SOLEDAD Y PERSONAS MAYORES 1 GUÍA PARA LA PREVENCIÓN, DETECCIÓN Y ACOMPAÑAMIENTO DE PERSONAS MAYORES EN SITUACIONES DE SOLEDAD Estrategia municipal contra la soledad 2020-2030 Redacción Regina Martínez. Psicóloga y consultora Dirección Departamento de Promoción de Personas Mayores. Dirección de Servicios de Infancia, Juventud y Personas Mayores. Concejalía de Infancia, Juventud, Personas Mayores y Personas con Discapacidad. Coordinación de la edición Departamento de Comunicación Área de Derechos Sociales, Justicia Global, © Ayuntamiento de Feminismos y LGTBI Barcelona Se permite la reproducción de los datos y Guía elaborada en el marco de la Estrategia la información que provienen de fuentes municipal contra la soledad 2020-2030. municipales citando su procedencia. ÍNDICE 1. Introducción 7 2. La soledad y las personas mayores 11 2.1 Desde una mirada global 13 2.2 Ámbitos de trabajo de la guía 28 3. Recomendaciones y orientaciones 33 Ámbito de la persona mayor 34 Ámbito de la red de convivencia 42 Ámbito de la red de relaciones cotidianas de proximidad 48 Ámbito de la dimensión comunitaria 54 3.1 Propuesta de evaluación de las actuaciones para trabajar la soledad 64 4. Recursos del entorno con los que podemos trabajar conjuntamente 66 5. Para saber más 70 S1OLEDAD Y PERSONAS MAYORES 7 INTRODUCCIÓN 8 INTRODUCCIÓN 9 La Guía para la prevención, detección y acompañamiento de personas ma- yores en situaciones de soledad es una herramienta destinada a orientar la mirada de los profesionales que se sitúan en torno a la persona mayor. Nace con el objetivo de atender todos los aspectos posibles de la soledad durante la vejez teniendo en cuenta la gran diversidad existente dentro del colectivo de las personas mayores. Esta guía bebe de la amplia experiencia municipal a la hora de impulsar y apoyar iniciativas que tratan de prevenir y resolver las situaciones de sole- dad y aislamiento social que viven las personas mayores de la ciudad. Los programas referentes VinclesBcn o Radares, con un largo recorrido en la ciudad, son una buena muestra de cómo el Ayuntamiento lleva años abrien- do camino contra la soledad en el proceso de envejecimiento, trayectoria que se prolonga y afianza con la Estrategia municipal contra la soledad 2020-2030. El material que presentamos se ofrece desde el Departamento de Promo- ción de Personas Mayores y pone al alcance de los y las profesionales una serie de recomendaciones y orientaciones prácticas que pueden ser de uti- lidad para reducir los riesgos de la soledad y guiar en el acompañamiento profesional. Este recurso recoge el testigo de la Guía para la prevención, detección y acompañamiento de adolescentes y jóvenes en situaciones de soledad, pu- 10 blicada en el 2021 por el Ayuntamiento de Barcelona, con la intención de ser fiel a su carácter accesible y a su estructura por ámbitos, y con la finalidad de sumar recomendaciones en un mismo sentido. La voluntad es poder construir, con este conjunto de herramientas destinadas a las situaciones de soledad en diferentes momentos del desarrollo humano, una mirada con perspectiva de ciclo vital, y obtener así orientaciones y recomendaciones en unos mismos parámetros de análisis. Los nuevos caminos abiertos por la Estrategia municipal contra la soledad 2020-2030 contribuyen a orientar los pasos hacia una ciudad vinculada, donde las emociones importan y son objeto de las políticas públicas. Hacia una ciudad con una red comunitaria densa que nos pueda proteger de la soledad y el aislamiento social. Esperamos que esta guía ayude a construir este itinerario acompañando a los profesionales que, al frente de los servi- cios, están al lado de las múltiples soledades cotidianas. S2OLEDAD Y PERSONAS MAYORES 11 LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 12 LA SOLEDAD Y 13 LAS PERSONAS MAYORES 2.1 DESDE UNA MIRADA GLOBAL La Estrategia municipal contra la soledad 2020-2030 del Ayuntamiento de Barcelona propone el despliegue de herramientas que sean adecuadas a las diferentes situaciones de soledad que pueden darse a lo largo de la vida. Es en esta línea que ofrecemos esta guía, destinada a profesionales del ámbito de las personas mayores con el objetivo de focalizar la mirada y disponer los sentidos hacia la soledad. El propósito es facilitar orientaciones prácticas para promover y generar oportunidades de vinculación y pertenencia durante el envejecimiento. Esta herramienta, por lo tanto, da respuesta a uno de los objetivos de la Es- trategia municipal contra la soledad 2020-2030, y quiere hacerlo atendiendo a las necesidades diversas de las personas mayores. Línea estratégica Desplegar recursos y servicios para prevenir, de- tectar y atender las situaciones de soledad. Objetivo Dotar de herramientas a los profesionales que es- tán en contacto con las personas para detectar y prevenir casos de soledad e intervenir en ellos, especialmente en cuanto a la intervención en es- cenarios de transición vital que implican un nivel más elevado de riesgo en relación con la soledad. 14 La soledad y las largas trayectorias vitales La edad es un parámetro relevante que hay que tener en cuen- ta a la hora de intervenir de manera especializada sobre la so- ledad en nuestro entorno. En relación con las personas mayo- res, el contexto nos ayuda a comprender las circunstancias ligadas al hecho social de envejecer que pueden explicar la aparición de este sentimiento. Con respecto a la vejez, algunas causas específicas son la pér- dida de la pareja y de relaciones sociales significativas, la pre- sencia de limitaciones físicas, la jubilación o tener expectativas elevadas con respecto a la atención o la compañía de la fami- lia. Otras, como el cambio de domicilio, el empeoramiento de la salud, la violencia machista o convertirse en una persona sin techo, son razones de soledad compartidas con otros grupos de edad, aunque con matices en la manera en que se mani- fiestan y con un impacto en función del momento vital vivido (Ayuntamiento de Barcelona, 2021; Martínez y Celdrán, 2019). Sabemos que las soledades pueden vislumbrarse en el espacio de la interacción personal que se da en el contexto de la inter- vención, un espacio relacional absolutamente clave para dar oportunidades de expresión, escucha y abordaje. En esta oca- sión ponemos el foco en la edad a partir de los 65 años, enten- diendo que, durante el propio proceso de envejecer, existen diferencias de género, de grupo de edad, de estatus socioe- conómico y variaciones culturales o, incluso, generacionales (entre otras) que configuran, además, en el caso de las largas trayectorias vitales, el grupo más diverso de la población. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 15 La soledad, esa gran conocida Si quisiéramos evocar una imagen de soledad en las ciudades contemporáneas, probablemente la representación más co- mún sería la de una mujer mayor con dificultades de movilidad y que vive sola. Esta descripción contiene factores de riesgo reales del sentimiento de soledad que se reflejan, como vere- mos, con algunos matices en los datos. Como profesionales que tenemos contacto cotidiano con personas mayores, sa- bemos que este perfil es frecuente. También sabemos, sin em- bargo, que la complejidad de la problemática requiere de una mirada abierta para no obviar situaciones de soledad que pue- den pasar más desapercibidas (cuando la persona vive acom- pañada, cuando no se manifiesta de forma directa o cuando el perfil no se corresponde con el mayoritario). Se trata de encontrar herramientas adecuadas para una problemática de carácter subjetivo y multidimensional que nos ayuden a garan- tizar la igualdad de oportunidades para la intervención y que faciliten su expresión. La soledad no deseada se puede cronificar y tener consecuen- cias importantes en la calidad de vida. Durante el envejecimien- to, los cambios en la red de apoyo social, las desigualdades acumuladas a lo largo de la vida, las dificultades de movilidad y accesibilidad, los cambios cognitivos, las estrategias de afron- tamiento personal y otros aspectos del contexto, como el in- dividualismo dominante o la aceleración digital, influyen en el sentimiento de soledad (Sala, 2020; Cohen-Mansfield et al., 2016; Pinazo y Donio-Bellegarde, 2018; Warburton y Lui, 2007). 16 Este origen multifactorial emerge en la intervención diaria que llevamos a cabo, ya que la soledad a menudo aflora desde va- rios ámbitos, en las pequeñas cosas o en las manifestaciones más cotidianas. Algunas expresiones indirectas las podemos recoger de las voces de las personas mayores en situación de soledad y que hay que tener especialmente en cuenta cuando se trata de un sentimiento que cuesta admitir de forma directa. Frases como “Muchos días para desayunar, comer y cenar tomo un café con leche. Para mí sola no me apetece cocinar” las pode- mos oír al analizar las actividades de la vida diaria. Otras como “Veo todo lo que ya no puedo hacer y pienso que me quedaré sola” se pueden escuchar en una consulta de atención primaria, ante una disminución de la salud. Expresiones como “Tenía una amiga, pero murió en verano, me lo pasé muy mal. Ya no me motiva hacer relaciones aquí dentro” se ponen de manifiesto en el ámbito residencial. Otras como “Me he jubilado justo antes de la pandemia y no me he atrevido a hacer actividades. Estaba deseando que llegara este momento para hacer cosas y llevo dos años aislada” las hemos encontrado últimamente en el ám- bito cultural o educativo. Por ello es necesario detectar y abor- dar la soledad de forma multisectorial, con todos los sentidos alerta durante la interacción (Martínez, 2022). La subjetividad, clave de la valoración Tenemos al alcance abundante literatura sobre los factores de riesgo del sentimiento de soledad durante el envejecimiento. Recopilaciones recientes en nuestro contexto son las realiza- das por Elisa Sala o Javier Yanguas (Sala, 2021; Yanguas et al., 2020). Estos elementos nos ayudan a identificar posibles des- encadenantes de la problemática, a detectarlos a tiempo o a poner en marcha con mayor precisión medidas de protección o prevención. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 17 Figura 1. FACTORES DE RIESGO DEL SENTIMIENTO DE SOLEDAD DURANTE EL PROCESO DE ENVEJECIMIENTO SOCIODEMOGRÁFICOS SALUD Y AUTONOMÍA PSICOLÓGICOS Y INTERACCIÓN Y PERSONAL DE PERSONALIDAD PARTICIPACIÓN Género - edad - estado Salud autopercibida Depresión - poca Composición del civil - estatus socioe- - declive funcional salud mental y hogar - red social - conómico - lugar de - dificultades de satisfacción vital - cantidad y calidad de residencia movilidad - deterioro baja autoestima y relaciones sociales de las capacidades autoeficacia - com- - grado de participa- sensoriales - portamientos poco ción social - apoyo comorbilidad saludables social Si es mujer. Si cree que tiene mala Si sufre depresión. Si pasa más tiempo salud. sola. Si es mayor de 80 años. Si tiene poca salud Si hay pérdida de mental y poca Si tiene poca o Si no está casada. autonomía. satisfacción con la ninguna red social. vida. Si tiene bajo nivel de Si hay dificultades de Si tiene pocas ingresos o estudios. movilidad. Si tiene poca relaciones y de mala autoestima. calidad. Si vive en un entorno Si pierde capacidades poco accesible. sensoriales. Si tiene hábitos Si participa poco saludables. socialmente poco o Si acumula nada. enfermedades. Si tiene poco apoyo social. Fuente: Martínez, R. (2022). Basado en La soledad no deseada durante la vejez, un fenómeno complejo objeto de las políticas públicas (Sala, 2020). Es posible que la información referente a algunos de estos elementos ya la estemos obteniendo con los procedimientos que tenemos implementados y, por lo tanto, podamos tratar de discriminarlos entre la información que ya recogemos. Sin duda, los perfiles pueden ayudarnos a crear mapas de riesgo o a intensificar la mirada sobre aquellos casos o grupos po- blacionales que acumulan más factores desfavorables, lo cual es imprescindible para su prevención y detección. Ahora bien, la presencia de elementos que aumentan las posibilidades de sentir soledad no es una condición imprescindible para que esta se dé, y el hecho de que no se presenten no significa que MAYOR RIESGO DE SOLEDAD... FACTORES 18 no exista. Así, muchas mujeres viudas en su ochentena que vi- ven solas tienen una vida social o íntima muy plena y muy aleja- da del sufrimiento emocional. También sucede que alguien que diariamente vive rodeado de gente puede sentirse tremenda- mente solo, como puede ser un hombre mayor que tiene mu- cho contacto con su familia y cuenta con múltiples apoyos. Sopesar los factores de riesgo es especialmente relevante cuan- do se trata de un fenómeno eminentemente subjetivo. Estos factores nos ayudan a estar alerta, pero no pueden ser la única fuente de información para la detección y construcción de una alternativa de abordaje personalizada. Hay que averiguar cómo se siente la persona y cuáles son sus preferencias, atender la parte subjetiva en último término y considerar los activos co- munitarios que tiene al alcance de su contexto específico. La interacción como fuente de información El impulso de la Estrategia municipal contra la soledad 2020- 2030 potencia la idea de que la soledad es objeto de los servi- cios públicos. Se amplía, por lo tanto, la atención en el ámbito emocional de forma transversal. Este es un gran paso para abordar una problemática con una fuerte penetración social. Para comprender la profundidad de lo que significa la soledad y dar la oportunidad de que pueda ser expresada, los profe- sionales tenemos un recurso lleno de potencial: la interacción personal. Es a partir de esta influencia que podemos acercar- nos a conocer cómo la persona vive la situación, cómo siente lo que le está pasando o en qué sentido evalúa su experiencia vital (si le genera malestar). La soledad es un sentimiento y, como tal, es subjetivo. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 19 Hay que dejar espacio a la palabra, ya que no siempre se mues- tra de forma directa. La escucha activa nos ayuda a detectar la soledad y a construir un abordaje personalizado y de acuer- do con las preferencias, las necesidades y las posibilidades de cada cual. Ante un fenómeno subjetivo y con una fuerte carga negativa, abrir los sentidos nos ayuda a escuchar los mensajes no explícitos. A lo largo de esta guía encontraremos algunas de estas señales latentes que podemos reconocer en la prác- tica cotidiana. La soledad de las personas mayores en datos Cuando indagamos en la información que nos aportan los datos de la ciudad sobre las particularidades que presenta la soledad en la vejez, según la última edición de la Encuesta de salud de Barcelona del 2016, vemos que el 25 % de las personas de 65 años o más ha sentido falta de compañía en los últimos doce meses, y el 15,1 % se ha sentido excluido de lo que sucede en su entorno alguna vez (Ayuntamiento de Barcelona, 2021). Aspectos como la composición del hogar, el género o la falta de relaciones sociales marcan distinciones en cómo se presen- ta el sentimiento de soledad de las personas mayores de la ciu- dad. Se comprueba que existen diferencias significativas entre las personas que viven solas y las que no, así como un claro sesgo de género (gráfico 1): entre las mujeres que viven so- las, se multiplica por cuatro el sentimiento habitual de falta de compañía con respecto a las que viven acompañadas (14,7 % y 3,7 %, respectivamente); en cambio, entre los hombres la dife- rencia se multiplica por nueve (un 17,8 % de los que viven solos y un 1,9 % de los que viven acompañados). (Ayuntamiento de Barcelona, 2021). 20 GRÁFICO 1. Personas de 65 años o más que han sentido falta de compañía en los últimos doce meses (Barcelona, 2016) 42,5 % 33,5 % 30,3 % 20,3 % 14,1 % 15,5 % 14,7 % 17,8 % 6,8 % 2,9 % 3,7 % 1,9 % NO VIVEN VIVEN NO VIVEN VIVEN NO VIVEN VIVEN SOLAS SOLAS SOLAS SOLAS SOLAS SOLAS TOTAL MUJERES HOMBRES A MENUDO A VECES Fuente: Encuesta de salud de Barcelona, 2016. Agencia de Salud Pública de Barcelona. Publicado por el Ayunta- miento de Barcelona, 2021. En cuanto a las relaciones sociales, al preguntar sobre la posi- bilidad de hablar con alguien de temas personales, contar con alguien cuando se necesita o hablar o verse con familiares, amigos o vecinos, la Encuesta de relaciones vecinales y convi- vencia del área metropolitana de Barcelona (gráfico 2) indica que la soledad relacional se presenta más en personas mayo- res que en otras franjas de edad (Ayuntamiento de Barcelona, 2021). LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 21 Parece que la vinculación con la comunidad y el recibir apoyo ante los cambios y las transiciones vitales que se dan cuando envejecemos tienen especial relevancia, sobre todo a partir de los 75 años, según los resultados. Cabe mencionar que esta cifra es próxima a la esperanza de vida en buena salud,1 que según el INE en el 2019 se situaba en torno a los 70 años. GRÁFICO 2. Índice de soledad relacional según grupos de edad 5,20 % 20,0 % 20 % 18 % 15,0 % 15,7 % 13,8 % 10,0 % 8,1 % 5,0 % 0,0 % 16-29 30-44 45-64 65-74 75 años y + Fuente: Encuesta de relaciones vecinales y convivencia del área metropolitana de Barcelona (ECAMB, 2020). Instituto de Estudios Regionales y Metropolitanos de Barcelona (IERMB). 1 Esperanza de vida en buena salud: la media de años esperados que vive una persona gozan- do de buena salud, es decir, sin limitaciones funcionales o de discapacidad. 22 La soledad y el ciclo vital La soledad no deseada de las personas mayores ha contribuido a poner el foco sobre la problemática de forma global durante la última década, ya que ha alertado de la necesidad de inda- gar sobre su presencia en todo el ciclo vital. La pandemia de COVID-19 ha amplificado este interés, derivado de los impac- tos en la salud emocional a causa de las restricciones sociales. En otros grupos de edad como la adolescencia o la juventud se muestra una prevalencia muy preocupante, tal como indican los datos de la encuesta Ómnibus del Ayuntamiento de Barce- lona 2020 y 2022 (gráfico 3). Gracias al interés de las políticas públicas en tratar la soledad como una problemática social, y en recoger datos para su análisis y abordaje, vemos cómo el relato del peso de la soledad sobre los diversos grupos de edad va variando. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 23 GRÁFICO 3. Personas que se sienten solas a menudo o muy a menudo, según grupos de edad. Ómnibus 2020 y 2022 (%) 9,0 % 7,4 % 2,1 % 3 % 7,1 % 3 % 3,4 % 4,7 % 4,1 % 3 % 1,7 % 1,4 % 16-24 25-34 35-44 45-54 55-64 +64 Fue2n0te2: 0Encuesta Ómnibus junio 2020 y 2022. Ayuntamiento de Barcelona, 2022. 2022 En los dos últimos años, la soledad ha aumentado en práctica- mente todos los grupos de edad, en especial entre la juventud, y también entre la población adulta de entre 55 y 64 años. En cambio, ha disminuido entre la población mayor de 65 años (encuesta Ómnibus 2022, Ayuntamiento de Barcelona). Esta última comparativa muestra que la soledad no es una imagen que se fije a la vejez, sino que su intensidad y frecuencia fluc- túa entre los grupos de edad y requiere una mirada dinámica, de ciclo vital. Hay que ir más allá de la fotografía para ver el metraje en movimiento y anticiparnos así a las necesidades y los deseos de las personas que arrastrarán trayectorias de soledad en un futuro no tan lejano (y en especial en las que próximamente estarán en el grupo de mayores de 64 y que han visto aumentar su sentimiento de soledad). 24 En otro sentido, en cuanto a la investigación, hay mucha más tradición de estudio de la soledad en personas mayores y ado- lescentes que en las demás etapas (Martínez y Celdrán, 2019). En esas franjas las relaciones sociales tienen un gran peso en la configuración del bienestar de las personas. En la adoles- cencia sabemos que el grupo de iguales es clave para la con- figuración del sentimiento de pertenencia, las oportunidades de aprendizajes vitales o la búsqueda de la propia identidad. En el proceso de envejecimiento, la pérdida significativa de personas del círculo inmediato repercute fuertemente en las oportunidades de intimidad, de provisión de afectos o de con- secución del proyecto vital que la persona había concebido para su vejez (Celdrán, 2021). Esta coincidencia nos invita a pensar, de entrada, en dos as- pectos: por una parte, el potencial de abordar las soledades de la ciudadanía en su conjunto. Impulsar acciones que pongan de relieve la intergeneracionalidad y que promuevan vínculos entre la comunidad nos ayuda a construir una intervención compartida, dinámica y de carácter relacional. Y por otra, nos invita a indagar sobre los efectos que puede tener la soledad en momentos posteriores del ciclo vital, de manera que se potencia la mirada preventiva. Los estudios lon- gitudinales han encontrado una relación entre el sentimiento de soledad y el hecho de tener una salud física y psicológica peor en momentos posteriores. La investigación alerta de las consecuencias negativas a largo plazo del hecho de pasar por la soledad no deseada sin apoyo social o mecanismos perso- nales para poder hacerle frente (Celdrán, 2021). LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 25 Si queremos anticiparnos a los cambios sociales que tenemos cerca, no podemos perder de vista el impacto que tienen en la vejez. Según el INE, las proyecciones demográficas indican que en el año 2068 un 29,4 % de la población del Estado serán personas mayores. La crisis de los cuidados, presente detrás de muchas situa- ciones de soledad por la falta de apoyo en momentos clave de la vida, así como por la fuerte sobrecarga que sufren las personas cuidadoras, permanece sin resolver. En una socie- dad cada vez más longeva y con mayor necesidad de cuidados de larga duración (Pinazo, Costas y Costas, 2021), cada vez nos encontramos con personas cuidadoras de más edad y con mayor coincidencia de roles: una misma persona puede ser proveedora y receptora de cuidados al mismo tiempo. Pero, por encima de todo, hay que mantener una mirada de ciclo vital y con perspectiva comunitaria a la hora de abordar la problemática de la soledad. Al fin y al cabo, este 29,4 % de personas mayores de la sociedad del futuro son las personas adolescentes y jóvenes del presente, que quizás se han sentido solas o aisladas en los últimos años. Es importante ver cómo las soledades vividas impactan en otros momentos del ciclo vital y pensar cómo podemos construir vínculos comunitarios teniendo en cuenta este hecho. 26 Discriminaciones que aíslan El edadismo afecta principalmente a las personas adolescentes y mayores. Concretamente, la discriminación relacionada con la vejez, lejos de desaparecer, se ha hecho más patente que nunca durante la pandemia. La exclusión y los prejuicios por razón de edad son fuente de soledad cotidiana: constriñen el sentimiento de pertenencia, tan necesario para sentirnos per- sonas vinculadas al mundo. Según otros estudios recientes, la discriminación por edad reduce el hecho de llevar un estilo de vida saludable o la implicación en programas de envejecimien- to activo (Pinazo, 2022). Si incorporamos la perspectiva de ciclo vital, debemos tener en cuenta cómo una visión negativa del envejecimiento afecta a nuestro bienestar psicológico, tengamos la edad que ten- gamos. Durante el confinamiento se comprobó que, de entre todos los grupos de edad, los que tenían una autopercepción negativa del envejecimiento expresaban que sufrían más an- siedad, tristeza y soledad (Losada Baltar et al., 2020). Además, la discriminación por edad fomenta el autoestigma: vemos a menudo cómo, ante situaciones de soledad, pueden generar- se sentimientos negativos sobre uno mismo, lo que daña la autoestima y la autoeficacia (Muñoz et al., 2021). Así, se activa un círculo vicioso que a los profesionales no nos cuesta reco- nocer: cuanto más sola me siento, más empeora el concepto que tengo de mí misma y más me cierro. Por ello combatir el edadismo no es solo una cuestión de justi- cia social inapelable, sino una condición necesaria para preve- nirlo y para poner en marcha intervenciones que empoderen a las personas hacia el cambio. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 27 Las fortalezas al frente Es cierto que las largas trayectorias vitales cuando somos ma- yores pueden suponer una acumulación de factores de riesgo o de desigualdades que nos hagan más vulnerables ante la so- ledad. Pero es importante, al mismo tiempo, tener en cuenta que, gracias a la longevidad, las experiencias vitales son más profusas y en muchos casos se han desarrollado recursos por el hecho de haber resuelto, a lo largo de la vida, situaciones complejas. Parece que, durante la vejez, ante algunas situa- ciones podemos disponer de una caja de herramientas más nutrida que en momentos anteriores de la vida para hacerles frente. Algunos estudios recientes muestran la presencia de estas for- talezas. Al preguntar a diferentes franjas de edad (de los 18 a los 88 años) sobre algunos aspectos relacionados con el bien- estar psicológico durante el confinamiento, se ha observado que las personas mayores declaran sufrir menos ansiedad y tristeza que las de mediana edad o las más jóvenes (Losada Baltar et al., 2020). En otro estudio centrado en los recursos de las personas mayores durante el confinamiento, se analizaban los más exitosos: una vida cotidiana con rutinas claramente establecidas, una actitud proactiva y con flexibilidad cognitiva, la gestión emocional ante la tristeza o la influencia positiva de tener una vida con sentido, entre otros (Yanguas, 2020). Cuando trabajamos con las fortalezas contribuimos a dar sentido al recorrido vital de las personas, reconocemos sus aptitudes y reforzamos la idea de que durante la vejez tam- bién se da una gran capacidad de adaptación, de manera que 28 rompemos con los estereotipos de rigidez mental que tan ne- gativamente pueden influir en la autoeficacia. Al intervenir en el proceso de envejecimiento, es importante poner el foco en los logros: la experiencia vital es un activo potencial para el empoderamiento. 2.2 ÁMBITOS DE TRABAJO DE LA GUÍA Las orientaciones que se presentan en esta guía se organizan en cuatro ám- bitos, siguiendo la estructura original de la Guía para la prevención, detec- ción y acompañamiento de adolescentes y jóvenes en situaciones de soledad (Ayuntamiento de Barcelona, 2021) en la que nos basamos. Considerando que las relaciones sociales están fuertemente asociadas al sentimiento de soledad, se parte de este criterio para estructurar la batería de recomenda- ciones que se ofrecen. Las orientaciones tienen que ver con los diferentes ámbitos relacionales y forman círculos concéntricos que tienen a las per- sonas mayores como eje central. Así, encontramos acciones relacionadas con las personas mayores en concreto, orientaciones que implican a las personas próximas a su entorno y otras propuestas destinadas al contexto donde se dan estas relaciones. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 29 Cabe decir que esta batería de propuestas tiene el potencial de ser asumida desde intensidades y alcances diferentes por parte de cada profesional. En función de nuestro ámbito de conocimiento, de nuestro rol profesional, de la naturaleza del servicio, del trabajo en red que podamos llevar a cabo o del momento de la intervención en el que nos situemos, algunas recomen- daciones serán más pertinentes que otras para cada agente. En todo caso, la guía pretende ofrecer un amplio abanico para tener una mirada global y compartida, y hay que tener en cuenta que la conveniencia de su uso será parcial en función de cada contexto de acción. DIMENSIÓN TO DE LA COM I UN B ITA ÁM ELACIONES COTI RI R DIA A E N ED D A LA RED DE S E CO D NV O IV O DE LA PERSONA ÁMBITO DE LA Á R MBIT MAYOR IMIDADX E P RO D NCI A E IT ÁMB 30 ÁMBITO DE LA PERSONA MAYOR Se trata del ámbito de vida personal, individual, que define a la persona mayor y desde el que esta se relaciona con los demás ámbitos. Incluye aquellos aspectos que están más vinculados a las características personales. En este ámbito podemos situar la historia de vida, los proyectos de vida propios, los problemas de salud, la diversidad de expresiones personales de la soledad, la vida cotidiana, la rutina que lleva a cabo o la distribución del tiempo, etc. ÁMBITO DE LA RED DE CONVIVENCIA Se trata del ámbito que incluye los aspectos más relacio- nados con el espacio donde las personas mayores viven y con quien conviven. Podemos vincular las relaciones con el núcleo familiar, con otras personas usuarias si se vive en un centro, las relaciones afectivas o de pareja, las ne- cesidades de cuidados, la situación socioeconómica o las características de la vivienda donde se vive, teniendo en cuenta también los centros residenciales. LA SOLEDAD Y LAS PERSONAS MAYORES 31 ÁMBITO DE LA RED DE RELACIONES COTIDIANAS DE PROXIMIDAD Se trata del ámbito que incluye los aspectos más vin- culados con las relaciones que las personas mayores establecen fuera de su núcleo de convivencia. En este ámbito podemos ubicar las relaciones con amistades, las actividades formativas o de ocio y el uso que hacen de las redes sociales. Se trata del ámbito que hace referen- cia a todas aquellas relaciones próximas con las que, a pesar de no convivir, se comparte mucho tiempo. ÁMBITO DE LA DIMENSIÓN COMUNITARIA Se trata del ámbito que incluye aquellos aspectos que es- tán más vinculados al entorno comunitario donde la perso- na mayor vive e interacciona con otras personas. En él po- demos incluir el uso y organización del espacio público, la movilidad, la relación con el vecindario, la vinculación con las entidades y asociaciones de barrio, el rol de los equipa- mientos públicos y de las profesionales, entre otros. Cada una de las orientaciones de la guía se clasifica en dos criterios2 importantes a la hora de valorar el momen- to de la intervención: (1) si se trata de una propuesta fun- damentalmente interesante para el trabajo de detección o prevención, o (2) si está pensada más bien como una orientación para el trabajo de acompañamiento o segui- 2 Clasificación basada en la publicación Guía para la prevención, detección y acompañamiento de adolescentes y jóvenes en situaciones de soledad, publicada en el 2021 por el Ayuntamiento de Bar- celona. 32 miento de las situaciones de soledad ya detectadas y que requieren acompañamiento. Estos dos criterios se rela- cionan con los factores de riesgo y los factores de pro- tección. Con respecto a las orientaciones para la detección o pre- vención, nos referimos a orientaciones planteadas para prevenir situaciones de soledad, ya sea evitando la exis- tencia de factores de riesgo o generando condiciones protectoras para el bienestar. También nos referimos a propuestas orientadas al análisis o el diagnóstico de si- tuaciones de soledad. En relación con las orientaciones para el acompañamien- to o el seguimiento, su sentido se refiere a una interven- ción continua. En función de la diversidad de situaciones, el propósito puede ser la conexión continuada de las per- sonas con ámbitos de su entorno, evidenciando la planifi- cación más allá de acciones puntuales. Para diferenciar a qué tipo de trabajo se hace referencia, se utilizan los siguientes símbolos delante de cada orien- tación: Trabajo de detección Trabajo de Trabajo de detección o prevención acompañamiento o prevención y o seguimiento de acompañamiento o seguimiento S3OLEDAD Y PERSONAS MAYORES 33 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES 34 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES ÁMBITO DE LA PERSONA MAYOR Atender la acumulación de factores de riesgo del sentimiento de soledad o aislamiento social de la persona mayor. • Fijarnos en la prevalencia de factores de riesgo de la di- mensión personal: sociodemográficos (ser mujer, tener más de 80 años, no tener pareja, bajo nivel de ingresos), baja salud autopercibida, declive funcional, dificultades de movilidad, deterioro de las capacidades sensoriales, acumulación de enfermedades, depresión, baja satisfac- ción vital, baja autoestima, comportamientos poco salu- dables... • Anticiparnos ante la aparición de factores de riesgo y ac- tuar para impulsar medidas de protección a nuestro al- cance (como podrían ser aquellas que fortalezcan la red y los recursos personales). Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 35 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento C onsiderar las verbalizaciones indirectas que puedan mostrar que la persona se siente sola. • Escuchar de forma activa nos ayuda a identificar manifes- taciones relacionadas con el sufrimiento emocional por la situación de la red que tiene la persona (“ya no tengo a nadie”, “quédate un poco más para hablar conmigo”, “¿cuándo volverás?”) o referencias al aburrimiento, la tristeza o el vacío existencial. • Valerse de la oportunidad que abren estas manifestacio- nes para iniciar una conversación sobre la soledad (es- pecialmente importante si a la persona le cuesta hablar). • Prestar atención al relato y a los silencios que puedan in- dicarnos que hay insatisfacción respecto a las relaciones personales o con la vida (“no me quejo, porque sé que no pueden venir”, “no tengo ganas de hacer nada, me siento vacía”). Construir un mapa relacional de aquellas personas mayores que creemos que están sufriendo soledad o aislamiento. • Analizar sus relaciones sociales según parámetros de cantidad y calidad: familiares, amistades, vecindad, pro- fesionales que intervienen en el domicilio... • Prestar especial atención a sus hábitos cotidianos de re- lación y a la identificación de personas significativas a quienes pueden recurrir en caso de necesitarlo. • Observar si, al pedirle el contacto de alguna persona de referencia, no puede facilitar a nadie, lo que muestra una carencia de peso en la red de apoyo. 36 Ámbito de la persona mayor Crear un mapa de empleo del tiempo con las personas mayores que pueden sentir soledad o aislamiento. • Hacer una breve descripción de las actividades que rea- liza en su día a día y analizarlas (la descripción de la coti- dianidad aporta mucha información sobre los momentos de soledad y qué opciones de intervención pueden ser adecuadas). • Prestar atención a las señales que nos indiquen una falta de hábitos saludables (dieta monótona, baja actividad fí- sica, insomnio, adicciones...). • Atender cambios significativos en la cotidianidad que puedan desencadenar que la persona se sienta sola para impulsar medidas de prevención (dejar de ser o empe- zar a ser cuidadora, tener una limitación funcional que le impida la actividad habitual, pasar del domicilio a una residencia...). Estar alerta en situaciones o períodos en que la soledad impacta en la persona con mayor gravedad. • Analizar con la persona en qué momentos siente más so- ledad, teniendo en cuenta las diferencias intrapersonales en cómo y cuándo se presenta de forma más intensa (por la tarde, por la noche, en verano...). • Realizar actividades que sean personalmente significa- tivas en los periodos de más riesgo de sentir soledad (atendiendo también las diferencias culturales que pueda haber). Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 37 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Activar interacciones diversas en los momentos de ma- yor vulnerabilidad y hacerlo con un medio adecuado a las competencias de cada cual (llamadas, chats, video- conferencias...) o dar apoyo para ampliarlas cuando sea necesario (motivación, recursos...). • Prestar atención a las actividades que lleva a cabo cuan- do percibe que siente menos soledad y analizar con la persona mayor las oportunidades de extensión. Observar si se produce un acontecimiento vital que pueda ser fuente de soledad y buscar el apoyo específico más adecuado. • Atender cómo valora la persona el momento vital com- plejo y los apoyos y recursos de que dispone para hacerle frente. Algunos acontecimientos pueden ser la viudedad, separación o divorcio, la jubilación, el cambio de domici- lio, el cambio a una residencia, dejar de recibir atención de personas cuidadoras, pasar a ser persona cuidadora, ser objeto de violencia machista, sufrir pérdidas o due- lo, pasar a una situación de dependencia, diagnóstico de una enfermedad… • Analizar si hay actividades convenientes para la situación específica que causa la soledad de la persona mayor y valorar con la persona su participación: grupo de perso- nas cuidadoras, grupos de duelo, asociaciones de apoyo para situaciones de enfermedad, encuentros de solteros, grupos de voluntariado, oferta cultural y formativa... • Anticipar la aparición de otros factores de riesgo del sen- timiento de soledad que pueden sobrevenir con el acon- tecimiento vital y activar medidas protectoras. 38 Ámbito de la persona mayor • Valorar con otros profesionales que intervienen en torno a la persona si somos los agentes más adecuados para acompañarla y si es el momento oportuno. C ontribuir a crear espacios de intervención donde la escucha activa y la expresión emocional sean posibles. • Transmitir que la soledad es una problemática habitual y que es importante y pertinente abordarla. • Hacer de la confianza y el conocimiento mutuo, en caso de una intervención prolongada, una oportunidad para activar con la persona las habilidades y los recursos de que dispone. • Solicitar el apoyo de otros agentes de confianza si tienen un vínculo más fuerte o un contexto relacional más con- veniente. • Entender la intervención como un proceso: se puede re- querir tiempo para acompañar y abordar la problemática, y puede ser que no sea suficiente una conversación pun- tual. En este sentido, es clave el papel del o de la profe- sional de referencia. Averiguar cuáles son su historia de vida, sus preferencias y sus intereses, para buscar conjuntamente alternativas personalizadas ante la soledad. • Conocer la historia de vida para aprovechar las fortalezas que ha adquirido con la experiencia vital, activando he- rramientas y recursos personales. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 39 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Captar y respetar su visión de la vida a la hora de abordar la soledad para garantizar la coherencia con su bagaje vital y darle continuidad. • Plantear metas alcanzables y que estén de acuerdo con su estilo personal. • Acompañar en la búsqueda de sentido vital para acor- tar la fractura que pueda haberse creado con el entorno o con su mundo interior (muchas veces debido a pérdi- das, ya sean personales o de salud, que han podido hacer irrealizable el proyecto vital imaginado). Activar las alianzas y los agentes del mapa relacional de la persona mayor. • Llevar a cabo de forma coordinada con otros profesiona- les tanto la detección como el abordaje de la situación de soledad, valorando de forma conjunta quién es el mejor agente para vehicular la acción. • Trabajar, si procede, la culpa que puedan sentir los fami- liares de la persona que siente soledad, ya que a veces puede ser una barrera para la búsqueda y la aceptación de ayuda. • Proponer a la red de relaciones cotidianas participar en actividades con la persona mayor, siempre respetando su autonomía de decisión y sus preferencias. 40 Ámbito de la persona mayor I mpulsar acciones para desestigmatizar la vejez y el hecho de estar solo. • Evitar un lenguaje edadista, infantilizante o forzadamente acomodado que merme el reconocimiento y pueda fre- nar la capacidad de agencia de la persona. • Identificar a qué asocia la persona su soledad y trabajar con ella en caso de que haya relatos o creencias culpabili- zadoras o estigmatizantes (“Ya no vale la pena que me es- fuerce en salir de casa y conocer a nadie, para el tiempo que me queda”, “Es normal estar sola cuando eres vieja”, “Es culpa mía por haber trabajado tanto siempre, ahora no estaría tan solo”). • Romper la afirmación categórica que asocia “envejeci- miento y soledad”, ya que no contribuye al cambio y ge- nera la idea de que es un problema inherente a la vejez, sin solución ni alternativas solo por el hecho de envejecer. • Hacer ver a la persona que es un problema social, y no una fracaso personal, el hecho de sentirse sola. La falta de tiempo para las relacionas sociales, una cultura indi- vidualista, un modelo de cuidados en crisis, un entorno poco accesible... Son factores que favorecen que una persona pueda sentirse sola. Señalar las causas estruc- turales de la soledad contribuye a disminuir la culpa y la vergüenza. • Formar o dotar de oportunidades para restaurar o ad- quirir habilidades comunicativas, de gestión emocional o de autoestima y autoconocimiento que puedan haberse desgastado con la soledad. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 41 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento O frecer y presentar actividades que sean accesibles para to- das las personas mayores. • Prever que las actividades y los recursos sean accesibles para personas con diversos dominios digitales, funciona- les o de discapacidad, o con dificultades económicas. • Informar sobre actividades gratuitas, de proximidad y va- riadas, siempre que sea posible, para atender la diversi- dad de preferencias de las personas mayores. • Facilitar actividades que tengan en cuenta las necesida- des de las personas cuidadoras (horarios, posibilidad de participar acompañadas de la persona cuidada, respi- ros...). • Transmitir el hecho de que estar activo no siempre equi- vale a realizar actividades físicas, de grupo u organizadas, y acompañar para generar o buscar las más adecuadas a la situación personal de cada cual (teniendo en cuenta las situaciones de dependencia que pueda haber). • Compartir estrategias para hacer que el tiempo que la persona pasa sola sea de calidad. 42 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES ÁMBITO DE LA RED DE CONVIVENCIA Conocer la situación familiar o de convivencia de aquellas personas mayores que pueden estar sintiendo soledad o ais- lamiento social. • Detectar factores de riesgo y de protección referentes a la situación familiar y a la vivienda donde vive la persona: composición del núcleo de convivencia, relación con los hijos (si los hay), cantidad y calidad del espacio en la vivien- da, barreras arquitectónicas dentro del domicilio, apoyos recibidos (teleasistencia, SAD...), capacidad económica para hacer frente a imprevistos, procesos de desahucio... • Coordinarse con otros profesionales que trabajan con la persona mayor o la familia para obtener más informa- ción, compartir objetivos de trabajo o derivar el abordaje si procede. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 43 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento Prestar una atención especial a los aspectos relacionales de su entorno de convivencia. • Detectar cambios o situaciones complejas que se hayan producido en relación con otros miembros del núcleo de convivencia: viudedad, separación o divorcio, muerte de un hijo o hermano, requerimiento de cuidados, diagnósti- co de enfermedades, conflictos interpersonales, situacio- nes de maltrato, conductas adictivas... • Atender las especificidades que supone la viudedad en relación con la soledad: situación de duelo, mayor sole- dad emocional o agravamiento en momentos concretos. Por ejemplo, es común que sea más frecuente por la no- che, durante las comidas, en domingo, en cumpleaños y fechas señaladas...; reducción de las relaciones con antiguas amistades porque “siempre quedábamos en pareja”; angustia por la falta de apoyo ante tareas que siempre realizaba la pareja (trámites, mantenimiento de la vida)... • Establecer redes y actuaciones de apoyo para aquellas personas que lo necesiten en periodos de aislamiento por enfermedad o por confinamiento (se puede contactar con otros profesionales que puedan ayudarles, estable- cer vías de comunicación, facilitar recursos que les per- mitan mantener relaciones sociales…). 44 Ámbito de la red de convivencia Entender la complejidad de la problemática y facilitar opciones considerando la ambivalencia que puede haber entre preferir la vida en el domicilio y sentirse sola en un hogar uniper- sonal. • Respetar la autonomía de decisión ante las preferencias de la persona. Querer vivir en el propio domicilio es la situación más común, aunque pueden emerger relatos de soledad por diferentes causas vinculadas al propio hogar (“siento que se me cae la casa encima”, “el silencio tiene ruido, due- le”, “enciendo el televisor para sentirme acompañada”). • Buscar alternativas que tengan en cuenta la situación y las preferencias: una persona voluntaria que visite en el domici- lio, llamadas en momentos determinados, adquisición de un dispositivo tecnológico o instalación de una aplicación que mantenga a la persona en contacto con otras, búsqueda de un plan de convivencia colaborativa... • Analizar las estrategias que la persona utiliza dentro de su domicilio para sentir menos soledad y valorar con ella las posibilidades de diversificación o ampliación de estos mo- mentos. Acompañar, en caso de que se necesite más intensidad de los cuidados, y aconsejar sobre la mejor opción de vivienda en función de las posibilidades, las necesidades y las preferencias. • Proteger la opción de vivir en el domicilio cuando la per- sona lo desee y dotar de los apoyos necesarios para ha- cerlo posible que estén a nuestro alcance. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 45 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Informar sobre la diversidad de opciones al alcance (resi- dencia, viviendas con servicios, covivienda...) y acompañar en las dudas y las posibles inquietudes que pueda generar el cambio. • Facilitar criterios que contribuyan a prevenir el sentimiento de soledad al valorar las opciones residenciales: proximidad con familiares —si son relevantes para la persona—, acce- sibilidad del lugar y movilidad, oportunidades de manteni- miento o incremento de las relaciones personales previas... Activar estrategias de apoyo si hay una situación de cuidados en el domicilio que pueda influir en el sentimiento de soledad. • Atender situaciones en que las personas mayores pa- san a ser cuidadoras, con el fin de acompañar y ayudar a mantener los espacios de relación o de soledad (sole- dad deseada) anteriores o a generar otros adaptados a la nueva coyuntura. • Activar medidas preventivas ante la pérdida de la persona cuidada (la persona cuidadora puede sufrir un abrupto vacío de rol, con un fuerte impacto en su rutina, sumado al luto y a la pérdida acumulada de relaciones o de activi- dades por haber sido cuidadora). • Tener en cuenta que cada vez encontramos más parejas longevas que son cuidadoras y cuidadas: en el núcleo de convivencia se pueden generar dinámicas de cuidados cruzados con una fuerte vulnerabilidad común por la fra- gilidad de los apoyos. • Coordinarse con servicios especializados y derivar el caso si la situación lo requiere. 46 Ámbito de la red de convivencia Atender el impacto emocional de los cambios sobrevenidos que puedan suceder en la red de convivencia. • Prestar especial atención al riesgo de sentir soledad en la transición por pasar a vivir en una residencia cuando no es el deseo de la persona. • Tener en cuenta, cuando los familiares pasen a vivir con la persona mayor por necesidades económicas o vice- versa, cómo puede verse reducida su autonomía o cómo pueden quedar afectados sus hábitos relacionales o las rutinas que le aportan sentido vital en la cotidianidad. • Trabajar con los familiares ante los cambios sobrevenidos en la convivencia para construir dinámicas que respeten a todos los miembros y beneficien el clima familiar. Desarrollar estrategias que aseguren el bienestar físico y emocional de las personas en el lugar donde viven. • Ofrecer apoyo a las familias de las personas mayores, como información sobre recursos donde encontrar ayu- da de tipo instrumental, material, de información o emo- cional; formación y asesoramiento sobre aspectos vin- culados al proceso de envejecimiento y a cómo afrontar la soledad; orientaciones para promover espacios de en- cuentro y comunicación dentro de la familia, etc. • Facilitar el intercambio entre personas mayores que ha- yan vivido situaciones similares (cambio de residencia, activación de SAD...) para promover el apoyo mutuo ante los cambios vitales. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 47 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Promover la toma de decisiones basada en la autonomía personal, intentando implicar a la persona mayor en todo el proceso y promover en su entorno que se respete su elección. Promover una visión de las relaciones que contribuya a re- ducir la culpa que puedan sentir los familiares ante la situa- ción de soledad. • Tener en cuenta que los familiares pueden sentir vergüen- za o culpa en caso de que la persona mayor de su núcleo de convivencia manifieste tristeza por su situación rela- cional o por falta de apoyo. • Ayudar a reorientar los relatos que responsabilizan a los individuos. Transmitir la base social de la problemática con el fin de reducir las tensiones que puedan generarse y comunicar que nos ocuparemos de ello de forma con- junta, si lo desean. • Involucrar a las personas de la red de convivencia, siem- pre que la persona mayor lo quiera, en la búsqueda de alternativas. • Considerar que las familias pueden ser determinantes ante la aceptación de servicios. Aunque a veces la fami- lia no tenga presencia cotidiana (o el apoyo sea limitado, por ejemplo, al área instrumental), es común que siga siendo un referente para la persona mayor a la hora de tomar decisiones. 48 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES ÁMBITO DE LA RED DE RELACIONES COTIDIANAS DE PROXIMIDAD Hay que prestar atención a las personas mayores que tienen riesgo de sufrir aislamiento social o soledad en las pérdidas que puedan producirse en su red de amistades. • Detectar situaciones en las que se da la defunción de al- guna amistad significativa y acompañar o guiar hacia otro recurso ante el impacto emocional que se pueda generar. • Facilitar la relación con las amistades cuando haya situa- ciones complejas (de la persona mayor o de los demás) que dificulten el contacto: enfermedades, pérdida de mo- vilidad, cambio residencial... Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 49 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Tener en cuenta que en situaciones de viudedad puede haber una reducción considerable del contacto con la red de amistades previa. Coexiste el luto con la reducción de apoyo y se multiplican los riesgos. • Detectar la pérdida de amistades cuando hay una separa- ción o divorcio. A veces, la persona mayor puede sentirse rechazada o apartada por el círculo de amistades de toda la vida y no encontrar espacios donde crear nuevas. T ener en cuenta, en el ámbito residencial, la importancia de la red de amistades externa para paliar la soledad y el aisla- miento social. • Reconocer las amistades como agentes aliados para la detección, la prevención y el acompañamiento. • Identificar si en la vida en el domicilio disponía de amis- tades que ahora puedan contribuir a mantener sus rela- ciones externas y acompañar en el cambio de situación vital. • Facilitar las visitas de las amistades a la residencia y ge- nerar espacios de intimidad personal: a veces, las amista- des aportan el mismo apoyo, o más, que la propia familia o tienen un papel diferente y necesario en la dimensión emocional. • Entender y respetar que la persona puede preferir no es- tablecer amistades dentro de la residencia. Los motivos pueden ser variados: para preservar su intimidad, por una serie de pérdidas en el centro, por no encontrar vínculos de intimidad satisfactorios... 50 Ámbito de la red de relaciones cotidianas de proximidad • Promover nuevos vínculos de amistad que puedan par- tir de actividades comunitarias, intergeneracionales o de voluntariado (fuera o dentro del centro). • Prever cómo, ante situaciones difíciles —diagnóstico de enfermedades, final de la vida—, la persona puede sentir- se más libre de contar sus emociones o preocupaciones a una amistad que a un familiar (con estos pueden sentir- se más culpables o responsables del impacto que pueden generar sus palabras). Acompañar a las personas mayores para quienes el paro cró- nico, la jubilación o el hecho de haber sido cuidadoras hayan supuesto un impacto por la pérdida de su identidad o de vín- culos personales. • Acompañar en la búsqueda de actividades que puedan dar continuidad a su experiencia, siempre que la persona esté motivada: actividades intergeneracionales que pro- muevan el envío de su experiencia profesional, volunta- riado como persona formadora o mentora... • Reconocer los itinerarios vitales vinculados a los cuida- dos por su valía, destacando las habilidades y las apor- taciones personales y sociales que la persona mayor ha hecho a lo largo de su vida (recomendación destinada especialmente a las mujeres, muchas de las cuales, ade- más, no han tenido ocasión de disponer de tiempo para ellas a lo largo de su vida). Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 51 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Detectar situaciones de desempleo de larga duración previas a la jubilación que puedan suponer una acumu- lación de dificultades (económicas, emocionales, de falta de red...) y acompañar a la persona para buscar nuevos espacios con el fin de generar vínculos. • Contribuir a hacer que la persona genere su propio plan de empleo del tiempo con actividades que tengan sen- tido para ella. No se trata tanto de ofrecer muchas op- ciones como de encontrar aquella actividad por la cual la persona está específicamente interesada o motivada. Ofrecer asesoramiento a las personas mayores a la hora de planificarse la vida en referencia a las actividades de ocio y formativas. • Poner a disposición de las personas mayores información sobre la oferta que tienen a su alcance para promover su formación a lo largo de la vida incluyendo, siempre que sea posible, actividades de varios niveles y distintos grados de compromiso o con opciones de vinculación múltiple (entre personas mayores, intergeneracionales, basadas en la similitud de intereses...). • Fomentar acciones en que las personas mayores puedan tener mayor participación en el diseño y despliegue de las actividades (procesos de toma de decisión colectiva, inclusión desde el inicio del ciclo del proyecto, hacerlas partícipes de la evaluación y el rediseño; ser formadoras, voluntarias, cooperantes...). 52 Ámbito de la red de relaciones cotidianas de proximidad • Indagar, cuando a la persona mayor le cueste encontrar una trayectoria, en los intereses y habilidades adquiridos a lo largo de la vida o los que nunca pudo desarrollar como trampolín para construir la planificación de su actividad. • Ayudar a buscar cuáles son las actividades que ahora tie- nen sentido para la persona mayor, ya que pueden haber cambiado con el tiempo. • Ofrecer actividades que sean accesibles y gratuitas para poder garantizar las oportunidades para todas las perso- nas mayores, considerando también los cambios que pue- da haber —de salud, económicos...—, con el objetivo de intentar mantener la actividad si la persona lo desea. • Promover el apoyo mutuo entre personas mayores en el transcurso de las actividades para facilitar los vínculos personales. Analizar, cuando sea necesario, la relación de las personas mayores con las redes sociales y las tecnologías de la infor- mación y la comunicación (TIC) y facilitar su buen uso. • Ofrecer servicios que se fundamenten en los dispositivos y las aplicaciones digitales para mantener, fortalecer y am- pliar la red de amistades de la persona mayor. • Valorar el uso que hace de las redes sociales y las TIC con el fin de detectar personas que no tienen acceso a estas, las necesidades de aprendizaje digital, las personas con riesgo de estafa a través de medios tecnológicos o la vul- neración de derechos y las barreras digitales al acceder a servicios. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 53 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Facilitar, a las personas mayores que no tengan acceso y estén motivadas, recursos y equipamientos que les permi- tan acceder a las TIC. • Organizar actividades formativas para promover un uso positivo de las TIC, así como reflexionar sobre el impacto que estas pueden tener y sobre los riesgos de generar ma- lestar psicológico (fake news o noticias falsas, sobreinfor- mación, edadismo...). Promover actividades en grupo para incentivar la interac- ción y la red de amistades, así como las experiencias positivas a la hora de relacionarse con otras personas. • Promover, en la medida de lo posible, actividades grupa- les presenciales de cariz informal con el propósito de fa- vorecer la relación y la construcción de vínculos naturales entre las personas. • Organizar actividades de proximidad con otras personas (mayores o no) basadas en compartir intereses e inter- cambiar experiencias y aficiones. • Generar espacios de encuentro que faciliten la interac- ción, apoyando a aquellas personas que, por situaciones de soledad crónica, perciban un déficit en sus habilidades relacionales. • Ofrecer opciones en el domicilio (llamadas, visitas, me- dios tecnológicos) cuando por cuestiones de accesibili- dad no sea posible la presencialidad. • Facilitar el apoyo emocional mutuo ante situaciones complejas y la reflexión sobre la soledad durante el en- vejecimiento. 54 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES ÁMBITO DE LA DIMENSIÓN COMUNITARIA Prestar atención a los vínculos que tiene la persona que sien- te soledad con su comunidad. • Analizar la presencia de factores de riesgo y de protec- ción con respecto a su interacción con la comunidad: grado de participación y oportunidades, red comunitaria y calidad del vínculo, reciprocidad del apoyo. • Identificar, dentro del universo particular de vinculacio- nes que tiene la persona mayor, cuáles son o han sido los agentes clave de su comunidad. • Construir con la persona mayor un mapa de las interac- ciones con los diferentes agentes de la comunidad, con- Ámbito de la dimensión comunitaria 55 cretando aspectos cuantitativos (frecuencia, número, duración...) y cualitativos (tipo de apoyo, direccionalidad, multiplicidad del apoyo...). Incluir lo siguiente: vecinos y vecinas en diferentes dimensiones (escalera, manzana, barrio); uso que hace de equipamientos, espacios públi- cos...; vínculo con asociaciones, entidades, espacios de participación..., y relación cotidiana con comercios, far- macias, mercados... Cuando sea necesario, se puede construir un mapa geográ- fico de la distancia física entre la persona mayor y su red de apoyo. • Se trata de conocer la distancia a la que se encuentran de sus familiares, amistades, equipamientos, servicios bási- cos y servicios de salud, partiendo del lugar donde viven y sus condiciones de movilidad. • Detectar las facilidades o las dificultades de transporte que pueden tener para acercarse o recurrir a la red de apoyo cuando les haga falta (disponibilidad de transpor- te, proximidad, horarios, recursos económicos, etc.). • Facilitar a las personas que lo necesiten información y recursos para mejorar la movilidad (apoyos, ayudas de transporte...). • Promover actividades que pongan en contacto a perso- nas del barrio con el fin de facilitar nuevas relaciones y vínculos que densifiquen la red de apoyo más próxima. 56 Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento A ctivar la vecindad como agente contra la soledad y el ais- lamiento social de las personas mayores. • Identificar señales de deterioro de las relaciones de ve- cindad (gentrificación, que se vayan debido a los precios de la vivienda, individualismo, edadismo, racismo...) y el impacto en las relaciones cotidianas y de apoyo de la per- sona mayor. Frases como “ya no tengo a quien dejar mi llave” o “todos los vecinos se han ido marchando” son manifestaciones indirectas que aportan mucha informa- ción sobre esta dimensión. • Tener en cuenta que, ante un cambio de domicilio (por separación o divorcio, para mejorar la accesibilidad ante una reducción de la movilidad de la persona o de la pare- ja...), se pueden perder los vínculos de vecindad construi- dos a lo largo de la vida. Facilitar la conexión con el nuevo barrio y la acogida. • Capacitar al vecindario como agente detector ante situa- ciones de soledad durante la vejez, realizando campañas de sensibilización e impulsando en los barrios acciones desde la comunidad que tengan sentido en el contexto concreto. • Generar oportunidades de mantenimiento y fomento de las relaciones sociales y de ayuda mutua en los barrios, de manera que las personas mayores sean receptoras y proveedoras de apoyos (reciprocidad vs. transaccionali- dad). Ámbito de la dimensión comunitaria 57 Activar el comercio de los barrios como agente detector de situaciones de soledad y de aislamiento social. • Reconocer la importancia del pequeño comercio como es- pacio cotidiano de relaciones interpersonales ante mode- los comerciales en cadena, de gran superficie, desperso- nalizados o distanciados de los domicilios. El comercio de barrio contribuye a hacer que la persona mayor que siente soledad cuente con rutinas que implican interacciones y oportunidades de conversación y apoyo en su día a día. • Sensibilizar al pequeño comercio sobre la soledad y acer- carlo y empoderarlo para participar en programas comu- nitarios contra la soledad. • Mantener los mercados de barrio como espacio de inte- racción y de encuentro del vecindario, relevantes para fo- mentar la identidad de la comunidad y el sentimiento de pertenencia al barrio. Promover espacios de participación inclusivos y centrados en las necesidades y deseos de las personas mayores de la comunidad. • Tener en cuenta en la zona de referencia de la persona a las entidades, asociaciones y espacios de participación ciuda- dana que nos permitan distinguir activos comunitarios (se recomienda consultar los mapas de activos existentes). • Centrar las estrategias en las personas mayores y tenien- do siempre en cuenta su subjetividad y voluntad a la hora de valorar y actuar sobre su problemática, poniendo en marcha procesos participativos de base. 58 Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Plantear estrategias para llegar a todas las personas ma- yores que puedan sentir soledad (y atender las especifici- dades de cada situación): personas mayores migrantes, con un alto poder adquisitivo, diversa orientación sexual, no binarias... • Promover la reflexión activa dentro de la comunidad so- bre la problemática, con el objetivo de que los diferen- tes agentes se apropien del proceso y se resignifique la práctica hacia un proyecto comunitario autogestionado o empoderado. Llevar a cabo acciones que hagan del territorio más próximo un espacio accesible y donde se potencien las relaciones sociales. • Detectar barreras que perjudican la participación y las rela- ciones sociales de calidad y también espacios que las favo- recen. Involucrar a las personas mayores, las asociaciones de vecinas y vecinos, las entidades de personas mayores, etc., en esta detección. • Incluir las demandas desarrolladas en espacios donde par- ticipan personas mayores. • Proponer cambios para conseguir que el espacio público del territorio sea un espacio de relación social y accesible. • Promover la participación de la comunidad en su diseño. • Promover actividades de relación entre los vecinos y veci- nas favoreciendo también espacios con un diseño interge- neracional (que provoquen el encuentro y la interacción de diferentes generaciones). • Acercar los recursos, actividades y programas del terri- torio que tienen como objetivo fomentar las relaciones Ámbito de la dimensión comunitaria 59 sociales y la participación de las personas mayores en la comunidad. • Ofrecer la información de manera diversa y adaptada a las preferencias y posibilidades de las personas (correo pos- tal, carteles, llamadas...). Generar una estrategia conjunta desde las profesionales y las organizaciones del territorio para hacer frente a la sole- dad y el aislamiento social de las personas mayores. • Elaborar un mapa de profesionales, servicios y entidades vinculados al tratamiento de la soledad en la zona y anali- zar conjuntamente el rol y las potencialidades de acción de cada agente (se pueden establecer comisiones, grupos de trabajo, mesas...). • Aumentar el conocimiento sobre la situación de la soledad en el territorio y sus especificidades (causas, impactos, zonas de calor o de alta incidencia...), así como las pers- pectivas de futuro de la problemática en nuestro contexto particular. • Desestigmatizar las situaciones de soledad y combatir el edadismo con acciones de sensibilización destinadas a los profesionales y a la ciudadanía general. • Incluir en los procesos de decisión a las personas mayores, las asociaciones y las entidades. • Garantizar que haya equipamientos y programas durante los periodos de vacaciones. • Establecer espacios comunitarios sobre el abordaje de la soledad durante el envejecimiento e impulsar acciones para trabajarla (mesas comunitarias, formaciones, circui- tos...). 60 Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento • Trabajar en red para valorar de forma conjunta la mejor es- trategia para abordar la situación; el espacio multidisciplinar amplía las posibilidades de encontrar y plantear alternativas. • Implicar en la intervención a áreas o servicios sectoriales que tienen relación directa con las causas o factores de ries- go de la soledad con el fin de establecer medidas comunes (participación, urbanismo, movilidad, medio ambiente, tran- sición energética, transición digital, cultura y educación, co- mercio y mercados...). Priorizar el fomento de comunidades cuidadoras y de ba- rrios libres de las discriminaciones y desigualdades que fo- mentan las causas sociales de la soledad. • Facilitar información sobre los derechos de las personas mayores y dar a conocer recursos a los que pueden dirigir- se en caso de sentirse discriminadas (por razón de género, edad, origen...). • Concebir que las situaciones de discriminación exigen una respuesta comunitaria e involucrar a los diferentes agen- tes en su detección, denuncia y acompañamiento. • Destacar los cuidados dentro de la comunidad y fomentar la cultura del apoyo mutuo, para poner fin así al individua- lismo y la autosuficiencia imperante que oculta las vulne- rabilidades humanas. • Promover un ritmo de barrio pausado, amigable y respe- tuoso con las diferentes necesidades de las personas y que genere oportunidades para la interacción de calidad y el mantenimiento y la generación de vínculos. 62 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES ÁMBITO DE LA PERSONA MAYOR Atender la acumulación de factores de riesgo del sentimiento de soledad o aislamiento social de la persona mayor. Considerar las verbalizaciones indirectas que puedan mostrar que la persona se siente sola. Construir un mapa relacional de las personas mayores que creemos que sufren soledad o aislamiento. Crear un mapa de empleo del tiempo con las personas mayores que pueden sentir soledad o aislamiento. Contribuir a crear espacios de intervención donde la escucha activa y la expresión emocio- nal sean posibles. Averiguar cuáles son su historia de vida, sus preferencias y sus intereses para buscar conjuntamente alternativas personalizadas ante la soledad. Activar las alianzas y los agentes del mapa relacional de la persona mayor. Ofrecer y presentar actividades que sean accesibles para todas las personas mayores. Estar alerta a situaciones o periodos en que la soledad impacta en la persona con mayor gravedad. Observar si se produce un acontecimiento vital que pueda ser fuente de soledad y buscar el apoyo específico más adecuado. Impulsar acciones para desestigmatizar la vejez y el hecho de estar solo. ÁMBITO DE LA RED DE CONVIVENCIA Conocer la situación familiar o de convivencia de las personas mayores que pueden estar sintiendo soledad o aislamiento social. Desarrollar estrategias que aseguren el bienestar físico y emocional de las personas en el lugar donde viven. Prestar especial atención a los aspectos relacionales de su entorno de convivencia. Entender la complejidad de la problemática y facilitar opciones considerando la ambi- valencia que puede haber entre preferir la vida en el domicilio y sentirse sola en un hogar unipersonal. Acompañar, en caso de requerirse mayor intensidad de los cuidados, y aconsejar sobre la mejor opción de vivienda en función de las posibilidades, las necesidades y las preferencias. Activar estrategias de apoyo si hay una situación de cuidados en el domicilio que pueda influir en el sentimiento de soledad. Atender el impacto emocional de los cambios sobrevenidos que puedan suceder en la red de convivencia. Promover una visión de las relaciones que contribuya a reducir la culpa que puedan sentir los familiares ante la situación de soledad. Trabajo de detección o prevención Trabajo de acompañamiento o seguimiento 63 Trabajo de detección o prevención y de acompañamiento o seguimiento ÁMBITO DE LA RED DE RELACIONES COTIDIANAS DE PROXIMIDAD En aquellas personas mayores con riesgo de sufrir aislamiento social o soledad, hay que prestar atención a las pérdidas que puedan producirse en la red de amistades. Ofrecer asesoramiento a las personas mayores a la hora de planificarse la vida en referencia a las actividades de ocio y formativas. Promover actividades en grupo para incentivar la interacción y la red de amistades, así como las experiencias positivas a la hora de relacionarse con otras personas. Tener en cuenta, en el ámbito residencial, la importancia de la red de amistades externa para paliar la soledad y el aislamiento social. Acompañar a las personas mayores para quienes el paro crónico, la jubilación o el hecho de haber sido cuidadoras haya supuesto un impacto por la pérdida de su identidad o de vínculos personales. Analizar, cuando sea necesario, la relación de las personas mayores con las redes sociales y las nuevas tecnologías y facilitar su buen uso. ÁMBITO DE LA DIMENSIÓN COMUNITARIA Prestar atención a los vínculos que tiene la persona que siente soledad con su comunidad. Activar el comercio de los barrios como agente detector de situaciones de soledad y de aislamiento social. Cuando sea necesario, se puede construir un mapa geográfico de la distancia física entre la persona mayor y su red de apoyo. Activar la vecindad como agente contra la soledad y el aislamiento social de las personas mayores. Promover espacios de participación inclusivos y centrados en las necesidades y deseos de las personas mayores de la comunidad. Llevar a cabo acciones que hagan del territorio más próximo un espacio accesible y donde se potencien las relaciones sociales. Generar una estrategia conjunta desde las profesionales y las organizaciones del territo- rio para hacer frente a la soledad y el aislamiento social de las personas mayores. Priorizar el fomento de comunidades cuidadoras y de barrios libres de las discriminacio- nes y desigualdades que fomentan las causas sociales de la soledad. 64 RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES 3.1 P ROPUESTA DE EVALUACIÓN DE LAS ACTUACIONES PARA TRABAJAR LA SOLEDAD Ofrecemos una serie de cuestiones que pueden ayudarnos a valorar dife- rentes aspectos relacionados con la soledad y el aislamiento social, vincu- lados a factores de riesgo, de evaluación y de intereses y preferencias de la persona mayor, principalmente. Se trata de preguntas abiertas que tienen la intención de ser orientativas, de ayudarnos a dar pasos en el camino que nos acerca a conocer cuál es la situación y el impacto que tiene, así como a acompañar a la hora de abordarla. Las preguntas responden a los cuatro ámbitos de actuación tratados en esta guía y pueden utilizarse en clave de análisis de medidas preventivas, de detección, de acompañamiento o de evaluación de la intervención en las distintas fases del proceso. Ámbito de la persona mayor • ¿Sabemos si hay acontecimientos vitales o factores de riesgo personales que puedan ser fuente de soledad? • ¿Sabemos qué relaciones tiene la persona en su día a día y si cuenta con apoyo cuando lo necesita? • ¿Conocemos cómo la hace sentir la situación y cómo prefiere abordarla? Ámbito de la red de convivencia • ¿Conocemos cuál es la situación familiar y de convivencia de la persona y cómo la hace sentir? • ¿Sabemos cómo valora emocionalmente el apoyo recibido de su red de convivencia? • ¿Conocemos los recursos para dar apoyo ante situaciones complejas en la red de convivencia? RECOMENDACIONES Y ORIENTACIONES 65 Ámbito de la red de relaciones cotidianas de proximidad • ¿Conocemos el estado de su red de amistades y qué satisfacción y apoyo percibe? • ¿Conocemos cuál es su motivación al generar nuevos vínculos de amistad o mantener o recuperar vínculos anteriores? • ¿Sabemos cómo quiere desarrollarse personalmente? Ámbito de la dimensión comunitaria • ¿Conocemos si se siente vinculada al barrio o a la comuni- dad? • ¿Sabemos cuáles son las oportunidades de participación y apoyo de su entorno comunitario y si la persona las conoce? • ¿Trabajamos de forma conjunta con otros profesionales, ser- vicios y entidades del territorio? 646 RECURSOS DEL ENTORNO CON LOS QUE PODEMOS TRABAJAR CONJUNTAMENTE RECURSOS DEL 67 ENTORNO CON LOS QUE PODEMOS TRABAJAR CONJUNTAMENTE A continuación se propone una recopilación gráfica en forma de red de diferentes recursos y servicios de la ciudad con los que pueden crearse alianzas para hacer frente a la soledad, especialmente durante el proceso de envejecimiento. Algunos de estos recursos son equipamientos y servicios que pueden contribuir a la tarea de detección de situaciones de soledad. Otros tienen una función más de acompañamiento y seguimiento de estas situaciones. También hay servicios y programas que pueden tener ambas finalidades. Este mapa es un punto de partida, una recopilación de algunos de los programas que podemos tener presentes a la hora de pensar en alternativas de abordaje y en agentes aliados. Es necesario analizar, en cada territorio específico vinculado a la persona mayor, los servicios y programas existentes en la comunidad de referencia, con el objetivo de disponer de un amplio abanico de oportunidades que nos ayuden a tejer una red de apoyo personalizada ante las situaciones de soledad. Servicios y equipamientos para la detección de situaciones de soledad de las personas mayores Servicios y equipamientos para el acompañamiento de situaciones de soledad de las personas mayores Servicios y equipamientos para la detección y acompañamiento de situaciones de soledad de las personas mayores 68 Actividades Asociaciones de culturales personas mayores CSMA Barcelona Cabàs Cuida Konsulta’m+22 emocional Centros sociales Centros Viviendas tuteladas Radares y espacios de residenciales o con servicios Mercados personas mayores Servicios en el Servicios Servicios VinclesBCN espacio público Sociales de salud Red de bibliotecas Servicios y equipamientos para la detección de situaciones de soledad de las personas mayores Servicios y equipamientos para el acompañamiento de situaciones de soledad de las personas mayores Servicios y equipamientos para la detección y acompañamiento de situaciones de soledad de las personas mayores 750 PARA SABER MÁS PARA SABER MÁS 71 • Ayuntamiento de Barcelona (2021). Guía para la prevención, de- tección y acompañamiento de adolescentes y jóvenes en situa- ción de soledad. Concejalía de Infancia, Juventud, Personas Ma- yores y Personas con Discapacidad. Ayuntamiento de Barcelona. • Ayuntamiento de Barcelona (2021). Estrategia municipal contra la soledad 2020-2030. Dirección de Servicios de Infancia, Juventud y Personas Mayores. • Celdrán, M. (2021). ¿La soledad es una buena compañera de viaje en mi vida? Barcelona contra la Soledad. Ayuntamiento de Barce- lona. • Cohen-Mansfield, J.; Hazan, H.; Lerman, Y.; Shalom, V. (2016). “Correlates and predictors of loneliness in older-adults: A re- view of quantitative results informed by qualitative insights”. International Psychogeriatrics, 28(4), págs. 557-576. • Instituto Nacional de Estadística (2018). Notas de prensa. Proyec- ciones de población 2018. 10 de octubre de 2018. • Losada Baltar, A. et al. (2018). “Ambivalence and guilt feelings: Two relevant variables for understanding caregivers’ depressive symptomatology”. Clinical Psychology & Psychotherapy, 25(1), págs. 59-64. • Losada Baltar, A. et al. (2020). “Diferencias en función de la edad y la autopercepción del envejecimiento en ansiedad, tristeza, soledad y sintomatología comórbida ansioso-depresiva durante el confinamiento por la COVID-19”. Revista Española de Geriatría y Gerontología, 55, págs. 272-278. • Martínez, R. y Celdrán, M. (2019). La soledad no tiene edad: ex- plorando vivencias multigeneracionales. Barcelona: Observatorio de la Soledad. Fundación Privada Amigos de los Mayores. • Martínez, R. (2022). Detectar la soledad durante el envejecimien- to. Una guía. Barcelona: Observatorio de la Soledad. Fundación Privada Amigos de los Mayores. 72 • Muñoz, M. et al. (2021). Guía de buenas prácticas contra el estig- ma. Universidad Complutense de Madrid. Grupo 5. • Pinazo, S. y Donio-Bellegarde, M. (2018). La soledad de las perso- nas mayores. Conceptualización, valoración e intervención. Fun- dación Pilares para la Autonomía Personal, colección Estudios, 5. • Pinazo, S. (2022). “15 de junio. Día de la toma de conciencia del abuso y maltrato a las personas mayores”. Newsletter de la Socie- dad Valenciana de Geriatría y Gerontología, 26, págs. 1-8. • Pinazo, S.; Costas, C.; Costas, E. (2021). Sociedades longevas ante el reto de los cuidados de larga duración. Revisión de litera- tura científica y especializada. Observatorio Social de “la Caixa”. • Sala, E. (2020). La soledad no deseada durante la vejez, un fenó- meno complejo objeto de las políticas públicas. Observatorio de la Soledad. Fundación Privada Amigos de los Mayores. • Warburton, J. y Lui, C. (2007). Social isolation and loneliness in older people: A literature review. Queensland: Australasian Cen- tre on Ageing. • Yanguas, J. (2020). La soledad en las personas mayores, preva- lencia, características y estrategias de afrontamiento. Fundación “la Caixa”. • Yanguas, J. (2020). Personas mayores: Fortalezas que surgen de la adversidad. Obra Social “la Caixa”. • Yanguas, J. (2021). Pasos hacia una nueva vejez. Barcelona: Edi- ciones Destino. • Yanguas, J.; Cilveti, A.; Hernández, S.; Pinazo, S.; Roig, S.; Segu- ra, C. (2018). "El reto de la soledad en la vejez". Zerbitzuan, 66, págs. 63-71. PARA SABER MÁS 73 LECTURAS RECOMENDADAS • Broome, S. (2016). The Missing Million: A Practical Guide to Iden- tifying and Talking about Loneliness. • Coll Planas, L. (2017). Solitud, suport social i participació de les persones grans des d’una perspectiva de salut. Tesis doctoral. Fa- cultad de Medicina, Universidad Autónoma de Barcelona. • Coll Planas, L. (2021). Las relaciones sociales: ¿fuente de salud o foco de contagio? Barcelona contra la Soledad. Ayuntamiento de Barcelona. • Pérez Salanova, M. (2020). “Envejecimiento y rutas de partici- pación en la era urbana: ¿hay que impulsar nuevos paisajes?”. Barcelona Societat, Revista de Investigación y Análisis Social, 25, págs. 14-26. • Sala, E. (2020). La soledad no deseada durante la vejez, un fenó- meno social. Barcelona: Mesa de Entidades del Tercer Sector So- cial de Cataluña, colección “Debates Cataluña Social, Propuestas desde el Tercer Sector”, 60. Descarga la guía barcelona.cat/personesgrans barcelona.cat/soledat