aislados en país enemigo, y por su mayor desventura, desconocido de ellos. Varios días vagaron al azar sopor- tando el irresistible calor del sol abrasador que caía como metal fundido sobre la hirviente arena, y sufriendo la implacable y malsana atmósfera de sus eternas y calurosas noches. Cansados, rendidos, sin asilo, sin esperanzas y careciendo de todo lo necesario, sus naturalezas se quebrantaron en pocos días, y el paje dejó de existir, siendo piadosamente sepultado su cuerpo por su fiel esposa y cariñoso señor. La odisea continuó aun algunos días; el camino seguido á la ventura parecía 28 LUZ Y UNIÓN no tener fin, y como por el temor de una muerte más cruel y despiadada habían de apartarse de todo lugar habitado, los tormentos de todas las necesidades reunidas, pusieron fin á los días de la desdichada esposa y madre, que dándose cuenta exacta de su postrer aliento, rogó y obtuvo de su señor promesa y jura- mento de que su hijo no sería abandonado y que en caso de salvación tendría en él un protector y un padre, y murió dando á su hijo con el postrer aliento la última gota de su fecundo manantial de vida, y fija su mirada en la de su señor, mirada en que se condensaba y resumía todo el cariño de madre recordan- do lo prometido para su hijo. Las arenas del desierto sirvieron de sudario al delicado cuerpo de la infeliz. El caballero lloró y oró sobre la sepultura, imploró el auxilio del cielo, y fortalecido por la oración y la esperanza, recogió al niño y en una marcha á la desesperada, sin rumbo y sin dirección fija, logró encontrar un,grupo de fugitivos á los que se unió para continuar el camino de la común salvación. Dios tuvo misericordia de ellos y pudieron llegar á la orilla del mar, donde fueron recogidos y llevados á Francia en uno de los muchos buques que con este objeto costeaban. Las penas, las tristezas, los sufrimientos y los desengaños habían depositado en el alma del caballero tanta amargura y tanta desilusión del mundo y sus vanidades, qne en el monasterio enclavado en su señorío ingresó como simple monge, legando todos süs bienes en beneficio de la comunidad con la condición de que su ahijado sería reintegrado en ellos al cumplir los 25 años. Cuidado el niño con esmero y cariño en la pura atmósfera de la sociedad mo- nacal, llegó á ser un joven fuerte y robusto, dulce y caritativo. Instruido en todos los conocimientos de aquellos benditos seres que apartados de las vani- dades del mundo, eran archivo y depósito de la sabiduría de su época, se hizo notable por su aplicación y por su despejada inteligencia. El caballero llegó á ser el jefe de la comunidad, y en avanzada edad, rodeado por sus compañeros y con la tranquilidad de una alma pura y un corazón sano, entregó su cuerpo á la tierra y su espíritu á Dios, redimidas ya sus anterio- res faltas en la vida constante de austeridad y de virtud que había seguido, y más que todo por el meritorio hecho del apadrinamiento del desgraciado niño huérfano recogido en la abrasada arena del desierto asiático. Muerto su protector, llegado á la edad convenida, el mancebo confirmó para siempre la donación de su protector, y humilde y sabio terminó su existencia, querido, respetado y llorado por todos sus hermanos, y su espíritu redimido voló á reunirse con los de sus padres naturales y adoptivo que le esperaban en la frontera del infinito. Las almas de estos cuatro seres, redimidos por la prueba sufrida con resig- nación y sin protesta, fueron á reunirse en el espacio infinito, libres de toda influencia terrena y perfectamente desligadas de la materia y de sus tiranías y como que uno de los progresos más evidentes es la contemplación del Universo, en la que puede apreciarse la omnipotencia y sabiduría de Dios, les fué conce- dido por la Divina Bondad, la contemplación más grandiosa del más sublime es- pectáculo, que vedado á la pobre humanidad, sólo pueden contemplar los elegidos del Sublime, que por sus virtudes se han hecho merecedores de tan excelsa gra- da. Colocados en el punto conveniente, aquellos espíritus pudieron contem- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 29 piar atónitos, una bien pequeña parte de la obra grandiosa del Sublime, 3? con los ojos del alma ver lo que por muchos tiempos queda oculto á la mayor parte de los espíritus que de ese ú otros mundos pasan á la fuente de su origen. Torbellinos de mundos y de soles volcándose incesantemente en el espacio como catarata infinita; sistemas y sistemas planetarios sin número y medida cayendo infinitamente en el infinito; torrentes de luz y de colores hasta en- tonces desconocidos; mundos en formación, embriones de sistemas planetarios como inmenso chisporroteo de colosal hoguera se ofrecieron á la absorta contem- ción de los cuatro seres que habían sido sometidos á las pruebas referidas. De la contemplación de tanta maravilla, habían de sacar todavía más puras sus almas redimidas, y de la misma aprender y considerar la grandeza del Gran- de, que les permitía poder apreciar, aunque en ínfima parte, la inmensidad de la sublime Creación; porque habéis de saber, mis queridos hermanos, que es tanto y tan sublime lo que se puede contemplar, y tanta la admiración que causa, que el alma absorta ante la grandeza sublime se entrega esclava de la admira- ción al éxtasis divino de la adoración y acrecienta de esta manera la marcha hacia el origen de la vida, hacia el Sublime Creador, -f' ' Si pudiera vuestra mente forjar algo parecido á lo que aun con el auxilio de los más poderosos telescopios se oculta á vuestra vista; si pudiera vues- i tro organismo visual abarcar de un solo golpe parte del espacio que os es ; desconocido y pudierais ver en una sola ojeada el conjunto de una sola de las infinitas maravillas que Dios tiene creadas; entonces, pobres, desgraciados y débiles mortales, quedaríais poco menos que anonadados ante tanta grandeza, y vuestro necio orgullo desaparecería absolutamente, pues tan pequeños, tan mise- rabies, tan débiles os encontraríais ante la majestad sublime, que hundiendo vuestra frente en el repugnante polvo de vuestra mísera Tierra todavía os en- contrariáis poco humillados y os hallaríais indignos de alzar la vista hasta el Eterno. Los espacios infinitos poblados de soles y de mundos que giran sin cesar, se renuevan para dar lugar á otros y otros sin fin y sin medida en la in- mensidad del infinito como las arenas en vuestros desiertos, y sobre estas arenas llenándolas de vida, flota el espíritu Grande, del Sublime, del Ignoto, del Innombrable, porque no puede tener nombre el que no ha tenido principio ni tiene fin. Tan sublime, tan variado es el grandioso espectáculo que es inenarra- ble en el humano entendimiento y en el lenguage humano, ni hay imágenes ni palabras para poder expresar su magnificencia, y el que una sola vez ha contem- piado algo de lo que no acierto á explicar, queda de tal modo absorto y orisionero de su grandeza, que sólo un deseo, sólo un pensamiento, sólo una aspiración le queda: adorar y admirar al Sublime, y como la mariposa de vuestro mundo, pre- cipitarse hacia el ardiente foco del amor infinito para en él consumirse y de él formar parte. (Concluirá; De todo libro que se envíe un ejemplar á esta Redacción, se dará cuenta de su aparición, y si dos, se hará juicio crítico sobre el mismo. 30 LUZ Y UNIÓN A nuestros suscriptores Prosiguiendo esta Revista su costumbre de regalar á sus suscriptores cada año un libro de verdadero valor, les anunciamos que el presente año 1912 se regalará uno de Mr. León Denis, titulado: El Qran Enigma Las conciciones en que se servirá el libro son las siguientes: El libro de regalo se entregará encuadernado ó en rústica. Los suscriptores de fuera de Barcelona deberán remitir junto con el valor de la suscripción, media peseta para la remisión del libro de regalo por correo y certificado. Los que quieran recibir el libro encuadernado en tela deberán remitir, además, una peseta, valor de la encuademación. De modo, que los abonados que recojan el libro en esta Administración, solo deberán pagar 7 pesetas de su suscripción y una más en caso de quererlo encuadernado. Los del resto de España, deberán remitir 7'50 pesetas si lo quieren en rústica y 8'50 pesetas si lo quieren en tela. Los del extranjero deberán remitir 12'50 ó 13'50 pesetas, según si lo quieren en rústica ó en tela respectivamente. No tendrán derecho al libro de regalo los que no efectúen el pago de la suscripción durante el año 1912 y no estén al corriente de la del año 1911, caso de haber estado suscriptos en dicho año. Llamamos también la atención de nuestros suscriptores que tengan deseos de guardar la colección completa de este año, se sirvan repasar los números que tienen en su poder, á fin de que si les falta alguno puedan pedirlo con tiempo á esta Administración ó al corresponsal que se la sirva. Suplicamos á nuestros abonados se sirvan ponerse al corriente de su pago para la buena marcha de esta Administración. Consideramos como suscriptores en este año á todos los del pasado que no nos hayan notificado su deseo en contra. Para la remisión de fondos, los de España pueden aprovechar el Giro postal establecido ya en toda la nación, lo que les ahorrará gastos y mo- lestias; para efectuarlo basta dirigirse al cartero, en los pequeños pueblos, ó á las administraciones de correos donde las haya. Los del extranjero pueden hacerlo por medio de letras de fácil cobro sobre esta plaza, en billetes dollars ó por medio del corresponsal que les sirva la Revista. Ecos y noticias Hemos recibido los primeros números de La Luz del Porvenir, revista 31 quincenal que se publica en Valencia como continuación de la del mismo nombre que veía la luz en Villena. . v:'.v Deseamos larga y próspera vida al nuevocoléga, con quien gustosos esta- blecemos el cambio. Nueva corporación de estudios psíquicos . —Se nos comunica la re- ciente creación en París de la «Société Internacionale de Recherches Psy- chiques», cuyo principal fin es agrupar á las personas que se ocupan práctica ó teóricamente de las ciencias que se relacionan con el Psiquismo. Sus esfuerzos tienden al estudio, al desarrollo y á la propagación de las diferentes ciencias, aún poco profundizadas ó mal conocidas, comprendidas bajo la denominación general de Ciencias Psíquicas, así como á facilitar los medios y vías de expío- ración á todos aquellos que deseen emprender estudios en este sentido. Dicha sociedad ha sido creada bajo los auspicios de los Sres. Maurice de Rusnack, Papus, Donauo, Fabius de Champville, Henri Mager, Evariste Garran- ce. Marc Mario, Eugène Eiguière, Fernand Girord, Alexandre Mercereau, M. ^ C. Poinsot, Jacques Nayral, Georges Siebert, Maurice Duplan, Sylvain Déclan- tine, Gastón Bourgeat, Frédéric Valette, Bartelémy Ponnet, Jaudon, H. C. James y las Sras. Marie Stahl y Josselme Monroe. El local central de la Sociedad es el mismo de la revista La Vie Misterieuse, 3, rue de l'Estrapade, en París, á donde deben dirigirse todas las adhesiones. Sueño hereditario precursor de la muerte .—Refiere The Medium, que una familia oriunda deSuecia preséntala extraña particularidad de que todos los individuos que la componen se duermen profundamente antes de morir. Recientemente se han realizado dos casos: el marido murió después de siete días de sueño continuo, y su mujer murió tras un largo sueño de cinco días. ■ Lo más notable es que quedan como cataleptizados, y no se puede des- cubrir indicio de enfermedad. La's adivinaciones de Sarah Bernhardt . La gran Sarah Bernhardt, ya sin fuerzas para seguir siendo, en el teatro, Antígona ó Ifigenia, acaba de des- cubrir que, en la vida, podría muy bien ser Casandra. En efecto, reuniendo ; sus más interesantes recuerdos, nota de pronto que en muchas ocasiones su don de doble vista ha dado pruebas evidentes de existir. '' Muy niña, muy niña, cuando aun no había hecho su primera comunión, su /. madre tuvo necesidad de llevarla á Normandía, en busca de un pariente rico, propietario de un castillo señorial. El tren dejó á la futura estrellay á su madre á media legua del lugar á donde tenían que ir. J: —Yo no conozco el camino—dijo la madre. —No importa—contestó la niña.—Yo lo conozco. 32 LUZ Y UNIÓN —¿Tú?... ¡Pero si nunca has venido por aquí!... —¡Lo conozco, te repito!... Conozco el castillo también. Y obedeciendo á una fuerza misteriosa, hizo una descripción tan exacta de la mansión señorial de su pariente, que la buena mamá acabó por decir: —Es cierto, es cierto... Guíame, pues, por el camino que allá ha de llevarnos. Una hora después, Sarah llamaba á la puerta del puente levadizo. Otro día, mucho más tarde, encontrándose en Nueva York, sintió que su hijo, que se había quedado en París, iba á caer enfermo. — ¡Esta noche!—exclamó. Al día siguiente un cablegrama, anunciándole una repentina enfermedad de su «petit» Mauricio, confirmóle la veracidad de su triste adivinación. Algo más tarde, en el curso de un viaje, tuvo una visión espantosa. Su hijo pasaba por una calle de París... Detrás de él iba un perro jadeante... De pronto, el perro se precipitaba contra Mauricio y le mordía la pierna izquierda. La gente del barrio gritaba: «Es el perro que tiene rabia». Asustada de tal visión, Sarah corrió hacia la oficina de telégrafos y puso un despacho, diciendo: «Inquieta por Mauricio; decidme si le pasa algo». Unas cuantas horas más tarde, la respuesta de París decía: «Mordido por un perro rabioso y curado por Instituto Pasteur». Pero esto no es todo. Antes de cada viaje, la gran artista ha tenido siempre la adivinación exacta, escrupulosa, casi matemática de los lugares que va á " visitar, Nueva York, Madrid, Buenos Aires, el Cairo, Londres; todos los posorios de su constante romería le han aparecido en sueños antes de presen- társele en la realidad. «En todas las circunstancias importantes ó graves de la vida—escribe Sarah, —el fenómeno de la profecía se ha producido neto y terrible. Lo favorable, como lo adverso, lo he visto con la fantasía antes de verlo con los ojos. Esto- con la edad aumenta». Ya lo veis. La divina trágica ha sido siempre una adivina. Y si hasta hoy nos lo había dicho, es, probablemente, porque sus quehaceres artísticos no le deja- ban tiempo para pensar en su misión sibilina. Pero ahora que sus sesenta años sonados, y aun pasados, parecen indicarle que el momento del retiro ha llegado, desea, sin duda, aprovechar su milagrosa ciencia, disputando á Mme. deThébes el centro á la adivinación.— Gómez Carrillo. En el entierro civil del que fué nuestro correligionario y amigo don José Valls Vilaplana, efectuado en la tarde del 15, se pusieron de manifiesto las muchas sim- patías y amistades de que gozaba el finado, con el crecido número de concurrentes á la manifestación de duelo. Asistieron representantes de Centros espiritistas y republicanos, de los pe- riódicos Luzf Unión y este Semanario, Lumen y Fraternidad, de Tarrasa y de Alcoy respectivamente. En el momento del sepelio leyó un trabajo alusivo al acto nuestro correligio- nario Eduardo Pascual. ¡Paz al espíritu liberto! Obras qoe se hallan de venta en la Administración de esta Revista Pías. Pías. Nuestras fucrsas mentales, por Preii- Diálogo entro un Espíritu y su Guia. lice Mullord. Consta de 4 tomos . . 40 Un tomito en 8." de 48 páginas . . 0'5Ü Arte de ser felis, por W. J. Colville. Un ¿Son eternas Las penas del Infierno? Fo- tomo en 4 ° rústica :í lleto en 4.° mayor 0'25 ríncuadernado en tela y oro . . . 4'ó0 Ramos de violetas, por Amalia Domin- Los fenómenos de Villa Carmen. Un go Soler. Se han publicado 4 t. en 8.° tomo en 4.° rústica mayor. Los 4 t., en rústica, con el re- lin tela 4'50 trato de la autora en la cubierta . . 4 La Inmortalidad del Hombre, por el En tela y tapas especiales .... 8 Dr. J. M. Peebles 0'50 Los 4 tomos, formando dos volúme- Album de en tela 7 fotografías de espiritas. Ri- nes, y plancha Tomos sueltos: cada en rústica. I quisirnamente encuadernado uno, ... 3 Encuadernado en tela 2 Do la Idea de Dios, por León Deuis . O'oO Memorias de un La Vos ¡Te de la India, Luis Jacolliot. Espíritu. perdono! por ("onsta de 8 ts. en 8.° m En rústica. 8 Un tomo en 8.° en rústica .... 1 Encuadernados en tela oro ... 16 lín tela y 3 Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, Id Colectieismo integral reeoluciona- en tela y oro 14 rio, por.Eduardo Boulard. Dos tomos Tomos sueltos; Cada uno, en rústica . I <■11 4." en rústica 3 Encuadernado en tela 2 En tela, en un solo tomo 4'50 Marietta. Un tomo en 8 ", de 461 pá- lAbajo la pena de muerte! Folleto por ginas. En rústica 2'50 D. Salvador Pons, presbítero . . . ü'50 En tela y oro 3'50 7 exto de enseñansa dominical y de lee- Ventajas del Espiritismo. Fto. do 8 ps. 0"05 , jjira para las Escuelas espiritistas, La ^r Divina. Un D. Felipe Senillosa. Un Tragedia elegante tomo en tomo, escrito en en 4.° me- 4." mayor en rústica catalán, 2 nor. Edición bibliófilo 3 En tela y oro 3'50 Edición corriente I La Psicologia de las Religiones, por Elementos de una nueva D. Joaquín J. Fernández. Un ele- ciencia, por Mariano Ruth Sinué. Un tomo en gante tomo 8." mayor rústica ... 1 4.°, en rústica 3'56 Encuadernado en tela y oro ... 2 En tela y plancha 5 Colección de Oraciones. Nuevo devo- Curtas de Onofre Vi- clonarlo espiritista. Un ultratumba, voluminoso por ladot. Un torno en i.°, en rústica. . 2 t. en 8.° m., tipos claros, en rústica. 1 Encuadernado en tela oro . . . 3'5d Encuadernado en cartoné .... l'üO y En tela y oro 2 Katie-King. Espiritismo Moderno. Un t. en Guia práctica del 8.°, cubierta, rústica. 2 Espiritista, por don elegante Encuadernado en Miguel Vives. Un tela y oi'o . . . 3'.b0 tomo en 8.° ma- sobre la enseñansa yor en rústica 1 Ensayo filosófica del Encuadernado en tela, á la inglesa . 1'50 Magnetismo, por el Barón du Potet. Un t. de Tesoro de 280 en rústica. 3 consuelos 8.°, y modo de vivir páginas, En tela colores 4'50 cristianamente. Un elegante tomo y en 8.° prolongado, en rústica 3 Alfieri el Marino. Un t. en 8.°, rústica 2 . . . . Encuadernado Encuadernado en tela plancha. en tela y plancha. . 3'50 y . 4'50 La Ciencia de la vida ó la caridad Impresiones de un loco, por César Ba.s- en acción. Un tomo en 4." mayor rústica. 2 sois. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 En tela y plancha . 3'50 En tela y oro 3'50 La Guerra es el Infierno. Un t. de 48 0'5Ü La Verdad ps. frente á frente del Error. Un t. de 238 en rústica . 3 Misterios del alma, págs., 4.°, por Virgilio. Un En tela 4'50 tomo en 8." prolongado, en rústica 1 y plancha . En tela y rótulo. 2 Lus y Vida (Manual del Creyente). Un tomo de 272 en rústica. 3 Fatalismo de la Expiación. Fto. en 4.° 0*50 páginas 4.°, En tela y oro 4'50 ¡Los muertos viven! ¡No los lloréis! Avantismo. Colección de artículos filo- Consolador folleto de 10 páginas . . OMO sóficos, científicos, morales y psico- La misericordia es la justicia en su lógicos, por Bruno Miguel Mayol. Un más elevado concepto. Un iblleto de tomo en 8." de 161 págs. En rústica. 2 32 páginas 0'25 En tela v oro. ..... 3'ñO PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN España, un año 7 pesetas — Extranjero, un año 12 pesetas CPAGO ADELANTADO) Se ruega á los Sres. suscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de ia obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en ia Administración, y ios que ia deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instpueeiones para el abono de las susepipeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos ó billetes de Banco. EXTRANGERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán ai cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. Colecciones de LUZ Y UNION, con sn correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909 y 1910, á 7'50^ pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que deseen la colección de la Revista encnadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obpas publicadas pop esta Revista Año 1907: La Religión Futura.—A\\o 1908: Elementos de una nueva Ciencia.—Año 1909: Xa Verdad frente á frente del Error.—A\\o 1910: Album de fotografías espiritistas.— Año 1911: Imiz y Vida (Manual del Creyente). Obra de regalo para el presente aflo: EL GRAN ENIGMA - Dios y el Universo POR LEÓKr iDBisrxs Imo. de LUZ Y UNION, Rambla de Cataluña. 118.—Barcelona Año XIII Abril de 1912 Num. 4 Eedacción y Administración: Rambla Cataluña, 118 - Barcelona (España) ^ SUMARIO.—León Hipólito Denizard Rivail (Alian Kardec).—Acróstico, por la Re- dacción. - Alian Kardec, por Salvador Sellés.—A Kardec, por Huelbes Tinnprado.— Mi adoración y mi amor al Padre-Mi admiración y mi amor al Señor-Mi gratitud y mi amor á Kardec, por Miguel Vives. — Los libros del Maestro, por Teófilo. - ¡Gratitudl, por Covirael Ropen. — La Verdad, por Tomás Campano y Touzet.— Paso.s de gigante, por M. Gimeno. —Coloquio, por José Blanco Coris.—Kardec y Marconi.—Gratitud, por J. Costa Pomés.-A Kardec, por Mariano Aguilar.—A Alian Kardec, por Angel Aguarod.—A Alian Kardec, por Juan Aguilar.—La obra de Kardec como filosofía y como ciencia, por Eugenio Garcia Gonzalo.—A Kardec, por César Bordoy. —Federa- ción Espiritista Española (en proyecto). Corresponsales Administrativos ic«».—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Pnerto-Rico.—Faustino Isona, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4- altos, PONCE. Cnba.—Ignacio Larramendi, calle E. Villuendas. 4G, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana baja, 26, SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Iiifiesta, calle Cuba, 34, HABANA—Fau'itino Serio, Calle de Cuba, 27, HOLGUÍN. —Armando J. Raggi, Apar- tado, 17, CAIBARIEN.—José Casals, YAGUAJaY (Oriente-Cuba).- D . Manuel Mateo, S. Fernando, 40, CAMAGÜE Y. Filipinas.—José León, apartado 130, MANILA. República «le Owlonibia.—Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés, O, BO- GOTA. República «leí Salva«lor (C. A.) - Luciano Cenedella, SANT.A ANA. República Argentina.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraola, NECOCHEA.—Manuel Torres, SANTA FE.—Francisco Mogollón, «Centro La Paz», Calle Misiones, 126, BAHLA BLANCA. República de Costa Rica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSE DE COSTA RICA. Rrasil.—Joao Diogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA CONQUISTA (Estado de Babia). República Dominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. República de Kicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 162, MANAGUA República del Fcnador.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Chile», 4, QUITO. República de Hon«lara!c I A1 que duda y al que niega, II eva fe consoladora; a 1 que sufre y al que llora, n ueva que calma y sosiega; K rishna, Budha y Cristro á ciega a doración ha sustraído; ritos y dogmas fundido d e amor en fraterno abrazo; e 1 en amoroso lazo c lencia y religión ha unido. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 99 Alian Kardec Que Kardec fué un talento y una ilustración, es indu- dable; que ejerció un apostolado, nadie lo niega; que por esto se le debe gratitud, está en la conciencia de todos. Pero no es esto lo que representa Kardec: Kardec represen- ta la revelación más grande que ha tenido el mortal sobre la tierra: la revelación del Mundo de los Espíritus. Hasta el advenimiento de este ser predestinado, ese Universo era una presunción, una sospecha; después de Kardec, es una realidad, es un hecho. Ya no se trata de una teoría religió- sa ó científica: se trata de la comprobación material de todas esas teorías. Esta comprobación ha consolado, con suela y consolará millares de corazones; calmará millones de almas; iluminará infinidad de inteligencias en la suce- sión de los siglos infinitos. ¿Comprendéis la gratitud que esto merece?... Antes de Kardec, la Muerte era una separación, pero de tal naturaleza, que los seres más queridos se fundían en lo infinito, y perdiendo consistencia, se evaporaban como nieblas: eran las sombras del Elíseo de los antiguos Esta- ban predestinados á caer en el Infierno ó subir al Cielo pa- sando por el Purgatorio casi todos. De todas suertes, los supervivientes se quedaban ignorando su destino, y con una esperanza sumamente vaga de reunirse con ellos algún día. Después de Kardec, sabemos con certeza que los muer- tos continúan viviendo, y están ó pueden estar junto á nos- otros. Son los invisibles, pero no los ausentes, como dice Víctor Hugo; y esos invisibles, con frecuencia se hacen ver. Sabemos que nosotros nos reuniremos, ó podemos reu nirnos con ellos después del último suspiro y participar de su vida venturosa en regiones superiores, si nos ejercitamos en la virtud y el bien, ensanchando nuestro amor. 100 luz y unión Se ha evaporado la tiniebla de las tinieblas: la tiniebla de la Muerte. Se ha roto el secreto de los secretos: se ha abierto la inmensa puerta del Infierno, y la llave prodigio- sa del encanto, brilla espléndida y dorada en la mano de Kardec. La Muerte ha sido hasta ahora la soberana abso- luta y la vencedora universal; ahora está vencida á cada paso, y según la imagen del autor del Más allá del Misterio, en cada fosa abierta, el espíritu de Kardec arroja á manos llenas gérmenes de nueva vida; siembra la vida eterna en lo infinito. El Apocalipsis es una sombría revelación; la Divina Comedia es un ensueño trágico: sólo el Libro de los Espíritus es una realidad completa, clara, terminante y deslumbradora: sólo ese libro es la Biblia, es el libro de los libros, porque es el libro de la vida, escrito por los Muertos. Salvador Sellés. A Kardec Luchan y se afanan los hombres por perseguir ilusorias dichas, cuando tan fácil es conquistar la definitiva: abrir los ojos á la Verdad que nos circunda. Yo te debo mi ventura. Maestro: los azares, los contra- tiempos de medio siglo de lucha, no han logrado entibiar mi fe ni despistar mi esperanza. Ayer éramos unos cuantos locos: Fernández, Pastor, Vives, Bassols, Solanot, Amalia... Hoy sumamos legión; pronto la Humanidad entera será feliz por tu doctrina. Cuidemos de limpiarla de errores, de prejuicios, los que la propagamos: es nuestro deber, y la Verdad lucirá. Hue lees Tempeadd. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 101 Mi adoración y mi amor al Padre Mi admiración y mi amor al Señor Mi gratitud y mi amor á Kardec No hay duda que debemos mucho á Alian Kardec, porque fué el espí- ritu que vino á demostrarnos la ley divina bajo el aspecto de la razón y de la justicia, el que impresionó nuestro espíritu é hizo penetrar en nosotros la filosofía espiritista, que explicada y aclarada de otro modo, quizá aun divagaríamos entre la duda y el escepticismo. Por eso le debemos agrade- cimiento eterno, porque la hemos encontrado á nuestro paso, nos ha lia- mado y hemos respondido á su llamamiento, pero entiendo que no debemos confundir ni faltar á lo que yo llamo deberes espirituales. Hay que ser agradecido á Alian Kardec, pero no debemos olvidar que éste no fué más que un emisario de la verdad, y que á quien lo debemos todo es á Dios, al Padre, al Creador. El es el que ha velado sobre nosotros desde nuestro principio; El es el que nos ha dado en toda ocasión y cuando lo hemos necesitado, la luz que ha sido precisa para iluminar nuestro ca- mino; El ha sido y será quien pondrá todos los elementos á nuestro paso, para que Vayamos llegando á la meta de nuestro progreso y adquiriendo la felicidad apetecida. Por eso yo agradezco á Kardec su paso por la tierra, sus trabajos, su constancia, pero veo en él á un enviado de Dios en la tierra, para que enseñara á los hombres lo que nos correspondía en nuestra época; por eso, aunque mucho agradezco á Alian Kardec su labor es- piritista, admiro la sabiduría y el amor del Padre, y mi admiración sube más y más, porque veo su amor y su previsión, tanto en el orden moral como en el orden físico, y es cuando mi alma se extasía, porque veo su grandeza en el monte, en el valle, en la tierra, en el espacio, en el infinito, y en- tonces le adoro; sí, le adoro, porque entiendo que para El, que todo nos lo ha dado, debe emplearse y practicarse lo más grande que pueda sentir y elevar nuestra alma. Recuerdo el amor de mi madre creado por El, el amor de mi esposa, el de mis hijos; recuerdo las bellezas del arte, de la poesía, las bellezas en general, y en todo veo la protección, la dirección y creación divina; y si bien agradezco á mis hermanos que tanto se afa- naron para enseñarnos el bien, mi espíritu se queda absorto ante la gran- deza de Dios, y digo: Antes que espiritista soy deísta, soy de Dios, amo á Dios, adoro á Dios y espero y confío en Dios. 102 LUZ Y UNIÓN He tenido ocasión de escuchar á muchos espiritistas; han hablado mucho de Espiritismo, de comunicaciones; ¡pero casi ni una palabra de amor al Padre! ¡ni una manifestación de respeto y de amor! Entiendo que será por distracción, no por mala voluntad; pero esto indica que el amor á Dios ha penetrado poco en su corazón; esto indica que se han fijado poco en la inmensa protección que hemos recibido de El desde nuestro principio. Supongamos un padre de la tierra que tuviera muchos hijos y que para todos hubiera velado y obrado de tal manera, que les hubiera proporcionado una felicidad sin límites, cuya felicidad ascendiera eternamente: ¿qué diría- mos de aquellos hijos si al mentar su posición, su estado, no demostraran el menor átomo de reconocimiento á su padre? Diríamos, ó que hay dis- tracción ó falta de gratitud. Por eso yo entiendo que los que sabemos de dónde venimos, lo que somos yá dónde vamos, debemos estar agradecidísimos á Dios, y, enamo- rados de su grandeza y de su amor. Por eso debemos ser deístas espiritistas. Hay otro sér elevadísimo, el cual, sin que nosotros lo pensemos, influye mucho en el curso de nuestra existencia terrenal: este Sér es el Cristo, el Señor y Maestro. Este es el más grande de los emisarios divinos, el que promulgó la ley moral, por cuya ley nos emancipamos y nos redimimos, de cuya ley Alian Kardec tomó el texto pero nada cambió, sino que aclaró para que nosotros lo entendiéramos mejor, y no solamente nos dio la ley que ha de regenerarnos, sino que puso el ejemplo; ejemplo que encierra tanto sa- orificio, abnegación, virtud y amor, que el más indiferente no puede sus- traerse del todo, durante su existencia terrestre, del recuerdo de tales actos. Cuando nos agobian los dolores, los pesares, los desengaños y las pri- vaciones de la Vida, ¿quién no recuerda alguna vez los hechos realizados por el Señor, desde la cuna al Calvario? ¿Quién no recuerda, alguna vez en su vida, la prisión, la calle de amargura, la cruz, el Monte Calvario? ¿Quién no se siente atraído, en tales momentos, por la resignación y la paciencia, tan necesarias para triunfar de nuestra prueba? Por eso entiendo que los espiritistas debemos ser amantes del Cristo, agradecerle sus sacri- ficios, su amor; entiendo que debemos instruirnos en las fuentes de suEvan- gelio, aclarado y explicado por Alian Kardec; debemos ser deístas, cris- tianos espiritistas. Así daremos á Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César. Los espiritistas que así no lo hagan, están expuestos á sufrir extravío, por falta de beber en las fuentes en que deben inspirarse. Amor y adoración al Padre, por ser el Todo ante y sobre nosotros; amor y admiración al Señor por haber contribuido á nuestra regeneración, no solamente con la luz, sí que también con el sacrificio; amor y gratitud á Kardec, por ser el enviado que nos ha trazado el camino. Por eso soy deísta, cristiano, espiritista y soy deísta y cristiano, no por fanatismo. Nadie me probará que ante los in- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 103 mensos espacios siderales que se divisan y ante la grandeza y amor de su Creador, sea injustificada mi preferencia y sea un error tenerle erigido un altar en mi corazón y baje mi cabeza admirando su poder. Como nadie me probará que sea fanatismo, tener un respeto y una veneración, como in- menso amor al que derramó la luz para que yo la Vea y la Vean todos y sigamos el camino trazado por El; ni nadie me probará que sea fanatismo mi agradecimiento á Alian Kardec. Así entiendo que no confundo y que hago lo que debo; además, no podría hacerlo de otra manera. Por eso lo repito: Soy deísta, cristiano, espiritista. Miguel Vives. Los libros del Maestro Ha transcurrido medio siglo desde que Alian Kardec publicó las obras fundamentales de la filosofía espiritista. No ha de extrañarnos que después de tantos años haya entre los adeptos á la escuela espiritualista, algunos que encuentran defectos graves en las referidas obras. Refiérense, principalmente, los pretendidos defectos á incorrección de lenguaje, á un excesivo sabor místico y á una exagerada intervención de los espíritus libres en los actos de los hombres. Mi opinión personal, después de treinta y cinco años de observación y experimentación, no en Centros públicos, sino en mi casa, en el seno de mi familia, entre cuyos miembros se han desarrollado expontáneamente varias mediumnidades, es que es positivamente real y verdadero el concepto expuesto en las obras fundamentales de Kardec. Los esclavos de la forma no pueden transigir con la de ciertas contes- taciones dadas por espíritus elevados á las preguntas que se les dirigían. Estos hermanos deberían tener presente que la forma que para ellos resul- taría aceptable, sería casi siempre ininteligible para las personas menos cultas que constituyen la gran masa que se ha de redimir. Además, las re- feridas obras no vienen á ser más que una condensación en pocas líneas de una filosofía muy profunda, cada uno de cuyos capítulos puede servir de tema á extensas disquisiciones que no podían tener cabida en los libros de Kardec. Yo confieso estar poseído del suave misticismo que se desprende del total contenido de las obras kardecistas, sin que esto me haya privado en lo más mínimo mi racional independencia, mi natural inclinación á juzgarlo 104 LUZ Y UNIÓN todo, ni tampoco ha hecho de mí un sér extraño en las relaciones sociales inherentes al ejercicio de mi profesión. A pesar de mi misticismo, el prin- cipio que ha informado los actos todos de mi Vida y que he procurado inculcar á los que de mí dependen es el siguiente: «Es lícito usar de todo; es ilícito el abuso en todos los órdenes. Es lícito proporcionarse todos los gustos, siempre y cuando el gusto mío no implique perjuicio de tercero».. Salvo lo referente á la posibilidad de producir los espíritus desencarna- dos, tempestades y otros trastornos en la naturaleza física, sobre lo Cual ni afirmo ni niego, porque sobre ello no tengo ninguna experiencia personal, suscribo y creo en la enorme, universal y constante acción del mundo espiritual sobre el mundo corpóreo. En mis primeros anos de espiritista, más bien filosófico que experimen- tal, ya que sólo había presenciado el movimiento del trípode y algunos ensayos de escritura, estaba muy lejos de creer en esa poderosísima acción del mundo invisible. Más tarde, la relativa abundancia de mediums de que he podido disponer en personas de una confianza absoluta, de intachable honradez y suma bondad, cuyas condiciones personales me ha permitido aseverar la convi- venda con aquéllas en la más absoluta intimidad, ha hecho que se des- arrollaran á mi presencia, cuando expontáneos, cuando provocados, abun- dantes y variadísimos fenómenos evidentemente demostrativos de que esa acción espiritual se realiza hasta en los más nimios actos de la vida del hombre en sí y en sus relaciones con los demás. Y velis, nolis, poco á poco y siempre resistiéndome, he venido á concluir en que apenas hay acto alguno en la vida del hombre en cuya producción y desarrollo no puedan influir, es más, en que no influyan casi siempre los espíritus desen- carnudos. De lo cual se desprende que á todas horas debemos estar alerta pero con la mayor serenidad, á fin de apreciar en todo cuanto nos suceda: i.°, si en un acto dado hay ó no hay intervención espiritual; y 2°, en caso afirmativo, precisar hasta donde llega dicha intervención. A mi ver es este un aspecto importantísimo del Espiritismo, sobre el cual andan desviados y descuidados la mayoría de los espiritistas. Tengo la firme convicción que en la producción de lo que llamaré mal terreno, ya que el mal no existe, tienen mayor participación los espíritus libres que los rnismos hombres; puesto que el hombre malo está cohibido por la acción de la defensa propia además de la acción de la justicia. En cambio, al espíritu malo no puede oponérsele otra acción que nuestra se- renidad, nuestro amor y la coacción que quieran hacerle nuestros protec- tores. Mi especial profesión ha hecho que pudiera apreciar, cada día con ma- yor asombro, la acción espiritual en la producción de las enfermedades. Cierto que una comilona produce una indigestión con fuerte dolor de REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 105 Vientre, náuseas, vómitos y angustia; pero yo creo que un espíritu puede producir igual cuadro sintomático, sin indigestión previa. Esto parecerá á muchos exagerado, también me lo parecía á mí veinte años atrás, pero la experiencia me ha hecho rectificar. Y por lo que respecto á las enfermedades nerviosas, no vacilo en afirmar que es el campo abonado donde los espíritus bajos ejercen una acción vas- tísima y donde un completo conocimiento del mundo espiritual proporciona la manera de conseguir éxitos asombrosos. Tampoco vacilo en afirmar, fundado en una larga experiencia, que de cada diez casos de enfermedad nerviosa, desde el histerismo hasta la locura, pasando por la neurastenia, los nueve son debidos á causa espiritual. Por eso resulta casi siempre impotente la medicina, lográndose algunas curaciones por medios que si no son de naturaleza espiritual, yo creo que sí, se aproximan mucho, tales como el hipnotismo y la sugestión. Con lo dicho creo haber demostrado la grandísima importancia de este aspecto del Espiritismo claramente expuesto en las obras de Kardec, cuya lectura anda á mi juicio muy descuidada. ¡Ay de los que se dediquen á experimentar en el orden espiritual sin tener muy presente la doctrina kardecista! ¡El fracaso y el ridículo será el mal menor que puedan sufrir! Teófilo. ¡Gratitud! A Kardec Siempre que medito sobre los incalculables beneficios que á la huma- nidad han proporcionado todos sus redentores por su abnegación y puro altruismo, surge en mi mente, unido con aquellos por quienes nuestro co- razón se siente más profundamente conmovido á impulsos de la gratitud, la aureolada personalidad del inolvidable Alian Kardec; y es que, con ser de gran importancia la magna obra realizada por otras mentalidades que con sus grandes conocimientos é inmenso amor han sabido y podido Vencer lo arcaico y rutinario en todo orden de ideas si bien costándoles sus triunfos inenarrables martirios proporcionados por aquellos jdesdichados! que ha- bían de recoger las primicias de los nuevos progresos conquistados á fuerza de tantos sacrificios; la labor verificada por el con justicia tenido como sublime Apóstol de la Verdad y el Bien, que hizo inmortal el pseudónimo Alian Kardec, es de las de más trascendecia por verse compendiada en 106 LUZ Y UNIÓN ella todo lo más excelso.é intrínsicamente considerado como lo más im- portante. El intrincado problema de la existencia del espíritu y su inmortalidad, que tan envuelto en el misterio y entre sombras ha permanecido, merced al genial Maestro se ha manifestado ante la atónita mirada de los que se- dientos de saber han estudiado las obras escritas por tan preclaro númen, como un potentísimo foco de luz que, con sus hermosas irradiaciones, ilumi- na las tenebrosidades de esta nuestra actual existencia. Las obras fundamentales del Espiritismo—que son el a//a de esta su- blime Ciencia—compiladas por Alian Kardec, son un guía fiel y seguro en medio del proceloso mar de nuestra vida planetaria; pues llevando al ánimo desprovisto de toda clase de prejuicios el convencimiento íntimo de la realidad esencial de una Causa Suprema y Directriz del Universo; de ia preexistencia y la supervivencia del espíritu; y de que existe una sanción moral inviolable que hace que cada cual sea responsable de sus obras, basándose dicha sanción moral en el lema «lo que no quieras para ti, no lo desees para tu prójimo», hace que la vida sea mirada de diferente modo que como la considera aquel que todo lo supedita al presente, debiéndose tener, por el contrario, no como fin, sino como medio. í: iii Esto he aprendido de las sublimes enseñanzas que esplenden de las obras del eminente Kardec; por eso le dedico este breve escrito que, cual modesta florecilla, ofrezco para que forme parte infinitesimal del hermosí- simo ramillete que los espiritas todos presentarán, como delicado obsequio, á un Bienhechor de la humanidad, al inolvidable Alian Kardec, como tri- buto de gratitud y expresión de entrañable afecto!... COVIRAEL ROPEN. La Verdad A nuestro querido maestro Allau Kardec Inquieta, sin poder hallar reposo, mi mente, en pos de ti siempre corriendo, ni un instante de paz me concedía. Cual fuego, que consume cuanto alcanza, mi razón devoraba nna tras otra REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 107 hipótesis sin fin por descubrirte; mas nada á mi razón satisfacía, que siempre algún lunar, alguna nube manchaba tu pureza, ó bien el brillo de tu radiante luz oscurecía; y nunca, así, cesaba en mi carrera, ansioso de verdad, de verdad pwra Creer ó no creer, en absoluto, esa mi aspiración fué y mi divisa, que entre creer ó no, no comprendía que hubiese de acomodo medio alguno, pues jamás la Verdad fué complaciente ni en tratos nunca entró con la mentira. Postrado de cansancio, algunas veces en brazos del placer bailar pensaba alivio á tanto afán; ¡ay! pero siempre, cual el judío aquel de la leyenda, al verme descansar, mi mente inquieta venía á recordarme aquel problema que aun no había resuelto y me esperaba, y, cruel conmigo, me gritaba: ¡anda! Y andaba, andaba siempre sin descanso tras la Verdad, y, en confusión sumido, cayendo en los abismos más profundos, más insondables de la humana duda, sólo, por intuición, esto afirmaba: «El Bien, y la Verdad y la Belleza, son una misma cosa, son Dios mismo, mirado por tres lados diferentes»; y, como consecuencia, me decía: «Allí, donde los tres no brillan juntos, no se baila la Verdad, la Luz eterna». Este era mi criterio, y desechaba todo cuanto con él no conformase; y así, nada creía, aunque á mi espíritu el ansia de creer le atormentara. 108 luz y unión Veía la Verdad sin la bondad; por tanto, la Verdad sin la belleza, y se negaba mi razón al punto á ver en ella,1a Verdad perfecta, pura; y en un interminable círculo de dudas, mi razón, triste, giraba. Mas tú viniste al mundo, gran Kardec, para cumplir con la misión más santa, á libertar las almas de la duda é infundirles la fe que alienta y calma. ¡Oh buen Alian Kardec, oh noble espíritu, qué bien cumpliste tu misión terrena! ¡Cómo á mostrar la luz tu vida entera consagraste solícito, á los ciegos, á los ciegos de espíritu, más ciegos, de lástima más dignos que los otros!... ¡y yo del número de aquellos era!... ¡Con cuánto ardor tu clara inteligencia en bien de tus hermanos cultivabas! ¡Con qué valor cristiano no arrostraste las burlas y sarcasmos de las gentes! Cual á un libertador saluda el pueblo, así nosotros hoy te saludamos. Cierto es que á Dios las gracias le debemos y al dártelas á ti á El se las damos, que El es del bien el manantial primero; mas tú inconscientemente el bien no obraste, ni un dócil instrumento eras tan sólo de Dios: muy al contrario; tú pusiste tu libre voluntad en la obra magna de armonizar con la razón la fe cristiana. ¡Dios te premie el bien que hiciste! Tomás Campano y Toüzet. Nacer, morir, volver á nacer y progresar siempre. Tal es la Ley. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANÀ 109 Pasos de gigante Al ilustrado espiritista D. Ramón Martínez Mora Con la presteza del rayo las noticias han venido, ¡quién sabe, si con el tiempo, vendrán con el rayo mismo! Lope de Vega. Al salir del Consejo se me acercó un hombre de aspecto estrafalario, diciéndome que había encontrado el medio de que dos personas, situa- das á larga distancia una de otra, pudieran co- municarse su pensamiento. Le tuve por loco, le socorrí y no volví á verle... pero consigno este hecho en mis Memorias por si algún día fuese cierto. ■El Cardenal Jimenez de Cisneros. Siendo el espíritu á manera de invisible llama, de soplo etéreo ¿cómo es posible que una cosa tan tenue, tan ligera, tan débil, produzca el des- plazamiento y la proyección de toda clase de objetos sin tocarlos nadie? El fluido eléctrico y el magnético propio del imán, se revelan do qui.er en ondas más ó menos perceptibles, en corrientes más ó menos intensas ¿en qué ondas, en qué corrientes se ha revelado nunca ese magnetismo que puede hacer que dos personas situadas á larga distancia una de otra se transmitan el pensamiento? Y ¿cómo admitir la acción á distancia, no ya entre dos seres ni entre dos cuerpos, sin el auxilio de un medio interpuesto entre ambos? He aquí tres preguntas de difícil contestación para los espiritistas que, hace treinta años, atestiguábamos entre otros muchos fenómenos, el de que colocando un pliego de papel blanco dentro de una caja herméticamente cerrada, al cabo de cierto número de sesiones, encontrábase el pliego escrito con un carácter de letra que no se parecía en nada al de ninguno de los experimentadores. Pero descubre Maxwell y comprueba Hertz la existencia de ondas eléctricas; inventa Bfanly su cohesor y se ve entonces,, que encerrados pila, tubo de limadura y aparato Morse, dentro de una caja de vidrio y aun dentro de un maciso de mampostería en la estación sin hilos se reciben los despachos con la misma facilidad que al aire libre. Como dice M. E. Monnier; «.Nos hallamos, pues, en presencia de unas ondas que nos envuelven y penetran en nosotros sin que podamos compro- bar su presencia por ninguno de nuestros sentidos; ondas que marchan por todos los lados, salvan obstáculos y atraviesan paredes para transportar un 110 LUZ Y UNIÓN despacho con la rapidez de la luz y depositarle en el fondo de una caja cerrada ó dentro de un macizo de piedras. Basta para ello lanzar al espacio unas cuantas chispas. jEs verdaderamente maravilloso! »Si hace algunos años se hubiera anunciado que pronto sería posible semejante cosa, muchos lo hubieran negado a priorí, repitiendo la consa- bida fórmula: «Eso es imposible; por lo tanto, no puede admitirse». Otros hubieran afirmado que se trataba de artes de magia en las que no debía creerse. Los prudentes admiten siempre, en principio, la posibilidad de todo, guardándose mucho de negar nada por extraño que sea. Estudian y buscan la causa de los hechos porque saben muy bien que lo que hoy pa- rece imposible, podrá realizarse tàl vez mañana mismo. Actualmente recíbense despachos telegráficos transmitidos desde muy lejos con un trípode, cuyas puntas son de carbón pulimentado que descansa sobre un disco de acero pulimentado y también bruñido en la disposición que indica la figura: REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 111 No contento con esto, el sabio Branly ha patentizado ia posibilidad de que una chispa eléctrica puede lanzar á toda velocidad á una locomotora situada á cien kilómetros del maquinista y que éste, sin moverse de su taller, haga por medio de otra chispa, detener cuando él quiera á la locomotora dando contravapor y apretando los frenos. Del mismo modo, un faro colo- cado sobre una roca difícilmente accesible podrá ser encendido mediante otra chispa, poniendo en marcha también un motor para que el aparato óptico emprenda su movimiento de rotación y proyecte así luz en todas direcciones. Una nueva chispa podrá apagar el faro y detener el motor cuando convenga. Richmer transformando por la intervención de la pila y del selenio los diferentes efectos de luz y sombra producidos por un objeto en movimiento, en variaciones eléctricas correspondientes que, transportadas por un alam- bre, se convierten luminosas en la estación receptora en la cual se proyec- tan para hacerlas visibles de una manera análoga á la empleada en cinema- tografía; evidencia que podrá verse desde Barcelona "una persona que se halle en Madrid ó París y seguir todos sus movimientos dentro de una habitación. De todo lo cual resulta que la electricidad semeja un hada protectora encargada de hallanar todos los obstáculos que el fenómeno espiritista en- cuentra en su camino. El alma del mundo de los peripatéticos, el fluido universal de los espi- ritistas es una realidad patentizada por la ciencia con el nombre de éter. La acción á distancia constituye ya una causa de la ciencia con el nombre de telemecánica. La televisión no tardará mucho en constituir otra. La ciencia eléctrica no sólo ha copiado los procedimientos de nuestros mediums, sino que hasta nuestro trípodes, nuestras mesas parlantes utiliza para recibir telegramas transmitidos desde muy lejos. Sus pasos hacia el Espiritismo no son vacilantes ni lentos, sino firmes y acelerados. Verdaderos pasos de gigante, porque de la radiotelegrafía á la psicografía de la telemecánica al mediumnismo y de la televisión á la telepatía hay tan poca distancia que bien puede decirse que donde termina una de las primeras empieza otra de las segundas. Saludemos al Espiritismo de las ciencias físicas, verdadero heraldo del Espiritismo de las almas. M. Gimeno. De todo libro que se envíe un ejemplar á esta Redacción, se dará cuenta de su aparición, y si dos, se hará juicio crítico sobre el mismo. 112 LUZ Y UNIÓN Alian Kardec Coloquio ¿Habéis encontrado ó tropezado por casualidad con algún descubrí- miento científico brillante que se oponga ó condene los dictados y verdades enseñadas por el maestro Alian Kardec en aquella su admirable doctrina que nos legó en testamento valioso á los que por fortuna nos movemos dentro del plano de su acción? Yo no; y cuidado que me precio, sin jactancia, de haber leído algo sobre la materia. ¿Detractores de sus teorías?... muchos. ¿Quién no los tiene?... Pero ¿demoledores?.... Ninguno. Las verdades de su escuela, las que él nos mostró con arte soberano en sus obras, son la estereotipia perfecta del fin moral y espiritual del hom- bre. Son verdades que derramando sobre el corazón humano, el bálsamo del consuelo en nuestras cuitas y dolores, elevan á la humanidad áun nivel superior al mejor cumplimiento de su altísima misión objetiva. El Espiritismo kardeciano que es para todos los tiempos el que ilumi- nando los antros de la conciencia humana, retrae al hombre de sus pasiones y miserias y lo eleva á Dios, tampoco, á su vez, se ha opuesto á las demos- traciones y experimentos de las Ciencias. Antes por el contrario, siendo estas sus mejores pregoneras ha contribuido siempre á su difusión y des- arrollo por mediación de sus acertadas y razonables teorías. ¡Y no digamos nada del respeto y consideraciones que el justo conven- cido, guarda á las religiones positivas! No encontraréis un concepto duro ni enconado en ninguno de sus libros. Es más, hasta los dictados espirituales que él recibía, ya venían pulidos y desentrañados de todo origen de discordia y daño. Su facultad receptora era tan perfecta que no podía acumular las impurezas del estercolero en que se agitan la ralea y se siguen agitando los supersticiosos y los merca- deres de indulgencias y castigos al contado. En cambio de tal proceder, la memoria de Alian Kardec ha recibido y sufrido los embites de todas las injusticias, atropellos y condenaciones ha- bidas y por haber de todos aquellos que él respetó en sus fueros y creencias. Su recuerdo es el pingo donde van á parar las blasfemias y suciedades molestas de los que viven aún la vida primitiva sin haber despertado á los albores de la luz, de la armonía, del amor, de la belleza y del eternal am- paro del Soberano de todas las grandezas del Universo. Después de la aparición de la «Filosofía Espiritual» del gran apóstol, se REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 113 ha escrito mucho por eminentes celebridades europeas y americanas, sin que ninguna—á mi modesto juzgar—haya superado su dialéctica. jEs tan difícil borrar las huellas de la estela luminosa dejada por el in- comparable y romántico trovador del Espiritismo moderno! Y nada digamos sobre experimentos espiritistas puesto que á la forma sencilla de exposición á la expontaneidad de las manifestaciones selectas y cultas, han sucedido una serie de complicaciones de fenómenos y cálculos logarítmicos, donde más bien se sufre y se padece la confusión y la duda, que la claridad y convicción manifiestas en las páginas trazadas con tanto amor y entusiasmo por el ilustre y nunca bien ponderado veterano defensor del Espiritismo. ¿Cómo no ser partidarios de las ideas de tal coloso? ¿cómo no comulgar en sus ideas y creencias divinizadas y envueltas en los misteriosos efluvios de la fantasía, si todo en él, es grande, sublime, transcendental, bondadoso, noble y consolador? Señalado por la Providencia y ayudado por las entidades superiores de la categoría de espíritus elevados, él nos dió la clave ofreciéndonos el fruto de sus desvelos, de sus estudios y de las portentosas revelaciones recibidas como base indiscutible de leyes que implantar, que seguir y que observar con la fe y disciplina de soldados de una Patria soñada donde el alma en- centrara su ambiente anhelado sin las miserias de la convencional existencia terrenal. El nos dió la pauta para seguir, sin salimos del sendero, el camino que conduce á la regeneración, al progreso y á la evolución de las faculta- des humanas, para beneficiar los yermos campos de la incultura, para ha- cernos huir de las pantanosas tollas del vicio y evitarnos el caer en las simas de las religiones interesadas y positivistas. El nos guía y dirige en nuestras aflicciones, en nuestros desmayos; él nos consuela en nuestros dolores y quebrantos; él es nuestra afección amo- rosa y entrañable y para él todo nuestro afecto de hermanos. Con el símbolo de la admiración y el más grande de los entusiasmos Vamos tejiendo, poco á poco, la espiritual corona que nimbará eternamente su fama. José Blanco Coris. Kardec y Marconi La antigua India tuvo su Agruchada pürikchai (Libro de los Pitri ó Espíritus). El Egipto su Libro de los muertos. Hesiodo proclama la exis- tencia de millares de centinelas inmortales que, invisibles, presentes éñ todas partes, observan las acciones humanas. Homero cuenta, que Vulcarío 114 LUZ Y UNIÓN había construido y tenía expuestos en la parte exterior, de su espléndida morada, centenares de trípodes con ruedas de oro los cuales asistían á la asamblea de los dioses y regresaban por sí mismos á su sitio. Sybilas y Pitonisas utilizaban trípodes análogos para recibir sus oráculos. En Roma las mesas que profetizaban eran, según Tertuliano, hechos comunes. El peri-espíritu fué conocido por los chinos con el nombre de konei, por los persas con el de ferners, por los egipcios con el de ka, por los cristianos con el de cuerpo aéreo-celestial. A la brusca invasión, en 1848, del fenómeno espiritista arrollando todas las oposiciones y dificultades y dominando tenaces resistencias de los mis- mos mediums; ah surgir en los más opuestos países del planeta centenares de centros y recibirse en ellos las comunicaciones qiie habían de constituir el cuerpo de doctrina recopilado por el inmortal Alian Kardec, principios, procedimientos y hasta tendencias, todo en Espiritismo resultaba tan anti- guo como el hombre sobre la tierra. ¿Merma esto en un ápice la gloria del Maestro? No, porque como dice un escritor contemporáneo: «Un carácter entu- siasta, sin método en la exposición de principios y con una fe ciega en los fenómenos podría perjudicar la propagación del Espiritismo en una socie- dad analizadora y excesivamente orgullosa de poseer la última palabra pronunciada por la ciencia racionalista; un espíritu como, el de Alian Kar- dec severo en el examen, dotado de análisis para los hechos, de método para su explicación, de lógica para sus deducciones, incisivo, conciso, profundo en la forma y dotado de un estilo sencillo y elevado al par, cual conviene en las obras de propaganda, para que las ideas no se resientan de una abstracción metafísica que perjudique á su comprensión, y para que su sublimidad no pierda con las vulgaridades de una dicción plebeya, debía llenar todas las aspiraciones, satisfacer todas las exigencias, borrar todos los escrúpulos, ocurrir á todas las objecciones y así sucedió, porque Alian Kardec trajo al planeta que habitamos la misión de apreciar hechos, plantear principios, sacar consecuencias, formar una ciencia y propagarla con su pluma entre los sabios é ignorantes, con su palabra entre los tibios y polemistas, con su fe entre los escépticos y atormentados por la inquieta duda que es la más terrible de las enfermedades morales 5. Algo análogo ha sucedido con Marconi. El físico inglés Clerk Maxwell presintió la existencia de ondas eléctri- cas propagadas en el espacio y demostró por el cálculo su velocidad de propagación sentando las bases de una teoría que comprende á la vez la luz, el magnetismo y la electricidad. El físico alemán Hertz evidencia con su oscilador de bolas y su reso- nador formado por una espira metálica que las ondas eléctricas existen, que como las ondas luminosas dan lugar á fenómenos de difracción, re- REVISTA ESPIRITISTA KARRECIAN A 115 fracción, interferencias y polarización y que se propagan según las mis- mas leyes que la luz. El físico francés Branly dió á conocer, en 1890, la sorprendente propie- dad del tubo de limaduras y demostró, con experimentos, que la distancia á que las ondas son perceptibles aumenta empleando en las dos estaciones Varillas metálicas á las que luego se ha dado el nombre de antenas. En dichos experimentos figuraban dos estaciones: una transmisora, produc- tora de las chispas y otra receptora donde había un tubo de limaduras y un galvanómetro, intercalados ambos en el circuito de pila. Por medio de las chispas hacía desviarse á voluntad la aguja imantada. Marconi no hizo más que repetir los experimentos de Branly, sustitu- yendo el galvanómetro por el aparato Morse, y con infatigable perseverancia ir aumentando la distancia entre las estaciones, consiguiéndolo principal- mente por la mayor altura de las antenas y energía de las chispas. Un caso curioso de salvamento que patentiza la estrecha afinidad entre la telegrafía novísima y la telepatía, nos relata M. Gougenot des Mous- seaux: «Sir Robert Bruce de ta ilustre familia escocesa de este nombre, es segundo de un buque; un día boga cerca de Terranova; abstraído en sus cálculos cree ver á su capitán sentado á su mesa; pero mira con atención y ve que es un extranjero cuya mirada friamente fija sobre él le sorprende. El capitán, á quien Va á buscar, se apercibe de su asombro y le interroga: »—Pero ¿quién está, pues, en vuestro escritorio?—le dice Bruce. »—Nadie. »—Sí, hay uno, un extranjero... ¿y cómo? »—O soñáis, ü os burláis. »—De ningún modo; servios bajar y venid á verlo. »Bajan y no hay nadie en el despacho. El navio es registrado por to- das partes; no se encuentra á ningún extranjero. »—Sin embargo el que yo he visto escribía en vuestra pizarra; su es- critura debe haber quedado allí—dice Robert Bruce. »Se mira la pizarra; contiene estas palabras: steer to the north-west, es decir, gobernad al noroeste. »—Pero esto ¿lo ha escrito usted, ó cualquiera de á bordo? »—No. »Se ruega á todos que escriban la misma frase y ninguna escritura se parece á la de la pizarra. »—¡Y bien! Obedezcamos el sentido de estas palabras. Dirigid el buque al noroeste, el viento es bueno y permite intentar el experimento. «Tres horas después el vigía señala una montaña de hielo y ve con- tiguo un barco de Québec desmantelado, cubierto de gente, singlando hacia Liverpool y á cuyos pasajeros recogieron las chalupas del navio de Bruce. 116 LUZ Y UNIÓN »En el momento en que uno de esos hombres pisa el barco libertador Bruce se estremece y retrocede fuertemente impresionado. Era el extran- jero que había visto escribiendo las palabras de la pizarra, cuenta á su ca- pitán el nuevo incidente. »Servfos escribir steer to the north-west sobre esta pizarra, dice al re- cién llegado el capitán, presentándole el lado limpio de la pizarra. »E1 extranjero escribe las palabras pedidas. »—Bien; usted reconocerá aquí su propia mano—dice el capitán impre- sionado por la identidad de ambos escritos. »—Pero si usted mismo me ha visto escribir ¿será posible dudar? »Por toda respuesta el capitán vuelve la pizarra y el extranjero se con- funde viendo en los dos lados su propia escritura. »—¿Habéis soñado que escribíais sobre esta pizarra?—dice, al que acaba de escribir, el capitán del buque náufrago. »No, al menos, no lo recuerdo. »—^Pero ¿qué hacía al mediodía este pasajero?—preguntó á su colega el capitán salvador. »—Estando muy fatigado, este pasajero se durmió profundamente, y si no me equivoco, fué un poco antes del mediodía. Lo más una hora des- pués se despertó y me dijo: «Capitán, seremos salvados hoy mismo», añadiendo: «He soñado que estaba á bordo de un navio y que venía á nues- tro socorro». Describrió el buque y su aparejo y nuestra sorpresa fué grande cuando al singlar hacia nosotros reconocimos la exactitud de su descripción». En conclusión: que en ciencia, como en todo el buen sentido, la perse- veranda infatigable y la modestia, compañera inseparable del verdadero genio, son las características de genios como Kardec, verdadero Marconi del Espiritismo y Marconi verdadero Kardec de la telegrafía novísima. Gratitud Los que hemos tenido la fortuna de conocer las bellezas del Espiritis- mo desde la infancia embellecida por la fe y esperanza que infunden á quienes satisfacen la lógica de sus argumentos explicando el pasado, pre- sente y futuro de los seres pobladores de un planeta donde tantas incógni- tas se ofrecen á la vista de! espectador y tan tremendas desigualdades se notan en todos sentidos, podemos considerarnos dichosos por el bien que aquellas enseñanzas nos han producido, pero aun más por la transfor- mación moral que con nosotros se habrá realizado, incotejable por no REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 117 poderse contrastar con el proceder observado imponiendo el caso triste de que la redentora idea no hubiese llegado á favorecernos con sus beneficios. En las horas íntimas de reconocimiento interior, de meditación abso- luta, en las que se observan serenamente los actos de la vida, pasados ya al libro de los recuerdos, he tenido que someterme á la realidad y dar gra- cias á Dios por el inmenso favor de haber podido.conocer la sublimidad de la doctrina espiritista, porque su conocimiento ha hecho torcer la direc- ción de mis instintos poco limados, y de mis defectos por corregir. Y aun considerándome desde mi más tierna infancia amigo de la justicia, rebelde á toda imposición capciosa, he de confesar que de no haber saludado la filosofía divulgada por Kardec mi conciencia se habría perturbado más, y más veces mi corazón habría inspirado, seguramente, menos rectitud, me- nos benevolencia en sus fallos. Confesemos sin ambajes, dejémonos impulsar por la sinceridad mani- festando públicamente nuestra inferioridad y el apoyo salvador del ideal destinado á levantarla. Cantemos el bien obtenido aplaudiendo la obra Kardeciana, que en el caso de este pigmeo ha producido una revolución interna, fecunda, como les habrá sucedido á tantos otros que no encuentran del caso manifestarlo. Confiemos en el mañana, que nos promete la total cosecha de la siembra de hoy. Aquí donde las espinas lo llenan todo, donde hasta las flores las ama- gan como para producir una decepción á quien Va á prodigarlas una dulce y tierna caricia; aquí donde todo es otoño, cárcel, hospital, es donde de- bemos tejer la Primavera, la salud, la libertad que en otros sitios mejores, pero inferiores á otros más lejanos, poseeremos relativamente al compás de nuestros merecimientos. i Gloria á Kardec; gratitud hacia los seres superiores que le guiaron en su misión redentora! J. Co .STA POMÉ.S. A Kardec Tosca es mi pluma, pobre mi estilo, escasa mi inteligencia; pero si escasa es mi inteligencia y pobre mi estilo, grande es en cambio, ¡oh Kardec! la admiración y respeto que desde el fondo de mi alma se re- monta á las alturas de tu espíritu para rendirte un justo y merecido tributo de cariño y gratitud. Hoy, día en que la Escuela que fundaste recuerda tu partida á la vida 118 LUZ Y UNIÓN inmaterial; hoy, que al verse congregada y animada de un solo pensa- miento te evoca y te venera; hoy, que tu espíritu coronado con la aureola de tus actos y Virtudes se mece en las regiones de la luz y la verdad donde se asienta y domina la inteligencia suprema; hoy con todo mi cora- zón te digo; espíritu gigante, coloso del pensamiento, sér que elevándote sobre las preocupaciones del mundo supiste arrancar del seno de la Natu- raleza el velo que ocultaba el secreto de la humana vida, yo te saludo. Te saludo, sí, como á un bienhechor de la humanidad, en tus obras; te saludo, sí, como á un titán de la idea echando los cimientos de la venidera generación; te saludo, sí, como á un nuevo Colón mostrando las playas de un mundo desconocido. Tu hermosa filosofía, sol de la inteligencia, que alumbra ya los ámbitos del planeta Tiérra y á cuyos benéficos rayos Van desapareciendo las brumas que anublan la inteligencia del hombre, impulsa á los pueblos; se levantan ya de su inercia, y ávidos de luz se lanzan á la conquista de nuevas verdades científicas, á nuevos descubri- mientos... y cuanto más corren y cuanto más alcanzan, nuevos impulsos sienten de libertad y progreso, más intensidad de las concepciones ideales, y mayor sublimación del sentimiento humano. Ya la muerte no aterra al hombre, y como comprende que es una ley de lo creado, la espera con serena mente y tranquilo corazón; ya no tortura su inteligencia con el fatídico espectro del sufrimiento eterno, in- ventado solamente por la crueldad de los hombres, sino que compren- diendo la lucha como ley de la existencia y el crisol donde se depuran las imperfecciones del espíritu, la acepta con resignación. Al remontarse el alma libre en el tiempo y el espacio, y al contemplar el vertiginoso torbe- llino de Jos soles que en ráfagas de luz y cambiantes de colores incen- dian el Vasto campo de la Creación, y al aspirar los efluvios penetrantes de la Verdad absoluta, el espíritu se eleva en su esencia, y comprendiendo la realidad de la Naturaleza, presiente ya en lo interno de su sér las puras emanaciones del Gran Sér universal; compara sus grandezas y sus luchas, sus victorias y caídas, y una voz misteriosa, sin palabra y sin acento, vi- brando en su conciencia le dice: «jAma, trabaja, aprende!», y ávido de luz y sediento de amor y de progreso, se lanza cruzando espacios y univer- sos, y la Voz le repite: «jAma, trabaja, lucha!» En inconcebible vuelo cruza sistemas y más sistemas, deja soles y más soles, y la voz siempre: «jAma, trabaja!» y un eco inmenso, repercutiendo en los ámbitos de aquella gran- diosidad, le contesta: «jAma... ama!...» Ruedan los mundos á su alrededor y su lobreguez le espanta; ve en extraña confusión seres que pueblan su oscuro suelo, y las luchas y pasiones mundanas cubren de un rojizo manto su rugosa superficie. Un inmenso clamoreo llega hasta él; le horroriza y quiere huir; mas una fuer- za desconocida le retiene, y oye la voz que le dice: «Mira: aquellos son REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 119 tus padres y tus hijos; allí están tus hermanos; entre ellos está tu historia; allí está tu deber». Y el espíritu, comprendiendo que allí están su purifi- cación y adelanto, y reviviendo á impulso de nuevos gérmenes de activi- dad y progreso, desciende de sus alturas para confundirse con aquella multitud. Esto hiciste tú, Kardec; emprendiste tu trabajo y cumpliste tu misión: á la tierra descendiste para mostrar á los hombres la página más hermosa del gran libro universal. Tus hermanos te saludan, y agradeciendo en este día tus desvelos, te levantan un monumento eterno en el fondo de su co- razón. jLoor á ti, Kardec! jLoor al pensador profundo que desafiando las tormentas de su siglo legó á la humanidad enferma en el sentimiento una doctrina de consuelo y esperanza, de amor y emancipación: fusión sublime de lo grande y de lo bello, de lo justo y harmonioso, de lo cierto y lo ideal! Kardec, si en el mundo gloria á un más allá no soñado, cabe á la humana natura, á un más allá que ignorado si de Dios la esencia pura de entre las sombras brotó; llegó del hombre á percibir, la que á los seres humanos, si el Gran Sér omnisciente cual iris de la esperanza, que el orbe llena infinito les brinda con la enseñanza un rayo de luz bendito de una verdad que alcanzó. sintió en su mente surgir; jVerdad! principio inmanente si descorrido ya el Velo del Cosmos inconocido, de esta transitoria vida, de un Sér Supremo al latido insondable y escondida vibrando en lo sideral; sonríe la eternidad, principio y fin del Gran Todo, á ti, Kardec, que has logrado germen de la humana vida, revelación tan sublime, esencia de amor fundida la Ciencia tu nombre imprime, del alma en lo inmaterial. te canta la humanidad. Y así la Verdad y Ciencia La Ciencia, foco radiante unidas en dulce abrazo que lo inerte vitaliza, serán en eterno lazo que la materia analiza, la antorcha del porvenir y al hombre en su aspiración que con sus rayos inflame de lo pequeño y lo abstracto del espíritu la idea, levanta, y en un segundo que en cada Universo vea le muestra de mundo en mundo la patria do ha de vivir. lo excelso de la Creación. Y mientras que ailá en el fondo La que le alienta y le impulsa de su obra consoladora. 120 LUZ Y UNIÓN Kardec la rosada aurora cual faro de la existencia, promete de un bello edén, que es rayo de amor y ciencia el hombre compenetrando llevando á la perfección. su hermosa filosofía, presiente el eterno día, Que es la Verdad Absoluta se eleva al" Supremo Bien. creando la eterna vida, que es el alma suspendida Y al elevarse comprende, en frente la eternidad: y al comprender se agiganta; es la voz de la conciencia la tumba ya no le espanta saliendo del hondo abismo.'..; y espera en su redención, es el beso de Dios mismo y el Espiritismo abraza llenando la inmensidad. Mariano Aguilar. A Alian Kardec Pasarán las generaciones, hundiéndose en el polvo del olVido el nombre de sus figuras más eminentes; pero tu memoria no perecerá. A ejemplo del de los grandes Redentores, tu nombre fulgurará eternamente en nuestro cielo y siempre serás venerado como uno de los más excelsos benefactores de la humanidad, á la que le hiciste el insuperable bien de orientarla en el sendero de su verdadero y eterno destino. Podrán los hombres, en su error, amontonar cargos y cargos sobre tí, calumniarte y ultrajarte; mas ello sólo servirá para dar mayor relieve á tu honrada sinceridad, átu hombría de bien. Podrán los sabios, podrá la ciencia modificar en parte tus conclusiones; mas no podrá nadie arrebatarte la gloria de haber sido en esta parte del mundo el instrumento de que se valiera la Providencia para descorrer una punta del velo que ocultara el más allá de la tumba, dando así «Muerte á la muerte» é infiriendo grave herida al letal materialismo, azote de la pobre humanidad. Podrán adeptos tuyos mal comprenderte, haciéndote aparecer fundador de una escuela dogmatista, de credo cerrado; mas por encima de su errado criterio flotarán siempre tus célebres declaraciones: «El Espiritismo será científico ó no será»; «el Espiritismo dijo su primer palabra, pero sabe que jamás dirá la última», y tantas otras que no transcribo por no ser infiel en la transcripción literal, ya que no tengo ningún texto á mano; pero que re- velan tu criterio amplio ecléctico, liberal, abierto á todas las rectificaciones y ampliaciones. revista espiritista kardeciana 121 Por eso tu obra será imperecedera é inmortal tu nombre. Por eso yo te venero y bendigo tu memoria. jLoor á ti, ilustre Alian. Kardec! Recibe el ósculo de amor que te envía el más humilde de tus devotos. Angel Aguardo. A Alian Kardec r La gratitud es una de las'virtudes más preciadas y que más enaltece al que la sustenta. Y se la debemos, muy grande, al respetabilísimo Maestro. Los jalones que sirven de guía hacia el misterioso camino de ultratum- ba, ¿quién los ha plantado? ¿quién nos ha hecho luz para entraren relación ■con el pueblo espiritual? Hasta que se ha despejado la gran niebla en que inquietos y apesa- ' dumbrados por nuestra suerte, pululaba al rededor nuestro, amándonos con mucho cariño padres, hermanos, hijos y amigos, de cuyos benévolos requerimientos no éramos conocedores por falta de medios; hasta entonces no se han enlazado nuestros pensamientos y corazones con los ^ suyos, con vínculos tan verdaderos y tan fuertes. Mas desde tal momento, con placer sabemos que pueden estar á nuestro lado, que nos protegen y aguardan el instante solemne de nuestra liberación para trabajar y gozar unidos una vida más lúcida y feliz que la de la Tierra. El plan desarrollado en las obras kardecianas, esencialmente morales, es de suma sabiduría; resplandece en ellas, todo el afecto y munificencia ■de arriba, que irradian hacia nuestras almas, produciendo los resultados de bienhechora lluvia. El cumplimiento del deber y la razón de las pruebas, son dos puntos en que se hace verdadero hincapié, ya que se trata de nuestro mejoramien- ío y de evitar luctuosas consecuencias para el porvenir, hijo del presente, como éste lo es del pasado. Y ahora nos preguntamos: ¿se puede ser cristiano sin Cristo, espiritista sin Kardec? No, en nuestra humilde opinión. Convencidos estamos de que la verdad emana de Dios, pero si los se- res que la han alcanzado, no la enseñasen, aquella tardaría infinidad de tiempo en llegar al meollo de espíritus jóvenes ó dormidos. Kardec, cual Moisés, tocó la peña é hizo el milagro: del agua que Vier- te pueden beber y apagar su sed todos los hombres, porque es pura y pro- cede del lago donde se bañan los más grandes espíritus. 122 LUZ Y UNIÓN Honremos, pues, al Maestro, oficialmente siquiera una vez al año, y particularmente todos los días, ya con el pensamiento, ya con obras que sean reflejo fiel de sus enseñanzas; y de esta suerte le daremos prueba palpable de aprovechamiento, sirviendo á la vez de ejemplo y acicate á cuantos pongan en nosotros su mirada y para quienes haya llegado la hora de su avance espiritual. ¡Loor á Jesús, á Kardec y á todas las Eminencias del Espacio, que hacen latir nuestros corazones y vibrar nuestras inteligencias! Juan Aguilar. La obra de Kardec como filosofía y como ciencia Más daño causan á una religión, es- cuela ó doctrina determinada Sus par- tidarios fanáticos que sus enemigos. Preciso es confesarlo. Al grande incremento que á principios del siglo XIX adquirió el estudio de las ciencias físicas y naturales, sucedió lo que lógicamente tenía que suceder: la escuela positivo-materialista resurgió con potente Vigor, agrandándose cual bola de nieve que desciende de la montaña y que impetuosamente asume en sí cuanto halla á su paso. Fuer- te y poderosa cada día más con nuevos é importantes descubrimientos que, considerados sólo bajo un aspecto, le daban más firme apoyo y sos- tén, fueron sus paladines y discípulos los hombres de más ciencia y los más estudiosos. Creer á mediados del siglo, no ya en el espíritu, en algo que no pu- diera ser analizado en los crisoles de la química, era sinónimo de captarse el dictado de ignorante. Sólo uno de esos genios que aparecen en cada época precisa de la his- toria de la humanidad, para encauzarla por el camino del Progreso cuan- do de él se ha extraviado, podía salvarla. Y ese genio fué el que adoptó el simbólico nombre de Alian Kardec. Haciendo frente á las circustancias presentes, y amoldándose en lo posible al medio ambiente, sienta, frente al triunfante materialismo egoísta, las bases inconmovibles de un esplritualismo altruista, y para ello toma también—y en esto difiere de los demás esplritualismos puramente especu- lativos—aquello que el positivo materialismo sólo admite como base de conocimiento indestructible: la experimentación científica. Sobre hechos observables y observados da cuerpo á una nueva (?) ciencia, la psico-física, que es el puente por donde los más sabios materia- listas han de pasar para llegar al esplritualismo, del cual han de ser des- pués sus más fuertes defensores. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 123 La escuela fundada por Alian Kardec satisface por igual ai sentimiento y á la inteligencia, y por eso su doctrina, cual la de Jesús en ios primeros siglos, se difunde y universaiiza, aun siendo enteramente contraria á las creencias, sentimientos y costumbres dominantes. Mas del mismo modo que la pureza de la doctrina de jesús se desnatu- raiiza, adultera y trunca por aquellos que pretenden sublimarla, si sublima- ción cabía, y vienen á ser inconscientemente sus peores enemigos, así tam- bién el sublime y sencillo Espiritismo fundado por Alian Kardec se desna- turaliza, adultera y trunca en su esencia por algunos fanáticos (1) que pretendiendo rendir al Maestro ferviente, mejor dicho, idólatra culto, son inconcientemente sus peores enemigos, pues con sus prácticas espiriteras presentan al mundo un Espiritismo contrahecho para que sea objeto de mofa de propios y extraños. Dos aspectos ofrece la obra de Kardec: el filosófico y el fenoménico, hechos espiritistas, medianímicos, ó ciencia experimental. El primero, ó sea la doctrina filosófica, como especulación metafísica es, por esta misma razón, siempre discutible, hasta tal punto que cabe per- fectamente no estar conforme con uno ó muchos conceptos en ella conte- nidos y ser tan espiritista como Kardec. Sus razonamientos están, por lo general, concebidos con tal elevación de ideas, y expresados tan clara y sencillamente, que son fácilmente comprendidos y asimilados por todas las inteligencias. Sus teodicea, ontologia, ética, providencialismo... seña- lan un gran paso adelante, con relación al criterio católico, más de ningún modo deben considerarse como la expresión de la verdad absoluta. Esto no es, ni será nunca, patrimonio de la inteligencia finita y perfectible del hom- bre. Son, por lo tanto, aquellos conceptos perfectamente discutibles, y cabe que sean superados por otras inteligencias, indudablemente, cuando haya nuevos y más completos datos de la observación científica, y un ma- yor desenvolvimiento de la intelectualidad del espíritu en la masa general de la humanidad, sus conceptos serán superiores y ampliarán ó modifica- rán algunos de los expuestos por Kardec. El mismo, acaso, no estaba de completo acuerdo con todo lo que escribió y hubiera ido más allá si el tiempo lo hubiera permitido, ó no le hubiese detenido la consideración de que, dado el nivel intelectual de su tiempo, no era conveniente. A propósito, y en confirmación de esto mismo, he aquí lo que dice una testigo importante, la respetable é ilustre Mdme. R. Noeggerath, amiga de Kardec, en una nota á una hermosa comunicación atribuida fun- dadamente al Maestro: «Nota.—En las sesiones íntimas Alian Kardec hablaba como gran sacerdote de la India antigua. La grande inteligencia que se había consagrado á la regeneración de la humanidad, se reencarnó, bajo el nombre de Alian Kardec, para poner de nuevo, con toda la audacia que permitía su época, los primeros jalones de la ciencia dada al olvido. Poco tiempo antes de su muerte, expresó á sus amigos, y particularmente al profundo filósofo Jules Dory, su sentimiento de no haber podido ir más állá, y el deseo de que sus sucesores ampliasen y desenvolviesen su obra. Tenía pena y una especie de remordimiento de no haber tratado el asunto del porvenir de los animales, de su evolución, de su ingreso en el (I) Espiriteros les llamaba el ilustre Torres-Solanot. 124 LUZ Y UNIÓN reino humano. Aunque el momento no era propicio, pensaba llenar esta laguna, cuando la muerte interrumpió su obra (1)». El segundo aspecto de la obra de Kardec, es el referente al fenome- nismo ó ciencia experimental- También bajo este concepto asombra la labor que realizó, si se tiene en cuenta el inmenso núm.ero de datos que reunió para poder elevarse á su clasificación y sentar conclusiones. Mas por grande y claro que fuera su criterio, su obra, en este punto, tenía que ser muy imperfecta y sujeta á muchos errores, pues se basa en hechos en los cuales intervienen muchos factores, elementos ó fuerzas, entonces casi del todo desconocidos. Al Espiritismo se debe el incremento que adquirió la psico-física (mag- netismo, hipnosis. Espiritismo experimental...) Desde entonces se ha co- rrido mucho camino y se han despejado muchas incógnitas, lo cual no quiere decir que la psico-física sea ya una ciencia de la cual se posean muchos conocimientos, pues aun está en sus comienzos, pero lo descu- bierto por ella es lo suficiente para poder afirmar que determinados fenó- menos extraños, tenidos hasta hace poco por espiritas, es decir, atribuidos á los espíritus, son exclusivamente producidos por fuerzas que, aunque no bien conocidas, son propias del mediun y de los circunstantes. Los espiriteros y espiritistas fanáticos, á que antes hemos hecho re- ferencia, á cada negación que la ciencia hace de un hecho tenido por espí- rita se vuelven airados contra el que se atreve hacer semejante declaración, y, cual fieles guardadores de dogmas sagrados, lanzan sobre él su anate- ma. Infatuados con que poseen la verdad absoluta, no ven que el quietismo es muerto y que el movimiento es vida, que el Espiritismo, como filosofía y como ciencia, es integral y progresivo, y por tanto, reformable y perfec- tibie, y que, sobre su filosofía y su ciencia, estas afirmaciones son las que recomendaba Kardec como evidentes á sus adeptos como norma de conducta. El mejor homenaje que podemos ofrecer á su memoria, es seguir sus sabios consejos, que se resumen en una sola palabra: Adelante, para pro- curar que el Espiritismo se depure, en lo posible, de errores y sea de este modo, entre todas las demás, la doctrina que contenga en sí la más alta expresión de la verdad. Eugenio García Gonzalo. A Kardec I ¡Caminaba la actual raza humana hacia el más vergonzoso materialismo cuando tú. Maestro, la detuvistes con la potente energía del espíritu! ¡Hallábanse los hombres agobiados bajo el peso terrible del eterno in- fiemo ó de la eterna nada y de tu mente surgió la idea consoladora de la Reencarnación! (1) La survie, por R. Noeggerath, pág. 365- revista espiritista kardeciana 125 ¡A impulsos de tu mágico pensamiento fué destruida la muerte con la Inmortalidad y la Vida adquirió nuevos aromas, y los hombres pudieron amarse como hermanos! ¡Gloria á tí, Maestro, paz á tu espíritu; tu obra gigantesca perdurará por los siglos de los siglos, y los hombres podremos bendecir tu recuerdo y grabar en nuestras mentes los principios de tu sistema que detuvieron á la humanidad en el borde del precipicio materialista! II Su obra fué obra de Amor y de Paz, pero sin dogmas, sin prejuicios, sin sistemas cerrados, sin cuadrículas fijas; porque proclamastes como principio básico de tu doctrina la gran verdad del Progreso indefinido. Y este progreso significa amplitud de miras, de ideas y de conceptos dentro del orden espiritual y racional. Por eso, tanto como á ti ¡oh Maestro! te glorifico y ensalzo, execro á aquellos pseudo espiritistas que pretenden encerrarse dentro de un dog- matismo vacío y crear escuela aparte de aquel Progreso indefinido que tu proclamastes. Y los execro porque si el Espiritismo ha de ser fiel reflejo de la mente de Kardec no puede de ninguna manera encerrarse dentro de ningún sistema dogmático, sino buscar sus preceptos científicos y ahondar las raíces de sus especulaciones en las mismas raíces hondas y profundas del humano espíritu. ¡Gloria, pues, á Kardec! ¡Gloria á su obra libre y progresiva! ¡Gloria á la ciencia que representa y á la humanidad que redime! ¡Atrás los que á ella se opongan! ¡Paso á la Libertad y al Progreso Espiritista! César Bgrdoy. Federación Espiritista Española (en proyecto) El Comité Org-anizador, á los adheridos y á los espiritistas españoles en general: Insiguiendo este Comité el plan que se trazó al constituirse, era su deber, una vez transcurrido el plazo señalado para la admisión de adhesiones al pro- yecto, capacitarse, lo mejor posible, de la enseñanza á deducir, así del número y calidad de los que han respondido al llamamiento, como del parecer de aque- líos á quienes se ha consultado y del espíritu que en las manifestaciones de unos y de otros rebosa. Esto es lo que hizo en su sesión del 28 de Enero próximo pasado. Teniendo á la vista las adhesiones recibidas y las contestaciones dadas á sus consultas, el Comité, previo detenido examen, sacó dos consecuencias capita- les, á saber: Que es reconocida por todos la necesidad de organizar y orientar 126 LUZ Y UNIÓN debidamente las fuerzas espiritistas; que el número total de los que se han ad- herido al pensamiento, si es suficiente para crear y hacer viable el organismo que se proyecta, no corresponde con lo difundido que el Espiritismo se halla en España, ni, quizá, con la calidad mental de una parte de sus adeptos. Contrastadas una y otra consecuencia, al parecer antagónicas, parecióle al Comité que su razón de ser se justificaba perfectamente; pues si la necesidad de organización y de orientación por todos sentida no se reflejaba gallarda, exu- berantemente en el número y calidad de los adheridos al propósito, bien pudiera ser que reconociera por causa cierto no infundado recelo sobre las bases, pro- cedimiento y alcances que se dé á la nota institución. Basándose en este supuesto, y estimando, por otra parte, que las voluntades ya acopladas no debían, no podían desestimarse por deficientes para el objeto perseguido, el Comité acordó de plano afirmarse en sus propósitos y proseguir en sus tareas hasta alcanzar la meta suspirada, cual es la celebración de la Asamblea Nacional Espiritista Española , llamada á resolver, en definitiva, si se constituye ó no la Federación Espiritista Española , y, en caso afir- mativo, sobre cuáles bases habrá de asentarse y qué régimen es el que haya de seguir. En méritos, pues, del antedicho acuerdo, resolvió este Comité: 1 ° Señalar los días 29 y 30 del venidero Junio para la celebración de la Asamblea Nacional Espiritista Española; 2.° Designar como punto para la celebración de dicha Asamblea la ciudad de Sabadell (provincia de Barcelona); 3.° Publicar una circular-convocatoria para la referida Asamblea, con las bases y temas á tratar y resolver; la cual se dirigirá á cuantos se hayan ad- herido á la idea de formar una Federación en España y á los elementos que se sepa existan constituidos y domiciliados en el territorio español; 4.° Establecer, para sufragar los gastos, una cuota social de cinco pesetas para las sociedades, grupos y centros espiritistas que se hayan adherido y que quieran asistir ó estar representados en la Asamblea, y la de dos pesetas para cada uno de los Asambleístas que personalmente concurran al referido acto; 5.° Aceptar las adhesiones que se vayan recibiendo; y 6.° Rogar á la prensa espiritista española la publicación de estos acuer- dos y de cuantos documentos y noticias puedan interesar al Comité Organi- zador y entidades y personalidades adheridas á la Federación en proyecto, á fin de que la Asamblea, hacedera durante los días 29 y 30 de Junio próximo, sea un éxito y marque una nueva era de luz y progreso, en España, en beneficio de la propaganda de los redentores ideales del Espiritismo. Como complemento y metódico desarrollo de lo prescrito en los particulares 3.° y 4.° del transcrito acuerdo, cumple al Comité fijar los temas que serán ob- jeto de la deliberación de la Asamblea, y las bases de organización y concurren- cia de la misma. He aquí los Temas á diseutir por la Asamblea: I.—-¿Se considera suficiente el número de adheridos para dejar constituida la Federación Espiritista Española. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 127 II.—Principios básicos de la Federación: a) en orden á la doctrina; b) en orden á la organización y procedimiento. Ill —Organización de las entidades federadas: a) en sus relaciones con la colectividad; b) en su régimen interno. IV.—Propaganda; métodos y orientaciones á seguir: a) en la propaganda oral; b) en la propaganda escrita; c) en la propaganda de acción. V.—Solidaridad integral de los federados; su procedimiento. VI.—¿Es conveniente un distintivo para los federados? Caso afirmativo, ¿modo y forma de usarlo? VII.—Relaciones de la Federación y de sus núcleos: a) con las entidades afines nacionales; b) con las entidades discordantes; c) con las entidades espi- ritistas y no espiritistas de los demás países. VIII. - Proposiciones varias. Los señores ponentes podrán desarrollar su pensamiento verbalmente ó por escrito, sin otra limitación que la que en todos los casos aconseja la prudencia; pero se recomienda, al objeto de facilitar la discusión, que las conclusiones que presenten sean claras, concretas y compendiosas. Para el desarrollo de la sesión ó sesiones que la Asamblea celebre, se esta- blecen las siguientes Bases orgánicas: 1.® Toda sesión dará principio con la lectura y aprobación del acta de la anterior. Presidirá esta parte el Presidente del Comité organizador, y actuará de Secretario el del Comité. 2.^ Inmediatamente se procederá al nombramiento de Presidente, Adjuntos 1 ° y 2.° y Secretario 1.° y 2.° para aquella sesión, y tendrán á su cargo, los tres primeros, por su orden, dirigir y encauzar las discusiones con estricta sujeción á estas Bases, y los dos últimos, toirtar los apuntes necesarios para luego extender el acta. 3." Constituida la Mesa, el Presidente anunciará el tema que se haya de debatir y concederá la palabra al ponente del mismo. Después de oído al ponente, preguntará á la Asamblea si se toma ó no en consideración lo propuesto, y si la Asamblea contestara en sentido negativo, no admitirá ninguna discusión al res- pecto, pasando desde luego á otro tema; mas si fuera tomado en consideración lo que el ponente proponga, abrirá discusión sobre ello, considerando tres turnos on pro y tres en contra y una rectificación por cada turno, pasando luego á vota- ción el asunto, salvo que la Asamblea estimase no darlo por suficientemente dis- cutido, en cuyo caso se concederán por la Presidencia tantos turnos en pro y en contra como la Asamblea acordase. Si se diera el caso de que sobre un mismo tema hubiera dos ó más ponencias, primeramente se oirán todas ellas, y después se consultará cuáles se toman en consideración, siguiendo con cada una, por su orden, el procedimiento ya fijado. 4.® Terminada la sesión, los Secretarios leerán, en voz alta y clara, un avance del acta que habrá de aprobarse en la siguiente, en la que sólo consten las conclusiones de lo aceptado ó rechazado por la Asamblea. 5.® Si para el desarrollo de alguna base acordada fuera conveniente nombrar una ponencia que redactase el oportuno articulado, se nombrará dicha ponencia en el acto de quedar aprobada la base, debiendo figurar en ella el proponente y otros dos Asambleístas, por lo menos, designados por la reunión; y esta ponencia vendrá obligada á cumplir su cometido antes de la sesión inmediata, al objeto de 1-28 LUZ Y UNIÓN que el articulado que proponga sea leído, discutido y aprobado antes que ningún otro tema en la sesión venidera. 6.'' En la última se constituirá la Mesa con el Comité organizador en pleno, y en ella, después de leerse y aprobarse el acta precedente, se votará en definí- tiva las conclusiones adoptadas por la Asamblea, se declarará constituida la Fe- deración y se votará su Junta ó Comité directivo, con sujeción á las Bases y Reglamento que la Federación se haya dado. Esta votación podrá ser hecha en la forma que la Asamblea determine. Basés de eoneurpencia; 1.® El abono de la cuota de 5 pesetas establecida en el extremo 4.° del acuerdo adoptado por este Comité Organizador para las Sociedades, Grupos y Centros espiritistas, da derecho á que puedan concurrir á la Asamblea, con voz y voto, tres delegados de la entidad concurrente. Si asistiera alguno más, sólo podrá tener voz y voto inscribiéndose como Asambleísta. 2.^ Los Asambleístas que abonen la cuota establecida de 2 pesetas gozarán de voz y voto y podrán tomar parte en cuantos actos celebre la Asamblea. 02 La condición de Asambleísta se acreditará mediante el oportuno título que se facilitará por el Comité Organizador al presentar las credenciales y satis- facer la oportuna cuota. 4.® Queda permitida la entrada en el local en que celebre sus sesiones la Asamblea, salvo en aquellos casos en que la sesión sea privada, á todos los espi- ritistas y no espiritistas que vayan provistos de la correspondiente tarjeta de invitado, que facilitará, á su discreción, el Comité Organizador; pero éstos no tendrán voz ni voto y habrán de ocupar en el salón el sitio que esté reservado para los de su clase. Bajo estas Bases y con la acertada elucidación de los temas propuestos, cree el Comité que el Espiritismo español no sólo puede constituirse en Federación Nacional sino alcanzar el prestigio y preponderancia que de derecho le corres- , ponde por la sublimidad de su doctrina y por la eficacísima trascendencia que sus soluciones habrían de tener en todos los problemas morales, sociales y políticos. Así, pues, este Comité se complace en dirigir el presente llamamiento, mo- desto sí, pero sentido y animoso, á todos sus hermanos en creencias residentes en España, y espera confiado que por amor al ideal, por cumplimiento del sa- grado deber que todos tenemos de concurrir con nuestro esfuerzo á la obra de la regeneración humana, y en satisfacción de la propia conciencia, no quedará uno solo de los que rinden pleitesía al Credo espiritista, que en los días 29 y 50 del venidero Junio no asista, de presencia ó en espíritu, á la Asamblea Nacional á que á todos se convoca. Hacia Dios por el Amor y la Ciencia. Sabadell 1.° de Marzo de 1912. El Comité Organizador : Armengol Farràs, Presidente; lAaviin Font, Vice- presidente; hVcQxio k.nàr&\x, Eduardo Estapá, Agustín Brunet, Manuel López, Jaime Puigdoller, Salvador Recasens, José Rodó, Domingo Armengol, JuanQusi, Balbino Montalbán, Teodoro Sanmartí, Foco/es; Juan Torras S&rra, Secretario. Nota .—Las adhesiones al Secretario, calle Industria, 8, principal, Sabadell, á quien deberán remitirse además, por medio de giro postal, el importe de las cuotas de Asambleísta. Obras qoe se bailan de venta en la AdmlnlstraGíón de esta Revista Ptas. Nuestras fuersas mentales, por Pren- La misericordia es la júslicia^ch sw tice Mullord. Consta de 4 tomos . . 40 más elevado concepto. Un folleto de Arte de ser felis, por W. J. Colville. Un 32 páginas 0'25 tomo en 4." rústica. ..... 3 Ramos de ciofcfas, por Amalia Domin- Encuadernado en tela y oro . 4'50 • go Soler. 4 t., en rustica, con el re- Los fenómenos de Villa Carmen. Un trato de la autora en la cubierta . . tomo en 4.° rústica 3 En tela y tapas especiales . . . . En tela 4'50 Los 4 tomos, formando dos volume- Album de Jotografias de.cspiritus. Ri- nes, en tela y plancha quisimamente encuadernado 3 Tomos sueltos; cada uno, en rústica. 1 . . De Encuádernado en tela . . . 2 la Idea de Dios, por León Denis 0'50 La de Memorias de un Vos la India, Luis Jacolliot Espíritu. ¡Te por perdono! Un 8 ts. en 8.° m. En rústica cada . 1 tomo en S." en rústica uno . . . 1 tela Encuadernados en tela y oro . . . 2 En 2 Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, El Colectivismo integral revoluciona- en tela y oro ■ . . 14 rio, por Eduardo Büulard. Dos tomos en 4." en rústica 3 Marietta. Un tomo en 8.°, de 464 pá- En tela, en un solo tomo. 4'50 ginas. En rústica .....*.. 2'50 . . . . En tela y oro 3'50 ¡Abajo la pona 'de muerte'. Folleto por del Fto. de 8 0'05 D. Salvador Pons, presbítero . . . 0'50 Ventajas Espiritismo. ps. 7 exto de cnseñansa dominical y de lee- Elementos de una nueva ciencia, por tura las Escuelas Mariano Ruth Un tomo en para espiritistas, Sinué. por D. Felipe Senillosa. Un 4.", en rústica 3'50 tomo en 4." rústica En 2 tela y plancha . . . . . . . 5 mayor en En tela y oro 3'50 Cartas da ultratumba, por Onofre Vi- ladot. Un La tomo en Psicología de las 4.°, en rústica. . 2 . Religiones, por Encuadernado en tela oro- . . . á'50 D. Joaquín J. Fernández. Un ele- y gante tomo 8.° mayor rústica . . Katie-Eing. Espiritisrno Moderno. Un . Encuadefnado tela t. en 8.°, elegante cubierta, rústica. 2 en y oro . . . Encuadernado en tela oro . . . :3'50 Colección de Oraciones. Nuevo devo- y clonarlo espiritista. Un voluminoso Ensayo sobre la enseñanza filosófica del t. en 8." el Barón du Pbtet. m., tipos claros, en rústica. 1 Magnetismo, por Encuadernado Un en cartoné 1'50 t. 8.°, de 28ü páginas, en rústica. 3 . . . . En tela 2 En tela y colores oro 4'50 y Guia práctica del espiritista, don Alfieri el Marino. Un t. en 8i'", rústica 2 por Miguel Vives. Un tomo 8." Encuadernado en tela en ma- y plancha. . 3'50 yor en rústica 1 Impresiones de un loco, por César Bas- Encuadernado en cartonet. . . 1'50 sols. Un t. en . 8.°, 208 págs., rústica. 2 Tesoro de consuelos modo de vivir En tela y y oro 3'50 cristianamente. Un elegante tomo en La Verdad frente á.frente del F.rror. 8.° prolongado, en rústica . . . . 3 Un t. de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 Encuadernado en tela y plancha. . 4'50 En tela y plancha 4'50 La "Ciencia de la vida ó la caridad en Lus y Vida (Manual del Creyente)-. Un acción.Vn tomo en 4.° mayor rústica. 2 tomo de 272 páginas en 4.°, rústica. 3 En tela y plancha 3'50 En tela y oro. 4'50 La Guerra es el Infierno. Un t. de 48 ps. 0'50 Avantismo, por Bruno Miguel Mayol. Misterios del alma, por Virgilio. Un Un tomo en8."de 164págs. En rústica. 2 tomo en 8.'' prolongado, en rústica 1 En tela v oro 3'.50 . En tela y rótulo 2 El gran Enigma, por León Denis. Un ¡Los muertos viven! ¡No los lloréis! tomo de 272 págs. en 4.°, con el re- Consolador folleto de 16 páginas CIO trato del autor. En rústica .... . . .3 La Tragedia Divina. Un En tela y oro. . . 4'50 elegante torno, escrito en catalán, en 4.° me- Síntesis doctrinal y práctica del Espi- nor. Edición bibliófilo ritualismo, por León Denis. Folleto Edición corriente de 64 págs. en 4.° . . . . . . .- 0'50 IDE El libro de ios Fspiritus. — lit libro de los Mediums. — l·I Evangelio según el Kspiri- tismo.—F.l Cielo y el Infierno ó la Justicia Divina según el Espiritismo.—El Gene- sis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo.—Obras postumas. — ¿Qué es el Espiritismo^, en rústica, cada tomo 2 ^ En tela, cada tomo ■ • 3*50 PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Espaia, QD año 7 pesetas — Extranjero, un año. ... . 12 pesetas Kúmero snelto: 5U céntimos Se ruega á los Sres. suscriptores que a¡ efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración, y los que la deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instpueeiones para el abono de las susefipeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos, billetes de Banco ó por el giro postal. EXTRANGERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. Colecciones de LUZ Y UNION, con su correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909, 1910 y 1911, á 7'50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que deseen la colección de la Revista encuadernada, aumentará 1'50 pesetas. i Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obiras publíeadas por esta Revista Año 1907: La Religión Futura. —Año 1908: Elementos de una nueva Ciencia.^Año VòO'ò: La Verdad frente á frente del Error. —Año 1910: Album de fotografías espiritistas. — Año 1911: L^uz y Vida (Manual del Creyente). Obra de regalo para el presente afto: EL GRAN ENIGMA - Dios v el Universo J POR Imp. de LUZ Y UNION, Rambla de Cataluña, tl8.—Barcelona SUMARIO.—Palabras en el Cielo, por Victor Hugo.—Reflexiones, por Bernardo Raida.—Momentos felices, por Liberto. —¡Amalia!, por José Pardá.—Plegaria por los mortales, por Gregoreite.—Las religiones positivas han sido y siguen siendo estado- narias, por B. Rodriguez.—De nuestra actuación, por J. Costa Pomés. —Comunicación, por Lamennais.—La reserva del Cristo y la Historia, por Martin Font.-^Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos lüéjico*—Evaristo Barrientós, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz), Puei'to-Kico.—Faustino Isona, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 altos, PONCE. Caba.—Ignacio Larramendi, calle E. Viliuendas, 46, MANZANILLO.—Delfín Roig y Roseil, Habana baja, 26, SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Infiesta, calle Cuba, 54, HABANAr—Faustino Serio, Calle de Cuba, 27, HOLGUÍN.—Armando J. Raggi, Apar- tado, 17, CAIBARIEN,—José Casals, YAGUAJ.A.Y (Oriente-Cuba).—D. Manuel Mateo, S. Fernando, 40, CAMAGÜE Y. Filipinas.—José León, apartado 130, MANILA. Kepública de Colombia.—Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés, 9, BO- GOTA.—Luis M. Carvajal, MEDELLÍN. República del Salvador (C. A.)—Luciano Cenedella, SANTA ANA. Kepública Argentina.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraola, NECOCHEA.—Luis S. Torres, SANTA FE.—José Errea, PEHUAJO.—Gonzalo Laporta, «Centro La Paz», Calle Misiones, 126, BAHIA BLANCA. Kepública de Costa Kica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSÉ DE COSTA RICA. Krasil.—Joao Diogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA CONQUISTA (Estado de Babia). Kepública Uominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. Kepública de Kicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA Kepública del Kcnador.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Chile», 4, QUITO. Kepública de Honduras.—E. Streber, AMAPALA. - J. Ismael López, TE- GU,^CIGALPA. Kepública de Cnatemala.—José Sánchez Guzmán, Departamento de San Marcos.—MAL ACATAN. Gribraltar.—D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Túnger (llarmecos).—Bernardo Raída, Banco del Estado Marroquí. CORRESPONDENCIA 8res. Snscriptore^ qne han satisfecho la suscripción de 1911 F. I.—Cayey (P. R.) J. P.—Sevilla V. J.—Figueras (Gerona) L. C.—Santa Ana V. M.—Fuentes (Cuenca) Sres. 8nscrlptores qne han satisfecho la suscripción de 19113 J. S.—Barcelona J. M. C.—Santo Domingo J. M. S.—Novelda M. S.—Id. de Moya D. S. — Mérida de Yucatán J.R.—Id. S. B.—Caibarien (Cuba) A. M. —Càceres G. y V.—Id. S. V.—Id. id. D. R.—Santiago de Cuba J. M. F.—Id. S. R. D.—S.Juan (R. A.) P. M. C.—Navalmoral de P. C.—Id. J. D.—Jaén la Mata C. C.—Id. N. L.—Murcia Pte. S. La Esperanza.— J. P.—Id. F. C.—San Baudilio de Sta. Rosa de Toay A. R.—id. Llobregat C. P.—Id. C. I.—Id. E. M. de V. —Guadalaja E. M.—Navaleno (Soria) L. V.—Cabo Rojo (P. R.) ra (México) E. 1.—Habana (Cuba) V. G.—Requena R. P.—Sobradillo (Sala- J. M.—Cortes de la Fron- M. G.—Utrera (Sevilla) manca) tera F. B.—Melilla L. C.—Mataró J. O. B.—Mequinenza (Alcanza al 21 de Marzo de 1912). La Administración. Año XIII JUNIO DE 1912 Núm. 6 Palabras en el cielo ¡Vivientes, dormid! ¡Apacigúate tumulto de las almas! ¡Haya tregua y olvido! ¡Malvados, reposad! Basta; y debeis estar cansados de odiar; y llegó ya la hora de la paz, que el mundo reclama. El corazón divino refleja su resplandor en el corazón humano. El pensamiento se engrandece en las regiones del sueño. Hombre, no estás sumido en lo desconocido; lo conoces todo, porque sabes que debes ser justo. La suerte es un antro negro, pero el alma es la augusta lámpara. Dios, por medio de la conciencia inextinguible, desvanece la inocen- cia del hombre en las blancuras del cénit. La frente huma- na está unida al cielo por un rayo luminoso. La vida es una página misteriosa plegada, que el hombre lee cuando muere y deletrea cuando sueña. El sueño es un prodigioso desvanecimiento; en el se oyen voces, pasos y olas; en él todo se mezcla, clamores, suspiros y gemidos; multitudes temblorosas, apacibles rebaños, alegres enjambres, y todo se dirige al fln divino, guiado por la mirada eterna.—Res- ponsabilidad, trabaja que ha llegado tu hora; mejora el alma humana. Todos los vivientes arrastran la misma cade- na. Siente, pastor su peso. ¡Frágiles poderosos!, tratad de que os tolere la sombra. El abismo está irritado con justa cólera y se presenta amenazador. Pero sólo amenaza al fuer- te; el átomo, cuando duerme, cuenta con la protección terri- ble de los abismos. Dormid, virtudes; dormid, sufrimientos; dormid, crímenes; dormid, bajo la serenidad del flrmamen- to azul. ¡Feliz el hombre que comprende al través de su sueño que las estrellas alumbran la tierra para protejer al débil y al humilde, y que durmiendo oye el consejo miste- rioso que desciende de las alturas. ¡Dejad pasar sobre voso- tros los venerables astros y dormid! ¡Vivientes, grandes ó miserables, que en esas horas os parecéis al fantasma en- vuelto en su sudario, mientras tembláis soñando, el alma vela y vigila en vuestro interior! 162 LUZ Y UNIÓN ENTRAN LOS REYES Los Reyes.—¡Salud, Papa! somos los Omnipotentes, los Reyes, los Señores! El Papa.—¡Salud, Hombres! Los Reyes.—Sacerdote, somos Reyes. El Papa.—¿Por qué? Los Reyes.—Porque lo somos eternamente. El Papa.—¿Y Dios? Los Reyes.—Ya sabes que en la tierra hay cumbres. El Papa.—Desde la altura de Dios sólo se ve en la tierra un llano. Los Reyes.—Somos grandes, fuertes y vencedores. El Papa.—Los humanos no son más que sombras. Los Reyes.—Somos los elegidos. El Papa.—Los hombres son todos iguales. Los Reyes.—Como Horeb y el Sinaí, que dominan los campos, somos nosotros, que formamos una cadena augusta de montañas.—Constituímos el horizonte que creó el mis- mo Dios. El Papa.—Corona la aurora la fi'ente de las montañas y la noche la frente de los Reyes. Dios no los creó. Los Reyes.—¿Acaso no eres Rey tú también? El Papa.—Yo no reino. Los Reyes.—¿Entonces qué haces? El Papa.—Yo amo. EL PAPA EN EL UMBRAL DEL VATICANO Hablando á la Ciudad Eterna, hablo al universo. Escu- chadme, mortales que vivís en la oscuridad y á quienes extravió durante mucho tiempo la impostura servil; sabed que el cetro es vano, el trono negro y la púrpura vil. Quien- quiera que seáis, hijos del Padre, oidme todos. No hay de- bajo de ese cielo suave, impenetrable, más que una púrpu- ra, la del amor: no hay más que un sólo trono, el de la ino- cencia. La luz y la oscuridad están en presencia del hom- bre como dos combatientes dispuestos á destrozarse; el sacerdote es un piloto; debe acostumbrarse á la luz para que su alma sea blanca; todo debe crecer en la claridad, el hombre, la flor, la rama y el pensamiento. Hora es ya de que la aurora tenga razón, y Dios no nos ha confiado su revista espiritista kardeciana 163 morada, que es la justicia, para que vivamos fuera de ella, para que aumentemos la oscuridad y hagamos que la esfera gire del revés. Soy ciego, como todos vosotros, amigos míos. Desconozco lo que es el hombre, lo que es el mundo y lo que es Dios, y me han ceñido en la frente tres coronas, que corresponden á esas tres ignorancias. El Papa está re- vestido de apariencias. Los hombres, mis hermanos, me parecen mis siervos; no sé por que habito este palacio; no sé por que ciño esta diadema; me llaman Señor de los Se- ñores, Jefe Supremo, Pontífice soberano, rey escogido por el cielo; pero, pueblos, he hecho el descubrimiento de que soy pobre. Por eso me voy de aquí. Abandonaré el palacio, con la esperanza de que me perdonen el oro, la riqueza y el espantoso y usurpado lujo en que viví. Espero que no me maldigan por haber pasado la vida vestido de púrpura, habiendo yo nacido para vivir en una choza. La conciencia humana es hermana mía y deseo hablarla. Mi ley gs aborre- cer el mal, sin odiar al malvado. Sólo soy un monje, como Basilio, como Honorato, y como Antonio. Ya no calzaré sandalias de oro, en las que la cruz se espanta algunas ve ees de los besos sangrientos de los reyes. Pueblos, en otros tiempos Noé salió deslumhrado por los sueños que tuvo en el arca; así salgo yo. Partiré, y al ponerme en marcha para recorrer la tierra al azar, sufriendo, cuando le plazca al cielo, la lluvia y el granizo, sin saber dónde reclinaré por la noche la cabeza, sabiendo que el hombre sufre, iré á socorrerle, iré á confortar á los espíritus que floten y á los corazones que zozobren; iré al desierto, á las aldeas, á las cabañas, de noche al través de las zarzas y las piedras; vagaré como Jesús, como ese errante divino. Para el que nada posee caminar por las profundidades humanas, crear corazones, acrecentar la fé, es apoderarse del mundo. To- maré la tierra á los reyes, devolveré Roma á los romanos y volveré á entrar en la casa de Dios, esto es, en la casa del hombre. ¡Pueblos, dejadme pasar! ¡Adiós Roma! Víctor Hugo. De todo libro que se envíe un ejemplar á esta Redacción, se dará cuenta de su aparición,}' si dos, se hará juicio critico sobre el mismo. 164 LUZ Y UNIÓN Reflexiones El Camino del Progreso Cual trágica perspectiva que en tupido velo envuelta se oculta allá en el fulgente horizonte que vaga y confusamente nuestra Visual vislumbra, corremos anhelosos, estimulados por el fuerte impulso de esa inseparable é inherente compañera que llamamos «conciencia», buscando un. algo en el cual descifrar ese misterioso arcano que tan inexorablemente nos en- vuelve sumiéndonos irremisiblemente en el caos de las insolubles confusio- nes que arrancan nuestros pensamientos para confundirlos en el vasto in- cognoscible. Y, así, monótonamente y en medio del cinismo de la depravada socie- dad, seguimos, con incólume imperterridad, vagando en pos del algo fugi- tivo, y corriendo tras las fugaces huellas que al anhelado ineógnito encaminarnos quieren. Pero joh decepciones! cuando más creemos haber rasgado el velo, densa niebla empaña el horizonte y absortos contemplamos una impenetra- ble oscuridad que, anonadándonos y deprimiéndonos, hasta casi vulneriza nuestros yo5... Y henos aquí sumidos en grandioso maremàgnum de opresores pensamientos y de tétricas y transcendentales preocupado- nes, que forjando en nuestras mentes un Variado cúmulo de quiméricas concepciones, nos arrastran impetuosamente por la falaz corriente del po- sitivismo para estrellarnos fatalmente contra las negras rocas del error que, de las utópicas vanidades, engendradas por nuestros calenturientos cere- bros, nacieron en los exhaustos campos de gérmenes progresivos. Y atenuados ya, vital, psíquica y psicológicamente por el mortífero despecho de esa cruel decepción, ora semi-furibundos, ora con la cerviz baja, ora impelidos por la crasa aberración del sórdido orgullo, nos levan- tamos penosamente, y al querer orientarnos por un nuevo sendero... acia- gamente nos lanzamos en el inmundo seno del execrable nihilismo, para saciar nuestras impúdicas avideces concupiscentes, asimilándonos al asque- roso y venenoso reptil que en sus mismas inmundicias se revuelca, ó al ínfimo alacrán que, rodeado de fuego, antes de morir achicharrado en las candentes ascuas, da fin á su existencia, inoculándose su propio veneno... •■y- --y «No hay efecto sin causa», nos dicen los grandes pensadores, y la Cieneia Transcendental lo corrobora como irrefragable axioma. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 165 Y siendo así, ¿dónde está la causa de tan y tantas aniquiladoras decep- ciones? ¿Qué supina causa rige las leyes naturales, llamadas divinas, que tan irrisoriamente en el incognoscible nos oculta la verdad que tan anhe- losos buscamos? Si esta regidora causa es el G.'. A.'. D.'. U.'., el Creador, el llamado Dios, incontestablemente la Teología claudica, porque tal concepción no es más que un engendro de seres dementes, sugerido por una reminiscen- cia mitológica. Y si así no fuera, ¿por qué habría de obstinarse en ese gran prurito de ocultarnos la verdad? ¿Acaso esto no contrarresta y neutraliza todos los eximios atributos que el absurdo misticismo le confiere ó atribuye? •Indefectiblemente: la obvia é indubitable veracidad de los hechos lo de- muestran palpablemente... Cúmulo de sofísticos pensamientos es este que inmoralmente lanza diariamente la ignorancia escèptica y materialista, pre- tendiendo con ello vulnerizar la sublime Teología; pero la impávida ley extraterrestre, con incólumes fuerzas arranca sus tronadores ecos y, ate- nuándolos en su audaz carrera, en las inconmensurables regiones del Vacío los disipa... Pero dejando atrás el obsceno escepticismo y el funesto ma- terialismo que tantas desgracias causa, remontemos el pensamiento hacia todo cuanto sea cognoscible para inquirir en el ameno campo de la Ciencia Transcendental las causas incentivas que originan tanta pugna de desea- belladas ideas y pensamientos, y tan infructuosas como enervadoras lu- chas. Un crítico análisis y una completa descripción de los móviles de estas deplorables causas, exigiría un minucioso estudio de la vida y costumbres de nuestros antepasados, de las primitivas razas, hasta la contemporanei- dad; y el de todas sus religiones y sectas con sus cimentaciones, funda- mentos y tendencias hasta las existentes de nuestros días. Pero esta larga y ardua tarea demanda más atildada pluma que la que entinta estas cuarti- lias y una inteligencia no tan exigua como la mía. Así es que, para terminar este ramplón trabajo, me limitaré á hacer un pequeño y ligero estudio del socialismo actual, de la vida presente: Desde el primer momento que nuestros jóvenes espíritus empiezan á cursar el estado de la adolescencia, una inquietante preocupación les acó- mete; preven melancólicamente lo precaria que es la vida y ío efimera comparada al Infinito... y una indescriptible conmoción viene á apoderarse de sus embrionarias imaginaciones sumiéndolas en ambiguas cavilaciones; mas sus viriles fuerzas sobreponiéndose á las tribuladoras perspectivas, con frente altanera lanzan una escudriñadora mirada al microcosmos y lo estudian detenidamente... Vampirismo, parasitismo, predominio, yugo y sojuzgación; arteria, crá- pula, lucro, boato y usufructo; lascivia... y guerras sangrientas. He aquí lo que encuentra el joven progresista en el poblador terráqueo. 166 LUZ Y UNIÓN Esta horripilante escena le hace retroceder y tornar la Vista, y entonces ¡oh dicha! de los recónditos rincones cósmicos ve surgir refulgentes chis- pas de luz, que pletóricas y exuberantes de divinos hálitos, hasta él llegan, saturando su espíritu de dorados y vivificadores efluvios que meliflua y ve- dementemente le convidan á acercarse... y allá se encamina... ¿Quién es esa deidad que tan amorosamente le ha llamado? ¡Ah! es el progreso, es la ciencia, es el amor que le tiende los brazos, para que con- juntamente luche y trabaje para la regeneración mundial engrosando las f¡- las de la filantropía y del altruismo... y he aquí la caída. Repudia con sarcasmo la idea de consagrarse á su perfeccionamiento y al de sus semejantes, pretendiendo ser tarea vana, fútil y supèrflua la de sacrificarse por el progreso; retrograda y corre nuevamente en pos del obs- ceno espectáculo de la escena mundana, y allí frenético se lanza para for- mar parte de las bacanales orgías, ó bien para servirle al vampírico cacique que de sangre aun no está saciada su avidez, de blanco de su cruel ponzoña. ti: Aunque con rudo lenguaje y toscas palabras creo quedan demostradas expresamente, aunque superficialmente, las causas de nuestro rezagamien- to moral y material. Y por tanto, ¿por qué hemos de imputar á quien no debemos el mal de nuestros extravíos? ¿Acaso el que creó nuestros espíritus no les dió el libre albedrío, do- tándoles de «conciencia» para que con sus gritos de alerta nos desviase del mal camino? Sí, y en consecuencia, debemos imputar, á nosotros mismos, el mal de nuestras tribulaciones que tan merecidamente sufrimos, pues que son la cosecha de nuestra espinosa siembra. * •ft Seamos progresistas lógicos, puros y firmes y extirpemos de nuestros Yos las inveteradas raíces de la inercia y de toda pasión mundanal, para que así, libres de nocivas preocupaciones, podamos elevar nuestros pensa- mientos á lo sidéreo, aprendiendo á ser más activos; porque de este único modo es como podremos seguir las verdaderas huellas del progreso, incul- cando á la juventud los santos principios de la moral, y hacer que las nuevas generaciones sean más florecientes que las de la actualidad, que tan desastrosamente lucha en el gran océano de la depravación... ¡¡Trabajemos todos unidos en pos del progreso y de la libertad y amé- monos todos como Verdaderos hermanos hijos de una misma Causa; pues, asi, el trabajo material se unirá al espiritual, y marchando siempre al unísono, no tardaremos en Ver á la Humanidad expeditada de yugos y de tiránicas opresiones, y en vernos colmados de las inefables dichas que nos aportarán una familia universal!! Bernardo Raída. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 167 Momentos felices Sin caridad no hay salvación Tiene la vida del cronista ratos de todo; las más encontradas sensació- nes, los más diversos sentimientos, la variedad más grande de pensamientos se suceden en él, al compás de lo que el reloj de la vida va señalando, según lo que este valle de lágrimas le presenta. A las sensaciones de satisfacción y bienestar suceden triste abatimiento, moral desesperación al contemplar lo poco bueno que se hace en este mundo, y que en cambio de esta pequeña parte de bueno que desaparece pronto, bajo el aluvión de maldades, ruin- dades y crímenes con que esta humanidad que parece unas veces loca de Preparación de las mesas para el banquete remate, otras imbécil y las más sólo se asemeja á un rebaño de seres que sólo guía el instinto, se adorna, se acumula pronto encima el mal que reina en dueño y señor, arrasándolo todo, al impulso de la férrea voluntad, de la inteligencia del hombre que, en su relajamiento, ha acabado con prostituir hasta aquello que por ser la vivida expresión de su alma le diferencia del bruto. Y así pasa el tiempo, y luchando á brazo partido con la ignorancia en ciertas ocasiones, con la maldad en otras, el cronista ve transcurrir á veces semanas y meses sin sentir otra satisfacción que la de haber cumplido con su deber. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 169 170 LUZ Y UNIÓN Mas, en este triste batallar; en esta titánica guerra, que podrá durar más ó podrá durar menos, pero, que cual las célebres guerras púnicas, sólo podrá acabar con la destrucción de lo que representa barbarie, atraso, y con el triunfo de la virtud y de la verdad, hay también sus ratos de descanso; mo- mentos en que es tal la alegría que el alma siente, tanto lo que el espíritu goza, que, como por encanto, desaparecen tristeza y abatimiento y el es- píritu se anima, y lo que antes se veía negro y mal parado, se ve ahora de color de rosa. Esto es lo que me sucede, por suerte mía, cuando menos una vez al año, en ocasión de las fiestas que se celebran en Tarrasa á la memoria de los grandes apóstoles del Espiritismo Alian Kardec y Miguel Vives. A medida que se acerca dicho día, la imagen de los actos celebrados en tan solemne ocasión, el año anterior se precisa más y más, y su recuerdo me proporciona, por anticipado, un sin fin de satisfacciones. Mas liega el día tan señalado, y lo que sólo era un recuerdo se transforma en realidad; vuelven á reproducirse aquellas escenas que tanto conmueven al corazón, que al ver la abnegación de todos aquellos buenos hermanos que tanto tra- bajan y se afanan para proporcionar un día de solaz y felicidad á los des- heredados de la tierra que con tanto afán esperan aquella comida, la única quizás durante el año que satisface completamente su apetito, no pueden menos que dar gracias á Dios por aquellos momentos tan felices, tanto, que más que este planeta parece encontrarse uno en otro mundo superior, en donde sea una verdad aquella hermosa máxima de «Todos para uno y uno para todos». Este año, como los anteriores, se han celebrado tan hermosas fiestas que, gracias á la liberalidad de nuestro querido hermano Sr. Carbonell, sostenedor de este hermoso festival, se han visto amenizadas con la pre- sencia del sexteto «Armadás», que, con sus armonías, acabó de hacer más hermoso el acto que se realizaba. No hará, el que firma, una reseña del mismo, pues huelga; sólo se repetirá que fiestas como ésta sólo es posible hacerlas contando con la cooperación de elementos tan llenos de amor al ideal, como nuestro queridísimo hermano D. Claudio y los espiritistas tarrasenses, pues ni es fácil hallar quien se avenga á sufragar los cuantiosos gastos que ocasiona un acto como éste, ni lo es más tampoco encontrar quien quiera trabajar, durante Varios días, como trabajan los hermanos de Tarrasa, ocupados en los preparativos del ya popular banquete. Especial mención merecen los esposos Bendranas, dueños de la casa y jardines en que se celebra el banquete, pues á su edad ya algo avanzada, no es cosa de poca monta soportar, en sus propias habitaciones, aquel enorme trajín, que les obliga después á un baldeo general. Amigos íntimos de Vives, cuyo ejemplo quieren imitar, ponen en prác- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 171 tica continuamente la hermosa máxima del que mereció el honroso título de «Padre de los pobres»: «Primero los otros, después yo». ¡Felices ellos que tan bien saben amoldarse al espíritu cristiano del Espiritismo! Todo es allí abnegación, amor al hermano que sufre, veneración hacia los maestros á que va dedicado tan solemne acto. Cada año los rasgos de amor al prójimo se han multiplicado, y si antes quedaban circunscritos á los espiritistas de Tarrasa, parece que el contagio del buen ejemplo se Va extendiendo, pues aquel día tuvimos la inmensa ale- gría de ver á una veintena de hermanos de Sabadell que vinieron de la fabril ciudad, á pie y por el atajo, para contribuir, con su esfuerzo personal, al mayor realce de la fiesta, ayudando á servir á los pobres y marchando des- pués, otra vez, á sus lares, por el mismo camino, como queriendo indicar que cuando se trata de hacer el bien no tienen en cuenta ni la distancia ni la fatiga personal, que, en este caso, para jóvenes de quince á veinte años, no era poca, pues se trata de una distancia de diez kilómetros, bajo un sol ardiente y un cielo sin nubes que mitigasen los ardores de Febo. También concurrió y coadyuvó al servicio de los pobres, á pesar de su T edad ya algo avanzada, nuestro querido hermano, el veterano espiritista manresano, Francisco Malaret, al que acompañaba su distinguida esposa. A todos ellos felicito calurosamente por el soberano ejemplo que dieron de amor al prójimo y al ideal. ¡Así se hace ^ propaganda! La fiesta, de la que se sacaron las fotografías que en este mismo número publicamos, fué felicísima, quedando aquellos desheredados satisfechísimos del trato que se les dió, llegando su contento hasta el delirio cuando al ffnalizar nuestro Director el hermoso discurso que les dirigió antes de darles salida, en el cual puso de manifiesto la gran potencia consoladora del Espi- ritismo y la eterna justicia que, como primera manifestación de un Dios todo amor y caridad, rige todo lo creado; les comunicó que el filántropo hermano que costeaba el banquete les entregaría al salir, á la memoria de su fallecida esposa D.^ Luz, una peseta á cada uno. Imposible es reseñar el apoteosis de aquel acto que tan grato recuerdo dejó en los corazones de cuantos tuvimos la dicha de presenciarlo; para ello se necesitaría la pluma portentosa de un Cervantes, no la tosca de Liberto. ¡Amalia! ¿Qué me propongo al escribir las líneas que preceden? Varios son los motivos que á ello me conduce, aunque mejor pudiera decirse que es uno sólo. 172 LUZ Y UNIÓN 1." Aportará la reunión un asunto que á toáosnos interesa y con- mueve y hacer de este modo que la sesión sea lo más agradable posible. 2.° Cultivar mi inteligencia y elevar mi pensamiento á las regiones del Infinito, para que de este modo pueda ser útil á mis hermanos en general y seguir el camino que nos han trazado los grandes espíritus guías de la humanidad y que á nosotros nos sirven de faro; y 3.° Cumplir así un deber de conciencia, de gratitud, de respeto, ex- presar mi sentir, lo que mi espíritu no puede olvidar ni un solo instante; dedicar, en fin, un recuerdo á la que tanto hizo por nosotros y que en este mundo se llamó Amalia. ¿No es verdad, queridos hermanos, que hubiera sido en nosotros ingra- titud el no dedicar un recuerdo á nuestra querida hermana? Ya sé que es imposible que ninguno de nosotros la pueda olvidar, pues yo que he Visto llorar por ella como llora un niño la pérdida de su querida madre, no puedo creer que nadie llamándose ó queriendo ser espiritista, olvide ni un instante á la que con sus enseñanzas nos ha conmovido más de una vez, que ha hecho latir nuestro corazón, despertar nuestra inteligencia, nuestros sentimientos, nos ha hecho conocer el camino que nos conduce á Dios, cual es el progreso infinito y perfeccionamiento del sér por medio del amor, que es el agente universal que todo lo purifica y embellece y hace que el hombre deje de ser la bestia humana para convertirse en guía y consuelo de los afligidos. Pues bien, yo os digo (porque también me lo he preguntado muchas veces) ¿qué debemos hacer? ¿en qué estado de ánimo se encuentra nuestro espíritu? ¿debemos afligirnos por la separación de tan querida madre (pues más que una madre cariñosa ha sido para nosotros) ó debemos alegrarnos que Dios la haya llamado á su ser poniendo así fin á los sufrimientos y pe- nulidades que son inherentes á la materia y á este valle de lágrimas? No lo sé; pongo la mano sobre mi corazón, pienso en tantos miles de seres que sólo viven por ella, pues ella ha sabido enjugar sus lágrimas, calmar sus sufrimientos, endulzar su existencia, y me dice que no queda más remedio que llorar, que nuestros ojos no deben de secarse, no sólo por nosotros, pues si bien es cierto que ha mitigado nuestras penas hasta el presente y nos ha iluminado para el porvenir, no hay que dudar que existen en este mundo millones de seres que sólo ella puede consolar y faltándole ella, ¿qué será de ellos? ¿quién los consolará? ¿quién enjugará sus lágrimas? Nadie, pues el vacío que ha dejado es tan grande, que no hay quien pueda llenarlo, ni todos juntos, espiritistas de todas partes de nuestro globo, somos bastante para hacer ni una milésima parte de lo que hacía ese gran espíritu que pasó por entre nosotros y que todo era cariño, abnegación, amor y luz. Pero si de igual modo relacionando la vida terrena con la del espacio^ REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 173 dirijo mi pensamiento hacia Dios y contemplo la felicidad que gozan ios grandes espíritus que han sabido cumplir su misión en este mundo, observo que me invade una ola de alegría tal, que mi corazón, mi conciencia, mi razón, todo mi sér, como movido por un resorte, impulsado por una sola idea me dice: «Llorar, no, nunca; que vuestros ojos no se llenen de lágri- mas al contemplar la felicidad de los demás; tu deber no es ese, es otro, es llorar con los que lloran, gozar con los que gozan. ¿Cómo es posible llorar contemplando la felicidad de sér tan querido? No; cantar es lo que nuestro espíritu quiere; sí, cantar un himno de gloria á Dios y al espíritu que tan grandemente supo, á pesar de las muchas dificultades con que tuvo que luchar en este mundo, llevarse después del trance y entregar á Dios un alma limpia, pura, virgen de todo pecado y llena de virtudes, de amor y de caridad». Amalia, si mi humilde voz llega hasta ti, ya comprenderás fácil- mente lo que por nosotros pasa; sentimos tu separación, porque tú consti- tuías para nosotros un algo que no te puedo explicar, pero que sin él no podría pasar; eres nuestra vida, nuestro pensamiento, el alma de todas las reuniones, la que endulzabas nuestra existencia y nos hacías más llevadero nuestro tiempo de reclusión en este penal, y al faltarnos tu no puede nues- tro espíritu sino cubrirse con un velo de triste melancolía, como al niño alegre y juguetón que en lo más tierno de su infancia le faltara la que le dió el sér. Eso nos ha pasado á nosotros en general; tú eres la que con tu ejemplo y tus escritos mantenías nuestra fe, nos alentabas para la lucha por la pureza de nuestro ideal y si en medio de esta lucha flaqueaba nuestro espíritu y decaía su ánimo, pronto tus escritos venían á darle vida, á recor- darle su deber. Tus palabras: «El que trabaja, ora», era la voz de mando que ponía en movimiento á miles de seres y les hacía marchar al unísono; ¿cómo no sentir tu separación si esto nos deja desamparados? Nuestra si- tuación es semejante á la de los marinos perdidos en la inmensidad de los mares por falta de un capitán que los dirija: Van á un punto determinado, llevan su.brújula que los guía, pero les falta el capitán que los dirija. Nuestro camino está bien trazado hacia Dios, la brújula que tenemos que consultar tú y los espíritus superiores que te han precedido- nos la han dado: nues- tras doctrinas. Pero sin una voz amiga y cariñosa como la tuya que nos sostenga y aliente, temo que nuestra nave llegue á naufragar ó se pierda en la inmensidad de las pasiones antes de llegar al punto por todos deseado. Sé que tanto tú como los grandes espíritus que se hallan dispuestos á re- generar á la humanidad y que tanto han hecho por ella no nos abandonáis, que desde ese espacio en que os encontráis continuaréis la obra ya empe- zada, que veláis por todos y que acudiréis al sitio donde más falta haga vuestra influencia, bien para sostener la bandera del Espiritismo, bien para consolar al triste ó fortalecer al débil, y el saber esto da al espíritu fuer- zas para continuar por el camino emprendido, lo llena de vida, de alegría y 174 LUZ Y UNIÓN bendice á Dios por haberte llamado á su seno, primero porque la que tanto trabajó en la Viña del Señor, es justo que cesen sus trabajos y empiece su gloria, y segundo porque tengo la seguridad de que más de una vez vendrás entre nosotros á iluminarnos con tu inteligencia y á bañarnos con tus ra- diantes luces, emblema de la virtud y del amor. Hacia á Dios y los espíritus que cumplen sus leyes; vuestro hermano, José Pardá. Trabajo leido en Badajoz con motivo de la desencarnación de tan querida hermana. Plegaria por los mortales Más allá del sepulcro, el alma vive, trabaja y ora, descansa y goza. Marietta. Hay voces que oran en el silencio, hay en las sombras ojos que ven, hay manos diáfanas que de improviso surgen trazando sobre el papel: por más aislado que d verse llegue, solo en el mundo no hay ningún sér. Hay voces que oran en el silencio; yo, algunas veces, las he oído como el murmullo del arroyuelo, que se desliza por bosque umbrío y al cual contestan en grave coro rompientes olas de mar vecino. (Arroyuelo) Para los que andan tras falaz dicha en el terráqueo triste presidio {Las olas) Ojos ¡oh Padre!; ojos que vean de carne y de oro cadena y grillos. Arroy. Para los que aman más las riquezas que á sus hermanos y que á sí mismos Olas jOjos ¡oh Padre!; ojos que aprecien de enjugar llantos placer divino! REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 175 Arroy. Para los muchos que ilusos ardeu en el infierno del sensualismo Olas Ojos ¡oh Padre! que busquen siempre de tu belleza rayo purísimo. Arroy. Para los ciegos que de la duda perdidos vagan por laberintos Olas. Ojos ¡oh Padre! que vean que eres verdad que colmas el infinito. Arroy. Para el hipócrita, ángel por fuera, por dentro monstruo falso é inicuo Olas. Ojos que vean—¡colosal cine!— como en el éter, rayos lumínicos todos los actos de los humanos dejan grabados, dejan escritos. Arroy. Para cuantos molicie enerva y unce á la carreta de insanos vicios Olas. Ojos que vean penosas vidas que cobrar cuesta tiempo perdido. Arroy Para el que incendia, saquea, mata, y de justicia se mofa cínico Olas Ojos que vean, que de sus crímenes juez y verdugo serálo él mismo, en existencias expiatorias siendo el escarnio, siendo ludibrio. Arroy. Para los que hacen rendirles culto en su soberbia desvanecidos Olas. Ojos ¡oh Padre! que hayan presentes de los Luzbeles tristes destinos. Arroy Para los déspotas que entre los pueblos de sangre y odios abren abismos Olas. Ojos que vean pasar de tronos á carretones de paralíticos, y cruzar vías antes triunfales entre chacotas y entre silbidos. Arroy. Para las almas que renaciendo en el terráqueo triste presidio Redención buscan. Olas. Ojos ¡oh Padre! que los aparten de precipicios y se ejerciten, ¡sal de la vida! en vigilancia sobre sí mismos. 176 luz y unión Arroy. Para los débiles que el fuerte trata como á hojas secas, el torbellino Olas. Fuerzas ¡oh Padre! que con perdones borren violencias, borren martirios. Arroy. Para deformes, locos, idiotas, leprosos, mudos, ciegos, tullidos. Olas. Fuerzas ¡oh Padre! con que soporten las inclemencias del organismo. Array. Para los crónicos y deshauciados que en tristes lechos gimen cautivos Olas Fuerzas ¡oh Padre! que les ayuden á beber cáliz del dolor físico. Arroy. Para infelices que en la agonía ven final cruento, definitivo. Olas. Fuerzas ¡oh Padre! que hagan más breve, fin de condena que han extinguido. Arroy. Para los seres que á cuantos sufren, llevan consuelo, llevan alivio, sin esperanza de recompensa, tal vez mofados y escarnecidos. Olas. Fuerzas ¡oh Padre! con que soporten torpes engaños, triste ridículo, fuerzas que truequen en claridades todas las sombras del pesimismo. Arroy. Para las hijas y las esposas que nuestros yerros, nuestro egoísmo, nuestros hastíos é indiferencias nos los devuelven en sacrificios. Olas. Fuerzas ¡oh Padre! que las sostenga en los del infortunio días sombríos que las alienten en sus desmayos, que las preserven de los peligros. Arroy. ¡Para las madres—siempre abnegadas— que nos enseñan del Bien caminos, que dan su cuerpo, que dan su sangre por darnos vida, por redimirnos! Olas. ¡Tus bendiciones ¡Padre celeste! ellas dilatan, con su heroísmo sobre la tierra, de Amor reinado, que predicaron Budhas y Cristos! G regoreite. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 177 Las religiones positivas han sido y siguen siendo estacionarias Es un hecho evidentemente demostrado que todos cuantos fenómenos naturales se realizan á la vista del hombre y son apreciados por los sentidos carnales son efectos de una misma causa y obedecen á una misma ley; así también es un hecho,, exento de toda duda, que cada observador de estos fenómenos los atribuye á diferentes causas y son interpretados de distintos modos y cada uno le da diferente significado. Por esta razón, no nos debe extrañar que de un mismo hecho se hayan sacado consecuencias distintas, y de estas distintas consecuencias hayan surgido diferentes criterios, y de estos criterios distintos hayan surgido entre los hombres discrepancias y antagonismos que, queriendo hacer que prevaleciera cada cual el suyo, ha dado origen á las diferentes sectas y religiones que desde muy remotos tiempos han venido sucediéndose en la Tierra. Si dejamos á un lado la cuestión religiosa y nos fijarnos en los demás órdenes de la vida social y política, podremos observar el mismo fenómeno. Un individuo cualquiera realiza un acto de esos que se llaman extraordina- rios por ser poco frecuentes, y cada individuo, cada entidad ó cada partido, lo apreciará y juzgará de diferente modo, y cada cual lo interpretará de una manera distinta de los demás. ¿Cuál es la causa de esta disparidad de criterios? ¿Por qué todos los pontífices romanos han sostenido diferente criterio de sus antecesores, y lo que hicieron los unos lo condenaron los otros, hasta el punto de hacer des enterrar sus cuerpos, quemar sus huesos y aventar sus cenizas? ¿Por qué los hombres que cultivan el campo de la política se afilian á una bandera ó á un partido determinado para luchar contra los partidos opuestos, sobre todo contra aquel que se halla en posesión del poder y del mando del pueblo ó de la nación, con el pretexto de que todo lo hace al revés; y cuando salen vencedores y toman las riendas del poder hacen lo mismo ó peor que los anteriores, y aquéllos, á su vez, se rehacen y Vuelven al poder y siguen sien: do lo mismo ó peor que antes? ¿Por qué en el campo de la ciencia y de la filosofía, de las letras y del arte, lo que hacen unos es censurado, criticado y discutido por los mismos que cultivan las letras, la filosofía, la ciencia y el arte? ¿Por qué esos antagonismos y esas luchas intestinas unos en contra de los otros, y todos queriendo demostrar á las masas y al pueblo, que 178 LUZ Y UNIÓN trabaja y produce, que sólo ellos tienen razón y sólo ellos poseen la verdad y, por lo tanto, son los únicos que producen el bien del país y el adelanto de la sociedad? ¿Acaso unos y otros se creen en posesión de la verdad, ó es que la verdad está distribuida entre todos y todos se creen con el derecho de pro- clamarla integra como únicos poseedores de tan excelsa deidad? ¿Acaso creen éstos que sólo ellos son capaces de conocerla, comprenderla y pro- clamarla, negando á los demás la capacidad suya, ó es que hay tantas ver- dades diferentes como inteligencias humanas? Veamos: Jesús, dicen los textos llamados sagrados, ploclamó y afirmó que hay un solo Dios y éste es absoluto é infinito en todo. La ciencia, en consecuencia, afirma que en el universo sólo existe una ley que lo regula todo y una sola substancia que todo lo llena; y el Espiritismo, fundándose y basándose en estas afirmaciones del Cristo y de la ciencia, corrobóralo, afirmando y proclamando que Dios es la causa absoluta y la verdad infinita. Luego, si Dios es la verdad infinita y absoluta, la verdad no puede ser más que una sola en todo el universo infinito y absoluto. ¿Cómo, pues, pretenden y pretendieron todas las religiones y las infinitas sectas que de ellas se derivan poseer toda la verdad infinita y absoluta, siendo ellas insignificantes finitudes? El Credo filosófico, científico y religioso espiritista nos resuelve per- fectamente el problema y nos aclara lógica y racionalmente el porqué de tal divergencia en los hombres y de tal contrario criterio entre los seres todos, y aun dentro de aquellos mismos que por afinidad, simpatía ó con- veniencia se agrupan bajo una misma bandera, bajo un mismo campo cien- tífico, filosófico, social, político ó religioso. La verdad es una y absoluta; por eso mismo no puede el hombre cono- cerla ni comprenderla, sino dividida, particularizada ó fraccionada en grados también infinitos; desde el grado más infinitesimal que la inteligencia del sér humano pueda concibir, hasta el más superior infinito que se le pueda considerar. Y como los seres son diferentes en su manera de ser y estar, según el grado de desarrollo alcanzado desde la aurora de su primer día en la escala de la vida individualizada, resulta que cada uno posee un grado determinado de progreso y con arreglo á él piensa, discurre, conoce y comprende la Verdad, y toda la que está fuera del grado que él posee, no puede concebirla: por eso se atreve á negar la parte mayor de verdad que poseen los demás. De ahí resulta que aplicando aquella frase (no sé si de Campoamor), a ó- Comunicación )S:. )S Obtenida por el grupo «Luz y Verdad», el día 18 de Junio de 1911. ¡Cuántos males pudieran ser remediados si existiera la verdadera conformi- dad y creencia en un Dios bondadoso, padre de amor y caridad! ¡Cuántos males no existieran los cuales son provocados por la inconformidad y la soberbia del espíritu penitente! le De rodillas se implora delante de los altares á la inmaculada María, se le pide is toda clase de beneficios sin llegar á la memoria su vida de sacrificios en su per- manencia en la tierra. Luego, María se presenta hecha al capricho del hombre, radiante de hermosura, circundada de luz por el brillo que despide la opulencia de su altar. Finísimos encajes, brillantísimas joyas, coronas de diamantes y en una palabra todo fastuoso lujo, resplandeciente vanidad. En presencia de esta inmaculada María, surge la idea de pedir algo de tantos oropeles y se pide la felicidad, el bienestar de toda la familia y ¡cuántos no piden también la moneda corriente para sufragar los gastos, no necesarios, sino su- perfluos que tanto perjudican al espíritu! Is Es muy santo el recogimiento del ser que de rodillas delante de ese altar pide )S. mucho, pero ni un solo instante se acuerda de lo que necesita su espíritu. Por desgracia esto es lo que sucede en la mayoría de los seres encarnados. É 212 LUZ Y UNIÓN Otros, por lo contrario, se jactan de hacer la caridad y van divulgando las nece- sidades de cada hogar, creyéndose ser necesarios á la humanidad, siendo sólo un comercio su falsa caridad, porque de lo que van recolectando se aprovechan en más de la mitad. ¡Pobre humanidad! vas de error en error. Ya no engañas con tus oropeles ni con los altares que presentas para suges- tionar á los infelices creyentes los que en su fe ven en el templo de los hombres á María rodeada de brillantes y san Juan bautizando á Jesús. Ya llegaron los tiempos de que no estén pintadas en templos las imágenes ni en pilas el agua. Corren otras aguas cristalinas que son las verdaderas del Jordán con las que bautizáremos á la doliente y carente humanidad. La palabra de verdad se, hace oir por todos los ámbitos de la tierra y se ex- perimenta el deseo de libertad, conociendo el espíritu su misión en la tierra y el porvenir que le espera después de la tumba. Los templos todos, convertidos en uno solo capaz para todos, debe ser donde no se encuentren sayones que nieguen una limosna por el amor de Dios. Hermanos, cuáh feliz me consideraría yo si mi familia pidiera á Dios miseri- cordia sin necesidad de estar de rodillas en presencia de la inmaculada María. Un espíritu. Opinión sobre una opinión Opino que el hermano Domingo Armengol no ha leído con detenimiento mi escrito «Un ruego» y que por la manera de exponer su opinión, se ve que se fija más en la forma que en el fondo de los escritos. Soy enemigo de sostener polémicas que en general no sirven más que para fomentar discordias, y por esta causa prefiero no defender mi escrito á tener que perder un tiempo precioso que se habría de emplear en escribir un largo artículo argumentando en mi favor, cosa que á nadie edificaría y si escribo esto, no es más que por si el hermano Armengol podría haber tomado mi silencio como desprecio. Para terminar, sólo me resta decir que yo cuando escribo me dirijo so- lamente á los que me han de entender, importándome muy poco el juicio que puedan formar los que no conociendo el Espiritismo censuran nuestros escritos. Ruego al hermano Armengol no tome por ofensa nada de lo que aquí digo, porque no está en mi ánimo tal idea, y si hubiera sabido su dirección, me hubiera dirigido á él en lugar de hacerlo por la Revista. Benedicto Salazar. REVISTA espiritista KARDECIANA 213 Mirando al pasado Era el viernes santo por la mañana, el día que los católicos ofrecen el recuerdo de la tragedia del Calvario, esforzándose por conservar en una parte del pueblo, la parte de pueblo que no sabe ni puede, ó no quiere entregarse á la investigación de la verdad con sus quebraderos de cabeza y con sus dulces sorpresas delectando el espíritu descontento, en busca de nuevos horizontes, la bárbara tradición de la epope3'a cristiana. Los aires matinales llevaban, arrancados al besar los jardines, aromas de Primavera; el sol esparcía sus rayos de bendición por los sembrados verdes, que una lluvia caida á tiempo, habían remojado cuando la sed cris- paba las tiernas raíces y retorcía de dolor los extremos de los tallos en las espigas que iban saliendo para ver el sol y para pagar un tributo al sem- brador que en cada cosecha pone sus esperanzas. Todo sonreía; la Naturaleza llevava su traje más bonito de flores, la pureza del cielo le hacía aparecer más brillante; las aves salmodiaban sus endechas más alegres, perdiéndose en la obscuridad de las ramas de los árboles donde con toda seguridad tendrán á medio levantar ó terminado ya, su templo al Amor. La Naturaleza no se asociaba á la melancolía de encargo que los cató- lieos exhiben, lo que por otra parte les favorece pues, la benignidad del tiempo lleva mayor contingente de personas á sus ceremonias callejeras, y como en el viernes llamado santo, en mi pueblo y en tantos otros existe la costumbre de reproducir prácticamente la escena del Calvario, llevando una cruz á un montículo, cantando una monserga triste pero aún más cha- bacana, les desagrada que la adversidad del tiempo ponga al descubierto su insignificancia, el número reducido de creyentes con que cuenta la reli- gión del Estado. Yo no me sometía á la rutina que prescribe el descanso. Yo trabajaba en mi viña, desde la cual y por su posición topográfica podía contemplar á mis anchas la hermosura de la Naturaleza; á mis pies el pueblo donde tantas ilusiones mías han hallado sepultura y del que debía salir la pro- cesión para encaminarse al montículo, completamente visible desde mi atalaya. Mi hija, la hija de mi corazón, debía, como en tantos otros días fes- tivos,llevarme el almuerzo. No tardes le había dicho, no sea queteencuen- tres la mascarada por el camino. Llegó á tiempo, pero antes de llegar, por un capricho muy natural en los ángeles, me llamó al transponer los límites del pueblo y coger la carre- 214 LUZ Y UNIÓN tera. Yo que estaba atento pues sabía su costumbre, al oir las voces argén- tinas del ser que ha venido á enseñarme el evangelio del amor, corrí á en- contraria. Y ella, para obligarme á más camino, se paro hasta que llegué á su lado. * Sentados y comiéndo vimos salir la procesión, escuchando por intervalos el doble coro de hombres y mujeres convirtiendo en grotesco un acto que ó no debería realizarse ó en caso contrario debería reducirse al recital del Sermón de la Montaña, sin tapujos ni añadidos. Yo aproveché aquella ocasión para incultar en el cerebro y en el cora- zón de la pequeñita mis ideas sobre el caso que teníamos delante, procu- rando abrirle los ojos para convertirla en defensora de la Verdad, á la que tantos enemigos poderosos atropellan y burlan. Le conté algo de la vida de Jesús; de sus manifestaciones justicieras, de su proceder con los humildes y pecadores, haciendo comparaciones con los que se han abrogado su representación viviendo holgadamente á costa de esta representación que no tiene nada de legítima. Si todos los que tienen hijos y están persuadidos de la farsa clerical procurasen á tiempo evitar el arraigo de ideas tontas en el corazón de los seres tiernos que han ido á parar á sus brazos; si en los casos en que la mujer duerme aún el sueño fatídico de la tratición se fuese tenaz en per- suadirla de sus errores educándola con amor y corrigiéndola sin aspavien- tos, esta sería nuestra fortuna. Hay que aprovechar bien cuantas ocasiones se ofrezcan al rebelde á la rutina, al convencido de un ideal superior. j. Co.STA POMÉS. Fenómeno medianímico Limitando con la calle Los Callejones de esta Ciudad y Con los muros del cuartel de La Aurora, existe la casa huerta llamada de Montero, cuyo actual arrendatario es José Palma, espiritista medium. En la misma casa liuerta vive el también espiritista y medium Francisco Avila; y como traba- jadores entre otros Salvador García, vidente y auditivo aunque sus faculta- des no son muy estables ó permanentes. El día 25 del próximo pasado Mayo, después de almorzar, deci- dieron acostarse José Palma y Francisco Avila, entrando éste antes en su (J) Téngase presente para la mejor compresión, q»e se trata del e-,piritn de un bandido antigua que se cree vivo y herido de la pierna izquierda. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 215 Jiabitación con tal objeto y saliendo á la calle pocos minutos después, salida que supuso Palma que fuese para hacer alguna necesidad corporal, pero, ■como tardó más de lo necesario salió Palma en su busca y después de recorrer toda la huerta, lo encontró montado en un almendro distante unos 300 metros, echado boca arriba y á lo largo de una rama no muy gruesa, sin sugetarse con las manos. Lo llamó repetidas veces y como no le contestó y sospechó que se trataría de algún fenómeno, llamó á Salvador García que trabajaba no muy distante. Llegado el referido García, y creyendo que estaría . Una señora del círculo exclamó entonces: Será una aldeanilla. Pero la mesita se agitó con violencia y la medium observó que la aparición se mos- traba como ofendida; en efecto, la mesita dictó: «No, no soy aldeana; no se obtuvo y más de ella.» REVISTA ESPIRITISTA KARDECIAXA 219 Empero, en las siguientes sesiones esta Evelina intervino regularmente, vista siempre por la medium, que señalaba su muda presencia. Final- como mente, á nuestras insistentes súplicas, la ignota entidad se resolvió á reve- á la larnos algo respecto de su sér. Nos avisó la medium que se acercaba mesita, y en efecto, con su alfabeto, nos fué dictado lo siguiente: «Eva Canesi, de Ernesto y Julia Scotti, habitaba en Torre Villa, en Brianza; mis restos fueron llevados al cementerio de Monza y depositados en la capilla de familia. Morí el 26 de Septiembre de 1904, de consunción. Dejé cuatro hermanas y tres hermanos con mi madre y mi padre, vivos aún; tenía cerca de quince años». Al expresarse la edad, la medium lanzó una exclamación de sorpresa: «Pero si no representa arriba de once ó doce». Como era ella sola la que veía, no podíamos atenernos sino á ella por lo que hace á la apariencia de la entidad; la delgadez de la forma comunicante estaría justificada por el género de enfermedad de que murió Eva Canesi. Ninguno de los presentes en la sesión había oído nombrar una familia Canesi; ninguno había conocido directa ni indirectamente á nadie de tal nombre. ¿Cómo, habría podido proceder de cualquiera de nosotros pues, una comunicación tan detallada y precisa? Siendo Torre Villa y Monza lugares algo lejanos de Florencia (360 kl.), no teníamos medios de hacer personalmente la debida indagación de control; por lo que rogué á un amigo de Milán se ocupara de ello. De sus cuidado- la sas investigaciones resultó confirmada completamente comunicación; y aun conocía él mismo á dos amigos de la familia Canesi, que habían tomado parte en los funerales de la joven. Algún tiempo después llegaron las vacaciones de verano y entonces el grupo se disolvió, no reanudándose las sesiones sino hasta Noviembre. Como era natural, todos estábamos satisfechos del resultado obtenido, que para nosotros constituía una nueva prueba de la existencia de ese más aliá, tan discutido y contrastado. En la primera sesión, la medium cae en trance y puedo comunicarme directamente con el doctor. Le doy gracias por la parte que había tomado en la comunicación de Eva Canesi, y le rogué que indujese á la misma á los confirmar cuanto nos había dicho, dándonos también los nombres de hermanos y hermanas suyos, si era posible, por orden de edad. El boca de la medium en trance, me contesta que Eva estaba doctor, por presente y que me daría, á más de los nombres pedidos, hasta el de una serás bisabuela, agregó: «Me parece que hay primero un Emilio... pero y atendido en la próxima sesión; te lo prometo». Efectivamente, un mes des- pués nos reunimos como de costumbre, para la sesión, que fué enteramen- te tiptológica. Se nos pidió desde luego mucha obscuridad, condición que se liga siempre con los fenómenos de alguna importancia. Poco después, 220 LUZ Y UNIÓN el medium exclama: «Oh, he aquí á la Viene á la Vimos la chiquilla, mesita.» Obtu- siguiente tiptología: «1 Gian Emilio. 2 Víctor Angel. 3 Carlos. 4 Giannina. 5 lina.» Noemí. 6 Ade- Esperaba el séptimo nombre, pero nos luego responde: «son siete conmi- go;» sigue: «La abuela paterna. Julia Veronelli, viuda todas estas Canesi, vive; personas dejé á mi muerte. Ahora, la abuela Casnati, viuda materna, Rosa Scotti; bisabuela materna, Amalia Kasneti, viuda Habíamos Casnati.» insistido sobre esta letra K y nos fué mada repetidas veces confir- como exacta. En este punto la medium (siempre en estado de Eva videncia), nos dice se entristece que y se coge la cabeza entre las manos, como si Preguntamos llorase. el por qué de esta extraña conducta nos radamente: y «Quisiera responde estar apresu- aún en la tierra, con los míos». esta de respuesta, le damos Sorprendidos valor, expresándole nuestra por haber accedido simpatía y á darnos gratitud tantos detalles sobre ella misma deudos. y sobre sus Esto pareció conformarla; así al menos la viéndola. aseguró Entonces medium, le que seguía preguntamos cómo es que había venido entre desconocidos nosotros, y extraños á ella, por sangre y por afectos. «Me doctor, trajo aquí el y ahora les quiero á ustedes como á papá y á mamá». luego sobre si quería Preguntada dejarnos algún recado sus «No, sería para parientes, contestó: renovar el dolor». A esta sazón la medium mirad exclama: como Eva se hace «jOh, pequeñita, pequeñita... qué curioso! se va pavimento... el ¡ya se perdió!...» por y la comunicación cesó en efecto. Necesitaba confirmar lo que hubiese de verdad en la nueva ción, comunica- y me dirigí para ello, al antes mencionado amigo de Milán. Todos los del grupo esperábamos con de legítima la impaciencia el resultado nueva investigación, aunque confiados ya en nuestro cuanto á la sinceridad de! interior, en espíritu; bien por la tado del tiptológico seguridad y rapidez dic- y la actitud de la medium durante el espléndida trance, la prueba y ya antes obtenida. por Informado de los nuevos datos obtenidos, el de Milán principio externó la al duda amigo de que algún elemento invisible menos inmiscuido, sincero se hubiese quizás á causa de la complicación de los motivos; nombres, ó por otros pero hechas las relativas indagaciones, me escribió algunos de días que, contrariamente después á sus previsiones se le había pesimistas, todo cuanto comunicado de nuevo respondía enteramente Como á la realidad. ve el lector, no podía desearse más. El documentos amigo agregaba los oficiales, poseer depositados en la redacción de Luce e Prueba Ombra. de identificación espirita más completa no podría no se trata de opiniones; pedirse. Aquí los hechos hablan por sí y se suceden neos, precisos en las diversas espontá- comunicaciones que son entera é indiscu" revista espiritista kardeciana 221 tiblemente extrañas á la medium y á todo el grupo que tomaba parte en la sesión, cuyo concurso se limita á crear las condiciones favorables á la manifestación. La personalidad de Eva emerge distinta de todas las del círculo, y da tales pruebas, que no pueden hallar en él ningún elemento de creación; se comporta como un sér viviente, puesto que al recuerdo de sus hermanos se conmueve, llora y quería volver á estar con ellos. Como un sér volante, puesto que nos proporciona los mejores datos para poder identificarla. Su vida no era tal que pudiese haber tenido eco, en los diarios, y su nombre ■carecía de toda notoriedad para que pudiese llegar con cualquier motivo hasta nosotros. Era una ignorada del mundo nacida al sufrimiento, en un rincón oscuro de esta tierra de dolores y desaparecida en la primavera de la vida, como una rosa abierta antes de tiempo. Y es este humilde y mo- desto sér el que nos da una prueba de tanto peso sobre el formidable pro- blema del más allá. Como el lector podrá ver, los fenómenos de esta importancia Vienen precisamente donde menos se les busca y sin tanto aparato científico. Buena razón debe haber para ello cuando así sucede. También Cristo, el gran maestro, no escogió sus apóstoles en el templo ó en la sinagoga; y sin em- bargo, aquel grupo de hombres rudos, resumen, por decirlo así, de la gleba, fueron instrumentos para la difusión de aquella luz que palpita todavía en ■el mundo y lo ilumina á despecho de los mismos que, encargados de ali- mentarla, tratan en lugar de esto, de extingurla. Con hechos como el que antes presento, es evidente que el Espiritismo puede caminar por sí sólo, sin necesidad de los instrumentos de precisión, de los gabinetes de física ó de química. El hombre en busca de la Verdad, halla una evidencia de primera importancia en estos hechos de orden inte- lectual y extrae de ahí aquellas conclusiones y aquel refuerzo moral que en Vano busca en la ciencia. ¿Para qué podrían servir todos los instrumentos científicos de precisión, en el caso de la niña Canesi? ¿Cómo podrían tener la más pequeña influen- cia sobre su aparición? ¿Por qué Vías podrían inducirla á comunicar su pen- samiento aquí, donde la determinante es únicamente moral? La fotografía misma no podría darnos más. No quiero con esto decir que los estudios llevados por los científicos positivistas no tengan su valor; pero quisiera que estos sacerdotes de la ciencia fueran más equitativos para con los espiritistas, puesto que, quieran ■ó no, son éstos quienes dan las pruebas más convincentes de que los muertos están más vivos que antes. Prof. C. Caccia. 222 LUZ Y UNIÓN Preceptos y pensamientos Conquistar nuestras inclinaciones, refrenar nuestras pasiones coléricas, ser moderados en la hora del triunfo; estas acciones son de tal naturaleza que al que las haga yo le compararé no con los más ilustres de los hombres sino con ios dioses.— Cicerón. Piensa de la muerte sin miedo, y ten por seguro que nada malo le puede acaecer al hombre bueno, ya en la vida ó después de la muerte.—Sócrates. * * La doctrina de la reencarnación, destruye el temor á la muerte; demuestra que la justicia más absoluta rige en todo el universo. Así como brotan en una: vida nueva los árboles y las flores en la primavera, así existe en nosotros el Yo divino que persiste durante los siglos y cuyo destino es perfeccionarse más y más en cada si\Aa.—Katherine Tingle^. * * * Soy un alma y siento perfectamente en mi mismo que lo que devolveré á la^ tumba no seré Yo. Lo que es Yo, iré á otra parte. ¡Tierra, no eres abismo!—VrWor Hugo. * * Cuando hayáis decidido que una cosa debe hacerse y la estéis haciendo,, nunca tratéis de evitar que os vean haciéndola, aunque la mayor parte de los hombres formen una opinión desfavorable acerca de ello. Pues si no tenéis razón en hacerla no la hagáis; pero si tenéis razón, ¿por qué temer á aquellos que: puedan desaprobar vuestra acción?—Epicieto. Ecos y noticias Hemos tenido el placer en esta Redacción, de recibir la visita del veterano y convencido espiritista D. Miguel Botiza Feu, de Lares (Puerto Rico), quien ha venido á España, su país, para pasar unos días. Que su estancia entre nosotros le haya sido tan grata como á nosotros nos lo ha sido su visita.—Dick. íi: * * Pedradas misteriosas .—El pequeño pueblo de Varinela, cerca de Turía (Italia), ha sido sorprendido por las manifestaciones espiritas de que la medium: señorita María Ponta ha venido siendo objeto. Donde quiera que la referida medium instalaba su residencia caían sobre ella» desde lo invisible, verdaderos aguaceros de piedras. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 223 El alcalde del pueblo, señor Persano, así como otras autoridades locales y personas de buena posición merecedoras de toda confianza, se ocuparon seria- mente de esclarecer el asunto y no descubrieron nada que pudiera arrojar luz sobre el mistei io. Dos personas encontrábanse en una habitación bien oscura con la medium que fué asida fuertemente por ambas manos. En seguida, precedida de un estrepitoso ruido, una pesada piedra vino dispa- rada á dar á los pies de ellos. Más tarde, cuando dicha joven fué á i¿n hospital, estuvo en paz allí unos ins- tantes; pero de repente todas las campanillas eléctricas empezaron á sonar y los asistentes se sintieron sobrecogidos de gran pánico. Actualmente vive la medium en el sanatorio de Albaro. Dos hombres de ciencia de la localidad, el doctor Morselli y su hijo, están es- tudiando el caso. Un agente de una compañía de seguros visitaba la redacción de un diario para asuntos relacionados con su profesión. Termina su asunto, despídese y encarní- nese al perchero de donde retira el sombrero que había colgado allí. Al ponérselo en la cabeza no repara en nada. Tan solo experimenta una extraña conmoción análoga á la que le habría producido un tenue contacto eléctrico. La misma extraña sensación se repite en circunstancias parecidas. Cada vez que el agente se cubría con aquel sombrero, su organismo experimentaba igual sacudida y sus ideas sufrían una desorientación que le sumían en grave perpleji- dad. El fenómeno fué renovándose, la impresión creciendo, el caos mental acen- tuándose. Al último, nuestro hombre cree ser presa de alguna pesadilla interminable; la obsesión es tan intensa, que decide apelar al examen ó consejo facultativo para librarse de una manía que teme llegue á alterar su razón. Ni por un instante se le ha ocurrido fijar la atención en aquel sombrero, en cuyo interior pudiera alber- garse la causa originaria de su estado de tribulación. El facultativo que le asiste es un périto. Al principio sus observaciones no fijan ningún resultado concreto. La anormalidad del paciente le intriga; es un caso patente de su gestión larvada, un afectado por influencias ajenas. Decididamente, la causa que lo produce es extraña. El interrogatorio minucioso del profesor le lleva forzosamente á examinar el adminiculo del paciente, en el cual, sin duda, se alberga la causa de la perturba- ción nerviosa. Después de prolija observación, logra formular un diagnóstico algo concreto. —Señor, le dice, el sombrero.que lleváis no es el vuestro; esa prenda es de una persona asesinada. Cada vez que lo colocáis sobre vuestra cabeza sentís una emoción aguda, como si la víctima hiciera llegar hasta vuestro Organismo la última expresión de su vitalidad. Es el llamamiento desesperado de un muerto. ¿Era una fácil, risueña superchería? ¿Aquel sombrero no pertenecía al agente? La invocación al llamamiento del muerto, ¿era real? La causa determinante de la perturbación ¿nacía, en fin, de la razón invocada? 224 LUZ Y UNIÓN Todo, ó por lo menos, aparente, todo era verídico. El sombrero que llevaba el agente no era el suyo. En un momento de descuido, al salir de la redacción mencionada había tomado, por equivocación, otro le que se asemejaba en forma y color. Primera coincidencia. A corta distancia del lugar, á la hora aproximada en que se producía la subs- titución, un hombre era asesinado. Las iniciales de la víctima y las que llevaba el sombrero descolgado por el agente, eran las mismas. Segunda coincidencia. Aquel hombre asesinado había estado también en la redacción citada. Y con él se había producido también la misma substitución. Ultima y definitiva coin- eidencia. La sociedad «Constancia», de Buenos Aires, nos ha obsequiado con un folleto del que se ha publicado ya la 2.^ edición, titulado: Catecismo Espirita Filosó- fico y Moral, basado sobre las obras de Alian Kardec y otros célebres autores espiritistas. En el citado folleto su autor explica en síntesis lo que es Dios según los es- piritistas por lo que lo recomendamos á los aprendices de nuestra doctrina. Nuestras más expresivas gracias á la sociedad «Constancia». rj: Ponce (P. R .).—El Centro espiritista «Hijos de la Fé» ha nombrado su nueva Junta Directiva, en la forma siguiente: Presidente, D. Alejo Morera, Secretario, D.^ Inocencia Boissen; Tesorero, D. Gerónimo Miranda; Vocales: Sra. Josefa Acosta, Srta Guillermina Parrata Doria, Srta. Enriqueta Morales y Sr. Fran- cisco M.® Ramos. Liege (Bélgica).—Acaba de celebrarse en esta capital el octavo Anual de la Federación Congreso Espiritiste Belga. Dos cortejos han recorrido la ciudad llevando las banderas verdes de los grupos «Les Disciples d'Allan Kardec» de Mons, y de la «Féderatión Spirite» de Liege; después tuvieron lugar los la trabajos bajo presidencia de M. Le Clement de Saint-Marcq, asistido de M. Fraikin, vice-precidente, van Gubergen, secretario, general Pierrad, Assouge y Wibin, asesores. El Congreso ha decidido que la Federación Expiritista Belga d organizará, con concurso de la Facultad de Medicina, clínicas en las que los enfermos serán tratados por métodos psíquicos, que serán instituidas comisiones con el fin de estudiar permanentes los fenómenos espiritistas por la fotografía, de contestar metódicamente y los fenómenos medianimicos. • Durante la pasada semana tuvimos el placer de ser visitados en nuestra Re- dacción, por los señores Manuel Alvarez y Pedro y Mayol, de Ponce quienes (P. R ) nos han saludado en nombre de nuestro digno hermano D. Francisco y J. correligionario Arjona, de de dicha población. Agradecemos la visita. OMas que se bailan de Tenta en la Administración de esta Revista Ptas. Ptas. Nuestras fuersas mentales, por Pren- La misericordia es la justicia en su tice Mullord. Consta de 4 tomos . . 40 más elevado concepto. Un folleto de Arto de serfelis, por W. J. Colville. Un 32 páginas 0'25 tomo en 4.° rústica 3 Ramos de violetas, por Amalia Domin- Encuadernado en tela y oro . . . 4'50 go Soler. 4 t., en rústica, con el re- Los fenómenos de Villa Carmen. Un trato de la autora en la cubierta . . 4 tomo en 4." rústica 3 En tela y tapas especiales .... 8 En tela 4'50 Los 4 tomos, formando dos volóme- Album de fotografías de espíritus. Ri- nes, en tela y plancha 7 encuadernado 3 Tomos sueltos: cada quisimamente uno, en rústica. 1 ... Encuadernado en tela 2 De la Idea de Dios, por León Denis . 0'50 Memorias de un La Vos de la India, Luis Jacolliot. Espíritu. ¡Teperdono! por 8 ts. en 8.° m. En rústica cada uno . 1 Un tomo en 3.° en rústica .... 1 Encuadernados en tela y oro ... 2 En tela 2 Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, El ColecÜüismo integral revoluciona- en tela y oro 14 rio, por Eduardo Boulard. Dos tomos Marietta. tomo en de 464 en 4.° en rústica 3 Un 8.°, pá- ginas. En rústica 2'50 En tela, en un solo tomo 4'5G En tela y oro 3'50 ¡Abajo la pena de muerte! Folleto por Ventajas del Espiritismo. Fto. de 8 0'05 D. Salvador Pons, presbítero . . . 0'50 ps. Elementos una nueva 7 exto de enseñansa dominical de lee- de ciencia, y por Mariano Ruth Escuelas Sinué. Un tomo en tura para las espiritistas, D. Senillosa. Un tomo 4.°, en rústica 3'50 por Felipe en En tela 4." 5 mayor en rústica 2 y plancha En tela oro 3'50 Cartas de ultratumba, por Onofre Vi- y ladot. Un tomo en 4.°, en rústica. . 2 La Psicología de las Religiones, por Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 D. Joaquin J. Fernández. Un ele- Un gante tomo 8,° Moderno. mayor rústica t Katie-King. Espiritismo . . . tela 2 t. en 8.°, elegante cubierta, rústica. 2 Encuadernado en y oro ... Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 Colección de Oraciones. Nuevo devo- clonarlo espiritista. Un voluminoso Ensayo sobre la enseñansa flosóñca del t. en 8.° m., tipos claros, en rústica. 1 Magnetismo, por el Barón du Potet. Encuadernado cartoné 1'50 Un t. 8.°. de 280 en páginas, en rústica. 3 .... En tela 2 En tela y colores 4'50 y oro Guia práctica del Espiritista, don Alferi el Marino. Un t. en 8.°, rústica 2 por Miguel Vives. Un tomo 8." Encuadernado en tela en ma- y plancha. . 3'50 yor en rústica 1 Impresiones de un loco, por César Bas- Encuadernado en cartonet.... 1'50 sols. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 Tesoro de consuelos En tela oro 3'50 y modo de vivir y cristianamente. Un elegante tomo en La Verdad frente á frente del Error. 8." prolongado, en rústica .... 3 Un t. de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 Encuadernado en tela y plancha. . 4'50 En tela y plancha , 4'50 La Ciencia ' de la vida ó la caridad en Lus y Vida (Manual del Creyente). Un acción. Un tomo en 4.° mayor rústica. 2 tomo de 272 páginas en 4.°, rústica. 3 En tela y plancha 3'50 En tela y oro. 4'50 La Guerra es el Inferno. Un t. de 48 ps. 0'50 Avantismo, por Bruno Miguel Mayol. Misterios del alma, por Virgilio. Un Untomoen8.°de I64págs. Enrústica. 2 tomo en 8.° prolongado, en rústica En tela v oro 3'¡í0 . 1 En tela y rótulo. . 2 El gran Enigma, por León Denis. Un ¡Los muertos viven! ¡No los lloréis! tomo de 272 págs. en 4.°, con el re- Consolador folleto de 10 páginas trato del autor. rústica . . . . 3 . . CIO En La Tragedia Divina. Un En tela oro 4'50 elegante y tomo, escrito en catalán, en 4.° me- Síntesis doctrinal y práctica del Espi- nor. Edición bibliófilo 3 ritualismo, por León Denis. Folleto Edición corriente 1 de 64 págs. en 4.° 0'50 IDE ^IL.I-.A.3Sr El Libro de los Espíritus. — Et libro de los Mediums. — /¿Z Evangelio según el Espiri- tismo.—El Cielo y el Inferno óla Justicia Divina según el Espiritismo.—El Géne- sis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo.—Obras postumas.—¿Qué es el Espiritismo?, en rústica, cada tomo 2 En tela, cada tomo 3'50 PRECIOS DE SUSCRIPCION España, an ano. . ..... 7 p setas Extranjero, un año 12 pe.^tt s A'úiiit'ro hnt'lÉo: 50 cóia) iiiii>!4 Se niega a los Sres. siiscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas, para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración y los que la deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instrueeiones para el abono de las suseripeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos, billetes de Banco ó por el giro postal. EXTRANGERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. Coleccione.s de LUZ Y UNION, con sn con·e.'ípoiidlente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909, 1910 y 1911, á 7'50 pesetas colección, con libro á la rú.sticá; á 8*50 pesetas, con libro en tela (para E.spnfia). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que de.seen la colección de la Revista encuadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obnas publíeadas pop esta Revista Año 1907: La Religión Futura. —/\ño 1908: Elementos de una nueva Ciencia.—Año 1909: La Verdad frente d frente del Error.—Año 1910: Album de fotografías espiritistas.— Año 1911: Luz y Vida (Maiinal del Creyente). Ohra «le récenlo para el preMeiite año: EL GRAN ENIGMA - Dios y el Universo POR IL.ECÍ)I^q■ XDBITIS Imp. de LUZ Y UNION, Rambla de Cataluña, 118.—Barcelona Año Xlll Agosto de 1912 Núm. 8 Eedacción y Administración: Rambla Cataluña, 118 - Barcelona (España) ^ SUMARIO.—Sir William T. Stead (De Helios).—En el primer aniversario de la desencarnación del eximio doctor Manuel Sanz y Benito, por Salvador Selles.-Al espíritu de nuestro querido hermano y maestro Manuel Sanz Benito en el primer aniversario de su desencarnación, por E. Niño.—¿Nueva mediumnidad? por J. Blanco Coris.—San Vicente de Paúl, por J.Costa Pomés.—Fuerza psíquica, por el Doctor P. Joire. —Cantares, por Domingo Caiio.—Medianímica, por Amalia. — Paternidad y educación.—Paz y Unión, por M. P.—Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos néjico.—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Pnerto-Bico.—Faustino Isona, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 altos, PONCE. Caba.— Ignacio Larramendi, calle E. Villuendas, 46, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana baja, 26, SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio ínfiesta, calle Cuba, 34, HABANA—Faustino Serio, Calle de Cuba, 27, HOLGUÍN —Armando J. Raggi, Apar- tado, 17, CAIBARIEN.—José Casals, YAGUAJAY (Oriente-Cuba). —D. Manuel Mateo, S. Fernando, 40, CAMAGUEY. Filipinas.—José León, apartado 130, MANILA. Bepública «le Colombia.—Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés, 9, BO- GOTA.—Luis M. Carvajal, MEDELLÍN. Bepública «leí Salvador (C. A.) —Luciano Cenedella, SANTA ANA. Bepública Argentina.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraqla, NECOCHEA.—Luis S. Torres, SANTA FE.—José Errea, PEHUAJO.—Gonzalo Laporta, «Centro La Paz», Calle Misiones, 126, BAHIA BLANCA. Bepública de Costa Bica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSÉ DE COSTA RICA. Krasil.—Joao Diogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA CONQUISTA (Estado de Bahía). Bepública Dominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. Bepública de INicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA Bepública del Cenador.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Chile», 4, QUITO. Bepública de Honduras.—E. Streber, AMAPALA.—J. Ismael López, TE- GUACIGALPA. Bepública de Cnatemala.—José Sánchez Guzmán, Departamento de San Marcos.-MALACATAN. Gibraltar.—D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Túnger (¡Harrnecos).—Bernardo Raida, Banco del Estado Marroquí. CORRESPONDENCIA Sres. l^nscriptores qne han satisfecho la snscripciiin de 19I1S C. P. de M.—Bahía Blan- A. C. —Frailes. P. N. de F.—Id. ca. J. S.—Cebú (Filipinas). Y. C.—Barbará. R. M.—Blanes. L. O. — Sancti • Spiritus S. L.—Tremp (Lérida). L. V.—Madrid. (Cuba). J. O.—Valladolid. E. T.—Tarros (Lérida). A. M.—S. Pedro de Osor R. G.—Sta. Pola. R. J.—Villacañas. A. A.—Barcelona. C. B.—Carboneras. D. G. B.—Viilarricos. T. P.—San Germán (P. A. S.—Córdoba. F. S.—Tnrre (Almería). Rico). J. F. T,—Palma Mallor- J. T.—Sta. Coloma. J. P.—San Germán (P. ca. C. J. de P.—Valencia. Rico). B. R. V.—Id. id. J. M. A.—Elda (Alicante) R. P. P.—Id. F. M.—Melilla A. P. D.—El Pueyo de M. H. A.—Ademar. B. B. —Valencia. Araguas. R. R.—Ponce (P. Rico). J. C.—Murcia. B. S.—Bilbao. D A. de N.-Id. (Alcanza al 7 de Mayo de 1912). La Administración. Año XIII AQOSTO DE 1912 Núm, 8 Sir William ï. Stead La impensada muerte del primero de los periodistas ingleses en la pavorosa catástrofe del Titanic, ha sido motivo para que la prensa de los dos continentes y los hombres de ciencia en general, se hayan ocupado de sus extraordinarias prendas como filósofo y moralista y de sus investi- :gaciones en el debatido asunto del Espiritismo. He aquí algunos rasgos biográficos de este notable pensador. Sir William T. Stead nació en julio de 1849, y muy joven se dedicó al ¡periodismo, ocupando la dirección de varios periódicos de provincias, hasta que en 1880 entró en la «Pall Mall Gazette» de Londres, de la que en bre- ve llegó á ser editor. En 1890 fundó la famosa «Reviews of Reviews» inglesa, y un año des- pués, la revista del mismo nombre en los Estados Unidos. En 1894 comen- 7.Ò la publicación de la tercera «Review» en Australia, funcionando las tres publicaciones con perfecta independencia. En 1898 principió su labor pacifista, fundando un periódico intitulado «Guerra á la guerra.» En el mismo ano hizo su famosa visita al Czar. Poco después, asistió á la conferencia de la Haya y se opuso tenaz- mente á la guerra sudafricana. El siguiente episodio nos pintará el carácter de este admirable moralista mejor que un juicio crítico sobre sus magnas empresas. Antes de la gue- Tra anglo-boer, Cecil Rhodes, el Primer Ministro de la Corona, y nuestro biografiado, se profesaban un afecto entrañable, hasta el grado de que Rhodes había hecho testamento en favor de Stead, y harto sabido es que la fortuna del célebre estadista no bajaba de cien millones de dólares. La guerra estalló. Como Cecil Rhodes había sido la causa de las hostilidades. Stead no pudo menos de escribir á su viejo amigo que era un miserable, un brigante, y que merecía la horca ó la pena de trabajos forzados (hard labour). Como es de suponer, Rhodes rasgó su testamento, y Stead perdió por este hecho la friolera de veinte millones de libras, ó sea la suma de cien millones de pesos. Sir William Stead creía firmamente en la existencia de los espíritus y en la comunicación medianímica. Sostenía correspondencia de ultratumba con el espíritu de una gran periodista amiga suya, que había muerto hacía algunos años: Mlle. Julia A. Ames, mujer de gran talento muy conocida •entre la elite literaria londinense. Atendiendo los consejos de este espiri- tu. Stead abrió en plena Norfolk street, en el Strand, en el mismo corazón de la metrópoli comercial del mundo, una oficina de comunicaciones de ul- tratumba, á la que puso el nombre de «Julia,» en obsequio de su invisible' guía. Para el funcionamiento del famoso «bureau,» aprovechólas facultades de los mejores mediums videntes y psicógrafos, ó sea los que producen la escritura automática. .. Es de suponer la sensación que este hecho causó en Inglaterra y en •iodo el mundo civilizado. La oficina Julia se vió asediada por infinidad de 226 LUZ V UNIÓN solicitantes que venían en busca de una respuesta de ultratumba. Las pre- guntas se hacían por medio de cartas cerradas y lacradas, y á los pocos; días se daba la respuesta en igual forma, á la par que se devolvía aí solicitante su propia misiva con el sobre y los sellos intactos. Parece que de cien respuestas, el ochenta por ciento se refería claramente á las pre-s- •f- guntas, el diez por ciento contenía los datos que se solicitaban, y sólo ef diez por ciento restante aparecía en forma enigmática, debido quizas á la oscuridad de las preguntas. En una ocasión, un escéptico dirigió una carta en blanco al «Bureau Julia.» Pues bien, la respuesta apareció también en blanco dándole á entender de esta manera el espíritu que se había percata- do del engaño. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 221 Las comunicaciones con Lefèbvre, Lombroso y Gladstone, suscitaron las más vivas polémicas. Veamos cómo el mismo Stead nos refiere y explica las funciones del «Bureau fulia:» «El hecho sólo de hablar de abrir una oficina de comunicación entre este mundo y el de más allá, lo que parece á algunos ura idea extravagante y fantástica, es sin embargo, lógica y práctica. Todas las grandes religió- nes, cuando se fundaron, se apoyaron en la convicción de que existe «otro mundo.» Numerosos documentos religiosos relatan la vuelta de las almas del más allá de la tumba. Muchos filósofos han sostenido la probabilidad de la persistencia de la personalidad después de la muerte. De modo casi general, el instinto de la raza humana afirma la verdad de una existencia después de ésta. Pero, hasta ahora, el lugar donde pasaría esta existencia futura no ha sido sometido á un examen científico. ¿Qué puede haber entonces más na- tural que someter esa gran hipótesis á una serie de experiencias hechas con la garantía de las más grandes precauciones? Los sabios procuran saber si hay habitantes en Marte. Discuten la po- sibilidad de mandar de nuestro planeta señales á los seres que pueden en- centrarse en este lejano planeta. Pero cuando yo les propongo que se de- diquen á un pequeño estudio paciente y á experimentos destinados á saber si los que hemos amado y perdido pueden comunicarse con aquellos que han dejado tras de ellos ¡qué «tolle»! Qué gritos de indignación y de ho- rror! Qué ridículo y que aberración! Es absurdo, es monstruoso, es pre- suntuoso.... ¿qué sé más todavía? A todos estos gritos, estas risas, estos insultos, contesto que es razona- ble, por lo menos hacer la prueba. Los métodos empleados son simples y prácticos y los resultados obtenidos ya hacen más que justificar esta tenta- tiva. Es tan sencillo como la solución del huevo de Colón. La hipótesis que todas las religiones, la mayor parte de las filosofías y el instinto general de la humanidad sugieren á nuestro entendimiento, es que después de ese cambio que se llama muerte, sobrevive la personalidad. Si es así, lo que debemos hacer para demostrar la veracidad de esta hipótesis es entrar en comunicación con algunos de los desaparecidos. Si ello no es posible, la hipótesis permanecerá siempre una hipótesis, porque la personalidad puede existir á pesar de que nosotros no tengamos prue- bas de ello. Si, por otra parte, la comunicación puede establecerse, los que se hallan «al otro lado» pueden dilucidar la cuestión de la continua- ción de la existencia una vez para todas. La hipótesis se transformaría entonces en un hecho. He creado, pues, la oficina Julia para someter este problema á una seria prueba. El resultado ha sobrepasado mis esperanzas. Al principio, yo me decía que si solamente en un caso por cada diez—como hubiera podido decir por cada millón—la existencia de la vida después de la muerte po- día demostrarse perentoriamente, bastaría ello para justificar mi tentativa. Pero el término medio de los resultados que llamaré felices, supera en mu- cho un. caso por cada diez; se acerca á cinco casos por cada diez. Es decir que diez personas angustiadas que han pedido á la oficina les pusiera en contacto con los muertos llorados, por lo menos cinco han declarado que están absolutamente convencidas de haber recibido concluyentes pruefjas 228 LUZ Y UNIÓN de que sus muertos están siempre en comunicación consciente con los que se vieron en la obligación de abandonar. En otros términos, la oficina ha ensanchado su tumba —con gran satisfacción de ellos.—Se ruega á cada persona que desea entrar en relación con los muertos fije ella misma, antes que la oficina acepte la tentativa, los hechos que considera de irre- futable manera como probatorios de que ha estado en comunicación direc- ta con el desaparecido. Es sorprendente la confusión de pensamientos en que se halla el sujeto. Principiamos solamente. Hemos echado una línea sobre el río de la muerte, línea por medio de la cual podemos comunicarnos con los que están al otro lado. Es un principio. Más tarde, se echarán otras líneas, un puente colgante se construirá gradualmente y vendrá un día en que un puente sólido unirá las dos orillas, puente por medio del cual los vivos y los muertos podrán comunicarse regularmente. Me es imposible, en Vista del poco tiempo de que dispongo, describir detalladamente las pruebas da- das por la oficina á las personas que se dirigieron á ella. Es mucho más interesante la relación de un incidente notable que se produjo la semana pasada (septiembre 1909) en la oficina Julia. Sale del marco de los asuntos de que la oficina se ocupa, pero como echa una luz viva sobre una parte de sus operaciones, merece que se narre detalladamente. Los miembros de la oficina Julia se reúnen cada mañana, á las diez, para conferenciar con la dirección, la que visible para los clarividentes, ocupa el sillón presidencial del círculo. Después de las oraciones y una breve lectura se leen los mensajes recibidos por los secretarios automáticos de Julia. El claravidente, cubriéndose entonces la cara con sus manos, des- cribe las formas que ve, pero que permanecen invisibles para los demás y repite los mensajes que oye. Generalmente estos últimos se refieren á negocios de la oficina; pero sucede á veces que los espíritus atraídos por las vibraciones simpáticas creadas por la pequeña reunión, aparecen y mandan mensajes á los pre- sentes. Es una intervención de esta clase la que voy á contar. Era la mañana del 16 de septiembre. El día precedente yo había pro- metido á la princesa Wiassemsky acompañarla á Mourmelon el Grande, cerca de Chalons, para asistir á los ensayos de vuelo en aeroplano, á los cuales debía proceder su hijo el lunes siguiente. Después de haber recibido dos breves mensajes de Julia, el clarividente dijo: Yo oigo otra voz que me habla. Cito ahora las notas siguientes tomadas por el secretario, —Si usted Va á Chalons, voy con usted. W. T. Stead—¿Quién habla? El clarividente.—Yo he muerto hace ya algún tiempo: soy Lefebvre. (Por extraño que ello parezca ese apellido no despertó en mí ningún re- cuerdo. Estaba en el extrangero cuando LefebVre murió en un accidente y se me ocurrió que se trataba de alguien muerto hacía mucho tiempo). Ningún miembro del círculo tampoco reconoció el apellido. W. T. Stead.—¿Conoce usted el aeroplano de Bolotoff? —Sí; diga á este joven que no sea demasiado temerario, porque es probable que su motor no marche normalmente. Yo no pienso que se pro- duzca lo que ustedes llaman un accidente, pero insisto para que examine seriamente su motor. Es menester que modere su impetuosidad. Usted mis- HEVISTA RSPIRITIS'I'A KARUECIANA 229 mo no suba. Iré con usted allá, porque después deseo escribir por medio de usted este tópico. • W. T. Stead.—¿Bolotoff lo conocía? —No; lo encontré solamente. W. T. Stead.—¿Cuál era su profesor cuando vivía? —Era un mecánico. Otro espíritu se puso á hablar y el incidente terminó así. Al día siguiente, Julia, durante sus comunicaciones, hizo esta reflexión: —Ese hombre que se llama Lefebvre dice que irá con usted á Chalons. Espera que usted no faltará. W. T. Stead.—Pregunte á Lefebvre si es el mismo que murió en un accidente de aeroplano. ■—Sí; pensaba que usted lo sabía. W. T. Stead.—¿Usted puede comunicarse directamente conmigo? ¿Ha- bla usted inglés. —No; muy poco, pero transmito mis pensamientos al «medium» y ios traduce en inglés. W. T. Stead.—¿Conoce usted á Bolotoff? —Yo me encontré con él. Pienso que su triplano es muy bueno, pero debe vigilar su motor. El sábado 18, yo telegrafié á Bolotoff para avisarle lo que había sabi- do á propósito de su motor. El lunes, cuando llegamos, se le hizo fundo- nar. Era un Panhard de cuatro cilindros y todo andaba perfectamente. Parecía imposible que se descompusiera. Pero á las seis, cuando Bolotoff se sentó en su aparato, fué imposible ponerlo en movimiento. La manivela de movimiento se rompió y hubo de suspender la prueba. Dejo á otros el explicar el fenómeno. En cuanto á mí, yo garantizo la exactitud absoluta de la narración que se acaba de leer, exactitud que confirma el acta estenografiada así como las declaraciones de cuatro ó cinco personas que oyeron, como yo, la advertencia de Lefebvre.» Sir W. T. Stead también fué el fundador de la importante revista trimestral, espirita y espiritualista, The Borderland. Como editor de libros, contribuyó poderosamente á la cultura de Inglaterra, reimprimiendo los clá- sicos en volúmenes á un penique y publicando portafolios artísticos de re- producciones de cuadros célebres. Tal fué el grande hombre que acaba de desaparecer. ¡Descubrámonos con respeto ante su memoria, pues no muchos seres de naturaleza tan elevada vienen á honrar con sus virtudes la tierra y á ilu- minar con los resplandores de su inteligencia! Su cuerpo encontró una tumba grandiosa y azul como su espíritu: el océano; y su noble alma mora en otra inmensidad: el cielo. (De Helios). 230 LUZ Y UNIÓN En el primer aniversario de la desencarnación del eximio doctor Manuel Sanz y Benito Hermanos: hace un año os congregó una pena. Hoy nos congrega un dulce, tiernísimo placer. En medio de este gozo que encanta y enagena, unidos bendigamos el hoy como el ayer. Ayer entre sollozos del corazón partido, lanzábamos doliente, desconsolado adiós. Ahora entre sonrisas decimos: bien venido. Manuel está presente por voluntad de Dios. Alcemos nuestras copas con néctar rebosante. Brindemos al retorno del pródigo Manuel, y hagamos juramento de ser en adelante, unidos por guirnaldas de luz, más dignos de él. Aquello que parece mirado desde el suelo un féretro sombrío, un fúnebre ataúd, es cuna luminosa mirado desde el cielo: en ella duerme el alma con plácida quietud. En ella duerme el alma que lánguida despierta; que lenta se incorpora mirando dónde está; que se levanta viva sobre la forma muerta; que bate plumas de oro y al infinito va!. Todo ataúd es urna que se trasforma luego subiendo por las hondas mansiones del dolor, y acaba por ser carro que despidiendo fuego levanta al grande Elias, al Sér de luz y amor. Para surcar los mares que llenan el abismo, el muerto necesita la barca funeral; mas ese negro buque, pavor del nauta mismo, al arribar al éter es nave celestial. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 231 Que no se espante el alma mirando tan sombría la góndola enlutada que nombran ataúd, pues ella por la noche nos lleva al claro día, 7 por profundas sombras á la áurea excelsitud. Si el féretro siniestro menos horrible fuera; si fuese menos fiera la barca de Carón, ¿qué sér en estos mundos tan trágicos viviera sin intentar mil veces la rápida evasión? La muerte nos infunde terror con su secreto, porque es la carcelera de la prisión vital; mas por distintos puntos de su hórrido esqueleto se ve en sus resplandores que es ángel celestial. Los males nos asaltan con negros antifaces: son máscaras horribles que imponen gran temor. Salgárnosles al paso, rasguemos sus disfraces: veremos que son tiernos enviados del Señor. Suframos resignados la expiación ó prueba; suframos valerosos la angustia del morir, y alegres esperemos la Muerte que nos lleva mundos de esmeraldas y á cielos de záfir. El vulgo ve con pena que nuestro amigo es muerto; que inmóvil y tendido se pudre en un rincón; le mira para siempre dormido en su desierto; le mira para siempre cautivo en su prisión. El vulgo le supone cual sombra vagarosa que yace entre tinieblas llorando cual David; alzando el «De profundis clamavit» en su fosa; :gimiendo el miserere; diciendo á Dios: Venid! El vulgo ve que el muerto, que entre negruras yace, •conviértese en fantasma y espectro de un ayer. Le ve que se deforma, le ve que se deshace, le ve que en polvo vuela, y exclama:—Adiós el Sér!— Mas ese torpe vulgo la gran verdad ignora. Alas ese ciego vulgo no ve la gran verdad. 232 LUZ Y UNIÓN No ve que ese durmiente despierta á nueva aurora. No ve que ese cautivo recobra libertad. No ve ese torpe vulgo, no ve ese vulgo ciego,, mirando ese caído negrísimo capuz, que el frígido cadáver encierra un Ser de fuego;^ que es fénix de áureas alas buscando la áurea luz,. y surca los espacios y llega al firmamento,. ' y asciende al infinito de todo bien en pos... Nosotros qire sabemos tan mágico portento, caigamos de rodillas diciendo:—¡gloria á DiosI-— Por Dios sabemos todos que aquel amigo nuestro» no se ha desvanecido tras rápido fulgir. Por Dios sabemos todos que el sabio y el maestro prosigue siendo nuestro y alumbra el porvenir. Ya emerge del abismo cual astro rutilante. Ya toma asiento en alto y espléndido sitial. Ya en cátedra sublime su verbo fecundante desciende sobre el mundo cual rico manantial. O igual que el venerable Fray Luis sin sus prisiones^ su curso comenzaba callando el padecer, Manuel que de la tumba rompió los eslabones prosigue como el santo:—«Decíamos ayer»...— Y empiezan esas grandes lecciones de su ciencia; y dora con su antorcha de espléndido fulgir las sombras de la eterna« conciencia en la inconsciencia»;; «misterios del ensueño y arcanos del dormir». Y siguen los mensajes de un mundo al otro mundo;, las cartas perfumadas del célico vergel, que envía con sus besos un corazón profundo, un corazón amante, tan bueno como fiel, á aquella que fué un día su dulce compañera; á aquella que fué un día su serafín mejor; á aquella á quien hoy dice cual ráfaga ligera: —«Espera, espera, espera», y «amor, amor, amor».— REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 233 ¡Oh excelsos protectores, constelación sagrada que ilumináis la noche de nuestro pobre hogar! Resplandeced en tanto quedare la jornada; •que dure nuestra vida de errante caminar. Subiendo vamos todos la cumbre de esta vida; —la cumbre de esta muerte decir será mejor,— sintiendo á cada paso que en la áspera subida 4e faltan al intento las fuerzas j el valor. Llevando vamos todos de Sísifo la roca: la roca de nuestra alma que ansiamos elevar, y rueda al pie del monte cuando á su cima toca, haciéndonos, rendidos, volver á comenzar. Vosotros veis la carga que nuestro dorso oprime; -el fardo del antiguo como del nuevo error; ios íntimos combates de nuestro Sér que gime •de ver que vanamente pretende ser mejor. Venid en nuestra ayuda y acabe este desmayo. Matad en nuestros pechos miserias y rencor. jNo más retumbe el trueno,, no más estalle el rayo; no más esas tormentas de Espíritu inferior! Y al fin apaciguados tras férvido combate; vencidos los dragones que ascienden del ayer; y muerto el viejo monstruo que en nuestro pecho late, ¡comience el hombre nuevo su espléndido nacer! Vosotros veis, hermanos, que al fin de los éxodos, los males, los peligros, creciendo sin cesar, se juntan, nos esperan, nos acometen todos... ¡Venid á libertarnos de tanto y tanto azar! Sabemos lo que esconde bajo sus velos Isis. Sabemos que la esfinge, la muerte, es vida, amor; mas presumiendo cerca nuestra suprema crisis .^qué mucho que temblemos con pálido temblor? En horas tan solemnes ¡oh hermanos de la altura! dueid ante nosotros cual ráfagas de luz. 234 luz y unión Venid á nuestro lado por calles de amargura. Subid á nuestro lado del Gólgota á la cruz. ¡Qué siempre nos asistan tan tiernas afecciones!; ¡Qué nunca nos separe ningún eterno adiós!... ¡Y ahora, vuestras altas magníficas lecciones prosigan en el nombre santísimo de Dios! Mas ya sentimos aura balsámica que besa las frentes abatidas de efímero pesar. ¿Qué célica fragancia tan deliciosa es esa?... Es ¡ah! la misteriosa suavísima promesa, y el tierno juramento que hacéis en ese altar. Salvador Sellés.. Al espíritu de nuestro querido hermano y maestro Manuel Sauz y Benito en el primer aniversario de su desencarnación. Salud, queridísimo hermano manumitido; salud espiritual te deseo, todas la salud á que te dan derecho tus virtudes y tus merecimientos. De tu vida orgánica aquí, ¿para qué hablar?—baste con decir que fué un continuo sufrimiento, porque tu cuerpo, al que con tu característico gra- cejo llamabas una piltrafa, era un instrumento inútil para la hermosísima, labor que empezaste y que no pudiste continuar. Salud espiritual á tí, excel- so hermano; para que tu poderosa inteligencia, cuyas alas abiertas siempre hacia la verdad y el bien, pueda continuar habiéndonos de los espacios in- terplanetarios, de las maravillas estelares y de la vida del Espíritu en esas regiones donde se tiene una noción más perfecta de la justicia Divina. Si aquí, en este bajo mundo en que nos desarrollamos respirando una atmósfera de odios, de violencias, de envidias, de venganzas, de innobles- ambiciones, de hipocresías y de impurezas, fuiste nuestro maestro, bieri. puedes ahora con la mayor elevación alcanzada seguir siéndolo; bien pue- des continuar dándonos tus sabias lecciones referentes á la mecánica ce- leste, á la sabiduría de Dios de que tan elocuente testimonio es la armo- REVISI,\ ESPIl·liriSTA KARDECIANA 235 nia y el orden que en la creación preside; bien puedes enseñarnos algo más de la importancia de nuestra personalidad psíquica, de esa chispa inteligen- te, de nuestro Yó consciente, para que con alguna garantía de acierto po- damos ahondar algo en las tres importantes interrogaciones: ¿De dónde Venimos? ¿Por qué estamos aquí? ¿Hacia dónde vamos? Marietta, con su angelical elocuencia, nos enseñó que «ni la existencia, ni el trabajo, ni el dolor, terminan donde empieza un sepulcro». Tú, Espíritu austero, espejo de virtudes, has sabido inducirnos á que nos depuremos de las imperfecciones que retrasan nuestro progreso, que nos fortalezcamos con el trabajo, con et estudio, con la práctica de todas las virtudes y con las caricias del amor, del amor purísimo que no reconoce sexo y por lo tan- to que redime y eleva. Cualquiera de los muchos Séres que sufren menos, bastante menos de lo que tú has sufrido, teniendo á su alcance el arséni- CO, el cianuro, la morfina ú otro veneno, habría puesto fin á sus dolores con el suicidio; pero los que así obran, son individuos de las religiones po- sitivas que en momentos difíciles, cuando las cosas no suceden á medida de sus deseos, ni creen en Dios, ni miran al cielo, sino á la Tierra. Recuer- do un día, de aquellos días en que se te exacerbaban tus padecimientos y tú te esforzabas por atender solícito y risueño á tus numerosos visitantes, que uno de ellos hubo de decirte: «admiro su paciencia y su resignación; si yo sufriera lo que V. ya me habría suicidado». Y tú, con la sonrisa en los la- bios, con frase dulce, solemne, persuasiva, le contestaste: «para qué, si somos inmortales!» Tú, al contrario de aquellos desdichados, pensando en el mañana inde- finido, inacabable, más que en hoy, insignificante momento de la eterna Vi- da, nos dabas constantes ejemplos de resignación cristiana; siempre alegre, siempre contento, sin exhalar un ¡ay!, sin pronunciar una queja, sobrelle- Vando la pesada carga de tu frágil cuerpo como el bendito mártir de Naza- reth llevó su cruz. Estudiando y amando siempre; procurando difundir la ciencia y la Virtud, cumpliste como bueno en todos los instantes de tu la- boriosa existencia terrenal y fuiste honra y prestigio de la cátedra espa- ñola por tu formidable dialéctica, por tu profundo saber. Así comprendemos que hayas merecido formar parte de esa pléyade, de esa constelación de Espíritus radiantes de luz y de bondad, cuyo foco y dirección integra nues- tro amantísimo guía y maestro Luís. ¡Oh, qué inmensq distancia me sepa- ra de tí!.., ¿Cuándo te alcanzaré?—¿Cuándo lograré aproximarme á tu aitu- ra?—¡Estoy tan distanciado!—Comprendo que el topo envidie las alas de la golondrina. Mucha semilla has dejado en la tierra, ella nacerá y cada grano produ- eirá nuevas cosechas que servirán de alimento á las futuras generaciones. 236 LUZ V UMÓX Verdad es que tuvistes un auxiliar poderoso, tuviste á tu amantísima com- pañera, á tu adorada Carmen que no se separó un momento de tí, que go- zaba de tus triunfos y sufría con tus dolores, que así te ayudaba á llenar cuartillas como pasaba las noches en claro sin apartarse un momento de tu lecho, ejecutando minuciosamente todas las prescripciones facultativas, ó poniéndote por propia iniciativa inyecciones hipodérmicas para reanimar tus agotadas fuerzas físicas; era tu médica y tu enfermera; te había consagra- do todas sus aptitudes, todas sus energías, todo su amor; bien puede decirse que habíais realizado el matrimonio modelo, el ideal que Víctor Hugo defí- nió, diciendo: «El matrimonio es el crisol sublime donde se funde el hom- bre y la mujer». Todos los grandes hombres sufrieron la persecución y la injusticia; tú no podías ser una excepción.—¿Cómo no habían de declarar- te la guerra, si te negabas á que se enseñasen á la juventud absurdos co- mo el de que una burra hablara y un hombre detuviese el curso del Sol?— Tú derramaste luz á torrentes en las aulas, en la tribuna, en el mitin, en visita, en familia, en todas partes, donde quiera que te encontrases; por eso, apenas comenzabas á saborear la satisfacción de ver realizada una de tus más grandes y honrosas aspiraciones, la de desempeñar en propiedad tu Cátedra en Madrid, la gente noctámbula, esa que sólo puede vivir en las ti- nieblas como el murciélago, porque en ellas está en su elemento, empleó •contra tí toda clase de intrigas y ruindades obligándote por último á soste- ner un pleito cuyo fallo demostró que la verdad no teme al error y que la justicia humana progresa, enalteciendo así su sagrado ministerio. Tú, con el Valor que dá la convicción y la conciencia honrada, demos- traste á los idólatras del paganismo moderno, que los antiguos Dioses olímpicos se han convertido ahora en Santos y Santas del Catolicismo ro- mano, el cual es la antítesis del verdadero espíritu cristiano predicado por Cristo; tú les probaste, que desde los templos de la ciencia se engrande- ce más á Dios que desde las pequeñas Iglesias de las religiones todas con sus dogmas y ritos; tú les invitaste á discurrir, á buscar la verdad emplean- do el escalpelo de la razón y de la lógica; más ellos, conociendo el anti- guo axioma que dice: «de la dicusión nace la luz», rechazan toda contro- versia y dirigen sus esfuerzos todos á perpetuar la ignorancia, la fé ciega, la fé que no sabe que cree ni por. que, la fé que engendra el dogma, jel dogma!—"¡ah, cuanto más se piensa en él, más se extravía la razón del ere- yentel—jel dogma de un Dios con forma limitada, circunscrita, que se de- ja encerrar en un lugar que llaman «Sagrario»; que se mancha cuando el -hombre honrado lo toca y no se mancha cuando lo toca el Servidor del tem- •pío, de la Iglesia pequeña;de un Dios hechura del hombre, con sus defec- tos y ninguna de sus virtudes!... Desdichados de Vosotros, Sacerdotes, que sólo atendéis á la forma, á la conservación de vuestrós cuerpos; desdichados de vosotros cuando des- REVISTA ESPIRITISTA KARDECTANA pues de vuestra transformación despertéis y veáis que cuando se os acer- caba un hambriento de religión y le dabais un dogma, le haciais tanto daño como se le hace al que estando hambriento de pan se le diera una piedra; Vuestra labor es ególatra, es antirreligiosaj porque después de veinte si- glos de llamarse cristiana la humanidad,- es más descreída que antes de la copa de cicuta de Sócrates, por eso también es supersticiosa y es blasfema. Bien sé que tú, queridísimo hermano, serás para esos pobres enfermos, como el Sol que inunda antes que le soliciten sus rayos; tú, al lado del excelso Salvador, prescindiendo también como él de la elevación alcanza- da, unas veces plegarás tus alas, bajarás á la Tierra y con amorosa abne- gación ayudarás á los caídos á levantarse y prodigarás consuelos á los que sufren; otras veces, cuando estos enfermos regresen á la verdadera patria, cuando libres de los lazos de la carne nazcan á la vida del Espíritu, acudi- rás á recibirles y envolviéndoles en tu paternal fluido les sostendrás al dar los primeros pasos en el éter, les ensancharás su esfera de sensación, les facilitarás los medios de hacer más corta su turbación, les harás compren- der que el infierno es la conciencia del culpable, el cual, mediante el sufri- miento y el trabajo, cumpliendo la Ley moral, se redime y progresa, y les enseñarás á sentir y formular aquella hermosa oración: «Padre nuestro que estás en lo infinito, etc.» Todos los hermanos de este grupo al festejar reunidos el primer aniver- sario de tu desencarnación, á porfía te ofrecen flores á cual más bellas y aromáticas, pero como nadie dá lo que no tiene, yo sólo puedo ofrecerte unas modestas siemprevivas; no las reuses, que si el marco da realce al cuadro ellas completan el ramillete; acéptalas con el cariño auete las ofre- ce tu hermano. Francisco Rodríguez Lanzas. Madrid 16-7-1912. Señora D.^ Carmen Heredia. Nuestra querida amiga y hermana: Digo nuestra, porque esta carta lie- Va de quien la escribe y de mi mujer, la expresión renovada hoy de sincera estima y amistad hacia la que fué compañera y ángel tutelar (palabras de Manuel), del querido hermano cuya grata memoria recordamos en el ani- versarlo de su desencarnación. Sobre ésta, ¿qué podrá decirse que no lo hayamos sentido ya en la intimidad de nuestra alma? Una desencarnación ¿qué representa?: tristeza para el que queda; libertad para el que se va; emancipación para las conciencias depuradas. Ha transcurrido un año; un- año desde que la mariposa rompió su crisálida de barro y hendiendo el etéreo espacio fué á libar en las flores inmarcesibles del inmenso jardín del infinito. ¡Un año sin verle!...; pero en realidad, ¿podemos afirmar que no 238 LUZ Y UNIÓN le hemos visto desde entonces?... jQuíén sabe! Aunque oculto á nuestros ojos mortales, ¿acaso los del alma no le habrán buscado y contemplado? Cuando el organismo carnal atempera en el reposo sus funciones para restablecer el equilibrio de sus fuerzas, y el Yo pensante desarrolla su cía- rividencia siguiendo el impulso de su espiritual actividad como en la física los cuerpos libres siguen la acción de su propia gravedad; cuando el cuer- po duerme y el espíritu vela, cuando la mente sueña y el alma se dilata; cuando el Espíritu rebosando de una cárcel, (que es más cárcel cuanto más despiertos estamos) tiende al infinito; ¿acaso nuestro pensamiento no ha podido buscar el suyo y juntos balancearse en las inmensidades infinitas de la vida espiritual? El Espíritu no puede abandonar su cuerpo, es cierto: siendo su amo, es también su prisionero; su vida es la misma Vida, y no puede ni momentá- neamente alterar, sin romper los lazos carnales, la unidad personal conjun- ta que el mismo Espíritu á, sí mismo se ha formado para el cumplimiento de fines temporales. Pero el pensamiento es la luz del Espíritu, y como luz sin pantalla cuando el cuerpo duerme, el pensamiento, sin límite que le obstruya, se irradia y penetra hasta donde alcanza su intensidad é ilumina ante ios ojos del Espíritu las profundidades de la espiritual eteridad; y el Espíritu entonces busca, ve y contempla. ¿Por qué, pues, cuando nuestro cuerpo se abandona al descanso de las cotidianas fatigas, y el alma se en- trega á los requerimientos del infinito, nuestro pensamiento, es decir, nues- tro Espíritu no ha de haber buscado. Visto y contemplado á este querido hermano? ¡Dichoso Manuel, que rota la cadena podrá volar... volar hacia el ínfi- nito marcado por el deseo de lo desconocido, que es el fuego que hace marchar á nuestro espíritu, abatiéndole unas veces, vivificándole otras! ¡Dichoso él, que alejado de las miserias terrenas saturará y confortará su espíritu con los efluvios reparadores del espiritual ambiente en que sus pro- tectores y los nuestros le habrán inmergido para desvanecer pasados su- frimientos de la carne! ¡Dichoso él, que libre de trabas, su imaginación in- vestigará y escudriñará los arcanos de la existencia y de la vida, y adqui- riendo ciencia ensanchará su conciencia, y su Sér consciente dirigiéndose hacia el Sér omnisciente irá satisfaciendo anhelos siempre sentidos, nunca agotados! ¡Dichoso él, que con luz propia contemplará y se extasiará en las magnificencias de la Creación y en los vislumbres de la verdad por to- dos presentida, no alcanzada por ninguno! ¡Dichosos nosotros quetenién- dole por protector, su protección nos fortalecerá para no desmayar ein esta dura senda de pruebas, su luz iluminará nuestro camino para remontar- nos á la idealidad, su bondad nos traerá los consuelos que necesitamos pa- ra apurar las amarguras que aún nos resten! Y al dejar este áspero mundo ¡quién sabe, si nuestro primer saludo y nuestro abrazo primero, serán pa- REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 239 ira este querido Manuel! jquién sabe, si él será el guía que solícito y cari- ñoso ilumine la obscuridad de nuestra inteligencia conturbada y nos acia- íTe las profundidades de un espacio sin fin y de una eternidad sin límites! ¡jEternidad!!... ¿por qué acongojarse con esta abstracción? ¿Por qué ■ condolerse de una fiipotética falta de reposo?... Si aterra la idea de la «eter- nldad de la existencia, confortemos y demos Valor á nuestro espíritu con otra sublime idea, con la «eternidad del amor universal»... Si ansiamos des- canso, laboremos actividad. Actividad es amor; no puede haber lo uno sin lo otro; la actividad en el Espíritu, es el impulso que le obliga á reali- zar su Sér y vivir; el amor es la transformación de su actividad en sensa- ción, en sentimiento. El Espíritu superior ama mucho, porque su mayor ac- tividad le determina mayor sensibilidad, más depuración, más sentimiento ^amoroso. La eternidad existe, porque existe el Sér, porque existimos nosotros; pero la eternidad, fijémonos bien, no es el tiempo sin fin; el "4iempo como todo lo finito, no tiene realidad efectiva; lo finito, no existe por sí; ya nos lo han dicho nuestros maestros. No confundamos el tiempo, que es accidente, que es sucesión de cosas y de hechos, con la eterni- «dad, palabra ó idea abstracta que denota el concepto de la existencia real ■del Sér sin principio ni fin, del Yo esencial que tiene existencia por sí mismo. La eternidad es del Sér, de la esencia; decir eterno, es decir exis- 4e; porque habiendo necesidad de fijar la idea de que la esencia es siempre por sí misma, decimos eternidad. Nuestro Yo esencial es eterno, es de- cir, existe, es permanente fuera de tiempo. El tiempo lo crean los cambios •en nuestros modos y manera de estar, las variaciones de nuestras modalida- des, y esto es lo accidental, lo finito; de modo que somos finitos dentro de lo infinito. ¿Variamos en la manera de estar?, luego somos finitos. ¿Somos algo esencial? ¿existimos?, pues, somos infinitos por que nuestra esencia es la esencia indestructible. El descanso viene, si señor, viene cada vez que lo que hay definite en nosotros, lo accidental, se corta; pero para renovar también en nosotros otro finito, otra forma, porque siendo nuestro Sér eterno en esencia, las formas cambian y se suceden pero no se agotan, y el Sér se manifiesta infinito, forma tras forma, de sucesión en sucesión. Toda forma en acción manifestativa y toda sucesión de formas y de hechos tie- •ne su tiempo que con elia surge y con ella se desvanece, y aunque las for- mas y los tiempos se renuevan, el Sér queda igual en su esencia, siempre •eterno porque existe con existencia de sí mismo que no puede limitarse nj, extinguirse. No es, pues, la eternidad la prolongación de un tiempo sin Tin, no nos confundamos; los que queremos llegar á filósofos debemos an- 4e todo precisar in mente el sentido más exacto posible de los conceptos iilósóficos. En nosotros, cada encarnación tiene su tiempo y tiene sus afanes; al 240 LUZ Y UNIÓN terminar la encarnación, nuestro Sér se reintegra en su eternidad y creai nuevos tiempos adecuados á su nueva modalidad, á su actividad en nuevas determinación, y crea nuevos afanes, y unos y otros se esfuman y disipan los anteriores. Así, el reposo del Espíritu no es la quietud, no es la iner- cia; es la variación en el modo de manifestar y emplear su actividad; esto lo podemos comprobar aquí, en los quehaceres ordinarios de la vida fisioló- gica y social, observando la placidez que siente el organismo cada vez que- cambiamos la dirección de nuestra actividad. Y claro está, que á mayor actividad del Espíritu corresponde mayor dominio y mayor facilidad para^ esfumar el pasado de dolores y tribulaciones, sustituyéndolo por un pre- sente y un porvenir de amor y esperanza. Por eso decía antes, que si que- remos descansar laboremos actividad; de todos modos, á ello nos obligan nuestra vida solitaria en lo universal infinito. i¡El infinito!!... ¿Por qué caer en el desaliento y en el absurdo de creer,, que no sabiendo explicarlo, el infinito se impone? Esta es la suprema ra- zón del «porque si»; es sentar otro dogma de fé. El Sér racional es libre y debe emplear su libertad para investigar lo que no sabe, y trabajar para; saber más, rechazando toda imposición aunque sea abstracta, y todo fata- lismo aunque esté sofísticamente explicado. Hay infinito porque hay ma- nifestación del Sér; el infinito lo creamos nosotros porque somos Sé- res y nos manifestamos; nuestro Sér existe y se realiza manifestando su existencia en vida, y si la existencia es eterna, su realidad no tiene límites^- asignables y su manifestación en vida es infinita. Cada Sér lleva en sí un infinito y todos juntos el infinito de la «total existencia»; cada uno de noso- tros se da cuenta del infinito porque se siente á sí mismo que existe, y Vé- que se manifiesta, es decir, que vive; observa que los demás Séres como- él, existen y también se manifiestan y viven, y entonces siente también en- sí mismo la existencia universal y se da cuenta de la vida universal infini- tamente manifestada. Esta es, por consiguiente, la idea del infinito; de ese infinito que se- gún nuestro querido hermano Torres, se impone; yo, al menos, humilde- mente, así lo explico; otros tendrán tal vez más exacta idea y lo explicarán. seguramente mejor; pero, desde luego, mi convicción es firmísima de que nada debemos aceptar por fatalismo. Valga esta carta para todos los hermanos y hermanas ahí reunidos, ás quienes abraza fraternalmente, su efectísimo. E. Niño Madrid 13-7 -1912 REVISTA ESPlKiriSTA KARDECIANA 241 ¿Nueva mediumnidad? De cuando en cuando se publican noticias, sueltos y artículos, dando cuenta de que en tal ó cual parte ha aparecido el consabido niño prodigio que sin saber música toca el piano, el Violin ó el acordeón como los pro- pios ángeles, ó también el que cuenta, escribe ó pinta como cualquiera de- nuestros genios de las Matemáticas, la Literatura ó las Bellas Artes. Es la precocidad, se dice; ó el tardivismo, cuando el milagro se realiza en época de la madurez de los seres, en aquellos casos de vitalidad extraor- dinaria ó de enseñanza rápida determinada en plazo que por su brevedad asombra. Estos dones ó facultades espirituales han sido muy poco estudiados y menos tenidos en cuenta por nuestros antecesores en el Espiritismo, y sin embargo tanto la precocidad como el tardivismo^ son manifestaciones dignas de un estudio detenido y serio de los cultivadores de nuestras creencias y teorias. En las intrincadas y misteriosas relaciones de los seres humanos con los espíritus, existen verdaderas excepciones que se apartan, que no pueden compararse en modo alguno, á los resultados más felices y brillantes de los métodos educativos pedagógicos conocidos, desde el de Froebel hasta el de la doctora Montessori. La precocidad y el tardivismo no son producto de un sistema disci- pdinario fisiológico, no son facultades especiales ó expontáneas maduradas en la estufa de la provocación artificial; son obras naturales de la vivifi- cación determinada del sol, de la luz, del eter, de todos los componentes del denominado cuarto estado, causal y caudal de manifestaciones asom- brosas que revelan al Espiritismo una nueva era de grandezas, una nueva puerta de relación con el mundo de lo desconocido y un nuevo informe que resolver en lo futuro. Ninguno de nuestros entusiastas tratadistas ha analizado siquiera so- meramente estos casos, cuya redundancia viene á llamar poderosamente la? atención hoy, á los que llevados de nuestra incondicional adhesión á la causa, militamos en el campo de las doctrinas Kardecianas. Yo he ido á ver al niño de los pájaros del Asilo de Ntra. Sra. de la Paloma con objeto de estudiar de cerca uno de estos casos fenomenales, de que la prensa se hace eco y la información que esperaba ofreceros ha quedado reducida á una simple admiración de complacencia sobre el hecho. Ni por la voz, ni por el gesto, ni por el aspecto de Pancorbo, he en- 242 LUZ Y UNIÓN centrado en el niño de los pájaros, nada que fisiológicamente me diera norte de su virtualidad. Pancorbo sale solo al jardín y á seguida los gorriones le rodean decididos, se colocan á su alcance y él los coje, les da de comer en la mano; se le posan en los hombros, en los brazos y sobre la gorra que cubre su cabeza y revolotean alrededor suyo como si fuera un amigo ó un protector. Viene alguien; se Van de estampía; sale con otros chicos: no Vienen tampoco. ¿Qué fuerza de atracción es la suya?... Porque Pancorbo asegura que él no los ha educado, que no ha tenido tiempo ni lo tiene para domesticar gorriones. También manifiesta no sentir más que la alegría, la satisfacción intima del afecto que le profesan los pajarillos. Unamos á este, otros nuevos casos de precocidad, recientes é inéditos. En la Universidad de Harvard, en Cambridge, el establecimiento de enseñanza de más importancia de los Estados Unidos, se le acaba de dis- pensar la edad para el ingreso á un joven de 13 años, hijo de un médico famoso de Boston, que demostró ante el Consejo Académico conocer pro- fundamente el cálculo infinitesimal, resolviendo operaciones de cuatrillones, deleitando al tribunal con los análisis más intrincados y resolviendo ante ellos todos los milagros del acrobatismo de las Matemáticas. Otro prodigio verdaderamente extraordinario. Una niña de nueve años hija de un médico de la marina americana, que á los dos años leía correcta- mente el inglés y hablaba francés; á los tres años escribía á máquina y co- menzaba á hacer versos; á los cinco años viajó, para dar conferencia sobre el esperanto; á los ocho años publicó un libro para niños, y á los nueve, conoce, habla y escribe 12 idiomas y publica otro libro con su autobiografía. Ahora un caso de tardivismo. Un campesino polaco analfabeto, llega á New-York se ve envuelto en un proceso y en poco tiempo logra aprender á leer y á escribir el idioma inglés, estudia el Derecho, se revalida y es aceptado en el foro de New-York como abogado defensor de su causa. Que son estos fenómenos, casos raros y extraordinarios. ¿Qué duda cabe?... Pero, si no obedecen á las leyes de un sistema educativo racional y desmienten las posibilidades corrientes de las facultades humanas, habrá necesidad de buscar su origen en las encrucijadas de la voluntad y del espíritu, en la atracción y protección de elementos que no pueden estar al alcance de todos los mortales y que hay que considerarlos como dones, y al tropezar con la naturaleza esencial de estas expansiones maravillosas del espíritu no nos queda otro camino que buscar en la mediumnidad las raices de tan sorprendentes manifestaciones espiritistas. J. Blanco Coris. REVISTA ESPIRITISTA KARUECIANA 243 San Vicente de Paúl Hoy es San Vicente de Paúl. En la cárcel es un día de fiesta oficial, or- ■denado por los que en ella ejercen de amos. Los más desgraciados, que son los que no tienen familia ó en caso con- trario han roto las ligaduras que á ella debían adherirles, y los faltos de to- do medio, y los pobres de espíritu, tienen motivo para sentir, hoy, más que otros días, el impulso de la gratitud hacia quienes de vez en cuando van á llevarles un poco de alivio, á traerles ropa, tabaco y libros. El ayuno semanal se ha adelantado un día y así, al paso que se honra- ba al santo amigo de los pobres, aún cuando sea con una imposición, nada se ha perdido por la Junta local de Prisiones, y los que respetando la me- moria del hombre levantado sobre los altares por sus actos de altruismo en favor de los menesterosos, nada sabríamos respecto al día que le destina ■el calendario, nos hemos enterado. No Vamos nosotros á arrancar de este hecho la nota sarcàstica que tan- to agrada á los volterianos de nuestros días; no intentamos negar la parte buena, el poco de ventaja que se produce á los castigados con la esclavi- tud y con el general desprecio, desviados del camino del trabajo, rebeldes á toda ley, ateos de toda regla social, negados á todo progreso. ¡Pobres seres! Quién no los ha Visto pasar á bandadas, camino de los «galápagos», en cuyas célalas van á pasar veintitantos minutos cada día, á recojer un poco de aire y sol, mal vestidos, sucios, mal olientes, descara- dos, cogiendo la suspirada colilla que duerme en un rincón, no puede dar- se exacta cuenta de la gran desgracia que sobre ellos pesa, ni ha de saber explicarse el hecho de que, con tal sea percibir algo de lo que tanto necesi- tan, son capaces de todas las humillaciones. Estos son los que esperan impacientes la llegada de días como hoy, en los que se interrumpe la monotonía de la costumbre. El rancho será bueno, la junta ó los Paúles, habrán debido gastarse unas pesetas en cebollas, ba- jocas é ingredientes de color que luzcan sobre el caldo, y sobre todo los niás jóvenes de estos desviados habrán agotado la expléndida ración. Los que se dicen discípulos de San Vicente acostumbran visitar á los presos, recogiendo de los más desventurados, promesas de rehabilitación que pocas veces confirma el tiempo. Víctimas de un ambiente falsamente religioso, los que van de buena fé se equivocan en sus procedimientos y, sin negar eficacia á su caridad, decimos que empleando otras formas, de- jando aparte exclusivismos y en aras de un deber santo mal estudiado ó mal comprendido, queda reducido á muy poca cosa el bien que realizan. 244 LUZ Y UNIÓN Si nosotros pudiésemos entrar libremente en las celdas y hablar con ca- da preso y poseyéramos los medios de que ellos disponen, no les habla- riamos á boca de jarro de la doctrina que profesamos, ni hurgaríamos en su manera de pensar, á fin de descubrir los secretos de su conciencia, obli- gándoles á mentir para dejarnos contentos. Les hablaríamos délos deberes del sér pensante, de las obligaciones que contrae como componente de la humanidad si quiere ser justo, noble y estimado por los demás que se en- cuentran en idénticas condiciones que él. Les diríamos que el hombre cum- ple escasamente su misión cuando tras cada hecho que realiza, no escucha el aplauso de la conciencia, eterno y desvelado guardian de todos nuestros actos, aún de los relevantes. Estamos seguros de que tras nuestro constante apostolado, por propia iniciativa, por impulso expontaneo, solicitarían algunos formar en nuestras filas redentoras: sería la fuerza del bien que ios atraería hacia el mejor ca- mino, desconocido para ellos. * •f* íft Sienten aversión profunda por el trabajo que ennoblece y dignifica, la: cual, á poseer la fuerza de los discípulos de Vicente de Paúl, combatiríamos con ventaja. El trabajo, lo mismo que el estudio y que todo aquello donde pueden expendirse las energías y la voluntad, da su premio de satisfacción al que se somete á su yugo bienhechor, lo que contribuye á hacerle anti- pático no es el dolor producido al que le sirve con cariño y fé, sino el he- cho de no recompensarle debidamente. La existencia del intermediario, capaz de todos los atropellos y acaparador de la mayor parte de beneficios, produce una mala impresión, que se traduce en disgusto y acaba por sér odiosidad: de ahí provienen muchos males y eso es causa en buena parte del gran ejército de vagabundos pobladores de cárceles y presidios, culti- Vadores de todos los vicios que infectan esta sociedad desquiciada. Aquí está todo por hacer: se ha empeñado España en ser la última de las naciones europeas. ¿Como se explica que se dejen pasar los años y no se acometa la reforma de convertir las cárceles en talleres de trabajo, don- de con toda seguridad se redimiria á no pocos de nuestros jóvenes delin- cuentes? ¿Como la Asociación de San Vicente de Paúl que hoy se festeja con un raquítico beneficio para los presos, no busca con ahinco la manera de acabar con este estado de cosas lamentable y Vergonzoso? Otro día volverémos sobre este tema inagotable. . J. Costa Pomés REVISTA ESPIRITISTA KARUECIANA 245 Fuerza psíquica Nada es tan difícil como hacer repetir exactamente un experimente para comprobar un fenómeno, en condiciones idénticas á aquellas en que se produjo. Sin embargo, para discutir científicamente las conclusiones de un expe- rimento, es absolutamente necesario reproducirlo en todos sus detalles y en condiciones absolutamente idénticas, sin lo cual las objeciones caen por sí solas y no tienen ningún Valor. Desde que, hace ya varios años, por medio de un aparato de mi inven- .ción, el estenómetro, he demostrado la existencia de una fuerza que parece emanar del sistema nervioso, y que es capaz de obrar á distancia para po- ner en movimiento objetos sin contacto, estos experimentos han sido apre- ciados en diferentes maneras. Algunos sabios me han escrito que los fenómenos observados con mi aparato demandaban un estudio muy largo y delicado (soy absolutamente del mismo parecer), y que no teniendo tiempo que dedicarle, reservaban su juicio. Un número reducido, tales como M. Albert Jounet, M. Jansen, D'Ams- terdam y algunos otros, han repetido con exactitud mis experimentos é irnaginado otros nuevos, han observado los mismos hechos que yo y los han corroborado por sus experimentos personales. Pero muchos otros experimentadores, que parecen no haber leído ó comprendido mis escritos, ó por lo menos no los han tenido en cuenta, han hecho experimentos que no tienen ninguna relación con los míos, ó por lo menos sólo tienen una semejanza muy lejana, y han sacado conclusiones muy diversas. Los experimentadores ingleses, por ejemplo, han declarado el calor podía poner en movimiento la aguja del estenómetro. Yo les que concedo este descubrimiento notable, si creen haberlo hecho; pero yo ja- más he dicho lo contrario; si se toman la pena de leerme, verán que digo: En las condiciones en que me he colocado, una fuerza distinta de calor entra en juego. No habría que comparar estos experimentos con los que M. Archat acaba de comunicar á la Sociedad de Estudios Psíquicos. Cuando M. Archat me habló de estos experimentos, yo mismo le alenté á que estudiara la acción que pueda tener el calor sobre un cuerpo ligero suspendido bajo una campana de Vidrio. Es lo que ha hecho con la preci- sión científica que él pone en sus estudios. Los experimentos son muy 246 LUZ Y UNIÓN notables y de gran interés, pero no contradicen en nada ios que yo he lie- vado á cabo con el estenómetro. M. Archat, queriendo estudiar la acción del calor, se vale de cuerpos de gran superficie, y la mano, colocada como él lo indica, puede en efecto dar lugar á una corriente de aire cálido, cómo él lo demuestra. En mis experimentos, al contrario, coloco la extremidad de los dedos en frente de la punta de la aguja, y perpendicularmente á ésta. Ahora, siendo la palma de la mano la que desprende mayor calor, la corriente de aire caliente, tal como lo indica M. Archat, no obraría, en la posición de mi mano, para hacer girar la aguja, sino para darle un movimiento de osci- lación de abajo arriba ó de arriba abajo. Este movimiento no se produce. En segundo lugar, en los experimentos de M. Archat, el cuerpo es atraído ó rechazado según que se coloque la mano por arriba ó por debajo^ de él. En mis experimentos, la mano está colocada exactamente al mismo- nivel de la aguja. En la hipótesis del calor, un pequeño movimiento de la mano, subiéndola ó bajándola, debería inmediatamente cambiar el sentido del movimiento de la aguja. Pero en mis experimentos, la aguja se mueve siempre en el mismo sentido. Los experimentos de M. Archat son, pues, absolutamente diferentes de los míos. Para terminar con esta objeción de la acción del calor en mis experi- mentos, hay un medio muy bueno de evitar esta corriente de aire caliente que se produce dentro de una campana; éste es suprimir la campana. Et experimento es más delicado y más largo, pero más demostrativo. Cuando- quiero prácticamente medir el equilibrio nervioso de mis enfermos, me sirvo del estenómetro con la campana de vidrio, porque no tengo tiempo de eli- minar la acción de las corrientes de aire producidas por una persona que se mueva en la habitación. Pero en un laboratorio, con un poco de pacien- cia y precaución, se puede perfectamente eliminar la acción de toda co- rriente de aire y los resultados serán más convincentes. Además, á los que me oponen la objeción del aire caliente, antes de contestarles les pido: 1." Repetir exactamente los experimentos, tal como los he descrito; 2.° Reproducir mis experimentos de acumulación de la fuerza nerviosa en diferentes cuerpos, y probarme que es el calor el que obra en este caso; 3.° Reproducir los experimentos de M. Albert Juanet y decirme si no hay otra cosa que calor en ellos; 4.° Probarme: Que en los neurasténicos, la temperatura de la mano izquierda es supe- rior á la de la derecha, lo que sería necesario para explicar el movimienta de la aguja. revista espiritista kardeciana Que en los coreiicos, la temperatura de las dos manos es bastante dife- rente para explicar la diferencia de desviación que se comprueba. Que en los epilépticos, al día siguiente de una crisis, la temperatura se reduce á cero. Que en los histéricos, la temperatura de una mano baja suficientemente con relación á la otra mano, para explicar la desviación muy grande que sç observa de un lado y la casi nula del otro. En fin, demostrarme que en los hemiplégicos, el lado paralizado pre- senta una temperatura mucho más elevada que el lado sano, para explicar cómo el costado paralizado da una desviación de la aguja tres ó cuatro veces mayor que la del costado sano, hecho que yo he mostrado á M. Hu- chard en el hospital Necker y comprobado muy á menudo en mis enfer- mos. No cito otras-observaciones clínicas, imposible de explicar por el calor, pues no doy por terminado el asunto. ' Cuando se me hayan dado todas explicaciones, entonces veremos si ,no hay otra fuerza más que el calor en mis experimentos con el estenómetro. Dr. P. Joire. Cantares (ñ D. Santiago Duran en su fiesta onomástica de dulio de 1912) Un intento de expansión La unidad de pensamiento voy á dar al pensamiento; surca una sola corriente: amor y noble dulzura cuanto más puro el intento son de las almas sustento. mejor vibra en el ambiente. Jamás el buen pensador En la materia radica • . se desvía de la ruta un caudal de imperfecciones, para intrincarse en malezas y á través de evoluciones que anchos abismos ocultan. se levanta y purifica. Aunque medie gran distancia Deber es investigar; entre los seres, subsiste la ciencia despierta al sér; el afecto que les une enséñale á respetar, con sus lazos invisibles. y enséñale á obedecer. La palanca de la fe Entre oleadas de armonía alza y transporta montañas, realiza el hombre el progreso, hace que el sér no desmaye ascendiendo por los mundos y vivifica las almas. del infinito universo. 248 LUZ Y UNIÓN Ve mansiones inferiores, Hijos de una causa misma, ve superiores moradas: hermanos en el pensar, cuando contemple la nuestra, inconmovibles los siglos jcómo la verá atrasada! en nuestro ardor nos verán. En el éter los suspiros Sucederánse las vidas, vibrarán de su tristeza: se animará la materia; nuestra humanidad esclava la luz que se apaga ahora ■es aún de sus miserias. mañana será lumbrera. El Oriente apenas luce Manantial perenne, nunca de su redención futura, su caudal ha de agotarse: y se amontonan las nieblas de los mundos que se extinguen que su claridad enturbian. surgen soles llameantes Letales fluidos embargan Cruza el espacio un suspiro las mentes concupiscentes. de un alma que flaqueó, ¡Cuán pocos son los espíritus y en los senos del misterio que del torbellino emergen! halla eco consolador. Flores de vergel ignoto, En los horizontes lóbregos aquí sus corolas abren; Saltan las candentes chispas y al elevar sus aromas precursoras de un gran foco virtual esencia esparcen. que arrobará nuestra vista. Rindamos culto á esos seres La esencia de la fe ardiente que bajan de su alto asiento no podrá nunca aspirarla para guiarnos en la lucha, aquel sér que no depure dándonos fe, luz y arrestos. la imperfección de su alma. Cada organismo es un templo, Efluvios hay arómales y la vida que le anima por el éter esparcidos es centella sacrosanta que en percibir tardarán del mismo Dios desprendida. los groseros organismos. Jamás desmaye la fe Agitan los elementos que el «Grupo de Amor y Vida» corrientes misteriosas, supo inculcar á los ' seres y del espíritu surge • con revelación sencilla. la razón á nueva aurora. Sólidos y á un tiempo fluídicos Muchos son los instructores •' sillares forman su base, en espíritu y materia; y espíritus poderosos las cárceles de los limbos' tal vez la construcción alcen. ya vientos libres ' orean. HKNISIA liSlMlilTISTA KAKDECIANA 249 Donde no hay luz no hay progi eso En el infinito suena y también falta la vida; de la creación el himno, bendito el reflejo sea proclamándole inmanente de Dios que nos ilumina. y en toda ella contenido. ¿Quién es capaz de negarle Lancémonos á su encuentro en presencia de sus obras? con fe que todo lo vence, Si entre la luz no le vemos, con la caridad por norte, presenn'moslo en la sombra. con el amor por oriente. Domingo Cano. Medianímica Vibre la vida que fulgor emana, vibre la voz del pensamiento nítido,, vibre la caima que alentar nos lleva á las duras penas que perseguirnos quieren; y al compás de una aurora que radiante Velo de luminosas fajas cubra el horizonte, vibre mi alma hacía Vosotros llena de amor, de poesía santa. Quisiera el néctar de las gayas flores, quisiera el colorido de radiantes alas de ángeles que moran en los cielos de dulzura llenos, y aiin poco me sería para ofrecerlo á vuestra planta ingènua. Amor ¡que grande eres! Yo te bendigo é idolatro, por que eres la pa- janea invisible que á lodos nos conmueve y que á todos nos anima, y al pisar tus efluvios las esferas de tantos cuantos mundos gravitan en el éter, la oscuridad de las acerbas noches doblegan sus Ittnicas negruras; y al acercarnos entre celestes lazos hacia ese algo que nos dirige y gobierna, jqué bello es todo, qué dulce y que glorioso! El es la palanca que en la dulce cuna y en humilde lecho nos arrulla hora tras hora, infiltrando ingénuo su esencia casta en nuestra alma tierna: con él basta para persistir y vivir sin tédio. Por eso amados hermanos, quiero por este agente enviaros m{ sentimiento noble de ideas dulces y al pasar la vista sobre las mal redac- tadas líneas que con gusto espreso, ved, trás de ellas, mi espíritu que os ama. Amalia. Paternidad y educación El ejemplo es vuestro mejor auxiliar en la educación de vuestros hijos; en vano les mostraréis el camino recto si vuestros pasos son tortuosos. Poneos á la altura de vuestra noble misión de educadores, de guias, en la 250 LUZ Y UNIÓN escarpada senda del progreso: que la pureza de vuestra vida sea la antorcha que guie los pasos de los Séres puestos á vuestro cuidado. Enseñadles á amar todo cuanto les rodea, á protejer con amor á los dé- biles, á los seres indefensos; inclinadles también á compadecer y á amar á los séres inferiores; no despreciéis nada por pequeño que sea: en la gota de agua palpita un mundo; diminutos granos de arena, en sus agrupaciones infinitas llegan á ser las más altas montañas; pequeñísimos Séres ponen unidos su resistencia vencedora al Océano mismo; en lo pequeño como en lo grande se encierra el infinito. Embelleced la obra del Creador cultivando- sus jóvenes inteligencias, adaptad á ellas la excelsa filosofía, para que sus Espíritus se asimilen el puro alimento del alma y se abran en flor de amor y en perfumes de gratitud hácia vuestros desvelos. Desentrañad ante su Vista las maravillas de la Creación enseñándoles á amar al Creador en la magnificencia de sus obras; abrid ante sus ojos el gran libro del Universo, el libro de la más alta sabiduría, escrito para el sábio y para el ignorante con la brillante luz de los astros en el infinito y con los cálices de las fio- recillas silvestres en el erial. Ciencia necesitáis para seguir las parábolas de los astros; sentimiento, amor, ternura tan sólo, para sentir la belleza infinita de una humilde flor. Sed los pacientes lapidarios de esos Espíritus puestos á vuestro cuidado, limpiadles de escoria y aumentando sus facetas con el ejemplo de vuestras Virtudes y con el esfuerzo de vuestro trabajo y abnegación, laborad para el bien, y vuestra cosecha dará ciento por uno: la mano del Creador ben- decirá vuestra obra. Adiós. Paz y Unión No pienso decir cosas nuevas en este pequeño trabajo pero si de inte- rés para los hermanos creyentes en nuestras ideas; no pretendo tampoco sembrar discordia entre ellos, sino al contrario, la paz y con ella la unión. Empezaré diciendo que mis conocimientos en la doctrina son muy esca- sos y que más bien me guía á manifestar mis pensamientos, la esperanza en la benevolencia de los hermanos, que la certeza en mi cultura espiritista. Llevo solamente tres años en la materia y por tanto soy un novicio, pero sea por las mediumnidades que poseo y ejerzo, sea porque no es esta la primera encarnación en que la he conocido, lo cierto es, que creo con ver- dadera fé y entusiasmo. En la doctrina espiritista hay creyentes de dos clases; hay Teosofistas, los cuales no persiguen más que la parte científica, y Kardecianos, los cua- les además de sacar todo el jugo posible á las explicaciones científicas, se REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 251 «ocupan del mejoramiento de los espíritus en turbación y creen, resueitamen- te, las doctrinas de nuestro querido hermano Alian Kardec, del cual toman el nombre con que se distinguen de los anteriores. ¿Por qué esta división de ideas dentro de la misma materia? ¿Por qué no hemos de ir todos por el mismo camino dentro de nuestras ideas y hemos de dejar ese flanco descubierto, para que se nos pueda atacar ó con el tiem- po lleguemos, hasta atacarnos nosotros mismos? Nuestras ideas no nos aconsejan otra cosa que no sea la unión, la cari- dad, el amor y el estudio, y lo que se hace con esa disparidad de criterio, es destruir, es iniciar los preludios de una guerra civil entre nosotros mis- mos, que no conduciría más que al desmoronamiento de los centros y da- ría lugar á que se aprovechasen de ello todas esas agrupaciones que nos tratan de fanáticos y de brujos, dándoles fuerzas con nuestras discordias. Se debe ser indulgente porque nuestras doctrinas nos lo aconsejan y no dejarse arrastrar de apasionamientos de ninguna clase, hasta conseguir que la unión sea un hecho. La base del espiritismo está en el Evangelio de Alian Kardec; para ser espiritista es preciso creer en él, porque un espiritista sin esa base es una casa sin cimientos. Además, ¿qué es lo que conduce á salirse de las ins- tracciones de Alian Kardec? Las instrucciones que nos dan nuestros her- manos espirituales, no pueden contradecir en nada las doctrinas de Alian Kardec, porque los espíritus que gozan de alguna elevación, no se contra- dicen nunca y todo espiritista debe guiarse por los consejos de ellos... No me explico por qué esa división de hermanos, que no conduce más que á lo que digo antes y celebraría muy sinceramente el que no sigan esas disparidades de criterio entre nosotros. A la vez agradecería, el que si al- gunos hermanos (si es que tengo quien se haga eco de estas cortas líneas) me pueden dar algunas explicaciones sobre este particular, á fin de que pueda comprender el por qué de esas diferencias, lo hagan, en la seguridad de que con toda sinceridad daré mi modesta opinión y con ello habremos conseguido algo provechoso en el sentido de que se enterarán muchos hermanos que no están muy bien enterados de esta diferencia de que trato y lamento. Cartagena, julio de 1912. M. P. Ecos y noticias Durante la pasada semana tuvimos el placer de ser visitados por nuestros amigos y correligionarios D. Hipólito Mora, procedente de la Habana, que viene á domiciliarse en esta capital y D. Luis García Antunez, de Tremp (Lérida). 252 LUZ Y UNIÓN Esta redacción desea á los viajeros que su estancia entre nosotros les sea tatr. grata como nos lo han sido sus visitas. Ei día 22 del corriente més nos visitó en esta administración nuestro her- mano en creencias D. Mariano Castells, que ha venido de la Habana, saludán- donos también en nombre de D. Eulogio Infiesta, hermano y correligionario en dicha capital de Cuba. Que á nuestro visitante le sea tan grata su estancia entre nosotros, coma nos lo ha sido su visita. tÜ Telepatía. — El 25 de Octi bie de ISCO, á las tres de la tarde, estaba la se- ñorita M. en el vestíbulo de su casa de campo, leyendo una obra que la tenía muy interesada, cuando de repente alzó los ojos y vió entrar á un señor viejo, delga- do y muy alto, que se dirigió hacia la mesita que se encontraba en medio de la sala. Usaba un viejo vestido que ella sabía pertenecía á su tío. Después de mirar fijamente al anciano, y aunque no había visto á su tío desde ya hacía muchos años, recordó perfectamente en él su fisonomía y la posse de su pariente. Tenía éste en la mano un rollo de papel y parecía muy alarmado y afligido; pero no hizo ninguna observación. Después de quedarse inmóvil un corto tiempo, se dirigió hacia la puerta en- treabierta y salió. La joven notó que aunque llovía á torrentes y el anciano no tenía paraguas^ no estaba mojado ni enlodado. Cuando le preguntó á dos sirvientas de la casa si habían visto la visita, éstas dijeron que no. Por el siguiente correo de Colcmbia supo la iamilia de la joven que el tío se encontraba muy enfermo, y poco después recibió la noticia de que había muerta á la tres de la tarde del mismo día que su sobrina lo había visto (Heraldo ae Panamá ) ^ * Fenómeno espirita en pleno dia.—Nuestro estimado hermano D. Car- los Esquerro, nos refiere un fenómeno espirita ocurrido en su propia casa el lu- nes 22 del mes pasado, siendo testigos él y su distinguida esposa y su hijita, de edad de cuatro años. La señora de Esquerro vió de siébito el busto de una mujer blanca y diáfana qtie cruzaba la habitación y desaparecía en el techo. La señora observó también que su hijita, que se encontraba atjn en cama, seguía con la mi- rada el fenómeno. En un principio la señora creyó quese trataba de una alucina- ción, y para cerciorarse de la verdad, interrogó á la niña de itna manera indife- rente:—¿Qué has visto, hija mía?—Una mujer blanca que se subió al techo y se fué^con los ratones—contestó la criatura, en su encantador lenguaje. Nuestro heimano Esquerro nos manifiesta que nunca en su casa se habían verificado fenómenos de esta naturaleza, y que lo da á la publicidad por lo que pudiera servir para la dilucidación de los fenómenos psíquicos. (Helios, México.) KENISTA ESPIHITISTA KAKUECIAXA 253 Lia Qd\/epteneÍQ al marqués de Bambridge.—La teoria más popular en esta clase de apariciones espectrales es que se presentan como un aviso anti- cipado de que alguna desgracia va á caer sobre alguno de los miembros'de la casa en que son vistas. El que paso á relatar se refiere á una familia de título, cuyos^ verdaderos nombres suprimo. Cuando lady Ana Stapleton, tía del actual marqués de Bambridge. é hija del abuelo de éste, era una niña entre doce y quince años, vió venir una noche por el corredor en dirección adonde ella estaba, una alta figura vestida de negro. Al principio creyó (porque el pasadizo estaba medio obscuro) que era una de las mucamas. Como la distancia entre ambas disminuía, vió con sorpresa, que la cara de la figura estaba cubierta con una caperuza negra. Al pasar junto á ella, momento después, levantó el brazo y se quitó la caperuza, dejando descu- bierta la cara de un esqueleto. La niña lanzó un grito y cayó al suelo desmayada. Al siguiente día, con un poco de más fuerza contó lo que había visto. El marqués, su padre, al escuchar la historia, no pudo ocultar su gran agita- ción, declarando que la aparición de ese aspectro era seguida siempre de la muerte del jefe de la casa. Doce horas después, murió de repente, aunque, según todas las apariencias, gozaba de muy buena salud cuando oyó el relato de su hija. Debe recordarse que el marqués afirmó que esta aparición siempre prevenía la muerte del jefe de la familia. ¿No es acaso probable que algún espíritu de los antecesores de esta casa, como prueba de simpatía, asumiera esta forma para dar el aviso? Sea ó no así, la verdad es que ios hechos parecen confirmar esta presunción. Duque de Argyll. (Suplemento de «La Nación», 21 de Julio 1904). * Desppendimiento de un espípitu de su cueppo. —Mile. Carpentier, de Chicago, pretende tener la clarovidencia, al extremo de relatar progresos de la agonía de su madre y el desprendimiento de su espíritu. Kire se sentó á la cabeza del lecho de la moribunda, contemplando con mirada estática su cuerpo. «Yo he visto distintamente (dice ella) el espíritu de mi madre abandonar, su cuerpo; en primer lugar el sentido de la vista huyó y u i velo pareció caer sobre este órgano, luego llegó su vez al oído, al sentimiento. La luz fiuíJica que inunda cada fibra, se retira hacia el pecho, y á medida que esto se produce, un velo parece extenderse por los miembros de donde la vida espiritual se retira. . Una bola de luz se separa por fin de la masa encefálica y la hebra de platas se rompe. La apariencia luminosa tomó al momento la forma de mi madre; pero... ¡qué transformación! Estaba gloriosa, radiante, vestida de blanco deslumbrador, libre de enferme- 254 LUZ Y UNIÓN dades y en consecuencia de la muerte. Rodeada de espíritus que la esperabarr^ con una alegría parecida á la de una madre en el nacimiento de su hijo... asf estaba. El espíritu se alejó uniéndose á otros, sin hacer caso de mí. su hija, ni de ningún objeto de la tierra y se perdió en el éter azulado » :i: :í: El fonógrafo y los espíritus.—En Florida, á los espíritus les ha da- do por dar cuer da con sus manos luminosas á los fonógrafos. Recientemente, habiendo sobre la mesa un fonógrafo, varios circunstantes que se hallaban de visita comprobaron este hecho. Uno de ellos, para convencerse más, preguntó sj. colocando un cilindro nuevo, podría recoger la voz de un sujeto de su familia muer- to. Le contestaron que sí, apareció la visión y la voz fué emitida y recogida. La sesión tuvo lugar en la morada del doctor Clahua. (De Nuevos Tiempos, Habana). ❖ 45 Lia monja eon cara de esqueleto. — La siguiente aparición es un caso de los más curiosos, y el cual parece imposible explicar razonadamente.. Un caballero atravesaba una tarde, ya al anochecer, una calle solitaria próxi- ma á un convento situado cerca de Roehampton, cuando fué parado por una- monja, que le preguntó si era el señor Alfredo Hempson. —No — replicó — se ha equivocado usted. Soy su hermano La monja dió vuelta y siguió su camino, pero, al hacerlo, el señor Hempsoa alcanzó á ver parte de su cara cubierta por un velo: ¡y era la cara de un esque- leto! Durante un momento permaneció parado, mirándola atónito; luego, largando una carcajada, prosiguió su marcha, no pensando más en aquello, pues estábase- guro de que sus ojos le habían jugado una mala partida. Cuando llegó á su casa le entregaron un telegrama, en el cual le informaban-, de que su hermano Alfredo había muerto de repente. 45 Descubrimiento de un crimen.- En Chicago se ha dado un caso Verda- deramente curioso de telepatía, que ha servido para descubrir un crimen que per- manéela en el misterio. La heroína ha sido una agraciada joven de diecinueve años, llamada Srta. Loganson. Una mañana se levantó la protagonista de este caso extraordinario muy alarmada, manifestando á su familia que en sueños había visto el asesinato de urt hermano suyo llamado Oscar, agricultor, que tenía su residencia en Masengo,. villa que dista de Chicago 80 kilómetros. La familia acogió con chanzas las manifestaciones de la joven, tratando á ía. vez de calmar el gran estado de excitación en que se hallaba. Todos los esfuerzos fueron inútiles. La señorita Loganson insistió durante Varios días en que su hermano había sido víctima de un asesinato y señalaba como autor de él á un cultivador vecino de Oscar. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 255 La familia no obstante estas seguridades, continuó sin querer prestar aten- ción á la joven; pero el estado de ésta liegó á inspirar serios temores, y para tranquilizarla le permitieron que telegrafiara á Oscar preguntándole si le había: ocurrido algún accidente. La respuesta al telegram.i no se hizo esperar. Pocas horas después recibía la familia de la joven un despacho diciendo que Oscar había d' saparecido y que se ignoraba su paradero. La noticia causó en la familia la natural estupefacción y alarma. Inmediatamente se puso en camino la señorita Loganson, con otro hermano suyo para Masengo. A] llegar, solicitó el auxilio de la policía, á la que condujo directamente á una granja vecina perteneciente á un sujeto llamado Belford. t Todas las puertas de la granja se hallaban cerradas. La policía fue descerrajando todas las que les señalaba la joven, hasta llegar á la cocina, donde se encontraron, con el natural asombro, con huellas de sangre. f La joven, sin hacer caso de ellas y sin detenerse un sólo instante, marchó, como si conociera toda la casa, directamente al gallinero. Al llegar á él exclamó: — ¡Ahí, ahí está mi pobre hermano enterrado! La policía se resistía á creer lo que la joven aseguraba y trataban de con- vencerla de su error, haciéndola notar que el pavimento pareci'a que no había sido, removido desde que se construyó el gallinero. La Srta Loganson insistió tenazmente en su denuncia, y ante la terrible exaltación en que se hallaba consintió la policía en remover el suelo, encentran- do á muy poca profundidad un abrigo de hombre. —Es el de mi hermano—dijo la joven enseguida. En vista de este hallazgo, continuaron las excavaciones, y á un metro y cincuenta centímetros apareció el cadáver de Oscar. El asombro de cuantas personas presenciaron la operación es indescriptible. La joven, presa de un profundo dolor, quiso arrojarse á besar y abrazar el cuerpo de su hermano; pero la policía se lo impidió, llevándosela de allí. Inmediatamente se puso el hecho en conocimiento del Juzgado, y acto se- f guido se telegrafiaron las señas del asesino Belford á todas partes siendo detenido en Ellis (Nebcka.) Al ser interrogada la Srta. Loganson, no pudo dar la explicación de cómo se ha descubierto el crimen, y simplemente dijo que el espíritu de su pobre herma- , no ejercía sobre ella una extraordinaria influencia desde hacía varios días. * * ^ monja clarovidente.—Hace poco se han cumplido cincuenta años desde que en el convento de las monjas cistercenses, próximo á la porta del Carmina, en Viterbo, vive inmóvil en su lecho sor María Benedetta, llamada María Frey, suiza de nacimiento. Acerca de ésta dice una revista italiana: Tiene cerca de 75 años de edad, y conserva el rostro fresco y suave de una. jovencita. 156 LUZ Y UNIÓN Niña aún, predicaba como una santa, descollaba en la música, escribía poesías; su alma y sus bienes fueron para el prójimo- Un triste día fué sorprendida por una parálisis con dislocamiento de la vértebra atlante, de manera que su cabeza está casi separada de la columna vertebral y á duras puede imprimirle un levísimo movimiento. Su psiquis vibra como un instrumento ultrasensible, y tiene intuiciones sorprèn- dentes. Tuvo, por ejemplo, la «sensación» del regicidio de Monza en circunstancias que el rey Humberto caía víctima de su asesino. Predijo el fin inminente, en lo más avanzado del verano de 1904, del Papa León XIII. Tuvo la impresión de que algún poderoso de la tierra estuviera por extinguir- se bruscamente, la víspera del asesinato del Presidente Sadi Carnot en Lyon. (El Mercurio). * * Ua filantropía.—En 1911 se ha gastado en obras filantrópicas en los Estados Unidos, la enorme cifra de doscientos cincuenta y nueve millones, ochocientos cincuenta y cuatro mil dólares, sin contar las sumas empleadas en caridades privadas, por las personas que observan el precepto de no dejar que la mano iz- quierda sepa lo que da la derecha. A pesar de lo mucho que se habla de excepticismo religioso, en esa suma figuran ciento cincuenta millones dados para propaganda religiosa; y en la suma también está incluso lo que ha sido dado para establecimientos religiosos. Entre los donativos hechos para la propagación de la instrucción pública, figura en primera línea el donativo de Mr. Carnegie, que asciende á cuarenta y cinco millones, y cuyos intereses se dedicarán á la difusión de las ciencias, A ayudar á los institutos técnicos y las Universidades, así como á investigaciones científicas. El Dr. Samuel Baila, de California, dejó en su testamento toda su for. tuna, diez millones, para establecimientos de hospitales y asilos. Mrs. Mari Trote Chastain, dejó en su testamento una suma de cinco millo- nes, para establecer un asilo de mujeres pobres vergonzantes en Lexitigton, . Kentucky. Peter Bent Brigham, de Boston, dió cinco millones para el establecimiento de un hospital. Cniraje ó apapieión.—Leemos en El Voltaire el siguiente interesante relato que prueba que nuestras ideas hacen su camino y que llaman la atención aún de aquéllos que las rechazan á priori. A principios de Julio, los diarios austriacos nos participan queen Vidórse, cerca de Warasdin (Hungría) una especie de mirajè extraordinario fué observado en las extensas llanuras que rodean esta localidad: se veían distintamente nume- rosas divisiones de infantería haciendo evoluciones bajo las órdenes de un jefe de alta talla, quien llevaba una espada flamígera. Este fenómeno duró muchas doras durante tres días consecutivos; después desapareció. Oliras qae se bailan de venta en la Administración de esta Revista Ptas. Ptas. Nuestras fuersas mentales, por Pren- La misericordia es la justicia en su tice Mult'ord. Consta de 4 tomos . 40 más elevado concepto. Un folleto de Arte de ser feliz, por W. J. Col viile. Un 32 páginas 0*25 tomo en 4." rústica 3 Ramos de violetas, por Amalia Domin- Encuadernado en tela y oro 4*50 go Soler, 4 t., en rústica, con el . . re- Los de Villa Carmen. trato fenómenos Un de la autora en la cubierta , , 4 4.° rústica En 3 tela tomo en y tapas especiales . , .■ . .8 • En tela Los 4 4'50 tomos, formando dos volúme- nes, en tela y plancha 7 Album de fotografías de espíritus. Ri- Tomos sueltos: cada uno, en rústica. 1 quisimaraente encuadernado . . . 3 Encuadernado en tela ...... 2 De la Idea de Dios, por León Denis . 0'50 Memorias de un Espíritu. ¡ Te perdono! La Vóz de la India, por Luis Jacolliot. 8 ts. en 8.° m. En rústica cada uno . 1 Un tomo en 8.° en rústica .... 1 Encuadernados en tela y oro ... 2 En tela. 2 Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, El Colectioismo integral revoluciona- en tela y oro . . ...... 14 rio, por Eduardo Boulard. Dos tomos Marietta. Un tomo en 8.°, de 464 4." pá- en en rústica 3 ginas. En rústica 2*50 En tela, en un solo tomo 4'50 Entelayoro. . 3*50 ¡Abajo la pena de muertel Folleto por Ventajas del Espiritismo. Fto. de 8 ps. 0*05 D. Salvador Pons, presbítero . . . 0*50 Elementos de una nueva ciencia, 7 exto de enseñanza dominical por y de lee- Mariano Ruth Sinué. Un tomo en tura para las Escuelas espiritistas, 4.°, en rústica 3*50 por D. Felipe Seniilosa. Un tomo en En tela y plancha 5 4." mayor en rústica 2 Cartas de En tela ultratumba, Onofre Vi- y oro 3*50 por ladot. Un tomo en 4.°, en rústica. . 2 La Psicología de las Religiones, por Encuadernado en tela y oro . . . 3*50 D. Joaquin J. Fernández. Un ele- Katíe-King. Espiritismo Moderno. Un gante tomo 8." mayor rústica . . . t. en 8.°, elegante cubierta, rústica. 2 Encuadernado en tela y oro . . . Encuadernado en tela y oro ... 3*50 Colección de Oraciones. Nuevo devo- Ensayo sobre la enseñanza fllosóñca del clonarlo espiritista. Un voluminoso Magnetismo, por el Barón du Potet. t. en 8.° m., tipos claros, en rústica. 1 Un t. 8.°, de 280 páginas, en rústica. 3 Encuadernado en cartoné 1*50 En tela y colores 4*50 . ... . En tela y oro 2 Alferi el Marino. . Un t. en 8.°, rústica 2 Guia práctica del Espiritista, don Encuadernado en tela y plancha. . 3*50 por Miguel Vives. Un tomo en 8.° ma- Inipresiones de un loco, por César Bas- yor en rústica 1 sols. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 Encuadernado en cartonet. . . . 1*50 Entelayoro . 3*50 Tesoro de consuelos y modo de vivir La Verdad frente á frente del Error. cristianamente. Un elegante tomo en Un t. de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 8.° prolongado, en rústica .... 3 En tela y plancha 4*50 Encuadernado en tela y plancha. . 4*50 Luz y Vida (Manual del Creyente). Un La Ciencia de la vida ó la caridad en tomo de 272 páginas en 4.°, rústica. 3 acción. Un tomo en 4.° mayor rústica. 2 Entelayoro. 4*50 En tela y plancha . , . . ... 3*50 Avantismo, por Bruno Miguel Mayol. La Guerra es él Inferno. Un t. de 48 ps. 0*50 Untoraoen8.°del64págs. Enrústica. 2 Misterios del alma, por Virgilio. Un En tela v oro. ........ S'ñO tomo en 8.° prolongado, en rústica 1 El . gran Enigma, por León Denis. Un En tela y rótulo 2 tomo de 272 . págs. en 4.°, con el re- ¡Los muertos viven! ¡No los lloréis! trato del autor. En rústica .... 3 Consolador folleto de 16 páginas . . 0*10 En tela y oro. . 4*50 La Tragedia Divina. Un elegante Síntesis doctrinal y práctica del Espi- tomo, escrito catalán, 4.° León Denis. Folleto en en rae- ritualismo, por iior. Edición biblióñio. de 64 págs. en 4.° 0*50 ..... Edición corriente Efluvios de amor, 68 págs. 13 grabados 0*50 IDE KLA-EIDEO El libro de los Espíritus. — El libro de los Mediums. — Ifl Evangelio según el Espiri- tismo.—El Cielog el Inferno ola Justicia Divina según el Espiritismo.—El Géne- sis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo.—Obras postumas. — iQué es el Espiritismof, en rústica, cada tomo 2 En tela, cada tomo ......... ¡ 3*50 PRECIO SDE SUSCRIPCIÓN España, an año 7 pesetas — Extranjero, un año 12 pesetas Kúmci'o snclto; 50| céntimos Se ruega á los Sres. suscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0'50 -pesetas para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración, y los que la deseen encua- dernada deberán,remitir una peseta más. Instpueeioraes papa el abono de las sascpipeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos, billetes de Banco ó por el giro postal. EXTRANQERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. Colecciones de LUZ Y UNION, con su correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909, 1910 y 1911, á 7'50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, ^^con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que deseen la colección de la Revista encuadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéñdose libre de gastos. Obpas publieadas pop esta Revista Año 1907: La Religión Futura. —Año 1908: Elementos de una nueva Ciencia.—Kxio 1909: La Verdad frente á frente del Error. —Año 1910: Album de fotografías espiritistas. —. Año 1911: Luz y Vida (Manual del Creyente). ' Obra de regalo para el presiente uño,: EL GRAN ENIGMA - Dios y el Uniyerso POR XDE lSr iS Imp. de LUZ Y UNION, Rambla de Cataluña, 118.—Barcelona SUMARIO.— William Booth, pop J. Blanco Coris.-Consideraciones, por León Denis.—Apuntes del natural, por J. Blanco Coris.—Dios, por Consuelo Matos.—«Sin caridad no hay salvación», por Benedicto Salazar.—El Milagro.— Dios y el Ideal, por Zarathustra.—Histórico, por Juan Aguilar.—Razonamiento sobre «La Duda».—Media- nimica, por Uribe.—Carta Abierta, por Salvador Recasens.—Vida Eterna, por Do- mingo Arinengol. — El Engaño, por P. F. Marti Soler (ex-capuchino).—Musulmán y católico ó Muley Halid v un cura, por X.—Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos Itléjico.—Evaristo Barrientes, Administrador del Panteón de ORIZABA (Veracruz). Paerto-Bico.—Faustino Isona, CAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 altos, PONCE. Cnba.—Ignacio Larramendi, calle E. Villuendas, 46, MANZANILLO.—Delfín Roig y Rosell, Habana-baja, 26, SANTIAGO DE CUBA.—Eulogio Infiesta, calle Cuba, HABANA—Faustino Serio, Galle de Cuba, 27, HOLGUÍN.—Armando J. Raggi, Apar- tado, 17, CAIB-ARIEN.—José Casals, YAGUAJAY (Oriente-Cuba).—D. Manuel Mateo, S. Fernando, 40, CAMAGUEY. Filipinas.—José León, apartado 130, MANILA. Kepnblica de Colombia.—Manuel J. López L., Pasaje Hernán Cortés, 9, BO- GOTA.—Luis M. Carvajal, MEDELLÍN. República del Salvador (C., A.)-Luciano Cenedella, SANTA ANA. República Argentina.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA (Buenos Aires).—Pedro Iraola, NECOCHEA.—Luis S. Torres, SANTA FE.—José Errea, PEHUAJO.—Gonzalo Laporta, «Calle Avenida Colón, 377, BAHIA BLANCA. República de Costa Rica.—Pedro Pérez Molina,^ S. JOSÉ DE COSTA RICA. Brasil.— Joao Diogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA^ CONQUISTA (Estado de Bahia). República Uominicana.—Aurelio León, SAN FRANCISCO DE MACORIS. República de Aicaragna.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA República del Fcnador.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Chile», 4, QUITO. República de Hondnras.— E. Strebér, AMAPALA.-J. Istnael López, CO- MAY AGÜELA (jTEGUACIGALPA). República de Onatemala.—José Sánchez Guzmán, Departamento de San Marcds.-MALACATAN. Gribraltar. —D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Túnger (Marrnecos).—Bernardo Ráida, Banco del Estado Marroquí. C O R R E S P O N O E li C I A 8res. lünscriptores que lian satisfecho la suscripción de 191IS M. M. G.—Almeria. J. P.- Sevilla. B. L.—Idem id. J. Q. M.—Idem. G. D. -Lares (P. Rico). M. Fonti—Sabadell. M. S.—Frailes. ■ J. M. C.—Idem id. F. O.—San Martín. R. M. M.—Rosas. E. 0. —Guan táñame. T. C.—Barcelona. G. R.—Torre de Miguel G. .M —Idem. V. M.—Elche. Sesmero. A. S. 0.—Infantes. C. de la Paz.—Idem. M. T.—Lérida. ■ V. J. —Figueras. M. P.—Daroca. V. N.—Idem. F. C. —Santander. T. O.-^Sabadell. S. C. M —Málaga. A. R. P.—Cañete la Real. A. S. P>.—Idem. F. F. W.—Ayamonte. J. R. Tarrasa, Pte. C. E. P.—Idem. J. B.—Barcelona. S. G. —Saladillo. A. R.—Sedí Bel Abes. J. E.—Pehuajo. A. A. G.—Ponce (P. Ri- D. R.—Pontevedra. L. V.—Manila, cp), (Alcanza al de.JitiIio de 1912), La Administración. Año XIII SEPTIEMBRE DE 1912 Núm. 9 William Booth El fundador de la gran institución moralizadora, denominada El eiér- cito de salvación, nació el 10 de Abril de 1829, en Nothimgham, Inglaterra, de una familia modesta de judios convertidos. Hizo sus primeros estudios bajo las prácticas de los metodistas Wes- leyanos, y comenzó á predicar ála edad de quince años en su país natal, prefiriendo en contra de la opinión de los gefes de la congregación antes citada, la predicación al aire libre y en los barrios más populares, al método regular seguido én las prácticas del culto evangélico. A los diez y nueve años era tal su fama, que fué elevado á la catego- ría de ministro de la ortodoxia vesleyana de Nothingham, pero Booth de- clinó tales honores y partió para Londres dispuesto á llevar adelante sus ideales y consagrarse enteramente al planteamiento de su Ejército de sal- Vación. Después de una vida activísima y agitada de predicaciones y conver- siones en Lincolnshire, Quarnesey, Strafordshire, Braford, Oldham y Man- Chester, casó con la joven inglesa Munford, convertida por él y que le prestó grande ayuda en sus propósitos de fundar el ejército de los salva dores de almas cuyos primeros pasos fueron penosos y difíciles hasta el extremo de tener que intervenir muy frecuentemente la policía gubernativa del Reino de la Gran Bretaña. Y cuando William Booth que hasta entonces había obrado sin plan determinado contentándose con ser un simple salutista vió que le seguían las masas entre cuyas filas veía mucha parte de la intelectualidad inglesa, pensó dar forma fija y definitiva á esta sociedad en embrión, y tomando por base cuatro reglas principales dictó la tetralogía de su doctrina. Esta es. l.'"^ Ir siempre delante de los adeptos en las manifestaciones al aire libre. 2.^ Despertar constantemente la atención pública en la prensa y con todo género de propaganda. 3.^ Ganar las almas por las predica- ciones, consejos y las confesiones públicas, y 4.^ Disciplinar y emular es- tas fuerzas creando distinciones jerárquicas á manera de las milicias. Y los salutistas fueron bien pronto muy numerosos y formaron grupos en casi todos los barrios de la metrópoli, denominándose Salvatión Army, llamando á su fundador el General Booth. Para desarrollar el espíritu del cuerpo,, inspirar la confianza, estimular el celo y tener á todos los adeptos al corriente de los hechos y marcha del Ejército de salvación celebrab^an consejos seguidos de plegarias 258 LUZ Y UNIÓN que duraban toda la noche. Y en uno de estos consejos fué adoptado el acuerdo de un distintivo, el de una bandera roja y azul llevando en el cen tro las armas de los salutistas, una S. atravesada por una cruz y dos es- padas en un escudo rodeado de glorias y por cimera la corona de David. En 18S0, se dió á la publicidad el primer órgano de los salutistas Le War Cry conocido en Francia y en Suiza con el título de En Avant cuya tirada se elevó á 90,0C0 números en el primer año, á 200,000 en el según- do, á 400,000 en 1882 y á 529,000 en 1888. Un segundo periódico heb- domedario para niños « The Little Soldier^ alcanzó la cifra de 100,000 ejemplares. Extendióse la propaganda no solo en Francia y Suiza sino á Alema- nia, Dinamarca, Suecia, Italia, Australia, América y las Indias, sin más recursos que los donativos y las suscripciones. En todas las naciones de- nominadas se establecieron grupos y asociaciones de adeptos. revista espiritista kardeciana 259 El ejército de salvación, fundado por Booth, no representa ni una "^religión ni una secta nueva. Es el Evangelismo en su parte menos espiritual, la de la propaganda del culto retrotraída á los tiempos primitivos; la predi- caciónbajo bóveda celeste, la confesión pública, la oración del himno sin :^ímbolos, sin ceremonias y la colecta benéfica. J. Blanco Cokis. Consideraciones Una dolorosa constatación sorprende al pensador al finalizar la Vida, -que resulta aun más punzante con las impresiones sentidas á su vuelta al espacio. Entonces advierte que la enseñanza dada por las instituciones humanas en general: religiones, escuelas, universidades, si nos enseña muchas cosas superfluas, en cambio no nos enseña casi nada de aquello que necesitamos conocer para conducir, dirigir laexistencia terrestre y la preparación al más allá. Aquellos á quienes incumbe la alta misión de alumbrar y guiar el alma humana, parecen ignorar su naturaleza y sus verdaderos destinos. En los centros universitarios reina aún completa incertidumbre respec- ío á la solución del más importante problema que el hombre haya tenido •que resolver en su pasa por la tierra. Esta incertidumbre recae sobre toda la enseñanza. La mayoría de los profesores y maestros apartan sistemáti- camente de sus lecciones todo lo que se refiere al problema de la vida, á las condiciones de su objeto y fin. La misma impotencia encontramos en el cura. Sus afirmaciones, des- provistas de pruebas, no logran comunicar á las almas de que está encar- 'gado, una creencia que no responde ya á las reglas de una sana crítica ni ■á las exigencias de la razón. En realidad, en la Universidad como en la Iglesia, el alma moderna no -encuentra más que oscuridad y contradicción en todo lo que concierne al problema de su naturaleza y de su porvenir. A semejante estado de cosas deben atribuirse en gran parte los males de esta época, la incoherencia'de ías ideas, el desorden de las conciencias, la anarquía moral y social. ; La educación que se da á las generaciones es complicada; no les alum·;;::"' i)ra el camino de la vida; no les templa para las luchas de la existencia. La instrucción clásica puede enseñar á cultivar, á adornar la inteligencia; no •«nseña á obrar, á amar, á sacrificarse. Menos aún aprende á formarse tina 260 LUZ Y UNIÓN concepción de la Vida y del destino, que desarrolla las profundas energías del yo y orienta nuestro entusiasmo, nuestros esfuerzos hacia un fin muy elevado. Sin embargo, esta concepción es indispensable á todo sér, á todai sociedad, pues es el sostén, la suprema consolación en las'horas difíciles,, la fuente de las viriles virtudes y de las altas inspiraciones. C. du Prel cuenta el siguiente hecho (1): «Un amigo mío, profesor de la Universidad, tuvo el dolor de perder á su hijo, lo que reavivó en él el problema de la inmortalidad. En su dolor se dirigió á sus colegas, profesores de Filosofía, esperando encontrar un consuelo en sus respuestas. Fué una amarga decepción: había pedido pan,, le ofrecían piedras; buscaba una afirmación: se le respondió con jquizas!» Francisco Sarcey, cumplido modelo del profesor de Universidad, escri- bía (2): «Yo estoy sobre esta tierra, é ignoro cómo he venido y por qué me han lanzado aquí. No menos ignoro cómo saldré y lo que será de mt cuando habré salido>. No puede confesarse más francamente; la Filosofía de escuela, después- de tantos siglos de estudios y labor, no es más que una doctrina sin luz, sin calor y sin vida. F1 alma de nuestros niños, sacudida entre sistemas diversos y contradictorios: el positivismo de Augusto Comte, el natura^ lismo de Hegel, el materialismo de Stuart Mill, el eclecticismo de Cousin, etc., flota incierta, sin ideal, sin un fin preciso. De aquí el abatimiento precoz y el disolvente pesimismo, enfermedades de las sociedades decadentes, terribles amenazas para el porvenir, á las que se añade el amargo ó crónico escepticismo de tantos jóvenes de nues- tra época, que no creen más que en la fortuna, que no honran más que eli éxito ó se consideran vencidos antes de haber empezado la lucha. Fl eminente profesor Raoul Pictet señala ese estado de ánimo en la- introducción de su último libro sobre las ciencias físicas (2). Fn ella habla del desastroso efecto que las teorías materialistas producen en la menta-^ lidad de sus alumnos, y concluye de este modo: «Estos pobres jóvenes admiten que todo lo que pasa en este mundo es. efecto necesario y fatal de condiciones primeras, en las que su Voluntad no interviene; consideran que su propia existencia es forzosamente juguete de la fatalidad ineluctable á la cual están sujetos atados de pies y manos^ «Estos jóvenes ces^n en la lucha al encontrar las primeras dificultades. Ya no creen en ellos mismos. Se transforman en tumbas vivientes donde- entierran confusamente sus esperanzas, sus esfuerzos, sus deseos, fosar común de todo lo que ha hecho latir su corazón Iwste el día del envene- (í) C. án La Mort et VAu'Delá, (2) /y/ií crónica, 7 ^arzo 18W. , (3) Estudio criitco del materialismo y dtl espiriíualismo por la física experimenta!. Félix. Alean, editor, .1896. ' ^ , . REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 261 Tiamiento. Yo he conocido cadáveres ante su pupitre y en su labora- 4orio, y su vista ha contristado mi corazón>. Todo esto, no sólo es aplicable á una parte de nuestra juventud, sino ^ambién á muchos hombres de nuestra época y de nuestra generación, en ios que se puede observar una especie de cansancio moral y de aplana- miento. Diríasé que nuestra raza ha sufrido un relajamiento de caracteres y de energía vital. Parece que el sentido profundo, la verdadera noción de la existencia la hayan perdido la mayor parte de los hombres, no sola- mente los desgraciados y desesperados, sino hasta en multitud de seres humanos cuyo pensamiento no tiene energía ni base sólida en que apoyar- -se. F. Myers lo reconoce igualmente: «Hay, dice (1), como una especie de inquietud, un descontento, una falta de confianza en el verdadero valor •de la vida. El pesimismo es la enfermedad moral de nuestro tiempo». Las teorías del otro lado del Rhin, las doctrinas de Nietzche, de Sebo- penhauer, de Haeckel, etc., han contribuido también á desarrollar ese estado •de cosas. Su influencia se ha extendido por doquiera. En gran parte debe atribuírseles este lento trabajo, obra obscura de escepticismo y desaliento R, L. M. » .... 1,00 » A. P. M. » . . . . 1,25 » L. G. G. » .... 0,50 » A. R. B. 1,00 » F. L. R. » .... 0,50 » B. G. B. » .... 0,50 ■» J. M. C. 1,00 » M. R. M. » .... 2,00 S. F.J, » .... 1,00 Total. . . . 105,00 270 LUZ Y UiVIÓN El Milagro «Los sacerdotes egipcios, los profetas hebreos, curaban enfermos^ Busco desde hace veinte años la explicación de estos fenómenos, y no lai he encontrado, >—decía ayer á los jueces de la 10.^ Cámara, el señor doc- tor P., citado como testigo en un proceso sobre ejercicio ilegal de me- dicina. La inculpada, Mme. Lalose, según les testigos, realizaría simplemente milagros. Cura á los enfermos, á los incurables, por la sóla imposición de sus manos. Dice á los sordos; «Oid,» y los sordos oyen. Ha curado ciegos- y paralíticos. El Sr. Presidente, Galois, que juzga á Mme. Lalose, parece excéptico. —Yo soy, dice, un poco como Santo Tomás. Y á pesar de ésto, oiremos en la Audiencia certificar las proezas de Mme. Lalose. Cura poniendo simplemente las manos en la frente ó sobre la parte enferma. Algunas veces ha hecho masajes según las reglas. Al principio de la audiencia se tomó el caso á risa, hasta que se oyó á. Mme. Lalose hablar de su «fluido» y de sus milagrosas curas. —He hecho oir á una joven que tenía un tímpano perforado. —Oh!—replicó el presidente Galois.—Entonces usted haría Ver á uno que tuviera un ojo reventado. —He hecho ver á ciegos. Después, poco á poco, la risa hizo lugar á la admiración, al oir la na- rración de verdaderos milagros referidos por testigos muy dignos de fe. Mr. Micholin está empleado en la comisaría de policía de Asnieres. Su mujer estaba con el brazo izquierdo anquilosado. Durantes largos meses consultó á médicos y cirujanos—y aquellos cuyos nombres nos da Mr. Micholin, son de los más conocidos—estuvo asistida en diferentes hospi- tales y no se curó de ningún modo. Por fin fué á ver á Mme. Lalose; ésta le aplicó las manos en el brazo: la misma noche pudo mover el brazo: al día siguiente estaba curada. Y vimos en la Audiencia el desfile de todos los dolores: tal testigo tenía á su mujer atacada de anemia cerebral, y tan enferma, que no pudo ir á ver á Mme. Lalose. «Bien, dijo la maga: la asistiré á distancia.» Y al día siguiente, la enferma se levantaba y caminaba. Tal otro, según la opi- nión de médicos especialistas, debía hacer encerrará su mujer, que estaba loca. Mme. Lalose le pasó sus manos sobre la frente, y la loca recobró la razón: Y estos testigos están agradecidos. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 271 —Yo podía apenas hablar, yo no articulaba;—dijo Mr. Vion,—y mada- me Lalose me ha curado. Los médicos, en lugar de perseguir, procederían mejor estudiando su caso. Ella tiene un fluido; vosotros no lo podéis negar pues sería negar la luz. —^Estad tranquilo, señor—respondió Mr. Gallois; —los médicos estu- dian estos fenómenos. —No! No! No lo bastante, (Risas). Mme. Lalose no prescribe medicamentos, ni ningún tratamiento! ¿Ejer- ce, pues, la medicina? Se le reprochan los masajes, porque los hace, nos dijo ella, con aceite «magnetizado.» Y en los baños turcos, en Paris, nos dice un testigo, uno se hace dar masajes sin receta. El señor doctor P., que había sido citado por la defensa, ha resumido el caso de Mme. Lalose en los más felices términos. —Soy médico, y tengo demasiada confianza en la ciencia médica para co nfundirla con aquel que dice simplemente: «Arrojad vuestras muletas y caminad!» Pero al lado de la ciencia actual, hay la de mañana. Hay la fe, que hace el milagro; hay fuerzas también que nosotros no conocemos ab- solutamente. Y Mr. P nos habla de todos los desesperados de la medicina, de aquellos que han consultado á todos los médicos, frecuentado todos los hospitales, y quienes creyéndose—, y teniéndose por condenados á muerte, se dirijen á esas «fuerzas desconocidas,» las cuales, algunas veces, los hacen vivir. —Doctor—pregunta Mr. Qalois,—¿se puede oir cuando se tiene un tímpano perforado? (El Presidente ha continuado incrédulo respecto de la cura de Mme. Lalose? —El tímpano puede reformarse; por otra parte, algunas veces los ciru- janos lo perforan. Voluntariamente, en las operaciones. —¿Practicaría el hipnotismo Mme. Lalose? —No, absolutamente no—responde al presidente Mr. P.—El hipnotismo es una ciencia perfectamente conocida, perfectamente estudiada. El mag- netismo es una cosa diferente; no es una ciencia: es un conjunto de estu- dios sobre una fuerza que no es conocida. Con Mme. Lalose nos hallamos en otro dominio: nos encontramos en lo misterioso y lo desconocido. Y esta vez, ni los jueces, ni el publico, se ríen. Se piensa en la frase de Hamlet: «Hay mcuhas cosas en el cielo que escapan á nuestra filosofía, (Le Figaro, París.) 272 LUZ Y UNIÓN Dios y el Ideal Pop Zapathustpa La idea de Dios nació en el hombre con la conciencia. El concepto de divinidad no es otra cosa que el de perfección. Dios, para el hombre civi- lizado, es el arquetipo de lo que hay de más grande que el universo, y á medida que se comprenden mejor las leyes que rigen los fenómenos que se desarrollan en éste, el concepto de Dios crece y se dignifica. En realidad, pues, para los seres solo existe la aspiración, el deseo de llegar á la per- fección, de realizar el Ideal, en cuyo honor los hombres^ hasta hoy, han venido levantando altares como si se tratara de una personalidad definida, siendo así que el Ideal es impersonal é indefinido, que lo que llamamos Dios es algo que siempre se escapa y se escapará á la comprensión y que adorar á Dios, es, por tanto, adorar nuestro anhelo, nuestro deseo de per- feccionarnos, nuestro Ideal, es decir, algo que no es lo mismo para cada conciencia. Las religiones, al elevar templos á la divinidad, demuestran ser crea- ción de un estado poco evolucionado de la conciencia humana. Cuando esta crezca y se dignifique, desaparecerán las formas materiales de adora- ción á un ser torpemente personificado y hacia el cual gravitan, no obs- tante, todos los seres, sin necesidad de exteriorizaciones que no vienen á sér otra cosa que rodeos inútiles; y en lugar de tales exterioridades, se erigirá el santuario interno, el de la propia conciencia, que al divinizarse, á la vez que irá cumpliendo con su destino, honrará en sí misma á esa suprema fuerza que se llama d Vinidad y de la cual es una pequeña manifes- tación. Entonces se realizará la profunda frase del Rabino, y llegará á ser cada hombre «Uno con Dios», mediante la consecución de la sabiduría. No es posible actualmente para la humanidad, comprender plenamente el absurdo que entrañan las instituciones religiosas, con sus cuerpos sa- cerdotales, sus liturgias, sus holocaustos, sus oraciones y sus leyendas. Parecerá blasfematorio para algunos que se diga que tales instituciones son hijas legítimas de la ignorancia humana, pero tal es la realidad, y mu- cho se ganará en dignidad y nobleza de procedimientos cuando cada hom- bre sea capaz de sentir en el fondo de su conciencia, el reflejo de ese Dios que ahora explotan en su ruin provecho los que así mismos se llaman re- presentantes de la dividad sobre la tierra. Esto no quiere decir que tales instituciones hayan sido inútiles por lo que toca su efecto sobre la marcha general de la humanidad, no: cada uno REVISTA ESPIRITISTA KARUECIANA 273 tie los estados evolutivos es indispensable para el siguiente, y no se podría alegar á uno más perfecto sin pasar antes por el inferior. AI hablar de la adoración de Dios en nuestra conciencia, no hago sino ■esbozar una futura religión, la cual, á su vez, será probablemente susti- iuida por nuevos modos de obrar y de sentir del sér consciente, cada vez más perfecto y divinizado. Histórico Testó ante el Cura de un pueblo un vecino que nombró heredera á su ihija, á quien convino, en su día, una copia del testamento, que fué lie- Vado á cierta Notaría. La heredera abonó al autorizante, ante el Notario, por los derechos de- "Vengados, la cantidad de 25 pesetas, en monedas de 5-2-1 y 1/2 en plata, y la completó con algunas de calderilla; deduciéndose de ello que había quedado limpia la hucha, de los ahorros que contenia. La Vista de aquel puñadito de monedas excitó tanto la codicia del pater, -que dió ocasión á entablar el siguiente diálogo: —Hija raia, tu padre ha fallecido sin olvidarse de tí y debe esperar tu agradecimiento y recompesa ¿quieres que hagamos su funeral? —jAy mosen! mi último dinero se Vá hoy con esta entrega y no sé ni puedo imaginarme de donde sacar para pagar á V. este nuevo servicio. —Mira pobrecita, ya sé que la herencia relicta por tu padre no puede ser más precaria, y según me participas has agotado tus economías; pero -ten en cuenta que seremos tres los oficiantes y sólo cobraremos ocho -duros. —Si vé V. algún medio para resolver el asunto, dígamelo: deseo servir ■á mi padre, y si tan inaplazable cree el acto ¿no podrá demorarse un poco -el pago? —Ya lo veo infeliz, ya lo veo: pero atiende, si te decides, yo pagaré la cera... Y enmudeció la huérfana. ¿Es esta la religión verdadera? No es posible. Y si fuese la mejor de todas, ¿que tal serán ellas, siendo]peores que ■aquella? ¿En que fuente habrán llenado sus ánforas los que tan jturbía y cara ■venden el agua de las almas? 274 luz y unión ¡Y no se diga que no sea granjeria esta enseñanza, que debe cederse pura y gratuitamente! Ni tampoco suponer que el mercader desconozca, por inexperiencia, el género que ofrece, ya que frisa en los 80 años; ni que ceda al miedo reser- vado al porvenir, ya que declina rápidamente en su carnal existencia. Al que desempeña esa profesión se le titula médico de almas; y podría serlo si hubiese estudiado la verdadera ciencia y estuviese saturado de que su primordial deber es la caridad, como ejerce tan laudable misión quien quiera que lo haga espontáneamente, sin título oficial alguno. Ya sabemos, y somos incorregibles, que el vil metal nos ha envilecido de tal manera, que hasta á los octogenários enloquece. Aunque se llamen; apóstoles del Maestro, que decía al rico: «si quieres seguirme reparte tus. bienes entre los pobres.» ¡Ay D. Lucio que regeneradores habemos! Juan Aguilar. Razonamiento sobre "La Duda,, La duda, un nécta venenoso, un tósigo mortal que mata lentamente, que- enerva y que lleva al extravío, destruye el corazón matando las más nobles ideas y las aspiraciones más bellas. La duda que hace vacilar al hombre, y lo conduce al abismo de la de- sesperación; esa venenosa serpiente que se agita, mordiendo sin cesar aun, entre los que visten el ropaje de la impenetrable fé; ese encarnizado ene- migo, que se revuelve en el fondo de lo intimo de la conciencia; la duda,, que cual una inmensa ola, ahcga la noble é inmortal idea, ese eterno roe- dor de las verdades eternas é inmutables, desaparecerá para siempre, si pronto persistis en el trabajo, si indolentes no desmayáis. La fé ardiente y sincera vendrá á substituir la duda; pero no esa fé, que se obtiene desconociéndólo todo, y que se alberga entre la ignorancia.— ¡No!, es la fé razonada, no ciega; la fé que se levanta sobre el infinito convencimiento de la verdad, y no aquella que estriba en la sola palabra del sacerdote. Es la fé que rrace al impulso del amor celestial, y se desa- rrclla al calor de celeste inspiración, y no aquella que se aleja, á medida que se aleja del templo el que la siente, y que se enfria al contacto de mundanales pasiones.; Se extenderá sí; se extenderá la verdad haciendo desaparecer la duda;. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 275 se extenderá á pesar de inútiles esfuerzos de unos, y los contrarios esfuer- zos de otros. Podrán cegarse los ojos de unos, y levantarse fuertes mu- rallas ante otros, pero al igual de la luz se abrirá paso, y el que no comtem- pie sus bellísimos rayos, sentirá vivificarse el calor. No hay elocuencia capaz, que haga auyentar la duda en la inmensa mayoría de los hombres. Inútil es regar la ardiente arena del desierto, porque á su contacto el agua se evapora en el lejano cielo, donde se condensa formando blanca y Vaporosa nube; así cuando la lluvia fresca de las palabras dulces, bienhe- choras, caen en desiertos corazones, se evapora y sube en armonioso eco sin dejar huella. jOh!, el Espíritu de Verdad se acerca,.y blandirá su espada contra los malvados y perversos. La espada de la razón y la ciencia le prepara el camino, y ella Vá alumbrando en las tinieblas: así el hombre recibiendo la bienhechora lluvia del consejo y la verdad, blandirá su espada contra sus enemigos—así, recto mirará su camino y le conocerá, antes de lie- gar á él. No despreceis la antorcha luminosa, la luz y resplandor, que se llama, la fé, el amor, la ciencia y la verdad. Medianímica iQué bella es el alma cuando libre de imperfecciones se levanta radiante- de pureza hasta Dios! Si pudierais comprender toda su belleza, haríais supremos esfuerzos para venceros elevando Vuestras almas libres de toda, mancha, puras de toda pasión, ofreciéndola como verdadera hostia al Padre. jBella es el alma que en alas del progreso camina hácia la perfección! Para ella no hay más cadenas que las del deber, y el pecado no la hunde en sus negras sombras, no; porque ella como un sol despeja sus nubes mostrando la luz que las virtudes despiden. Levantad con igual belleza las vuestras, romped esas nubes que ocultan su brillo inmortal. Despertad amigos mios, para que deis pasos agigantados hácia el bien; no enmarañéis vuestras conciencias con nuevas faltas, id antes despojándolas de aquellas faltas aún que en un principio os parezcan leves porque ya vosotros sa- beis que por lo pequeño se. va á lo grande. Y si hoy toleráis esas leves caídas no os acostumbrareis nunca á extirpar las raices del mal y lo que hoy es pequeño mañana puede ser grande. No, nada hay. pequeño en el camina ■276 LUZ Y UNIÓN del bien como tanto lo hemos repetido. Esforzaos pues para venceros en todo, en lo pequeño y en lo grande; combatid sin cesar con vosotros mis- mos hasta que obtengáis el adelanto moral que tanto deseáis alcanzar y que tan felices os hará mañana, cuando paséis á la eternidad. Adelante purificando vuestros espíritus de toda mancha, pues es en la lucha donde adquiere el espíritu su gloria; no os descuidéis un instante, velad siempre para que ninguno de los enemigos de vuestro progreso pueda penetrar en el sagrado recinto de vuesras conciencias. Cultivad el hermoso jardín de las virtudes en vuestros corazones, formad con ellas el ramillete para la inmortalidad. Subid, subid amigos míos la pendiente del bien; remontad el alma en alas de la virtud hasta el infinito que allí os esperan Vuestros guías y vuestros amigos. Uribe. Pregunta ¿Que educación ha de darse al niño? Respuesta: El niño, desde la más tierna edad, comprende más de lo que generalmente se cree todo lo que ve á su alrededor, y las impresiones experimentadas forman su primera educación y dejan indelebles trazas en su espíritu. El niño que desde la edad más tierna, cuando todavía está en los brazos de su madre, se acostumbra á sentir y á gustar la dulce armonía de la Vida de familia, conserva para siempre el recuerdo de ella; y si algún día llega á extraviarse en su camino, aquel recuerdo será para él como un talismán que podrá salvarlo de las grandes desgracias. Es el ejemplo de la vida honrada y santa de la familia su base; es la madre quien debe insinuar, poco á poco, á su criatura la felicidad y la alegría de hacer el bien; es ella la que debe hacer comprender al niño las horribles con- secuencias del mal. A medida que el niño crece, la madre debe extender el horizonte de sus conocimientos y hacer que su inteligencia sea más ávida de saber. La madre, después de haber puesto en el corazón del niño la necesidad de amar, debe instruirle en todo lo que debe saber sobre la familia y la sociedad. Desde la adolescencia se debe inculcar al niño cono- cimientos de filosofía: pero jamás se le hagan recitar lánguidas é incom- prensibles oraciones. El hombre se convierte en tal, no con recitar incom- prensibles oraciones y con practicar ciertos cultos con frecuencia ridículos, sino con la reflexión y el estudio de las ciencias, de la filosofía, de los hombres; con formarse una familia y amarla; con hacer á la humanidad todo el bien posible á pesar de todas las luchas dolorosas inevitables. La madre hará comprender entonces al niño que las oraciones hechas á son de dinero, no valen nada. La oración pagada es la ostentación de los he- REMST.V KsniilTlSTA KAHDECIANA 277 rederos para mostrar al mundo que cumplen con los deberes hacia los difuntos. Ciertas ceremonias no son sino la expresión del orgullo y de la hipocresía. Que se le enseñe la moral que se deduce sencillamente de las leyes de la naturaleza, moral que comprenden los hombres libres de nuestros días; que se le enseñen las reglas de la educación. Que el niño sepa y comprenda que el espacio está poblado, y cuando en la tarde em- piecen á resplandecer en el cielo las estrellas, la madre dirá al niño que aquellas luces de oro son mundos llenos de vida, demostrando la univer- salidad de las existencias. El niño saludará á esos mundos y deseará co- nocerlos. Aquellos son los preciosos momentos en que la madre debe empezar á hablar de Dios. Entonces el universo tomando un puesto más importante en su joven inteligencia, la idea de Dios se engrandecerá en el niño en proporción inmensa y su corazón se desarrollará, mientras su espíritu abraza más amplios horizontes. Decidle que Dios, cuyo nombre siente desde tanto tiempo, es sustancia infinita. Alma del Universo; decidle que tanto en la vida extra-terrestre como en la terrestre, la humanidad sigue una marcha ascendente, que nada permanece fijo en su lugar, que todo en la naturaleza se agita en la inmensa tarea del progreso; repetidle continua- mente que en todos sus actos y en todos sus pensamientos es directamente observado por el mundo invisible; decidle que es ayudado á medida de sus esfuerzos por el bien; que en el espíritu de sacrificio soporte las contra- dicciones; que, en cuanto pueda, asista y ayude á sus hermanos en la humanidad con todas sus fuerzas y con toda abnegación; que no se deje abatir por las contrariedades de la vida. Así verá la madre que su hijo no tardará en naturalizarse con el espíritu de sacrificio. El adolescente re- flexiona, sea que juegue ó trabaje y á medida que crece las cosas de la tierra (ciencias, artes, moralidad etc. etc.) le parecerán cada vez más fáciles de comprender, porque su pensamiento abarca ya el Universo. La educación del niño debe hacerse oralmente, así la retiene con más facilidad. Las Vibraciones de la palabra van á golpear directamente sus facultades. Hay una especie de magnetismo entre el maestro y el alumno y se termina por reconocer que las instrucciones órales valen más que las lecciones aprendidas en los libros. El niño debe comprender, con el tiempo, que al desprenderse de su cuerpo material su alma emprenderá el vuelo hácia los campos del espacio; que su felicidad futura consistirá en estar acom- pañado de los que amó y que cultivaron su inteligencia; que llegará un día que podrá ver esas estrellas que le parecen ahora tan brillantes y miste- riosas. En el recojimiento de la tarde es cuando el hombre piensa y le parece que las estrellas resplandecen para revelarle sus elevados deberes. La moral debe enseñarse en la familia con el ejemplo. Haced de vuestra casa un templo de Virtud. Rogad con el corazón cuando sintáis la nece- sidad de elevaros hasta Dios. El niño que crece entre sus padres escruta 278 LUZ Y UNIÓN «n SU joven inteligencia sus operaciones; adivina el significado de las palabras que se desprenden de los labios de los que le dieron la Vida. El niño se habitua, bien pronto, á saber que por medio de sus padres, ha venido del espacio á la tierra para progresar, para hacerse justo é instruido. Estos dulces y graves pensamientos quedan como esculpidos en su alma y así sabrá que si hace el mal tendrá que expiarlo; sabrá que el espacio luminoso quedará oculto para él si se entrega en brazos de las pasiones malvadas y que deberá volver á la tierra á purgar sus faltas. Con estas creencias los jóvenes cerebros podrán hacer mucho bien, y se realizará un gran progreso. Sobre todo la madre deberá empeñarse en hacer conocer bien al niño: « Todos para uno y uno para todos^, ^No ha- gáis á otro lo que no quisierais para vosotros-». Aqui está toda la doctrina y la moral de Cristo, Director y Redentor nuestro. Por lo , pov el Barón du Potet. t. en 8.® m tipos claros, en rústica. 1 ·,^· paginas, en rustica. 3 , Encuadernado en cartoné En tela Colores .... 1'50 y En tel:a'!iy,OfO.''un. j. • '2 í A//im e/Un t. en 8.®, rústica 2 ' " Guia práctica del espiritista, don ^ Encuadernado en tela por y plancha. . 3'50 Miguel Vives. Un tomo en 8.® ma- Impresiones de un loco, por Cés&r yor en rústica ' 1 sois. Un t. en . . 8.°, 208 págs., rústica. 2 Encúaderñado en carioifei."." ' EnAela y oro. . ." 3'5ü Tesoro de consuelos y modo de_ vivir La Verdad frente á frente del Error. cmítaíia/ncrete. Un elégánle tomo en''' ' Un t. de>2ifil págs.í en 4.®, rústica . 3 8.® pi-olongado, en rústica .... 3 En tela y plancha 4'50' Encuaderna.po en tela y plancha. . 4'50 Luz y Vida (Manual del Creyente). Un La Ciencia de la vida ó la caridad en tomo de 272 páginas en 4.®, rústica. 3 acctóJf. 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Edición corriente 1 íl/7¿mos (Ze amor, 68 págs, 13 grabados. 0'50 El libro dé los EspiritiiS^rr- El UbltQ dejos Mediumsj— El Evangelio- según el Espiri- tismo.—El Cielo y el Inñerno ó la Justicia Divina según el Espiritismo.—El Géne- sis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo.—Obras póstumas.—¿Qué es el Espiritismo?, en rústica, cada tomo 2 En tela, cada tomo . . • 3'5Ü PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Espaia, no año. ...... 1 pesetas — Extranjero, nn año 12 pesetas ' • • v . Xúmpro Nnolto: 50 céiiiimoM Se ruega á los Sres. suscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0-50 pesetas para el franqueo y certificado de ia obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en ia Administración, y los que la deseen enciia- dernada deberán remitir, una peseta más, Instpuéeiones pana el abono de las s^seripeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos, billetes de Banco ó por el giro portal. EXTRANQERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del díq en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. Colecciones de LUZ Y UNION, con sii correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909, 1910 y 1911, á 7'50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que deseen la colección de la Revista encnadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obras publicadas pon esta Revista Año 1907; Tm Religión Futura. —Año 1908: Elementos de una nueva Ciencia. —Año 1909: La Verdad frente d frente del Error.—^Año Album de fotografías espiritistas.— Año 1911: Luz y Vida (Manual del Creyente). Obra de regalo para el prexente año: EL GRAN ENIGMA - Dios y el Universo POR X-iBÓlST IDEHSriS Imp. de LUZ Y UNION, Rambla de Catalnfla, tl8.—Barcelona Año XI1Ï Octubre de 1912 Num. 10 Eedacoión y Administración: Rambla Cataluña, 118 - Barcelona (España) ^ SUMARIO.—Por los fueros de la verdad, N. por Liberto. -Mis amores, Estopa.—Aclaraciones, por J. Blanco por Eugenia Boris. - J. Pascual.—Al Agrupación Diodoro-Luis-Manuel, por hermano qu'-rido Manuel Sanz Hiiss Benito, por Euuarda Manzano.— por Ramón A. Ramiia z.—l^ai'a las victimas de —El Bermeo, Benedicto Salazar. eminente obispo por inglés Wilbergforce habla à un materializado.—Laca- ridad, por X. X. X.- espectro Locura de la Idolatria—Fenómeno Kobles Medianimico, Francisco Sánchez. por - Comunicariotie.-.—Efluvios de amor. - Ecos y noticias. Corresponsales Administrativos néjico.—Evaristo Barrientos, Administrador del Panteón de URIZABA (Veracruz). I* iieiTO-Kico.—Faustino Isona, CAYEY.—Francisco I. PONCE. • Arjona, Bertoly, 4 altos, . . ítiiha.—Ignacio Larramondi, calle E. Villuenda<. 4(>, M.ANZ.^NILLO.—Delfín y Rosell, Habana baja, 2o, SAN Roig TIAGO DE CUBA.—Eulot;io Infiesta, calle ilABANA—Faustino Cuba, 94, Sern>, Laíb de Cuba, 27. HOLGUÍN —Armando J. lado, 17, CAIB.VRIEN —Jo-sé Raggi, Apar- Ca.sals, YAGUAJ.vY Mateo, S. Fernando, (Oriente-CubaJ.—D. Manuel 40, CAM AGUE Y. Filíplnati.—José León, apartado 130, MANILA. Itepiíblica «le Colombia.—Manuel J. López L., Hernán BO- GOTA.—Luis Pasaje Cortés, O, M. Carvajal, MEDELLÍN. Kepáblica «leí Salva«i«»f ,(C. A.)-Luciano Cenedella, SANTA ANA. Kepilblica Argentina.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOCA Aires).—Pedro Iraola, NElOCHEA (Buenos .—LuisS Torres, SANTA FE. —José PEHUAJO. Krrea, —Gonzalo Laporta, «Calle Avenida Colón, 377, BAHI.A BLANCA. Kepiiblica «leCttsta Kica.—Pedro Pérez Molina, S. JOSE DE COSTA RICA. Brasil.—Joao DIogo Sá Barretto, advogado, CIUDADE DA de CONQUISTA Babia). ("Estado Kepáblica Dominicana.—Aurelio León, SAN. FRANCISCO DE MACORIS. Kepáblica «le Aücaragnn.—Isidro de J. Olivares, 5 calle Norte, 102, MANAGUA Kepáblica «leí Kcnailor.—R. Eduardo Proaño, Carrera «Ciiile», 4, QUITO. Kepáblica «le H«»n4tnraK.—E. Streber, AMAP.-^LA. - J. Ismael López, CO- MAYAGÜELAfTEGUA' IGALPA). Ki'páblica «le Knatemalii.—José Sánchez Guzmán, de San Marcos.—M.\l.ACATAN. Departamento Iwibraltar.—D. Manuel Olivares, Muelle Comercial. Tílnger (.llarriiecos).— Bernardo Raída, Banco del Estado Marroquí. CORRESPONDENCIA Mres. S^nscriptores que lian satisfecho la sáscripcián «le I9IÍS ,1. B. —Manresa. J. C —Murcia. A. L.—San B C.— Francisco de id. F. G.—Campechuela. Macoris. J. C.— id. M. R. —Lezinan. (Fran- J. S B.—Plá de! J. Pana- P.— id. ciá). dés. E. V.—Cuenca. M M.—Cuenca. M. G.—Buenos A. J. R.—Caibarien Aires. (Cu- F. O.—Madrid. M. ba). E. A.—Urnpán. S.—Amapala. E. F. D. A.—Sta. C.—Santander. Marta de C P: — Corbins M. los Barros. (Lérida). S.—Cartagena. II. de J. R.—Porto A. M. B. F.—Lares (Por- V.—Murcia. (P. Rico). tngal). N. T. D.—Juncos. F.—Frtianix. id. B. R.—Tánger. V. R —Melilla. I'te. F. de Paz. —Mahón. M. G 1 —Málaga. Alcanza al 9 de Septiembre de 1912L La Administración, Año Xlll SEPTIEMBRE DE 1912 Núm. 10 Por los fueros de la verdad (Gontestaeión al artíeulo «Ua plaga de la moral» del Sr. perrándiz.) En uno de los números de la primera quincena de este mes, se publicó en El Progreso^ de esta, un artículo ti- tulado "La Plaga de la Moral,, de su distinguido colabo- rador D. José Ferrándiz. Eran tales las afirmaciones que en el mismo el ex-cura católico hacía, confundía de tal modo cristianismo con catolicismo, que me creí en el deber de contestarle con este artículo, pues ni como espiritista ni como radical podía permitir pasar sin protestar aquel escrito que á su falta de lógica unía un atrevimiento en la exposición de ideas que asqueaba aun á los más tolerantes. Es mi atención].contestar al Sr. Ferrándiz, mas apesar de poner á con- tribución toda la atención de que soy capaz, casi no se como empezar. «La plaga de la moral», es un artículo que contra la costurribre del señor Ferrándiz, carece de lógica. Ante todo, y triste es tener que decirlo y más aun tener que decirlo á un teológo del calibre del autor del escrito de referencia, comete una in- justia que es al mismo tiempo un tremendo error. Habla de moralidad cristiana y toma como á tal la moralidad católica y protestante, y esto es una injusticia y un error porque por muy teólogo que sea el Sr. Ferrádiz, no podrá llegar á probar nunca que las llamadas religiones cristianas lo sean verdaderamente. Todos sabemos que de cristianos presumen sus miembros, mas sabemos también que en nombre de la libertad pretende hablar Canalejas, y Va dejando tamañito á Maura. Llamar cristianos á los protestantes y á los católicos, es lo mismo que llamar europeos á los asiáticos y pieles rojas á los yanquis. ¿Pueden ser cristianos los que en las hogueras de la inquisición pretendieron quemar la libertad de conciencia que empezaba á alborear; aquellos que admiten una religión que en vez del perdón predica el exterminio, en lugar del amor el odio? ¿Fs que mi ilustre contricante, puede confundir las prácticas del Mártir del Calvario con las del sacerdocio actual? ¿Podrá nunca probar que la moral de los Evangelios, practicada debi- damente embrutece? No, en cambio podrá hacerlo muy fácilmente de la moral religiosa de hoy día. Otro error comete, cuando dice que es cosa corriente creer que Roma 290 LUZ Y UNIÓN y Greda perdieron su esplendor por la sexualidad. Por lo visto confunde el autor de «La Plaga de la Moral» relaciones sexuales con sensualidad. Ni Roma ni Grecia se perdieron por la sexualidad ni la cultura, más causas primordiales de su decadencia lo fueron la sensualidad y la molicie. Son sexualidad y sensualidad dos términos muy parecidos, más de un significado totalmente diferente. La relación sexual, la función procrea- dora de la especie, practicada con consciència del acto que se ejecuta ó como necesidad inherente á la naturaleza misma del hombre, desarrolla en éste la vida, le hace apto para los más grandes destinos. La sensua- lidad en cambio, proveniente casi siempre de un exceso de sexualidad ó de un exceso de animalidad, asi tal como suena, destruye en el hombre la energía, amodorra su inteligencia, hace desaparecer de él todo sentimiento noble y honrado. Para él la mujer es un objeto de placer, algo cuyo único fin es satisfacer los lúbricos deseos del macho y en muchos" casos acaba prostituyéndose él mismo en el más bajo sentido de la palabra. Hay mucha diferencia entre la vida relajada, producto de un sensua- lidad exaltada, sin freno alguno, pues desgraciadamente para la sociedad víctima del sensualismo, mientras coadyuve á sus placeres todo es lícito y honrado; y una sociedad de una moral sana en que el hombre comprenda que hay algo más grande en esta vida que la satisfación de carnales ape- titos, en que se haga cargo que la mujer es la compañera del hombre, que en su íntima comunión hay satisfacciones mayores que las de su relación sexual, que son hombre y mujer y no macho y hembra; que tienen la ine- ludible obligación de conservar sano su cuerpo pues de no hacerlo, ma- nana sus hijos pueden pedirle estrecha cuenta del porqué les dió un orga- nismo débil, disforme, sin condiciones para la vida. La primera es la sociedad actual, la sociedad católica, compuesta de materialistas vergonzantes ó inconscientes, y de materialistas por convic- ción. La segunda es la sociedad del porvenir, sociedad de hombres fuer- tes que quieren ser hombres antes que machos, de mujeres que solo quieren ser hembras para ser madres. De libertad inmensa, porque esta irá aliada al a| respeto mutuo. De cultura suma porque el desarrollo intelectual apare- jado con el corporal, creará cuerpos sanos, cerebros poderosos que podrán alcanzar las más elevadas cimas de la sabiduría. De riqueza inconmensu- rabie porque á mayor potencia de Vida, mayor potencia creadora en todos los ramos. La primera es la sociedad católico-materialista, la segunda la sociedad cristiana. En esto como en todo, los extremos se tocan. Católicos con castidad aparente y disolución real, pobladores de conventos en que se abusa de los niños y Viola vírgenes, sostenedores de patronatos contra la trata de blancas, y deshonradores por hábito; y materialistas sin careta para REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 1^91 ?los que todo se reduce á disfrutar de la Vida arruinando la suya: todos -aunque en campos distintos, más por iguales medios concurren al mis- mo fin. Que la decandencia de las razas se debe en oarte á la falta de mora- Hdad, es cosa tan clara como la luz del sol, apesar de las afirmaciones en ■contra del ilustre colaborador de «El Progreso», afirmaciones por otra parte sin "valor pues no van apoyadas ni con pruebas ni con razones. El sensualismo debilita el cuerpo y embrutece el espíritu. Además la mora' cristiana, no consiste únicamente en las relaciones sexuales. La moral de Jesús, representa puesta á la práctica, el arreglo de las diferencias sociales, la felicidad humana. Todos los Vicios tienen en ella su enemigo más formi- -dable, todas las malas pasiones que agitan al hombre un correctivo eficaz. La consecuencia lógica del verdadero cristianismo es precisamente lo •contrario de lo que afirma el Sr. Ferrándiz. El Decálogo dice: «Honrar padre y madre» y el convento es la negación de la familia, la muerte de todo sentimiento humanitario. El fraile y la monja, al encerrarse entre cuatro paredes para allí vivir lejos de todos los sentimientos y penas que aflijen á la humanidad, haciendo una vida de eterna oposición á las leyes naturales, viven en prepétua contradicción con las enseñanzas de Jesús, •que si nunca habló de conventos é iglesias en cambio dijo «Creced y multiplicaos». El voto de castidad absoluta de los curas católicos y la afirmación de •que el mejor modo de amar á Dios es profesar, ponen en entredicho las pa- labras del Mesias y las leyes naturales, pues siJa obra más perfecta de Dios es el hombre, el cumplimiento de aquellas necesidades que son inhe- centes á la naturaleza del mismo caen de lleno dentro de las obligaciones morales del cristiano, y porjo tanto la castidad del celibato es contraria á ellas. ¿Cuándo, en dónde y de qué manera el cristianismo verdadero es con- trario á la ilustración del pueblo? ¿En qué cohibe la libertad? ¿No establece -acaso, no la obligación de socorrer al necesitado, si no la de compartir con él nuestras riquezas? ¿No exalta la humildad del pobre, y abate el •orgullo del rico? ¿Es posible quizás á quien se precie de cristiano y quiera obrar como á tal, imponer sus ideas por la fuerza? ¿No recuerda el Sr. Ferrándiz la parábola del Buen Samaritano? ¿No se desprende claramente de ella que más que la religión ú opinión de los hombres valen sus hechos y sus sen- timientos? Dígame claramente, el ex-cura católico, dígame si le esposible probar, y hágalo en tal caso, que catolicismo y cristianismo son sinónimos. A que no lo puede? ¿Por qué pues, confundir un término con otro, el mal coíi el bien, el odio con el amor? 292 'LUZ Y Ui\rÓN ■ La corriente que se va formando en Varios países contra la pornografía no tiene nada de tirana. Da asco hoy el leer ciertos periodicuchos qué- pululan especialmente en manos de la juventud, pervirtiendo su cáracter y presentando como cosas nobles y dignas el adulterio y la prostitución. Parece mentira que nó se dé cuenta un escritor como el Sr. Ferrándiz, deí estrago que producen en nuestra niñez y juventud periódicos, novelas,. funciones teatrales y peliculas obscenas, todas aquellas en que sé describe èon toda crudeza la animalidad latente en el hombre y la mujer. Fíjese- en un niño ó en una niña que asistan amenudo á funciones teatrales def. género chico. Las primeras veces le llaman simplemente la atención, y des- puésá medida que Va comprendiendo lo que en ellas clara ó veladamente sé- indica ya con gestos ó por medio de palabras, Va perdiendo su inocencia y su candor y pronto, casi siempre antes de qué llegue la época natural en; que de niño pasa á hombre y de niña á mujer, acaba en un estado de morbor sidad sensual que hace que cuando se opera en ellos el cambio de natu- raleza, están sus sentidos tan excitados que adoptan para satisfacerlos, maniobras contrarias á la dignidad humana y á la salud. Pasan los años y este efecto es cada vez mayor. No son ya adolescen- tes, son hombres. Oiganse sus conversaciones. Para ellos no hay mujer digna de respeto. Habituales del lupanar dejan en él. salud y dignidad. Se- casan y hacen desgraciada á su esposa y más desgraciados aun á sus. hijos, á los que legan sus enfermedades y sus miserias. Por esto se impone un regulador de las costumbres, una luz de las inte- ligencias, como muy bien dice. Las religiones no pueden presentarlo, más el materialismo tampoco. Las unas pecan por defecto y el otro por exceso. Solo, en medio de; tanta podredumbre, el Cristianismo ofrece un medio de redimir al hombre, apartándolo de la sensualidad y de un misticismo embrutecedor. Si, verdaderamente. No podrán las religiones sin contradecirse ellaa mismas, decir que es lo que entienden por moral. ¿Mas lo puede el ma- terialismo? 5í: En cuanto al convenio internacional contra la pornografía, si con él se pone algún freno á la publicación de tantos libracos, periódicos é ilustra- dones, llenas de'fdescripciones gráficas ó escritos de obscenidades, ¡Ben- dito sea! Y si el Sr. Ferrándiz tuviera hijos por quienes velar y pudiese constatar en ellos los estragos de esa pornografía por él tan mal definida, estoy seguro, segurísimo, que como yo bendiciría ese Convenio. ¿Quiere el ex-sacerdote, una definición de la pornografía, algo más Verídica que la suya? Pues ahí va:—Pornografía, es todo aquello que de un modo artificial excita en el sér humano los apetitos de la carne, y des- pierta su sensualidad y lujuria. REVISTA ESl^IRIlISTA KARDECIANA 203 " : Hacia el final de su artículo, pone el Sr. Ferrándiz uná frase que hasta TOé parece imposible la pueda escribir un hombre que se precia de liberal; Dice textualmente: «La repulsiva empresa contra la' trata de blancas que «ra ya una ignominia, una inmoralidad, invadirá tódas las regiones, etc: -etc;» ¿Que .ir contra la trata de blancas es una inmoralidad? Estoy seguro -que son muy podos los hombres que se atreverían á pronunciar y menos aun, á suscribir esta frase. La trata de blancas es una de las vergüenzas de nuestra época, y cuanto se haga para aminorarla y destruirla, merece todo nuestro aplauso y todo nuestro apoyo. Causa horror y asco al mismo tiempo, pensar que en este siglo de libertades constituye un remunerador comercio la venta á casas de prostitución de jóvenes, honradas casi siempre, que engañadas por miserables individuos van con la alegría en el alma á caer en manos de los ■dueños de burdeles, cuando creían encontrar un empleo que les permitiera vivir honradamente. Cierto es que á veces es vergonzoso el modo como obran los que pre- tenden destruir este comercio, pero de esto á afirmar que la empresa en sí €s una ignominia, hay un abismo que se pretende franquear de un modo •que no es posible dejar pasar sin protesta. Quizás en España y en algunas otras naciones se use del nuevo Con- venio tal como indica, más para evitarlo están los elementos liberales. Si ■estos en aras de su convicción antireligiosa hacen completamente el Vacio alrededor de la gente de sotana, sin recurrir á sus servicios, para nada, pronto verán como con ello les quitan la influencia y el poder que tienen. Procuren combatirlos en todo y por todo, alejen de ellos á la mujer y al niño y quedará sin fuerzas el ejército de Roma. No voy á discutir si la prostitución es un mal inevitable ó no; pero sí afirmo que es deber de todo aquel que se precie de hombre digno, pro- curar por todos los medios posibles evitar que caigan en manos de los inmundos traficantes de carne humana, honradas jóvenes é inocentes niñas. Desgraciadamente bastante nutre los lupanares y el mundo de las demi-mondaines, aquellas que caen, engañadas por falaces promesas de fingido amor ó deslumbradas por el lujo que ostenta la aristocracia de sangre y la de dinero; lujo que esa inmensa multitud de hombres-machos que hoy tanto abunda pone á su alcance para mejor seducirlas. Este es otro de los efectos de un catolicismo no cristiano y de un m.a- vterialismo no racional. El lujo, invadiéndolo todo, aun que para ello tenga que adoptar las más estrambóticas formas-. La satisfacción de carnales apetitos como goce supremo de la vida. El amor, corno el comer y el bebey, transformado en función corporal. La creencia oculta en unos y confesa en otros de que todo se acaba 294 luz y unión con esta vida, de que solo somos un organismo material, impulsa al sér humano á forzar su naturaleza para lograr una mayor suma de goces antes no llegue la hora fatal, y al mismo tiempo como no ve un remedio á los males que le aquejan, le conduce á la desesperación, pues no puede ave- nirse con las diferencias sociales existentes, causando en aquellos que no» tienen con que comer una irritación profunda que pronto se convierte en- insano odio, la indiferencia y el desdén con que apesar de pretender ser cristianos, acojen los ricos sus reclamaciones. Resultados totalmente contrarios produciría la aplicación de las máxi- mas del cristianismo. Los ricos no necesitarían de las peticiones de los pobres para partir fraternalmente con ellos sus riquezas. El lujo, mas el) lujo que tiene por objeto hermosearlo todo, sería asequible á todo el mundo. El esfuerzo de todos ocasionaría el bienestar de todos también. La mujer, respetada y protegida por el hombre, se dignificaría á la par que éste y consagrando todos sus esfuerzos en mejorar su condición moral, material é intelectual, se hallaría en condiciones de inculcar en la niñez los principios necesarios para prapararla afin de que al llegar á su mayor edad supiese cumplir con los deberes que su condición de sér racional le impone. De todos reconocida es la importancia que en la sociedad actual Va adquiriendo la mujer. Cargos y actuaciones que antes le estaban comple- tamente vedados, puede ejercerlos ahora, y á medida que el siglo avanza vemos que cada día va interviniendo más en la política y el gobierno de las naciones. Pero para que su actuación produzca los resultados que debiera dar, precisa ante todo que la consideremos no como un objeto de lujo y de placer, sino como un complemento de nosotros, con iguales de- beres y los mismos derechos que el hombre. Hoy en día vive, salvo algunas excepciones en contados países, igno- rante de cuales son sus obligaciones y de cual es su verdadera misión err la tierra. Es el principal sostén de las religiones que procuran con ahinco imposibilitar su progreso, pues saben que con él se les escapará tan rica, presa de entre manos. Más, tenga en cuenta el Sr. Ferrándiz, que tan par- tidario es del absurdo materialismo, lo siguiente; Este habrá dejado de: vivir el día que la mujer consciente ya de su verdadero papel en la sociedad, se arranque de los brazos de la religión. Del mismo modo que no querrá continuar siendo el arma de que se Valga el catolicismo para aherrojar al, hombre, tampoco se avendrá al triste papel que el materialismo, no en sui doctrina sinó en su práctica, le asigna. Ya he dicho antes que los dos estremos se tocan. Ahora añado que por lo mismo que se tocan, al desaparecer el uno acabará el otro, pues, ambos son la negación del progreso humano. Liberto REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 295 Mis amores Cuanto miro y me rodea, de la mistad no finjida lo que mi vista no alcanza, forma el goce de mi vida, la fé que dá una esperanza, la ofrece nueva emoción. de la inocencia el candor. Por eso dichosa al verme De mi alma en lo profundo pensando Voy que reflejo tienen felice cabida; como el cristal de un espejo por eso es triste mi vida; la misma imágen de Dios. por eso muero de amor. Todo me atrae y fascina; Del ave el canto sonoro, me encadena y me seduce, la fragancia de las flores, la hermosa virtud que luce el eco de unos amores como los rayos del sol. y los ayes de dolor. La belleza y el talento, En lo íntimo se albergan de humildad la enhiesta palma, de mi alma apasionada; que en todo cifra mi alma por eso soy desgraciada, su ventura y la ilusión. por eso muero de amor. Y es tanta mi sed de amores Cuando dos amantes seres que me abismo en lo imposible, se miran enamorados dándole forma tangible al dulce fuego inflamados mi mente al sér que soñó. de pura inmortal pasión; Y le beso y le acaricio Siento encenderse mi pecho, con ilusión tan querida, mi alma se turba y llora, que es su existencia mi vida pensando en un sér que mora como la suya soy yo. más allá de esta mansión. Lo insondable y misterioso; El tierno grupo me encanta de un arcano lo profundo, de una madre cariñosa, cuanto palpita en el mundo que estrecha feliz y ansiosa de lo ideal, es mi amor. su fruto de bendición. Amor sin correspondencia... Y al escuchar de sus besos grande y libre, no sujeto; la dulcísima armonía, mas la vida sin objeto rie y llora el alma mía no tendría solución. celosa de tanto amor. También el lazo precioso Eugenia N. Estopa 296 LUZ Y UNIÓN ¡ i Aclaraciones Suplicada papa el hcpmano D. Salvadop Recasens. Preso de una angustia inenarrable vuelvo sobre mi artículo «Predicciones». «En 1999» que doy por bien escrito como rayo de esperanza en un porvenir, no lejano,'de consuelos, mitigaciones y remedios radicales para los que'sufren el azote de enfermedades hasta el presente consideradas como incurables, y que lo serían por mucho tiempo si los llamados á dar paso á los nuevos métodos terapéuticos siguen encerrándose en el campo de la superstición, de la negación y de la despreocupación hacia todo aquello que no sea una fórmula matemática, consagrada por la rutina ó que no se amolde á las necesidades del órden eco- nómico de la vida terrenal. Se hace necesario descender un poco del altar del Espiritismo para ofrecer en crudezas de dicción algo que pueda satisfacer aquellos movimientos naturales, impulsivos y lamentables de todo humano á quién el destino se encarga de des- pedazarle el alma, y comienzo por hacer confesión de que en «Predicciones» no fué otra mi intención que la de enaltecer modestamente la filantropia y el altruis- mo de todos aquellos virtuosos de corazón, que importándoles bien poco la carrera, el que dirán y la condenación judicial de sus actos, no solo admiten la posibilidad de curaciones por el magnetismo ó sugestión hipnótica, sino que llevados de su amor al prójimo, se dedican al estudio y á la práctica de estas manifestaciones sobrenaturales. He aquí el concepto sobre el que gira todo lo concerniente á la cuestión planteada. Lo sobrenatural es una acepción dificil de digerir por los hombres de Ciencia y los sensitivos y mucho menos, por los que no lo sean y no posean nuestras convicciones. ■Vayamos á cualquiera de nuestras eminencias médicas con la siguiente em- bajada: Conozco una persona que tiene el don de curar algunas enfermedades por la imposición de manos; ¿quiere usted venir á verla? ¿quiere usted escuchar á los pacientes que ha curado? ¿quiere usted hacer una historia clínica de estos casos extraordinariamente raros é inconcebibles?... La generalidad de ellos se nos reirían, nos creerían perturbados, y otros pensarían en ello, allá en su fuero in- temo tal vez aceptarían la posibilidad del fenórneno, pero siempre les quedaría el resquemor de la duda, el vértice del ángulo obtuso de la incredulidad. Siendo esta inevitable en los ignorantes, entiendo con fundamento de causa que para los actuales sacerdotes de la salud del cuerpo, no debiera rezar no ya el desconocimiento de los ensayos y trabajos realizados por el magnetismo, sino a creencia de que será la terapéutica del porvenir á base de un espiritualismo mil veces más en armonía con nuestra manera de ser, y un tanto más racional que la basada en las funciones de los combinados de las producciones de la vida mi- neral y vegetal. De otra parte ¿Qué resultado práctico nos daría consignar aqui los hechos i REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 297 y los nombres de todos aquellos que fueron curados y curaron por el hipnotismo y el magnetismo?... Ninguno. Aun están en entredicho y combatidas con ver- dadera saña las escuelas de la Salpétriére y de Nancy, de París. Aun llevan el sambenito de charlatanes, hechiceros y endemoniados, hombres que como Lie- beault, Beraheim, Fontan, Segard, Charcot, Voisin, Burckhardt, Berillon, Qio- vanni, Grasset Ramadier, Ladame, Decroix, Creutzfieid, Fischer, Wiebe, Be- sançon y otros, tanto hicieron por que nuestros contemporáneos recojieran el depósito sagrado de la urna misteriosa donde se encierra la unción salvadora y regeneradora de la humanidad futura. En la actualidad. ¿Se reconoce autoridad oficial á los trabajos del Instituto del Magnetismo dirigido por Durville? ¿Se hace caso siquiera de la última obra del doctor Prosper Van Velsen que en su clínica de Bélgica ha hecho verdaderos prodigios en curaciones? ¿Porque no' se publican los casos de Troula de Mónaco y otros muchos?... Porque no estamos aun en condiciones de aceptar esos nuevos sistemas pato- lógicos. Porque la voluntad, ese sentido genuinamente espiritual, no está lo sufi" cientemente educada para aceptar no lo sobrenatural sino lo lógico, que lo lógico sería atender siempre á la entidad humana en perfecto equilibrio de sus ele- mentos componentes.¿.Pero no: nos empeñamos en resolverlo todo' con la exclu- siva, que es el sistema de la especialidad. Esto es; médico para el alma y médico para la materia en perpetua contradicción siempre con nuestra verdadera natu- raleza. Cuando era estudiante asistí por curiosidad, en la Facultad de Medicina de Madrid, á la clínica que por favor especial del decaño D. Julian Calleja se per- mitía al doctor A. Sanchez Herrero, donde, allá por el año de 1890 se curaban muchas enfermedades por el magnetismo. Aquello desapareció condenado por la opinión, el vacio y la guerra de los compañeros profesionales. Dicho Doctor ha dejado una voluminosa obra interesantísima de Fisio-psicología y de Psicoterapia declarada de mérito por el Consejo de Instrucción pública de la cual copio la siguiente estadistica: Páginas 891. 11. 892 y 893. Comprende los enfermos tratados en treinta y siete enfermedades y los resul- tados obtenidos por el hipnotismo y la sugestión personal del citado Doctor, desde 1.° de Octubre de 1886 á 1.° de Diciembre de 1888 Enfermos=l 18. Curaciones=93. Mejorías=22. Fracasos=3. Resultan el 78,81 por ciento de curaciones, el 18,65 por ciento de mejorías y el 2,54 por ciento de fracasos. Y si se tiene en cuenta que las mejorías y los fracasos se refieren á pade- cimientos hasta el presente absolutamente incurables como el de los tres enfer- mos turberculosos de los cuales uno curó, y dos experimentaron mejoría, y que en las curaciones hay casos asi reputados por todos los clínicos, se convendrá en que á pesar de la pequeña desventaja numérica de su estadística, comparada con la de otros observadores, en conjunto, no es inferior á ella. Y añade: «He ahi mis crímenes reducidos á números y proporciones; he ahi los motivos en que fundan mis detractores su obra de difamación. Pero yo, puesto mi pen- samiento en Dios que es la Suprema Sabiduría y en esta pobre ciencia humana. 298 LUZ Y UNIÓN sigo mi camino realizando en lo que puedo, lo que mi conciencia me dice que es esencialmente bueno y humanitario, con la esperanza de que no prevalecerán la ignorancia y la calumnia. Y si caigo por ellas vencido y maltrecho, me que- dará siempre el consuelo de mis mudos, de mis paraliticos, de mis epilépticos, de mis sordos, de todos mis enfermos curados, cuya gratitud y cuyas oraciones por mis bienandanzas, será la mejor recompensa de mis afanes.» Siempre que cualquier escritor, en su modesto fuero, censura ó indica algún concepto ú obra de dominio publico, cuando no se le execra, se le invita á demos- trar la verdad de lo que dice, á que exprese la manera de remediar aquellos males que coloca sobre la mesa de disección y á que imponga una doctrina que nos salve á todos de las infinitas calamidades que diezman á la Humanidad Esto es muy cómodo, pero bastante gratuito. No somos nosotros gentiles insignificantes de la pluma, los llamados á salvar al país ni á imponer á la gobernación del Estado leyes que corresponden á determinada clase facultativa. ¿Cuanto tiempo hace que se viene clamando contra la propagación y contagio de la tuberculosis?... Mucho. En carteles, en cartillas, en obras gratuitas llenas de preceptos y consejos se ha hecho y se hace una propaganda verdaderamente formidable. Pero todo ello es letra muerta: nuestra educación sentimental se sobrepone á todas las tentativas de establecer una Higiene racional de preven- ción en beneficio de la Humanidad, y tenemos á los tuberculosos en nuestra mesa, en nuestra casa,en nuestro propio lecho no debiéndolos tener en beneficio de ellos mismos. Id á decirle á un padre en nombre de Dios y de la Ciencia. —Entregadme el cadaver del sér adorado para* el horno crematorio, á fin de destruir ese gérmen mi rtífero en vez de depositarlo en la tierra para que fermente y contagie á los demás—¿Verdad que ese padre ó madre ó esposo se opondrá á tal profanación con la más grande de las indignaciones? Y sin embargo, esjiecesario. Es necesario irse arrancando el alma á pedazos en beneficio de todos, en evitación de mayores males; se hace preciso ir clau- dicando y apeándonos de convencionalismos que hacemos sagrados ó sociales, á conveniencia particular, é ir aceptando la consumación de hechos perfectamente auténticos... pero inexplotables y peligrosos dentro del radio de la popularidad y respeto públicos. Y no se diga que por ser cruel y tirana la ley de sanidad es eludible y son disculpables sus contraventores; más, mucho más tremenda á las afecciones fa- tniliares es la del servicio militar y se cumple con todas sus consecuencias por su estructura de carácter obligatorio. Pero hay más. Figurémosnos aqui, en España, que una'de nuestras primeras figuras en cual- quiera de las ramas de las Ciencias tropieza con uno de esos seres privilegiados de extraordinario poder curativo, y que llevado de un altruismo desinteresado y misericordioso comienza sus estudios, obtiene progresos y logra en poco tiempo positivos resultados en la curación de enfermedades tenidas hasta el día por incurables. Aquel hombre tiene que emigrar ó abandonar el ejercicio de su sa- grado ministerio, en primer lugar porque los leprosos, los tuberculosos, las his- téricas, los locos, los monomaniacos y los tontos no lo dejarían vivir: su casa REVISTA ESPIRITISTA KARDECIAN'A 299 sería una romería. La exaltación por la milagrería llegaría hasta sus compañeros ■de profesión y estos tomarían bien pronto la determinación de cerrarle el san- tuario ó clínica donde sin confirmación oficial tales cosas sucedieran... digo, si antes no se encargara la policia de hacerlo en honor del órden público. Y asi camina todo, y todos son lamentos y cite usted nombres y ayúdenos, y reviente que los demás muy cómodamente veremos lo que hacer si nos complace •el torneo... Los que como nosotros los espiritistas, están acostumbrados á recibir golpe tras golpe en el yunque de la vida no somos egoistas, siempre estamos dispuestos á ofrecer aquello que pueda no ya beneficiar sino interesar ó servir de enseñanza é nuestros semejantes, sean las que sean sus creencias. Asi pues no vean en estas líneas el reclamo de un especifico eminentemente salvador; si, la prueba de que no hablamos, ni sentimos, ni escribimos de memoria. El doctor Hayen asegura que el cO por 100 de las personas atacadas de ■enfermedades crónicas mueren envenenadas. El magnetismo puede no hacer nada cuando se le ha empleado sin conocimiento de causa, pero nunca ocasiona mal alguno. En esto es superior á todos los medica* mentos más afamados. El doctor Doyen en su reciente polémica pública con el <íoctor RotdchidI ha dicho:-No debe buscarse en la Cirugía, sino en otra parte la curación del cáncer.— Albert D'Angers, profesor de la Escuela de Magnetismo y de masage de París en su último libro titulado «Del Magnetismo y sus curaciones», dice en la f)ágina 95. «Los enfermos no son siempre razonables, ocurre que tuberculosos en •periodo muy avanzado, escrupolosos ú otras personas atacadas de afecciones tenidas por incurables, no se contentan siempre con el alivio que se les propor- -clona aunque hayan probado antes otros tratamientos sin poder conseguir mejoría. En estos casos les ruego comparar los resultados obtenidos por mis cuidados con los conseguidos antes. Muchos acaban por comprender, otros me dejan ensayar, y de estos los he visto volver después de darse cuenta que no pueden hallarse mejor.» Y ahora dos casos típicos: 14. (Página 81.) Luisa Agustina Guvy, de Chateau de la Tremblay, cerca •de Angers, de 18 años. Paciente de tuberculosis con espectoraciones sanguino- ■lentas y vómitos de toda clase de alimentación incluso la leche. Enferma desde tos 14 años, fué curada en cuatro meses durante 30 sesiones de Magnetismo.— Enero 1901. — 58. (Página 95 ) Luisa Bache de Saint-Sebastien-les-Nantes. Manifestó estar -enferma del pecho hacía tres años. Presentóse en gran estado de debilidad: no ■podía soportar alimentos. Además su estado se había complicado con una afee- ■ción al corazón con hinchazón de la garganta y los ojos salientes de las órbitas. Desde las primeras sesiones adquirió fuerzas, pudo tomar y digerir algunos ali- mentos y en 20 sesiones quedó curada y en disposición de ocuparse de las tareas de su cargo como empleada en Correos—1906—No solo la enferma y su familia, -sino todos los vecinos del citado pueblo pueden testimoniar esta curación. Y para terminar; una observación. Con todos estos antecedentes y los que me dejo en el tintero, creo haber razonado la fantasía que pudiera encerrar mi 30Ò LUZ Y UNIÓN crónica «Predicciones» Téngase en cuenta que de aqui á dentro de ochenta y ocho años no podrá nadie reputarme que siguiendo la campaña y haciendo de los. preceptos sanitarios obligaciones ineludibles, no tengan nuestros sucesores la in- mensa fortuna de haber resuelto uno de los problemas más grandes y benéficos de la vida humana. J. Blanco Coris. Agrupación Diodoro-Luis-Manuel Un ramo de pensamientos, símbolo y espejo fiel de nuestras almas,, dedicamos hoy á la feliz memoria de nuestro ilustre Presidente y- muy querido hermano Manuel Sanz Benito en el primer aniversario- de su desenearnación. «Total proceso de una desenearnación». Hace hoy un año yá, que espontáneamente, por propio impulso de nuestros sentimientos nos congregábamos en el hogar del ilustre en- fermo á las once de la noche del 12 de Julio de 1911, los herma- nos del grupo que más asiduamente acostumbrábamos á visitarle, pues, nuestro inolvidable hermano Manuel había llegado á tal estremo de gravedad que, deshauciado por los médicos encargados de su asistencia, corria rápi- damente hácia el fatal desenlace del prósimo fin de su laboriosa cuanto efímera peregrinación en la Tierra. Todos los allí presentes acudimos pre- surosos á la alcoba que el enfermo ocupaba ávidos de presenciar con ef alma entristecida el abrazo postrero, el supremo abrazo de dos Séres tan- amantes, compenetrados é identificados en idea y sentimientos: marido y mujer que confundidos en el hermoso crisol del amor, anhelosos abstraíanse de la Vida que les rodeaba para ver de sentirse espiritualmente con nuestros. Espíritus protectores y familiares, cuya invisible presencia presentiamos^ por sensación plácida y agradable, todos los demás también; esta escena patética y sentimental, al fin terminó dejándonos el alma dolorida y triste, cuando volviéndose el enfermo en la cama hácia la ventana de la alcoba que daba á la calle, y que siempre por prescripción facultativa permanecía abierta, irguióse con energía, elevó un poco la cabeza sobre la almohada y dirigiendo la mirada por la abierta ventana hácia el firmamento estrellado- y azul de noche serena, abrió desmesuradamente los ojos y arrobado en éxtasis sublime, emocionado hasta el extremo de estallar sii alma en copioso llanto, exteriorizó un sentimiento de adoración y gratitud al par que de REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 301 satisfacción y alegría; cual el hijo pródigo de la parábola, su alma debió ■arrodillarse vislumbrando tal vez la silueta del perdido paraiso y el paño- rama espléndido, emocionante, deslumbrador de la patria universal del espíritu; en este trance, y en tal estado de ánimo transcurrieron treinta minutos vertiginosamente, después desplomóse el.cuerpo del agonizante por la acción de gravedad permaneciendo inmóvil dos horas mortales qué á todos nos parecieron eternas, sin que se oyera en toda la casa otro rumor que el acompasado cromatismo ritmico producido en el orga- nismo única y exclusivamente por la respiración y circulación de la sangre; allí no parecía deber quedar otra cosa que la vida puramente orgánica. Pero ahora completemos este interesantísimo proceso, una vez que gracias á nuestras consoladoras y transcendentales doctrinas podemos acabar de reseñar el suceso desde ultratumba con las propias palabras del finado; él mismo dará feliz término á este interesante y sensacional relato; escuché- mosle pues: «En el momento de exalar mi último suspiro, dice, ya había yo vislum- brado los humbrales de lo que llamamos eternidad, y no estaba por lo tanto, ■en condiciones de sentir sufrimientos físicos cuando ante mí se presentaba el hermoso panorama de la libertad del Espíritu, que se sentía desprender del cuerpo carnal antes de que éste perdiese el último principio Vital». «No sé, sí mi agonía fué corta ó larga, porque como acabo de decir, mí Espíritu solo aspiraba á empezar á vivir espiritualmente, mientras que mi cuerpo carnal perdía por instantes la potencia vital que le animaba; creo ■que antes de perder el último resto de mi Vida carnal mi Espíritu flotaba en las ondas del espacio libre y feliz, pues, en aquel supremo instante de felicidad inconsciente, no conservaba ninguna relación con mi última encar- nación y sentía algo asi como lo que sentía el protagonista del «Diablo Mundo» al sentirse hombre, en sus primeros momentos; es decir, la alegría ■de vivir. La alegría de vivir en el infinito espacio, bañado en luz y libre, com- pletamente libre en todos los movimientos; fué como la expansión del Sér largo tiempo contenido en los estrechos límites de su cuerpo; fué como el raudal contenido por el dique, que rompe y se extiende por todo lo que inunda; porque mí Espíritu, parecíame que se ensanchaba y que el espacio infinito era ya pequeño para contenerle. Esta ilusión, esta sensación, no sé lo que duró; tal vez algunos instantes ó tal vez unos días, jqué se yo!; ■el tiempo del Espíritu, otro de los límites que me contenían antes, había también desaparecido: era otro dique también roto al recuperar mi Sér su libertad»,.. Bien, querido Manuel, tú lo has dicho; precisóte es obtener esa libertad -espiritual de que nos hablas para poder progresar; rompe con energía esos férreos lazos que aún te sujetan á este mundo de expiación y prueba; re- móntate en raudo vuelo en el espacio en alas de tu ferviente fé y entusiasmo 302 LUZ Y UNIÓN de apóstol, cual en época nó muy remota hubo de hacerlo también et excelso Espíritu de Diodoro nuestro protector también con Luis, y como> él también nuestro maestro; no lo dudes un solo momento; quema las naves- como Hernán Cortés en Méjico y á solas con tu conciencia alcanzarás, sin^ duda, el anhelado triunfo, la posesión de nuestra patria común, que nuestro^ fraternal nunca ha de faltarte; en síntesis generosa de acendrado- amor cariño entusiasta emulación sumaremos nuestros óbolos de hermanos- y identificados y convencidos discípulos de Luis nuestro Guía espiritual, y hasta tí llegaremos en alas del sentimiento ilustrado que nos une de una vez siempre aunque tengamos que atravesar el infinito para espacio para depositar en tu hermosa alma, el ósculo de paz que como á hermano ma- yorsolícitos y á porfía te enviamos. Por la agrupación. J. Pascual. Al hermano querido Manuel Sauz Benito En el primer aniversario de su desenearnaeión.. Cuando te conocí aún estaba removida y fresca la tierra donde tu dolorido dormirá para siempre; aun brillaban en los ojos bellos de- cuerpo tu compañera las lágrimas que el inmenso dolor de tu partida la hiciera derramar. Tus hermanos, (que hoy también lo son mios muy queridos) estaban dominados todavía por la emoción que nos invade siempre á pesar nuestro, al de los Séres queridos siquiera se trate de una corta separarnos separación. Me hablaron de tu trance, de tu deslumbramiento postrero, ¡de la luminosa Visión de esas lejanas playas celestes, que vislumbraste cuando te preparabas á arribar al puerto bendito! Antes de tu tránsito anhelaba conocerte; mi excelso maestro Salvador Sellés, me hablaba con admiración de tu gran entendimiento, de la bondad de tu alma sublime. Después, te conocí por tu admirable libro «La Ciencia Espirita», que me reveló que en el cielo espiritual eras una estrella de prime- ra magnitud. Mi espíritu, preparado ó instruido por mi sabio maestro, re- cibió tus grandilocuentes conceptos, tus lógicos silogismos, tus luminosos razonamientos, como la tierra agostada recibe la menuda lluvia bienhe- chora, como la flor aterida en la matinal aurora recibe el rayo de sol. Tus hermanos te amaban con veneración; imperiosos deberes profe- , sionales te tuvieron durante un lapso de tiempo alejado de ellos, y cuando revista espiritista kardeciana 303 sonriente, con aquella sonrisa que ni la muerte se atrevió á borrar de tus pálidos labios, volvías al hogar espiritual, cuando pudiste iluminar con tu inteligencia poderosa el Círculo sagrado, esa antorcha se apagó momen- táneamente aquí para brillar de nuevo en el espacio con más irradiación y mayor intensidad que antes. Por los hermanos también conocí las angustias de tu efímera Vida carnal; tu estancia aquí fué de lucha constante; tu espíritu que amó y sufrió tanto, triunfó también de la materia rompiendo el capuz que la envolvía con sus estrechos y dolorosos lazos, y la espléndida mariposa de tu alma depurada por el dolor constante y resignado, escaló el espacio atraida por la inmensa y divina antorcha que con su intensa luz ilumina el Universo todo. Desde allí nos envías un reflejo de esa luz traducido en sábios y sublimes men- sajes que nos instruyen y alientan para poder proseguir nuestra penosa ascensión hácia esas pátrias anheladas y prometidas á nuestra constancia, dónde el sólo desterrado será el mal. Sin el llamamiento de tu amada Carmen, nunca me hubiese atrevido á salir de mi obscuridad; se trata de ofrecerte el homenaje de nuestro acen- drado cariño con motivo del primer aniversario de tu ascensión á la luz, para patentizarte cuan querido nos es tu recuerdo y con cuanto fervor anhelamos tu presencia espiritual entre nosotros, y no podía negarme á tal requerimiento fraterno, yó la última entre todos, y la más deslumbrada por tu excelsitud por ser también entre todos la más ignorante. Mi corta evocación será la más humilde, quedará eclipsada por la brillantez y be- lleza de conceptos de las demás, pero yo quedaré complacida si llega hasta tí el perfume de esta humilde flor, emanado de un alma que es toda admi- ración, toda amor y agradecimiento hácia tí que has contribuido incons- cientemente, sin saberlo, á su felicidad con tus enseñanzas, y á su progre- so con tu alto ejemplo. Recibe pues, hermano querido, el tierno homenaje de admiración y de cariño que aunque indigno de la alteza de tu Espíritu, ha nacido al calor de mi alma, que te lo ofrece llena de emoción con la esperanza de ofrecerte algun día un presente más digno de tí. Eduarda Manz.vno. Madrid, 12- VII-MCMXII. Huss Nació Juan Hu.ss en Hussinetz, aldea de Alemania. Sus padres fueron sencillos labradores, hombres desposeídos de bri- llantez de inteligencia; pero él yino a¡ mundo dotado de un cerebro pri- vilegiado. 304 LUZ Y UNIÓN Perteneció á la Iglesia Católica, más inclinado á la Reforma adoptó las doctrinas de Juan Wicleff, teólogo inglés, el precursor de Lutero. Era de fácil palabra, persuasivo en la forma de sus discursos y de mo- ralidad ejemplar. La primera revolución que hizo en la Iglesia consistió en pedir el esta- blecimiento de la disciplina y las costumbres sanas entre el clero, que andaba por sendas de extravíos, desobediente é indisciplinado. Se le hizo comparecer ante el arzobispo de Praga á cuestas con el cargo de haber negado la existencia de las sepulturas en tierra ben- dita y sagrada, amén de haber afirmado que los restos mortales podían reposar lo mismo en montes, bosques ó prados, que el sitio llamado cam- posanto. Las siguientes palabras fueron externadas después de su comparecencia ante dicho arzobispo: «Esas sepulturas particulares, esos cirios encendidos y ese tañir de campanas, no sirven más que para llenar el bolsillo de los sacerdotes j·. Sus discursos persuadían, despertaban gran entusiasmo en Bohemia entre las masas, y celeso Juan XXII de su poderío en las conciencias, ordenó que Huss se llevara á su presencia, sin duda para responder á cargos que le hicieron sus enemigos. La Corte y el pueblo hicieron oposición á la orden del Papa y éste le arrojó el rayo tremendo de la excomunión, que era entonces la mayor con- denación de la Iglesia. Praga fué puesto en entredicho y esto trajo por consecuencia una serie de controversias, luchas, escándalos y encuentros personales que tiñeron de copiosa sangre el pavimiento del pueblo. En 1414 se celebró el Concilio de Constanza ante el cual se hizo com- parecer á Huss cargado de cadenas, siendo poco después llevado preso al Convento de Santo Domingo, á orillas del Rhin. Con la serenidad de un alma tranquila, con el aplomo del que obedece á su conciencia y está seguro de haber defendido la verdad, oyó las acusa- dones que se le hacían y las rechazó con firmeza. El 6 de Julio de 1415 se le enteró de haber sido condenado por hereje, á que fuese degradado en presencia del mismo Concilio y entregado luego al brazo secular para ser quemado. Inmediatamente se procedió á la degradación por el tenor siguiente: Los obispos le revistieron con les hábitos del sacerdote y le pusieron un cáliz en las manos como si fuera á celebrar la misa. Se le hizo descender del banquillo y le arrebataron el cáliz, diciéndole: «jOh! Judas maldito, que abandonando el Concilio de la Paz, has entrado en el Concilio de los judíos. Nosotros te arrebatamos ese cáliz lleno de sangre de Jesucristo». REVISTA ESPIRITISTA KARÜECIANA 305 En seguida lo despojaron sucesivamente de los vestidos sacerdotales, -con idénticas ceremonias, colmándole de maldiciones. Le rasparon con una navaja las yemas de los dedos y el lugar de la tonsura; le pusieron en la cabeza un gran capirote de papel en señal de afrenta é infamia, con espantosos diablos pintados y una inscripción que decía -.El Heresiarca; y los obispos entregaron su alma al demonio en estas palabras latinas; animan tuan diabolis conmendamus (tu alma la enco- mendamos al diablo). Desde este instante quedó fuera de la iglesia, considerado seglar y -entregado á los verdugos. Escoltado por 800 hombres armados, seguido de príncipes y de un nu- meroso público (jcuánto aparato de fuerza para un sólo hombre!) se le con- dujo á un prado cerca de la ciudad, que fué el sitio destinado al terrible suplicio. Ya en el lugar y enfrente á la pira, Juan fduss se arrodilló y rezó algu- nos salmos. Pidió que se le permitiese hablar al pueblo en alemán y se le negó. Entonces alzó los ojos al cielo y rezó; pero el capirucho ó coraza se le cayó y los soldados volvieron á ponérselo diciendo que debía ser quemado -con los diablos á cuyo servicio se le había puesto. Fué amarrado á una fuerte estaca que yacía clavada en la tierra, se le pusieron haces de paja y leña debajo de los pies y á su alrededor. Cuando la hoguera fué encendida dijo cristianamente resignado elevan- do sus ojos azules al cielo: «¡jesús! ifdijo de Dios vivo, ten piedad de mí!> Las llamas lamían devoradoras su cuerpo, en tanto que él cantaba un himno. Envuelto por completo en el torbellino de'las llamas aun se le veía mo- ver los labios y tal vez si dijera como Cristo: «jPerdónálos, Señor, que no saben lo que hacen!» Cuando su cuerpo se había convertido en cenizas, fueron estas arroja- ■das al Rhin. Murió el hombre, pero su historia está viva dando cuenta á las genera- ■clones, de los mártires del librepensamiento, y de las crueldades y crímenes de la Iglesia de Roma. ¿Murió el hombre que estorbaba á la Iglesia? No, el espíritu es el hom- bre y el espíritu vive. La modestia, las costumbres severas, intachables, la austeridad, su dulzura, lo afable de su trato, su generosidad, su amor á la verdad, todo lo <]ue tenía de grande y de bueno, no se extinguió con su forma corporal, porque no eran ingénitos al cuerpo: viven y vivirán siempre en progresión -ascendente, porque son atributos de su espíritu. 306 LUZ Y UNIÓN En tanto tú, Iglesia, estás juzgada; te amparas en el crimen para triun- far; pero en Vano, porque el crimen es efímero y el amor es eterno. Iglesia Romana, estás juzgada por tus propios actos! Ramón A. Ramírez. Para las victimas de Bermeo Bilbao 13 Octubre de 1912. Sr. Director de Luz y Unión. Muy estimado Sr. y hermano: Por si se digna mandarla insertar etï Unión adjunto le remito la segunda lista de los hermanos Luz que^ y han mandado donativos para las familias de las victimas de la galerna en Bermeo. No puedo por menos de manifestarle mi grande agradecimiento por las atenciones será uno más que me dispensa; este nuevo favor que agre^ go á los tantos que ya me tiene concedidos. Puede disponer de mi, seguro de que le serviré en cuanto yo pueda. Le abraza cariñosamente su fiel hermano. Benedicto Salazar Segunda lista ■ Pesetas ] Suma de la primera lista 105 1 D. Antonio Ramos.—Málaga . 2 Recibidas sin saber de quien í D. Miquel Bordallo.—Sta .Amalia (Badajoz) 1'50 1'50 D." Josefa Dorado ídem (ídem) 10 Luz y Unión .—Barcelona ^ La Voz de la Verdad ídem 10 25 ' Los espiritistas de.—Almansa (Albacete) 1'50 D. Antonio Rubio.—Tabal (Almería) . . 1'50 » Antonio Calderón ídem (ídem) . 0'25 Otro hermano ídem (ídem) 1'50 D. José Oros. —Zaragoza 1 D.® 8. S.—Llanes (Oviedo) 2 D. José Ferrer y Tous.—Palma 5 Una espiritista de.—Galicia Suma sigue 168'75. y REVISTA Espiritista kardeciana 307 Pesetas Suma anterior 168'7S D. Juan B D.—Jerez de la Frontera j » Adolfo O D. ídem ídem ........ 5 » José D. M. ídem ídem ^ » Ricardo Boleas.-El Cerro 5 » Ignacio Oyarzabal.— Eraudio (Vizcaya) 6- » Andres Pelégrin.—Cuevas de Vera . 1 » Juan Auge Martinez ídem .... 1 » Diego Gallardo ídem l » Francisco Fuente.—Sitges . . 1 Dos hermanos. —Tánger S Recibido por giro postal de Toledo 1 D. Domingo Carral.—Soudica (Vizcaya) ... . 1 D.® C. D. —Pontevedra ... 5 Faro de Paz. —Valencia .... 16 D. Patricio Colosal. —Guardia municipal de Barcelona . . 5 Un amigo del anterior ídem ídem ídem. . 1 D. José Asensio—en nombre de varii s de (Zaragoza) . . 5 Un espiritista.—El Duero (Santoria) Santander . ... POS' D. Francisco Sabí. — Plá del Pauadés (Barcelona) . . 5 » Juan Benavente.—Linares (Jaén) 1 » V. I'. M. ídem (ídem) 1 » F. M. O. ídem (ídem) . . 1 » J M. ídem (ídem) l » F. B. R. ídem (ídem) 1 Total pesetas '.^36,80 Sigue abierta la suscripción Ademas: D. Francisco Sabí y D. Ignacio Oyarzabal desean prohijar á algunaj huérfanita de las víctimas de la galerna. Con el mayor placer cumpliré el encargo de buscar lo que dichos que- ridísimos hermanos desean. Ledesma 4. 4.° Bilbao. Benedicto Salazar. El eminente obispo inglés Wilbergforce habla á un espectro materializado El siguiente incidente de la vida de Samuel Wilbergforce, Obispo de- Oxfor, y después de Winchester, acaba de ser publicado en Inglaterra. En cierta ocasión el citado obispo había aceptado una invitación de. 308 LUZ. Y UNIÓN una casa de campo no distante de Londres. Al entrar en la antesala, an- tes de la comida, el día de su llegada, notó á cierto clérigo sentado en ]un sillón, sin tomar parte en la conversación general. Algo sorprendido el obispo al no ser presentado á aquel sacerdote y más aún cuando notó un poco más tarde que al anunciar que pasaran al ■ comedor los presentes dejaron á aquel sacerdote en su lugar sin invitarlo, dijo. —¿Vd. me perdona, Sra.?—dirigiéndose á la dueña de la casa.—¿Puede decirme quién es el sacerdote que hemos dejado sentado en el otro salón? —¡Ah! ¿Vd. lo vió?—replicó la Sra.—No todo el mundo tiene ese privi- legio. No puedo decirle quién es ni de dónde viene. Durante muchos años este espectro ha estado concurriendo á la casa y sus jardines. Es real- mente una tradición en la familia. Parece que ni hace daño y aunque sólo se le vé algunas veces nos hemos acostumbrado ya á nuestro fantasma. —¡Cuán singular!—dijo el Obispo—Pero ¿no os habéis dirigido nun- ca á él? —Ciertamente no he tenido deseos—contestó la señora palideciendo. —¿Puedo tomarme la libertad de preguntarle? —Con todo mi corazón, puede usted hacerlo. El Obispo se levantó y regresando al salón halló al clérigo á quien ha- bía dejado pocos minutos antes. No teniendo temor alguno, el Obispo le interrogó, bondadosamente: ¿Quién sois Vos, amigo mió? ¿Por qué. estáis aquí? El espectro, como asombrado y hablándose á sí mismo, dijo: —jAl fin! Luego, con voz profunda, dirigiéndose al Obispo añadió: «Soy el espíritu de un clérigo que dejó este mundo hace unos 80 años, y estoy aquí para comunicarle á quien quiera que lo reciba, un secre- to que murió conmigo. No puedo yo permanecer tranquilo mientras no se corrija un gran error se cometió y que estaba en mi poder corregir. He estado regresando du- Tante un año con la esperanza de que alguno me preguntara, por no tener yo la facultad de ser el primero que hablase. Todos hasta ahora me habían despreciado, y es vuestra misión hacer que yo hable. Fui llamado á esta casa hace 80 años para recibir una confesión de un moribundo. Era único poseedor de un secreto cuyo conocimiento alteraría ■materialmente el porvenir de esta vasta propiedad y á su muerte deseaba reparar una falta grave que había cometido. A su solicitud escribí la con- fesión palabra por palabra, tal como él me la decía y cuando concluyó ex- piró en mis brazos. Era muy importante que regresara á Londres aquella noche y al pasar por la biblioteca, al salir de la casa, creí que era más .seguro no llevar conmigo aquel papel en el cual estaba escrita la confesión REVISTA E-^PIlinisrA KARUECIANA 309 que se me había dado, sino colocarla en un lugar seguro donde nadie la^ viese y donde pudiese obtenerla al siguiente día y entregar el documento • á la persona á la cual iba dirigida. Subiendo las escaleras hacia la biblioteca, tomé un ejemplar de la obra titulada: «Pensamientos Nocturnos», de Young, que fué el primer libro sobre la última casilla de un estante, hacia la última Ventana. Y colocando el papel con cuidado entre sus hojas, volví á colocar el libro y me marché. Un caballo me esperaba'á la puerta de la casa, monté en él dirigiéndome al jardín; á la entrada de él se asustó el aminal y me lanzó al suelo, quedando yo muerto en el acto. Así murió el secreto con- migo. Nadie ha leído ese libro durante todos estos años y nadie ha tenido tampoco el Valor de dirigirse á este mensajero de lo desconocido. El papel será encontrado tal como he dicho y depende de vos que corri- jáis la injusticia que durante tanto tiempo se ha cometido contra esta no- ble familia. Mi misión está ya terminada y puedo descansar en paz.» Al terminar este notable discurso, el espíritu se desvaneció gradual- mente y el Obispo se quedó anonadado. Al vover de su asombro se dirigió inmediatamente á la biblioteca y halló el libro exactamente tal como lo había indicado el espectro. En el mismo lugar del estante, cubierto del polvo de los años; evidentemente el libro había permanecido sin que nadie lo tocara. Allí se hallaba el documento tal como fué descrito, pero borroso y ama- rillento. El secreto de la confesión nunca llegó á conocerse, El buen Obis- po lo consideraba como una confianza depositada en él desde el mundo espiritual y el espectro del sacerdote nunca se volvió á ver. Es un hecho, no obstante, de que por la época de este suceso, la mag- nífica propiedad pasó á la posesión de un miembro remoto de la familia,, que hasta entonces había vivido en la obscuridad. (Del ^London Standard*.) La caridad ¿Sabéis hermanos mios lo que significa esta palabra? pues significa la; virtud más perfecta, la mas sublime de todas las virtudes; la caridad, her- manos mios, puede ejercerse de muchas maneras, podéis ser caritativos, sin tener bienes de fortuna, pues muchas veces una palabra de consuelo á un corazón aflijido reporta mas utilidad que la más valiosa dádiva jAh! si pudierais comprender el bien que os reportaria ei practicar esta virtud, aun. 310 LVZ Y UNIÓN •que no fuera mas que por egoísmo la practicaríais; pero los que la practican sin pensar en la recompensa aun tienen más Valor, muchísimo más, y no por eso dejareis de ser recompensados por Dios, este Dios tan grande que sabe recompensar de una manera digna el bien que hagais en la tierra; sed caritativos hermanos míos y principalmente la mujer, que puede infun- dir más consuelos á los afligidos porque su lenguaje es mas á propósito, porque es tierno y dulce y puede hacer mucha caridad consolando al que sufre; dejad Vuestros devaneos y vestidos sencillamente colocaos á la ca- becera de los enfermos, infundidles aliento, dadles esperanzas, habladles con amor y asi estaréis verdaderamente encantadoras porque resplancerá en vuestro semblante la aureola santa de la caridad y ejercereis el verda- dero sacerdocio; visitad también los asilos donde hay tantos huérfanos que esperan con afán una caricia; solo una caricia, pues ven otros mas afortunados que sin tener familia como ellos mismos hay almas que los Visitan depositando un dulce beso en su frente y algunas veces hasta les dan el grato nombre de hijosy los infelices que ni siquiera esto tienen, vuelven sus llorosos ojos y tienen celos, sí, celos, de sus compañeros de infortunio, pero que en aquel momento los consideran felices, jpues los han besado y les han llamado hijos! ¡Ah! como refrescaríais su corazón si en aquel momento que se creen abandonados de todos sintieran unos labios que se posaran en su ardorosa frente, unos labios que les dijeran ¿estáis tristes hijos míos? pues fuera tristeza porque de aquí en adelante no os faltarán caricias como á vuestros compañeros, y por poco que les dierais aun que no fuera más que un caramelo acompañado de dulces palabras, les parece- ría el más valioso de los dones y veríais sonreír el ángel que hacía poco lloraba y al mismo tiempo recibiríais un consuelo inefable, pues no hay nada que cause más felicidad como el enjugar el llanto y en su lugar hacer que aparezca una sonrisa; practicad esta virtud hermanos míos, enjugad las lágrimas al triste, que sereis recompensados largamente y si en pago de Vuestros favores recojeis ingratitudes no por esto os detengáis, que ya os lo agradecerá Dios y al mismo tiempo premiará vuestra virtud. X. X. X. Locura de la Idolatría Terah, padre de Abraham, según la tradición, fué no solo idólatra, si no constructor de ídolos los que acostumbraba á exhibir en público, para venderlos. Viéndose un día obligado á salir para sus asuntos particulares, dijo á •Abraham que le sustituyera. Este obedeció de mala gana. REVISTA ESPIRITISTA KARnEClANA 311 —Cuál es el precio de ese dios?—preguntó un viejo que acababa de ■entrar en la tienda, señalando un ídolo que había llamado su atención. —Anciano, dijo Abraham—¿me será permitido preguntarte que edad •tienes? —Tres Veintenas de años—repuso el idólatra. —¡Tres veintenas de años!—exclamó Abraham—¿y quieres adorar un ■objeto que ha sido construido por las manos de los esclavos de mi padre no hace aún veinticuatro horas? No comprendo, en verdad, como un hom- •bre de sesenta años quiere humillar sus canas ante un sér nacido hoy. Después de esto llegó una apacible y grave matrona, llevando un gran plato de harina. —Aqui te traigo—dijo—un presente para los dioses. Colócalo ante ■ellos, Abraham, y ruégales que sean propicios. —Colócalo tú misma, necia mujer—contestó Abraham;—pronto Vas á ver con cuánta voracidad lo devoran. Ella lo hizo asi. Entretanto Abraham tomó un martillo y rompió todos ios ídolos en pedazos, excepto el mayor de todos, en cuyas manos colocó el instrumento de destrucción. Terah regresó, y con la mayor sorpresa é indignación contempló el ■destrozo que habían hecho entre sus dioses favoritos. —¿Qué es esto, Abraham? ¿Qué miserable profano se ha atrevido á tratar nuestros dioses de esta manera?—exclamó el infatuado é indignado Terah. —Cómo podría ocultar nada á mí padre?—repuso el piadoso hijo.— Durante tu ausencia llegó una mujer con presentes para los dioses y los colocó ante ellos. Los dioses más jóvenes que como es de suponer, hacía largo tiempo que no habían probado bocado, alargaron el brazo Vorazmente y empezaron á comer antes que el viejo dios les diera permiso para ello. Furioso por su atrevimiento, levantóse, cogió el martillo y les castigó en esta forma por su falta de respeto. —¿Quieres burlarte de mi? ¿Quieres engañar á tu anciano padre?— exclamó Terah furioso—¿Acaso no sé muy bien que ni comen, ni se en- fadan, ni se mueven? —Siendo así—repuso Abraham, ¿por qué 'les concedes honores divi- nos, les adoras y quieres que yo les adore también? Eué en vano que Abraham quisiera convencer á su idólatra padre. La superstición es á la vez sorda y ciega. El desnaturalizado Terah le entre- gó al cruel tribunal de Nimrod quien también era idólatra. Pero un padre más misericordioso, el bendito padre de todos le protegió contra el peligro Nuestras fuerzas mentales, por Pren- La misericordia es la justicia en su lice iMullord. Coii>u de 4 tomos . . 4Ü más elevado concepto. Un folleto de Arte de ser feliz, por W. J. Colville. Un 32 páginas ... O'25 tomo en 4.° rústica 3 Ramos de violetas, pov Amalia Domin- Encuadernado en tela y oro 4'50 go Soler. 4 t., en . rústica, con el re- . . Los de Villa Carmen. trato fenómenos Un de la autora en la cubierta . . 4 4.° rústica. En tela tomo en 3 y tapas especiales .... 8 ...... En tela Los 4 4*50 tomos, formando dos volume- de nes, en tela ... . 7 Album Jotografias de Ri- y plancha. espíritus. Tomos sueltos: cada uno, en rústica. 1 quisimamente encuadernado ... 3 Encuadernado en tela 2 Z)e ta 7ííea de Z)¿os,. por León Denis . Ü'óO Memorias de un Espíritu. ¡Te perdono! La Voz de la India, por Luis Jacolliot. 8 ts. en 8.° ra. En rústica cada uno . 1 Un tomo en 3.° en rústica .... 1 Encuadernados en tela y oro ... 2 En tela '¿ Los 8 tomos, formando 4 volúmenes, I.l Coleclieismo integral revoluciona- en tela y oro . 14 rio, por Eduardo Boulard. Dos tomos Marietta. Un tomo en 8.°, de 464 en 4.° pá- en rústica 3 ginas. En rústica 2'50 En tela, en un solo tomo 4'50 En tela y oro. ........ 3'50 1 Abajo La pena de muerte! Folleto por Ventajas del Espiritismo. Fto. de 8 ps. 0'05 U. Salvador Pons, presbítero . . . ü'50 Elementos de una nueva 7exto de enseñanza dominicat ciencia, por y de lee- Mariano Ruth Sinué. Un tomo en tura para las Escuelas espiritistas, 4.°, en rústica 3*50 por D. Felipe Senillosa. Un tomo en En tela y plancha . 5 4." mayor en rústica 2 Cartas de En tela ultratumba, por Onofre Vi- y oro 3'50 ladot. Un tomo en i.°, en rústica. . 2 La P.sicología de las Rrlii/iDnes, por Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 D. Joaquin J. Fernández. Un ele- Katie-King. Espiritismo Moderno. Un gante tomo 8." mayor rústica ... 1 t. en 8.°, elegante cubierta, rústica. 2 Encuadernado en tela y oro . . 2 • . Encuadernado en tela y oro . . 3'.50 Colección de' Oráciones. Nuevo devo- Ensayo sobre la enseñanza filosófica del cionario espiritista. Un voluminoso Magnetismo, por el Barón du Potet. t. en 8." m tipos claros, rústica. 1 Un t. 8.°, de 280 páginas, en rústica.. 3 , en Encuadernado en cartoné 1'50 En tela y cqlores ....... 4'50 .... En tela' ' y oro. . 2 Alperi el Marino. Un t. en 8.°. rústica 2 Guia práctica del Espiritista, Encuadernado en tela . 3'50 jior don y plancha. Miguel Vives. Un tomo en 8 ° ma- Impresiones de un loco, por César Bas- yur en rústica 1 sols. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 ........ Encuadernado en cartonet.... 1'50 En tela y oro 3'50 Tesoro de consuelos y modo de vivir La Verdad frente á frente del Error. cristianamente. Un elegante tomo en Un t, de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 8." p'-olongado, en rústica .... 3 En tela y plancha 4'50 Encuadernado en tela y planclia. . 4'50 Luz y Vida (Manual del Creyente). Un La Ciencia de la vida ó la caridad en tomo de 272 páginas en 4.°, rústica. 3 acción. Un tomo en d." mayor rústica. 2 En tela y oro 4'50 En tela y planclia 3'50 Avantismo, por Bruno Miguel Mavol. La Guerra es el Infierno. Un t. de 48 ps. 0'5Ü Un tomo en 8.° de 104 págs, Enrústiça. 2 Misterios del alma, por Virgilio. Un Eli tela V oro. ... ..... '3'.tO tomo en 8." prolongado, en rústica El . 1 gran Enigma, por León Denis Un En tela y rótulo 2 tomo de 272 págs. en 4.°. con el re- ¡Los muertos viven! ¡No los lloréis! trato del autor. En rú.stica .... 3 Consolador folleto de Ib O'IO En tela y oro 4'50 páginas . . La ' Tragedia Divina. Un elegante Síntesis doctrinal y práctica del Espi- tomo, e.scrito en catalán, en 4 ° me- ritualismo, por León Denis,. Folleto Edición bibliófilo. 3 de 01 págs. en 4." ■. . .1 . . . Ò'50 nor._ . . . . . Edición corriente 1 Eflií'vios de amor, 68 págs. 13 grabados 0'50 El libro de los Espíritus. — El libro de los Mediums. — /•.'/. Evangelio según el Espiri- tlsmo. —El Cielo y el Inli.f""io ó la .lusticia Divina seyún el Espiritismo. — El Gene- sis, los Milagros y las Pc.oiiccioñes según el Espiritismo.—Obras postumas.— ¡Qué es el Espiritismo^, en rú-iica, cada tumo. ^ En uda.'cada tomo . ., 3' PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN Espaia, nn aio 7 pesetas — . Extraojero, nn año 12 pesetas Kamero onelto: 50 céntimos Se ruega á los Sres. suscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de la obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Administración, y los que la deseen encua- dernada deberán remitir una peseta más. Instrueeiones papa el abono de las susenipeiones ESPAÑA.—En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos, billetes de Banco ó por el giro postal. EXTRANQERO.—En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- rán al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuestros corresponsales. Los giros á nombre del Administrador. Colecciones de LUZ Y UNION, con su correspondiente libro de regalo, de los años 1907, 1908, 1909, 1910 y 1911, á 7'50 pesetas colección, con libro á la rústica; á 8'50 pesetas, con libro en tela (para España). Las mismas colecciones para el Extrangero, á 12'50 y 13'50 pesetas colección y libro, respectivamente. Los que deseen la colección de la Revista encuadernada, aumentará 1'50 pesetas. Todo pedido debe venir acompañado de su importe, re- mitiéndose libre de gastos. Obpas publieadas pop esta Revista Año 1907: La Religión Futura. —Año 1908: Elementos de una nueva Ciencia. —Año 1909: La Verdad frente á frente del Error. —Año 1910: Album de fotografías espiritistas.— Año 1911: Luz y Vida (Manual del Creyente). Obra de-regalo para el presente afto: EL GRAN ENIGMA ■ Dios y el Universo POR XjEÓnST 3DE3SriS Imp. de LUZ Y UNION, Rambla de Catalufta. 118.—Barcelona Ano XIII Noviembre de 1912 Num. 11 i Eedaoción y Administración: Rambla Cataluña, 118 - Barcelona [üspana) ^ SUMARIO.—Honrari'lo á los buenos. - Ri cielo estrellado, por I.eón Denis. -Mal- dición y bendición, por Víctor Hugo —Apuntes del natui al, por J Blanco ("oris. — Lu- cli' in 'S, por I.. Giiurrerü. - I í Rs K>irell;is, por CmiïííIo Fluin^rii^u —Giordano Bruna, por Rainóu Ramirez —Un reciiei'do, por J. Uo-ita l'omés - Haz y Unión. Soñando, por Luis M. Carvajal S -'."omuiiio.iciones, por Peironila Extraña profecia, por X. X.—Para las Victimas de Ber-meo, per Benedict,) Salazar.—Una Fiesta.—Ecos y No- ticias. Corresponsales Administrativos .Wéjico.—Evaristo Barrientos, Admirii.strador del Panteón deORIZAB.A (Veracruz). I'aerto-ltico.—Faustino Isona,-GAYEY.—Francisco I. Arjona, Bertoly, 4 altos, ' PONCE. Cuba.—Ignacio Larrarnendi, calle R. Villuendas. 46, MANZ.YNILLO.—Delfín Roig y Ro.sell, Habana ba|a, 26, S.^NTIAGO DE (lUBA.—Eulogio Infiesta, calle Cuba, 54, HABANA—Faustino Ser o, Cali. deCuba, 27, HOLGUÍN —Armando J. Raggi, Apar- tado, 17, CAIBARIEN—José CasaU, YAGUAJ.VY (Oriente-Cubaj. —D. Manuel Mateo, S Fernando, 16, t AM.AGURY. i'iiipinai*.—José León, apartado idO. M.ANILA. Kepñblica de Col««iiUim.—Manuel .1. López L., Pasaje Hernán Cortés, 9, BO GOTA.—Luis M. Carv.jal, .MEDELLÍN. Kepúbiica del Saivadae (O. A ) —Luciano Cenedella, SANTA ANA. .Kepiíblica .4.re<^·i'^^··>a.—Genaro Ragno, calle Crucero, 1166, BOGA (Bueno. Aires).—Pedro Irania NE^ 0(3HEA—LuisS Torres, SANTA FE.—José Rrreas PEHU.AJO.—Gonzalo Laporta. «Calle Avenida Colón, 677, BAHI.A BLANCA. Kepiíblica de l/£ D. M.—^Ciudad Rodrigo. C. M. — Buenos Aires. J. II —Biilen (Jaén) A. G. —Habana. J. B. A.—Cartagena. J. B O.—San Luis (Me- C. Y.—Cádiz J. lí. S —San Lorenzo. norca). E B.—Orizaba (México.) (P. Rico). M, S. B.— id. J. V.—Tremp (Lérida.) G. L.—Babia Blanca J L. R. — La Coniña L. M. C.-Medellín. J. G.—Guantánaiuo. (Galicia) (R. Colombia) (Cuba). L. L. O. — Beas de Se- J V. —Navacles (Barce J. P.— id grnrn lona H M —Yquique (Chile). A. B. — Barcelona. A. R.—San José de Cos- C. D.—Sevilla. F. F. de G. —Arricoiidas tarrica. R. S. A —Guadalajara. (Oviedo) A. M — id. (.México). A. P. —B.anes (Cuba). E. O.— id. f Alcanza al 31 de Octubre de 1912). La Administración. A ño XIII NOVIFMPRE ne 1912 Núm. 11 D. Tomás Campano Touzet 322 luz v unión Honrando á los buenos El pasado domingo se celebró en el Centro Bar- eelonés de Estudios Psicológicos una velada literaria para celebrar la colocación en el hermoso salón de actos que posee tan simpática entidad, del retrato de D. Tomás Capí- de paño Tonzet, uno de los fundadores y propietario Luz Unión páginas se habían honrado muchas y cuyas veces con sus hermosos escritos, y uno de los primeros y más estusiasta socios con que contó en sus comienzos la so- ciedad que hoy le dedica ese homenaje. De desahogada posición, su bondad, amor á los nece- sitados hizo cual á Vives se le apellidase el «Padre de qne los pobres» y mientras estuvo entre nosotros su apoyo ipo- ral y material no faltó nunca para la ejecución de un pen- Sarniento noble y elevado. Con motivo del homenaje que hoy se le tributa nos complacemos en honrar nuestras páginas con su retrato y saludar con expresión de fraternal amor á quien, coino Campano, tanto hizo para el bien de nuestro ideal. La Redacción El cielo estrellado Un grandioso libro, está abierto ante nuestros ojos; en él todo observador paciente podrá leer la palabra del enigma, el secreto de la vida eterna. En él se vé que uña voluntad ha dispuesto el orden majestuoso en que se agitan todos los destinos, nuiévense todas las existencias, palpitan todos los es píritus y todos los corazones. ¡Oh! ¡alma! Aprende desde luego la suprema lección que descienden de los REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 323 •espacios sobre las frentes ensombrecidas. El so! está oculto tras el sus últimos horizonte; rayos de púrpura tifien aún el cielo; una luz mortecina indica allá, á lo lejos, un astro se ha que ocultado á nuestras miradas. La noche extiende por encima de nuestras cabezas su cúpula tachonada de estrellas. Nuestro .pensamiento se recoge y busca el secreto de las cosas. Volvámonos hacia Oriente. el La vía láctea extiende como una cinta inmensa sus miriadas de lias, estre- tan lejanas, que parecen formar una masa continua. Por todas medida á que la noche tórnase partes, más oscura, más y más estrellas focos otros se alumbran aparecen; como lámparas suspendidas en el santuario divino. A de las través profundidades insondables, esos mundos envíanse sus ellos argentados nos impresionan á rayos; larga distancia y nos hablan con su mudo Pero no todos brillan lenguaje. con igual intensidad, y el potente Sirio no puede com- pararse á la lejana Capilla. Sus vibraciones han necesitado hasta siglos para llesaf nosotros, y cada uno de sus rayos es como un canto, una melodía, una penetrante voz. Estos cantos se resumen así: «Nosotros también somos focos de vida, de sufrimiento y de evolución. Millares de almas realizan en nosotros sus destinos comparables á los vuestros». Sin embargo, no todos tienen el mismo lenguaje, ya los unos son mo- radas que de paz y de felicidad y otros lo son de lucha, de el expiación, de por dolor. Los reparación unos parecen decir: «Yo te he conocido, alma humana, alma terrestre; yo te he conocido y volveré á verte; yo te he abrigad ' en mi seno otras veces y tú volverás á mí. Te espero para guiar, á la vez, á los seres se agitan en mi que superficie». Y después, más lejos aún, esta estrella que parece perdida en el fondo de los abismos del cielo y cuya trémola luz es apenas perceptible, esta estrella ■nos dirá: «Yo sé qtie tú pasarás sobre las tierras que forman mi •que yo inundo cortejo y con mis rayos; yo sé que tu sufrirás en ellas y en ellas te tornarás mejor. Date prisa en tu ascensión. Yo seré, y lo soy ya para tí, una amiga, ya que hacia mí se han elevado tus pensamientos, hasta mí ha llegado tu llama miento, tu interrogatorio, tu plegaria á Dios». Así nos cantan todas las estrellas su poema de vida y de amor; todas nos hacen oir una evocación potente del pasado ó del porvenir; ellas son las mora- das de nuestro Padre, las etapas, los jalones soberbios de las rutas del infinito que nosotros recorremos, viviendo en ellas para entrar un día en la luz eterna divina. y Espacios y mundos, ¡qué maravillas nos reserváis! Inmensidades viverales, profundidades sin límites, vosotras dais la impresión de la mej.^stad divina. £n Vosotras, en todo y por todo, está la armonía, el esplendor, la belleza. Ante vosotras todos los orgullos se abaten, todas las vanaglorias se desvanecen. Aquí, recorriendo sus órbitas intnensas, existen astros de fuego de los ■cuales respecto nuestro sol no es más que una pálida antorcha. Cada uno de ellos arras- ¡tar tras sí un imponente cortejo de esferas que son otros tantos teatros de evo- Hución. Más allá, cotno sobre la. tierra, viven seres sublimes que atnan Sus y lloran. pruebas y sus Ittchás comunes crean entre ellos lazos de, afección que s.e ctí-grandecen poco á. poco: así es como las altnas empiezan.á sentir.los eflítvios primeros de este amor que Dios qu'ere darnos á conocer á todos..Más lejos, en^l 324 LUZ Y UNIÓN insondable abismo, muévanse ios mundos maravillosos, habitados por las alma& han alcanzado las cimas, puras que han conocido el sufrimiento, el sacrificio y á Dios en su gloria y van, sin can- de la perfección; las alrnas que contemplan jamás^ de astro en astro, de sistema en sistema, á llevar lar órdenes di- sarse se confunden con la eter- vinas. Ellas tienen en sí algo de ese infinito que nidad. Todas estas estrellas parecen sonreimos como amigos olvidados. Sus miste- nos nos atraen. Sentimos en nosotros que ellas son la herencia que Dios nos reserva. Más tarde, en los siglos futuros, conoceremos estas maravillas que pensamiento sólo empieza á percibir. Nosotros recorremos este infinito nuestro en su que la palabra no puede describir lenguaje limitado. Sin duda existen, en esta ascensión, gradaciones tan numerosas que somos incapaces de contarlas, ayudarán á subirlas y nos enseñarán á nombrar las letras mas nuestros guias nos divino lenguaje de la luz y del amor. Entonces, el tiempo ya de oro y fuego, el tendrá medida para nosotros y tampoco existirán las distancias. Ya no pen- no habremos reco- saremos más en los caminos oscuros, tortuosos, escarpados, que á las delicias serenas de los seres rrido en nuestro pasado y sólo aspiraremos habrán adelantado y que trazarán sus rayos de luz, nuestra ruta con que nos se habrán desvanecido; ya no serán sin fin. Los reinados en que habremos vivido las dichas más que polvo y ruinas; más guardaremos la deliciosa impresión de gozadas en su supercie, las efuciones del corazón que han empezado á unirnos á otras almas hi-rmanas. Conservaremos el duro y doloroso recuerdo de los ma- veremos ya más separados de los que habremos amado, les compartidos y no nos almas enlazan como se enlazan las estrellas. A través de los siglos pues las se subiremos juntos hacia Dios, el gran foco de amor celestes que- y de los lugares atrae todas las criaturas. León Denís Maldición y Bendición truenos turban eb Las maldiciones pesan sobre las multitudes; los profundos universo. Los. silencio délas soledades; nada queda en calma en este sombrío sacerdotes son semejantes á los abismos abiertos; el que penetra en su fondo ve- cosas espantosas. Si te remontas, todo huye; todo se hunde si profundizas, ¡Sombría angustia? en Por todas partes la ansiedad. ¡Cuánto sueño por el suelo! ¡Cuántos espectros es tiene tal pie! El hombre, presa de esa noche de que el sacerdote cómplice, los escalo- vez ante sí la escala de su suplicio, cuando, entreviendo en la sombra nes, dice: «Subamos.» El género humano ignora, titubea, marcha á tientas, sufre y nove, cuando, será todo fatal busca el resplandor favorable en el fi.nlo de un precipio. ¿Le REVISTA ESPIRITISTA KARUECÍANA 325 ^No encontrará en ninguna parte clemencia? La vida es una deuda que se paga á 'a lo tiene desde el momento en que vamos á ocuparnos de él. Y ya que él no ha querido que se conozca su nombre, no por temor á la vergüen- za pública, sino porque es muy modesto y tiene su propósitos y combina- clones charadístícas que no quiere le reviente nadie, llamémosle Don Deo- gracias para facilidad del discurso de esta crónica, y digamos que Don Deo- gracias tiene en su semblante algo que revela aspereza: la tiesura del pelo entrecano y recorta do del bigote y la cabeza: frente y nariz acarneradas y ojos escrutadores colocados en un cráneo dolicocéfalo, previenen en mal sentido; pero Don Deogracias modula, habla, os saluda y se os cuela sin sentir por el conducto simpático de las personas agradables y sinceras, de tal modo, que no hay manera de t narle á prevención ni á él ni á sus ideas. Don Deogracias, tiene en primer lugar la al^sesión de descubrir me- diums; se pasa la vida sobre el velador desechando gentes, luchando con las personas que á su casa acuden como si se propusiera un fin determinado de selección medianimica que no encuentra por ninguna parte, que considera; siempre deficiente y que le hace desesperar porque él tiene metido en la cabeza un tipo ideal de medium, difícil de obtener así á las primeras de cambio y en pocas sesiones de experimentación. El recluta amigos, conocí dos y parientes, los lleva á su gabinete alucinados con su labia simpática, opera con ellos por sorpresa, sin ponerlos en antecedentes, sin contar con su aquiescencia los molesta, los sacrifica y después los atropella inicuamen- te cuando ve los resultados negativos de sus víctimas. Pero basta de preámbulo y vamos á su gabinete de experiencias, por que Don Deogracias es hombre de posición por añadidura y no le duelert prendas para el cultivo de sus aficiones. Su gabinete es una pieza de unos ocho metros de larga por seis de an- cha, emjabelgada con pintura mate de tono morado y dividida en dos parte por un gran cortinón de terciopelo granate sujeto al techo y costados por listones de moldura cou abertura en el centro. Este es el gabinete de las. materializaciones que solo tién'eMos metros de profundidad por seis de an- cho. En él, no hay huecos ni más muebles que un sillón de baqueta frailu- no. En la otra división de la pieza y en el centro precisamente, se halla co- locada una mesa redonda con un tablero de un metro de diámetro y cuatro- patas con armadura de enlace por sus extremos; es fuertísima al par qué 11- gera, toda ella empiezada con tornillos de tuercas como la mueblería de ma- dera curvada, y alrededor de la mesa una serie de banquillos del mismo- tipo con respaldo corto que apenas llega á la cintura. Esta habitación tie- ne dos Ventanas al exterior, una sola puerta de entrada y el suelo está cu- 1 ierto por un linoleum blanco. En uno de los ángulos de la habitación apa- rece un gran trípode de hierro coii una taza pór remate destinada á quemar líEVlS'lA ESElIílTlSTA KAHnEClAXA 327 incienso, y en el otro ángulo, haciendo juego, una gran lámpara portátil con pantalla grande color violeta y luz blanca. Además de esta luz, está dotada la cámara de otras tres pendientes del techo, distribuidas en la siguiente forma; una que Viene á caer sobre la cabeza del medium, otra sobre el sillón del gabinete de las materializaciones y la otra sobre la cabeza ó asiento que ocupa el director de mesa; las tres están colocadas de manera que vienen á quedar á una altura donde no se puedan tropezar al levantarse de los asien- tos, ofrece cambio de colores azul y violeta, este último muy obscuro, y las llaves Van á parar á un solo registro de botones colocado á la derecha del banco del director de mesa. Habiéndome chocado el color morado tan intenso del decorado de la ha- bitación é interpelado á Don Deogracias sobre el particular, me dijo: —No me extraña su pregunta, pero he de manifestarle que la luz roja, obligada de todas las experiencias espiritistas, es una fórmula convenciona- lísima que yo creo perjudicial, pues obra como excitante no solo sobre la vista sino sobre todo el sistema nervioso. El rojo es el producto de la có- lera, de la violencia: es un color de influencia pasional que yo estimo no ar- moniza con las experiencias espiritistas; en cambio el azul y el violeta predisponen al recogimiento, á la tranquilidad del espíritu y obran como anestésicos sobre el órgano de la visión, conduciendo á los mediums más rápidamente á los fenómenos de las proyecciones. — ¿Quiere usted darme más detalles? —Gustosísimo. Mire señor, en primer lugar tengo sumo cuidado en la limpieza y desinfección de mi gabinete. Aquí no hay polvo ni miasmas. Esas dos ventanas están al mediodía, se abren y entra el sol á torrentes, cuando hace sol, cuando no, la tenemos iluminada por la luz vioteta'de las vidrieras. Aquí no se fuma, ni se entra para nada como no sea para trabajar, y siempre antes de comenzar las sesiones se vaporiza incienso buscando la placidez de los sentidos y la impresión agradable de los asistentes. El medium siempre tiene asiento fijo, su colocación la he estudiado en forma de que sus polos magnéticos coincidan con los de la tierra; para ello he mar- cado, como verá usted, en el suelo, los lugares correspondientes á los pies del banquillo donde se sienta asi como los del sillón del gabinete de las ma- terializaciones. Los asientos tienen muy poco respaldo para evitar que los asistentes se repantiguen buscando comodidades en vez de estar con com- postura en un trabajo en el que todos han de prestar atención y ayuda. Respecto á las experiencias, debo manifestarle que no hago sestnrp.<; largas, el aire enrarecido no se presta á ninguno délos fenómerios atom¡-ii- eos del cuarto estado; además sé por experiencia que lo que n.o se obtieire! de primera intención difícilmente se consigue machacando. —Es lina opinión. ■ —Sí señor, no me gusta violentar las cosas, creo que ello nos pone en 338 LUZ Y UNIÓN malas condiciones de experimentación. Por aquí ha pasado mucha gente, y en hpnor de la verdad debo manifestarle que la mediumnidad no es una fa·i cuitad tan á flor de tierra como se supone. Me refiero á la mediumnidad útil, provechosa, beneficiosa á la Humanidad, porque la de golpes, aportes, levitaciones,, escritura, adivinaciones y demás especies, para mí, no son sino fenómenos físicos de menor cuantía que llegan á amenizar filosófica- mente un poco la vida, pero nada más. —Es otra opinión. . , —En esto del Espiritismo, voy un poco más lejos que lo que hasta aquí se ha intentado. Mis propósitos son los de la aplicación práctica de las pro- yecciones fluídlcas como remedio á las grandes torturas y calamidades de nuestro, imperfecto organismo,, tan propenso al desequilibrio... Voy tras el desdoblamiento de órganos determinados, de regiones esenciales de nuestra estructura anatómica, para ejercer sobre ella la influencia más intensa po- sible .en la desviación, desinfección, enderezamiento ó recomposición de las partes lesionadas por accidente de fuerza mayor. En mis estudios he obtenido algunas enzeñanzas que me han obligado á seguir un camino raro, original, pero que creo más positivo que los hasta aquí emprendidos por ios cultivadores de nuestra causa. Trabajo con una. medium vidente, señora viuda de buena posición á quien curé radicalmente de una enfermedad diagnosticada de crónica, y que me es muy afecta. Me ayuda desinteresadamente, es entusiasta, pero no puede realizar el comple- mento de mis deseos; necesito dos mediums, uno que hable y vea y otro que me transporte á las manos los órganos y piezas anatómicas de los pa? dentes, á los que voy directamente sin encomendarme á los efectos del con- sejo en el sueño letárgico hipnótico ó magnético ó fluídico, que para mí, si le he de ser franco, es la trinidad de la doctrina. Esto es, que el Espiritismo, el hipnotismo y el magnetismo, son tres personas distintas y un solo Dios verdadero. La operación del sueño por tiempos es lenta, y cuando se trata de una agudización localizada en determinada región ü órgano en desequilibrio, lo más práctico, á mi entender, es buscar el medio de restablecer rápidamen- te su normalidad como se hace en cirujía... comprende usted? —Perfectamente. Usted va tras el desdoblamiento parcial de determina- dos componentes del organismo... ¿Pero qué hace usted con ellos? — jAh! sencillamente, lo que podría hacer un relojero; componerles en una ó dos sesiones á ser posible. Una vez entre mis manos las piezas orgánicas, porque así se lo ruego á las fuerzas proyecturas, vuelvo á rogarles que me digan por mediación del medium lo que tengo que hacer con ellas, y aquéllas me indican las opera- clones necesarias que yo ejecuto como si realmente estuviera medicando ú operando clínicamente.... REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 329 —A ver, á ver, explíqueme eso mejor, es muy curioso. —Pues Verá usted. Yo tengo, pongamos por caso, un enfermo amigo que padece de cólicos hepáticos; el hombre ha hecho los imposibles y visto una verdadera legión de doctores, y nada, pasa sus amarguras con un cálculo de regulares dimensiones hasta que se muera ó lo expela obligado por la mis- ma naturaleza. Bien; pues ese amigo viene aquí, se sienta tranquilamente, le ordeno que duerma sobre ese sillón del gabinete, y yo y la medium á que antes he hecho referencia, nos ponemos á la mesa. Cae la medium en po- der de los espíritus proyectores y me anuncia si el paciente está en dispo- sición de poder maniobrar sobre él. Entonces obligo á la medium á que no solo vea sino que me diga detalladamente todo lo concerniente al órgano lesionado, que me describa el lugar y tamaño del cálculo, cosa fácil como usted supondrá en una Vidente, me lo especifica todo muy bien, pero en el momento en que le digo: Bien, ahora póngame usted el hígado de ese se- ñor en la mano, ya no habla, hace un esfuerzo y me dice: —Ya está—. Creo que lo tengo, lo siento entre mis dedos pero no puedo hacer nada porque como el medium cesa de apuntarme y de contestar á mis preguntas, no pue- do resolver el problema en su totalidad; necesito otro medium complemen- tario y armónico que me dé ó indique verbalmente los detalles referentes á la operación necesaria de estirpación, y entonces, yo, imaginativamente, haría como que agarro un bisturí, un estilete ó una aguja de punzar y abriría un conducto por donde pudiera pasar el cálculo.... —Pero diga usted, Don Deogracias, y perdone que lo interrumpa; ¿no podría la medium misma aportar el cálculo al exterior y librar al paciente de sus consecuencias? —No, señor^ no. Ya lo hemos intentado con la imposición de manos, y nada. Tengo para mí por revelación extraordinaria qué es necesaria la si- mulación de la operación y tras de ello ando, creo que llegaré á encontrar la proyección quirúrgica deseada, y mientras tanto me remito á las de apli- cación clínica imaginativa medicinal que son el a b c de estas experiencias en la autosugesiión. Necesito, pues, dos mediums de una intensidad armónica muy grande, y eso es difícil; tengo una parte, la principal, pero me falta la otra y me paso la vida porque soy tenaz, como buen aragonés, buscando ese elemento para comenzar mis ensayos... iqué digo ensayos! mis contundentes prácticas quirúrgicas en beneficio de aquellos que, guiados de buena fe, vengan á mí después de haberse desengañado de que la ciencia es una farsa. Naturalmente que todo esto que confío al compañero, es una esponta- neidad á la que no debe darse pábulo, sería contraproducente á mis fines y lesivo á mis proyectos. ¡Tenemos tantos enemigos, que sería una impru- dencia! ¿Y por qué?.... Me pregunto yo. 330 LUZ Y unión ¿Es que vamos á andar siempre con misterios y rodeos en nuestras informaciones? Nada de eso, y que me perdone el Sr. Deogracias; pero yo que no abrigo sus temores, me permito enviar esta información á las cajas, ¿Quien sabe si alguno, siguiendo ese camino ó sistema, será más afortuna- do que el protagonista de este articulejo y conseguirá obtener un grado de progresión más rápido en análogos fines? El lasciate ogni speranza no se decretó para el Espiritismo. J. Blanco Cokis. Luchemos Ahora que la Ciencia Espirita vá imponiéndose á las conciencias, á causa de los descubrimientos científicos que de día en día vienen haciéndose, cuyos des- cubrimientos hace ya mucho tiempo que el Espiritismo los había descubierto, y no eran del dominio público, por la tenaz negativa sistemática de la ciencia ofi- cial á fijar en ellos su atención, dándoles la importancia y el valor á que son acreedores; ahora, se hace necesario, en beneficio de esta filosofía, que los es- piritistas conscientes del mundo entero, inicien una activísima campaña contra los espiriteros y explotadores de todo género que la denigran y desprestigian; así como contra aquellos científicos petulantes que, competidos por la evidencia á admitir la realidad de los hechos, heridos en su orgullo y soberbia, no se avie- nen á aceptarlos tal cual son, é inventan nuevos nombres con que bautizarlos, porque no se resignan á confesar que su pretensa infabilidad científica ha sido arrollada, vencida abrumadoramente. Aunque parezca extraño, resulta muy curioso que el avance alcanzado, se haya verificado, á su pesar, de manera inconsciente para nuestros detractores; pues sin desearlo las religiones, las mismas ciencias sin quererlo, han contribuido á este adelanto á favor de los auxilios aportados por los estudios de psicología experimental, la psicometría, la telepatía (negada hasta hace poco), los fenónie- nos magnéticos que los científicos han bautizado con el nombre de «hipnotismo», y otros muchos factores que sin quererlo, en ello han tenido participación, pues aún hasta los mismos fraudes han sido útiles también para impulsar el progreso alcanzado. El teléfono y la telegrafía sin hilos, la transmisión del pensamiento, la radio- grafía, los concluyentes experimentos de Gustavo Le Bon, demostrativos de la disociación de la materia, etc., etc., han venido á levantar una punta del tupido velo que oculta el mundo de lo invisible, revelando á los materialistas la existen- cia de leyes ignoradas, y un extenso campo de nuevos conocimientos, tales como lós estados fluídicos y la radio actividad, haciéndoles vislumbrar un universo des- conocido para ellos y que ha hecho caer estrepitosamente, el sólido edificio que los sabios habían levantado, cimentándolo en la indestructibilidad de la materia. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 331 La conmoción ha sido general, alcanzando á todos los ramos del saber hu- -mano; y el desarrollo de los acontecimientos va demostrando prácticamente que, ■como se ha dicho, el Espiritismo es la Ciencia Universal. Cada nuevo conocimiento, cada descubrimiento que surge, confirma las ver- dades sustentadas por el Espiritismo durante todo tiempo, y tanto tiempo recha- zadas también por el orgullo, la estulticie y el dogmatismo. Y esto que decimos, no es una afirmación sin base, puesto que puede demos- •trarse; por ejemplo: no hay más que examinar muchos puntos oscuros hasta ayer, •que hoy los aclara y explica la psicología experimental. La Física, la Química, la Biología, en fin: todas las ciencias, se han visto obligadas á modificar muchas conclusiones sustentadas como verdades irre- íutables. La misma medicina se ha visto perpleja ante muchos puntos que desde hace gran número de años los explicó el Espiritismo, y que hoy han descubierto como cosas nuevas. Como decimos al principio de este escrito, se impone una campaña en el sen- tido que indicamos; el momento es oportuno, pues de día en día va aumentando la plaga de farsantes y picaros sin conciencia, que titulándose espiritistas expío- tan á sus semejantes, cometiendo innumerables actos punibles é inmorales. Asimismo urge combatir las tendencias malsanas de los pseudos cientíticos que, convencidos de la realidad de los hechos, por sistema los interpretan á su manera, nó como ellos son, y que mortificados en su amor propio, inventan nue- Vos nombres conque bautizarlos y teorías raras para explicarlos. Debemos luchar para evitar que continúen por ese camino, porque con tales procedimientos van creando un enmarañado y confuso sistema semioficial de en- señanzas, plagado de numerosos é inútiles tecnicismos, lleno de definiciones érró- neas é interpretaciones caprichosas ó equivocadas, que aunque en distinta forma, constituyen otro nuevo velo que van echando sobre las diáfanas y claras doctri- nas que sustenta la Ciencia Espirita; orientando á los seres una vez más hacia el error, por caminos diferentes empleados hasta ahora, pero falsos también, con detridad de la Verdad, del progreso evolutivo de la Humanidad y del planeta que habitamos. A la obra pues, espiritistas del globo; laboremos contra los que intentan obs- curecerlas luminosas y sencillas enseñanzas del Espiritismo; luchemos por el pro- greso de nuestros hermanos, que así trabajamos por el nuestro, al par que adqui- timos aquellas riquezas que «no corroen orin ni polilla», valiosos tesoros que nunca habrá ladrón que nos lo robe, y que poseeremos eternamente. L. Guerrero. 332 LUZ Y UNIÓN Las Estrellas Las conquistas de la ciencia han producido una transformación grandio- sa en nuestro concepto del Universo. Nuestros padres no tenían idea de la magnificencia de su belleza y de sus armonías. Las estrellas eran para ellos clavos de oro fijos en una bóveda; parecíales que nuestra diminuta Tierra ccnstituyera por sí sóla la creación entera. ¿Qué son el Universo de Moisés, el dePitágoras, el de Homero, el de Virgilio, el de los Padres de la Iglesia, comparados con los panoramas de la Astronomía moderna? Hesíodo creía dar un una idea inmensa de la magnitud del mundo didiendo que yunque emplearía nueve días y nueve noches en caer desde el cielo á la Tierra, y otro tanto en franquear el espacio que separa á ésta del fondo de los in- fiemos. El cálculo demuestra que esta duración de caída de nueve veces veinti- cuatro horas, correspondería sólo á 581.870 kilómetros: menos del doble, de la distancia á la Luna, que, astronómicamente hablando, es un arrabal de la Tierra. El Sol está cuatrocientas veces más alejado de nosotros que lar Luna; Neptuno está treinta veces más alejado que el Sol; la estrella más próxima lo está nueve mil veces más que Neptuno. El universo antiguo era un capullo de gusano de seda, una estrecha célula en la que se ahogaría et pensamiento moderno. ¡Qué inmensidad! Lanzándonos con la velocidad de un tren expreso qufe cruzara el espacio á razón de 60 kilómetros por hora, y precipitándonos en. línea recta sobre la estrella más próxima, sin retraso ni detención ninguna,, no llegaríamos^^á ella sino al cabo de 75 millones de años. Volando con la velocidad^del proyectil más rápido que los exterminadores de los hombres han obtenido hasta ahora, velocidad que podemos calcular en el doble de la del sonido, es decir, en 680 metros por segundo, sería todavía necesaria millón medio de años para recorrer esa distancia. Sti esa estrella esta- y liase una explosión formidable, y el ruido de la catástrofe pudiera ser- por nos transmitido con la velocidad ordinaria del sonido en el aire, no lo oiría- mos hasta después de tres millones de años, y no veríamos la explosión sí- no cuatro años después de haberse producido. Y téngase en cuenta que hablamos de la estrella más próxima, de nues- tra celeste Vecina, la estrella Alfa del Centauro, situada á doscientas se- tenta y cinco mil Veces la distancia de nosotros al Sol; es decir á41 billo- nes de kilómetros. Todas las demás estrellas están mucho más allá; diez„ veinte, cincuenta, cien veces más lejos, hasta el infinito. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 333 Estas comparaciones pueden dar una idea de la inmensidad del Univer- ;so y nos permiten apreciar la insignificancia, la casi nulidad de nuestro pla^ meta en el mundo real. Al mismo resultado llegaríamos comparando las dimensiones de nuestro ■globo con las de las estrellas. Cada estrella es un sol que brilla por su propia 4nz. Todas cuantas se han medido son mayores que nuestro Sol, el cual sa- bemos todos que es un millón doscientas ochenta y tres mil veces más Vo- luminoso que la Tierra. Debemos, pues, considerar cada uno de esos pun- -tos que brillan en la bóveda celeste, como uno ó muchos millones de veces más voluminosos que el globo en cuya superficie vivimos. Sin duda alguna ■muy pocos son más pequeños que nuestro Sol. Y cada uno de estos soles, foco de sistemas desconocidos, camina, lan- zado á través del espacio, con una velocidad formidable. Nuestro planeta gravita al rededor del Sol, recorriendo más de 100,000 kilómetros por hora; el Sol nos arrastra hacia la constelación de Hércules, con una velocidad Va- luada en 50 millones de kilómetros por año; la de la estrella Alfa del Cen- tauro, parece ser doble de ésta última; una estrella de la Osa Mayor se pre- cipita á través de la inmensidad, con la velocidad de 30 millones de kilo- metros por día; y todas las demás estrellas son arrastradas de igual modo, aunque nos parezcan inmovibles por consecuencia de la distancia á que las vemos. Díficilmente puede concebirse que la humanidad permanezca en tan pa- siva indiferencia ante el espectáculo del cielo, y que tantos seres dotados de inteligencia no se hayan comovido jamás de admiración al contemplar estos esplendores. El infinito y la eternidad nos -hablan por medio de las estrellas. Sabemos que en ningún punto del espacio existe límite ni barrera y que los más lejanos términos que nuestra imaginación puede suponer, nos indicarán siempre el centro de esta inmensidad sin límites. Sabemos que la eternidad entera no bastaría para atravesar este infinito en cualquier dírec- çión. Tales consideraciones son, sin duda, abrumadoras para nuestra pe- queñez de hormigas inteligentes; pero ¡cuánto no dilatan nuestro horizon- te! ¡cuánto no desarrollan nuestras ideas! !cuán inferiores son á todas las estrellas, las preocupaciones á que sacrificamos casi todos los instantes de nuestra Vida! La contemplación del cielo ha sufrido aún en estos últimos tiempos, una especie de nueva transformación, por los maravillosos descubrimientos del análisis-espectral, que nos permiten conocer la composición química y la constitución física de estos astros lejanos y apreciar su temperatura, su vi- talidad, su edad relativa, desde las nebulosas, gérmenes del mundo del por- venir, hasta las estrellas rojizas y casi apagadas, última edad de esos univer. sos remotos. Al mismo tiempo ia fotografía del cielo nos permite registrar sobre la placa sensible, astros apenas perceptibles por medio del telesco- 334 LUZ Y UNIÓN pió, y hasta estrellas tan débiles y tan obscuras, que habían permanecida- invisibles para nuestra retina. El ojo fotográfico ha dotado á la ciencia de un órgano nuevo, y, por otra parte, las investigaciones de la mecánica ce- leste han relevado la existencia de astros apagados, que influyen con su: atracción sobre las estrellas brillantes y las desvían de su camino. De este modo ha transformado la ciencia para nosotros el aspecto de los cielos. Sí; contemplemos el cielo, estudiémosle; hagámonos cargo de la orga- nización general de la Naturaleza y de la situación real de nuestro planeta y de la humanidad que le puebla, en la creación. Estudiar el Universo, es. estudiar á nosotros mismos; la Astronomía nos afecta mucho más de cerca que lo que parece. Habitamos en realidad un astro del cielo, el tercero de los planetas que gravitan alrededor del Sol. El cuadro del cielo es el más grandioso de todos los cuadros, y el libro del cielo es el más interesante de todos los libros. Contemplemos este cuadro, leamos este libro; así nos haremos más in- ligentes, más nobles y mejores. Camilo Flammarion Giordano Bruno Filósofo y eclesiástico italiano; nació en Noli el 1556, Alma de apóstol,, espíritu fuerte para el sacrificio, no había nacido para vivir entregado al formulismo de la misa, á las estratagemas de la confesión y á las vulgari- dades de los responsos. Latía en su alma elevada una filosofía espiritualmente trascendental, re- generadora y purificadora, que no era la filosofía que más tarde trataron de- inspirarle los teológos. El joven Bruno no tenía Vocación para la carrera eclesiástica, pero su- madre creyéndolo mejor, hizo que la adoptara, y al efecto llegó á ser ordenado. Aceptó las doctrinas de Copérnico y tengo conocimiento que publica cuatro obras, llamadas El infinito del Universo y de los Mundos, Con- versaciones del miércoles de Ceniza, Conversaciones de la tarde y una alegoría publicada en 1584 intitulada La expulsión de la bestia triunfan- te, demostrando una de ellas la verdad del sistema heliocéntrico. Fué de los hombres más eminentes de su época; profundo filóso y es- critor y orador de elocuencia. REVISTA ESPIHITISTA KARDECIANA 335 Su palabra era sujestiva, dominaba las muchedumbres, conquistaba co- razones, despertaba conciencias. Enrique III en Francia le brindó sus favores y fué nombrado maestro en la Sorbona, exento de asistir á la misa, á cuyo requisito estaban obliga- gadas las clases sociales conforme á las costumbres de aquella época. Parece que sus primeras dudas estuvieron cifradas en la transustancia- ción y la Inmaculada Concepción, es decir, en dos dogmas esenciales de la Iglesia. Dudar de estos dogmas constituía una tremenda heregía; saberlo los teólogos aferrados era disponerse á recibir los golpes acerados de la in- transigencia y la persecución, cuanto que el desafecto de sus compañeros los dominicos. Espíritu libre, alma grande, carácter franco y sincero, decía lo que latía en su alma sin miedo á las censuras eclesiásticas y sin pararse á conside- rar los resultados. Era, como deben ser los hombres: arrojado para defender la verdad, valiente para exponer sus convicciones y descuidado en cuanto á las con- secuencias que pudiera acarrearle la firmeza de su carácter. Así era él, y estas integridades le trajeron, como era consiguiente, la persecución que se le hizo, salvaje, cruel y exterminadora. A su regreso á Roma ya las miradas de odio de los hombres de la Igle- sia estaban dirigidas hacia él para devorarlo. Se vió obligado á vivir errante, refugiándose unas veces en Suiza y Francia y otras en Inglaterra y Alemania. Pero hasta allí llegó la criminal Inquisición, y traído de nuevo á Italia se le encerró sin libros, sin papel y sin amigos, como dice Draper. Durante su estancia en Inglaterra llevó una Vida de importante propa- ganda, dando notables y provechosas conferencias sobre la pluralidad de mundos. Flageló sin compasión á los hipócritas, combatió no las creencias re- ligiosas sino las creencias fingidas y se declaró enemigo en firme, de una ortodoxia inmoral y sin fe. Era un batallador enérgico rindiendo fervoroso culto á los dictados de su conciencia y á los impulsos de su razón. Había afirmado que la Escritura no tiene por objeto enseñar la ciencia sino la moral, y que la Iglesia carece de autoridad para juzgar en cuanto á física y astronomía. Sus conocimientos astronómicos y su filosofía rechazaban de consuno la opinión de la Iglesia y de los teólogos sobre la forma plana de la tierra, sos- tenida por pilares con firmamento encima sirviendo de piso á los cielos. Para él el Universo es infinito, poblado de cuerpos luminosos y de cuer- pos opacos, habiendo muchos de ellos habitados como la Tierra. 236 LUZ Y UNIÓN Admitía una inteligencia dando Vida al Universo, afirmaba que esa inte- ligencia lo sostiene todo y la llamó Dios «causa única de las cosas, todo en todo.» Puede considerarse á Bruno—Dráper—en cuanto á escritor filósofo, como el intermedio entre Averroes y Spinosa. Este último sostenía que Dios y el mundo son una sola y misma cosa; que todo sucede por las le- yes inmutables de la naturaleza y en virtud de una necesidad invencible; que Dios es el universo, que produce una serie de movientes y de actos necesarios por una fuerza intrínseca, inmutable, irresistible.» Bruno sostenía que el perfeccionamiento del alma es el origen del pro- greso, porque la Vida del alma es la vida del hombre. La muerte para él era una cosa que carece de importancia, por cuanto que los cuerpos se transforman constantemente: aceptaba la muerte como una transformación. Concebía eternos la materia y el espíritu; el pensamiento como la parte superior del hombre y germen de la Divinidad; el alma y espíritu como ele- mento positivo, como individuo, que posee los poderes superiores del pen- samiento y de la inteligencia y poderes inferiores: el cuerpo con sus atri- butos. Su doctrina se resume: un pensamiento, un alma, entre el pensamiento y el cuerpo y un cuerpo formado de materia. Su filosofía era profundísima y es natural que no se conformara con la concepción del alma y del cuerpo, sustentada por los ultramontanos. Por el amor de lo bello y de lo verdadero es como el hombre ha de al- canzar su elevacten hacia la divinidad, decía él. El infierno no era para él otra cosa que las pasiones y degradaciones del espíritu. Por el amor y la práctica del bien el alma se hace divina ó por lo con- trario se animaliza, puede escalar las alturas y respirar un aire puro y de- licioso ó bajar á los abismos donde se anonade. El destino del alma está en las propias manos del hombre: por sí mis- mo puede llegar á ser superior ó inferior, señor ó esclavo. Tales doctrinas, hijas de una concepción profunda y elevada, eran y son opuestas á las de la Iglesia y por ellas se le persiguió con tenacidad. Las autoridades eclesiásticas le hicieron trasladar á Roma y se le acu- •só por la Inquisición de. herético y á la vez de heresiarca; (1) de haber es- crito falsedades sobre la religión y sobre todo de enseñar la mentira de la ■pluralidad de mundos «doctrina contraria al tenor délas escrituras y re- pugnante á la religión revelada, especialmente en lo que se refiere al plan ■de la Redención? <1) Heresiarca: autor'de heregfa. REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 337 Trancurridos dos años de su prisión se le llevó ante sus jueces y fué de- clarado culpable, excomulgado y entregado al brazo secular «para ser cas- tigado tan caritivamente como fuera posible y sin que se derramara san- gre,» diabólica, terrible, execrable é inhumana forma, para dar entender que el condenado había de ser consumido por la hoguera. Tranquilo, con una resignación santa, con una arrogancia semi-divina, erguido sin soberbia, varonil y honorable, fiel á sus principios, la vista puesta fija, profunda, en los jueces que le juzgaban, dijo: «Tal vez tengáis más miedo al pronunciar esta sentencia que yo al escucharla.» Conocía la verdad, la amaba y por ella iba al sacrificio. Fué quemado en Roma el 16 de Febrero del 1600. En el suburbio donde las llamas convirtieron en cenizas su cuerpo, fren- te al desdichado Vaticano y al infeliz é infalible prisionero, se levanta como protesta eterna y avasalladora, la estàtua del inmortal Giordano Bruno, para decir al mundo lo que fué la Iglesia Católica, Apostólica y Romana y sus ministros. Ramon A. Ramírez Un recuerdo Ahora cumplen ocho años, las hojas de los árboles, haciendo honor al noviembre, se desprendían del tronco, agonizante aún, sembrando el arroyo y dando que hacer á las brisas tormentosas, desagradables, con que suele anunciársenos el invierno. Era un día turbio, propio de la época, el en que yo, al conjuro de un sér abandonado, me dirigí á la capital para encontrar á la madre de la cria- 'tura que iría, más ó menos tarde, á recluirse en uno de esos establecimien- tos donde no existe, no puede existir el amor, por impedirlo unas pres- cripciones frías, brutales, del reglamento que se hace en común para servir de mal abrigo á tantos ángeles perdidos que han sentido sobre sus alas tiernas, el manotazo de una mala madre. Esperándola en una taberna bastante concurrida de uno de los barrios más castigados con la abundancia de burdeles, pasé buena parte de la no- che, hasta que cansado de perder tiempo, teniendo la seguridad de que al siguiente dia podría verla en sitio seguro, fuime á descansar. ¿Cómo es posible, me decía un amigo, que la que pasa mil veces por aquí todas las moches, no se vea hoy? ■ Al día siguiente, cuando ya la gente trabajadora ha llegado á mitad de 338 luz y unión la jornada, la encontré en su domicilio. Me recibió amable al saber el mo^ tivo de mi visita no se había agotado en ella el sentimiento materno y le satisfizo saber que su hija podía guarecerse bajo un techo amoroso, acce- diendo á todas mis pretensiones de padre adoptivo. Hoy cumplen ocho años del día que la mujer desviada fió en nosotros el cuidado de una hija suya, sobre cuya cabecita estaban suspendidas todas las calamidades. ¿Dónde estará la mujer desgraciada, sepultada en él lodo de todos los Vicios contrarios á la salud del cuerpo y del alma? Dediquemos hoy, los tres séres que debemos recordar con íntima satis- facción la alianza hecha, mirando con pena las sombras entre las que se encontrará envuelta la mujer rebelde á una misión santa, un recuerdo de piedad hacia la víctima de su desvío lamentable. J. Costa Pomés. 5 - XI - 912. Paz y Unión Con este título y en el número 8 de esta Revista, apareció un artículo^ al que contestamos guiados por el deseo de aportar la parte de trabajo que nos corresponde á toda obra que en beneficio del progreso de la doctrina se inicie. Ante todo hemos de declarar que estamos completamente de acuerdov con el fondo del artículo de referencia, como lo justifican las actas de las. últimas sesiones. Desde que este Centro se organizó,' ha tenido abiertas sus puertas pa- ra todos los hermanos que han querido honrarnos con su Visita. Podemos, asegurar, sinitemor á equivocarnos, que por nuestra casa han desfilado to- dos ó casi todos los espiritistas de esta localidad; por lo tanto, nuestro her- manos M.^P. no debe ignorar que en Cartagena existe un Centro Espíritis-^ ti, que trabaja'no solo en el ejercicio de la mediumnidad, sino que dirige sus esfuerzos] á'cumplir con otros deberes tan importantes como este que e;i sí envuelve^la profesión de una idea. Si el hermano aludido no ignora lo que decimos en el párrafo antericr desde el alto punto de vista en que lo coloca su artículo, estudie las cau- REVISTA ESPIRITISTA KARDEíRANA 339 sas que lo tienen alejado de nosotros y quizá encuentre explicación amplia^ á sus lamentaciones. Contamos con una organización, que sin pretender que sea la mejor, ofrece amplio campo para que en él puedan vivir todas las ideas que se ma- nifiestan dentro del Credo Espiritista, y para que en nuestros trabajos nos. puedan prestar su apoyo moral y material aquellos hermanos que por con- sideraciones sociales no puedan manifestar libremente sus ideas, aun cuan- \ do las sienten hondamente. Sin embargo, las gestiones que hemos realiza- do y estamos realizando para constituir un fuerte núcleo, encuentran una resistencia pasiva, que se convierte en facilidades de todo género en cuan- i to las realizamos fuera del ambiente local. ¿A qué obedece esto? Hoy na podemos decirlo por el temor de herir susceptibilidades. Para terminar hemos de decirle al articulista á quien hemos aludido, que sentiremos gran placer en conocerle y ponernos á su disposición para toda obra que en bien de la doctrina realice, estando dispuestos á poner de nues- tra parte todo lo que nos sea posible para quitar obstáculos que puedan es- torbar á la consecución del fin que persigue, y á la vez hacemos extensiva esta invitación á todo el que sienta verdadero amor á la doctrina y que por cualquier motivo esté alejado de nosotros. Centro de estudios psicológicos «Luz y Caridad» El Presidente.— An^ tomo Cuenca Cartagena, 20 - 10 - 12. Soñando Dedicado A la memoria de nuestra digna herma^ na Petronila Hoyos de Y.. 3* á la de D. Salva- dor C. Arang, expresidenie de la Sociedad de Esta dios Psicológicos de Medellin. Era una noche de encantos y bellezas. La luna, majestuosa, se elevaba en el infinito y fulguraban en el cielo mirladas imponentes, intensas y radiantes unas, otras microscópicas y opacas. Mi alma entristecida pensaba en la debilidad de nuestro espíritu y en la distancia, al parecer inmensa, que había de transcurrir para dignificarnos lo suficiente y volar á esos soles resplandecientes y esplendorosos, que ani- man, vivifican y sostienen tantas humanidades de amor, de luz y de pro- greso. Entre el sopor y la vigilia y en éxtasis profundo, una voz angelical y 340 LUZ Y UNIÓN "^-misteriosa, como arrullo de notas, me decía: «Para apreciar mejor la infe- Tioridad y pequenez de tu espíritu naciente y la de tu querido globuiito, la tierra que hoy habitas, comparado con ese Universo que tanto embriaga tu alma, separémonos por un instante; abandonemos tu morada y em- prendamos un vuelo al infinito. Y envueltos en efluvios fraternales boguemos distancias como lo hiciera la vertiginosa luz y en ia misma proporción que recorramos perderá vues- tra patria su tamaño. Sí, volemos á ese imnenso campo y veremos empe- ■queñecer esa que tanto amas, y tanto, que vuestra ignorancia, orgullo y egoísmo ha Wamaáo única, si se quiere^ negándole al Creador de tantos mundos, la facultad de remedarlo. Elevémonos cada vez más, y con las alas de los espíritus buenos, hoy libres de las cadenas opresoras, de aquellos que, cumpliendo su consigna á donde fueron destinados, escalonaron el Vastísimo campo de las investí- gaciones científicas, despojándose de sus aherrojadas pasiones. jBendito sea ei dolor que todo lo depura! Subamos al infinito, á ese más allá que los pensadores escudriñan con tenaz ahinco, vergel de perfumadas flores cuya ambrosía da calor y Vida moral, material y física, suavizando así vuestra existenciaj porque su co- nocimiento nos acerca necesariamente á Dios. Hundámonos en ese hermoso campo azul de luces y misterios. Cruce- mos un sistema... dos... y tres. jAdmiremos esos soles gigantescos que giran con ios suyos y, multicolores, decoran aquel palacio del placer no concebido. Y partimos... IManto anchuroso! jlnsondable y Vastísimo mar que á todas partes llega, que todo lo abarca, que todo lo sublimiza llenan- do de estupor el alma. Hendiéndolo, nos embriagan por doquier las blan- rozarse, sin tropezarse jamás. Hendiendo siempre por entre nebulosas de suaves y nítidos matices, remedando frangeados paisajes, dejábanse entrever fascinadores campos, estrellados de reverberante luz. jOh mar de mundos insondables! ¿Dónde empiezas, dónde acabas? Nuestros espíritus anonadados que han dejado por doquier multimillo- 342 luz y- unión narias constelaciones; que han visto cometas rápidos y fugaces, campos eriales, interminables llanuras, cascadas bellísimas de fuego, olas que se levantan encrespadas y que se ocultan apacibles, lagos tranquilos donde se reflejan vivísimas creaciones, creen no haber dado el primer paso en el peldaño infinito de tus hondas. iQué majestad! jQué imponencia! ¡Cuánta grandeza! ¡Hosanna al Creador de tantas obras! y seguimos... ¿A dónde? ¡Al infinito! ¿ Yqué es el infinito? El abismo sin fin. Inescrutables arcanos que en vano el alma descifrar querría! ¡Boguemos, boguemos! El vértigo fatal nos anonada... y seguimos. Al frente un sol inmenso entre otro sol inmenso, y otro y otro... y todo una aurora fúlgida, radiante, cruzada de diademas, pictórica de luz. Y allá un río... no, una huella... una estela, sí, la estela de un cometa... que se Va... que se aleja... que se pierde en un piélago sin nombre. ¡Glorifique- mos al Creador! Luis M. Carvajal S. (Concluirá) Comunicaciones Es preciso luchar para vencer. El soldado que no ha combatido no po- drá en el día del triunfo reclamar los laureles de la victoria, porque ¿con qué cara se presentará delante de su jefe á pedir lo que no ha ganado? Así vosotros soldados de la idea regeneradora, que como esplendoroso sol ha venido á disipar las sombras, debéis combatir con valoren la batalla de la Vida terrestre para que ganéis los lauros inmortales que el gran Maestro tiene preparados á sus fieles discípulos. Luchad sin descanso como verdaderos soldados del cristianismo, con vuestro propio espíritu, humillándolo para que, venciendo á sus propios enemigos, levante su frente purificada en los ardorosos combates con sus propias pasiones. Llevad el escudo de las virtudes cristianas en vuestro pecho y entrad al combate como verdaderos guerreros, siendo la luz que disipe las teníeblas, llevando en vuestra mano la bandera de la verdad y con la espada de la justicia medid á todos vuestros hermanos. Luchad así y Vuestro será el triunfó, y después de la batalta, cuando vuestros enemigos hayan sido derrotados, iréis á recoger Vuestros lauros en la eternidad en donde recibiréis ciento por uno porque así lo ha prometido el Padre. No hay sacrificio sin recom- pensa, y cuando vuestras cadenas se rompan para dar libertad al espíritu REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 343 entonces vendréis á recibir el galardón que hayáis merecido. Adelante en el camino del deber, apoyaos en la fe, la esperanza y la caridad; lanzad vuestros espíritus á la lucha, venced hoy para que mañana podáis luchar en campos más extensos, en mundos más adelantados. Desterrad de vues- tros corazones todo lo que pueda mancharlos, porque en los altares en donde se adora á Dios en espíritu y en verdad no deben albergarse bajas y miserables pasiones, porque debe ser vuestro corazón el ara santa en donde las virtudes como holocausto exhalan sus perfumes para que lleguen al Sér Altísimo. Velad y orad para que evitéis las caídas, haced esfuerzos por adelantar, que la luz de la virtud sea Vuestro guía en la tierra. Negro y frío es el sudario del espíritu que envuelto en sus imperfecció- mes no trata de levantarse. En la resurrección aparente de Jesús, porque ya sabéis que El no murió, porque su espíritu purísimo no tuvo necesidad de pasar por la muerte ó transformación, su cuerpo resucitó aparentemente para dejarnos una enseñanza saliendo del sepulcro, y elevándose en el es- pació su espíritu radiante de luz, nos enseñó á elevar el alma sobre todo lo te- rreno. Jesús, despojándose de los paños fúnebres del sepulcro, nos muestra que es preciso que el espíritu se levante dejando atrás todo lo que no le sirva en los espacios infinitos; y que el espíritu libre del mal puede con su voluntad quitar la losa del sepulcro de sus miserias para elevarse á los Cielos. Elevaos con Jesús, romped vuestras cadenas que, formando lazo en Vuestras almas, os detienen en el camino del progreso. Empuñad la bandera de la verdad y de la luz para que el ángel con la trompeta de la ra- zón llame á los muertos en sus tumbas. No os hagáis sordos á su voz, resucitad para que podáis contemplar las bellezas de la Creación. Buscad al Padre siguiendo las huellas de Jesús, dad muerte á toda pasión, á todo lo que no sea engrandecer el espíritu; pisad toda imperfección que, como las negras nubes, no dejan esparcir rayos á las virtudes que tanto os hemos enseñado á practicar. Yo fui, yo soy y yo seré, porque el espíritu vive eternamente. Porque sólo al través de muchas existencias podemos recobrar nuestra libertad; cuando se pague hasta el último céntimo, entonces puede el espíritu ex- tender sus alas, y como el ave mucho tiempo enjaulada que recobra su hermosa libertad, así el espíritu extiende sus alas tanto tiempo recogidas para Volar á las mansiones de luz, á esos mundos de felicidad. Yo hace mucho tiempo que vengo de existencia en existencia pagando viejas deu- das, pero hoy avanzo arrastrado por ese torrente que se llama progreso. Dije al principio de mi discurso que yo había sido, que era y que sería: sí yo seré eternamente en Diosi Tras sus luminosos resplandores encamino mis pasos, de progreso en progreso como la débil hoja, me arrastraré sin que jamás termine mi felicidad. Porque esta es la ley: siempre adelante sin que 344 LUZ Y UNIÓN el alma se fatigue, sin que el desaliento enerve nuestras facultades; por- que sedientos siempre al pie del gran manantial apagamos nuestra sed de perfección, sed de amor y de virtudes. Por eso hoy en medio de la fiebre, en medio de la felicidad que inunda mi espíritu, me dirijo á vosotros pobres presidarios que, aún arrastráis la cadena del delincuente. Yo he que- rido haceros partícipes de la dicha que siente mi sér. Subid para que un. día digáis conmigo; loor al progreso y bendita la pluralidad de existencias; del espíritu, que de una en otra alcanza su completa redención. Dichosos Vosotros que lleváis en el alma la imagen del Padre: allí en; ese lienzo está grabada su efigie, dibujada no con los brillantes colores del. iris, sino con los de la Virtud. Porque por lo menos esto es lo que los espí- ritus pretendemos hacer con el pincel de la perseverancia, dibujar en vues- tros corazones la imagen de Dios para que eternamente la llevéis en Vuestras almas. Por eso os digo que sois muy dichosos porque alcanzáis á comprender un átomo de la grandeza del Padre Universal. Escultores han sido los espíritus, vuestros eternos amigos, que al derramar su palabra divina sobre Vosotros han roto el carbón para que el diamante derrame sus fulgores, pero si ellos han sido los escultores vosotros tenéis que ser los artífices para perfeccionar la obra. Nosotros hemos bosquejado el cuadro y Vosotros debéis acabarlo con las virtudes: estos son los colores con que de- béis pintarlo. Os hemos mostrado la grandeza de una doctrina, os toca mostrar el fruto de ella con las obras, que son las virtudes que, practicadas, muestran el fruto del árbol sembrado en la conciencia. Artífices sois del espíritu, perfeccionadle para que brillen en ellos las virtudes como las es- trellas en el Cielo. Que no oculten jamás las nubes de las imperfecciones el sol de la virtud que debe irradiar su luz sobre la humanidad. Sed per- fectos medicándoos en todo, adquirid esa fuerza que da el bien para que con felicidad surquéis el mar de la Vida sin temor de acercaros á la ribera de la eternidad. Petronila «Disquisieiones filosóficas acerca de las; encamaciones y el libre albedrio»- Triste cosa es que Vuestra ciencia no dé otros frutos que el esceptir- cismo y la duda; aunque no es extraño que estando vuestro Espíritu limi- tado por las estrechas ligaduras de la carne, os forjéis Dioses y Leyes tart HE VIST A ESPIKIIISTA KARDECIANA 345 limitados como ella. Al culpar al Creador de vuestras miserias cometéis una falta de lesa justicia. Dios, al crear al hombre, le dio una ley que voso- tros habéis desconocido y procurado borrar en vuestra pequenez; la Ley de «Libertad», «igualdad» y «fratenidad» por la que tanto suspiráis y que fué promulgada desde el instante mismo de su creación. ¿Si Dios hizo al hombre libre, y el hombre forjó sus. cadenas, de que se queja?. Estudiad con cuidado las Leyes Naturales, y.veréis resplandecer en todas ellas la más pura justicia; empero vosotros tenéis, la errónea creencia de que al mundo habéis venido sólo á satisfacer vuestros deseos, y ved ahí vuestra equivocación, puesto que lo habéis hecho para pulir las asperezas y el atraso de vuestros Espíritus por el dolor; que no fué traído para el hombre sino por el hombre, que con sus tropiezos trae como con- secuencia el golpe. El constante flujo y reflujo de vuestras pasiones, trae como cense- cuencia el dolor^ que es resultado de vuestro pasado de obscuridad é igno- rancia y el que poco á poco pulirá vuestras almas. Hay entre vosotros quien arguye que el hombre debió salir perfecto de manos del Creador; ¿acaso es menos perfecto, anatómicamente considerado, el cuerpo de un niño que el cuerpo de un hombre? ¿Es menos maravillosa la semilla, que la planta, la flor que el fruto?' El atraso no es la imperfección, y si como el adolescente, por muy versado que esté en ciencias terrenas necesita de la práctica para completarse, el Espíritu necesita adquirir, por decirlo así, partícula por partícula esa exquisita ciencia del sentimiento hasta subli- marse y hacerse apto para sentir el amor Universal, único fin para que fué creado, única fuerza que mueve el astro y el átomo. Preciso es que comprendáis que el Creador, como fuente de toda sa- biduría, habla previsto vuestras caídas y lo que llamáis vuestras imperfec- clones, pero os ha dejado en libertad para que á Vuestro esfuerzo tan sólo debáis vuestra ascensión á la luz. Las madres carnales saben que al llegar la época en que sus hijos empiezan á caminar deben de dejarlos en liber- tad aun sabiendo que han de golpearse, porque de no dejarlos solos no llegarían nunca á conseguir que caminaran. Vosotros también debiés an- dar solos y llevaréis los golpes que vuestro atraso ó vuestra inexperiencia os proporcionan, sin que nadie pueda evitarlo más que vosotros mismos; esto es lo justo. Tened presente que el Espíritu viene á la tierra á vestir, por decirlo así, la triste librea del penado (que tal es la carnal envoltura), la cual, como es justo también, es igual para todos, pero que no siendo igual nuestro pasado sería injusto que fueran los mismos privilegios: de ahí la desigualdad de que os quejáis, la causa de Vuestra desesperación, acusando de injusto á aquél que es fuente de toda justicia. Pero la mano amorosa ■del Padre puso en medio de las ardientes arenas del desierto numerosos oasis donde todos los viajeros puedan apagar su sed: pero habéis de ir 346 LUZ Y UNIÓN ai manantial, el manantial no vendrá á vosotros; y para encontrarle tendréis- tal vez que ensangrentár vuestras plantas, pero una vez allí, bajo las altas palmeras, descansaréis del rudo y constante caminar reponiendo vues- tras fuerzas para continuar vuestra penosa peregrinación. De ahí vuestras etapas dolorosas en que manos misteriosas secan Vuestros llantos, vuestros desalientos, á que pone fin alguna secreta espe- ranza. Acordaos cuando lloráis de que vuestras tristezas tienen un fin y que concluirán; pensad que todo cuanto sufrís tendrá término y que á Vuestro cuidado teneis Séres que, encariñados con vosotros, os sostienen- y ayudm. Evocad su tierna presencia y nunca en vuestros sufrimientos os faltará el consuelo y el consejo, si inclináis vuestro oído para escuchar esa dulces y misteriosas voces del espacio, pues entre todos los séres que pueblan el Universo no hay uno solo, por obscuro que sea, cuya queja no encuentre eco en lo invisible, ni una lágrima que no sea enjugada por las amorosas y espirituales manos de los Séres puros y elevados cuya sagrada misión es consolar. No maldigáis el dolor, porque gracias á sus golpes de cincel surgirá la pura y luminosa forma espiritual que proyectará su luz sobre Séres más atrasados y doloridos. Y recordad siempre en vuestras angustias, que vuestro Creador es la suma justicia, la suma bondad y el eterro amor^ Adiós. Extraña profecía Nuestro administrador lia recibido la siguiente carta de un distinguido es- piritistas de un pueblo del reino de Valencia, cuyo nombre nos reservamos, pero que daremos á conocer si se cumple la extraña profecía que en ella se anuncia. 15 de Octubre de 1912 Mi muy querido hermano Santiago; Tengo mis motivos para creer cierta la predicción de mi desencarnación que recibí así el día 7 de Abril del corriente año. Y, como si se realizan al punto lo que entonces me afirmaron, lo cual creo ciertísimo por los inmensos bienes recibidos por mí del espado y por el mismo medio desde entonces, confirmando todas cosas anunciadas de antemano; como esto puede ser un bien para nuestro sagrado ideal, como medio de propa- ganda en vuestros periódicos, por eso se los remito á V. El día dd Pascua de Resurrección, salí el campo con mis hijos y demás^ líEVISTA ESPinrnSTA KARUECIANA 347 familiM á pasear. Mientras ellos se divertían, he haquí lo comunicación que recibí: Es la última fiesta de Pascua qué pasas con tu familia por la presente existfncia. Prepárate, prepara el corazón de tus hijos, aprovecha el tiempo que te queda, que hacia últimos de Septiembre próximo, casarás civilmente á tu hija Angelina y será la última que arreglarás pues Rafaela, tu esposa, se quedará con los tres de menor edad, viuda. En la primera decena de Diciembre de 1912 cesarás ya tu trabajo en la fá- »brica y regresarás á casa para no le vantarte ya. El día 1.° de Enero de 1913, estarán con nosotros, Enrique mío.» Esa fué la comunicación. Además, encerraba miles de detalles sobre cosas que se han ido cumpliendo como ellos me lo anunciaron. De mi casa, ya le dirán á V. mi muy querido hermano Santiago, si las cosas se han cumplido tal cual fueron anunciadas. Creo firmemente que sí. Uu abrazo del alma de su hermano que le quiere. X. X. Para las víctimas de Bermeo Llista de susenipeión Suma anterior 236'80 pesetas.—Salvador Vilarino, Caibarién (Cuba), 10'80.—Recibido por giro sin carta. Valencia, 2'00.—S. y C. Piñel, Qena- guaci!, 2'(X).—Demetrio C. Soriano, Boniches, 4'00.—José Teullado, Río Tinto, roo.—Una viuda; 2'50.—Dos huerfanitas, 0'50.—Arcadia Benavente, l'OO; Miguel Maso, 0'50; Flora Torres, 0'50; Sabina García, 0'50;' Valentina V., 0'50; Eleuteria Jodar, 0'25; Romana Sánchez, 0'25; Una viuda, 0'50; Ramona Ountro, 0'50; Paula Sánchez, de Albuera, 0'50. —Aureliano Gracia, Badajoz, 0'50.—Manuel Collar, TOO; Mariano Cien- fuegos, 2'00; Adolfo Manso, 2'00.—Grupo «Amor y Vida», Barcelona, 12'00.—Varias hermanas, Venamargosa, 6'00.—Recibido por giro sin carta. La Linea, 8'00.—M. Olivares, Gibraltar, 4'00.—«La Caridad», Guareña, 3'00.—Antonio Serrano, Cortes de la Frontera, 0'15.—Cristo- bal Pérez, OTO; María Ramirez, 0'50; Sebastián Ramirez, 0'25; Salvador Ramirez, 0'25; José Martínez, 0'25; Josefa Pérez, 0'25; Andrés Pérez, 0'30; María Gil, 0'30; Francisco Rodriguez, 0'25; Ana Galindo, 0'25; Cristobalina Dias, 0'25; Baltasar Fernández, 0'15; Bernardo García, 0'25; Ana Gutierrez, 0'25; Vicente García, 0'25; Josefa Garcés, 0'25; José M." NarVaez, O' 25; Antonia García, 0'25; Narciso García, 0'25; Ana. 348 luz y un'ióx Garcés, 0'25; María Pérez, O' 50; Manuel Villanueva, 0'25; Juan Carretero,^ 0,25; Manuel Carretero, 0'25; María Carretero,P'25; Antonio Abella, 0'50; María Marchena, 0'25; Diego Fernández, 0'25; Luis Vega, 0'25; Juan Gar- cíaO'25; Un transeúnte, 2'PO; María Vega, 0,25; Tomás Barea, 0"25; joa- quín Morales, l'OO; Cristóbal García, O' 25, de Cortes de la Frontera— Las hermanas, Rosa, La Carolina, lO'OO; María, 3'00; Joaquina, l'OO; Mi- caela, l'OO; Carmen, TOO; Francisca, 02'5; El hermano Juan José, ó'OO. —^José Ramón, San Quintín de Mediana, lO'OO.—-Teodoro T. Meueses, Barcelona, lO'OO.—M.S. S., Alicante, 3'00.—Total pesetas, 357'75. Quedará cerrada esta suscripción en la fecha del número de «La Voz de la Verdad» donde salga publicada esta lista. Bilbao 5 Noviembre de 1912. Benedicto S.alazar Una fiesta D. Pedro Iraola de Necocliea, República Argentina, nos remite el estado de cuentas de una fiesta celebrada en dicha población. Suscripción y gastos invertidos en el reparto de víveres y ropas efectuado el día 29 de Abril, en honor de Pancho Sierra, Amalia D. Soler, A. Kardek, M. Vives. » Reeibido Qarainendy l'aeluilu & C.^ 500 $ luán M. Qarainendy 100 » Pedro L. Guetti 100 » Juan M Garamendy 50 » Clara A Garamendy 50 » Bautista T. Gueiti 50 » Josefa L. de E 10 » Pedro Iraola 50 » N. N 20 » N. N 20 » Canuto Goñi 20 » María de Gelos ....... 5 » Ildefonso Zugazuá 10 » Guillermo Etcheniendi 10 » Gerardo Mancini 5 » Suma y sigue. . . 1000 » REVISTA ESPIRITISTA KARDECIANA 349 Suma anterior. 1000 S . Manciiii 6 » Pedro » Moisés Mancini. 10 ...... » Noé Maiicini 10 . . . . . . . . 20 » Fermín Sagseta ....... » Mercedes Etchemendi 5 ...... 5 » Fermina E cheniendy de Con lo'cuarfuerou socorridos 423 pobres que se presentaron en demanda artículos. fatal Ingresos Mjn 1.05(á » Heos y noticias ■ GASTOS « D. Nicolás Si- Se halla entre nosotros nuestro buen hermano en creencias, ragusa Giran, de Arrecibo (P. Rico). . 662'48 . . Le deseamos dNurannteeesl ttieimopo pquae gseohalláe ePntr.e nÁosoztrocsounitbiien&estarCy .® según factura contar á sus nume- mucha tranquilidad, para que al regresar á su tierra pueda OO'OO lo bueno » haya contem»plado en»esMta hermosa ciudad.—Darán. » » ... rosos amigos que aní Hnos. »' OO'OO la de nues-& ... Noticias que hemos rec»ibido de Vale»ncia, nos»coYmu,nicaFnermneájorna dez Atolagnirre director de nuésto tro buen hermano y correligionario D. Bartolomé Bohorques, . 62'50 Luz del Porv»enir,t quién »está en c»amaZá causa colega i¿a balla . de uCna acosngteastiñóno, s & C » » ' pulmonar de carácter agudo. Mimitis.' » ... 130*00 »■ Deseamos á tan disting«uido amigo un»pronto r»estaVbleiccimeienntot.—e * 6*00 •i' 4» ... Aparición Greviealactiióínicdae CcXiJóiiianm Sátealdo.—sAlCguOnoIs tcaordresopornesasles de carne y acarreo y Total gastos M,n 1040*98 Sobrante en poder del Tesorero Sr. Iraola 15*02 iguales 1056 00- 250 LUZ Y UNIÓN -de Londíes han enviado á París é Italia, el siguiente relato de ■el mundo gran interés espiritista. para Wiliam Stead, el ilustre periodista inglés, víctima del naufragio del «Titanio» compareció en forma materializada el 18 de Junio pasado, en ei tista círculo de Wimbledón haciendo espirí- á sus compañeros en creencias la ción revela- acerca de la siguiente predicción hecha en Septiembre de 1911 sobre su por un médium vidente. trágico fin, He aquí la relación: «Dicho sujeto se llamaba De Kerdor y habiéndole dado á observar mi mano dijo: me —Moriréis entre los sesenta y dos y sesenta y tres años será vuestra violenta y muerte é imprevista. —Supongo que ese augurio no se fundará en las habréis rayas de la mano como podido observar que están alteradas por las cicatrices de las —Las heridas. cicatrices no alteran las líneas, me replicó el augur, lo he tenido ea cuenta, pero para persuadiros intentemos una sesión sobre dicho Soy buen médium, probad particular. que yo celebraría mucho ticinios. equivocarme en mis va- -Celebramos sesión y una vez Kerdor en trance, le regué revelara lo pudiera sobre el tema propuesto. que —Veo un gran buque negro avanzar con rapidez che choca vertiginosa es de no- ahora se hunde y os veo á vos. Stead, en medio de un de cente- nar agonizantes no hay salvación perdido !!! — Siga, le repliqué, pero no pudo añadir una nales palabra más; el vidente dió de se- hallarse atacado del más profundo terror y hubo necesidad de tarle y reanimarle». desper- Esta es la comunicación obtenida por el espíritu de el hecho Stead, confirmada del naufragio del «Titànic» por y testimoniada por una carta del herederos mismo á ssu en la que entre otras cosas dice: «Hace días que un vidente me ha hecho una lúgubre profecía de desastre muerte —Sea lo que Dios y quiera». Sin comentarios. flpapieión.—Doña María de Amorin, esposa de Luis Paimeira Tolentino, residente en de los Indios, amaba mucho á su prima María teniente Quiteria, esposa del coronel Francisco Mauricio, propietario del ingenio Simoein. Habiendo aquella desencarnado, apareció en sueños, pués, á mencionada algún tiempo des- su prima, diciéndole que estaba en otro gozaba, delicias planeta y había que allí que no conocido en la tierra, convidando á su con ella. amiga á ir Lq ^niiga respondióle que deseaba primero criar á sus concediera hijos esta y pedía á DioS fe gracia. El mismo espíritu dijo que se retiraba y que le dejaba i?na señal.' María Quiteria depositaba en lina caja palillos que acostumbraba ahcer ratos de los ocio. Al abrir esta caja, préndltlá que guardaba en un 'al mueble, quedó muy sor- ver dentro de elia dos cruces, de 9 á 10 centímetros " cada una, de RE\'1SI A ESPIRITISTA KARÜECIANA 351 madera hermosamentepulinieiitada y desconocida, ceñida cada una por un lazo de cinta estrecha. Diez días después María Quiteria desencarnaba. Las se hallan en el oratorio de la residencia del coronel Francisco cruces Mauricio, que las guarda como reliquias de inestimable valor. Ün de aponte notable.—La prensa de Bretaña da cuenta de un su- easo extraño que está llamando grandemente la atención en la provincia de ceso muy ; Audierne. En la aldea de Kerlazen, en Primelic, una niña de cuatro años y medio, María en el Josefa Kuerè, hija de marineros, cuyo padre sirve actualmente paqueboj; vuelve Himalaya, sale al campo vecino con frecuencia sola, y al poco tiempo de le asegura le da + con alegría para entregar á su madre una moneda plata que un señor muy alto, ricamente vestido, ya quien ella denomina «el buen Dios». madre de la chica periodistas de la localidad, ha con- Preguntada la por testado lo siguiente: «Hace poco tiempo, encontrándonos yo y mi hermana ocu- María se había alejado un padas en la recolección de simientes, mi pequeña que una moneda en la ma- poco de nosotros, vino corriendo hacia mí y poniéndome no me dijo: «Vengo de ver al buen Dios y me ha dado esto para_mí». Y dicho mostróme moneda de dos francos del año 1904. esto, una Desde entonces, cada día que mi hija va al campo, la sigo con la vista cuan- se se que do seaparta de mi lado y he podido observar cuando aleja, que para, se del sue- hace gestos como si hablara con alguien y después agacha, coje algo ó lo y viene corriendo hacia mí llevando en la mano una monedajde dos cinco francos. Y no dicen más los periódicos de aqelfa región abrupta de la punta del Mar, que se conforman con titular suceso tan digno de estudio asombroso! Durante los días 25 á 30 del próximo mes de Marzo, se celebrará en París el segundo Congreso Internacional de Psicología Experimental. en París el año El fin de estos Congresos (el primero se celebró^Jambién de 1910), es el estudiar todos los fenómenos que, siguiendo la'expresión pro- efecto de fesor E. Boirac, se producen en los seres animados, ó que por un explicar claramente por las leyes y fuerzas de la su acción no parecen poderse de naturaleza, ya conocidas, es decir, los fenómenos Magnetismo.animal, Hipno- tismo. Sugestión, Mediumnidad, etc. co- Un gran número de sabios psiquistas del mundo entero han prometido una laboración activa en el segundo Congreso Internacional de Psicología Expert- mental, entre ellos figuran los grandes experimentadores^yjescritores señores Boirac, Ochorovvitz y el coronel Alberto de Rochas. 'i' ^ * Poza El día 17 del pasado Octubre, desencarnó en Pontevedra don'.Laureano don Cobas, hermano de nuestro querido correligionario de aquella, población Joaquín l^pza. Deseamos á la familia del manumitido el consuelo] que proporciona nuestra doctrina; ¡Paz al espíritu liberto! 352 LUZ Y UNIÓN :tS 5*5 El Centro Barcelonés de Estudios Psicológicos celebró el día 17 de este mes. la Velada anunciada con motivo de la colocación en su salón de sesiones, del re- trato del esclarecido espiritista D. Tomás Campano y Touzet, cedido al Centro por los socios y consecuentes espiritistas Don José Casas y D." Teresa Camps. La fiesta obtuvo un éxito brillante. El adorno del salón dirigido por el socio D. Alberto Andreu, individuo'de la Junta Directiva, resultó de una riqueza y de un gusto artístico digno de loa. Comenzada la sesión con el discurso de apertura por el Presidente, uno de los secretarios leyó un expresivo y elocuente trabajo de adhesión del Director de «Lumen» siguiendo los discursos y lectura de trabajos literarios por las señori- tas Matilde Navarro, Enriqueta Martinez y María Solá, D.® Pilar Larrosa de Ló- pez y l(/S señores D. Martín, Font representante del Centro de Sabadell y Pre- sidente de la Federación Espiritista Española, D.Teodoro Sanmartí represen- tante del Centro «La Buena Nueva», D. Jesús Qausachs y D. Pedro Simó por el centro de San Martín, D.Juan Oliva por la agrupación Espiritista «El Altru- cismo», de Badalona. D. Eduardo Pascual, D. Santiago Chacón, D. Manuel López, D. Agustín Bru net y D. Pedro Roca, del «Centro Barcelonés». La parte de canto, bajo la acertada dirección del socio Sr. Andreu, tuvo brillante interpretación por las señoritas Teresa Bernaus y Rosita Ricart. Las señoritas María Pascual y Elisa Burés, hicieron oir varias composiciones al piano, y la profesora D.® Carolina García, deferente á la invitación de la Junta Directiva, interpretó al piano varias creaciones de distinguidos maestros. Se adhirieron al acto además de la revista «Lumen», «Luzy Unión», «La Voz de la Verdad», «Evolución» y «La Nueva Era», el Centro Fraternidad Huma- na de Tarrasa, un telegrama del que se dió lectura y el grupo «Amor y Vida» que preside don Santiago Durán. En resumen la velada fué un éxito para el «Centro,Barcelonés», una demos- tración de admiración y cariño al homenajeado, y un acto de eficaz difusión del Espiritismo en la Ciudad Condal. AVI ÍS o Recordamos á nuestros snscriptores que aun están en descubierso con esta Admistración, tanto del presente año como del anterior, ta obligación contraida, pues de no cumplir cada cual con su deber seria imposible la vida de esta Revista. Les rogamos, pues, se pongan al corriente de su abono los que no lo estén. Los de España pueden aprovechar et Giro postal establecido ya en toda la nación, lo que les ahorrará gastos y molestias;para efectuarlo basta dirigirse al cartero, en los pequeños pueblos, ó á las Adminis- traciones de Correos donde las haya. Al mismo tiempo les rogamos que, al enviar un giro postal, noses- criban indicándonos el empleo que debemos dar á la cantidad en- viada. También les rogamos miren si les falta algún número, y se sirvan indicárnoslo antes det próximo Enero, para enviarsélo. Obras que se bailan de venta en la Administración de esta Revista Pías. b*tas Nuestras fiiersas mentales, por Pren- trato do la autora en la cubierta . . 4 tice Muilord. Coiüsta Oe 4 toino8 . . 40 En tela y lapas esf)eciales .... 8 AríetZr.serfíte, porW. J. C.olville. Un Los 4 tomos, formando dos volume- lomo en 4," rústica 3 J' plancha. .... Encuadernado tela 4*50 Tomos sueltos: cada uno, en rusuca. en v oro . . rs 11 _/ rt- r* ■ T-* • a.en Encuadcmado en tela De L, a Idea de Dios, \sov hQon UQiws . Ü'5Ü r,, . . , . Menionaa de un , ^ . , hsptrita. ¡Te perdono! Id Colccbotsmo inteçiral reootucwna- ^ ^ ^ no por Eduardo Buulard Dos tomos Encuadernados en tela y oro . . . en 4. en i ustica a 4 50 tomos, formando 4 volúmenes. En tela, en un solo tomo ^ 11 ¡Ahajo La pena de muerte! Folleto por Marietta. Un tomo en 8.», de 461 D. salvador Pons, pá- presbítero . . . 0*50 2'.50 Texto de enseñansa domiuicnl y de Lee- £„ [gig y oro 3'50 tura para las Escuelas espiritistas, Ü. T Senillüsa. Un Venta^jas del Es^piritismo. Fto. de s'ps. ü'()5 por elipe tomo en ^ ^ 4 ^ mayor en rústica 2 li·lementos de una nueoa ctencia, ptn* En tela V oro 3'50 Mariano Ruth Sinué. Un tomo en " 4 ^ en rústica '50 La Psicologia de las Reliyiones, por En tela y ! ! ! D. Joaquín J. Fernandez. Un ele- plancha'. - C^ ait^8.» rústica 1 as de ^ xt ultratumba, por Onofre Vi- Sante torno mayor ... Encuadernado tela 2 ladot. Un tomo en i. , en rústica. en y oro ... Encuadernado en tela y oro . . . 3'50 ^ ^ Çoíeccíon de Oractones. Nuevo dj evo- Katíe~King. Espiritismo Moderno. Un cionario espiritista. Un volurniiioso j elegante cubierta, rústica, 2 t. en 8.° m , tipos claros, én rústica. 1 Encuadernado en tela y oro . 3'.50 Encuadernado en cartoné .... 1'50 Ensayo sobre la enseñanza fllosóñca del En tela y oro 2 Magnetismo, por el Barón du Potet. Guia práctica del Espiritista, por don Un t. 8.°, de 28Ü páginas, en rústica. 3 Vives. Un tomo 8 ° Miguel en ma- En tela y colores 4'50 yor en rústica 1 Alfieri el Marino. Un t. en 8.°. rústica 2 Encuadernado en eartonet.... 1'50 Encuadernado en tela y plancha. 3'.50 Tesoro de consuelos y modo de vivir Impresiones de un loco, por César Ba.s- cristianamente. Un elegante tomo en sois. Un t. en 8.°, 208 págs., rústica. 2 8.° pi-ülongado, en rústica .... 3 En tela y oro 3'50 Encuadernado en tela y plancha. . 4 50 Verdad frente á frente del I'rror. La Guerra es el Infierno. Un t. de 48 pá. 0'50 Un t. de 238 págs., en 4.°, rústica . 3 Misterios del alma, por Virgilio. Un En tela y plancha 4*50 ° tomo en 8 prolongado, en rústica . l Luz y Vida (Manual del Creyente). Un En tela y rótulo 2 tomo de 272 páginas en 4.°, rú-tica. 3 ¡Los muertos viven! ¡No los lloráis! En tela y oro . . 4'50 Comsolador folleto de 16 páginas . . O'IO Avantismo, por Bruno Miguel Mayol. La Tragedia Divina. Un elegante Un tomoend."de l64págs. En rústica. 2 tomo, escrito en catalán, en 4." me- En tela v oro nor. Edición bibliófilo 3 El gran Enigma, por León Denis, Un Edición corriente 1 tomo de 272 págs. en 4.", con el re- . . 3 Avanti.···mo 2 trato del autor. En rústica . . .... ... . , En tela y oro. 4*50 La misp.ricordia es LI a justicia en su v . . más elevado concepto. Un folleto de Síntesis doctrinal y práctica del Espi- 32 páginas ... 0'25 ritualismo, por León Denis. Folleto pág^- en 4 0'50 Ramos de violetas, por Amalia Dornin- go Soler. 4 t., en rústica, con el re- Efluvios de amor, 68 págs. 13 grabados O'50 IDE El^EIDEO El libro do los Espíritus. — El libro de ios Mediums. — l·l. Evangelio según el Espiri- tismo. — !'l Cielo y el Inñerno ó la Justicia Divina según el Espiritismo.—El Gene- sis, los Milagros y las Predicciones según el Espiritismo. —Obras postumas. - ¿Qué 2 es el Espiritisinof, en rústica, cada tomo En tela, cada tomo 3'50 • PRECIOS DE SUSCRIPCIÓN España, bb año 7 pesetas - Extranjero, un año 12 pesetas xnclto: 50 cóiitiiii<»H Se ruega á los Sres. siiscriptores que ai efectuar el pago de su abono añadan 0'50 pesetas para el franqueo y certificado de ia obra de regalo, de lo contrario tendrán que mandar recogerla en la Adiiiinistiación y los que ia deseen encna- dentada deberán remitir una peseta más. Instrueeiones para el abono de las suseripeiones ESPAÑA,. —En sellos de correo, libranzas del giro mutuo, sobres monederos, billetes de Batico ó por el giro portal. , , EXTR.AXGERO. —En letras de fácil cobro, billetes de Banco que se abona- ráii al cambio del día en que se reciban ó, también, á nuesti os coi responsales. Los giros á nombre del Administrador. Coleccionc.^s tie LUZ Y Ü.VIOX, eoii ..su c()rfe.si|iou(1 ieiite nitro (le rejrjilo^ de |o.s jiúo.s.11)07, 1903, 1909, lOlO \ 1911, A 7'50 pesetn.s cüleeeióii, eoii libro á I íi rúsiieu; á 8"50 pesetas, CÒ11 libro eii teltx (para Lspafia). La.s luisuias colecciones para el ivx fia utrero, A 12r)0 y 13"50 [jesetíts colección y libro, re.s])ecti\ítuieiite. I j OS que (leseen la colección de la lies ista encnatleriuida, aumentará 1"50 pesetas. Todo pedido debe venir acom[)afiado de su iiiiporte, re- mititíiidose libre de gastos. Obras publisadas por esta Revista Año 1907: La Religión Futura.—\uo 1908: FJementas de una nueva Ciencia. —.Ano 1909: La Verdad frente d frente del Error.—Año 1910: Ovantisino.—Año 1911: Luz y Vida (Manual del Creyente). Oln'n lie re;;!!!» par» el pre«.eiite tiño: EL GRAN ENIGMA ■ Dios y el Universo POR Imp de LUZ Y UNION. Rambla de Cataluña, 118.—Barcelora