*~~~~~:~~L DC PARQUES y JARDINES -D'-BARCELONA REVISTA DEL PARQUE ZOOLOGICO DE BARCELONA ACUARIOS EN EL PARQUE ZOOLOGICO DE BARCELONA CONSTRUIDOS POR: ECISA COMPAÑIA CONSTRUCTORA S.A. •s 1.I.:n:1ar1 o Autores Antonio Jonch Cuspinera Director del Parque Zooloprco de Barcelona Prof. Or. Francisco Bernis Catedratrco de la Facultad de Crencias de la Uruversrdad de Madrid Rosaria Nos de Nicolau Bióloqo Conservador del Parque Zooloqico de Barcelona Antonio M.B Clavillé Doctor Arquitecta Jorge Sabater Pi Conservador del Parque Zoológico de Barcelona Or. Enrique Balcells Rocamora Director del Centro Pirenaica de Biologia Experimental de Jaca Or. Xavier L/abell Medico Patólogo del Parque Zooló qrco de Barcelona PORTADA Ejernplar de tigre de Bengala. nadando en la piscina de su ins- talacrón, en el Zoo de Barcelona servicro municipal de parques y jardines de Barcelona N.O 11 JULIO 1971 Artículos Págs. ----- -- --- ---- El hombre frente al dilema Tecnocrácia- Naturaleza . 3 De la Avifauna Española: Aves de Ciu- dad y Aldea . 7 El aprendizaje en los animales . 12 El nuevo Terrario y los Servicios de Per· sonal del Parque Zoológico de Barcelona 17 El mono Mandril, este desconocido del Africa occidental 20 Labor y cometido del Centro Pirenaico de Biología Experimental en el estudio de los animales vertebrados . 23 Posturas y actitudes del gorila albino "Copito de rueve" en el Parque Zoo- lógico de Barcelona. . . . . . .. . . 27 El reino animal en la medicina anterior a Hipócrates . 28 Actualidad zoológica en el mundo. . . . . . 32 Unión lbérrca de Zoos .... 34 r o o o o s r t c Legal B. 20316 - 1971 Impresa en Greftc as Mendoza. S. A. I --~ ~--- ~-- -- REDACCION y ADMINISTRACION. Servrcro Municipal de Parques y .Jardme s , Avda Marqués de Conullas , Parque de Montjuich Barcelona PUBLlCACION CUATRIMESTRAL· SUSCrlpCIOn- España 150 Ptas· Extranjero 175 Ptas' DIRECTOR Juan Pedret Muntañola - EQUIPO DE REDACCION: LUIS Ferrer Lopez. Gerente - .Io aqum M a Casamor de Espona. Director Tecruco (Parques) . Antoruo Jonch Cuspinera. Director Técrnco rZoc) - Rosano Nos de Nicolau, Conservador . Jorge Sabater PI, Conservador - José Juan Ramos. Jefe del Gabrnete Tecruco Juan Mrr as Manilas. Equipo Iecruco - Jorge Sabater P, y Archrvo Zoo, Fotoqrafra s y Dibujos. Arturo López Morales CONTRATISTA DE OBRAS Pza. Obispo Urquinaona, 11, pral. 2.a, despacho B - Teléfono 231 84 48 BARCELONA-10 Toda celebración tiene dos facetas o aspectos que, si bien se armonizan, son en cierto modo antagónicos. Uno es de aplauso y regocijo, festejando la llegada, el alcance de un propósito. El otro es de concentración, de aire preocupado, puesto que es el depositario de un denso cuestionario con difíciles premisas para escalar nuevas cimas y estadios. La vida, en definitiva, es una carrera sin fin, donde sólo se valoran los finales de etapa. Acaba de celebrarse el «11 Congreso de la Unión Ibé- rica de Zoos .., en el cual los conceptos «Conservaclón de la Naturaleza .. y «educaclonismo .., en sus más amplios y variados aspectos, han quedado bien patentizados, eVI- denciando un magnífico binomio de algo que se necesita en tal alto grado y ostensible proporción y aun mejor diríamos que integran un solo conjunto. Nunca podrá ha- ber proteccionismo auténtico si no podemos depositarlo sobre una base educacional sólida. Nada puede esta- blecerse si no se está convencido y para ello hay que estar debidamente educado Ouizá alguien podrá pensar, en un tan elemental como equivocado razonar, que todo ha concluido ya y aquellas consignas han dejado de ser actualidad. Otros creerán que estas temáticas no les afectan y que sólo van des- tinadas a ciertos sectores concretos o especializados. Se equivocan los que así razonan. La Naturaleza, factor al cual vamos a referirnos, mteresa a todos y de una ma- nera perenne. Su conservación es vital para nuestra exis- tencia. Como hemos dicho en el concepto genérico de celebración, gocemos examinando lo que se ha llevado a cabo pero, sobre todo, tomemos conciencia y aun diríamos, preocupémonos muy hondamente, de lo que falta por ha- cer y que es ineludible a la racional condición humana, empezando por la propia exrstencia fisiológica. El hombre no es pr opretar¡o de ningún sector de la Na- turaleza, sino usufructuario de aquello que, para su dis- frute, pero en custodia, magnánimamente se le ha desig- nado. Por otra parte es lógico y aún necesario, que desee utilizarlo en su mejor provecho. Cuando el hombre toma el concepto de «ser social» y cambia su debilidad física, respecto a las facultades de El hombre frente al dilema TECNOCRACIA NATURALEZA Antonio Jonch Cuspinera Los flamencos de Chile y una exótica y cuidada vegetación decoran el drntel del Aquarama Barcelona. cualquier animal, supliéndolas por la herramienta que ha concebido su inteligencia, empieza a dominar el mundo. La Naturaleza, sector a sector, se le va rindiendo y aquel disfrute, sin presentirlo, se traca en abuso. Todo ello transcurre, insistimos, sin mala intención y es sólo la consecuencia de la cualidad que más le significa: el egoís- mo. Con este signo crece, pero con él se destruirá, a su vez, sino raciona con ímpetu. La agrupación familiar se elevó a pueblo y éste a ciudad. El sílex y el metal se hicieron máquina. Se engen- dró la palanca y otras derivaciones y surgió la rueda, el más sensacional de los inventos humanos: si conociéra- mos a su creador palidecerían los nombres de nuestros astronautas Tal es la trascendencia que podemos con- cederle. La técnica engendró la máquina dentro del voluminoso vientre de la fábrica. El hombre, hecho gigante, va acer- cándose al monstruo. El ideal es mecanizarlo todo, sus visceras. sus actividades, hasta interferir su misma ca- pacidad cerebral con el «cerebro electróníco». El hombre se deshumaniza y está a punto de surqrr el «robot». Todo ello nos lleva a la atalaya desde la cual domina- mos un mundo de maravilla. Hemos de sentirnos orgu- llosos de nuestra potencia, pero no podemos estar satis- fechos si, incorporando a nuestra facultad de raciocinio las gafas de la sencillez, desde este mismo púlpito del tnunlo, donde se certifica la grandeza, nos es dable ob- servar a la Naturaleza maltrecha, profanada y esquilma- da por un exceso de aquella obsesión que nos ha en- cumbrado, pero que ahora nos amenaza con perder el don supremo del sosiego y la tranquilidad. Venimos de la tierra y a ella hemos de volver pero, no simbólicamente, sino fundiéndonos con ella íntimamente hasta resucitar físicamente en forma de árbol, de roca o de animal. Todo nuestro ser es producto de otros seres y la ley de la restitución, que es implacable, nos exige la equidad. La Naturaleza, que es el paisaje -esta mezcla de relieves pétreos, por donde pululan los animales, en- marcados entre las plantas- es nuestra verdadera estan- cia y como cosa propia y del bien común, es inconse- cuente el atentado. 3 En el lago San Maunclo del Prrlne o catalán, los troncos y las raíces de los abetos muertos, adqurer en formas y volúmenes de tipa escultural que valorrz an el paisaje. No podemos ir contra el avance, pues sería negarnos la facultad del racrocrruo que polarrza nuestro cerebro Pero tarnpoco podemos olvidar y es ello una sabia lec- cron practica, que el abuso con que han pecado todos los qrandes imperios de la Tierra, cuando han rebasado el Iirrute de la prudencia y la sensatez. nos llevará, como aquéllos, a la destrucción Es tnste la historia de la hurna- rudad. baja este punto analítica, que, rerterándose una y otra vez, parcce poner en entredicho la gran bondad que atnburrnos al hornbre La demografia humana está doblando sus efectivos a marcha acelerada Su consecucron. dice la estadística, se producrrá al finalizar el actual siglo El hornbre crece en numero y en exrqencias y, paralela- mente, la Tierra se empobrece en rnaterta orgánica, las aguas se contarrunan. la atmosfera denota unos índrces de polucrón que estan haciendo encender la -Iuz raja» de la alarma El bosque cede su hegemonía ante la preston de la ciudad y sus arterias vrtales. que son las carreteras; el campo de cultivo le discute su racronalidad Las aguas se densrfican con los residuos mdustrrales y se hacen estén les a la vida y la red de las íábncas seca sus cauces El animal silvestre no trene ya refugio y la preston a que lo han sometrdo, le esta oblrqando a una claudica- clan sm condiciones; sm bandera de cornbate se retira doblegándose ante el engendro brolóqrco que representa pi animal domestico Así, o de manera parecrda, nos vernos obhqados a ra- zonar frente al espectaculo que se nos presenta e intui- mos No obstante, miranda a la otra cara, aquélla que co- rresponde al mundo que se ha converudo en denominar de la -crvrhzacion-. nos sonreímos contemplando su fa- ceta mas destacada y que es, sin duda, la marulestacrón tecnocratrca que nos pres-de y a la que tan intunarnente estarnos ligados Hornbres. Naturaleza y tecnocracia se enfrentan y con la razón y la fuerza a la vez, cada uno trata de justihcarse y prevalecer No puede haber obser- vador consciente y neutral a la vez, porque, cualqurera que lo pretendiere, quedaría poserdo de un escalofrío enfer- rruzo Entonces, SI con un poder, dinamos. de orden cast 4 sobrenatural, pudiéramos hacer desaparecer e imaginar- nos al hornbre primitivo, sin máquinas perfeccionadas, exento de las maravillas de la química y de la física y tan sólo dotado de unos ernprrisrnos de estos recursos, cuyo alcance resultará prácticamente inadvertido y por tanto inocuo para nuestro medio ambiental, ¿podríamos formular un plebiscito de aquiescencia o repudia? No hay duda que una gran legión de seres, quizás, exclamarían antes de terminar la pregunta con un rotundo -desearnos la srmplicrdad». Pero transcurrida la espontaneidad y razo- nando bajo un sentido realista, ¿no nos haría bajar la voz y a rnuchos rectificar, aceptando todo lo concebido ? Sea saludable o no, lo hayamos condenado o bendecrdo, lo cierto y verdadero es lo que significa y como debernos comportarnos ante esta mecanización impuesta. Adentrán- donos en el rnundo Imparcial de las cifras y tomando como ejernp!o algunos aspectos, nos podemos dar cuenta de lo que representa el que se incorporen, dentro de nues- tro medlo ambiental y de manera obligada, cada año, 200 millones de toneladas de productos residuales: la alar- mante, pero necesaria, presencia de pesticidas y el que podríamos llamar «Indlce DDT», por ser como un patrón entre ellos, con 500 mil toneladas de reparto, a razon de unas 50 000 toneladas anualmente; la disminución del por- centaje de oxígeno en la biosfera, contrarramente al au- mento del monóxido de carbono y otros gases nocivos; el petróleo, esparciéndose por el rnundo, como gigantesco espectro de la imagen tan conocida de la -rnancha de aceite » hecha realidad y así tantos y tantos perjuicios pro- vocados a causa de una civilización concebida por una legión de hornbr es. prácticamente sin nombres y que, mordiendo su propia carne, van extqiéndole. como moneda de pago corriente, la enfermedad y aun la propia vida. Pero siguiendo por el camino del razonarruento a tra- vés de la estadística un tanto global, ¿no es también cierto que, en otro sentido que el directo y exclusivo de mirar a la Naturaleza de frente y todos los agravios an- tes esbozados, se vive hoy día un tanto mejor que en otros tiempos ? ¿Si se provocan enfermedades no se com- baten rnuchas otras? ¿De donde proviene esta explosión demográfica que situaba al hornbre y en el siglo XVII, en unos 500 millones de habitantes, hasta establecerla en un censo siete veces rnayor, sumando los 3 500 millones de seres y, dentro de muy poco habrá todavía de duplicar- se ": ¿no estarán, entre otras causas motivadoras de esta reducción, el bajo porcentaje de la mortalidad infantil y la aparición de fármacos y productos dietéticos raciona- hzados? Y si así es ¿quién nos lo ha puesto en la mano sino la química y la máquinas, concebidas en el rnisrno cerebro humano, a que antes hemos juzgado como causa de la destrucción? Todos decirnos que el automóvil nos está aplastando, pero ante sus drseños. al contemplar una exposición de modeles. nos extasiamos Ello se rep.te en todos los árn- bitos, mcluyendo las más diversas pr efer encras y aplica- ciones. Cuando llegamos al reino de la máquina calcula- dora, al cerebro electrómco, hoy aceptado con el nom- bre, drqarnos normal, de -ordenador » y formando parte de toda una auténtica crencla. la -Informática .., se nos abre una nueva y trascendente perspectiva Su presencia en los rnás diversos estadios del proceso industrial y comercial del hornbre y hasta en el de actividades diver- sas, como la medicina, enseñanza, etc., va imponiéndose como factor Imprescindible. Su utilización reporta ahorrar- nos tiernpo, memor ia. complejidad de archivos y sobre todo, exactitud y convergencia de resultados, aceptando preguntas efectuadas desde ángulos distmtos. imposibles de reahzar confiandolos al más superdotado -cerebro de hornbre». El -rayo laser » y todas sus derivaciones, rnuchas de ellas ya hechas operancra y que hace tan sólo dos dece- mos o, incluso uno, no tenían ni denominación. El hom- bre no podrá ya subsistir sin la máquina, convertida en auténtico .. órqano» de su propio ser. Tampoco la máquina podrá vivir sin el hombre, negándole este sentido divino que alguien quiere atribuirle, otorgándole ..per sonalidad» y postergando a su creador. El monstruo no existe y el hombre y su inspiración, siguen y seguirán siendo el eje del mundo. La ciencia-ficción no era una quimera, sino que, al igual que los vaticinios de Julio Verne o de Leo- nardo de Vinci, son autenticidades. No hay duda que, en gesto de estricta justicia, anonadados de tanta profundr- dad y perspectivas, hemos de hincar rodilla al suelo y proferir una oración de gratitud, hurmlde y encendida, por la capacidad de que está dotado nuestro cerebro, tan grande como asustadizo. Ouizá sea cierto, y ello muchos nos alegraría, que la denominación ..ínconscrencia» del hombre o ..afán crea- dor en desmesura», haya llegado a su cénit y entrado en una consoladora fase de estabi lización Habiéndose dado cuenta de donde podría conducirle su conducta, está neu- tralizando sus efectos y desvíos y cada innovación trata de buscarle lo que podríamos considerar un antídoto Na- die puede negar que la rnultiphcación de los indrviduos está tratando de ser resuelta con el mayor rendimiento de la nerra de cultivo y obtencrón de productos alimenti- clos. Los 60 millones de nuevos estómagos que se abren cada año, se irán atendiendo mcrernentando el almacén de comestibles y potencializando los existentes. Parece ser que los 800 rrullones de seres que solamente comen bren en el mundo, en contra de los 1 900 millones que comen mal y aún mueren de hambre, son debidos más que a la falta de alimentos nutritivos, a su deficiente dis- tribución, el ordenador y la informática lo resolverán. Di- cese que la humanidad puede aun crecer varias veces y no resentirse por falta de materias nutritivas; la utrliza- ción del agua del mar para el riego, los abonos y la ro- turación de las inmensas extensiones de tierras, hoy esté- riles, pueden muy bien solucionar el problema. Las aguas residuales, los humos y otras mil deriva- ciones de la industrialización, están mereciendo una in- tensa dedicación para dominarlos y ello se ha comprobado, experimentalmente, que es posible. La bioquímica es otra ciencia de consecuencia decisiva. Falta sólo una leqrslación que imponga todas estas con- cepciones de ..contrapartida» para que el ..rnilaqro» se produzca; así queremos ser de confiados. Deseamos es- tar convencidos, porque no podemos aceptar el negarnos a nosotros mismos, que estamos entrando en una era de estabilización en la cual el hombre comerá, vestirá y estará dotado de vivienda digna y dominará gran parte de sus enfermedades. La ..era del plástico» la hemos de aceptar y aun aplau- dir con todas sus consecuencias y el ..cerebro electrórn- co» ha de ser querido como creatividad de excepción y a modo de ejemplo. No obstante un peligro intenso nos ace- cha. el del control nervioso, de saber y poder vivir en este mundo, de acelerada evolución, en paz y sosieqo. do- La arquitectura tradicional arrnoruza plenamente con el paisaje natural Esta masia catalana ubicada en el macizo del Montseny, con sus paredes de piedra y sus arcos de anchas dovelas, son un elemento rnás del conjunto que integra esta singular y bella montaña tan pròxima a Barcelona 5 INSTITUCIONES MOGLI Platón, 18-20 - Caspe, 23 - Vía Layetana, 83 PARVULARIO (acceso a Ensefianzas PrÏInaria y Media) nes que Interpretamos como esenciales y consubstanciales al hombre y a los que ha de tender con toda conciencia. El culto a las -cienclas-. desfasado respecto al campo de las humanidades, hay que nivelarlo; el acero y el espíritu, en cierto modo, han de coexistir en el mismo campo. En las escuelas y universidades, superada la crisis de edu- cadores -entre los cuales el predominio de .10 que sa- ben. parece anular, en muchos casos, a la facultad de -saber enseñar--c-, se concebirá este equilibrio de fuer- zas y el profesor, alumno a su vez y para toda su vida, obrará el milagro de saber coordinar la grave problemá- tica que está a punto de provocar la hecatombe. La tecnocracia, la máquina, no pueden devorar nuestra paz. Ello va a sernos, seguramente, con toda la sencillez que parece debiera llevar implícita, algo de lo más difícil. Contra sus atentados y como esencial solución se nos ofrece el -sentído de Naturaleza», aquel efluvio mágico que, partiendo de lo más simple, sirve para curar nues- tro espíritu, dejando repasarlo entre el bálsamo que huele a tierra. Para ello sólo tenemos una solución: el pacto. Hay que mover a la diplomacia. poner en pie de atención a las Cancillerías con todo su poder legislativo. Estamos vi- viendo una auténtica guerra, mucho peor que las locali- zadas en sectores del mundo llamados estratégicos. Es la misma que, hemos dicho, libra la máquina potentísima, que a veces lleva un cañón y se llama tanque o la susti- tuye por una -cuchara- o un «arado» y los apellidamos, inocentemente, «tractor», pero que puede devastar igual- mente. El mundo -hombres y Naturaleza- necesita suscribir un pacto de no agresión; mejor aún, de «inteligencia mu- tua-. La racionalidad debe imponerse y el hombre, por convicción, haciendo gala del don la inteligencia, a fal- ta de otra solución viable, ha de establecer, por doquier, parques y reservas naturales. Con ello conseguirá dos finalidades esenciales: disfrutar de la Naturaleza y cum- plir con el preservacionismo de las especies. El parque natural tiene algo de sentido museística, es cierto, pero su gran extensión y las estrictas reglas que lo regulan, le otorgan un gran verismo, marginándolo de la artificialidad. Norteamérica ha llevado a cabo muy bien esta misión y las extensiones que, en cada uno de sus Estados, ha destinado, no han sido un despilfarro de terrenc, como alguien las calificó, sino que hoy día son su orgullo. Africa, por medio de la colonización -no todo es censu- rable en esta actividad de tutela-, ha logrado y está in- crementando buenas reservas naturales. Asia está mucho más olvidada y precisa una gran dedicación. Nuestra vie- ja Europa, la cuna excelsa de la civilrzacrón. no dispone de los grandes parques naturales, de que otros continen- tes hacen gala; sus dominios libres son muy pequeños y por ello ha de velar mucho esta actividad España tiene aún zonas interesantes: las marismas del Guadalquivir, lo poco que resta de la Albufera valenciana, el delta del Ebro, recintos en el Pirineo y en las cordilleras del norte y centrales. A Barcelona le quedan ya sólo dos refuqios: el Tibidabo y el Montseny Cuando, dentro de muy poco tiempo, naz- ca la nueva Barcelona al otro lado del macizo de Collce- rola, discurriendo hacia el Vallés Occidental, observare- mos, desde el aire, como si fuera un dedo. el que se lla- mará -Parque Turístico del Tibidabo» Ello suponiendo, como así se pretende, que se consolide tan Indispensable propósito. El Montseny, a 60 Km. de la Ciudad Condal, pero a escasos minutos de ella, discurriendo por la autopista hasta San Celoni, debería ser el gran parque de Barcelo- na. En su amplio recinto concurren valores de todo orden, ecológicos, turísticos, etc. Su clima permite el entroniza- miento de especies típicamente mediterráneas, conjuga- das con otras del bosque centro-europeo y ello, ascen- diendo gradualmente dispuestas, en escalones botánicos muy bien diferenciados. La ubicación de especies animales que existen en la actualidad y otras que, habiéndole sido propias, hoy día ya no existen, puede otorgar al macizo unas singularidades únicas. Su relieve, con la evidencia de la alta montana. alternando con el valle profundo, son de un gran atractivo. El asedio, de tipo medieval, traducido o en potencia a que está sometido por el imperio de la urbanización, es muy posible que lo destruyan. La «era del palrno», el má- ximo ultraje que soporta la Naturaleza hecha comercio, lo habrá raptado ante la vista indiferente de una genera- ción que no habrá sabido defenderlo. El «Patronato de la Montaña del Montseny» tiene, a su custodia, un área importante. Pero cada día se demuestra, con más claridad, que esta extensión es insuficiente. Hay que lograr más espacio, beneficiar mayor extensión, sacri- ficar individualismos sin producir lesiones en aras a un importante cometido social. Pactar con la propiedad pri- vada y recoger todo el apoyo oficial que se precise. Es el último reducto y la postrera oportunidad. La ciudad, alarmada como por un auténtico «toque de arr ebato», debería reunirse en cónclave. No son años ni meses los que restan, sino sólo días. El tanque hecho tractor, está en pie de guerra permanente. Su acción sola- pada, no puede engañarnos. No sería excusa para una jus- tificación convincente e u R S o 1971 - 72 INFORMACION y MATRICULA: Mafianas, de 10 a 13,30 PLAZAS LIMITADAS Servicios de comedor y coohe a domicilio 6 DE LA AVIFAUNA ESPAÑOLA: Aves de Ciudad y Aldea Todas las especies de aves que habitan libre- mente el país, integran su «avifauna». Quedan por tanto excluidas las aves domésticas y cau- tivas. España cuenta con unas cuatrocientas espe- cies diferentes de aves libres, que varían en ta- maño desde el gran buitre hasta el diminuto reyezuelo. La repartición y abundancia de las distintas especies es muy desigual. Tres facto- res principales determinan esta desigual presen- tación: habitat, geografía y acción humana. El «habitat», o media ambiente, no es uniforme. Pueden distinguirse diversos tipos de habitats entre los que se reparten las diferentes especies de aves según sus congénitas preferencias o -querencias». Es evidente que al recorrer un bosque observamos una serie de aves que no se ven en la marisma, y a la inversa. La geografía, a su vez, impone límites a la distribución general de los animales, resultando así diferentes «áreas qeoqráficas- para diferen- tes especies, unas con áreas extensas, otras con áreas reducidas, éstas con áreas en alta latitud, las otras con ellas en latitudes bajas, etc. Así, en el Norte de España, desde Galicia a Gerona, anidan algunas aves de carácter boreal o centro- europeo que faltan más al Sur, por ejemplo el malvís o el carbonero palustre. Análogamente, en nuestro Sur y litoral mediterráneo se ven aves de amplia distribución africana, como el al- zacola, el torillo o el calamón, que no se en- cuentran más al Norte. La acción humana es hoy un factor sobresa- liente. El hombre actúa en forma indirecta cuan- do caza, ahuyenta o envenena, pero también actúa en forma indirecta cuando modifica el paí- saje, esto es, si llega a suprimir o transformar los habitats que requieren ciertas aves. En ge- neral, la acción humana aminora o suprime po- blaciones de aves, y, a la larga (si no a la corta) reduce muchas especies a muestras locales o contingentes muy escasos. Algunas, como el águila imperial o el pato malvasía, llegan en nuestro país a situaciones críticas, de inminente peligro de extinción. Pero la modificación arti- FRANCISCO HERNIS ficial de habitats produce también a veces efec- tos positivos, aunque acaso tampoco deseables. Es lo que ocurre en el campo agrícola, de ge- nuina hechura humana, al ser colonizado por nuevas especies venidas de regiones limítrofes que entonces pueden sufrir una rápida expan- sión, tales como por ejemplo las alondras, qo- rriones y grajillas. La naturaleza parece vengar- se así del hombre, si esos nuevos colonizadores se convierten en verdadera plaga de la propia agricultura que las fomenta. Las especies dañl- nas de nuestra fauna son pocas, pero en los medios rurales y administrativos ha prosperado Grajilla Corvus monedula 7 Avión común Delichon urbrca Foto de Charles Vaucher tradicionalmente la vulgar idea de que son per- judiciales las aves en general, con lo cual pagan muchos justos por pocos pecadores, por así de- cirlo. Revistar en poco espacio el nutrido batallón de especies que componen la avifauna españo- la, no es posible. Necesitamos proceder poco a poco. En este artículo trataremos únicamente de las aves rnás comunes, o más características del habitat o ambiente vital que constituyen las propias ciudades y aldeas donde vivimos. No es un habitat rico en aves, al menos no rico en variedad de ellas, pero quizá sea buena norma empezar por lo próximo, para seguir después por lo remoto. En primer lugar, claro está, el vulgar gorrión, llamado propiamente «qorrión cornún», fiel se- guidor del hombre, calificado a veces, no sin razón, como la cucaracha de los pájaros. Puede afirmarse que esta ave no falta en ninguna ciu- dad, aldea ni caserío del país. Este pequeño volátil, de marcha grosera, vuelo torpe, plumaje parduzco y estridente grito, villano y rústico a la vez, suele arrogarse inmerecidamente el pri- vilegio de introductor al mundo de las aves, así al menos con relación a muchos niños callejeros y bastantes ciudadanos. El gorrión común es un comensal genuino. Hace miles de años que se asoció a los estable- cimientos humanos. Originariamente el gorrión debía ser un ave típica de estepa o bosque este- párico, como son todavía varias especies afines que habitan Asia y Africa. Hay en España otras cuatro especies de gorriones, de las que sólo mencionaremos muy de pasada tres. El gorrión moruno es una de ellas, muy parecida por cierto al gorrión común. Las hembras son prácticamen- te idénticas. Los machos se reconocen por e~ tar más vigorosa y nutrldarnente listados de ne 8 gro en los flancos y tener capirote achocolatado. En la Península Ibérica el gorrión moruno es de temperamento montaraz y escasea bastante o es muy local, pero en las Islas Canarias pasa por ser el gorrión vulgar de pueblos y caseríos, y, en Africa del Norte, abunda extraordinaria- mente, hasta llegar a constituir temida plaga. Parecido al qorr ión común es el gorrión moli- nero, aunque de menor tamaño y con sexos si- milares. Posee el capirote chocolate claro y un leve collar incompleto blanco. El gorrión moli- nero anida en molinos, ruinas y casas de campo. No es de temperamento urbano. En real idad la mayoría de elloscrian en oquedades de árboles por el pleno campo. En cambio, el gorrión chi- llón, o -chilla» de los pajareros castellanos, es bastante pueblerino y no suele faltar en todas las poblaciones medianas y pequeñas de la mi- tad Sur-Este de España. Anida, como el gorrión común, bajo tejas y en toda clase de oquedades, muchas veces codo con codo ambos qorriones en el mismo edificio. Sin embargo, el gorrión chillón posee también amplias estirpes monta- races que anidan en toda clase de riscos, y tam- bién en árboles de las dehesas y sotos, cosa muy frecuente en Extremadura y León. Apenas más robusto que el gorrión común, difiere de él por tener plumaje casi totalmente pardo claro, sin marcas negras ni achocolatadas, siendo muy distintivos los ósculos blanquecinos del extremo de su cola y una pálida mancha amarillenta en la garganta. Mucho más bonitos y elegantes son las go- londrinas y aviones, presentes en casi todos los pueblos y ciudades y bien conocidos por los nidos que construyen a base de barro. Son aves migradoras, que suelen llegar en febrero o mar- zo y se van después de septiembre. La golon- drina común habita casas de campo y arrabales, pero no se interna por el casco de las urbes. Sus nidos, muy abiertos por arriba, se encuen- tran en el interior de habitaciones, garajes, gra- neros, establos y otras dependencias rurales. El pájaro se reconoce en el acto por su grácil talle, cola larga y muy ahorquillada en los adul- tos, y por su raudo vuelo cambiante que suele describir a ras de suelo. Antiguamente, cuando las ciudades conservaban un aire rural a base de edificios todos pequeños, las golondrinas ha- bitaban incluso sus barrios interiores. La aso- ciación de la golondrina a los establecimientos humanos es en todo caso muy antigua, y data seguramente de antes de originarse las civili- zaciones ciudadanas, pues se han hallado restos semifósiles de golondrinas en estratos de cue- vas que contienen instrumental del hombre pa- leolítico. Los aviones, que en Andalucía llaman irnpro- piamente vencejos, anidan en edificios de po- lechuza Tyto alba 9 blaciones de toda magnitud, incluso en la zona céntrica de las mayores urbes, aunque también poseen estirpes montaraces que se instalan bajo puentes, en muros de presas y sobre todo en riscos de montaña o de ríos y arroyos tajados. En las poblaciones, los aviones construyen sus nidos, casi cerrados por arriba, bajo aleros, cor- nisas y balcones. Son sin duda las «oscuras go- londrinas » de Bécquer, aquellas que «volverán de tu balcón sus nidos a colgar». La confusión es perdonable en un poeta. El avión difiere a primer golpe de vista de la golondrina por tener cola corta, no ahorquillada, por su vientre y ra- badilla blanco puro, y también por sus patitas casi totalmente revestidas de pluma. Vuela ha- bitualmente a cierta altura y propende a formar colonias de nidos sobre uno y el mismo edificio, contándose en algunas colonias centenares de nidos. Pero quizás el ave urbana más abundante en España sea el verdadero vencejo, llamado avión en Andalucía. Millones de estas aves sobrevue- lan nuestras grandes ciudades desde abril a agosto, y tampoco falta el consabido buen lote de vencejos en torno a la iglesia o edificio ma- yor de cada pueblo. El resto del año este vola- dor velocísimo e incansable permanece en Africa tropical, donde se le ve en enjambres sobre las selvas. Nos estamos refiriendo ahora al vencejo común (España cuenta con otras tres especies de vencejos mucho más raras l, el cual anida bajo tejas 'i en toda clase de agujeros o fisuras de edificios, ruinas y roquedos. Su grito, fuerte y estridente, le ha valido otro de sus nombres vernaculares, el de «quirrio », que le dan las gen- tes de provincias leonesas. Golondrinas, aviones y vencejos son eminen- temente insectívoros. Cada año, este ejército volador debe eliminar de pueblos y ciudades cantidades astronómicas de mosquitos, moscas, polillas y hormigas aladas. Aunque a primera vista todas estas aves parecen tener un aire y unas costumbres similares, existen notables di- ferencias morfológicas y biológicas entre los vencejos, por un lado, y las golondrinas y avio- nes, por otro. Estos últimos son incluidos por los zoólogos en una familia distinta, la de las Hi- rundínidas. El estornino negro, llamado tordo en muchas comarcas del interior, se halla muy propagado desde Galicia y Logroño hasta Cádiz. Ave vul- gar en caseríos, aldeas y ciudades, anida tam- bién copiosamente en arboledas y sotos del campo. Posado en lo alto de tejados, chimeneas, antenas o árboles, emite incansable su inconfun- dible canto, mezcla de fuertes silbidos, gorgeos y notas árperas, muy cambiante, matizado a las veces con voces y notas que imitan el canto de 10 otras especies de aves con las que el estornino convive. El estornino negro es solamente pro- pio de la Península Ibérica, Córcega, Cerdeña y Sicilia, y puede decirse que no es migrador. Or- dinariamente va a dormir en grandes bandadas a carrizales, marañas o pimpollares, donde con- curre con otra especie afín que acude a España en enorme cantidad para pasar aquí el invierno: el estornino pinto. La coloración general de arn- bas especies es negro reluciente, con algunos reflejos metálicos, que en el estornino negro son purpurinos y en el pinto verdosos. Este últi- mo posee el plumaje vigorosamente moteado, y de aquí su nombre. Ambos estorninos se con- aregan también para dormir en ciertos altos edi- ficios de las ciudades, produciendo atascos de cañerías y canales con sus abundantes excre- mentos, entre los que quedan aquí en España grandes cantidades de huesos de aceitunas. El estornino pinto llega a ser en invierno muy abundante en nuestras zonas olivareras, produ- ciendo serios daños. Mucho menos abundantes, o de distribución bastante más restringida, son otras aves urba- nófilas, entre las que mencionaremos primera- mente la lechuza, el cernícalo primilla y la gra- jilla. La lechuza, ave nocturna, pasa el día escon- dida en desvanes, huecos de ruinas, o en las cuevecillas de riscos y escarpes. Su grito noc- turno, áspero y estremecedor, asusta a las gen- tes timoratas. La lechuza es un formidable des- tructor de ratones. En cuanto a la primilla, es una especie de pequeño halcón de tonos pardos con motas negras, plumaje que en el macho se completa con un pardo rojizo vivo inmaculado en el dorso y tonos azulados en la cara y cola. Es ave rapaz diurna, muy dedicada a la caza de cigarrones, grillos y otros grandes insectos, pero que también atrapa no pocos ratones. Construye el nido en oquedades de torres y altas fachadas, en ruinas, o bajo tejas. Ha disminuido dramáti- camente durante los últimos veinte años a cau- sa del abuso de pesticidas agrícolas que enve- nenan sus habituales presas, y también no poco a causa de la creciente persecución que sufre por parte de toda clase de escopeteros en uso de carabinas de balín y aire comprimido. Puede confundirse esta ave con el cernícalo vulgar o verdadero cernícalo, especie muy afín, ligera- mente más robusta, y que presenta machos con dorso moteado, es decir, más parecidos a sus propias hembras. En mano es fácil distinguir es- tas dos especies: el cernícalo vulgar por sus garras negruzcas, y la primilla por sus garras blanquecinas. En libertad, son muy definitorios también los gritos, un chic-que-chic estridente en la primilla, pero un hi-hi-hi-hi de chillidos breves espaciados en el cernícalo verdadero. Este úl- timo anida también muy escaso en algunas po- blaciones, pero en España es de costumbres ge- neralmente más montaraces; la mayoría de los cernícalos vulgares españoles anidan en rocas de alta montaña, o en bosques. La grajilla es una clase de cuervo pequeño, negro, con cogote gris, que lanza pródigamente gritos sonoros y breves, como de sonajero, a los cuales debe su otro nombre de «chova-. Ave astuta, de costumbres gregarias, ha expandido mucho por Europa durante los últimos cien años. Multitud de nuestras grajillas anidan en sotos, arboledas o riscos, a veces en lugares aparta- dos, pero son tarnbién muchas las que se esta- blecen en las torres y castillos de los pueblos. Recientemente ha penetrado este ave en el inte- rior de las grandes ciudades, entre las que bas- tará citar Madrid y Londres. En las torres de las iglesias las grajillas no rara vez son motivo de preocupación por parte de los sacristanes, que ven como este córvido desplaza de los nichos a las palomas, depredando también sus nidos. Pasemos por alto la urraca o pega, típico vi- sitante de ciudades del norte de España, la gra- ciosa lavandera, frecuente pajarillo nidificador en pueblos y ciudades de la mitad norte de la Península, y el colirrojo tizón, modesto habita- tejados de las mismas poblaciones, para ocupar- nos finalmente de la cigüeña, quizá la más llama- tiva y popular de todas las aves urbanófilas. Inconfundible por su gran tamaño y bizarra figu- ra, el fuerte contraste de negro y blanco del plu- maje, y el vivo color rojo de su largo pico y zan- cudas patas, este ave se delata inmediatamente dondequiera que aparece, ganándose general- mente la simpatía de las gentes. Es la respetada ..ave de la lanqosta» de los pueblos etíopes y musulmanes, que conocen bien las bienhecho- ras batidas que el ave organiza contra aquella plaga. Es también la querida ave de muchos carn- pesinos europeos aferrados al ingenuo y ances- tral escrúpulo antiofidiano, pues observan como a diario las cigüeñas atrapan a sus odiadas cule- bras. Pero además existe todo un otro amplio folklore en torno a esta zancuda, del que la le- yenda de la traída de los bebés- de origen cen- troeuropeo- sólo es una de sus múltiples ver- tientes. «Por San Bias, la ciquena verás ... n. Allá por los primeros de febrero, o antes, llegan nuestras cigüeñas de regreso de sus cuarteles de invier- no en Africa tropical. Posadas en las cúspides, atraen la mirada de todas las gentes del lugar, y su primera llegada de cada año constituye a veces un verdadero acontecimiento. Sus volumi- nosos nidos descuellan sobre las torres, espa- dañas, tejados, silos o castillos de nuestras po- blaciones, y cada pareja, en su propio nido, des- pliega a la vista de todo el mundo, sin el menor reparo, toda la crudeza de sus amoríos y el conmovedor drama de la crianza de sus cigoñi- nos. León, Castilla, partes de Aragón y Navarra, con Alava, Andalucía y, sobre todo, Extremadura, albergan la envidiable población de cigüeñas que aún posee España, cuando varios países de Europa lamentan ya su total extinción y varios otros ven alarmados que sus cigüeñas caminan dramáticamente hacia el mismo fin. ~t::o:~:::;:::;::~;:::::'~;;,::::::;:::;:::;\::::::; ::;::::;:r:;:::;:::;;::;:::;::::;:::;:::;:::;:::;:::;::::::::::::::::::::::::;::::;:::;:::;:::::::::::;::::::::;:::;:::;:~:::::::::::::::::::::::::::::::::: ::::::::::::::::::::::::::::::::~::::::::::::::::;::::::::::::::::::::::::::::::::::::::;::::::::::::::::::::::::::::::;:::'-:::I~~ ~f H." .,,' ;~~ ~;;=I JO{P}rD1rp(f) (!lJrmaaa&D OO{f) í/J [JiU}} [ff1rBJ li, I n fi ~~ ~ ~¡; Tratante y abastecedor de ganado vacuno y mayorista de canales ¡¡¡j .,,_ .H.~ ~F". .". I ~e~é~;~ ~~3~~ 51C~~~e!~:; Cie~t~R~~'L ~n~1~'-1\' i ~::,:::::::::::::::o:::::o:::;:;:::::;:::;:~::;:~~;~:::o::::~::~o::::o::::o::;:~:::~:;:o::;:~;;:~::;:~:;:~:;:o::;:~:::o::;:~:::o::;:o::::::::::o:::::::::,:~:::::::;:o::::~~~:;:o::::o::::~:;:o::::~:::o::::::::::;::::~:::~:;~:':~:::o::;:;:::;:o::::~:.(o:~~::::::::~::::::::~o::o:::~o::::::::o;:~::~:::~~:o::::o::;::;:;:~:::o::;~::~:::o::;:;::;:~::::::::;:::::;:o::::~~~ 11 ELAPRENDIZAJE EN LOS ANIMALES ROSARIO NOS DE NICOLAU El chimpancé es un animal capaz de aprender ciertas té cru- cas, tales como la de montar en bicicleta, como nos muestra la presente foto tomada en el Parque Zoolóqrco de Barcelona Todos los actos y secuencias que realizan los animales durante su vida, constituyen su con- ducta. Las acciones y actividades que desarrollan tienen dos orígenes distintos: o bien son instin- tivos y por tanto heredados de sus progenitores, o bien son aprendidos y adquiridos después de 12 su nacimiento, gracias a la información que re- ciben de sus padres y congéneres. Analizando los actos de los animales, incluso los de organización elemental, se ve que en ellos hay una parte heredada y otra aprendida. Los polluelos de muchos pájaros heredan la tendencia a acurrucarse cuando algún objeto pasa por encima de ellos. A las primeras horas de su vida, se acurrucan incluso por el rnovirnien- to de una hoja seca arrastrada por el viento. Sin embargo, ante el comportamiento de sus padres, pronto aprenden que esta y las aves cuellilargas que les sobrevuelan son inofensivas y que sólo tienen que temer los vuelos de las aves rapaces, de las cuellicortas. A partir de entonces el po- lluelo sólo se agachará y protegerá al paso de un ave carnicera, o sea de un ave rapaz. Los porcentajes de lo heredado y de lo adqui- rido varían en los distintos grupos anirnales. Los más evolucionados tienen mayor bagaje de conocimientos adquiridos, ya que la época de aprendizaje es más larga y están más capacita- dos para ello y al reves ocurre a los de apren- dizaje más corto, que tienen un comportamiento más instintivo y su conducta es más elemental. Hasta hace pocos años se creía que la con- ducta animal era puramente instintiva. Se inter- pretaba esta conducta como una serie de res- puestas a ciertos estímulos. Al animal se le con- sideraba una máquina y se le negaba toda posi- bilidad de aprender y de realizar algo para lo cual no estaba programado fisiológicamente. Era la época de los experimentos del célebre investigador ruso Pawlow y la teoría del refleja condicionado se aplicaba de una manera prag- mática para explicar cua'quier comportamiento o situación seguida por el animal. Con los nuevos conocimientos del funciona- miento y especificidad de cada una de las partes Gran parte de la actividad de los animales se debe al aprendizaje. Las relaciones entre madre e hijo en la primera infancia son decisivas en el comportamiento del adulto. del cerebro, de la quirruca biológica, las nuevas tendencias psicológicas y un mayor conocimien- to de la conducta animal, basada en experimen- tos y análisis de sus actos, se puede asegurar que el animal es algo más que un autómata y que puede responder de formas diversas ante una nueva situación, ya que está capacitado para ele- gir aquella respuesta que mejor se acomode a sus necesidades. Esta facultad de poder elegir la respuesta ade- cuada, se debe a la existencia de dos factores Los gorilas pueden desarrollar una complicada mímica gracias a la gran movilidad de sus músculos facrales. Sus expresiones son comparables a las del hombre, y al Igual que aquel, son consecuencia de su estado anímico. En esta fotografía un joven gorila con semblante aqitado. exnende lOS brazos buscando protección. 13 importantes, que también se habían negado a los animales, la memoria y la inteligencia. La memoria permite almacenar la información y poderla utilizar en el momento oportuno y la inteligencia faculta el discernimiento para elegir y utilizar la información adecuada. La capacidad de aprendizaje en los animales está supeditada al desarrollo de la memoria y de la inteligencia. Los monos superiores poseen am- bas en alto grado y su conducta es consecuencia en gran parte del aprendizaje. Los monos jóvenes aprenden a saber elegir las plantas necesarias que han de formar su dieta alimenticia; aprenden a evitar el peligro; a relacionarse con sus con- géneres; a interpretar el lenguaje mímico, vocal y de posición dentro del grupo. Su acerbo cul- tural es cuantioso comparado con el de los de- más animales. Existen animales más inteligentes que otros: los loros y los gansos son más inteligentes que las gaviotas y las gallinas y naturalmente los primeros son capaces de aprender muchas más cosas que los segundos. En los animales menos evolucionados, como son el grupo de las aves, la época de aprendizaje 14 Las manos del chirnpancé, tan afines a las del hombre les perrruten manipular con gran destreza. los más variados obje- tos mcluso fabricar toscas herrarmentas Este jóven chrrnpancé se entr etrene troceando un tallo tierno, en los jardines del Centro de Ikunde (Rio Muní). es más corta. En las anátidas queda reducida a unas horas después del nacimiento y así, los an- sarones recién salidos del huevo heredan de sus progenitores la necesidad de seguir a un cuerpo que se mueve cualquiera que sea su clase y con- dición y la presencia física de su madre hace que sea ella, que al moverse desencadene el acto instintivo y los ansarones la sigan exclusivamen- te a ella. En las primeras horas de su vida son capaces de aprender a conocer a su madre. Sus caracteres morfológicos quedarán grabados en los polluelos y ya siempre la recordarán y la se- guirán; es lo que en Etología recibe el nombre de «irnprintinq» o sea, impresión de algo de for- ma perdurable. Si recién salidos del huevo se les separa de la madre, unos días después no serán capaces de aceptarla. Ha pasado la época del aprendizaje y su cerebro no ofrece la plasticidad adecuada. Si en lugar de la madre natural se les mues- tra, al nacer, una madre de madera o cualquier otro objeto móvil, los ansarones aprenderán a seguirlo. Este es el caso del conocido experi- mento del Dr. Konrad Lorenz, quien, aislándose con unos ansarones reción salidos del huevo, éstos le siguieron a todas partes. Los animales también aprenden por imitación. Las aves canoras aprender a cantar oyendo el gorjeo de sus padres. Los jóvenes pinzones sólo cantarán correctamente su canto específico, si pueden oír el canto versado de un macho adul- to, de lo contrario emitirán unos sonidos que no serán los normales. La imitación llega hasta el extremo de que un pinzón criado por un cana- rio hembra, emite a la perfección el canto de ésta y es capaz de enseñar a sus hijos el canto de su madre adoptiva. La especialización en el canto llega a extre- mos tales que los cantos de las especies próxi- mas se diferencian en algunos agudos o frecuen- cias, insignificantes, pero que de hecho existen y que los especial istas ornitólogos pueden detec- tar. Los psitácidas, tales como los papagayos, lo- ros y cacatúas, poseen en alto grado el don de imitar cantos y voces e incluso son capaces de emitir palabras y contestar a ciertas preguntas formuladas por el hombre. En los animales superiores, el aprendizaje se inicia con los cuidados maternales y con el juego. La seguridad que adquieren los jóvenes monos al asirse fuertemente a los pelos de la madre, les permite explorar el mundo circundante y adquirir experiencias. También les es fácil establecer la- zos estrechos entre sus compañeros de juego y el contacto con otros jóvenes, les estimula y les crea la necesidad de descubrir las reacciones y actos de otros individuos, con todo lo cual acu- mulan nuevos conocimientos e informaciones. Los monos criados artificialmente, separados de sus madres, se muestran inseguros, no juegan con otros monos y más tarde cuando son adultos no se aparean normalmente, volviéndose, en ge- neral, agresivos o indiferentes. Gran parte de la conducta social adulta de mo- nos y grandes simios, así como la de otros ani- males superiores, está muy influida por las re- laciones que los animales tuvieron con su ma- dre siendo jóvenes. El cuidado maternal es nece- sario para el establecimiento de muchas clases de conducta social en la vida posterior. Los juegos desarrollan la personalidad del in- dividuo, aumentan los contactos entre sí y des- piertan y ejercitan la imaginación de los anima- les .al crear y descubrir las claves que desenca- denan los mismos. Sólo por el método del tanteo repetido,aprende un mono hasta donde puede lIe- gar con sus amenazas y ataques a los demás,an- tes de que sea agredido. Los lugares de juego son las escuelas donde aprenden aquellos aspec- tos que precisarán para convivir cuando sean adultos. Algo parecido ocurre con los juegos de los hu- manos. Los monos, al igual que los niños de ocho a diez años, luchan y se persiguen unos a otros enérgicamente, los puñetazos y golpes se suceden de manera continua pero nunca llega a ser dañosa la pelea y los luchadores abandonan la reyerta cansados, agotados quizá, pero no enojados. Más amigos que antes de comenzar el juego, permanecen juntos. Con la vida en sociedad los animales se fami- liarizan con el aprendizaje. Las experiencias de un individuo pueden servir al resto de la comu- nidad, con lo cual todos salen beneficiados y el acúmulo de conocimientos aumenta con más ra- pidez al sumarse la experiencia de muchos indi- viduos. Los jóvenes monos son capaces de aprender no sólo aquello que es vital para su conserva- ción, sino que pueden practicar actividades de orden superior que no redunden en un beneficio práctico inmediato; tales son los chimpancés y orangutanes que gustan de pintar o los que, por puro entretenimiento, aprenden un lenguaje mí- mico o a discriminar y elegir objetos sólo por su forma o colorido. El aprendizaje y experiencia adquiridas en las primeras edades culmina con el uso de instru- mentos. Los chimpancés elaboran ramas de los árboles para usarlas como utensilios capturado- res de insectos. La inteligencia y facilidad de mo- vimiento de las manos se aunan para formar el instrumento que les facilitará la obtención de los alimentos. Esta técnica cultural sólo la lograrán aquellos individuos jóvenes cuyas madres conozcan esta habilidad por tradición familiar. La facultad de aprender decrece con la edad y a los animales viejos les está negada la utiliza- ción del mundo exterior. Las ventanas de entrada de la información están abiertas, pero sus facul- tades mentales no funcionan con la plenitud pre- cisa para aprovecharlas. La imagen inactiva y triste de los animales viejos contrasta con la alegre y dinámica estam- pa de los jóvenes que poseen el don precioso del aprendizaje. 15 ACUARAMA SAN JORGE IMPORTACiÓN DIRECTA SAGRERA, 177 Tel. 2515115 BARCELONA (13) Empresa que ha instalado 2 acuarios de 600 lítros de agua salada y 2 acuarios de 160 litros de agua dulce, en la AGENCIA URBANA NUM. 1 de la CAJA DE AHORROS DEL PANADES El nuevo Terrario y- los servicios de personal en el parque Zoológico de Barcelona ANTONIO M." RIERA CLAVILLE Dentro del proceso de Ampliación y Moder- ruzación del Parque Zoológico de Barcelona, el Excmo. Ayuntamiento, a través del Servicio Mu- nicipal de Parques y Jardines, en su Sección dedicada al Zoo, ha iniciado las obras de cons- trucción del nuevo Terrario y una de las más necesarias e importantes infraestructuras como es la referente a la definitiva ordenación de los servicios de Personal y servicios de Cocina y preparación de raciones alimenticias para los animales de la colección. En la ordenación general del Zoo cabe dis- tinguir entre las instalaciones con tratamiento ambiental unitario y abierto, cuyo carácter más expresivo lo constituye el hecho de estar ple- namente integradas en los espacios ajardina- dos, de forma que no se establezca solución de continuidad entre los espacios destinados a los patios de exhibición de los animales y los des- tinados al paseo de los visitantes y las insta- lactones con tratamiento específico, diferencia- cas fundamentalmente por ordenarse en arn- Perspectiva del futuro edlftc¡o destinado a Terrano del Parque Zoológico de Barcelona 17 bientes cerrados. Las primeras se ha procurado disponerlas en el interior del recinto del Zoo para evitar minimizar los ambientes exteriores, dar continuidad y carácter al Jardín Zoológico y vienen constituidas por la mayor parte de ins- talaciones de animales que pueden presentarse durante todo el año en ambientes exteriores y cuyas necesidades de cobijo son mínimas. Las segundas se han acometido cuando la platafor- ma base de un jardín zoológico, constituida por las instalaciones abiertas y ajardinadas a que nos hemos referido, ha quedado completada. Estas instalaciones ordenadas en ambientes ce- rrados y cuyos máximos exponentes son el Acuario, el Terrario, el Aviario y la Casa de An- tropoides, constituyen un importante comple- mento del Zoo, enriquecen la colección y por la calidad de las mismas puede medirse el gra- do de eficiencia y preparación de la estructura funcional del Zoo. Arquitectónicamente exigen volúmenes aparentes muy significados y ello obliga a un máximo cuidado y acierto en la dis- posición de los mismos dentro del Parque Zoo- lógico. Dada la situación de éste dentro del Par- que de la Ciudadela se ha creído conveniente localizar estas últimas instalaciones en posi- ción perimetral al recinto zoológico, constitu- yéndose en remate de los ambientes abiertos y ajardinados y en barrera respecto a la zona ferroviaria adjunta. El edificio que ha de albergar el Nuevo Terra- ria y los Servicios de Personal y Cocina, está situado al SE. del Parque Zoológico, entre la instalación de Antropoides y la colección de Osos, junto al paseo de Circunvalación; se de- sarrolla en dos plantas, disponiéndose en la su- perior el Terrario y en la inferior los servicios de Personal y Cocina. Planta baja: Tiene una superficie construida de 1.228,14 rn" y cumple con el siguiente pro- grama: Vestíbulo de acceso del personal al cul- dado del Zoo; Botiquín y Guardia nocturno; Sala de Capataces con despachos anexos; Sanitarios de Capataces; Vestuarios y Sanitarios para el personal masculino y femenino, conveniente- mente diferenciados, y Comedor; todo ello en cuanto se refiere a los servicios del personal y a tenor de la disposición que se expresa en el plano de planta grafiado. En cuanto a la pro- gramación de los Servicios de Cocina es la si- guiente: Oficina y Control; Almacén de forrajes y tolvas para cereales; Cámaras frigoríficas; Office de preparación; Cocina propiamente di- cha: Preparación definitiva de raciones y distri- bución al interior del Parque; todo ello cornple- tado con el "Germinador de avena» y la depen- dencia de "presa viva». Independientemente de la programación reseñada, quedan grafiados en 18 el plano de planta los servrcros sanitarios pú- blicos con acceso desde el interior y un quiosco para venta de recuerdos y golosinas, atenció- nes ambas para con el pública y que integradas en el complejo edificio que se construye pue- den liberarnos de la necesidad de atender estos servicios con pequeños edículos de difícil so- lución estética. Planta piso: Tiene una superficie total cons- truida de 1.228,14 rn", completada en parte por un altillo de 406 rn". El esquema funcional es muy simple, si bien está ordenado de forma que pueda responder en las mejores condicio- nes de bondad a las exigencias de un Terrario: máximo espacio destinado a la exhibición de los animales; máxima facilidad de atender al cuidado de los animales; mínimo recorrido del público observador. Ello determina la disposi- ción grafiada, lo que permite asimismo atender a la exigencia de máxima calidad y máxima eco- nomía, por cuanto la zona de público tratada con más nobleza es la menor en superficie y la zona de servicios más extensa por su disposi- ción perimetral, permite un tratamiento más simple. El plano expresa los condicionantes de la disposición adoptada, las circulaciones de pú- blico, de cuidadores y de animales, materiales y alimentos, así como los espacios destinados a exposición, servicios y cuarentenas, etcétera. Respecto a lo que será objeto de observación por parte del público debemos significar que el Terrario dispondrá de un gran recinto inverna- dero de 228,14 rn", donde, en un ambiente de vegetación tropical, se exhibirán los cocodrilos y sin interposición alguna de cristal y desde un balcón mirador podrán contemplarse con un rná- ximo de comodidad, seguridad y diafanidad. Asi- mismo, en la parte central de la planta se ubi- carán 10 instalaciones de 4,50 X 5 m., sin cerra- miento alguno, moduladas de forma que puedan agruparse en ámbitos dobles o triples y cuya separación del público la constituirá un simple pretil. Las ambientaciones se procurará que res- pondan al animal presentado, con sobriedad y simplicidad de medios en el marco de exposi- ción, para valorar al máximo la riqueza de mati- ces de los animales. Perimetralmente al paso del público, situado en penumbra, se dispondrán 67 vitrinas de exposición: 2 de 4,50 X 4 m.; 12 de 2,50 X 2,50 m.; 10 de 2,50 X 1,75 m.; 1 de 2,50 X 1,50 m.; 4 de 1,20 X 0,80 metros, y 38 de 0,60 X 0,70 m.; cerradas con cristal y arn- bientadas adecuadamente. En contraposición al paso del público, todas las instalaciones y vi- trinas recibirán fuerte iluminación natural, refer- zada en casos particulares artificialmente. Co- rrespondiéndose en vertical con los pasos de público y del personal cuidador de las instala- ciones se ubicarán en altillo las dependencias de servicios para reservas, cuarentenas, alrna- cén de materiales, etc. Factor muy importante a tener en cuenta en la expresividad de los am- bientes ordenados en función del pública visi- tante, lo constituye la adecuada disposición de elementos de jardinería como separadores de instalaciones y fondo de las mismas. La jardí- nería estará constituida lógicamente por ejern- plares de planta de interior que, en un ambiente adecuado a la misma como exige la fauna ex- puesta, ha de manifestarse en toda su plenitud y magnificencia, ampliándose con ella la base de espectacularidad cara al observador en un equilibrado conjunto Flora-Fauna. Los condicionantes de solar, en nuestro caso muy rígidos, los condicionantes de programa- ción, las exigencias de servicios y atenciones con el público, los condicionantes económicos, asimismo importantes, han determinado un es- quema que se proyecta al exterior conformando un volumen concreto, claramente diferenciado por su función en planta piso, y ello aparece al exterior, matizando el macizo superior con un tratado estilizado sugerente de la sinuosidad ex- presiva de los reptiles. La función decorativa y ornamental en el edificio que hemos descrito se ha dejado esencialmente a la expresividad pro- pia de los materiales empleados así en la estruc- tura como en la conformación de ambientes ínte- riores y en los cerramientos. En la descripción de este nuevo Complejo del Zoo se ha atendido más a los determinantes de carácter general y a la programación-base, en orden a la función cultural y recreativa a que responde el Parque Zoológico en su proyección social, que a la descripción de las exigencias de carácter técnico, que lógicamente se han tenido en cuenta, como son la disposición de servicios de agua, para los animales, para la limpieza y el riego de las plantaciones, de electricidad para iluminación y calefacción puntual en determina- dos casos, de calefacción ambiental por radia- dores o por serpentines bajo arena y de evacua- ción de aguas residuales. 1_ ESCALERA DE ACCESO 2 _ QUIOSCO DE GOLO'3INAS y RECUERDOS 3 _ PASO PUBLICO 4 _ MIRADOR SOBRE LA INSTALACION DE COCODRILOS 5 _ INSTALACION DE COCODRILOS 6. INSTALACIONES GRANDES 7_ INSTALACIONES MEDIANAS 8 _ INSTALACIONES PEQUEI'lAS PLANTA DEL TERRARIO 19 El rrro rro MANDRIL este desconocido del Africa Oc.oícte n.ta l El mandril macho adulto luce, en la cara, un brrllante colorrdo que les otorga un aspecto extravagante, como si una mano festiva les hub.era aplicada, sin prudencra, una color ación extremada Uno de los monos que llama más poderosa- mente la atención de los visitantes de los Par- ques Zoológicos es, sin duda, el mandril. Los machos de esta especie lucen, en la cara, un brillante colorido que les otorga un aspecto extravagante, como si una mano festiva o inex- perta, les hubiera aplicado, sin prudencia, una coloración inadecuada. El azul celeste intenso que colorea sus alargadas mejillas y el vermellón que resalta sus anchas y dilatadas narices, por lo insólito de su cromatismo, no parecen obra de la Naturaleza. 20 JORGE SABATER PÍ Su estado de excitación habitual, los movi- mientos nerviosos de su cabeza, reiterados y en actitud amenazadora que acentúan, si cabe: erizando los amarillos pelos del cuello, sus ojr- llos que brillan, maliciosos, al fondo de un mar- cado entrecejo y unas profundas órbitas y los largos y afilados colmillos que patentizan en reiterados bostezos, contribuyen a dar a este interesante mono, un aire de fiereza que, en ver- dad, no le corresponde. Todo ello ha sido exacerbado por una literatu- ra tremendista que, desconocedora del compor- tamiento de estos animales en la Naturaleza, ha pintada en unos tonos subidos, totalmente infun- dados buscando, solamente, el favor popular. Después de nuestros trabajos de campo en Río Muni, podemos asegurar que todo ello nada tiene de real, el mandril es un comodón, tímido y huraño que sólo busca poder vivir en paz en lo más profundo de la maleza, lejos del hombre, su única enemigo. Estos monos viven, actualmente, en un área muy limitada del Africa Occidental que compren- de la totalidad del territorio de Río Muni, una estrecha franja del Camerún meridional y algu- nos islotes aislados de las selvas del Gabón septentrional. Los biólogos pensaban que el área de distribución de esta especie y la de sus her- manos los driles, se superponía; después de nuestros estudios podemos asegurar que no con- viven en ningún lugar. Viven agrupados en manadas numerosas que incluyen uno o varios machos dominantes en una proporción, prácticamente constante, de 1 ma- cho por cada 20 ejemplares (hembras adultas, El drrnorfrarno sexual en los rnaridnle s es muy .mpor tante, el macho pesa de 28 a 30 kilos y la hembra solamente llega a los 12 krlo s y luce en la e. cara, una color actón, muy atenuada y discreta. It subadultos de ambos sexos, jóvenes y lactan- tes). Contamos grupos de hasta 120 ejemplares. Al igual que los demás monos, no tienen te- rritorio en el sentido estricta de la palabra, pero frecuentan zonas dilatadas que les sirven de espacio familiar y que llegan a habitar varios meses en algunas épocas del año. Se alimentan, principalmente, de raíces y tu- bérculos que excavan mediante sus largos y afi- lados colmillos, pero también consumen frutas, médulas, brotes tiernos, invertebrados y hasta pequeños vertebrados que obtienen en el suelo de la selva o a poca altura de los árboles. En época de sequía, cuando el bosque pierde el frescor y la tierra se endurece, se desplazan a las fincas indígenas; son víctimas entonces de la ira de los campesinos, que los persiguen me- diante perros de caza, y los capturan con tram- pas. La organización social de estos monos ha sido muy poco estudiada, pero de lo poco conocido se destaca un hecho importante, es la misión del macho dominante dentro de la comunidad, ésta no es la de defensa, rasgo muy acusado en los babuinos de la estepa africana, su misión, como ya veremos, es muy distinta. En los mandriles, los machos dorrunantes. com- probamos que se encuentran siempre al centro de la manada, protegidos por una vanguardia numerosas de ejemplares jóvenes que actúan a modo de batidores o exploradores, les siguen las hembras adultas con o sin pequeños, y cie- rran el grupo, durante las progresiones, los sub- adultos y algunas hembras jóvenes. Caso de presentarse algún peligro, el macho adulto escapa corriendo y procura esconderse, inrnóvil y silencioso, los subadultos y las hem- bras también se alejan, pero más despacio, con cautela, intentando, en todo momento, proteger la retirada del poderoso y respetado jefe. Si se trata de un ataque mediante perros -los mandriles son muy sensibles a las agresiones de estos animales- trepan rápidamente a los árboles y procuran esconderse entre el ramaje pero a escasa altura, ya que trepan mal; son en- tonces una presa muy fácil para el cazador na- tivo que ha provocado con sus canes esta situa- ción, los animales pueden, entonces, ser abati- dos mediante flechas envenenadas con estrofan- to. Cuando ello sucede, el macho dominante es también el primero en escapar. Es éste, en ver- dad, un comportamiento totalmente anómalo, pues le sería muy fácil matar a dentelladas a los raquíticos y pequeños perros que emplean los cazadores africanos para la caza; algunas veces muere un perro en la refriega, pero ello ha sido obra de una hembra o de un subadulto, el macho dominante nunca busca esta oportuni- dad. Este comportamiento es todavía más anómalo, si cabe, toda vez que el dimorfismo sexual de peso y tamaño en esta especie es más impor- tante que en los babuinos de la sabana africana. El peso del mandril macho oscila entre 28 y 30 kilos y el de la hembra entre, sólo, 10 y 12 kilos. ¿Por qué entonces esta inhibición agresiva del macho dominante, tan bien dotado por la Natu- raleza ... ? Es realmente muy difícil de contestar con certeza, pero todo parece indicar que se 21 trata de un comportamiento relativamente re- ciente, consecuencia original, posiblemente, de una falta de presión predatoria importante den- tro de la selva, ante esta coyuntura la misión del macho acabaría siendo, básicamente, la de reproductor que una selección natural intraespe- cífica exacerbaría en sus atributos sexuales ex- ternos. Es esta también la opinión del Dr. Gartlan, de la Universidad de Bristol en Inglaterra, que es- tudia, actualmente, los driles de las selvas del Camerún meridional. La morfología y comporta- mientos de estos monos son muy similares a las de los mandriles. Otra de las pocas misiones del macho domi- nante, en esta especie, es la de conservar la cohesión del grupo durante las progresiones y ello lo logra: 1) Mediante la emisión del rugido, profundo y seguido conocido por los etólogos con el nom- bre de «two-phase qrunt». 2) Por las intensas marcas cromáticas de la cara que permiten divisar el macho en la penum- bra de la floresta que es donde se desenvuelve la vida de estos monos. En los cercopitécidos forestales, todos ellos vivamente coloreados, este cromatismo parece también jugar un papel básicamente localizador, si bien, en ello, el comportamiento de los ma- chos dominantes sigue los cauces normales de todos los primates conocidos. Poco a poco el misterio que envuelve la vida en los lugares más recónditos de la selva afri- cana se va levantando, el caso de los mandriles es uno de ellos, pero desgraciadamente se cier- ne sobre esta especie un peligro tremendo: la predación humana; el hombre, este relativamen- te nuevo huésped del bosque ecuatorial, consi- dera al mandril una de sus presas más estima- das, un bocado excelente y este «tirnido bona- chón», mal comprendido por la literatura tre- mendista, tiene su misma existencia en peligro. Si no se lleva a cabo una enérgica protección de esta especie por los Organismos Internaciona- les competentes, pronto engrosará la lista de los animales que han sido borrados, para siern- pre, de la faz de nuestro planeta. 22 Labor y cometido del centro pirenaico de biología experimental en el estudio de los animales vertebrados ENRIQUE BALCELLS ROCAMORA Con motivo de organizarse a principios de la pasada década de los sesenta el Programa Bioló- gico Internacional (]), plenamente vigente hoy, con su prolongación prevista hasta 1974, el Consejo Superior de Investigaciones Cieruittces ofreció la fundación de dos centros de pesquisas directe- mente orientados al estudio de la Naturaleza, sus recursos y a los problemas de la conservación de la biosfera. Las dos referidas instituciones son la Estación Biológica de Ooñana y el Centro que se glosa en el presente erticu'o, sobre todo dirigido a la labor efectuada e instalaciones de la Estación de Jaca. Ecosistemas y su función en la productivi- dad. - El estudio de los animales en el Cen- tro pirenaico representa uno de los múltiples aspectos de la compleja cadena alimentaria, constituida por -ecosistemas-. y éstos, a su vez, por «nichos ecolóqicos » o lugares funcio- nales que transforman de continuo la biosfera y la misma corteza y atmósfera terrestres. Con- vendrá así situar su principal función en el as- pecto de la productividad biosférica. La biosfera podría definirse como la parte de hidrósfera, litósfera y atmósfera intervenida y (1) V. El Programa Blclóqrco lnternacronal y proyecto de aportación espa ñola elaborado por el Corrute Español del P. B. I. (Bol. R Soc. Española de Hrst. Nat Brol l, 64 107 130. Madrid, 1966y también. INTERNATIONAL BIOLOGICAL PROGRAMME SPANISH COMMITEE, 1966. - Programme o! the Sparush Contnbutlon to rhe I B. P, Consejo Superior de Investiga- e.ones Cientrñcas. Madrid. Ejemplar de buitre adulto así frecuentada por los seres vivos. Conocido es el siguiente esquema: la fuente energética actual de vida en la biosfera es la luz solar, aprovechada por los productores primarios (plantas verdes), como primera fuente alimen- ticia. Las plantas verdes proporcionen la mate- ria prima a los llamados "productores secunda- ríos». un conjunto de organismos heterótrofos (integrando el hombre) incapaces de sintetizar la materia orgánica a partir de la mineral -como los primeros citados-, formando diversos pel- daños de pirámide o escalones con interacciones más o menos complicadas, en cuya base están los herbívoros o «consumidores prirnarios » y en la cúspide los depredadores o carnívoros. La as- censión por todos los dichos peldaños compor- ta pérdidas energéticas; así, en un ejemplo clá- sico, una ballena aprovecha más la energía pri- maria producida por las algas marinas, ingiriendo los depredadores de éstas -crustáceos planctó- nicos herbívoros-, que un tiburón, situado en la cúspide del ecosistema, que ingiere peces, que, a su vez, han ingerido otros, éstos crustá- ceos y así sucesivamente por una cadena de rnás eslabones hasta llegar a las algas. No todos los animales son capaces de sacar todo su valor energético a sus fuentes alimen- tarias; lo que excretan o sus cadáveres, incluso los de depredadores que están en lo alto de la pirámide de todo ecosistema cerrado y bien aprovechado económicamente, son metaboliza- 23 dos o aprovechados por otros -por ejemplo carroñeros y otros destructores-, que cuidan cie limpiar el exceso de materia orgánica inerte y como secuela de acelerar la putrefacción, eli- minar la contaminación, mineralizando yevitando el ambiente insoportable para otros animales y el propio hombre entre ellos. Dicho ambiente puede ser nocivo por razones múltiples; por su estudio se interesan otras tantas disciplinas de I" biología: ecología (producción de alimento adecuado, atmósfera respirable, conservación del suelo, etología (alteración de costumbres y perturbaciones graves en el comportamiento), en definitiva evitando que se desencadenen me- canismos compensadores o reguladores dema- siado peligrosos para la desintegración del equí- libr!o biosférico y por tanto también para la misma vida del hombre a la larga. La extinción de muchos cie estos animales no depende muchas veces del hombre directamente que los depreda o destruye por su caza directa, sino más bien de su influencia indirecta, ya a causa de incrementar exageradamente la pro- ductividad desaforada e innecesaria en su pro- vecho exclusivo, o en su comodidad, de tal for- ma que los referidos incrementos transforman a ritmo acelerado el ambiente natural, ya con el hacinamiento, no atendiendo debidamente a una constante eliminación de la -polucíón-. extra- yendo oportunamente las reservas energéticas que en dichos restos quedan y que, en cambio, se presentan deficitariamente en otros lugares. La desaparición de las especies, las transfor- maciones o destrucciones del paisaje, limitan al hombre en las posibilidades de beneficio y pro- vecho de la inmensa variedad de recursos que la propia Naturaleza ha puesto a su disposición; por otra parte, los desequilibrios crean proble- mas: los zorros que contribuyen a diezmar la población de roedores, atacan a las gallinas, sino disponen de conejos de monte; la destrucción de zorros ulterior, provoca un incremento desa- forado de roedores y éstos constituyen plaga en los campos y así sucesivamente podrían multi- plicarse los ejemplos que podemos centrar en el estudio de las aves. Las aves y su función en los ecosistemas.- Algunas aves son perfectamente capaces de vi- vir junto al hombre, ser comensales y por tanto casi parásitos de éste: los gorriones, cuya tasa de reproducción es alta, consumen el 10 % de la producción de trigo al dar dos o tres nidadas durante la granazón. Los gorriones son diezma- dos en gran parte por las córvidas (p. ej. urra- cas), además aceptables carroñeras y destruc- toras de insectos, pero aquéllas destruyen tam- bién los frutos; su exceso puede ser evitado quizá por la acción de diversos animales rapa- 24 ces (desde córvidas de mayor tamaño y aves de presa a alimañas drversas ) , que el hombre, en cambio, ha eliminado previamente, ya a causa de que diezmaban las aves de corral, ya por que constituían trofeos, ya por que ha transformado el paisaje de una manera intensa e innecesaria, desapareciendo biotopos o lugares aptos para la reproducción y alimentación de aquéllas. El problema es sin duda compleja, pues el creci- miento humano presenta un desordenado régi- men distribuidor de alimentos; si bien este dé- ficit debe cubrirse, sin destruir las especies en apariencia dañinas «a simple vista»; así: todos los países que «declararen la guerra» a las ra- paces y a las alimañas (Europa central) han pro- hibido terminantemente su caza después, cuan- do quizá ya era demasiado tarde. Si bien tales disposiciones protectivas a ultranza desean evi- tar mayores males, no resultan eficaces si no van acompañadas de estudio y de una mejora y profundidad en el conocimiento de la biología, de las especies que se desean proteger permi- tiendo así intuir una orientación más eficaz de los equilibrios naturales, ante la evolución ac- tual del mundo que nos rodea. Su control re- quiere así importantes estudios llamados «inte- qrados - de complejo equipo y modernidad ac- tual sin precedentes; todo ello sustentado ade- rnás por un realismo eficaz que sólo logran: es- tudios profundos, una mente circunspecta y un balance sereno del aprovechamiento de los re- cursos. Tales necesidades, bastante urgentes, ante el proceso acelerado del deterioro biosférico, plan- Pollo de buho chlco, terriblemente asustado Armiño en muda primaveral tean problemas que requieren la plena dedica- clan de instituciones especializadas. Junto a la terminacióri de una intensa labor de catálogo de fauna, flora y recursos de suelo y subsuelo, se requieren estudios conjuntos de las comu~id~- des naturales en el telón de fondo de su paisaje orográfico y clima. La montaña, por otra parte tan llena de contrastes, ofrece mayor abigarra- miento y complicación. Los elementos ofrecen dificultades a la colonización y vida del hombre. Las facetas de estudio son innumerables y todas ellas deben conducirnos a una armonía de los conjuntos naturales que posibilitan en ella la vida y toda suerte de manifestaciones del hom- bre (ganado-pasto, bosque, cultivos). Nuestro Pirineo ofrece tan importante interés. Las fotografías que presentamos rnuestran el esfuerzo inicial del Centro por el conocimiento de algunos aspectos de los consumidores de la «cadena al imentaria » descrita más arriba. Los milanos, buenos carnívoros, abundantes en las zonas despejadas de La Canal de Berdún, donde el paisaje despejado de tal depresión les per- mite cazar y los bordes boscosos nidificar; los milanos ocupan la cúspide de la pirámide y to- mados de nido, se adaptan perfectamente a la vida en cautividad para su estudio biológico. Los simpáticos y dóciles alimoches (primer tra- bajo en un segundo volumen de Publicaciones del Centro piro de Biol, exp.), hábiles y eficaces ca- rroñeros, limpian hoy las carreteras (bien adap- tados) de los accidentes fortuitos de otros aní- males y funcionan en el aspecto antipolutivo, acelerando la desintegración de la sustancia or- gánica mejor que los buitres. El pequeño jardín zoológico experimental ya en funcionamiento, permite un eficaz estudio de rapaces nocturnas, hábiles depredadores de los roedores dañinos. También se hospeda en él una nutrida representación de alimañas de la región; tales como el gato montés, zorro, jineta, gar- duña, armiño y comadreja. Recientemente uno de nuestros colaboradores ha dado fin a una larga memoria sobre la fauna pirenaica de pelo, con numerosos datos biológicos sobre las espe- cies terrestres. La ordenación de una finca ya adquirida, con las nuevas instalaciones ya en proyecto, permitirá el estudio del complejo eco- sistema boscoso y por tanto contribuirá eficaz- mente -esperamos- a un mejor conocimiento de los aspectos especulativos y aplicados de ci- negética volátil, paralelamente a los intentos de otras naciones y uniendo nuestra iniciativa y es- fuerzo comunes. Tal sería la labor iniciada en el Centro sobre el estudio biológico de la fauna de pelo y pluma. Antecedentes. - Desde 1941 existe en el Con- sejo Superior de Investigaciones Científicas (en el seno del Patronato Saavedra Fajardo) un lns- tituto de Estudios Pirenaicos dedicado a toda suerte de aspectos de la Cadena Fronteriza. Di- cho Instituto coorganizó con una sociedad cientí- fica francesa (formando la Unión Internacional de Estudios Pirenaicos) cinco congresos cientí- ficos: el primero en San Sebastián (1950) y el último en Jaca-Pamplona (1966), alternando cada cuatro años una ciudad o ciudades espa- ñolas como sede y ciudad o ciudades fronteri- zas del lado francés. Además dicho Instituto, debido a la labor de su primer director y vicedi- rector, excelentísimos señores D. Luis Solé Sa- barís y D. José Manuel Casas Torres, ha editado ya 100 números de la revista Pirineos. La labor coordinadora del referido Instituto se reforzó en 1963 con la creación de otro Centro especializado en estudios biológicos más con- cretos que, ampliando previamente labor de ca- tálogo -por ejemplo estudio del Parque Nacio- nal de Aigües Tortes (iniciado ya en 1958), es- tudio de las Islas Medas-, centrará más su ac- tividad en la propia del Patronato Alonso de Herrera de Ciencias Naturales y Agrícolas (tam- bién del C.S.I.C.), mediante estudios de prorno- ción y ordenación de la vida montana en todas sus facetas, tanto en el aspecto de la conserva- ción de la Naturaleza como en lo referido a la vida, actividad y colonización del hombre en la montaña. Dicho nuevo instituto, con un enfoque similar al preconizado por la FAO para el Arco Alpino, 25 parte de que los territorios montañosos consti- tuyen núcleos de depresión económica (<< La vie rurale dans l'Arc Alpin», de M. Cépide y E. S. Abensour, Roma, 1960). El Centro, además de sus actividades dentro del Programa Biológico Internacional, ha participado también en recien- tes reuniones de expertos para la ordenación y mejoramiento de la Biosfera, cuyos principios han sido recientemente incorporados a la decla- ración de los Derechos del Hombre en la Carta de las Naciones Unidas. Organización, bases y orientación del Centro Pirenaico de Biología Experimental. - Se han dado a conocer en varias publicaciones (P. Centro piro Biol. exp, 1 (1), Jaca-Barcelona, y Bol. R. Soc. Española Hist. Nat. (Biol.), 62, 361-365, Ma- drid, Con sede en Barcelona y Estación principal en Jaca (donde hoy se han sumado también las instalaciones del Instituto de Estudios Pirenai- cos), se ha seleccionado la parte occidental del Alto Aragón (Jacetania), como zona de estudio piloto, donde un equipo constante, ayudado por especialistas foráneos -tanto españoles comú extranjeros-, estudian los diversos ecosistemas o conjuntos comunitarios montanos, tanto en su catalogado y cartografiado, como en su «encade- narniento », en vistas a una mayor productividad o mejor aprovechamiento sensato por el hom- bre; tanto tratando de su interacción vital (fac- tores bióticos l , como los físicos que son prin- cipal tamiz en la vida montana selectiva. :;;'::"::"::"::"::"::"::":~'::"::"::'~~'::"::"::"::"::";:"~'::"::"::"::";:"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::"::";:";:'~:~:"::"::'~:'~:"::"::"::"::'~'::";:";:'::"::";:"::";:"::"::'~:"::"::"::":~'::"::"::"::"::"::,,::,:;"':::::;~ ~# # # o# 0 # 0 # 0 # 0= ~~ ~ ~ -ac- PAJAS -,," I FORRAJES I! y I ~~:~ PIENSOS COMPUESTOS ~~ ~ ~~ w ~ ~ 9·9ot:dana ~!f ~,,~#,,~ ,"~~,,'~,,~ ',,' ,", '1\' ,", 'lo' ,u, I! ALMACENES, Ausias March, 142 - Tel. 22~ 4~13 R -CPA:TI~UL~ 'NRb: del Prat, 11,2,', 2,' - Tel. 22T 42 86 li " ~~ i!¡,,;:,,::,,::,,::,,::,,::,,;:,,::,,;:,,::,,;:,,::,~:,,::,,::,,::,,;:";:";:";:'~:".~'::"::::::",,"::"::::::"::"::":~:)(":~'::"::':¡:"::"::"::"::':¡:';~"::':¡~:¡:':¡~:¡~:¡:"::";~'::"::":~'::,,::,,:~,:~:,,;:,,;:,:¡:,,:~,;?;:,,::,,;:::¡:,,::,,::::¡:::¡:,:¡::,:::,;~~~,::,,::,,:.,;~ 26 Posturas y actitudes del gorila albino "Copita de Nieve" en el Parquè Zoológico de Barcelona Las actitudes y posiciones de "Copito de Nieve", han evolucionada en con- sonancia con las drstíntas etapas de su edad. Las posiciones estáticas que muestran estos apuntes, indican que el animal está rebasando su edad juvenil. Hace escasamente un año, sus actitudes contrastaban por su movilidad y di- namismo y eran un fiel indicativo, de que su vida discurría en un contínua y constante juego. 27 El hombre prehtstonco. ha vis to en el animal un motivo de profunda preocupacrón. especialmente por los valores rná- qrcos que su figura encrerra, tal es el caso de este bisonte europeo de la cueva de NIAUX en Francra. Resulta difícil analizar la participación del Reino Animal en la Medicina prehipocrática si- guiendo un orden cronológico. Ello es debido a que los diferentes pueblos primitivos no han evolucionado paralelamente. Así, un hecho refe- rente a un pueblo prehistórico, también será vá- lido, por ejemplo, para alguna de las tribus afri- canas y australianas actuales. El hombre prehistórico desconocía la génesis de sus enfermedades como un hecho natural y, hasta la aparición de Hipócrates, se creyó en el «morbo dernoníaco » como causa de toda do- lencia. Así pues, podemos hablar de una inter- pretación metafísica de la etiología de las enfer- medades de los pueblos primitivos. El animal era para ellos la envoltura o el alo- jamiento de los demonios morbíficos que tenían la potestad de asentarse en alguna parte del organismo humano y según su localización pro- ducirían náuseas, vómitos, dolor, fiebre, etcétera. Los grandes carnívoros selváticos, de prefe- rencia el tigre y el lobo, eran los principales portadores de estas noxas demoníacas. El brujo o curandero, para ahuyentar a los de- monios, se disfrazaba de terrorífico animal sal- vaje, con dientes, cuernos, uñas y garras y se revestía de una piel seca de rèptil. 28 El reino ani anterior En esta práctica observamos otro papel del animal en la medicina primitiva, el de su con- tribución a la curación de las enfermedades, al adoptar el médico-brujo una apariencia animal en las ceremonias rituales. Se consideró también al animal como recep- tor de los espíritus malignos que abandonaban el organismo humano gracias a los exorcismos del brujo. Así pues, los procesos patológicos no solamente pasaban de los animales a los hom- bres sino que de éstos podían ser traspasados de nuevo a un animal receptor. En la Edad An- tigua se vendían chorlitos reales cuyos ojos ama- rillos y brillantes atraían hacia sí la ictericia. La jaula se mantenía bien cerrada para evitar que algún paseante enfermo se aprovechara gratui- tamente de la cura al cruzar su mirada con la del animal. Cuando en una tribu árabe aparecía una epidemia se hacía deambular por las calles un camello viejo y cuando se creía que los mór- bidos espíritus habían pasado al animal, se le sacrificaba. En el análisis de esta Medicina demonística y mágica hay que resaltar algunas ventajas: 1.°) en los métodos curativos empleados nunca se ha pecado en contra de la primera norma de la con- ducta médica «primurn non nocere»: 2.°) el enor- me poder sugestivo de estos métodos resulta eficaz en gran número de enfermedades pslco- somáticas. I en la medicina a HIPOCRATES XA VJ:ER LLOBELL Cirugía primitiva En este campo, también los animales y sus productos han desempeñado un importante pa- pel. Ciertas tribus indígenas de Oceanía cauteri- zan heridas sangrantes con la introducción de una concha calentada y una tribu india sudarne- ricana sutura heridas con hormigas de grandes especies que se enganchan en sus bordes y los mantienen aproximados, facilitando de este mo- do una perfecta cicatrización. Tenemos conoci- miento, que con este método se han llegado in- cluso a practicar suturas intestinales. En el discutido capítulo de la sangría como método terapéutico, aparece el animal como pro- tagonista. En la historia de Heródoto se narra que los egipcios la practicaban en los hipopótamos que habían comido demasiado; frotaban la gruesa piel del paquidermo con un objeto puntiagudo hasta que fluía la sangre. Se creía que con la sangre salía el demonio causante de la dolencia. En esta práctica se usaron varios instrumen- tos de origen animal, como trozos de hueso, conchas de crustáceos y dientes de animales acuáticos. Para succionar la sangre se ernplea- ron, y aún se emplean en Africa, ventosas he- - Máscara del antilope cob que servia, a los indrqenas de Costa de Marfil, para deshacer embrujamientos y maleficios chas con cuernos huecos. Con la succion de un proceso inflamatorio se obtiene la aminoración de la tensión de los tejidos y con ello un alivio inmediato del dolor. La sangre extraída se sepul- taba y así se creía que con ella se enterraba también al espíritu productor de la enfermedad. El empleo de las sanguijuelas empieza en la India y de allí pasa a Europa, probablemente im- portado por el ejército de Alejandro Magno. Farmacopea de origen animal en la Medicina China Antigua Los chinos han sido pródigos en el empleo de vísceras animales para curar sus enfermedades. En los procesos pulmonares ingerían pulmones; en los renales, riñones; en las dolencias gástri- cas, estómagos de gallina y en caso de impo- tencia, criadillas. Medicina India Antigua En la formación de los médicos intervenía in- directamente el animal. o productos del mismo. Sabemos que al comenzar la enseñanza, el fu- turo médico construía un pequeño altar en la sala de estudios y se purificaba el recinto con estiércol de vaca. Profesores y alumnos ofren- daban leche agria, miel y manteca de búfalo. 29 En las prácticas de la enseñanza de la Medi- cina, las ventosas se ensayaban sobre pieles frescas de animales, previamente esquilados. La técnica de las extracciones dentarias se practicaba en cadáveres humanos y también en animales. Al ponerse el médico en camino para visitar a un enfermo, era un buen augurio encontrarse con una vaca a la derecha o un chacal a la iz- quierda. Los conocimientos anatómicos eran escasos, ya que el que tocaba un cadáver era declarado impuro. En la resolución de este problema entra en escena de nuevo el animal, ya que con el solo hecho de tocar una vaca, palmoteándola o acariciándola se conseguía la purificación. En la Medicina India Antigua también la san- gría fue un método terapéutico usado frecuen- temente. La succión se hacía mediante un cuer- no de vaca cuyo extremo más ancho se aplicaba 30 El halcón, el Dics Horus de los eqlpcros una de las dívlrudades más Importantes del panteón eqipcro. sobre la herida y por el otro extremo, prèvia- mente agujereado, el médico succionaba con fuerza. Muy difundida fue la utilización de san- guijuelas, de las que se usaban seis variedades. Mesopotamia A semejanza de los chinos, los babilónicos creían que el hígado era la sede del alma y para facilitar el estudio de este órgano las escuelas de Medicina disponían de representaciones en arcilla de hígados de oveja y de cabra. En su superficie figuraba una cuadrícula de más de cuatrocientos compartimentos y en cada uno de ellos existía una explicación y clasificación en escritura cuneiforme. Una vez más los animales contribuyen al desarrollo de la Medicina. Higiene y sanidad en la Medicina Egipcia En el Antiguo Egipto se dictaban disposicio- nes que regulaban la selección de animales sa- crificables, para determinar la inocuidad de la carne como alimento. Se consideraba animales puros a todos los herbívoros y animales impu- ros a los carnívoros y omnívoros. Es de suponer que el horror hacia la carne de cerdo era debido posiblemente a los frecuentes casos de triqui- nosis. En los textos médicos egipcios empieza a aparecer con frecuencia el término «qusano» o -verme » como causa de enfermedad, concepto muy en boga aún entre los pueblos africanos ac- tuales. Así un cólico nefrítico sería debido a un gusano localizado en la región renal y un ulcus gástrico sería la consecuencia de un gusano asentado en el estómago. Los animales en la Medicina Judaica En el Antiguo Testamento se nos relata una serie de preceptos higiénicosociales en los que el animal tiene gran importancia. En las dispo- siciones mosaicas encontramos un fundamento o motivo racionalmente higiénico; por ejemplo, en el Levítico existe una lista completísima de los alimentos de origen animal que el israelita puede o no puede comer. Se prohíbe la ingesta de sangre y actualmente sabemos que la sangre es un excelente medio de cultivo para los mi- croorganismos putrefactibles. En el sacrificio de los animales se hace hincapié en cortar el ma- yor número posible de vasos para así obtener un desangrado eficaz. Jacob intenta un experimento para la trans- misión hereditaria de los caracteres biológicos animales al repartirse con Labán las reses lisas y pintadas. Jacob corta varas de álamo, almendro y arce, las descorteza a franjas y las coloca en los abrevaderos con el fin de que el animal al mirarlas pariese sus crías listadas y salpicadas de diversos colores. En este relato aparece el concepto aún en boga de que las impresiones visuales pueden influir en el producto de la con- cepción. Medicina Griega En la Medicina Griega la serpiente aparece como símbolo de las virtudes curativas de la Na- turaleza. Entre los precursores de Hipócrates, Alcmeón de Crotona realizó disecciones sistemáticas en animales muertos y llegó a importantes descu- brimientos anatómicos y fisiológicos. Ouizás es- te hecho represente el inicio de la participación del Reino Animal en la Medicina Moderna. Alcmeón clasificó los vasos sanguíneos en arterias y venas; explica el cerebro como el «órqano del pensarniento » y alude por primera vez al nervio óptico. Se opone a la antigua creen- cia de que el semen proviene de la médula espi- nal basándose en que en animales sacrificados después del coito no se observa reducción al- guna de la médula. Hipócrates En sus obras de embriología el autor estudia, a falta de otro material, huevos de gallina. Colo- ca veinte huevos debajo de dos o más gallinas y a partir del segundo día coge un huevo diaria- mente, lo abre y describe el desarrollo del em- brión. Para sus estudios anatómicos fue difícil con- seguir material humano, ya que el cadáver in- fundía aprensión y un respetuoso temor. Es de suponer que los trabajos de disección los realizó en cadáveres de animales. En la obra hipocrática existen cuatro escritos dedicados a la dieta. El siguiente párrafo descri- be y analiza varios alimentos de origen animal: «La carne de burro es laxante ... »: «la carne de caballo es más ligera ... -: «la carne de perro pro- duce calor y sequedad, es nutritiva pero no la- xante»: «la carne de cría de perro produce hu- medad, es laxante y diurética»: «la carne de cier- vo reseca y resulta menos laxante y es más diurética»: «la carne de liebre es desecante y astringente y en cierto grado diurética-: «la carne de zorro es húmeda y diurética-: «la car- ne de erizo es también diurética y aumenta la hurnedad». Seguidamente describe las cualidades de di- versas aves y pescados Epílogo Con el advenimiento de la Medicina Hipocrá- tica, las noxas demoníacas albergadas en el or- ganismo animal y con capacidad de dañar al hom- bre, pierden importancia, pero a pesar de ello, el animal sigue contribuyendo al desarrollo de la Ciencia Médica Moderna. 31 Aetaalidad Zooló,iea en el Mando Este bello grupo de [rrafas, de líneas elegantes y estilizadas contrastan con las formas uttlltarias del autobús. La figura del vehículo. circulando dentro del re crnto del Safari-Park, es familiar a las esquivas jrrafas que lo ccnsrde- ran un elemento más del biotopo de su habitat Instinto maternal.- Las leonas sal- vajes son muy peligrosas cuando protegen a sus cachorros. En esta fotografia. el león macho se muestra orgulloso y drspuesto a proteger a las cnas, Estas escenas han sido tomadas en el "lion Country Safari" cerca de West Palm Beach (Florida) Estados Unidos. 32 En los Foto· safaris, tan en boga en los últimos años, el visitante puede apr oxr- marse y captar escenas, con su cámara, de anirnales exóuco s. con la rmsma erno- ción que podría sentir, SI se trasladase a los Parques Naturales del Africa Oriental. En esta fotografía, los nnocerontes blan- cos y elefantes atncanos, en amistosa convivencia, deambulan tranquilos, en un Safanpark de los Estados Unidos. Incluso los reptiles pueden provocar es· cenas de ternura. Este ejemplar de tor· tuga marina Chaelonia mydas pertenece a una colección zooló qrce de Holanda y su curdadora tiene con ella las rnáxirnas atencrones. Unión Ibérica de EL II CONGRESO DE LA UNION IBERICA DE ZOOS Durante los días 24, 25 Y 26 del pasado mes de mayo se celebró en Barcelona el 11Congreso de la Unión Ibérica de Zoos. La sesión de apertura fue presidida por el Ilmo. Sr. Dr. D. Mariano Cano, Concejal Pre- sidente del Servicio Municipal de Parques y Jar- dines de Barcelona, acompañado de diversas au- toridades municipales. A continuación se inau- guró una exposición de libros sobre temática animal y una colección de trabajos referentes a los animales, realizados por los alumnos de la Escuela Massana. Los congresistas fueron recibidos en el Sa· Ión de Ciento de las Casas Consistoriales por el Excmo. Sr. Alcalde de la Ciudad, D. José M.a de Parciales y Colomer, quien, después de dar la bienvenida a los asistentes, les dirigió un emo- tivo discurso resaltando los valores naturales de la península ibérica. Las sesiones de trabajo tuvieron lugar en el Palacio de las Naciones de Montjuich. Los te- mas versaron sobre íos aspectos: educativo, tu- rístico, proteccionista, científico y técnico de los Parques Zoológicos. Los asistentes, en número de 150, intervinie- ron reiteradamente en las discusiones, lo que permitió elaborar las conclusiones que a conti- nuación reseñamos: 1.° Acordar, por unanimidad, la definición de Institución Zoológica que comprende los concep- tos de: Parque Zoológico, Reserva Zoológica y Banco de animales, Oceanario, Acuario y Zoo- Safari. a) Se entiende por Parque o Jardín Zoológi- co toda Institución o Establecimiento de visita pública que albergue una colección zoológica representativa, debidamente acondicionada des- de el punto de vista ecológico y esté destinada a fines científicos, culturales, de exhibición, re- creativos y conservacionistas. Atendiendo a dicha definición no se les con- cederá la denominación de Parques o Jardines Zoológicos a aquellas colecciones zoológicas que mantengan un reducido número de especies o no estén en condiciones adecuadas de salubri- dad, ambientación y estética. 34 El Excmo. Sr. D. José M. a de Porc IOles y Co- lomer, Alcalde de Bar- celona, dmqiendo unas palabras de bienvenida a los asistentes alll Con- gresa de la Uruón lbert- ca de Zoos. en el Salón de Ciento de las Casas Consistoriales de la Ciudad. Acompañan a a prrrne- ra autcrrdad municipal, el lima Sr Dr. DMa· riano Cano, Concejal Presidente del Ser vrcio Municipal de Parques y Jardines de Barcelona, el Ilmo. Sr. D. Bonaven- tura Armengol, Conse- Iler General de los Va- lles de Andorra y el Ilmo. Sr. D Casirnlro Almeida, Concejal del Exc m o. Ayuntamiento de Lisboa (Portugal). b) Se entiende por Reserva Zoológica y Ban- co de Animales, los espacios destinados a alber- gar aquellos animales, propios o exóticos cuyos fines esenciales sean la conservación y sumi- nistro de especies a los zoos, así como la adap- tación vitalización y recuperación de los mis- mos, con o sin visita pública. e) Se entiende por Oceanario toda colec- ción pública de mamíferos y peces marinos, de- bidamente acondicionada y destinada a fines cul- turales, de exhibición y recreativos. dl Se entiende por Acuario toda colección representativa, de visita pública, de peces e in- tervertebrados marinos, debidamente acondicio- nados desde el punto de vista ecológico y des- tinados a fines científicos, culturales, de exhi- bición, recreativos y conservacionistas. el Se entiende por Zoo-Safari, una presenta- ción singular de animales en cautividad espe- cialmente concebida para la práctica fotográfica en sus diversas modalidades, en la cual, adop- tando un régimen de amplia libertad, permita la visita pública mediante vehículos a motor de pro- piedad particular o de la propia institución, los cuales, sujetos a itinerarios fijos y concretos no perjudican el equilibrio del núcleo zoológico exhibido. En estos recintos se preservará, de manera especial, la vegetación y ambiente na- tural. fl Elevar a los Ministerios de Información y Turismo y Agricultura la petición de dar publici- dad a las definiciones antes citadas. 2.° Necesidad de estructurar una Cuarente- na Nacional de acuerdo con las directrices y lo- calidades que establezcan los Servicios de Sa- nidad e Higiene Pecuarias del Ministerio de Agri- cultura y dirigir dicha petición al citado Minis- terio para su urgente traducción. 3.° Necesidad de vincular las colecciones zoológicas con los centros de Enseñanza y de Investigación y recabar de cada Zoo una lista de las Instituciones culturales que estime debe re- lacionarse para este fin. 4.° Teniendo en cuenta la definición de Ins- titución Zoológica y a propuesta de la Junta Di- rectiva de la Unión Ibérica de Zoos, elevar en el momento y circunstancias que se estimen oportunas, al Ministerio de Información y Turis- mo la petición de que una determinada Institu- ción Zoológica pueda ser declarada Centro de Interès Turístico. 5.° Solicitar un apoyo informativo y económi- co anual de los Ministerios de Educación y Cien- Junto a un castaño centenarro denormnado "cuca fera" ya que su tronco retorcido recuerda la silueta de un monstruo familiar en el folklore local, los Conqreststas escuchan las exphcacíones de D. Delmiro de Caralt, gran conocedor y amante de la montaña del Montseny. 35 cia, Agricultura e Información y Turismo, tenien- do en cuenta los aspectos que comporta y se apoya una Institución Zoológica respecto a fines culturales, científicos y de turismo. 6.° Establecer una estrecha colaboración en- tre las Instituciones Zoológicas para el aprove- chamiento de los restos de animales muertos para posibles estudios. 7.° Solicitar de las Autoridades Municipales de las capitales de las provincias de España, Por- tugal y Andorra, que estudien la posibilidad de reservar un área de su jurisdicción idónea al ob- jeto de preservar un espacio natural y poder ubicar en el mismo un Banco de Animales, Re- serva Zoológica, Parque o Jardín Zoológico. 8.° Dirigirse a las Autoridades Provinciales y Municipales de Barcelona al objeto de acelerar el estudio y puesta en marcha del Zoo-Safari de Vallvidrera y la Reserva Zoológica dentro del Parque del Montseny y a las de Valencia para las adecuaciones zoológicas en el embalse de Forata y zona más recomendable de la Albufera. 9.° Interesar a los Ayuntamientos y Diputa- ciones de los cuales dependan y mediante el trá- mite legal que corresponda, el desarrollo de los Parques Zoológicos de Madrid, Valencia, Córdo- ba, Jerez de la Frontera, Vigo, Orense, Elche, Cuenca, Zaragoza, Albacete, Sevilla, Huelva, An- dorra y Portugal y otros que puedan surgir. 10.° Crear una Comisión Inspectora de la Unión Ibérica de Zoos para determinar si una Institución cumple las normas establecidas por la Unión Ibérica de Zoos. 11.° La Unión Ibérica de Zoos deberá ayudar, en la medida de sus posibilidades, a los nuevos Zoos en sus fases iniciales. 12.° Aceptar la sugerencia ofrecida por los representantes del Síndico de Andorra y AlcaI- de del Ayuntamiento de Lisboa, relativa a la ce- lebración de los dos próximos Congresos respec- tivamente en Andorra y Lisboa (1972-1973), pre- via aprobación de las Autoridades de ambos países. 13.0 Considerar la sol icitud que puedan pro- poner algunas Instituciones Zoológicas de cele- brar Reuniones Extraordinarias de la Junta Direc- tiva de la Unión y otros miembros invitados, mo- tivadas por efemérides o causas singulares que lo aconsejen y que así sean estimadas por la Junta Directiva de la Unión. 14.0 Solicitar la publicación de un folleto pu- blicitario sobre las Instituciones Zoológicas de España, Portugal y Andorra, subvencionado por el Ministerio de Información y Turismo de Es- paña en colaboración con los Ministerios perti- nentes de Portugal y Andorra. 15.0 Felicitar y agradecer a la Dirección Ge- neral de Correos la emisión de la 1.a serie de sellos de fauna ibérica y su aparición coinciden- 36 te con las fechas del Congreso. Sohcitar la emi- sión del sello del gorila albino «Copito de Nieve » del Parque Zoológico de Barcelona. 16.0 Aprobación de unas reuniones anuales que se denominarán Congresos, celebrándose ca- da tres años una Asamblea General. 17.0 Creación de dos nuevas Vocalías Técni- cas que deberán recaer siempre en los países de Portugal y Andorra, respectivamente. 18.0 Creación en la revista Zoo del Parque Zoológico de Barcelona de una sección eminen- temente práctica dedicada a la Unión Ibérica de Zoos, hasta no se edite, por parte de la Unión, el portavoz respectivo. 19.° Recabar de los zoos federados o de los Organismos de quienes dependan, el pago de las cuotas de ingreso y anuales de la Unión Ibé- rica de Zoos. 20.° Aceptar por unanimidad la reelección de la Junta Directiva de la Unión Ibérica de Zoos y anotar dicha aceptación por parte de sus miem- bros componentes. 21.° Obligatoriedad por parte de las Insti- tuciones Zoológicas federadas, de la edición tri- mestral de la Iista de excedentes y sol icitud de especies animales. 22.° Necesidad de unificar la Nomenclatura Zoológica, técnica y vulgar, adoptando para la primera la clasificación de George G. Simpson y en cuanto a la sequnda nombrar una Comisión encargada de estudiar la denominación en caste- llano de las especies zoológicas a fin de editar una lista patrón de las mismas para someterla a consideración en el próximo Congreso de 1972. 23.0 Agradecer al Ministerio de Información y Turismo y al Ayuntamiento de Barcelona la ayu- da concedida a la celebración de este 11Congre- so de la Unión Ibérica de Zoos. Las sesiones administrativas trataron de los problemas internos de la Unión y se acordó que la Junta Directiva elegida en el primer Congre- so, siguiera en vigencia hasta el próximo Con- greso y Asamblea General que tendrá lugar den- tro de tres años. Asimismo se acordó que el próximo Congreso anual, correspondiente al año 1972, tenga lugar en Andorra y el de 1973 en Lisboa (Portugal), previa aprobación de las Autoridades de los res- pectivos países. A través de las sesiones de trabajo y de los diversos actos realizados durante el Congreso quedó patentizado el gran interés que despierta en todo el ámbito peninsular, todo lo referente a los Parques Zoológicos y es de esperar que estos anhelos fructifiquen en la creación de nue- vos zoos y núcleos zoológicos a través de las diversas regiones de los tres países que inte- gran la Unión Ibérica de Zoos. VILLARROEL,62 2°1'" TELEFONO 253 88 53· BARCELONA·11 jardinería y construcciones ITJIIS, S.I. JACOMISA CONSERVACION DE PARQUES Y JARDINES PUBLICOS y PRIVADOS El primer placer del recién nacido Jabón líquido. Colonia. Talco. Bálsamo.